Holas, como siempre, me gustaría escribir más rápido para ustedes, pero hay taaanto que hacer y tan poco tiempo
para hacerlo… Pero sé que mis lectoras me entienden y saben que no las
abandonaré.
Van un par de sorpresitas en este capítulo, ojalá las disfruten.
Mil abrazos.
A.
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Capítulo 13
I don't mind not knowing what I'm heading for
You can take me to the skies...
Oh it's like being lost in heaven
When I'm lost in your eyes
I get weak in a glance
Isn't this what's called romance?
Oh, I'll be found
When I am lost in your eyes
You can take me to the skies...
Oh it's like being lost in heaven
When I'm lost in your eyes
I get weak in a glance
Isn't this what's called romance?
Oh, I'll be found
When I am lost in your eyes
In Your Eyes / Debbie
Gibson
BELLA POV
Nuestra ceremonia de Bautismo fue bastante anticlimática.
En primer lugar porque no se esperaba de nosotras que
hiciéramos nada más que dejarnos ungir en agua bendita, sin preguntarnos nada y
sin exigir que hiciéramos nada. Ni siquiera fue de esos bautizos que uno ve en
la tele en que te hunden en una piscina de niños y emerges convertida, llena
del Espíritu Santo y hablando en lenguas muertas.
La verdad es que yo aún estaba deliberando sobre si creía en
Dios, y de creer, no estaba segura de querer adoptar la Iglesia Católica como
mi nexo con Él. Había otras religiones incluso fuera del cristianismo que se
acomodaban mejor a mi modo de pensar, pero lamentablemente no había internados
budistas para niñas pre-aprobados en el área.
Como sea, a partir del domingo me convertí oficialmente en una
católica más, y si me moría no iría al limbo como los moros y bebés no
bautizados… Algo es algo…
A la salida de la iglesia se acercó un motón de gente a
felicitarnos a Char y a mí, genuinamente complacidos de nuestra incorporación a
sus filas. Si tan solo supieran…!
Entre el tumulto Char de repente desapareció…
Y por supuesto, entre quienes se acercaron a felicitarme estuvo
Joshua con su sonrisa bobalicona y sus brazos enormes. Antes de que pudiera
reaccionar me levantó y me hizo girar en el aire.
-Bella, ya no te vas al limbo! Eso hay que celebrarlo,
adónde quieres ir? – Preguntó.
-No creas que ya me libré, que ahora soy católica y mis
pecados valen más… Lo bueno es que si los confieso se borran… – Dije pataleando
para que me soltara – De todos modos mis acciones pasadas me hacen pensar que
estoy más cerca de bajar que de subir cuando me muera…
-Naaaah – Dijo frotando sus nudillos en mi coronilla,
despeinándome y cabreándome – Tú eres una niña buena, seguro que cuando mueras
te van a tener que meter en un ataúd extra-grande para que quepan tus alas y el
halo.
-Eso sería interesante de ver… - Musité – Podría donar mi
cuerpo y terminar como parte de la exhibición de un circo itinerante de
fenómenos, conservada en un enorme frasco de conservas lleno de formaldehido… -
Solté sin pensar.
-Tienes las mejores ideas! – Me dijo con una sonrisa
aprobadora – De qué color es tu vestido? – Preguntó cambiando radicalmente de
tema.
-Ugh? – Pregunté despistada porque seguía buscando a Char
entre la multitud y por el abrupto cambio de tema.
-El baile, tu vestido, de qué color es… - Aclaró ansioso.
-No sé, no tengo un vestido – Respondí encogiéndome de
hombros – He estado demasiado ocupada haciendo otras cosas como para conseguir
uno…
-Pero qué clase de chica eres? Una chica normal ya habría
tenido su vestido listo desde hace un mes! Y ya estaría mandando a ajustar el
vestido para el próximo evento! – Gesticuló como si no pudiera creer mi falta
de etiqueta.
-Hey! – Lo empujé – Qué te pasa? Soy normal, sólo que entré
a este colegio hace menos de una semana y he estado haciendo cosas más
importantes que tratar de impresionar a los mismos tarados que me ven todos los
días en uniforme! Además a ti qué te importa el color de mi vestido? Aunque lo
supiera no te lo diría – Dije cruzándome de brazos, decidida.
-Necesito saber el color de tu vestido para mandar a hacer
tu corsage – Me explicó, y me sentí mal de ser tan desagradable con él.
-No vamos a ir como pareja Josh, así es que no tienes que
preocuparte de esos detalles – Le dije suavizando un poco mi voz.
-Tienes que usar un corsage – Dijo firmemente – Mi corsage.
-Y qué significa eso? Es como cuando un perro marca un
árbol? Si uso tus flores soy tuya por la noche? – Pregunté y su cara de
culpabilidad lo delató sin tener que decir nada más – Me lo imaginaba – Dije –
No voy a usar el corsage de nadie Josh, si quiero uno me lo compraré sola.
