Hello, nuevamente publico antes de lo esperado
porque francamente, yo también quiero saber qué es lo que pasa… Pero no se
acostumbren, porque lamentablemente me llegó más "pega"
("trabajo" en Chile) así es que nuevamente tendré que escribir sólo
de noche.
En este capítulo descubriremos muchas
verdades, nos reencontraremos con viejos personajes y tendremos un nuevo POV, a
ver qué les parece.
Disfruten y cuéntenme qué tal.
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Capítulo 34
Lo encontré sin sus pies
la cintura al revés
pensar que lo ame
y no lo supe entender.
Con las manos heladas
la cabeza inflamada
con los labios morados
se caía la piel
te lo cuento de nuevo
y no sabrás como fue.
Y tu cara cambio
tu color se esfumo
tus ojos eran sol
cuando no conocía el calor.
la cintura al revés
pensar que lo ame
y no lo supe entender.
Con las manos heladas
la cabeza inflamada
con los labios morados
se caía la piel
te lo cuento de nuevo
y no sabrás como fue.
Y tu cara cambio
tu color se esfumo
tus ojos eran sol
cuando no conocía el calor.
Te amo Tanto / Javiera y Los Imposibles
DEMETRI POV
Los neófitos se lanzaron sobre
nosotros como hienas sobre una gacela herida. Solté a Bella que cayó al suelo
como un saco de papas y traté de protegerla con mi cuerpo adoptando la posición
de combate defensivo e intentando mantenerla entre mis piernas.
Traté es la palabra clave.
Porque si bien los neófitos no estaban
entrenados en técnicas de combate, ellos contaban con los números y la fuerza,
y mientras yo lidiaba con uno, otros tres me atacaban o trataban de arrancar a
Bella de mi lado.
Bella se sentó con mucho esfuerzo y
trató de conjurar su escudo, pero fue incapaz de reunir la energía necesaria.
En un solo movimiento basado en fuerza
bruta, me arrancaron un brazo desde el hombro, y a partir de entonces todo fue
cuesta abajo.
Me desmembraron frente a mi Fiore.
El dolor que sufrí es inenarrable,
comparable sólo al de la transformación. Era un sufrimiento que no me daría el
descanso de la inconsciencia o la muerte, y que fue aumentado en intensidad al
ver la angustia y desesperación reflejadas en el rostro de mi Bella, porque
todo sucedió a pocos metros de ella, llegando a salpicarla de mi veneno.
Esa agonía sólo se asemeja con el
suplicio e impotencia que sentí al ver cómo le arrancaban una pierna...Y ver
que ella ni se defendió ni se quejó. Era como si hubiera perdido todo instinto
de lucha, no sólo por la pérdida de energía y veneno… Era como si ya no tuviera
una razón para vivir.
Vi en primera fila el horrible
espectáculo de esos salvajes mientras metían a Bella en un gran saco de lona y
a su pierna y mis extremidades en otro.
Luego metieron mi torso con la cabeza
aún pegada al cuello a otro saco de lona, efectivamente cortando mi visión, y
nos tiraron en la parte trasera de un vehículo de carga. Subieron 4 vampiros al
pequeño camión, dos de ellos el líder y la mujer, y dos neófitos, uno de los
cuales fue el que actuó como carnada en el departamento en Trípoli. A ese hijo
de perra lo desollaría lentamente. A los otros sólo los desollaría.
Era una promesa… Una que me repetí
miles de veces como un mantra, para evitar sumirme en la desesperación. Tenía
una vaga idea de lo que estaba pasando realmente y deseé la muerte como nunca
antes. Si no hubiera sido porque mi Fiore era mi responsabilidad, habría hecho
planes de lanzarme a una hoguera a la primera oportunidad… No podía volver a
esa vida… No podía, y no podía arrastrarla a ella.
Paramos en un almacén mayorista en
Trípoli y los neófitos cargaron el camión con sacos de arroz Basmati, tés
frutales y especias de la India, principalmente hojas se curry y diferentes
tipos de masala, como el Madras, Kashmiri, Balti ,Rose Petal y Tikka, ordenando
la carga de modo que los sacos de arroz cubrieran completamente mi cuerpo y el
de Bella. Ese era el camuflaje que utilizarían para viajar sin llamar la
atención. Sólo un grupo de comerciantes, nada más. Imposible vernos y
extremadamente difícil olernos, para animales o vampiros.
