Una nueva etapa ha comenzado. Hermione en el mundo exterior. Cuéntenme
qué les parece, un abrazo enorme.
A.
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Capítulo 13
Outside it's now raining
and tears are falling from my eyes
Why did it have to happen?
Why did it all have to end?
I'm a big big girl
in a big big world
It's not a big big thing if you leave me
but I do do feel that
I do do will miss you much
miss you much...
and tears are falling from my eyes
Why did it have to happen?
Why did it all have to end?
I'm a big big girl
in a big big world
It's not a big big thing if you leave me
but I do do feel that
I do do will miss you much
miss you much...
Big, Big World /
Emilia
Hermione apareció de rodillas sobre la hierba. Sabía que estaba
en medio de un prado, pero aún no amanecía y la intensa lluvia hacía más densa
la oscuridad, alargando la noche invernal. Hacía frío y en cosa de segundos
estaba empapada, pero nada de eso le importó, porque su corazón estaba roto en
tantos trozos, que cualquier sensación física le era intrascendente.
Estaba aturdida, incapaz de manejar la inmensidad de lo que
sucedía, porque no era algo que la lógica o la razón pudieran solucionar.
Había perdido a sus compañeros de La Orden.
Había sido incapaz de proteger a su carga, Lavander y a su
bebé por nacer, Sean.
No pudo hacer nada por salvar a Seamus.
Había sufrido un tormento inenarrable en manos de los Carrow,
y la tortura siempre, siempre deja su huella.
Y luego Draco la salvó… Lo conoció… Se enamoró.
Saboreó por unos instantes la verdadera felicidad.
Y luego Ron… Dios! Ron! Perdido para siempre… Habría sido
mucho más humanitario si los Mortífagos lo hubieran matado en cuanto lo
encontraron. Ahora su mente estaba perdida y sin importar lo que hicieran para
ayudarlo, ya nunca volvería a ser el de antes.
Y nuevamente Draco… Despedirse de Draco había sido horrible,
más aun considerando cómo lo inhabilitó para que no la siguiera: Con una
traición y un adiós.
No puedo… No puedes
pensar en todo esto ahora, se regañó, levántate
y sigue adelante, hay gente que depende de ti. Guárdalo todo en un rincón de tu
mente hasta que estés en condiciones de digerirlo.
Con dificultad se puso de pie y exclamó
-Lumos!
Una intensa luz brotó de la punta de su varita y pudo
discernir exactamente en qué dirección debía caminar: Una mancha en el
horizonte representaba a un tupido bosque de robles que se vislumbraba a lo
lejos frente a ella, y hacia allá se
dirigió, sabiendo que caminar era la única alternativa, ya que el bosque estaba
protegido con encantamientos anti-apariciones.
El terreno barroso le hacía difícil avanzar, y el viento y
el frío no ayudaban, pero siguió adelante sin parar.
Una vez entre los árboles, el viento y la lluvia ya no la
afectaron tanto, y Hermione murmuró a la rápida un encantamiento para secar su
ropa. Tenía mucho que caminar y no tenía tiempo de agarrarse una pulmonía.
Pronto amaneció y la lluvia se detuvo, las nubes se hicieron
menos densas, y asomaron intermitentes algunos rayos de sol.
Ya falta poco…
Caminó en dirección noreste sin desviarse, sabiendo que
eventualmente se cruzaría con lo que buscaba: La única encina en un mar de
robles.
oooOooo
Llevaba tanto tiempo caminando en piloto automático que casi
se pasa de largo cuando finalmente encontró lo que buscaba, el familiar árbol
que la llevaría a su destino, por lo que cuando se dio cuenta de que al fin
había llegado, jadeó de alivio y se apoyó en el tronco, tratando de serenarse.
Debía tener un aspecto terrible y no quería preocupar de más a sus anfitriones.
Una vez que hubo descansado unos minutos, se arregló un poco
el cabello, se arremangó la túnica, y se trepó al árbol, dirigiéndose a una larga
rama que se proyectaba horizontalmente, y que albergaba un pequeño nido de pájaros
con cuatro pequeños huevos azules en su interior, cuyas tonalidades variaban
desde un pálido celeste a un intenso turquesa.
Sin dudar un segundo, Hermione estiró el brazo y tomó el
huevo más claro, e inmediatamente sintió el tirón en sus entrañas que siempre
le producía usar un traslador, y en un
instante se encontró en el jardín de una sencilla casa campestre, de la que
salió corriendo un mago, varita en mano, dispuesto a atacar.