-Bella, no te pongas así… - Me dijo mientras yo me volteaba
acercándome a la salida. Char no se veía por ninguna parte – Sólo quiero que
nuestra cita sea perfecta…
-No es una cita! – Exclamé – Vamos con un grupo de amigos.
-Déjame ser el amigo que te regala las flores – Insistió.
-Josh, por qué insistes tanto conmigo? – Pregunté girándome
para enfrentarlo, creando una congestión.
-Porque me gustas – Dijo rodando los ojos, como repitiendo
lo obvio.
-Y Char? Por qué no persigues a Char? Ella también es nueva,
y es mucho más bonita… – Dije levantando una ceja.
-Me gustan las morenas – Dijo simplemente – Además Charlotte
me da miedo – Agregó más suavemente, estremeciéndose.
-Haces bien, Char podría patear tu trasero – Le dije
honestamente.
-Y entonces no quieres flores? – Dijo Josh por última vez.
-Gracias, pero no estaría bien aceptarlas. Me tengo que ir,
nos vemos por ahí… - Dije sintiendo no poder darle lo que quería... Pero
recibir su corsage sería darle falsas esperanzas y eso no era lo correcto.
Y entonces junto a la puerta… Una alucinación…
-Emmett? – Grité.
-Hola Belly – Dijo con su voz potente y risueña, como si
hubiera hecho una travesura.
-Emm! – Grité corriendo hacia él entre la gente. Él abrió
sus brazos y me recibió cuando salté colgándome de su cuello con los brazos y
de su cintura con las piernas como habíamos hecho tantas veces antes.
-Belly! Te han ungido, eres una de ellos! – Exclamó
apretándome tan fuerte como resistí. Estábamos dando un espectáculo y nos
estábamos mojando con la llovizna, y no me importó ni un poco.
-Te extrañé tanto…! – Exclamé – Y te quiero mucho, y estás
aquí, y buaaaaaa! – Me puse a llorar hundiendo mi rostro en su cuello.
-Shhhhh – Dijo meciéndome y acariciando mi cabello – Cómo
crees que me perdería una ocasión como esta? Mi Bells está un paso más cerca de
la salvación… Felicitaciones!
-No te burles de mí – Refunfuñé aferrada a él, aun
rodeándolo con piernas y brazos.
-Hablo en serio Bells, hasta te traje un regalo – Dijo
entusiasmado.
-De verdad? Qué me trajiste? – Pregunté alejándome un poco
para mirarlo a la cara.
-Si te bajas de mí te lo muestro, porque todo el mundo nos
está mirando, o más bien te están mirando el trasero… Garrett sabe que usas
estas faldas tan cortas? – Preguntó apuntando a mi uniforme, el que debimos
usar al ser el bautismo un evento organizado por el colegio.
-Sí, sí sabe… Todos supieron antes que yo – Reclamé.
-Belly… - Dijo dejándome en el suelo – No te pongas triste,
mira lo que tengo para ti – Dijo metiéndose una mano al bolsillo y sacando una
bolsita de género de color verde agua, bordada con muchos colores – Espero que te
guste – Dijo - Ha estado en mi familia durante mucho tiempo, y ahora quiero que
la tengas tú.
-Tu familia? – Pregunté emocionada – Tu familia de verdad?
-Sí, cuando me enteré de que murió mi mamá entré a la casa
antes del funeral y me llevé algunas cosas que tenían valor sentimental, como
un álbum de fotos y un par de joyas, ya que no había un heredero directo, yo
fui hijo único. Ella cada domingo usaba ese collar… - Explicó.
-Pero entonces no me lo puedes dar… - Dije apretando la
bolsita contra mi pecho - Es tuyo, era
de tu mamá…
-Es de mi familia y tú eres mi hermana – Dijo encogiéndose
de hombros – Quiero que tú lo tengas.
-Emm… - Dije con un nudo en la garganta, lanzándome a sus
brazos otra vez.
-Ya Bells, ya… - Dijo luciendo a punto de ponerse a llorar también
– Tranquila y abre tu regalo…
-Me alejé un poco y desanudé la bolsita admirando el hermoso
diseño que la adornaba, y la vacié en la palma de mi mano derecha… Era un
pendiente en forma de cruz, pero era mucho más que eso… Era una cruz con un
diseño distinto a cualquier cosa que hubiera visto… Era de plata antigua y el
trabajo de orfebrería no era perfecto, dándole un encanto artesanal. Estaba
decorada con piedras rojas, verdes y celestes, y un par de piedras lila que
asumí que eran aquamarinas o amatistas… Era barroca, extraña y hermosa.
-Te gusta? – Preguntó Emm cuando el silencio se extendió. Yo
hacía lo posible por no llorar – A lo mejor es muy vieja o prefieres algo más
sencillo… Tú nunca usas joyas, pero como era tu bautismo pensé que la cruz
sería apropiada…
-Es perfecta – Susurré – Perfecta… Pónmela – Dije girándome
y levantando mi cabello para que la pudiera abrochar.
