Hola a toooodos! Aquí me tienen con un nuevo capítulo.
Debo confesar que estuve un poco triste por que recibí una muy mala crítica de alguien llamada "New York" que no ingresó en su perfil para opinar, por lo que no le pude responder en privado. En definitiva, a ella no le gusta ni como escribo ni cómo trato a Edward en mis fics, y cuestionó si alguna vez he leído los libros.(¡!)
Mi respuesta es la siguiente:
1.- Lamento que no te guste mi estilo ni mi gramática, mi estilo está determinado por que acostumbro a escribir en inglés, no en español.
2.-En mis fics Edward siempre es vilipendiado, por algo escribo AU, NON CANON. Porque no es de acuerdo al libro literalmente, o no estaríamos leyendo un Bella/Jasper.
3.- Sí he leído los 4 libros varias veces en idioma original y en español. Además tengo los audiobooks ;)
4.- Si quieres fics donde Edward es el héroe, puedes encontrar miles por ahí, pero lamentablemente no entre mis escritos.
Eso no más...
Besos a todos y que disfruten!
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Capítulo 23
And we'll be together, this time is forever
We'll be fighting and forever we will be
So complete in our love
We will never be uncovered again
Back for good / Take That
Jasper POV
Una vez terminado el trabajo, Emmett y yo corrimos al bosque a alimentarnos. Estábamos famélicos y resultaríamos peligrosos para la población humana en esas condiciones. Fuimos lo suficientemente afortunados de encontrarnos un par de alces despistados y un león de montaña, que compartimos. Con esa sangre en el estómago dejamos de ser un peligro inmediato para las personas que se toparan con nosotros y nos calmamos un poco. El frenesí de la persecución y posterior pelea nos tenía sobreexcitados.
Emergimos cerca de Olimpia, y una vez que quemamos el cadáver de la perra de Victoria y cazamos, decidimos correr todo el camino a Forks, regresar a nuestras mujeres de inmediato… Las extrañábamos más que a nada y seguro estaban locas de preocupación.
Unas horas después estábamos llegando a casa, donde lamentablemente, nos encontramos una sorpresa: Edward.
Emmett y yo nos tensamos al momento al sentir su olor, y dejamos de correr y comenzamos a caminar a paso humano hacia la casa.
-Rose! –Gritó Em cuando llegamos a escasos metros cerca de la entrada de la casa.
-Emmett! –Gritó Rose desde el segundo piso, saltó por una ventana y estuvo en los brazos de mi hermano, besándolo, en menos de 3 segundos.
Unos minutos después, se separaron, pareciendo recordar que yo estaba presente, y Rose me abrazó fuertemente y me besó las 2 mejillas.
-Rose! Preciosa, es tan bueno verte –La saludé - Bella, está bien? –Pregunté ansioso. Podía sentir a Edward en la casa y sus emociones eran un cúmulo de sentimientos negativos, desde la pena hasta la rabia y el resentimiento… me imaginé que esta última estaba dedicada mí.
-Ella está bien, sólo preocupada a muerte por ustedes… por qué no llamaron? –Me increpó.
-Es una larga historia, pero termina con una persecución por mar… a nado –Respondí mientras Emmett la abrazaba y olisqueaba su cuello… ninguno de los 2 estaba de ánimo de conversar y no estaba en mí obligarlos.
-Edward? –Pregunté por último, susurrando para que él no escuchara, olvidando por un momento que él podía leer nuestras mentes.
-Lo sabe todo –Respondió Rose de la misma forma -Bella habló con él.
-Cómo se lo tomó él? –Pregunté preocupado.
-Como era de esperarse… no muy bien… no sabía nada de tu separación con Alice o de su matrimonio con Liam… todo ha sido un gran golpe para él.
-Ella está en su casa? –Pregunté.
-Sí –Dijo Rose –Iba a verla en este minuto, estábamos locas de preocupación y no queríamos estar solas.
-Corre a verla y sácala de su miseria! –Dijo Emmett tomando en sus brazos a Rosalie y llevándola al interior de la casa.
-Diviértanse! –Alcancé a decir antes de que desaparecieran entre risitas.
Los seguí para dirigirme a la habitación de Esme y Carlisle y cambiarme de ropa. Extrañamente casi toda mi ropa había desaparecido, pero tomé una camiseta de Carlisle y unos jeans míos y me dirigí a tomar una rápida ducha.
Una vez listo, corrí entusiasmado a casa de Bella dispuesto a romper mis propias reglas por una vez y sorprenderla tocando su ventana, ya que era tarde para hacerle una visita formal tocando la puerta de entrada con su padre presente…
Pero al acercarme pude sentir miedo, desesperación y una angustia enorme… mi pobre Isabella estaba sufriendo.