-Fiore… Fiore dime que estás ahí –
Dije muy bajito en inglés, con un susurro agónico. Tal vez ese idioma no lo
manejaban nuestros atacantes, ya que ni siquiera los más viejos parecían muy
occidentalizados, o incluso cultos.
Agh! Apenas podía forzar las palabras
de mi boca. No moriría con el desmembramiento, pero la pérdida de veneno casi
me había vencido sin luchar.
-Dem? – Preguntó ella igual de
despacio, pero con un dejo de esperanza.
-Fiore, quiero que seas fuerte, este
es el momento de demostrar que eres una guerrera. No sé cómo, pero vamos a
salir de esto, y los vamos a matar a todos – Le aseguré. No tenía dudas de que
escaparíamos, solamente sobre el cuándo y el cómo.
-Pero Félix… – Dijo ella con voz
temblorosa.
-No Chica Zombi, no – Le dije
rotundamente – Cuando estemos libres vamos a pensar en él, pero ahora no nos
podemos desmoralizar. La energía que nos queda la vamos a ocupar tratando de
huir, no angustiándonos por lo que no podemos manejar – Le dije sonando más
duro y frío de lo que realmente me sentía, pero no nos podía permitir
concentrarnos en la pérdida de Félix, lo que sólo conseguiría atribularnos y
paralizarnos.
-Dem, quiénes son? Qué pasó? Qué
quieren? – Preguntó Bella. Claro, ella no hablaba árabe, ni bereber, ni masri,
por lo que no entendió ninguno de sus comentarios en la casa.
-No sé quiénes son, Fiore – Respondí
honestamente - Pero creo saber de qué se trata… Alguien nos traicionó… Y Amún
ha vuelto por mí.
oooOooo
AFTÓN POV
Hacía cinco días que Bella, Félix y
Demetri se habían ido a su misión en Libia y aún no se reportaban, lo que no
era tan raro, ya que muchas veces pasaba una semana o más hasta que los agentes
de campo se reportaran, dependiendo de las condiciones del país (como por
ejemplo, la presencia de antenas telefónicas en la zona en la que se
encontraban).
Yo nunca me ofrecía para ir a ninguna
parte… En primer lugar porque mi Chelsea no abandonaba jamás su puesto en el
Salón del Trono, y yo no confiaba realmente en realmente en nadie más. Llevaba
años sufriendo la burla soterrada y el menosprecio del resto de La Guardia,
porque todos sabían que mi puesto no lo había ganado por mis habilidades, sino
que era tolerado por ser la pareja de una vampira extremadamente talentosa…
Claro está que Chelsea no sabía la magnitud del bulling sufrido, para ella yo
era simplemente tímido y tenía problemas socializando, y siempre me impulsaba a
integrarme más.
Pero no había integración posible.
Ellos eran la elite de nuestro mundo y yo… sólo era yo.
Eso hasta que llegó la humana.
Todos pensamos que Aro se había vuelto
loco al darle tantas libertades y permitirle mantenerse en su frágil condición
tanto tiempo como lo hizo, pero hablándolo con Chelsea ella me explicó que como
su poder de generar lealtad en Isabella no funcionaba, Aro se la estaba
tratando de ganar de una forma más tradicional. Él reconocía el talento
potencial de Bella y se propuso mantenerla contenta.
Lo que no fue difícil, ya que ella era
una persona naturalmente luminosa, que siempre trató a todos con respeto y que
contaba con un sentido del humor irreverente y mordaz. A mí me gustaba rondar
cerca de ella, ya que era una de las pocas personas del castillo que no estaba
contaminada con el poder, el dinero y la muerte… Pero no me atreví a acercarme
por miedo al rechazo.
Chelsea me impulsó varias veces para
que probara hablar con la humana, en un intento por sacarme de mi cascarón,
pero no, nunca me atreví… Hasta que se enfermó y la operaron en el hospital.
Toda la corte se mudó al hospital y
cada uno trató de entretenerla a su manera. Chelsea decidió enseñarle a hacer
pulseras de macramé, y la fascinó. Después le hizo algunas trenzas entretejidas
en su largo cabello para evitar que se hiciera rastas como Santiago, y durante
todo ese tiempo yo observé y pensé en qué me gustaría hacer para ayudar.
