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planeando una atrocidad
y sólo parte de esta furia
es de origen hormonal.
Esto es amor
o propiedad.
planeando una atrocidad
y sólo parte de esta furia
es de origen hormonal.
Esto es amor
o propiedad.
Nadie viene y nadie va,
el instinto criminal
es mi dulce compañía
cuando tú no estás.
el instinto criminal
es mi dulce compañía
cuando tú no estás.
Tres minutos / Christina Rosenvinge
Previamente...-Bella no te alteres, estás exagerando las cosas –Dijo somnoliento y aburrido.
-Exagerando? –Oh… la ira me consumió. Qué mierda estoy haciendo en Punta Cana? -Te informo que yo no necesito a un hombre para que cumpla mis sueños, yo soy perfectamente capaz de perseguirlos por mí misma –Y sacándome el megadiamante lo puse en el velador y le dije –Y yo no estoy a la venta. No puedes comprar mis sentimientos con viajes al Caribe, cenas carísimas o diamantes. Tu y yo terminamos… y yo… Me voy a casa!
-Isabella, no te puedes ir –Me dijo con calma. Su calma me alteró más.
-Como que no? Me vas a amarrar a la cama? –Lo desafié… esta situación se estaba volviendo ridícula.
-No, pero no hay vuelos hasta el miércoles, a menos que quieras llegar a Miami y tomar una conexión… Y creo haber leído que el sindicato de trabajadores del aeropuerto de Miami están en negociaciones… amenazaron con huelga… -Sonrió.
-Agh! Odio Miami… Miércoles… -Pensé. Sólo 3 días más.
-Nuestro vuelo es el viernes, pero si insistes en regresar podemos cambiar el vuelo para el miércoles, pero no antes, no hay nada directo.
-Y si me quiero ir antes?
-Puedes irte al aeropuerto y tratar de conseguir algo, pero te aseguro que no va a ser directo y probablemente vas a tener que dormir en el aeropuerto aquí y en el punto de conexión –Dijo satisfecho de sí mismo.
-Edward… yo no puedo seguir aquí contigo… –Dije poniéndome mi vestido. Esta no era una discusión para tener desnudos, por mucho que estuviera oscuro.
-Bella, creo que necesitas calmarte –Trató de razonar - No sé qué es lo que te está pasando últimamente, a lo mejor es el stress de la muerte de tu padre y créeme que lo entiendo, pero lo que no entiendo es tu afán por escapar de la vida que construimos juntos… de la vida que nos queda aún por construir… yo te amo, y sé que cometí errores, pero quiero que sepas que aunque a veces no digo lo que tu estas deseando oír nunca dejo de pensar en ti. Tú eres la mujer que veo en mi futuro… Y quiero darte lo mejor que el dinero puede comprar porque tengo el dinero para hacerlo! Qué es tan malo de querer compartir las cosas buenas de la vida con la mujer que amo?
-Edward lo que tú estás haciendo es tratar de comprarme, y yo no estoy a la venta. Yo no necesito lo mejor de lo mejor, para mi pasar tiempo junto a ti era más que suficiente, no necesito las cenas ni el resto de la parafernalia… y siento que si tú crees que con eso me vas a impresionar, es que no me conoces para nada –Dije súbitamente agotada. No podía aferrarme a la rabia cuando me hablaba de esa forma… tan… amorosa y a la vez tan racional.
-Entiendo… entiendo y me disculpo si te di esa impresión, pero nunca fue mi intención ofenderte… Supongo que exageré tratando de impresionarte… necesito que lo olvides Bella… necesito que me quieras sólo a mí! Cásate conmigo, te prometo que voy a darte lo que quieras, pero sé mi esposa.
-Edward no! Es que no has entendido nada? No me prometas darme nada, no quiero nada de tí! Tú eres un hombre increíble y he tenido la suerte de compartir este año contigo… pero ahora me doy cuenta de que no somos tan compatibles como había pensado… y no nos conocemos lo suficiente para casarnos.
-Claro que nos conocemos, hemos sido novios durante un año –Rebatió.
-Y aún así no sabías que odio los mariscos, que me dan asco las piscinas o que detesto que ordenen mi comida por mí.
-Ok, ahora lo sé y no se me va a olvidar.
-Eso es solo un ejemplo Edward… por favor entiende… tu eres increíble, y si se tratara de tener una relación casual podríamos seguir saliendo juntos, pero estamos hablando de matrimonio, y no puedo… no puedo formar una familia contigo… Lo siento –Dije al borde de las lágrimas.
-Pero yo te amo…
-Y yo te amo también… pero no es suficiente… No te amo lo suficiente –Y me puse a llorar.
-Que voy a hacer ahora sin ti? –Dijo con un hilo de vez, olvidado el orgullo. Nunca había visto a Edward más vulnerable y extrañamente, yo nunca lo había amado tanto.