Pude escuchar a Bella llorar a pesar de la fuerte música que salía de su habitación y luego la oí levantarse para ir al baño… escuché sus últimos sollozos y el agua correr, y decidí entrar y consolarla inmediatamente. No era nuestro reencuentro ideal y odiaba hacer lo que despreciaba en Edward, pero supe que a ella no le importaría si entraba a escondidas a su habitación.
Abrí la ventana y me senté a esperarla sentado en a mecedora, en la oscuridad, e inyecté a Charlie con una buena dosis de letargo para que no despertara de donde se había quedado dormido en el sofá.
Cuando Bella salió del baño estaba vistiendo su pijama y ya más serena, me distinguió sentado en la mecedora y me dirigió un cansado
-Hola Rose –Y se metió a la cama.
-Hola Cariño –Dije tranquilamente tratando de conservar la calma y no saltar sobre ella y tomarla contra la pared como me pedían mis instintos.
-Jazz! –Gritó ella y de dos brincos se trepó en mi regazo. Yo bajé mi rostro hacia el suyo buscando su boca y mis labios pronto encontraron los suyos, reclamándolos insistentes. La besé hasta que comencé a perder la cabeza, nuestra mutua necesidad era abrumadora y sólo el sabor de sus lágrimas me hizo volver a la realidad.
-Bella cariño… ya estoy aquí… te amo y ya estamos juntos –Dije balanceándola en mis brazos y hablando contra su cabello. Olía tan bien, su cuerpo tenía la temperatura justa que yo recordaba…
-Jazz… -Hipó aferrada a mi cuello –Creí que no te volvería a ver… que algo les había sucedido.. por qué no contestaste mis mensajes y llamadas?
-Lo siento cariño… siento que te hayas preocupado, pero fue necesario. Victoria se escondía en el sector portuario de Seattle. Eliminamos a sus últimos 3 neófitos el día domingo, y Victoria nos descubrió… -Expliqué –Eliminamos al resto rápidamente pero Victoria en vez de enfrentarnos decidió escapar lanzándose al mar. Nosotros la seguimos y ahí quedaron inutilizables nuestros equipos celulares… la perseguimos durante dos días a nado hasta que la atrapamos casi al llegar a Olimpia… la perra venía por ti –Dije con rabia al pensar de lo cerca que había estado de cumplir su macabro objetivo.
-Oh… entonces todo se terminó? –Preguntó ella aun lagrimeando un poco.
-Todo se terminó –Confirmé -Estás finalmente a salvo –Dije besándola en la frente.
-Te amo tanto –Dijo ella enviándome todo su amor concentrado en una gran oleada –Pensé que te perdía…
-Nunca –Le dije tratando de reasegurarla –Siempre voy a regresar a ti.
Y entonces ella me besó.
Tomó mi rostro entre sus manos y me besó ferozmente, buscando reafirmar mi presencia, y yo no pude menos que igualar sus esfuerzos, recorriendo sus labios con mi lengua mientras mis manos comenzaban a vagar por su cuerpo
-Charlie? –Preguntó ella jadeante entre besos.
-Durmiendo –Respondí –No te preocupes de él.
-Te extrañé tanto –Dijo aferrándose a mi cabello y besándome otra vez. Su boca se abrió para la mía y nuestras lenguas danzaron reconociéndose… reclamándose…
-Yo la tomé entre mis brazos y la deposité en la cama, y cubrí su cuerpo con el mío, soportando la mayor parte de mi peso sobre mis codos.
-No sabes cuánto deseé poder estar así contigo, cariño –Dije besando su clavícula y haciéndola estremecerse.
-Mmmmmmh… -Gimió ella.
-Quieres que te haga el amor Isabella? –Le pregunté mientras tocaba uno de sus pezones por sobre su camiseta con la punta de mi nariz.
-Sí, oh Jazz, hazme el amor! –Dijo ella abrazándome con una mano y acariciando mi bajo vientre con la otra.
Las sensaciones de su mano tocándome me volvieron loco, y proyecté un poco mi urgencia. Si bien quería hacerle el amor lentamente, en ese momento necesitaba cogerla como un salvaje y hacerla gritar de placer.
-Jazz, ahora… desvísteme –Me pidió. La ayudé a deshacerse de su camiseta, para encontrarme sus blancos y firmes pechos con sus rosados pezones erectos, su estrecha cintura y sus delicadas caderas, y fui besando cada centímetro de piel descubierta, maravillado. Cuando terminé con mi tarea bajé sus shorts y ropa interior, encontrando su sexo y liberando su dulce aroma.
Sin pensarlo dos veces hundí mi rostro entre sus piernas, lamiendo la humedad que se encontraba en su centro. Bella gimió y se retorció, y yo me incorporé para desvestirme en segundos y besarla, con su sabor aún en mis labios.
En cuanto nuestros labios se encontraron yo dirigí mi erección a su entrada y empujé, entrando en ella completamente en una sola estocada. Ambos nos quedamos paralizados ante el poder de la sensación de nuestra unión sin movernos ni respirar.