Un día ella amaneció de malas,
agotando la paciencia de Félix y Demetri. Ellos ya estaban a punto de pedir a
la enfermera que la pusieran a dormir un rato, pero a mí el verla tan frágil y
pequeña me dio el impulso que necesitaba, y acercándome tentativamente a su
cama protegida por Félix y Demetri, uno a cada lado, saqué en silencio una
moneda de su oreja, y ella chilló como una niña de 5 años, encantada como si
hubiera realizado un acto de magia "verdadero".
Desde ese momento realicé pequeños
actos de ilusionismo para ella, cosas extremadamente simples, pero que ella
adoró. Una vez que salió del hospital Bella me buscó y me pidió que le enseñara
algunos trucos más complejos. Yo dudé sólo un momento y al final acepté, y poco
a poco ella se transformó en mi única amiga (fuera de mi esposa, claro).
Con Bella practicamos trucos simples
de magia, y para su cumpleaños le regalé un set "profesional" con más
de 300 trucos, con lo que tuvimos diversión por semanas perfeccionando nuestro
acto. Ella conmigo se comportaba distinta que con los demás, como acomodándose
a mis necesidades específicas… Era como si fuera capaz de entregar
inconscientemente a cada persona las facetas de sí misma que apreciaría cada
uno.
Por ejemplo a mí me regalaba palabras,
ruido, risa, caos. Yo que siempre fui invisible y me mantuve contento sin
participar, con ella me relajaba, porque ella hacía todo el trabajo. Me llenaba
la cabeza de historias, cuentos, anécdotas, canciones, chistes, poemas, música
y un entusiasmo contagioso. Tanto así que a veces me sorprendía contándole
historias de mi niñez, e incluso logró que le cantara las nanas tradicionales
que cantaba mi madre para mí y mis hermanos.
Un día apareció con un paquete
envuelto en sencillo papel café y amarrado con el cordón rosa de una de sus
zapatillas, formando un lindo moño. La miré extrañado.
-Es un regalo – Aclaró extendiéndomelo
– Pero me tienes que devolver el cordón – Dijo levantando su pié derecho. Su
zapatilla sin amarrar prácticamente colgaba de su pié, no sé cómo no se
tropezó.
-Para mí? Por qué? – Pregunté. Nadie
jamás me regalaba nada, salvo por Chelsea, y ella tampoco era dada a regalos
impulsivos.
-Porque eres mi amigo y porque me
enseñas a ser maga – Dijo encogiéndose de hombros – Ábrelo!
Cuidadosamente desamarré el cordón de
su zapatilla y se lo entregué. Ella se sentó en el suelo y comenzó a poner el
cordón en su lugar.
Yo desenvolví el paquete lentamente,
disfrutando de la anticipación, hasta descubrir un viejo libro, con las hojas
amarillentas y un poco resquebrajadas en las orillas. Era una primera edición
de "Popular Rhymes of Scotland" (A/N: "Rimas Populares de
Escocia") de Robert Chambers, publicado en 1870. Hojeándolo con reverencia
pude ver que era una compilación con todas las canciones y rimas de mi infancia
más muchas otras que no conocía, pero incluía las partituras, así es que no
sería difícil aprenderlas.
-Bella, cómo… Dónde lo encontraste?
Esto te debe haber costado… - Balbuceé.
-Relájate que se te va a reventar esa
vena que tienes en la frente – Me dijo sonriendo – El otro día fui con Dem al
barrio de artesanos, porque tenía que comprar un par de lámparas de velador
porque las que tenía se las tiré a él en la cabeza y se rompieron – Explicó,
como si el problema fuera la mala calidad de las lámparas, no su afición por
lanzar objetos a Demetri cuando se enojaba – Y entramos a una enorme tienda de
antigüedades que era como una bodega llena de polvo y arañas. Pertenecía a un
señor más viejo que la mayoría de las cosas que vendía. No encontramos las
lámparas que necesitaba, pero al fondo de la tienda encontramos un par de cajas
de libros. Les dimos una mirada rápida por encima, porque estaban llenos de
telas de araña y ewwww! Y vi este libro y dije "Ese es para Aftón" y
había varios otros que me interesaron, así es que Dem fue a negociar un precio
por las dos cajas cerradas. Creo que estafamos al viejito, pero Dem dice que si
no hubiéramos comprado los libros nosotros se habrían podrido en ese galpón, en
cambio nosotros les vamos a dar un buen hogar, y el viejito igual va a morir
pronto así es que no necesita dinero, necesita más tiempo y eso no se lo
podemos dar. Fin – Dijo nivelando el moño de sus zapatillas para que quedaran
iguales.