-Es sólo plata, quisiera que fuera de platino o al menos oro
blanco, pero es de plata. Las piedras incrustadas son coral, amatistas y
turquesas – Explicó como disculpándose.
-Es el pendiente más lindo del mundo, y lo adoro – Le dije
girándome con el colgante en mis manos – Gracias Emm, y gracias por venir… No
pensé que hoy me importara no tener a mi familia a mi lado, yo sé que este es
un bautismo falso, pero no sabes lo feliz que me hace que hayas estado conmigo…
-En cuanto supe que era una ocasión especial no podía dejar
de venir – Respondió – Te he extrañado…
-Y no tuviste problemas para venir? – Pregunté - Lis ya está
más estable? Jasper puede controlarla solo?
-Pffffff! – Resopló – Es horrible! Se la pasan todo el día
cogiendo como conejos, y yo me aburro muchísimo…
-Entonces ya se enamoraron? – Pregunté.
-A primera vista, como todos – Dijo Emmett encogiéndose de
hombros – O sea… Todos menos tú… - Dijo sobándose la nuca, luciendo incómodo.
-Emm… Lo mío no fue a primera vista, yo no soy un vampiro ni
tengo los instintos de uno. Pero he conocido a Garrett y me he ido enamorando de
él poco a poco… - Confesé.
-Y se lo has dicho? – Preguntó interesado.
-No exactamente… - Dije – Hace días que no hablamos…
-Díselo Bells, no hay nada que le gustaría escuchar más, él
te ama muchísimo, trata de hacerlo feliz, es un buen hombre – Me aconsejó.
-Lo haré, en cuanto lo vea se lo voy a decir – Le aseguré.
-Te tengo otra sorpresita… - Canturreó Emm cambiando de tono
a algo más ligero.
-Qué? Qué? – Salté en mi sitio.
-Me acabo de inscribir en el colegio del frente, ahora que
Jasper no me necesita voy a poder estar contigo! – Exclamó.
-Aaaaaaaah! – Grité tomando sus manos y tironeándolo de pura
emoción – No lo puedo creer! Me encanta la idea! Soy tan feliz! Los demás te
dieron permiso? – Pregunté para saber qué tan definitivo era el plan.
-No es que necesite el permiso de nadie, pero sí, tengo el
visto bueno de los demás, no es como si pudiera inscribirme sin un adulto
responsable, menos en un internado – Explicó levantando y bajando las cejas.
-O sea que… - Dije sin poder creerlo – Él está aquí? – Susurré.
-Te está esperando en tu dormitorio – Me dijo guiñándome un
ojo – No sabíamos cómo reaccionarías al verlo, y como se supone que es tu tío…
No nos quisimos arriesgar a que lo besaras o algo así, no queremos que llamen a
Servicios Sociales, verd…? – Dijo y fue interrumpido por la voz de Gaby.
-Hola Bella, no nos presentas a tu amigo? – Preguntó
evaluando con ojo crítico a Emm, y claramente disfrutando de lo que veía.
-Este es mi hermano Emmett – Dije con una sonrisa orgullosa
– Se va a incorporar al otro colegio a partir de mañana. Emm, estas son mis
amigas Gaby – Gaby le dedicó una sonrisa que era como una invitación abierta a
lo que quisiera – Esta es Kristen – Dije, y ella sonrió amigable y sincera – Y por último esta es Emily – Dije
señalando a Emily, que estaba un poco cubierta por una columna en la que se
apoyaba y estaba concentrada mirando para otro lado, hacia unos chicos que
discutían acaloradamente sobre algo relacionado con Star Wars versus Star Trek
– Emily! Emily! – Exclamé hasta que me miró sorprendida saliendo de su
ensimismamiento – Este es mi hermano Emmett…
Y entonces sucedió lo imposible.
El rostro de Emm se transformó, pasando de su cara de
picardía habitual a algo profundo y trascendental. La miró como si ella fuera
la única mujer en el planeta, la única creatura que importaba, un milagro…
Emmett había encontrado a su pareja en Emily, que siendo una
humana como yo, no sintió ninguna fuerza sobrenatural afectándola, sino que solamente
se vio abrumada por la belleza extraterrenal del hombre que tenía al frente.
-Ho… Hola – Tartamudeó Emily.
-Hola – Susurró Emm – Soy Emmett, eres amiga de Bella?
-Sí – Dijo ella tímidamente. Gaby y Kristy miraban atónitas
lo que ocurría, y yo necesitaba largarme de ahí. Debía buscar a Garrett.
-Chicas, necesito pedirles un favor… - Les dije sabiendo que
probablemente la única que me escucharía sería Kristy, la más centrada de las
tres.
-Dime – Dijo Kristy quitando los ojos de la escena que se
desarrollaba frente a ellas.
