Hola chicos! Aquí está el esperado capítulo con el Bella POV… Muchas gracias por su apoyo en esta historia, si no fuera por ustedes que me impulsan con sus comentarios la habría abandonado por poco popular y complicada… pero muchos de ustedes me dijeron que vale la pena, y confío en ustedes!
Muchos cariños y que disfruten!
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Capítulo 6
How long will I last?
Can you turn up the heat?
What star am I circling?
What’s circling me?
Am I ebb, am I flow?
My lack of control
Turn it on, turn it up
Say yes, play no
A thousand tiny pieces /The Be Good Tanyas
Bella POV
Besar a Edward frente a Alice fue horrible para Bella, la hizo sentirse sucia… pero no tuvo otra opción… Edward era su novio, y no había otra alternativa, Alice insistía en ello.
Edward la ayudó a subir al auto y se subió a su Volvo pensando en lo hermosa que se veía Bella esa mañana, y contento de que ella hubiera puesto tanto esmero en verse linda para él… significaría que ella ya estaba cediendo un poco? Que ya lo estaba amando como él a ella?
-Desayunaste, amor? –Preguntó Edward esperando que la respuesta fuera negativa. Tenía planes de llevarla al mejor salón de té de la ciudad.
-No… pero no te preocupes –Dijo ella tímida –No tengo tanta hambre.
-Pues muy mal me parece… yo estoy famélico. Vamos a desayunar! –Dijo entusiasmado, y se dirigió a toda velocidad a la cafetería.
Una vez en el estacionamiento, Edward abrió la puerta de Bella y la ayudó a descender del Volvo. Luego tomándola de la cintura la dirigió al interior del local.
A esa hora estaba bastante repleto de grupos de mujeres conversando animadamente, pero pudieron conseguir una mesa para dos en un rincón después de que Edward le entregara U$20 a la anfitriona.
Cuando llegó la mesera les entregó las cartas a cada uno y Bella optó por un té de rosas y Edward por un café negro. Bella no supo decidir qué comer, se sentía incómoda con Edward gastando dinero en ella, por lo que Edward debió ordenar algo que comer por los dos… una selección de mini sándwiches y pastelitos bastarían, pensó. Bella suspiró. Cómo es que Edward siquiera sabía que éste lugar existía? Y qué dirían sus compañeros del instituto si lo vieran comiendo mini sándwiches en lugar de algo más masculino? Un salón de té… era la idea más gay que había tenido Edward, sólo para complacerla a ella… Y Bella en lugar de apreciarlo se burló de él en su mente.
Pero quién era ella para llamar gay a nadie? Soy una lesbiana, se recordó.
Cuando llegaron sus brebajes Bella sorbió su té de rosas delicadamente y suspiró.
-Te gusta amor? –Preguntó Edward ansioso.
-Me encanta, gracias… pero cómo es que tú conoces un lugar como éste?
-Varias veces he venido acompañando a mamá –Respondió Edward echándose un pastelito a la boca.
-Oh… -Dijo Bella. Sip, la madre de Edward lucía exactamente como el tipo de persona que vendría a este lugar. Rica, hermosa y distinguida.
-Qué te gustaría hacer hoy? –Preguntó Edward tomándola de la mano.
-No lo sé, lo que tú queras… -Dijo ella tímidamente.
-Te parece un picnic? Pasamos a buscar las cosas necesarias a mi casa y nos vamos de paseo –Dijo él esperanzado. Quería estar a solas con ella, necesitaba su completa atención.
-Está bien –Dijo ella sonriendo aliviada. Un picnic sonaba lo suficientemente inofensivo. Pasarían el día conversando y eso era manejable para ella.
Un par de tazas de té y varios bocadillos después, estaban listos para partir. Edward hizo señas a la mesera y pidió la cuenta ignorando sus miradas de admiración. Cuando la cuenta llegó, pagó dejando una generosa propina y tomando la mano de Bella salieron del local.
Edward como todo un caballero la ayudó a sentarse en el auto y cerró su puerta antes de subir al asiento del conductor y partir rumbo a su casa.
La mansión Cullen era la casa más grande que Bella hubiera visto en su vida, opacando incluso la casa de Alice.
Toda blanca y pisos de madera y muebles en tonos color arena era luminosa y de grandes espacios libres. Bella había estado en este lugar sólo un par de veces y siempre de paso, por lo que la ponía extra nerviosa el encontrarse con algún miembro de la familia.
