Espero que les guste, un abrazo enorme…
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Capítulo 9
And I don't know how it gets better than this
You take my hand and drag me head first
Fearless
And I don't know why but with you I'd dance
In a storm in my best dress
Fearless
Fearless / Taylor Swift
Bella POV
Los siguientes días pasaron rápidamente. Mi rutina cambió de golpe, ya que pedí un "permiso de ausencia sin goce de sueldo" en Newton´s para poder pasar la mayor cantidad de tiempo posible en La Reserva, a solas en casa de Sam, lo que me permitió avanzar montones en mis deberes del colegio. No era como si pudiera salir a solas a la playa, ya que si me encontraba con Leah ésta era capaz de darme la paliza que me había prometido (y que a mi juicio yo merecía).
La manada comenzó a hacer turnos de guardia alrededor de mi casa y la escuela cada vez que yo estaba en esos lugares, y toda esa situación no me dejó mucho tiempo libre para compartir con Sam, ya que cada vez que yo llegaba a su casa él salía a patrullar en busca de Victoria infructuosamente.
Tampoco podía acudir a Jacob, ya que éste había desaparecido justo después de haberse emancipado. Billy por su parte, le quitó importancia al asunto diciendo que cuando su hijo estuviera listo para volver regresaría por su propia voluntad, y que de nada servía tratar de rastrearlo. Además los recursos de la manada estaban enfocados en Victoria.
Pero yo lo extrañaba montones y no dejaba de preocuparme por mi mejor amigo…
Charlie había notado los cambios de mi rutina pero me dejaba hacer porque estaba aliviado y contento de que yo poco a poco estaba volviendo a ser la Bella de antes, así es que no cuestionó mis viajes constantes a La Reserva.
Además, Billy puede haber tenido algo que ver con la aceptación de Charlie al tener siempre una tan alta opinión de Sam y compartirla con él, lo que relajó a papá con respecto a la diferencia de edad entre nosotros. Una cosa menos de qué preocuparme.
…oOo…
La mañana del sábado desperté por el sonido de la puerta del frente al cerrarse; Charlie se iba de pesca. Miré mi reloj despertador y marcaba las 6:00 am, y ya no lo vería en el resto del día.
Decidí que ya que me había despertado me levantaría, por lo que me di una larga ducha, me depilé y exfolié y me vestí rápida y sencillamente con jeans ajustados, zapatillas de ballet plateadas y un sweater gris sobre una camiseta de mangas largas.
Tome mi chaqueta y mis llaves y partí rumbo a la tienda, donde compré los ingredientes necesarios para preparar wafles, además de huevos y tocino, y a eso de las 7:30 am ya estaba entrando en los límites de La Reserva.
Al llegar a casa de Sam golpeé la puerta. Aunque todo el mundo simplemente entraba sin golpear yo no me acostumbraba a hacerlo… tal vez por miedo a qué es lo que me podría encontrar adentro, no lo sé... Por mucho que sintiera nuestro lazo de imprimación y lo amara con desesperación, no por eso confiaba ciegamente… es una de las secuelas de haber sido abandonada por Edward… pensaba que nunca volvería a confiar a ojos cerrados.
Pero entonces Sam abrió la puerta… gotas de agua se deslizaban por su cuerpo y sólo lo cubría una toalla amarrada a su cintura… pasaron un par de segundos y todos mis miedos e inseguridades se fueron al demonio al ver la sonrisa que iluminó su rostro al verme.
-Pequeña! –Dijo abrazándome y mojando mi sweater en el proceso… pero no me importó –Tú sabes que no tienes que golpear antes de entrar!
-Lo siento-Dije y solté las bolsas que traía para preparar el desayuno. Y lo besé.
Nuestros labios se unieron hambrientos después de días de separación, y por fin la melancolía me abandonó y me vi llena de él… de su aroma, de su cuerpo… de Sam.
-Te extrañé –Dije aferrándome a él como si mi vida dependiera de ello, y él respondió levantándome en sus brazos y llevándome a su habitación. La cama aún estaba deshecha y todo olía a él, y por fin me sentí protegida…este lugar era mi oasis en el desierto, y Sam era mi agua… lo necesitaba desesperadamente, no sólo a un nivel meramente físico, sino sobre todo emocional.
-Yo te extraño cada segundo que no estás conmigo pequeña –Me dijo –Te amo… -Y sus labios volvieron a mí, suaves, húmedos y aventureros, recorriendo cada centímetro de mí que no estuviera cubierto de ropa.