-Tengo que hacer algo urgente, es posible que ustedes se
queden un rato con Emmett? – Pregunté.
-Claro, no hay problema – Dijo asintiendo – Le podemos
mostrar los exteriores y los edificios comunes, pero se va a tener que
conseguir a un chico que lo guíe en su colegio e internado.
-Apuesto que Josh no tiene problemas en ayudar con eso –
Dijo Gaby buscándolo con la mirada, encontrándolo fácilmente. Estaba cerca y
mirándonos fijamente con el ceño fruncido – Hey Joshua! – Lo llamó.
-Qué? – Preguntó él sin moverse de su sitio.
-Tenemos que pedirte algo, acércate – Dijo Gaby.
-Josh se acercó reticente, pero no se negó.
-Pedirme qué? – Preguntó mirándome enojado.
-Este es Emmett, el hermano de Bella, que se va a integrar
al colegio con ustedes – Lo presentó Gaby. Joshua se relajó enseguida y estiró
su mano y Emmett la estrechó ausente, totalmente distraído por Emily, que lucía
particularmente bonita con los nuevos reflejos dorados en su cabello suelto y
un delicado maquillaje que realzaba sus oscuros ojos verdes. No era una belleza
tremenda y arrebatadora como Rosalie, sino una tranquila y sin aspavientos que
daría paz a mi hermano.
-Nosotras vamos a acompañarlo un rato – Dijo Kristy a Josh ya
que nadie más decía nada, conmigo sorprendida, Emmett embobado, Emily
hipnotizada como un conejo frente a un foco y Gaby decepcionada de que la
atención del chico nuevo no estuviera dirigida a ella - Pero puedes hacerte
cargo a partir de las dos? Así almuerzan juntos… - Le pidió.
-Seguro, nos vemos aquí mismo a las dos? – Preguntó Joshua a
Emm.
-Vale – Dijo Emmett sin prestar atención. Nunca lo había
visto lucir tan intenso – Gracias…
-No hay problema amigo… Bienvenido! – Dijo Joshua, y luego
volviéndose a mí me tomó del brazo para guiarme rodeando el edificio, alejándome
del grupo – Ven… - Susurró
-Qué pasa? – Susurré de vuelta.
-No me dijiste que tenías un hermano – Dijo como si fuera
una enorme falta.
-Tú y yo no hemos hablado casi nada, y nunca preguntaste –
Respondí ansiosa por encontrar a Garrett, donde fuera que estuviera.
-Pensé que él era tu novio, por cómo te abalanzaste sobre
él… - Musitó.
-Lo quiero mucho, y hace tiempo que no lo veía… Fue una
sorpresa, no sabía que vendría – Expliqué.
-Me puse celoso… - Admitió Joshua cándidamente.
-Lo noté – Asentí –Aunque no deberías… Tienes que aprender a
controlarte, tú sabes que yo no te he dado alas. Me encantaría que fuéramos
amigos Josh, pero no más que eso.
-Yo quiero más… - Dijo. Demonios. Qué pasaba que a todos les
daba por ser honestos últimamente? Josh se estaba mostrando totalmente distinto
a la imagen que me había formado de él al conocerlo…
-Agh! No sé qué es lo que pasa en este colegio que de pronto
los chicos me ven toda sexi y deseable… - Dije exasperada - Pero se te va a
pasar, yo no soy como las chicas con las que sueles salir, te aburrirías muy
rápido – Le aseguré buscando una vía de escape.
-Estás presuponiendo demasiado – Dijo sacudiendo la cabeza –
Tu asumes que yo soy un idiota porque calzo con el estereotipo del cabeza de
músculo grande y estúpido, el deportista estrella que sale son la jefa de las
porristas… Y te equivocas. Es verdad que me gusta hacer deporte, pero es porque
soy grande y tengo mucha energía que necesita una vía de escape… Eso no significa
que eso sea todo lo que soy… Me gusta bromear y divertirme, y a veces no me
tomo las cosas muy en serio, pero no soy estúpido Bella, no soy superficial y esperaba
que tú tampoco lo fueras – Dijo claramente decepcionado – Eres linda, eso lo
debes saber, pero no es eso lo que me atrajo de ti… Hay chicas mucho más
vistosas y fáciles en este colegio con las que me podría entretener… - Ante
esto no supe si sentirme halagada u ofendida… - No, tú me gustaste porque
siempre pareces estar concentrada pensando, siempre viviendo en tu mundo
interior… Tienes conversaciones contigo misma y me da curiosidad saber qué es
lo que te dices…
-Joshua yo… - Traté de decir algo pero no se me ocurrió
nada. Qué raro que no se había aparecido Brennan, hasta él sería bienvenido
para rescatarme de esta situación…
-No te molestes, entiendo, si no te gusto no te gusto, no
necesitas suavizar el golpe. De todos modos en este momento tú no me gustas
demasiado… - Dijo Joshua tratando de sonar indiferente.
-Joshua, el problema no eres tú – Le dije falta de palabras.