Edward la tomó de la cintura cuando hubieron bajado del auto y la dirigió a la puerta principal. Él abrió la puerta y la dejó pasar. Demonios! La casa era mucho más impresionante a la luz de la mañana!
Se dirigieron a la cocina a preparar sándwiches y fruta para llevar a su paseo y Bella quedó pasmada ante la perfección y asepsia de la cocina de Esme. Era una fantasía para cualquier cocinero con muebles de puertas de madera de roble y amplias cubiertas de granito, una estufa de 6 platos y dos hornos eléctricos montados en una columna. Oh! las cosas que Bella podría cocinar en una cocina así!
Edward comenzó a sacar comida del refrigerador y Bella (previo lavado de manos) a preparar los alimentos que llevarían consigo. Él virtualmente vació el refrigerador para asombro de Bella, que nunca imaginó ver tantas variedades de jamón, embutidos y quesos, todos guardado en distintos contenedores. Bella eligió preparar sus propios sándwiches con lechuga, mayonesa, queso y jamón de pavo.
Edward quiso los suyos con pepperoni, lechuga, queso y mostaza. Mientras Bella los preparaba (Para ella en pan integral, para Edward en pan blanco), él puso a hervir agua para preparar un termo de café.
Y en eso se encontraban cuando entró a la habitación no otra que Esme en persona.
Bella se sentía intimidada por la madre de Edward, era demasiado… perfecta, y aunque siempre trató a Bella con cortesía podía sentir que en el fondo no la aprobaba, que creía que su hijo podía conseguirse a alguien mejor.
Y Bella no podía estar más de acuerdo.
-Bella, querida! Que placer verte por acá! –La saludó Esme besando su mejilla.
-Hola Esme… Cómo has estado? –Preguntó Bella sin dejar de trabajar en los sándwiches… quería salir de esa casa lo antes posible.
-Bien, trabajando mucho con mis caridades, como siempre –Dijo acercándose a besar a su hijo en la mejilla.
-Hola mamá –Dijo Edward.
-Llegaron hambrientos? –Preguntó Esme levantando una ceja al ver toda la comida que estaban preparando.
-No mamá -Dijo Edward –Nos vamos a ir de picnic.
-Oh… que adorable… -Dijo Esme y se sirvió una taza de té que sorbió lentamente sentada en el comedor de diario mientras los observaba trabajar juntos.
No es que Esme odiara a Bella per se, sino que presentía algo extraño en esa niña tan tímida y por qué no decirlo, mojigata. Como si ella no fuera capaz de amar a su hijo como él se lo merecía, cosa que era de alguna manera cierta. Bella no podía amar a Edward como una mujer ama a un hombre.
Bella se sintió aún más nerviosa al verse observada, y sin querer se rebanó un dedo al cortar el queso para los sándwiches de Edward.
-Auch! –Exclamó sintiéndose mareada con la sola visión de su dedo sangrante.
-Bella estás bien? –Preguntó Edward girándose a verla. Al notar el corte inmediatamente tomó un trozo de toalla de papel y tomando la mano herida de Bella aplicó presión –Vamos al baño amor, ahí tenemos el botiquín para curarte.
Bella se dejó llevar peleando las náuseas y manteniendo su mano lo más lejos posible de sí misma. Ya estaba a punto de desmayarse.
Edward le indicó que se sentara en la tapa del WC y buscó un poco de antiséptico y gaza para hacer un vendaje. El corte era pequeño pero profundo, y sangraba profusamente.
Bella cerró los ojos completamente entregada y trató de acompasar su respiración respirando por la boca. Edward si es posible, sintió que se enamoraba aún más de ella al ver lo frágil y delicada que era. Se sintió un hombre fuerte junto a ella… su héroe, capaz de curar sus heridas.
-Ya está amor, no más sangre, estás lista –Dijo él besando la frente de Bella.
-Gracias… -Dijo ella abrazándolo por la cintura –La sangre y yo… Agh! –Dijo moviendo la cabeza.
-Lo sé amor… crees que aún podremos salir? Si quieres nos quedamos en casa… -Ofreció él.
-No! –Exclamó Bella inmediatamente –Quiero decir que estoy bien… el aire fresco me va a hacer bien…
-Está bien, vamos? –Dijo él extendiéndole una mano para ayudarla a ponerse de pié. Ella obviamente la aceptó y entraron a la cocina de la mano.
