sábado, 24 de diciembre de 2011

Oscura Obsesión 3

Hola chicos! Me costó montones terminar este minific porque este Jasper es un ser complicado y terrible, y debí reescribirlo muchas veces para que resultara como yo quería… al final no estoy perfectamente contenta pero aquí está… un vistazo en la mente de nuestro Jazz.

Espero que pasen una muy feliz Navidad junto a sus familias, un abrazo muy grande a todos quienes se dan el tiempo de leerme.

Cariños.

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Oscura Obsesión: Parte 3



Comprendo que tus besos

Jamás han de ser míos;

Comprendo que en tus ojos

No me he de ver jamás;

Y te amo y en mis locos

Y ardientes desvaríos

Bendigo tus desdenes,

Adoro tus desvíos

Y en vez de amarte menos,

Te quiero mucho más.

Comprendo que tus besos/Manuel Acuña

Jasper POV


-Tú vales la pena… las únicas putas palabras verdaderas que le pude decir para calmar su angustia en ese entonces. Phenix…

Ella y su inseguridad.

Ella y su inocencia.

Ella y su ridículo amor por todos nosotros.

Ella…

Hermosa sin aspavientos.

Ella y su risa cristalina.

Ella debía ser mi redención.

Pero no me podía acercar. Ella no era mía para tomar. Yo tenía a Alice… años, décadas de tratar de encajar en la vida perfecta de os Cullen, en el destino perfecto que Alice me prometió pero que nunca existió.

Nada es tan fácil, y tampoco lo fue el enamorarme de mi esposa. Me enamoré de un ideal. Del ideal de una vida sin violencia, de una vida de paz y serenidad después de mi pasado de sangre y odio, de sexo como recompensa a mis logros militares, de la más completa falta de moral. Sólo sangre. Sólo muerte

Y ahora llegaba ella a mi vida. Pura. Amante.

Y de mi supuesto hermano.

La miré de lejos… la evité todo lo que pude. La familia pensó que por mis ganas de su sangre, pero era mucho, mucho más… eran mis ganas de ella. Mi necesidad de poseer lo prohibido… el convencimiento de que su cercanía me podía proveer la redención. La puta redención que sabía que no merecía.

Matar a James fue mi placer…destrozarlo y dejar salir a mi bestia interna para matar al servicio de Isabella… para castigar su agresor.

Maldito hijo de perra.

Y luego meses de observarla a lo lejos… de enmascarar mis pensamientos, de no tomar decisiones con respecto a ella…

El "incidente"... Cuando sólo unas gotas de su sangre me hicieron perder el control. La deseaba. En cuerpo y alma. La transformaría. La obligaría a ver que ella era para mí.

Pero mis "hermanos" me detuvieron por la fuerza y perdí mi oportunidad.

Luego, meses de soledad en Alaska. Solo pero rodeado de la familia… maldita sea, los peores meses de mi asquerosa vida… la rabia, el aborrecimiento que me producían mis acciones…

Hasta que ella regresó a nuestras vidas.

Y regresó como la novia de Edward, como si nunca la hubiéramos abandonado. Como si nunca la hubiéramos dejado a su suerte. Como si no la hubiera tratado de matar. Sin resentimientos.

Compasión.

Perdón.

Y yo me retorcía a la distancia como un animal desesperado por tocarla.

Ella no te pertenece. Qué harías tú con una inocente niña humana? Te la comerías viva… literal y figurativamente.

Un viaje de cacería a Canadá. Mierda, ya no aguanto más esta charada de familia feliz!

-Jazzy, acompáñanos! –Rogó Alice una y otra vez.

-Por la mierda Alice! Ya te dije que no! –Le grité.

-Pero yo vi en una visión que sí venías con nosotros… -Argumentó, inmune a mis explosiones de mal genio. Estaba acostumbrada

-Tus visiones son subjetivas y lo sabes –Le dije con rabia –Estoy cansado, cansado de todos ustedes, cansado de esta mierda de posar como alumno de secundaria, cansado de negar mi verdadera naturaleza! –Estallé.

-Jazzy! Y si nos vamos solos tú y yo… -Me propuso.

-Ya sabes mi respuesta Alice. Tú y yo ya no más –Dije terminante.

-Pero… -Balbuceó.