-“No eres tú, soy yo”? Vamos, eres una chica lista, búscate
algo más original! – Exclamó cabreado.
-No eres tú – Repetí modulando claramente – Es que hay
alguien más. Amo a alguien más. Tú me caes bien y me encantaría que fuéramos
amigos, tu carácter se parece mucho al de Emmett y creo que se pueden llevar
bien, pero esas son mis razones, hay otra persona – Le expliqué. Él me miró
sorprendido.
-Por qué no dijiste nada antes? – Preguntó.
-Porque nosotros no somos tan amigos, y tú nunca me
preguntaste – Dije una vez más perdiendo la paciencia - Josh lo siento, pero
tengo que estar en otra parte ahora ya! Luego hablamos… - Dije alejándome.
-No hemos terminado – Dijo él frunciendo el ceño.
-Seguro, ya seguiremos hablando después – Le dije desde unos
buenos diez pasos de distancia – Adiooooos! – Dije y partí corriendo.
-Corrí sin descanso por el jardín hacia mi torre, y llegué
jadeando a la puerta de nuestra habitación con la ganzúa en la mano, pero no la
alcancé a meter en la cerradura cuando la puerta se abrió y apareció la figura
alta, el cabello desgreñado siempre un poco largo, la mirada intensa, y el
rostro perfecto que anhelaba ver…
-Garr! – Exclamé lanzándome a sus brazos. Él me rodeó
envolviéndome con todo su cuerpo y hundió su rostro en mi cabello.
-Isabella – Suspiró.
-Te extrañé – Le reproché sin soltarlo – Y tú no te
comunicaste en varios días y yo estaba -preocupada…
-Lo siento, pero estaba tratando de hacer lo posible por
desocuparme para alcanzar a llegar hoy – Dijo contra mi piel – Odio estar
lejos, odio no poder tocarte…
-Garr… - Dije separándome un poco para poder verlo a los
ojos.
-Dime… – Dijo quitándome un mechón de cabello que había
caído sobre mis ojos – Dios! Cada día estás más hermosa…! – Murmuró como para
sí mismo.
-Te amo – Dije con la voz un poco quebrada con la emoción.
El rostro de Garrett pareció cambiar de pronto,
endureciéndose y haciéndose inescrutable. Esa no era la reacción que estaba
esperando…
-Di algo… - Musité amedrentada. Qué había hecho mal? No era
el momento adecuado?
Pero Garrett no dijo nada. Se enderezó y siguió mirándome
pasivo. No enojado, sino totalmente carente de emoción. Él no era así.
Traté de mantener su mirada, pero era demasiado intensa y
terminé mirándome la punta de los zapatos.
Al final no aguanté más y me giré para correr hacia la única
puerta que sabía que estaría abierta: El baño.
Pero no llegué muy lejos. Apenas di un paso en esa dirección
y ya estaba en los brazos de Garrett una vez más.
-Repítelo – Me ordenó. No me lo pidió amablemente, fue una
orden en toda regla, casi un gruñido… Y no me molestó, sino más bien me produjo
cosquillas en el estómago.
-Te amo… - Susurré muy bajito sin levantar la mirada.
-Repítelo – Ordenó nuevamente tomando mi mentón y levantando
mi rostro para que nuestros ojos se encontraran.
-Te amo – Dije enrojeciendo ante su escrutinio. Me sentía
desnuda, totalmente expuesta a la espera de su veredicto.
Garrett me estudió unos segundos más y de pronto me encontré
en sus brazos, cubierta de besos, de camino a mi habitación.
-Otra vez – Me dijo contra mi boca, pero ya no de manera
intimidante, sino infinitamente dulce.
-Te amo, te amo, te amo… - Dije abrazándolo y marcando mis
palabras con besitos en distintas partes de su rostro. Finalmente me depositó
en mi cama y con todo cuidado me sacó los zapatos y los calcetines.
-Extrañaba tus deditos – Comentó muy despacio, acariciando
mi pierna con una mano y tomando el dedo pequeño del pié derecho con la yema de
sus dedos índice y pulgar de la otra. Mis pies se veían diminutos en sus manos
grandes, pero no alcancé a disfrutar placer que me causaba ese contraste porque
me hizo cosquillas y me retorcí riendo y chillando, tratando de que le
liberara.
Garrett me hacía sentir a la vez más fuerte y madura
emocionalmente, pero infinitamente delicada físicamente. Él era absolutamente
masculino, alto, fuerte, un poco deslavado y tosco. Tenía siempre una sexi barba
de dos o tres días de antigüedad y su ropa privilegiaba la funcionalidad por
sobre la moda…
Pero sobre todo tenía esa seguridad en sí mismo, esa
confianza que yo admiraba y me atraía porque sentía que sin importar qué,
siempre podría contar con él, y él
siempre sabría la respuesta, siempre tendría la solución... Él cuidaría de mí.