Esme los miró atentamente y dijo
-Bella querida! Estás verde! No quieres que Edward te lleve a tu casa? –Preguntó maliciosamente. Para Bella ese era el escape perfecto, pero el hecho de que la madre de Edward lo propusiera hizo que ella se revelara contra ella y dijera
-No gracias Esme… el aire fresco me ayudará a sentirme mejor. Gracias de todos modos –Dijo y se sentó junto a ella mientras Edward terminaba de preparar los dichosos sándwiches. Una vez que estuvo todo listo, Edward sacó un montón de fruta de la nevera y empacó todo en un cooler.
-Estamos listos amor… nos vamos? –Preguntó Edward.
-Sí, claro… hasta luego Esme –Dijo Bella besándola en la mejilla y recibiendo una palmadita en el brazo como respuesta.
-Diviértanse! –Dijo Esme pensando en que definitivamente había algo que no le gustaba acerca de Isabella Swan, pero mientras su hijo estuviera totalmente enamorado de ella no había nada que pudiera hacer.
Antes de salir de la casa Bella se disculpó para ir al baño, y después de hacer pis (después de todo se había bebido varias tazas de té de rosas) decidió llamar a Alice para contarle de sus planes.
Marcó el número 1 de su discado automático y después de dos rings una voz masculina contestó.
-Jasper? –Preguntó Bella enormemente dolida. Alice no había dicho nada acerca de verse con Jasper ese día.
-Oh sí, Hola Bella! -Dijo en voz baja y medio adormilada.
-Hola… podría hablar con Alice por favor? –Preguntó Bella furiosa pero tratando de controlar su voz. Por qué demonios estaba él contestando el teléfono de Aly?
-Es urgente? –Preguntó él susurrando –Porque verás… está dormida… -Confidenció.
-Dormida… y dónde están Jasper? –Preguntó Bella mordiéndose el labio para no gritar.
-En mi casa… de verdad si quieres la despierto –Ofreció él.
-No… no hace falta. Gracias Jasper, sigue durmiendo –Dijo Bella y cortó mientras lágrimas de rabia y frustración caían por sus mejillas. Alice estaba en la cama con Jasper! Durmiendo… durmiendo después de qué? Aaaaah! Maldita sea! Odió a Jasper por estar con su novia en ese mismo momento, y odió a Alice por traicionera. Lo de anoche no había significado nada para ella? Habían hecho el amor, se habían dicho que se amaban… y al día siguiente Alice se metía a la cama de otro, sólo dios sabe para hacer qué.
Bella se limpió los ojos con un poco de papel higiénico y se alistó para salir dignamente del baño. Alisó su vestido, arregló su cabello y abrió la puerta para dirigirse a la entrada de la casa donde la esperaba Edward.
-Y el cooler? –Preguntó ella.
-Todo cargado en el auto –Dijo él abrazándola para besar su coronilla. Pero Bella lo sorprendió levantando sus labios hacia él y besándolo con pasión… Más pasión de la que había demostrado nunca.
Edward, extasiado, la apretó contra su cuerpo y acarició su espalda mientras ella enredaba sus dedos en el sexi cabello de él, desordenándolo aún más.
Edward emitió un gruñido de satisfacción y con mucha dificultad rompió el beso, convencido de que tendría que caminar agachado para que ella no notara su erección.
-Te amo Bella… -Dijo besándola en la punta de la nariz y abriendo la puerta de entrada de la casa para dejar salir a su novia.
-Te amo, Edward –Dijo ella sin vacilar, con la frente en alto y mirándolo a los ojos. Y Edward le creyó…
Se subieron al auto y el viaje al campo fue silencioso. Edward sostenía la mano de Bella entre las suyas y escucharon música clásica en la radio, una de las pocas cosas que realmente tenían en común… su gusto por Debussy.
Llegaron más pronto de lo esperado a un prado repleto de pequeñas flores de colores, y estacionando el auto a orillas del camino saltaron la alambrada (con alguna dificultad por parte de Bella y su vestido) y eligieron un árbol bajo el cual armar su picnic.
Una vez elegido el árbol perfecto, Edward extendió una gruesa manta en el suelo y le indicó a Bella que se sentara. Luego fueron sacando entre los dos toda la comida del cooler. Era un verdadero festín.