-Ya… no… más –Le dije lentamente –No voy a seguir fingiendo, necesito tiempo para pensar qué voy a hacer con mi vida.

-Está bien -Dijo decepcionada. Ella no se rendía a la idea de que todo entre nosotros había terminado desde hacía años… años antes de conocer a mi perdición. Mi cisne. Mi Swan.

La familia se fue el viernes y yo me dirigí a cazar en los alrededores. Tuve suerte con un león de montaña y regresé a casa… Tenía poco tiempo para pensar en qué haría con el resto de mi eternidad.

…oOo…

Y de pronto, sin saber cómo llegué a eso, mi sueño se estaba haciendo realidad. Estaba besando a mi cisne, regalándole placer, abriendo mi pecho para desnudar mis sentimientos…

E Isabella desnuda frente a mí… rogándome que me quedara, que nos diera una oportunidad, que "probáramos" durante el fin de semana… diciéndome que pasara lo que pasara ella abandonaría a Edward…

Mi pequeño cisne había demostrado que su cuerpo necesitaba del mío, y yo estaba hambriento del suyo, perfecto, joven, suave, cálido y virginal.

Dos orgasmos… dos orgasmos que casi me hacen encremar mis putos pantalones de placer… Isabella era un volcán, y cuando hiciera erupción incendiaría todo a su paso… Y yo quería ser el catalizador, yo quería ser el maldito suertudo que consiguiera a la chica perfecta para sí mismo.

Mis mundos oscuros no importaban, mi cisne redentor limpiaba todo a su paso… pero aun así le advertí lo que soy. A ella no le importó, pude ver lo sincera que era el decirme que quería una oportunidad conmigo a pesar de todo.

-Mi pequeño cisne curioso quiere probar? –Pregunté divertido con sus palabras, con su inocencia, con su falta de malicia… –Entonces me lo vas a tener que pedir Swan… -Dije sonriendo, perverso… y pude sentir y oler su creciente excitación –Me vas a tener que pedir que te haga el amor.

-Yo… -Pude sentir su pudor, su pequeño lapsus de indecisión y luego su certeza absoluta –Jasper… quiero que me hagas el amor –Me pidió tímidamente.

Nunca he escuchado palabras más sexi en mi vida, la tomé en mis brazos, desnuda como estaba, y la besé fuerte, duro, con el sabor de su sexo en mi boca, y ella gimió, gimió de placer.

La saqué de la habitación de Edward, no quería que nada de lo nuestro le recordara a él, y la llevé a mi estudio, donde tenía un enorme diván, ideal para todas las cosas que pensaba hacerle a mi cisne bonito… a mi cisne perverso… perverso como yo.

La deposité con cuidado en el diván sin dejar de besarla, y ella entrelazó sus delicados dedos en mi cabello, como para que no me fuera, como para retenerme…. Como si lo necesitara! Esta mujer era mi maldita perdición.

-Repítemelo –Le dije tomando uno de sus pezones en mi boca.

-Jasper… por favor… por favor hazme el amor! –jadeó, y supe que lo decía de verdad. Luego una ola de vergüenza la atacó y sus mejillas y su pecho de ruborizaron.

-Dímelo… qué estás pensando? –Le pregunté mientras acariciaba su piel de porcelana. No permitiría secretos entre nosotros.

-Tú… este… tienes toda tu ropa puesta-Dijo ruborizándose aún más.

-Sácamela Swan… Sácamelo todo –Le dije dándole espacio para que sus manos maniobraran.

-Levanta los brazos –Me pidió y sus manos se acercaron al borde de mi camiseta para retirarla. Una vez que mi pecho estuvo desnudo ella me abrazó y rozó su piel con la mía, creando una ficción increíble… puro deseo y electricidad –Tus pantalones –Dijo y trató de desabrocharlos, pero se demoró demasiado y yo simplemente me los arranqué como había arrancado cada prenda que ella llevaba puesta y quedé desnudo frente a ella. Mi pequeño cisne jadeó, supongo que de la impresión de ver a un hombre desnudo.

-Bésame Swan… acércate y bésame –Le ordené… pero en mi interior estaba rogando, rogando porque ella viniera hacia mí.

Ella se acercó y con fuerza se colgó de mi cuello y me besó apasionadamente, pegando su cuerpo al mío, ambos jadeantes de necesidad.