Tal vez era poco feminista y hasta reaccionario el concepto,
pero mi confianza radicaba no en que él fuera un hombre, sino en que tenía
siglos de experiencia que lo hacían más sabio, culto y experimentado que nadie
que yo conociera… Incluso más que Carlisle, que probablemente había leído
mucho, pero ha vivido una vida mucho menos intensa y aventurera.
Y claro, confiaba en que me amaba.
Lo sabía.
Lo sentía.
Cada vez que me miraba.
Cada vez que me tocaba.
Cada vez que su respiración se aceleraba.
Cada vez que lo sentía estremecerse por mi simple contacto.
Garrett era una creatura magnífica y yo tenía un enorme
poder sobre él.
-Esta falda es demasiado corta – Comentó acariciando mis
piernas por la cara externa de mis muslos.
-Lo sé, vivo tratando de no mostrar el trasero… – Suspiré
estirando las manos hacia él – Te necesito… Ven…
-Qué necesitas? – Preguntó con una pequeña sonrisa.
-Mil besos – Respondí decidida a no dejarme avergonzar por
lo que sentía.
-Donde quieres tus besos? – Preguntó acercándose hasta
quedar estirado a mi lado. La cama se hacía pequeña para los dos, pero eso era
bueno, nos obligaba a estar más pegados.
-Los quiero aquí – Dije señalando mi mejilla y él
obedientemente siguió mi dedo con sus labios – Aquí – Señalé mi frente – Aquí –
Señalé la punta de mi nariz – Aquí – Apunté el sensible punto bajo mi oreja –
Aquí – Dije señalando mi clavícula…
-Mi pulso estaba acelerado, mi respiración era un poco
superficial, y sus besos eran cada vez más intensos, hasta que no resistí más y
busqué su boca con la mía, reclamándola en un beso feroz, lleno de todos los
sentimientos reprimidos y todos los momentos que no habíamos podido compartir
por estar alejados.
-Otra vez – Dijo tomando el lóbulo de mi oreja en sus labios
y tirando suavemente.
-Te amo Garr… - Dije contra su piel, mientras metía mis
manos bajo su camiseta para acariciar su espalda.
-Estás segura? – Preguntó mirándome a los ojos. Yo
simplemente asentí mirándolo a los ojos, hasta que él suspiró aliviado.
Yo aproveché para rodear su cadera con mi pierna derecha,
dejando que mi falda se convirtiera prácticamente en un cinturón. Garrett
estaba duro para mí y presionó mi sexo con el suyo. Dios! Se sentía bien…
Pero no era suficiente… No lo era para mí y ciertamente no
lo era para él.
Yo sabía que Garrett nunca me presionaría, y que cualquier
avance dependía de mí, por lo que envalentonada por su reacción física metí mi
otra mano en el bolsillo de sus jeans, apretando su trasero y presionándolo
contra mí.
-Isabella detente… - Dijo como si le faltara el aliento.
-No – Dije simplemente, subiendo mi otra pierna por sus
muslos.
-Si no te detienes ahora me vas a hacer las cosas muy
difíciles – Dijo besando mi cuello, bajando, bajando.
-Al revés, te lo estoy haciendo fácil… - Dije sin parar de
rotar mis caderas, buscando rozar ese punto… Ese que me hacía estremecer.
-Isabella… - Jadeó.
-Garrett… - Jadeé.
-…Son años, décadas de bolas azules – Dijo tomando mi
trasero con una de sus manos.
-No más bolas azules – Dije - No más – Y tironeé para
sacarle la camiseta. Él abrió la boca para oponer resistencia pero me ayudó de
todos modos. Su cuerpo estaba medio desnudo y yo tenía demasiada ropa,
demasiadas capas entre nosotros.
Subí los brazos para que me ayudara a sacarme el sweater, lo
que hizo de inmediato y comenzó a desabrochar mi blusa. Cuando llegó al centro
de mi sostén se detuvo y me miró esperando instrucciones… Yo asentí y él
continuó hasta que me hubo quitado la blusa. La sensación de nuestras pieles
unidas era maravillosa, más de lo que hubiera podido imaginar… Era más que
físico, más que sentimental, era casi… químico. Pertenecíamos. No había otro
modo de explicarlo, nos pertenecíamos.
-Quítatelos – Tiré de la pretina de sus jeans.
-Estás segura? – Preguntó mientras desabrochaba mi sostén.
Sus palabras decían una cosa, pero su cuerpo decía otra – No traigo nada
debajo…
-No usas boxers? – Pregunté sorprendida.
-No todos los días – Respondió con una sonrisa pícara e
irresistible.
-No me gusta que andes comando cuando no estás conmigo –
Dije haciendo un puchero, súbitamente celosa.
-Está bien, en cuanto nos vayamos me voy a conseguir ropa
interior, aunque tenga que robarla – Dijo tocando mi torso desnudo con una
reverencia y ternura sobrecogedoras.