-Remus! Soy yo! Hermione! – Gritó ella soltando la varita y levantando
las manos en señal de rendición.
-Her… Hermione? No! Hermione está muerta! – Exclamó él
sacudiendo la cabeza, blandiendo la varita, furioso.
-En nuestra primera clase de Defensa Contra las Artes
Oscuras yo no tuve oportunidad de ver mi boggart, pero el de Harry fue un
dementor y tu desviaste la atención de la clase enfrentándolo y convirtiéndolo
en una luna llena, y el boggart de Ron es una acromántula! – Dijo ella
atarantadamente.
-Hermione? – Preguntó él más suavemente, bajando un poco la
varita.
-Hola Remus… – Dijo ella, con un susurro, inmensamente
aliviada de que no le echaran encima una maldición, sólo por si acaso.
-Hermione! – Exclamó él, lanzándose a abrazarla,
envolviéndola por completo en un cálido abrazo.
La bruja respiró contra el cuello del que fue su maestro y
sólo dos palabras se le vinieron a la mente: Familia. Hogar.
-Hermione? - Preguntó Tonks saliendo de la casa, con Teddy tratando
de pasar a través de ella para correr hacia su tía favorita - De verdad es
ella?
-Mione! – Gritó el pequeño sin dudar.
-Teddy! – Exclamó ella emocionada. Adoraba al pequeño mago,
pero lamentablemente lo veía mucho menos de lo que le gustaría debido a sus
eternos e ineludibles compromisos con La Orden.
Teddy se soltó hábilmente del agarre de su madre y se lanzó
hacia Hermione rodeando en un abrazo sus muslos con un impulso tal, que casi
los desploma a los tres.
-Hermione! – La abrazó Tonks desde atrás, ya que Remus no la
había soltado todavía.
Eso era una de las cosas que más apreciaba de los Lupin,
ellos vivían el ahora, alejados de las convenciones tradicionales, y no temían
demostrar sus sentimientos, algo que era muy mal visto no solo por la comunidad
mágica, sino por la sociedad inglesa en general.
Cuando al fin la soltaron la acribillaron a preguntas:
-Estás herida?
-Dónde estuviste todos estos días?
-Estás bien?
-Leíste el periódico?
-Quieres conocer a mi sapo Godofredo?
-Tienes hambre?
-Tienes frío?
-Te ves pálida, no debes haber dormido nada, verdad?
-Quieres leerme un cuento?
-Supiste… Te enteraste de lo de Ron?
Y así, con esas palabras, se borró la euforia producida por
el reencuentro como si le hubieran lanzado un balde de agua fría.
Ron.
-Estoy bien… Sólo un poco cansada – Dijo ella con voz
rasposa, bajándole el perfil al agotamiento absoluto que sentía su cuerpo, que
recién se había comenzado a recuperar – Y sí… Supe lo de Ron… Por eso estoy
aquí…
-Vamos adentro – Dijo Tonks, tratando de difuminar la
tensión al menos hasta haber forzado algo de comida en la chica – Tengo café
recién hecho y creo que hasta nos queda un paquete de esas galletas con doble
ración de chispas de chocolate muggle que tanto te gustan.
-Tu ahora compras galletas muggle? – Preguntó Hermione,
confundida, pero eligiendo seguirle la corriente.
-No, las trajiste tú, sobraron de tu última visita – Respondió
Tonks, rodando los ojos con una sonrisa.
-Oh… - Fue todo lo que pudo decir, tratando de recordar
cuándo había sido eso. Hacía meses que no los visitaba, simplemente porque no
era estrictamente necesario hacerlo.
Siempre postergándose… Siempre eligiendo el deber, y en
consecuencia descuidando a las personas que amaba.
-Mioneee! – Exclamó Teddy demandando atención.
-Dime Teddy – Dijo ella agachándose para quedar a la altura
del niño.
-Mi sapo…
-Ahora no Teddy – Dijo Remus – Deja que Hermione descanse un
poco, debemos ser buenos anfitriones, recuerdas lo que conversamos el otro día?
-Sí… - Dijo él desanimado.
-Déjame tomarme un café con tus papás y descansar un poco, y
luego voy contigo a conocer a Godofredo – Ofreció ella.