-Gracias Bella, no sabes lo que
significa este libro para mí… Es una compilación de trozos de mi vida humana –
Dije tratando de expresar lo que sentía.
-No pasa nada, ahora vas a tener más
canciones que enseñarme – Respondió.
-Bella, qué piensas sobre la
fotografía? – Pregunté. Tal vez si podía retribuir de alguna manera su
consideración.
-Me gusta mucho la fotografía urbana
en blanco y negro, pero no sé nada sobre sacar fotos – Dijo.
-Yo te voy a enseñar – Afirmé. A ella
se le iluminó el rostro.
Y con el tiempo le enseñé a sacar
fotos con mi cámara Canon A-1, una que me compré el año ´77. Era una cámara
evidentemente anticuada, pero de calidad profesional y era ideal para que
aprendiera las bases de la fotografía no digital. Yo me seguí aferrando a mi
favorita, una Minolta SRT 101 del año ´66, que a mi modo de ver simplemente no
quedaba obsoleta, porque la calidad de sus lentes era excepcional. Además le
enseñé a Bella a revelar sus propias fotos, y para ella ese sí que fue un acto
de magia en sí mismo.
Bella nunca me temió, no me trató como
a un monstruo ni como un inferior (sabiendo que su jerarquía sería alta dentro
de la Guardia). Ella se transformó en mi amiga, totalmente platónica, pero
importante de todas formas.
Cuando se convirtió en vampiro las
cosas siguieron igual entre nosotros. No pasábamos todo el día juntos como lo
hacía ella con Demetri y en menor medida con Félix, pero siempre me dedicaba
unas horas de su tiempo. Mi Chels la apreciaba, pero lo que más sentía era
alivio y agradecimiento porque verme ocupado jugando con Bella la hacía
sentirse menos egoísta por hacerme vivir en un ambiente que hasta entonces me
había sido hostil. Yo sé cuan culpable se sentía de mi humilde situación entre
los Volturi al arrastrarme con ella a servir a la corte.
Verme feliz le quitaba un peso de
encima.
oooOooo
Ese día Gianna tenía el día libre, y
me habían pedido que me quedara en Recepción. No era raro que se me asignaran
tareas mundanas como esas, además yo era capaz de seguir el sistema organizacional
de Gianna, a diferencia de Santiago, que siempre hacía desastres que Gianna se
demoraba días en corregir. El resto de la Guardia era demasiado importante o
demasiado inepta tecnológicamente para el puesto.
Me encontraba llenando un juego de
sudoku cuando sentí pasos que se acercaban.
Nadie estaba programado para esa
mañana. Me envaré. O era una emergencia o una falta de respeto al protocolo de
visitas.
No me gustaba ninguna de las dos.
Eran tres parejas de vampiros y uno
solitario.
Reconocí a dos. Alice y Edward Cullen.
Mierda! Ellos tenían prohibido
aparecerse por Volterra, Aro estaría furioso de ver que le desobedecieron. Por
un momento me tranquilicé pensando que Bella protegía todas nuestras mentes,
pero en seguida recordé que ella estaba a miles de kilómetros de distancia, y
difícilmente funcionaría su don desde tan lejos.
-Buenas tardes, mi nombre es Carlisle
Cullen, y he venido a ver a Aro, es un asunto de suma urgencia – Dijo
educadamente un hombre alto y rubio, todo un ario nórdico que lucía como el
niño símbolo de la Alemania Nazi, aunque su italiano tenía acento americano, no
alemán.
-Tienen cita? – Pregunté por joder.
Sabía que no, estaba viendo la agenda frente a mí.
-No, pero créame, la importancia de
este asunto sobrepasa cualquier protocolo – Dijo él amable pero calmadamente.