Rápidamente mi sweater y mi camiseta volaron por los aires, así como mi sostén, y pude sentir su piel húmeda y limpia junto a la mía. Me provocó lamerlo y eso es justo lo que hice, recolectando gotas de humedad de su cuerpo mientras él se deshacía de mis pantalones.
-Bella… -Gruñó él contra mi cuello.
-Sammy… -Dije yo tan abrumada por lo que sentía que tenía un nudo en la garganta y me contuve con toda mis fuerzas para no llorar… cómo explicar que me abrumaba su presencia al punto de hacerme explotar en llanto?
Una vez que me tuvo desnuda Sam me tomó en sus brazos y me metió a su cama y se quitó la toalla, quedando completamente desnudo y acurrucándome junto a él.
-Estás helada pequeña –Me dijo –Ven aquí –Y me posicionó contra su cuerpo y sus manos comenzaron a acariciarme. Cada toque era perfecto, cada caricia era exactamente lo que necesitaba, y la certeza de mi amor por él terminó por abrumarme y las traicioneras lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas –Qué sucede Bella –Preguntó al sentir la humedad contra su pecho –Bella te hice daño? Alguien te hizo daño? –Preguntó desesperado. Pude escuchar un gruñido bajo y amenazador formándose en su pecho.
-N… no… no es nada –Dije llorando –Es que… siento tantas cosas… tantas cosas por ti… te amo –Dije y lloré más fuerte aún, aferrada a su cuerpo. Por qué tenía esta crisis frente a él? Por qué justo ahora? No lo sé, pero me sentía totalmente sobrepasada por mis sentimientos, nunca había sentido algo tan profundo y me aterraba.
-No llores pequeña… -me rogó –O me vas a hacer llorar a mí… -Dijo con voz ronca –Yo también te amo, no sabes cuánto… y siempre me vas a tener a tu lado.
-Hazme el amor Sam… demuéstrame cuánto me amas –Dije sin dejar de lagrimear. Me sentí ridícula, pero Sam parecía entender… lo supe por la intensidad de su mirada, por la expresión de absoluta devoción de su rostro.
Sam simplemente tomó mi rostro con una de sus manos acariciándome la mejilla y me besó profundamente, mientras su otra mano recorría mi cuerpo, no de manera erótica o posesiva, sino dulce y tranquilizadora… no teníamos apuro por llegar a la meta, nuestro objetivo era amarnos.
Sus besos luego fueron descendiendo hacia mi pecho y desde mi pecho hacia mi estómago, dejando besos ardientes a su paso. Cuando llegó a posicionar su rostro entre mis piernas las abrí sin pudor y lo dejé festinarse de mí, gimiendo de placer, abrumada por las sensaciones.
Mi orgasmo fue repentino y arrasador, y me dejó casi inconsciente por unos minutos, tiempo que Sam usó en besar su camino hasta mi rostro. Dulcemente besó mis labios sin profundizar el beso, y me dijo
-Te amo.
-Te amo –Respondí acariciando lánguidamente su cabello.
-Estás lista? –Preguntó posicionando su erección en mi entrada.
-Siempre… -Murmuré. Y él entró en mí, y fuimos uno, sin apurarnos, balanceándonos apenas, sin urgencia alargando el placer y tocándonos delicadamente hasta que yo no pude resistir más y el goce acumulado en mi bajo vientre dio paso a mi orgasmo, desencadenando el de Sam.
Quedamos los dos unidos por largo rato, sin querer separarnos un solo milímetro, sudorosos y felices, y así es como nos quedamos dormidos.
…oOo…
Desperté sola en la cama a causa del delicioso olor del tocino friéndose. Busqué entre la ropa de Sam una camiseta y me la calcé. Me quedaba más debajo de la mitad de los muslos.
Fui al baño a limpiarme un poco y a desenredar la maraña de mi cabello y una vez que me sentí más presentable fui a la cocina, donde Sam cocinaba vistiendo sólo un par de boxers que se ajustaba a cada una de sus curvas, especialmente a su trasero.
-Hola -Le dije tímidamente. Tenía un poco de vergüenza por cómo me había comportado anteriormente, llorando como una niña pequeña y todo eso.
-Hola pequeña –Dijo acercándose a mí para darme un abrazo y un beso en la frente –Tienes hambre?
-Si… -Respondí –Sam… con respecto a lo de antes… lo siento –Le dije bajando la mirada.
-Qué es lo que sientes? –Me preguntó arrugando el ceño –Pequeña… todo lo que hicimos… todo lo que sucede entre nosotros es maravilloso… yo también me siento abrumado por las emociones a veces… y adoro que tú sientas cosas tan profundas por mí como las que yo siento por ti.
-Está bien… -Acepté –Te puedo ayudar en algo?