-Siéntate – Dijo Tonks señalando la silla más cercana a la
estufa de la cocina.
-Gracias – Musitó.
-Hermione, por favor, cuéntanos qué es lo que te sucedió – Le
rogó Remus sentándose frente a ella.
-Teddy, anda a lavarte los dientes – Ordenó Tonks – Y cuando
termines anda a jugar con Godofredo mientras hablamos de cosas aburridas de
adultos.
Teddy puso cara de no estar para nada de acuerdo con el plan,
pero sabía instintivamente que no era el momento de ponerse pesado, así es que
lentamente y pisando fuerte para demostrar su descontento, se alejó por el
pasillo.
-Lo que sucedió… - Dijo Hermione suspirando, una vez que
Tonks hubo cerrado la puerta – Lo que sucedió es que todo fue una emboscada,
los Mortífagos atraparon a todos los muggles en sus casas y le prendieron fuego
a las edificaciones con ellos vivos, gritando por ayuda… Y mientras en medio
del desconcierto los miembros de La Orden tratábamos inútilmente de apagar las
llamas, nos fueron atacando…
-Por qué dices que “inútilmente”? – Preguntó Remus
suavemente.
-Porque los Carrow
aplicaron el hechizo Gubraith de
llamas eternas, y aunque yo intenté de todo para apagarlas, incluyendo los
hechizos que me enseñó Charlie, nada funcionó… - Explicó ella.
-Un Gubraith? Mierda!
Entonces todos esos muggles… - Dijo Tonks poniendo frente a Hermione un enorme
tazón de café con mucha azúcar, tal como a ella le gustaba.
-Quemados vivos – Dijo Hermione dando un sorbo a su café –
Cada uno de ellos.
-Merlín! Y qué pasó con los demás? – Preguntó Lupin.
-No lo sé – Dijo Hermione batallando con las lágrimas que
quemaban sus ojos al comenzar a remontarse a la escena – Había mucho humo, y
gritos, y me lanzaban maldiciones por todos lados… Fue un caos… Sabía que estábamos
perdiendo… Aunque no se veía mucho por el humo, y los gritos de los muggles
hacían un eco ensordecedor, en lo concreto sólo puedo asegurar que vi morir a
Seamus… Fenrir lo mató frente a nuestros ojos, destrozándole la garganta de un
mordisco, a pocos metros de Lavander y de mí…
-Oh por dios! Entonces el rumor era cierto? Lavander si estuvo
en esa batalla? Nadie estaba seguro, esperábamos que estuviera escondida en
algún lugar… - Dijo Tonks cubriéndose los ojos con las palmas de las manos,
visiblemente angustiada.
-Yo traté de protegerla… - Dijo Hermione sintiendo como las
lágrimas se deslizaban por sus mejillas – Lo intenté, pero en el shock ella
dejó caer su varita, y yo estaba herida, y justo cuando estaba llegando a su
lado para escudarla, me alcanzó una maldición de los Carrow, y para cuando
recuperé la consciencia ella ya había desaparecido…
-Crees que escapó? – Preguntó Tonks, esperanzada.
-Qué maldición te hizo perder la consciencia? – Preguntó
Lupin a la vez.
-Lo siento Tonks, pero no… Estoy casi segura de que Fenrir
la atrapó… Tenía esa mirada predatoria cuando se dirigía hacia ella… - Hermione
se estremeció negándose a endulzar la realidad, aunque la verdad fuera horrible
– Y ella estaba paralizada y sin su varita, no sé cómo podría haber escapado…
-Oh, no, no! -
Exclamó Tonks cubriéndose la boca, horrorizada.
-Y sobre las maldiciones… - Continuó Hermione mirando a
Lupin - Están experimentando Remus… Ya la Crucio
no es suficiente, están modificando maldiciones antiguas e inventando nuevas… Los
seguidores de Voldemort se están haciendo cada vez más poderosos… Yo fui
atacada con una variación de la maldición Sectumsempra
y con una nueva tortura, que rompe tus huesos y te los suelda, una y otra vez,
pero sin afectar órganos vitales… Es lo peor que te puedas imaginar… - Relató
la bruja.
-Sobreviviste a esas dos maldiciones y aún así te las
arreglaste para escapar? – Preguntó Lupin, al borde de su asiento.