Edward se recostó en la manta y apoyó su cabeza en las piernas de Bella y cerró los ojos satisfecho. Aquí era exactamente donde quería estar.
Bella comenzó a acariciar su cabello mientras tarareaba una melodía, y de pronto sorprendió a Edward besándolo suavemente.
Él respondió tentativamente al principio, sorprendido por su iniciativa, y se aferró al cabello de ella que caía desparramado en su pecho. Bella lo besó en la boca, en los párpados, en las mejillas y en la frente. Quería agradecerle por estar ahí, con ella, incondicionalmente.
De alguna manera se encontraron ambos recostados sobre la manta entre la comida dispuesta, esquivando sándwiches, manzanas y uvas. Edward no quería faltarle el respeto a Bella y de ninguna manera se permitiría tener sexo con ella en mitad del campo, pero mal que mal era un chico de 17 años y sus hormonas lo gobernaban.
Bella por su lado necesitaba vengarse de Alice y sus manipulaciones. No quería que tuviera un novio? Pues aquí estaban las consecuencias! Y siguió besando a Edward como si la vida se le fuera en eso.
Edward la tomó de la cintura cuando hubieron bajado del auto y la dirigió a la puerta principal. Él abrió la puerta y la dejó pasar. Demonios! La casa era mucho más impresionante a la luz de la mañana!
Se dirigieron a la cocina a preparar sándwiches y fruta para llevar a su paseo y Bella quedó pasmada ante la perfección y asepsia de la cocina de Esme. Era una fantasía para cualquier cocinero con muebles de puertas de madera de roble y amplias cubiertas de granito, una estufa de 6 platos y dos hornos eléctricos montados en una columna. Oh! las cosas que Bella podría cocinar en una cocina así!
Edward comenzó a sacar comida del refrigerador y Bella (previo lavado de manos) a preparar los alimentos que llevarían consigo. Él virtualmente vació el refrigerador para asombro de Bella, que nunca imaginó ver tantas variedades de jamón, embutidos y quesos, todos guardado en distintos contenedores. Bella eligió preparar sus propios sándwiches con lechuga, mayonesa, queso y jamón de pavo.
Edward quiso los suyos con pepperoni, lechuga, queso y mostaza. Mientras Bella los preparaba (Para ella en pan integral, para Edward en pan blanco), él puso a hervir agua para preparar un termo de café.
Y en eso se encontraban cuando entró a la habitación no otra que Esme en persona.
Bella se sentía intimidada por la madre de Edward, era demasiado… perfecta, y aunque siempre trató a Bella con cortesía podía sentir que en el fondo no la aprobaba, que creía que su hijo podía conseguirse a alguien mejor.
Y Bella no podía estar más de acuerdo.
-Bella, querida! Que placer verte por acá! –La saludó Esme besando su mejilla.
-Hola Esme… Cómo has estado? –Preguntó Bella sin dejar de trabajar en los sándwiches… quería salir de esa casa lo antes posible.
-Bien, trabajando mucho con mis caridades, como siempre –Dijo acercándose a besar a su hijo en la mejilla.
-Hola mamá –Dijo Edward.
-Llegaron hambrientos? –Preguntó Esme levantando una ceja al ver toda la comida que estaban preparando.
-No mamá -Dijo Edward –Nos vamos a ir de picnic.
-Oh… que adorable… -Dijo Esme y se sirvió una taza de té que sorbió lentamente sentada en el comedor de diario mientras los observaba trabajar juntos.
No es que Esme odiara a Bella per se, sino que presentía algo extraño en esa niña tan tímida y por qué no decirlo, mojigata. Como si ella no fuera capaz de amar a su hijo como él se lo merecía, cosa que era de alguna manera cierta. Bella no podía amar a Edward como una mujer ama a un hombre.
Bella se sintió aún más nerviosa al verse observada, y sin querer se rebanó un dedo al cortar el queso para los sándwiches de Edward.
-Auch! –Exclamó sintiéndose mareada con la sola visión de su dedo sangrante.
-Bella estás bien? –Preguntó Edward girándose a verla. Al notar el corte inmediatamente tomó un trozo de toalla de papel y tomando la mano herida de Bella aplicó presión –Vamos al baño amor, ahí tenemos el botiquín para curarte.
