Hola a todos! Tanto tiempo sin actualizar! Es que esta historia es uno de los desafíos más complicados que me he propuesto como escritora y no ha recibido tanto apoyo como otras historias más "tradicionales"… en fin, si les gusta Sweet Moon, denle like o déjenme una review para saber que vale la pena seguir actualizando.
Abrazos para todos,
R.
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Capítulo 4
There were times I didn't understand
And there were times I wouldn't hold your hand
But baby now I'm here for you
'Cause baby I am so in love with you
I'm gonna stand by my woman now
I'm gonna stand by my woman now
'Cause I can't live my life alone
Without a home
Stand by my woman /Lenny Kravitz
Aunque su relación con su novia había comenzado de manera poco convencional, Jasper estaba ahora genuinamente enamorado de ella, enérgica, sexi y preciosa, y por lo mismo no dejaba de soñar con llevar su relación al siguiente nivel.
Pero Aly nunca había estado con un hombre, eso lo intuía Jasper, y como el genuino caballero que se preciaba de ser, él no quería ponerle presiones, y la trataba como a una dama.
Eso por supuesto, no lo eximía de tener las más alocadas y eróticas fantasías con ella como protagonista: Alice dándole sexo oral… Alice doblada sobre cualquier superficie imaginable mientras él la cogía por detrás, Alice con sus piernas abiertas mientras él lamía su conchita… el repertorio era interminable, pero el resultado siempre era el mismo… dolorosas erecciones o vergonzosas descargas nocturnas que lo obligaban a cambiar sus sábanas mucho más seguido que de costumbre.
Esa mañana había estado soñando con hacerle el amor a su Aly tal como había visto en una película porno de su hermano Peter… sexo sobre su moto (estacionada), Alice con sus piernas muy abiertas mientras él lamía su coñito mojado, ella dando grititos de placer con sus dedos entrelazados en el cabello rubio de Jasper, acercándolo más a ella.
En sus fantasías Alice lo empujaba hasta sentarlo sobre la moto y luego ella se sentaba en su erección, cabalgándolo incansablemente, con sus pechos bamboleantes y completamente desinhibida.
Finalmente su fantasía culminaba cuando Alice se agachaba para recibirlo por atrás, sexo fuerte, duro, salvaje. En ese momento Jasper había despertado a punto de hacer otro desastre en sus boxers y sus sábanas, con la respiración agitada y una erección tan dolorosa que un par de caricias lo harían acabar.
Se levantó de la cama y caminando medio agachado y maldiciendo entre dientes se dirigió hacia su baño, donde procedió a desnudarse y entró a la ducha. El agua caliente se sintió de maravilla sobre sus músculos tensos, y con su mano derecha empuñó su erección.
Comenzó a recordar su sueño, recordó cómo lucía Alice desnuda frente a él en sus fantasías, y se la imaginó de rodillas en la ducha, tomando su polla y metiéndosela en la boca una y otra vez, acariciándosela con la lengua mientras sus manitas acariciaban sus bolas…
-Aaaaaaaagh! –Gimió Jasper y derramó su semilla en su pelvis y estómago. Simplemente no podía durar más al fantasear con Alice de esa forma. Y no quería pensar en lo que sucedería cuando finalmente tuvieran relaciones sexuales… él sabía que sus fantasías no le harían justicia a la realidad.
Porque Jasper no era virgen, pero nunca antes había estado enamorado, y jamás había deseado a una chica de la manera en que deseaba a su ángel… a su Aly.
…oOo…
Edward tenía un estricto código de ética traspasado por sus padres. Él quería llegar virgen al matrimonio, y por eso tener a una novia como Bella era ideal… la chica era tan tímida que apenas si se atrevía a besarlo, lo que atraía a Edward como una polilla a la luz.
Su inocencia y falta de malicia, su pureza y honestidad eran cualidades que Edward valoraba en su novia y que simplemente no encontraba en otras chicas de la escuela. Porque él era Edward Cullen, deportista de elite y genio matemático, era guapo e inteligente y el rey de la escuela, y todas se morían por él… bueno, todas menos Bella.
Y Edward se moría de ganas de volverla loca por él, de obsesionarla como él se obsesionaba, de hacerla desearlo como él la deseaba.
Porque aunque con culpa, Edward, como cualquier chico de su edad, fantaseaba con su novia, a la que apenas había besado con lengua, pero que por las noches, en sus sueños, cogía de las formas más impúdicas.