-Pasado un tiempo (no sé cuánto), los Carrow dejaron de
torturarme porque estaban discutiendo sobre qué hacer conmigo, si entregarme a
Voldemort o matarme ellos mismos, y yo aproveché su descuido para tomar mi
varita, reunir las energías que me quedaban, y lanzarles un Fiendfyre que los mató a ellos y que supongo
que distrajo al resto… Y entonces, desorientada, corrí… - Relató.
-Corriste adónde? Por qué simplemente no te apareciste en
otra parte? – Preguntó Tonks, confundida.
-Porque no tenía la energía para hacer más magia de
cualquier tipo o siquiera para concentrarme lo suficiente, apenas me podía
mantener erguida, y si me trataba de aparecer en otra parte corría el riesgo de
escindirme – Respondió Hermione.
-Y entonces? Qué pasó? – Preguntó Lupin, cada vez más
ansioso.
-Lo que menos habría esperado – Respondió ella – Choqué con
alguien, y antes de lograr ver quien era, me desmayé…
-No viste quién era? Era un muggle? Cómo le explicaste toda
la sangre del Sectumsempra? Cómo te
recuperaste? – Insistió Lupin.
-Cuando desperté me encontré en una cabaña. Alguien me
estaba curando mis heridas, y me encontraba totalmente inmovilizada – Dijo ella
tratando de mantenerse serena – Mi salvador fue Draco Malfoy – Se le quebró la
voz en la última sílaba.
-Malfoy? Estamos hablando del mismo Malfoy? De mi primo
Draco? – Preguntó Tonks, incrédula.
-Yo reaccioné igual. Pensé que me estaba curando para
entregarme, o incluso para torturarme un poco más por su cuenta y alargar mi
agonía, pero no fue así… - Sonrió un poco al recordar sus primeros momentos
junto a Draco, esas largas conversaciones que le demostraron cuan diferente era
el hombre del niño que había sido.
-Y si tenía tan buenas intenciones por qué te tenía
inmovilizada? – Preguntó Remus, escéptico.
-Mi inmovilidad fue producida por las maldiciones, al
parecer mi cuerpo sufrió tanto que no se podía mejorar con una simple poción
reponedora, sino que requirió de horas de curaciones cerrando cada corte
individualmente, reposo y sueño… Pasaron días antes de que pudiera siquiera empuñar
mi varita…
-Y durante todos esos días estuviste a merced de Draco? No
temiste que te traicionara? – Preguntó Tonks.
-Al principio sí, la verdad es que desconfiaba mucho, pero
poco a poco me fui dando cuenta de que él había tenido mil oportunidades de entregarme
y no lo hizo, así es que lentamente me fui relajando – Respondió, sin entrar en
detalles de que tan “relajados” habían estado.
-Y entonces? – Preguntó Lupin, que lo único que quería era
exprimir cada detalle de la extraordinaria narración.
-Entonces nada… Con el paso de los días me fui sintiendo
mejor y fui recuperando el control de mis músculos, hasta que ayer ya estaba
casi completamente recuperada. Había decidido quedarme con Draco al menos hasta
saber qué había sucedido con los demás miembros de La Orden y El Ministerio,
pero esta madrugada llegó un ave mensajera que llevaba la noticia de lo que le
sucedió a Ron. Draco se ofreció a acompañarme, pero yo no iba a permitir que se
hiciera matar por mi culpa, así es que lo paralicé, me desaparecí y vine a
ustedes – Dijo Hermione cerrando los ojos al recordar la desesperación en la
mirada de su mago.
-Vaya…! – Exclamó Lupin sin palabras. Estaba seguro de que
había muchas cosas que Hermione omitía, pero aun así no dejaba de ser una
historia increíble: Rescatada por su antiguo enemigo… Si, había mucho que
recabar, pero no en ese momento. Hermione lucía destrozada, y necesitaba
descanso y contención. Cuando ella quisiera compartir los detalles, lo haría,
pero mientras tanto la dejaría en paz.
Tonks pareció pensar lo mismo, porque dijo
-Bueno, ya es suficiente por ahora, lo importante es que
estás bien. Lo que necesitas más que nada es descansar, así es que anda a darte
un baño caliente mientras te preparo la cama del cuarto de invitados.