Sus palabras se contradecían con su actitud relajada.
-Es sobre Bella y es de vida o muerte!
– Exclamó Edward interrumpiendo rudamente a Carlisle, golpeando la palma
duramente sobre el escritorio, como para enfatizar sus palabras.
Bueno, ahí estaba mi respuesta. El don
de Bella no me alcanzaba tan lejos, ya que Edward podía usar su don en mí y
saber exactamente qué tan importante era para mí esa pequeña y la hostilidad
que me provocaba su familia.
Sin palabras marqué el anexo del Salón
del Trono mientras estudiaba a los componentes de esa "familia" tan
ajena a nuestro estilo de vida. La pequeña psíquica que parecía incapaz de
quedarse quieta en su lugar; el alto y rubio guerrero ubicado levemente frente
a ella, en un gesto de amenaza pasivo agresivo; la mujer del cabello de color
caramelo y ojos llenos de preocupación que se aferraba al brazo de Carlisle; la
alta y bella mujer rubia con la mirada más fría y furiosa que he visto después
de Jane, y un gorila casi tan grande y musculoso como Félix, pero sin su
presencia o aire de autoridad.
-Aló – Contestó Alec, cuyo puesto era
el más cercano a la base del teléfono inalámbrico. Sonaba aburrido, y no era
raro. La corte era aburrida porque todos los días eran iguales… Al menos hasta
que Bella irrumpió en nuestras vidas.
-El Clan Cullen en pleno está aquí
solicitando una audiencia de emergencia con los Maestros – Le dije pausando al
escuchar los gruñidos que se elevaron desde el otro lado al escuchar la palabra
"Cullen".
-Por "aquí" te refieres a
Italia, a Volterra o al castillo? – Preguntó Alec.
-Aquí justo frente a mí, y más cerca
de lo que me gustaría – Dije mirando a Edward. Carlisle puso una mano en el
hombro de su "hijo" y él finalmente retrocedió.
Pude escuchar susurros hablados a una
velocidad imposible de seguir desde mi extremo y finalmente Alec dijo
-Por favor escóltalos al Salón del
Trono, Aftón. Los Maestros están curiosos en saber qué los impulsó a ignorar
sus órdenes – Dijo Alec con un tono malicioso, como disfrutando de antemano las
cabezas que rodarían. Él también era amigo de Bella, y creo que hasta le
gustaba un poco, aunque sabía que no tenía posibilidades frente a Félix y
Demetri.
-Pasen por aquí – Dije escoltándolos
por el pasillo. Abrí las puertas del Salón ceremoniosamente y anuncié – Sus
Majestades, el Clan Cullen del Noreste de Estados Unidos – Dije remarcando
"Clan" y no "Familia" a propósito. Sólo Edward demostró
frunciendo el ceño que había detectado mi provocación.
O puede que haya estado escuchando los
pensamientos hostiles de todo el Salón.
Cerré las puertas y me quedé
guardándolas. Me quedaría mientras no me echaran, ya que el tema me interesaba.
-Aro mi amigo – Dijo Carlisle adelantándose
– Sus Majestades – Dijo inclinando la cabeza ante Caius y Marcus.
-Carlisle, asumo que tienes una muy
buena razón para ignorar nuestras órdenes de no regresar a Volterra hasta nuevo
aviso – Dijo Aro yendo al grano.
-Sí, por supuesto – Dijo Carlisle
rápidamente – Mi hija Alice, como sabes, es vidente. Desde hace más de un año
que tiene problemas para ver a Isabella. Después de su cambio, poco a poco cada
persona del castillo comenzó a desaparecer de su rango de visión, pero un
sentimiento de peligro inminente la comenzó a embargar, sin una visión que lo
respalde.
Alice llamó a Bella en múltiples
ocasiones para advertirle pero siempre fue negada o transferida. Una de esas
llamadas la conectó con Demetri. Alice le transmitió sus preocupaciones y le
pidió que hiciera que Bella bajara sus escudos por un par de días para permitir
a Alice volver a usar su don, pero Demetri se negó, le dio las gracias por la
advertencia y colgó – Narró. Esta última parte no la conocía, y tengo la
impresión de que ni Bella la conocía. No es que me lo contara todo, pero
hablábamos bastante, y algo como eso habría aparecido en alguna conversación,
aunque fuera para burlarse de la amenaza.