Me concentré en tratar de no proyectar mis emociones, quería que ella hiciera lo que quisiera hacer, sin más manipulaciones de mi parte… Su deseo no disminuyó.

Mi mano bajó por su estómago para hundirse entre sus piernas. Ella arqueó su cuerpo para permitirlo.

-Mierda Swan! Estás tan mojada! –Le dije al oído.

-Para ti… por ti –Respondió ella besando mi pecho. Yo acaricié su sexo una y otra vez, metiendo primero uno y luego dos dedos en su entrada, de modo de dilatarla, de prepararla para mi invasión.

-Jazz… Uuuummm… no puedo más! Voy a estallar! –Gimió.

-No nena, tú vas a estallar cuando yo te lo diga –Dije cruel, y bajé la intensidad de mis caricias para alargar su placer. Sus manitas recorrieron mi cuerpo, y pareció gustarle particularmente la zona de mis glúteos y hombros, ya que ahí centró sus caricias.

Me recosté en el diván con ella sobre mí y seguí acariciando su sexo y lamiendo sus pechos… la lujuria viajaba en espiral de uno al otro, sus estremecimientos de placer literalmente se convertían en los míos y la quería devorar, hacer mía en cada sentido, encerrarla, castigarla por cada pensamiento que hubiera tenido con otros… con mi hermano…

Ella se sentó sobre mi estómago y pude sentir su sexo mojado restregarse contra mí, buscando la anhelada fricción.

-Isabella… pídemelo de nuevo –Le dije con voz ronca.

-Hazme el amor Jasper! -Exclamó

-Otra vez! -Grité

-Jazz, hazme el amor! -Rogó

-Otra puta vez! –Grité.

-Cógeme Jasper, cógeme por favor! –Gritó ella, y yo la tomé por las caderas y la senté en mi erección de una sola vez, relajando su cuerpo con mi don, absorbiendo su dolor y dando paso sólo al placer.

-Aaaaaah! Jassssssspeeeeeeeeeeer! –Gritó ella mientras yo comenzaba a moverme lentamente en su interior, rotando mis caderas, tratando de alcanzar la mayor cantidad de puntos del placer. Mi don me ayudó en esa exploración, sabiendo qué le gustaba y qué no, pude enloquecerla de gozo.

-Te gusta así nena? Solo yo… sólo yo… dilo! –Le exigí, loco de pasión por esta niña que se entregaba a mi por primera vez.

-Mmmmmmmh… sólo tu Jasper… nadie más, sólo tú… -Gimió ella arqueando su espalda, haciendo que su larga mata de cabello rozara mis rodillas.

Con una de mis manos comencé a acariciar sus pezones erectos, y con la otra me concentré en su clítoris. Ella tenía los ojos cerrados y su cabeza se movía de un lado al otro en desesperación.

-Abre los ojos pequeño cisne… -Le dije. Ella se negó con la cabeza, perdida en las sensaciones, y yo pellizqué su pezón para llamar su atención. Gritó y gimió, y sus ojos se fijaron en los míos mientras el ritmo infernal de nuestros cuerpos unidos no se detenía, me cabalgaba y yo la tocaba, y creí morir mil veces al verla unida a mí.

-Míranos –Demandé –Mira como nuestros cuerpos encajan perfectamente, mira cómo te cojo, mira como entro y salgo de ti… -Le dije sentándome para robarle un beso, lleno de deseo, lenguas y pasión.

-Oh! Oh! Jazz… creo… Mmmmmh… Oh dios! Voy a acabar! –Gritó y yo aceleré el paso a una velocidad sobre humana y sentí como mi propio cuerpo se tensaba en busca de su alivio… Ella gritaba y yo rugí como un endemoniado mientras llegábamos a nuestro clímax juntos.

El volcán había hecho erupción y me había arrastrado quemándome por dentro… muerto… estaba putamente muerto por la pasión de mi dulce cisne…

Ella había colapsado sobre mi cuerpo y nuestros cuerpos se pegaron con su sudor, quedando una masa deforme de brazos, piernas y torsos, nuestras bocas a pocos centímetros la una de la otra.

-Te adoro y eres jodidamente mía Isabella –Le dije respirando el aire de su boca.