-…Gracias… - Dijo Hermione después de un momento de
vacilación. Quería argumentar que no era el momento de descansar, que había que
planear sus próximos movimientos, reagruparse y atacar, pero la verdad es que
nada en ella se sentía capaz de enfrentar tan monumental tarea. Su cuerpo
estaba agotado, su cerebro abrumado y su corazón roto. Sí, dormir era una idea
fantástica.
Tonks se puso manos a la obra y le entregó un par de toallas,
un cepillo dental, y un pijama limpio, y Hermione se dio una larga ducha. Al
secarse se miró al espejo, apenas reconociéndose… Era por supuesto la misma de
siempre, pero distinta de alguna forma. Le faltaba o sobraba algo a su aura,
tal vez?
Cuando salió de la ducha su cama la esperaba lista, la
habitación estaba calentita, y las cortinas estaban corridas, así es que apenas
se deslizó entre las sábanas se durmió en un sueño muy parecido a un coma
profundo.
oooOooo
Al despertar, Hermione estaba completamente desorientada,
Había dormido tan profundamente que le costó recordar dónde se encontraba, y en
la oscuridad de la habitación, lo primero que hizo fue estirar la mano
izquierda, buscando a Draco. Por qué no la abrazaba como una hiedra, como cada
noche?
Muy pronto se dio cuenta de que junto a ella no había nadie.
Sacó su varita de debajo de su almohada e iluminó la
habitación.
Y todos los recuerdos se le vinieron de golpe.
Otra vez.
Era como si su metódico cerebro siguiera tratando de
resetearse una y otra vez, buscando el punto de su historial en el que todo
hacía sentido.
Estaba en casa de los Lupin.
Y había mucho que hacer.
Se levantó un poco tambaleante, fue al baño, hizo sus
necesidades y se lavó los dientes con el cepillo que le habían asignado. Se
lavó la cara e hizo el encantamiento para domar su cabello, e irguiendo los
hombros y aún en pijama, se preparó para enfrentar el mundo.
Mientras caminaba por el pasillo escuchó una multitud de
voces superpuestas que salían de la cocina, y su corazón saltó de alegría al
reconocer a varias…
-MIONE! – Gritó Teddy corriendo hacia ella desde la puerta
de entrada, cambiando su cabello de castaño claro a un rojo brillante – Al fin
despertaste!
-Hola cariño – Dijo ella recibiéndolo con los brazos
abiertos – Cuanto tiempo estuve dormida?
-Desde ayer… Mi mamá dijo que no debía molestarte… -
Respondió el pequeño haciendo una mueca de fastidio.
-Y quien está en la cocina? – Preguntó la bruja.
-Todos… - Dijo él simplemente.
Y al entrar vio que efectivamente el pequeño espacio estaba
repleto…
Todos los Weasleys, incluyendo a Fleur y Angelina, estaban
presentes, salvo, obviamente, por Ron. Los padres se veían años más viejos, y
los hijos se veían como si no hubieran dormido en semanas. Ginny en particular parecía al menos cinco kilos más
delgada que la última vez que la vio, no hace muchos días atrás.
-Hermione! – Exclamó Ginny al verla, corriendo a abrazarla.
-Ginny! – Suspiró Hermione abrazando con fuerza a su amiga.
Ambas compartían de alguna manera el dolor constante que significaba el
alejamiento de Harry y Ron, y de la
situación actual, con Harry desaparecido y Ron arruinado.
-Oh! Querida! He estado tan preocupada por ti! – Exclamó
Molly sumándose al abrazo.
Uno a uno los Weasleys fueron dándole diversas muestras de
cariño, hasta que llegó el turno de Percy, el hermano con el que menos
familiaridad tenía.
-Me alegro de verte bien – Dijo estoico – Audrey te manda
sus saludos, quería venir, pero no podía separarse de Molly… Ella es aún muy
pequeña y no confiamos en nadie que no esté en esta habitación para cuidarla…
-Gracias Percy, no te preocupes, cómo están ellas? –
Preguntó, recordando que la esposa de Percy estaba nuevamente embarazada.
-Bien, ya tiene cuatro meses de embarazo, pero se aburre
mucho en casa – Dijo él, como si no pudiera comprender la razón.
-Percy no la deja ni asomarse a la ventana desde que supo
que esperaba otro bebé – Dijo Ginny – Es un cerdo chovinista – Agregó
parcialmente en broma.
-No es de machista! Ella normalmente puede ir donde quiera, pero
ahora es una bruja embarazada! Tal como están las cosas no debería extrañarte
que la quiera proteger – Se defendió él de inmediato, ofendido.