Edward estaba enamorado desde hacía muchos años de Bella, y su mente estaba enfocada en una sola meta… convertirla algún día en su esposa. (Para luego cogerla como Dios manda).
Pero siendo virgen, su experiencia estaba limitada a tantear los pechos de la zorra de Tania Denali en el asiento de atrás de su Volvo, por lo que debía compensar con su imaginación lo que no sabía por la práctica.
En sus sueños, él hacía el amor a Bella en una cama bañada por pétalos de rosa y la luz de la luna. Bella, tan inexperta como él, se entregaba tímidamente a sus caricias, y el hecho de corromper esa inocencia era el catalizador de los mejores orgasmos que Edward había disfrutado en su vida.
Esa mañana de domingo Edward despertó con una conocida viscosidad entre las piernas, y maldiciendo sus fantasías eróticas y su poco control sobre su cuerpo se levantó y se metió a la ducha para limpiarse y despejar su mente.
El agua caliente hizo maravillas en su cuerpo, relajándolo y dándole tiempo para hacer planes…
Bella le había dicho que ese día domingo podían verse, y él decidió aprovechar que ella había accedido sin condiciones para planear la cita perfecta y entregarle su regalo de cumpleaños… un hermoso brazalete del cual colgaban múltiples pequeños dijes de colores.
…oOo…
Alice y Bella despertaron desnudas después de haberse hecho el amor dos veces la noche anterior. Bella fue la primera en despertar y se quedó observando a Alice dormir por un largo rato.
Aly era hermosa, una verdadera muñequita de porcelana… y su cuerpo! Cuanto placer le había dado. Bella reflexionó en silencio sobre cómo mantendrían ahora la fachada de pura amistad. Ellas eran mucho más que amigas, eran amantes… almas gemelas tal vez? Y si antes había sido difícil esconder sus sentimientos, ahora que se los habían declarado con sus cuerpos y con palabras era un sacrilegio tener a Edward y Jasper involucrados en sus vidas.
Pero… y si se descubría que la hija del comisario era una lesbiana? La palabra sonaba sucia en la mente de Bella, aunque en el fondo sabía que eso es lo que era. Y tendría que aceptarlo por su bien y el de Alice… Oh los padres de Alice! Siempre ausentes, pero siempre demandando el mejor comportamiento de parte de su hija… seguro que tener sexo con una chica no era lo que esperaban de una Brandon…
-Qué piensas Bella? –Preguntó Alice acariciando su rostro. Bella estaba tan concentrada en sus divagaciones que no se dio cuenta de que Aly había despertado.
-En ti… en nosotras… -Dijo Bella inclinando su rostro para besar levemente a Alice en los labios.
-Cosas buenas? –Preguntó Alice con una sonrisa.
-Aly… -Preguntó Bella yendo directo al grano –Qué somos tú y yo?
-Tú eres mi amor –Dijo Alice sincera.
-Pero… Y Edward? Y Jasper? –Preguntó Bella con lágrimas en los ojos.
-Son nuestra fachada… Bella ya habíamos hablado de esto antes…! -Dijo Alice endureciendo su tono.
-Lo sé, pero… es tan injusto para ellos… y odio tener que actuar como la novia de alguien que no seas tú! –Dijo Bella, rebelde.
-Y qué quieres? Que le digamos al mundo que somos un par de lesbianas? Porque lo podemos hacer Bells, pero a qué precio? –Dijo Alice, desafiante.
-No lo sé! –Dijo Bella llorando –No lo sé, pero lo de anoche fue importante para mí, pero tú quieres actuar como si no hubiera pasado nada!
-Crees que me agrada verte de la mano con Edward? Crees que me gusta verlo besándote en los pasillos? Eres mía Bella! Nadie tiene derecho a tocarte más que yo –Dijo Alice intensamente, y tomando el rostro de Bella con ambas manos le dio un beso posesivo, casi doloroso –Pero estoy de manos atadas! Sin nuestra coartada todo se vendría abajo… tu papá, mi familia…
-Entonces nunca vamos a poder vivir nuestro amor en paz? –Preguntó Bella desconsolada, sin dejar de lagrimear.
-Cuando nos vayamos a la universidad –Respondió Alice –Nos podemos ir a New York o a Miami… cualquier lugar lo suficientemente lejos de aquí y rentar un lugar para las dos… y no tendremos que aparentar más!