-Vas a volver a casa y vas a seguir viviendo hasta que encuentres a la mujer que te mereces… te mereces a alguien que te quiera y pueda apreciar todas las cosas que le puedes entregar –Dije sentándome en la cama y tomando su mano. Él limpió las lágrimas de mis mejillas con sus manos.
Nos abrazamos largamente y finalmente yo me volví a desvestir y me metí en la cama con él. A pesar de estar desnudos y en la misma cama, nuestro contacto no tenía nada de sexual. Éramos sólo dos personas buscando confort en el calor del otro, una despedida de nuestra relación. Nos abrazamos un poco más y por último y nos quedamos dormidos.
Al día siguiente desperté con la mano de Edward acariciando mi cabello. Abrí los ojos y me lo encontré recién duchado y completamente vestido, parado al lado de la cama.
-Buenos días amor –Me saludó.
-Edward… -Mi tono de advertencia.
-Buenos días Bella… -Rectificó sonriendo, pero su sonrisa no llegó a sus ojos -pedí desayuno, ya está por llegar. Te dejé una bata al pié de la cama para que te levantes.
-Room service?
-Te parece bien?
-Me encanta! Gracias, adooooro el room service.
-Perfecto, tienes unos 10 minutos si te quieres duchar.
-Que pediste?
-No sabía lo que te gustaría así es que pedí uno de cada cosa del menú…
-Edward!... –Estuve a punto de recriminarle el gasto innecesario, pero me contuve. Esta era nuestra despedida -gracias…
Y partí a la ducha. Una vez que me hube duchado y vestido con una solera de color amarillo, me dirigí al living, donde había 5 bandejas dispuestas con té, café, leche, 3 tipos de jugos diferentes, huevos, frutas, panqueques, tostadas, cereales, jamón, queso, varios tipos de mermeladas, croissants, wafles, salchichas y montañas de tocino.
Me senté en la mesa con un plato de panqueques y un vaso de jugo de mango y Edward se sentó frente a mí con un plato de huevos y tostadas y una taza de café. Curiosamente pudimos mantener la conversación dentro de márgenes amigables, y aunque pude ver a ratos el dolor en los ojos de Edward, él no dijo nada que pudiera ser tomado como inapropiado y yo traté de ignorar esos momentos lo mejor que pude. Extrañaría muchísimo a Edward, ahora que no sentía la presión de nuestra relación podía apreciarlo por el gran hombre que era y me esforcé por ser agradable y valorar el esfuerzo que estaba haciendo por mí.
Pasamos el día en la playa y almorzamos en uno de los restaurantes del hotel. Por la tarde Edward me sorprendió reservándome una cita de sauna y masaje con piedras calientes y él se fue a jugar golf a un campo vecino con unos médicos que conoció en el bar. Me alegró tener tiempo para mí y que Edward no estuviera a mi lado permanentemente. Él necesitaba aprovechar sus vacaciones y descansar lo más posible. Ya bastante malo era estar atrapado con su ex novia en un hotel por 3 días.
Edward me ofreció mi propia habitación, pero yo me rehusé en consideración al gasto que significaba. Yo no lo podía pagar y no aceptaría que él gastara ni un centavo extra en mí.
Los días pasaron rápidamente sin incidentes, cada uno se dedicó a hacer sus propias actividades y nos reunimos sólo para las comidas y para dormir, ambos con pijama y cada uno en su lado de la cama.
El día miércoles nuestro vuelo partió a las 3:15 pm, lo que nos permitió disfrutar de un rato de playa por la mañana y un almuerzo liviano en el hotel. Nuestro vuelo fue placentero, vi un montón de películas y pensé excitada que ya no faltaba tanto para regresar a casa… para regresar a Jazz.
Aterrizamos en San Francisco a la medianoche y compartimos un taxi para regresar a nuestros respectivos departamentos, ya que vivíamos en el mismo edificio. Nos despedimos en el ascensor con un abrazo apretado y promesas de mantener el contacto. Edward estaba dolido, pero en todo momento se comportó como el caballero que es. Deseé poder conservar su amistad… a lo mejor más adelante.
Al llegar a casa me dirigí inmediatamente a mi habitación y caí rendida en mi cama sin siquiera desvestirme.
Desperté a la mañana siguiente con el timbre del teléfono que no paraba de sonar.
-Aló… -Dije media dormida.
-Bella, que demonios? Dónde mierda te habías metido?
-Ro… Rose?
-Claro que soy Rose, tu mejor amiga por si te habías olvidado. Lo último que supe de ti es que te fuiste a visitar a tu padre y desde entonces es como si te hubiera tragado la tierra! No me llamas, no contestas tu celular, no respondes mis mensajes ni mis emails… Estuve a punto de declararte persona desaparecida!