-Pienso lo mismo – Dijo Hermione poniendo su mano en el
brazo de Percy, y recordando nuevamente a Lavender con su varita en el suelo y
la mano en su vientre – En estos días una bruja embarazada debe ser protegida a
toda costa…
-Hola niña – Se acercó Ojo Loco interrumpiendo sus oscuros
pensamientos, y le golpeó el brazo con una palmada, en una incómoda e inusual muestra
de afecto – Me alegro de verte en una sola pieza.
-Lo mismo digo – Respondió ella, esbozando una tímida sonrisa.
-Hola Hermione – Dijo Neville a continuación, abrazándola
con fuerza. Luna sonreía tranquila a su lado.
-Neville! Luna! Escaparon! – Exclamó Hermione dando gracias
al cielo por ese milagro. Ambos lucían un poco desmejorados, pero estaban
vivos.
-Las cosas estaban feas – Dijo Neville asintiendo – Nos
habían capturado, pero de pronto apareció un Fiendfyre que distrajo a Dolohov, que nos torturaba junto a otros
prisioneros. Luna afortunadamente pudo recuperar su varita, y nos transportó a ambos
a un lugar seguro.
-Y los demás…? – Se atrevió a preguntar Hermione.
-No… - Dijo Neville agachando la cabeza, avergonzado – No
tuvimos tiempo de hacer nada, una vez que estuve a salvo Luna regresó a buscar
a los demás, pero para entonces ya no quedaba nada…
-Los maté yo? – Preguntó horrorizada, cubriendo su boca con
ambas manos.
-No, no había cadáveres en el punto en el que nos
encontrábamos, por lo que creemos que los capturados fueron tomados prisioneros
y trasladados antes de que el fuego los alcanzara – Respondió Luna.
-Y qué hay del resto? – Preguntó Hermione.
-Por ahora somos
todo lo que queda – Respondió Ojo Loco secamente – El resto ha sido capturado, herido,
muerto, o no es cien por ciento confiable… Teníamos más de un infiltrado
trabajando en nuestra contra, y quiero pensar que fue bajo la maldición Imperio…
-Por qué sería eso mejor? – Preguntó Ginny.
-Porque significaría que nos traicionaron sin ninguna
alternativa, lo contrario significaría que se convirtieron en seguidores de
Voldemort voluntariamente – Explicó Remus, gravemente.
-Somos lo que queda… - Repitió Hermione sin poder creerlo.
-Al menos hasta que estemos seguros de que podemos
reingresar a algunas personas al círculo de confianza – Dijo Ojo Loco – Por
ahora el círculo somos nosotros.
-Sabemos algo de dónde están los prisioneros? – Preguntó
Hermione.
-No con certeza, pero gracias a Dobby el elfo doméstico, que
ha estado en contacto con otros elfos domésticos, sabemos que la casa Malfoy es
actualmente uno de los principales centros de detención de los Mortífagos por
tener las más extensas mazmorras subterráneas. Al parecer también es una de las
tres principales viviendas de Voldemort, que va rotando residencia continuamente
para mantener su comportamiento en patrones impredecibles – Dijo Lupin.
-Habría pensado que los trasladarían a casa de los Carrow… -
Comentó Hermione pensativa, sabiendo que los Carrow habían sido los principales
interrogadores debido a lo mucho que disfrutaban de su trabajo.
-No, eso les habría sido imposible, porque al enterarnos que
fueron muertos en la batalla, organizamos una redada en la mansión y requisamos
todos los elementos de artes oscuras, liberamos y relocalizamos a los elfos domésticos,
y encantamos la casa para hacerla una
locación secreta. Aunque quieran no la podrán volver a encontrar – Dijo Bill,
orgulloso. Seguro él había hecho gran parte de los complicados encantamientos.
-Así es que la casa de los Malfoy… Cuántos prisioneros
calculan que se puedan encontrar ahí? – Preguntó Hermione, reflexiva.
-Imposible saberlo, pero creemos que pueden ser entre quince
y veinticinco… - Aventuró Percy.
-Cuál es el plan? – Preguntó Hermione.
Todos se miraron incómodos entre si y luego hacia cualquier
parte menos a los ojos de Hermione. Nadie estaba orgulloso de la respuesta.