Tocó mi clavícula con la yema de sus dedos y trazó un camino
en línea recta hacia mi ombligo, rodeándolo con pequeños círculos. Mis pezones
se endurecieron por sus heladas caricias y arqueé un poco la espalda,
instintivamente ofreciéndole más… Ofreciéndole todo.
Y lo tomó.
Bajando suavemente la cabeza tomó uno de mis pechos en su
boca y chupó.
Mierda! Se sentía fantástico… Mis manos se enredaron
firmemente en su cabello, sabiendo que no podría dañarlo.
Y mientras su boca
hacía estragos en mis pechos, sus manos exploraron traviesas todo el largo de
mis piernas, y reacomodándose un poco introdujo una mano entre nosotros,
tocándome tan levemente que casi necesitaba asegurarme de que su mano estaba
ahí.
Así me había tocado la vez anterior… La vez que me regaló mi
primer orgasmo.
Pero esta vez era más… Más osado, más intenso, y yo no tenía
miedo porque lo amaba y lo había admitido.
Quería entregarme completamente a él. Ahora que había
reconocido que lo amaba no quería más barreras ni restricciones.
Lo quería conmigo, lo quería dentro de mí.
Y entonces un dedo se introdujo en mis braguitas,
haciéndolas a un lado. Yo estaba empapada, por lo que se deslizó fácilmente por
mis labios, metiéndome sólo la punta hasta el primer nudillo, haciéndome gemir
ante la intrusión.
No me dolió, pero era… raro…
-Podemos parar – Me dijo con voz ronca y los ojos
completamente negros. Su erección se sentía como si en cualquier momento fuera
a rasgar sus jeans.
-No – Le dije honestamente – Si paramos ahora voy a
explotar… Y tú también… Quiero que seamos uno Garr… Quiero que seas mío…
-He sido tuyo desde siempre, desde antes de que nacieras,
pero si necesitas más tiempo lo entiendo – Dijo alejándose unos centímetros
para que nos pudiéramos ver a los ojos más claramente.
-No necesito tiempo, te amo y es lo único que necesitaba
saber para seguir adelante. Desde aquí es “para siempre…”, verdad? – Pregunté.
-Para siempre – Repitió aliviado y feliz.
-Entonces sácate esos malditos pantalones, quiero ver a mi
hombre… - Le dije forzando una sonrisa con una seguridad que no sentía
realmente, y que me salió más como una mueca nerviosa, mientras trataba de desabotonarlo
torpemente.
Y me obedeció.
Yo nunca había visto a un hombre desnudo. Menos a un HOMBRE,
así con mayúsculas, como Garrett.
Y era un espectáculo en sí mismo, hermoso, imponente e intimidante.
Pero él como siempre supo qué hacer, y me hizo explorarlo
centímetro a centímetro para familiarizarme con su cuerpo. Lo toqué, lo olí y
lo saboreé libremente hasta que perdí el nerviosismo que me provocaba su
desnudez… Y solo entonces me desnudó a mí, acariciándome y entregándome placer,
haciéndome cosas que no sabía que fueran posibles, estimulando mi cuerpo con el
suyo y mi mente con sus palabras.
Decía las cosas más sucias y tiernas, y fue maravilloso…
Cuando finalmente entró en mí, yo estaba abrumada por las
emociones. Era como si al haberlo aceptado se hubieran abierto las compuertas
de todos mis sentimientos reprimidos, y pude valorar al menos la sombra de la
magnitud de nuestro lazo. Por primera vez sentí una fracción de lo que
significa ser su Pareja.
oooOooo
Esa tarde no bajé a almorzar ni a cenar, sino que me comí
una barra de cereal que guardaba en mi velador, decidida a aprovechar hasta el
último segundo de mi tiempo con Garr.
Por la noche, mientras descansaba agotada y pegajosa sobre
su cuerpo desnudo, Garrett besó mi frente mientras acariciaba delicadamente la
línea de mi columna y preguntó
-Estás bien?
-Muy… – Dije sin fuerzas para hablar.
-Muy…? – Preguntó divertido.
-Muy bien – Aclaré en un suspiro de satisfacción.
-Estás adolorida? Fui muy brusco? – Preguntó un poco
ansioso.
-Me duele un poco, pero creo que eso es normal – Dije
quitándole importancia – Cómo estás tú…? Con la sangre quiero decir…
-Hueles deliciosa – Dijo a mi oído – Pero la sangre de tu
virginidad no es suficiente cantidad como para hacerme perder el control.
-Entonces no te da miedo perder el control conmigo? –
Pregunté recordando a Edward y su obsesión por mi seguridad.
-No – Dijo inmediatamente – Es físicamente imposible para mí
perder el control o causarte daño. Tú eres parte de mí Isabella, la parte más
valiosa y delicada de mí.
-Mmmmmmh – Hundí la nariz en el hueco entre su cuello y su
hombro, llenando mis pulmones de su aroma.