Bella se dejó llevar peleando las náuseas y manteniendo su mano lo más lejos posible de sí misma. Ya estaba a punto de desmayarse.
Edward le indicó que se sentara en la tapa del WC y buscó un poco de antiséptico y gaza para hacer un vendaje. El corte era pequeño pero profundo, y sangraba profusamente.
Bella cerró los ojos completamente entregada y trató de acompasar su respiración respirando por la boca. Edward si es posible, sintió que se enamoraba aún más de ella al ver lo frágil y delicada que era. Se sintió un hombre fuerte junto a ella… su héroe, capaz de curar sus heridas.
-Ya está amor, no más sangre, estás lista –Dijo él besando la frente de Bella.
-Gracias… -Dijo ella abrazándolo por la cintura –La sangre y yo… Agh! –Dijo moviendo la cabeza.
-Lo sé amor… crees que aún podremos salir? Si quieres nos quedamos en casa… -Ofreció él.
-No! –Exclamó Bella inmediatamente –Quiero decir que estoy bien… el aire fresco me va a hacer bien…
-Está bien, vamos? –Dijo él extendiéndole una mano para ayudarla a ponerse de pié. Ella obviamente la aceptó y entraron a la cocina de la mano.
Esme los miró atentamente y dijo
-Bella querida! Estás verde! No quieres que Edward te lleve a tu casa? –Preguntó maliciosamente. Para Bella ese era el escape perfecto, pero el hecho de que la madre de Edward lo propusiera hizo que ella se revelara contra ella y dijera
-No gracias Esme… el aire fresco me ayudará a sentirme mejor. Gracias de todos modos –Dijo y se sentó junto a ella mientras Edward terminaba de preparar los dichosos sándwiches. Una vez que estuvo todo listo, Edward sacó un montón de fruta de la nevera y empacó todo en un cooler.
-Estamos listos amor… nos vamos? –Preguntó Edward.
-Sí, claro… hasta luego Esme –Dijo Bella besándola en la mejilla y recibiendo una palmadita en el brazo como respuesta.
-Diviértanse! –Dijo Esme pensando en que definitivamente había algo que no le gustaba acerca de Isabella Swan, pero mientras su hijo estuviera totalmente enamorado de ella no había nada que pudiera hacer.
Antes de salir de la casa Bella se disculpó para ir al baño, y después de hacer pis (después de todo se había bebido varias tazas de té de rosas) decidió llamar a Alice para contarle de sus planes.
Marcó el número 1 de su discado automático y después de dos rings una voz masculina contestó.
-Jasper? –Preguntó Bella enormemente dolida. Alice no había dicho nada acerca de verse con Jasper ese día.
-Oh sí, Hola Bella! -Dijo en voz baja y medio adormilada.
-Hola… podría hablar con Alice por favor? –Preguntó Bella furiosa pero tratando de controlar su voz. Por qué demonios estaba él contestando el teléfono de Aly?
-Es urgente? –Preguntó él susurrando –Porque verás… está dormida… -Confidenció.
-Dormida… y dónde están Jasper? –Preguntó Bella mordiéndose el labio para no gritar.
-En mi casa… de verdad si quieres la despierto –Ofreció él.
-No… no hace falta. Gracias Jasper, sigue durmiendo –Dijo Bella y cortó mientras lágrimas de rabia y frustración caían por sus mejillas. Alice estaba en la cama con Jasper! Durmiendo… durmiendo después de qué? Aaaaah! Maldita sea! Odió a Jasper por estar con su novia en ese mismo momento, y odió a Alice por traicionera. Lo de anoche no había significado nada para ella? Habían hecho el amor, se habían dicho que se amaban… y al día siguiente Alice se metía a la cama de otro, sólo dios sabe para hacer qué.
Bella se limpió los ojos con un poco de papel higiénico y se alistó para salir dignamente del baño. Alisó su vestido, arregló su cabello y abrió la puerta para dirigirse a la entrada de la casa donde la esperaba Edward.
-Y el cooler? –Preguntó ella.
-Todo cargado en el auto –Dijo él abrazándola para besar su coronilla. Pero Bella lo sorprendió levantando sus labios hacia él y besándolo con pasión… Más pasión de la que había demostrado nunca.
Edward, extasiado, la apretó contra su cuerpo y acarició su espalda mientras ella enredaba sus dedos en el sexi cabello de él, desordenándolo aún más.