-No hay plan – Dijo finalmente Neville, apenado – Apenas nos
estamos reagrupando y no tenemos ni los números ni la logística para tratar de rescatar
a nadie…
-Entonces qué? Nada? – Exclamó Hermione, atónita.
-Créeme que nos sentimos igual de frustrados que tu – Dijo
Molly, conciliadora – Pero tenemos que ser más cuidadosos que nunca, sin Harry
en el panorama, si acaban con nosotros por culpa de un plan mal ejecutado, ellos
habrán ganado definitivamente.
-Qué hay de Harry? Se sabe algo? – Preguntó Hermione.
-No – Dijo Ginny – Creemos que debe estar escondido, porque
si lo hubiera atrapado Voldemort ya habría anunciado su triunfo, y en cambio
pareciera que los Mortífagos siguen buscándolo, más frenéticos que nunca.
-Pero si está escondido y solo por qué no contactarse, por
qué no pedir ayuda? – Preguntó Hermione a nadie en particular.
-Probablemente está bastante aislado y no sabe en quien
confiar. En cuanto a él respecta, tú estás desaparecida y Ron… Está… Capturado…
- Respondió Ginny tratando de mantener la voz firme hasta el final, pero sin
engañar a nadie. Su dolor era evidente.
-Y no querría ponerlos en riesgo a ustedes, la única familia
que le queda – Terminó Hermione.
-Eso es lo que creemos – Dijo George. Fred se limitó a
asentir.
-Bueno, entonces partamos por hacer un recuento de nuestros
recursos – Dijo Hermione sentándose junto a la ventana. Su atribulada mente reconocía los patrones y
comenzaba a analizar el familiar terreno de los problemas por resolver – Arthur,
Percy, dentro del Ministerio, sabemos en quién podemos confiar? Por favor,
hagan un catastro de nuestros aliados, los neutrales y nuestros enemigos. Luna, cómo va el Refugio Para Creaturas Mágicas? Encontraste a quién te ayude con
eso? Hablaste ya con ese magizoólogo que trabaja de consultor en El Profeta? Me
parece que su nombre es Rolf Scamander,
y su familia históricamente ha estado de nuestro lado, podría ser un aporte si
resulta ser de fiar… Neville, tenemos que apresurar el
entrenamiento de los Aurores, elige a
los chicos más prometedores y los pondremos a trabajar en labores cotidianas
para liberarnos de las tareas administrativas. Ojo Loco, por favor, debe tratar
de reunir a la vieja guardia, todos
quienes sean leales y aún puedan sostener una varita deben unirse a la causa,
es ahora o nunca. Molly, a cuántas personas estamos escondiendo en este
momento? Necesitamos habilitar nuevos refugios? Hay algo que necesites? Fred y
George, necesitamos averiguar con la mayor precisión posible los recursos del
enemigo, así es que quedan a cargo del espionaje necesario para recabar toda la
información que podamos sobre el funcionamiento de la Mansión Malfoy. Cuántas
personas viven ahí, cuántos hacen guardia, idealmente cuántos presos, y la
mayor cantidad de nombres posibles… Por favor, no se expongan de más, ninguna
información es más valiosa que sus vidas. Fleur, debemos contactar a nuestros
aliados mágicos y reforzar nuestros lazos con ellos. Veelas, centauros, sirenas,
en fin, todos quienes sean más susceptibles a tratar con nosotros a través de ti
o tu familia… Hagrid sigue en las montañas de Francia trabajando con los gigantes,
verdad? Hay que ubicarlo cuanto antes. Charlie, contacta a la resistencia
rumana y diles que estén preparados para reaccionar en cualquier momento.
Remus, tú debes contactar a los hombres lobo de nuestro bando, si es que aún
queda alguno... Ginny y Angelina, por favor, retomen sus contactos
internacionales del circuito de quidditch, esa red es amplia y debiera proveer
aliados interesantes…
Y así es como Hermione volvió nuevamente a la tierra de los
vivos… Ocupándose de los grandes asuntos, de planes y estrategias que la
hicieran sentirse en control… Y es que de alguna manera lo estaba: Podía tirar
de los hilos del destino de miles de personas a la vez, pero su poder era una
ilusión, porque sabía que nada de lo que hiciera apaciguaría el dolor de su
corazón.
Draco, perdóname…
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Espero les haya gustado y quieran compartir sus opiniones y teorías
conmigo.
Abrazote!