-Cómo has estado esta semana? – Preguntó después de un rato
de tranquilo silencio.
-Bien… Es difícil vivir encerrada, pero conocí gente amable
que compensa a las chicas odiosas – Respondí.
-Gente… - Dijo captando lo que no le decía literalmente –
“Gente” como hombres y mujeres?
-Ajá – Dije sin mirarlo – Algunos chicos se han acercado a
hablarme, han sido muy amables…
-Apuesto que sí – Me dijo apretándome un poco – Alguno del
que tenga que preocuparme – Preguntó.
-En qué sentido? – Pregunté yo.
-En el tradicional, no seas vaga en tus respuestas Isabella,
tú sabes de qué hablo – Demandó más seriamente.
-Te amo, te lo dije y te lo demostré – Dije molesta tratando
de despegarme de su cuerpo – Te consta que era virgen y aun así dudas de mí? –
Mierda, me resistía a la tentación de Brennan, no era eso prueba suficiente de
mi lealtad? El jodido irlandés me gustaría un montón si no estuviera Garrett en
mi vida… Deberían darme una medalla.
-No dudo de ti Isabella, quédate tranquila! – Dijo rodeando
mis brazos con los suyos, inmovilizándome – Sólo te estoy preguntando, no
desconfío de ti sino de las libertades que se quieran tomar esos chicos
contigo.
-Me basta con decir
“no”, que es lo que he hecho hasta ahora, no es como si me fueran a violar – Le
dije aun sacudiéndome sin resultados – Cada invitación es recibida con un “no
gracias”, no soy una cualquiera que necesites controlar para que no se
desbande.
-Jamás he dicho algo semejante! – Exclamó – No te acusé de
nada, pero tienes que entender que me preocupe por ti.
-Preocuparte por mí? Y qué hay de mi preocupación por ti? Eres
tú el que anda suelto en el mundo exterior cazando una psicópata. Si alguien
tiene razones de preocuparse soy yo! – Le dije dolida y enojada, pero sobre
todo asustada – A mí me invitan a salir, pero a ti te pueden matar…
-Shhhh… Isabella, preciosa, no… - Dijo besando una lágrima
que rodó por mi mejilla – Lo siento… No quería arruinar el momento, sólo quería
saber qué has hecho, cómo has estado… - Besó mi frente – Tienes que entender
que me ponga un poco celoso… Tú lo eres todo para mí…
-Y tú para mí, y me da rabia que menosprecies mi amor cuando
recién lo estamos estrenando – Le dije tratando de taparme con la sábana o
poner alguna barrera entre nosotros… No me resultó.
-Jamás haría eso – Dijo besando mi cabello – Pero estás
encerrada con un montón de chicos hormonales y eso no estaba en nuestros
planes, se supone que estarías viviendo solo con niñas…
-Podría estar compartiendo dormitorio con un montón de
chicos y no cambiaría lo que siento por ti – Gruñí – El único que puede
arruinar las cosas entre nosotros eres tú.
-No hables así, sabes que te amo más que a nada – Dijo
acomodando su cuerpo para cubrir el mío por atrás, rodeando mi cintura con un
brazo y mis pechos con el otro.
-No trates de seducirme para que te perdone, porque no te va
a resultar – Dije despreciativa, pero moviendo el culito contra su sexo. Por
supuesto que le funcionaría, ya me había hecho adicta a él.
-Eres lejos lo mejor que me ha pasado en la vida Isabella… -
Dijo besando mi cuello – Y me voy a pasar el tiempo que me quede adorándote.
-Confías en mí? – Pregunté arqueando mi cuerpo.
-Implícitamente – Respondió.
-Demuéstralo – Le dije – No porque yo le guste a un chico
significa que voy a correr a acostarme con él.
-Lo sé - Admitió.
-Sé decir que no – Insistí.
-Eso lo sé muy bien – Dijo sonriendo un poco.
-Yo soy tu Pareja y te elegí como la mía… - Dije
pronunciando las palabras por primera vez – Y ningún pequeño enamoramiento
adolescente se va a interponer entre nosotros.
-Dios! Te amo! No puedo creer que esto por fin esté sucediendo…
- Dijo moviendo la mano que tenía en mi cintura cada vez más hacia el sur.
-Quiero hacerte feliz, Garrett – Le dije abriendo un poco
las piernas para acomodarlo – Pero debes entender que no porque alguien se interese en mí el sentimiento será
mutuo… Mmmmmh – Sus dedos exploraban mi sexo descaradamente – Y tengo derecho a
tener amigos…
-Ajá… Abre un poco más – Dijo más concentrado en lo que le
hacía a mi cuerpo que a mis palabras.
Y abrí, y la discusión murió, olvidada, y el festival de
orgasmos volvió a comenzar.
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Cha chaaaaan! Ahí tienen, para las que demandaban más Garrett.
Abrazos y no dejen de comentar.
Cuando subes mas capitulos???? no tardes pliss!!!!
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