-Mmmmmh… -Gimió ella como una gatita.

-Dímelo Swan! –Rugí –Dime que eres sólo mía, ya no hay vuelta atrás… te voy a seguir hasta que el puto mundo explote!

-Tuya nene, sólo tuya… -Dijo ella suavemente al borde del sueño.

-Dímelo otra vez! –Dije tirando de su cabello para acercarla a mi aún más y besarla con furia.

-Tuya Jazz… -Bostezó –Tuya y de nadie más.

…oOo…


Dejé a Isabella dormir por algunas horas sobre mí mientras yo hacía planes en mi cabeza… podría ella dejarlo todo por mí de un día para otro? A ella le faltaban sólo un par de meses para graduarse, a pesar de mi egoísmo no quería quitarle esa vivencia que atesorar… ya después sería sólo mía.

Cuando ella despertó la llevé al baño donde nos duchamos juntos. Me arrodillé frente a ella y lavé su sexo, viendo correr por el drenaje su sangre virginal… Ella me dejó hacer mansamente, acariciándome como si estuviera calmando a una fiera… ella era mi calma, mi vida y mi oportunidad de ser feliz.

Luego fuimos a la cocina donde se preparó algo para almorzar y yo la observé moverse desnuda… no permití que una prenda de ropa ensuciara mi más hermosa visión… luego volvimos a mi estudio, donde le hice el amor pausadamente, por horas, hasta volverla loca y dejarla ronca de tanto gritar mi nombre.

La noche pasó entre su sueño y nuestra pasión, y ella debió repetir mil veces que era mía, que me pertenecía, yo necesitaba sentirlo, ya que sabía que no me lo merecía.

-Te amo Swan, eres mi puta vida… todo lo que soy, lo bueno y lo malo… y créeme que lo malo supera a lo bueno… pero todo es para ti… no me traiciones Swan… dime que eres mía –Le pedí.

-Tuya nene… sólo tuya –Me decía y repartía besitos en mi cara y pecho, y me volvía a encender y el ciclo volvía a comenzar.

…oOo…

El domingo despertó nerviosa. No tenía ropa qué ponerse y la familia llegaría cerca del mediodía.

Le presté algo de ropa de Esme (no quería ensuciarla con ropa de Alice) y la acompañé a su casa donde tomó una ducha y se puso su propia ropa.

-Jazz… tengo miedo… -Me confesó, aunque yo ya lo sabía.

-Lo sé… pero tienes que decidir… qué es lo que quieres? Porque ya tuvimos nuestro fin de semana Swan… ya tuviste tu fin de semana de "prueba"… ahora decide… te quedas conmigo?

-Me deseas aún? –Preguntó ella, siempre insegura.

-Por siempre –Respondí –Te llevo bajo mi puta piel cisne perverso… no sé qué mierda has hecho conmigo, pero soy tuyo.

-Yo… quiero estar contigo –Me dijo –Voy a terminar con Edward… vamos a enfrentarlo todo juntos… pero me da miedo.

-Miedo a qué?

-A… decepcionarlos a todos… a la traición que cometí con Edward…

-No tienes que enfrentar nada si no quieres… nos podemos fugar –Le propuse sintiendo que la furia me consumía al oírla mencionar a Edward.

-Fugar?... me gusta la idea, pero Charlie… no, no le puedo hacer eso… -Dijo tristemente.

-Entonces es enfrentarlos… -Le dije.

-Enfrentarlos –Dijo ella.

-Dímelo otra vez Swan…

-Soy tuya Jasper… -Susurró.

-No me mientas! –Exclamé sin confiar en mi don que me decía que ella era sincera.

-No te miento nene, tuya hasta el fin… -Me dijo acariciando mi cabello.

Sí… ella sabía cómo calmar a la bestia.

La senté en mi regazo y me dediqué a decirle todas las cosas sucias que le haría cuando volviéramos a estar solos. Pude sentirla mojarse ante la sola mención del placer que le entregaría

Al medio día, tomados de la mano, nos subimos a su camioneta. Había llegado la hora de enfrentar a mi familia, y que nos lleve el demonio a todos si no me quedaba con mi chica al final!

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Ahí lo tienen! El fin…

Ustedes saben lo difícil que es condensar para mí. Lo hice bien? Les gustó este Darksper?

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