Ese momento pareció hacerse eterno y dejé fluir mis sentimientos libremente hacia ella, y ella correspondió liberando sus sentimientos y sensaciones. El momento era tan intenso que pareció extenderse por siempre, y debí concentrarme en no dejarme llevar por el éxtasis de nuestra unión.
Comencé lentamente a moverme en ella, y Bella movió sus caderas inmediatamente, uniendo nuestros cuerpos lo máximo posible.
-Bella cariño… -Le susurré al oído –te necesito demasiado… ahora te voy a coger, y luego te voy a hacer el amor lentamente… toda la noche si lo resistes.
-Oh sí!, Cógeme Jazz! –Gimió ella y apretó sus músculos internos atrapándome en ella. Yo me incorporé y sin salir de ella me senté sobre mis rodillas y tomé una de las piernas de Bella y rodeé mi cuerpo con ella mientras la otra la subí hasta que su tobillo estuvo en mis hombros. De esa manera conseguí un ángulo mucho más profundo y comencé a bombear, fuerte y rápido.
-Me extrañaste cariño? –Le pregunté –Extrañaste que te cogiera?
-Sí, oh Jazz, sí! –Dijo ella moviendo la cabeza de un lado al otro. Verla tan perdida en las sensaciones me excitó aún más y sentí el calor de mi liberación en mi bajo vientre.
Con mis dedos comencé a acariciar el clítoris de Bella mientras bombeaba más y más rápido en su cuerpo y le decía frases sucias que sabía que la encenderían más.
Pude sentir el momento exacto en el que el cuerpo de mi Bella llegó al éxtasis porque sus músculos se contrajeron y ella dejó de respirar por unos segundos, y su placer generó mi propia descarga, y gruñí y maldije por lo bajo ante un placer tan intenso.
-Estás bien cariño? –Pregunté abrazándola dulcemente al ver que no se movía ni hablaba.
-Mmmmmmmmh…
-No puedes hablar? –Pregunté divertido. Siempre era una caricia a mi ego el ver el efecto que tenía el sexo en Bella.
-Mmmmmmmmh…
-Quieres que me vaya? –La provoqué.
-Nononononono! –Dijo aún con los ojos cerrados pero aferrándose a mí con brazos y piernas.
-Me quedo entonces… pero sólo por hoy –Le dije besándola en los ojos, la frente, las mejillas y la nariz.
-Mmmmmmmh –Dijo ella con una sonrisa.
-Duerme cariño, estás agotada –Dije adivinando que llevaba días sin dormir adecuadamente de la pura preocupación. Ya tendríamos tiempo de seguir haciendo el amor cuando ella estuviera descansada.
-Pero… Mmmmmh… Máaaaas… -Dijo abrazándome más fuerte.
-Mañana Bella, ahora es hora de que descanses –Dije acomodando su cuerpo al mío.
-Mmmh… Oook… -Dijo y abrazándose a mí besó mi pecho y se quedó dormida.
…oOo…
Esa noche fue una de las más felices de mi vida, abrazando a la mujer que amo, sin preocupaciones para el futuro, las amenazas eliminadas y Bella murmurando mi nombre en sueños.
Cuando amaneció oí a Charlie alistarse para ir a trabajar, y una vez que hubo salido de la casa, decidí que era hora de despertar a Bella, que se aferraba a mí como una enredadera.
-Buenos días dormilona –Susurré en su oído
-Mmmmmmmh
-Hora de levantarse Bella… tienes que ir al colegio.
-No quieeeero –Dijo con los ojos fuertemente cerrados.
-Y qué quieres? –Le pregunté con la voz ronca esperando que fuera mucho sexo… mi erección matutina se había mantenido durante toda la noche.
-A ti… -Dijo posicionándose sobre mí sin abrir los ojos y moviendo sugestivamente las caderas.
-Cuidado con lo que haces –Dije sujetando su glorioso cuerpo desnudo –Puede que te cobre la palabra.
-Mmmmh, si por favor… -Dijo ella y tomó mi erección con su mano… y comenzó a bombear…
-Dios, Bella! –Gruñí aturdido por el placer y la necesidad.
-Te gusta? –Dijo mientras continuaba y besaba mi pecho y mi cuello.
-No pares cariño, no pares… -Dije mientras mis manos recorrían su cuerpo, y me encontré su trasero al alcance de mi mano y comencé a acariciar sus muslos hasta llegar a su centro… estaba empapada para mí.
-Oh Jazz! Gimió.
Continuamos masturbándonos mutuamente y regalándonos múltiples orgasmos hasta que horas después fue hora de levantarse. La llevé al baño en mis brazos y nos duchamos juntos. Luego le preparé un café y tostadas (mi límite culinario en materia de desayunos) mientras ella se preparaba y así nos dispusimos juntos para enfrentar un nuevo día.
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Espero que les gustara la reunión!
Besos y como siempre,
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