Edward emitió un gruñido de satisfacción y con mucha dificultad rompió el beso, convencido de que tendría que caminar agachado para que ella no notara su erección.
-Te amo Bella… -Dijo besándola en la punta de la nariz y abriendo la puerta de entrada de la casa para dejar salir a su novia.
-Te amo, Edward –Dijo ella sin vacilar, con la frente en alto y mirándolo a los ojos. Y Edward le creyó…
Se subieron al auto y el viaje al campo fue silencioso. Edward sostenía la mano de Bella entre las suyas y escucharon música clásica en la radio, una de las pocas cosas que realmente tenían en común… su gusto por Debussy.
Llegaron más pronto de lo esperado a un prado repleto de pequeñas flores de colores, y estacionando el auto a orillas del camino saltaron la alambrada (con alguna dificultad por parte de Bella y su vestido) y eligieron un árbol bajo el cual armar su picnic.
Una vez elegido el árbol perfecto, Edward extendió una gruesa manta en el suelo y le indicó a Bella que se sentara. Luego fueron sacando entre los dos toda la comida del cooler. Era un verdadero festín.
Edward se recostó en la manta y apoyó su cabeza en las piernas de Bella y cerró los ojos satisfecho. Aquí era exactamente donde quería estar.
Bella comenzó a acariciar su cabello mientras tarareaba una melodía, y de pronto sorprendió a Edward besándolo suavemente.
Él respondió tentativamente al principio, sorprendido por su iniciativa, y se aferró al cabello de ella que caía desparramado en su pecho. Bella lo besó en la boca, en los párpados, en las mejillas y en la frente. Quería agradecerle por estar ahí, con ella, incondicionalmente.
De alguna manera se encontraron ambos recostados sobre la manta entre la comida dispuesta, esquivando sándwiches, manzanas y uvas. Edward no quería faltarle el respeto a Bella y de ninguna manera se permitiría tener sexo con ella en mitad del campo, pero mal que mal era un chico de 17 años y sus hormonas lo gobernaban.
Bella por su lado necesitaba vengarse de Alice y sus manipulaciones. No quería que tuviera un novio? Pues aquí estaban las consecuencias! Y siguió besando a Edward como si la vida se le fuera en eso.
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Auch! Parece que ambas chicas están usando la artillería pesada para manipular a sus pobres novios…! En el próximo capítulo las volvemos a reunir… se dirán la verdad?
Reviews=Asallam feliz=continúa esta historia.
Hola por primera vez visito tu blog, yo te sigo en ff.net soy Steph_Cullen.
ResponderBorrarYo Bella hago lo mismo,la pela no es adivina para saber que Aly no hizo nada con Jazz, pero las chicas están jugando con fuego, hombre es hombre...
Ya quiero verlas juntas y q se digan la verdad, no me gustaría que se dejaran por malos entendidos...
Buenos espero leer el cap pronto.
Saludos desde Panamá, abrazos.
Hola Steph, claro que te recuerdo de FF! Tuviste suerte con este cap, ya que aún no lo publico en FF, es un adelanto que tenía sólo para mi blog.
BorrarEspero que sigas leyendo mis historias,
Cariños y gracias por comentar!
wii!! tengo suerte ayer lei tu historia y tenia algo de miedo k no la actualizaras pero lo has hecho es genial :)
ResponderBorrarno la abandones yo te sigo y pocas beses leo historias inconclusas pero tu eres una gran escritora y no me has desepcionado me e leido casi todas tus historias y son geniales :D
sigue escribiendo
besos =*
Muchas gracias Sophie, que bueno que te guste como va la historia... la trataré de actualizar a lo menos una vez a la semana, así es que no te quedarás esperando mucho por el próximo capítulo.
BorrarGracias por leer y comentar.
Un abrazo
Hola...
ResponderBorrarDe verdad fue una suerte que me pusiera a curosiar tu perfil y vi que tenias un blog y entre, fue una sorpresa encontrarme con el cap 6 :)
Gracias por seguir la historia, se que es difícil ya que la temática es homo que no es muy fácil escribir.
Eres una escritora de 10!!!!
Saludos desde Panamá.
Muchas gracias Steph! Espero seguir complaciéndote con esta historia. Un abrazo y buen fin de semana!
Borrar:D (Y)
ResponderBorrarDisculpa es muy buena tu historia
ResponderBorrarla continuaras..??