-Lo siento Rose… Charlie murió… -Debí hacer una pausa para evitar que mi voz se quebrara –Han pasado muchas cosas… tienes tiempo para conversar?
-Para ti siempre. Siento tanto lo de tu padre… Quieres que vaya a tu casa o nos juntamos a tomar un café por ahí? –Ofreció.
-No… no tengo tiempo… debo regresar a Forks.
-No estabas en Forks? –Preguntó casi gritando.
-Eh… si… no… te explico… -Y procedí a contarle toda la historia, desde mi reencuentro con Jazz hasta la agonía de Charlie y su muerte, la aparición de Edward y la escapada a Punta Cana. Rose me escuchó atenta sin interrumpir -… y llegué a casa anoche a las 2:30 de la madrugada –Suspiré, contenta de terminar con la historia.
-Wow… bien, en primer lugar me alegro de que te hayas librado de Edward, el definitivamente no es el hombre para ti. En segundo lugar, yo siempre te he insistido en que debías darle a Jasper una oportunidad para explicarse. Y por lo tanto me reservo el privilegio de decirte… -Carraspeó –Te lo dije! –Dijo gritando –Y por último, Bella, tu sabes que te quiero con toda mi alma, pero amiga, eres una imbécil… sabes lo que debe estar pensando Jasper en estos momentos? Lo dejaste el día del funeral de tu padre sin nada más que una nota diciendo que te ibas con Edward y no te has vuelto a contactar con él… El pobre debe estar destruido… Tienes que llamarlo inmediatamente y explicarle…
-No… no puedo llamarlo… esa conversación debe ser en persona, por eso voy a empacar en este momento y me voy al aeropuerto para conseguir el primer vuelo a Seattle.
-Bella, lo estás haciendo sufrir innecesariamente… estás segura de que te va a perdonar?
-No lo sé, pero tengo que hacer esto a mi manera… Rose, estoy tan nerviosa… no sé lo que va a pasar, no sé en qué va a desencadenar todo esto, no sé si me voy a tener que mudar a Forks o qué… y si no resulta?
-Bella… estamos hablando de Jasper… por supuesto que va a resultar… y sobre mudarte o no, yo no me precipitaría tanto, creo que lo primero es que solucionen sus diferencias y después vendrá el resto.
-Rosie… cuándo te volviste tan sabia?
-En primer lugar –Dijo en tono confrontacional -no me digas Rosie, y en segundo… la sabiduría me debe haber llegado junto con la noticia de que voy a ser mamá… -Dijo casi tímidamente.
-ROSE! Oh Rose, estoy tan feliz por ti! Me has escuchado hablar de mi patética vida sentimental por horas y no me dijiste lo más importante! –Le reproché -Oh Rose, te quiero mucho, me vas a hacer tía… mándale mis felicitaciones a Emmett… Cuantos meses tienes?
-Casi tres meses… No quise decirte nada antes por miedo a que fuera una falsa alarma o a que lo perdiera como a los otros –Rose había tenido varios abortos espontáneos que la destruían cada vez -pero el médico dice que todo está en orden y que este debiera ser un embarazo normal… Voy a ser mamá!
Después del notición de Rose la conversación se desvió hacia su embarazo. Nos despedimos con mi promesa de llamarla al menos una vez cada 2 días y tener mi celular siempre conmigo y me dirigí a mi closet a empacar. Saqué la maleta más grande que tenía y metí en ella la mayor cantidad de ropa de invierno posible y toda mi ropa interior y escasa lencería sexy. No sabía cuánto tiempo estaría en Forks, pero quería estar preparada.
De camino al aeropuerto llamé a la Editorial para hacerles saber que necesitaba extender mi permiso sin goce de sueldo y afortunadamente no me pusieron mayores inconvenientes. No quería renunciar a mi trabajo en caso de que las cosas con Jazz no resultaran como yo esperaba… Y si ya no me quería de regreso?
Afortunadamente una vez en el aeropuerto pude abordar un vuelo directo a Seattle y dos horas después estaba aterrizando en Sea Tac. Ahí debí arrendar un auto, ya que la alternativa era pagar un taxi y eso me resultaría aún más caro… mi pobre tarjeta de crédito estaba sufriendo!
Tres horas y media más tarde, a eso de las 10 de la noche, llegué a casa de Charlie, agotada y nerviosa… La casa estaba casi completamente a oscuras salvo por una tenue luz en el living… Eso quería decir que Jazz estaba en casa. Dios, que haría si Jazz me rechazaba?
Me bajé del auto con mi maleta y busqué las llaves de la casa en mi cartera. Introduje las llaves en la cerradura y abrí la puerta silenciosamente. Entré a la casa y me asomé al living… Jazz estaba durmiendo en el sillón y…
Qué demonios?
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