-Los wafles –Respondió.
Yo me puse inmediatamente manos a la obra y en menos de media hora teníamos un banquete frente a nosotros. Como siempre me senté en su regazo y compartimos la comida de un solo gran plato. Él me daba pedacitos de tocino en la boca y yo usaba los cubiertos en los huevos, alimentándonos a ambos.
…oOo…
Como desayunamos tanto y tan tarde nos saltamos el almuerzo, y pronto llegó la hora de preparar las cosas para la barbacoa.
Siendo la única mujer del grupo, me imaginé que de mí dependería que hubiera vegetales en el menú, por lo que después de una sesión de besos y arrumacos y una ducha rápida me puse a trabajar en una ensalada de papas, un guacamole, una ensalada de lechuga y una de tomates.
Sam mientras tanto fue a buscar carbón y comenzó a preparar la mesa del jardín para recibir a la manada. Yo estaba enormemente nerviosa de ser aceptada, especialmente considerando que la última vez que los vi Paul trató de comerme.
El primero en llegar fue Jared, quién entró cargando una enorme bolsa de pan y otra de salchichas y mostrando una amigable sonrisa.
-Hola Bella –Dijo y se acercó a besar mi mejilla como si fuera cosa de todos los días.
-Hola Jared! Cómo estás? –Pregunté feliz de que a menos uno de la manada pareciera aceptarme.
-Bien, bien! Eeeeeh… está Sam en el jardín? –Preguntó súbitamente nervioso.
-Sí, está poniendo la mesa-Le respondí.
-Eeeemmm… podría hablar con los dos por favor? –Dijo súbitamente formal.
-Sí claro –Respondí lavándome las manos y secándomelas antes de seguir a Jared al jardín. Por un momento el chico me recordó a Alice, viéndolo balanceándose en sus talones en un intento de reprimir su energía.
-Jared hermano! –Saludó Sam y se acercó a golpear su espalda y abrazarme a mí.
-Hola Sam –Dijo Jared como avergonzado.
-Jared quiere hablar con los dos, tú y yo –Le dije a Sam.
-Perfecto -Dijo Sam -Aquí estamos, para lo que necesites –Dijo señalando la mesa para que nos sentáramos. Yo fui a coger una silla para mí, pero Sam me sentó en su regazo. Me dio un poco de vergüenza estando frente a Jared, pero a éste no pareció importarle –Y? qué nos cuentas? –Preguntó Sam de un excelente humor.
-Yo… eeeeeeh… este… imprimé Dijo Jared poniéndose colorado.
-Qué? Pero eso es fantástico! -Le dijo Sam. Yo me limité a sonreírle, dándole ánimos para continuar –Y quién es la afortunada?
-Kim… tú no la conoces, ella está en la escuela de La Reserva conmigo, hemos sido compañeros de banco por años, y ayer le pedí prestado un lápiz y ella al entregármelo me miró a los ojos y BAM! Imprimación –Dijo moviendo los brazos para graficar la explosión.
-Y qué sucedió entonces? -Pregunté imaginando sus ansias por reclamarla… por reclamarse mutuamente como nos había sucedido a Sam y a mí.
-Huí –Respondió avergonzado –Sentí la fuerza de la imprimación el llamado a hacerla mía, ahí, en el salón de clases, y entonces huí…
-La dejaste sola? –Pregunté espantada. Si Sam me hubiera dejado justo después de imprimar me habría sentido enormemente rechazada, más aún al no tener explicación alguna.
-Sí –Dijo él mirando al suelo y retorciéndose las manos.
-Mierda! –Exclamó Sam –Vamos a tener que arreglar esto cuanto antes!
-Lo sé, pero no sé qué hacer… no sé cómo enfrentarla, cómo explicarle…
-Tranquilo Jared… tienes su teléfono? Sabes dónde vive? –Pregunté.
-Sí…
-Bien –Dije tomando por primera vez mi rol como imprimada del Alpha –Llama a su casa, invítala a la barbacoa…
-Y si no quiere venir? –Preguntó aterrado.
-Va a venir, su instinto va a ser más fuerte… -Expliqué –Y cuando llegue yo le voy a explicar lo que les sucedió. Si te ve a ti primero lo más probable es que terminen teniendo relaciones en el bosque antes le que le expliques nada y eso es lo último que necesitan… -Dije mirando a Sam de reojo.
-Y crees que va a funcionar? –Preguntó Jared esperanzado.
-Estoy segura –Afirmé - Anda y llámala.
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Oh! Pobre Jared! Qué tal Bella de consejera? No olviden dejar sus comentarios para darme ánimo de seguir escribiendo.
Mil abrazos!