-Pero falta tanto para eso! Tres años Aly! Tres años de fingir –Dijo Bella y siguió llorando. Alice simplemente la abrazó y se quedaron en silencio por largo rato.
-Bella, yo te voy a seguir amando en tres años… por eso yo puedo esperar… tú no? –Preguntó Alice tratando de razonar con Bella.
-Sí Aly… lo nuestro es para siempre –Respondió Bella limpiándose los ojos.
En ese momento sonó el celular de Bella. Ella se estiró para contestar y pudo ver en la pantalla quién llamaba… "Edward".
-Hola…? –Dijo Bella con la voz temblorosa.
-Bella amor! Buenos días… -La saludó Edward con entusiasmo, ignorando la voz de Bella –Cómo amaneciste?
-Oh… Eeeeeh… bien –Dijo Bella sin saber cómo hablarle a Edward luego de hacerle el amor a Alice… mientras se encontraba aún desnuda en su cama.
-Bella te llamaba para organizar nuestro día juntos –Dijo Edward ignorando el tono incierto de su novia –Tengo todo planeado para nosotros.
-Todo el día? –Preguntó Bella alarmada.
-Sí amor, a menos que tengas algo más planeado para el día… -Dijo Edward.
-No exactamente… Alice y yo… -Dijo Bella para ser interrumpida por Edward.
-Alice y tú ya pasaron el día de tu cumpleaños juntas... no crees que me toca un día para mí? –Razonó.
-Sí Edward… tienes razón –Dijo Bella poniéndose de pié y dirigiéndose al baño para no tener que ver la cara de Alice en ese momento, aunque sabía que estaba pendiente de cada palabra.
-Te paso a buscar entonces… media hora más estará bien? –Preguntó.
-Sí, seguro… -Dijo Bella.
-Estás en casa de Alice? –Corroboró Edward.
-Si… -Murmuró ella mirándose al espejo y odiando a la mentirosa que se reflejaba de vuelta…
-Nos vemos en media hora entonces, un beso! –Dijo Edward y colgó sin esperar su respuesta.
Bella entró a la ducha y rompió a llorar, y el agua lavó sus lágrimas.
Luego salió de la ducha y envolviéndose en una toalla limpia salió a la habitación de Alice, quien vestía una bata de raso.
-Vas a salir con él? –Le preguntó Alice como si le estuviera preguntando por el clima.
-Sí –Respondió Bella con un tono de voz neutro.
-Bien…! -Dijo Alice apretando tanto los puños que sus uñas se enterraron dolorosamente en la palma de sus manos.
Bella se vistió en silencio bajo la atenta mirada de Alice, que incluso la ayudó a maquillarse y a arreglar su cabello. Demasiado pronto sonó el timbre y Bella corrió a abrirle la puerta a Edward.
-Bella, amor, te ves preciosa –Dijo Edward mirándola embobado. Ella vestía un vestido de verano con sandalias de taco mediano y una chaqueta liviana, todo en tonos de azul, ropa recién comprada en su paseo del día anterior en el centro comercial –Hola Alice –Dijo mirando a la pequeña figura que fisgoneaba desde el segundo piso.
-Hola Edward… -Dijo Alice aparentando su típico entusiasmo.
-Gracias… nos vamos? –Dijo Bella que no quería que Alice viera más de lo necesario de su interacción con su novio.
-No me das un beso de buenos días? –Preguntó Edward con voz ronca por el deseo.
-Sí… claro –Dijo Bella cerrando los ojos y besando tímidamente a Edward. Para mortificación de Bella él la tomó de la cintura y profundizó el beso sin importarle que tuvieran audiencia.
Edward se sintió en el séptimo cielo ante la perspectiva de pasar todo el día con su Bella y Bella debió aguantar las lágrimas de culpabilidad que le producían el traicionarse a sí misma y a sus sentimientos.
Una vez que terminó el beso de bienvenida Edward la tomó de la mano y haciendo una seña a Alice los dos salieron de la casa.
Alice se quedó sola en el pasillo del segundo piso como paralizada y sólo una lágrima rodando por su mejilla delató su tumulto interior. Momentos después se fue a su habitación y tomó su celular buscando entre su lista de contactos hasta que encontró el que necesitaba.
-Aló, Jazz?
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Bueno, qué les pareció? Si quieren que continúe con esta historia dejen su review, buena o mala me impulsará a seguir escribiendo.
Cariños a todos!
a mi me gusta mucho esta historia, que pena que no la sigas :(
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