-Todo eso lo sé Carlisle, Demetri me
repitió su conversación con Alice y concordamos en que si efectivamente venía
algo por nosotros, era mejor estar con las defensas altas… - Dijo Aro
impaciente.
-Bueno, ese es el problema – Dijo
Carlisle – Desde hace algunos días y de golpe, la corte completa apareció en el
mapa psíquico de Alice.
Silencio. Todos tratando de procesar
el potencial significado de lo que Carlisle Cullen decía.
-Eso puede ser simplemente porque su
don salió de rango por la distancia – Dijo Caius despectivamente. Pero algo en
sus gestos rígidos demostraba que no estaba tan tranquilo como quería
demostrar.
-Todo eso lo entiendo – Dijo Carlisle
– El problema es que Félix volvió a ser visible para Alice, pero Bella y
Demetri no.
-Puede ser que Félix haya vuelto a
pelear con Bella y ella le quitó su protección? – Preguntó Santiago.
-El don de Bella no funciona así –
Afirmó Alec, quién ayudaba a entrenarla en el manejo de sus habilidades – El
primer instinto de Bella siempre es proteger. A ella y a su entorno. Una vez
que alguien obtiene la protección de su escudo mental esta se queda en su lugar
porque forma parte del escudo que protege a Bella. No son entidades separadas o
escudos individuales, para ella es mucho más difícil remover que extender ese
escudo, porque parece no robarle energía extra mantenerlo, a diferencia de su
escudo físico, que sí es demandante corporalmente.
-No he terminado – Dijo Carlisle
sorprendiéndonos con su vehemencia, pero antes de que alguien hiciera notar su
desapego al protocolo, dijo – Félix está al borde de la muerte y creemos que
Bella y Demetri fueron capturados - Una vez que todas las expresiones de
sorpresa cesaron Carlisle siguió – Félix fue decapitado y segundos después
perdió la protección de Bella. Por eso sabemos que está vivo, desmembrado y
enterrado en las afueras de Trípoli. De acuerdo a lo que vio Alice, se quieren
divertir con él un poco antes de matarlo.
Murmullos y movimiento ansioso
esperando órdenes. Félix era uno de los miembros más importantes de la Guardia
a pesar de no tener un don evidente. Era un líder nato y actuaba como general
de facto. No podíamos permitir que sucediera una cosa semejante, no sólo por
Félix, sino por la reputación de los Volturi.
-Y qué hay de los demás? Demetri y
Bella? Cómo sabemos que no están muertos? – Preguntó Renata.
-Como lo veo, si Bella estuviera
muerta su don no existiría y Alice podría ver su cadáver, no? – Preguntó Alec.
Alice lo pensó y asintió.
-Mi don claramente no funciona como
una ciencia exacta – Dijo Alice – Y como Félix no está muerto pero tampoco
tiene un futuro decidido no puedo ver más que un par de flashazos de imágenes
difíciles de interpretar. Sé dónde está porque es algo que él tenía muy claro
al momento de perder la protección de Bella, y aunque él no puede hablar, sólo
con eso creo que puedo encontrarlo.
-Muy bien Carlisle, te agradecemos que
compartieras esta información con nosotros, pero por qué viniste con toda tu
familia? – Preguntó Marcus.
-Por que vinimos a ayudar – Dijo
Edward de inmediato.
-A ayudar a qué? Sabiendo las
coordenadas podemos ir por Félix en este momento – Dijo Caius.
-Ayudar a pelear – Dijo la pareja de
Alice, el rubio cubierto de cicatrices.
-Algo viene, Aro, no sé lo que es
exactamente, pero sí sé dos cosas – Dijo Alice - La primera es que algo malo se
aproxima, y va a haber pelea. La segunda es que tienen un traidor entre sus
filas.
Ese fue el desmadre. El cuarto explotó
en gritos, acusaciones, amenazas y una energía agresiva que se podía palpar.
Aro llamó al silencio levantando una mano. Todos obedecieron.
-Alec llama a la torre, todas,
incluidas Las Reinas deben estar presentes para lo que viene – Ordenó Aro tan
tranquilo que si uno no lo conocía bien podía pasar por alto el brillo un poco
maníaco de sus ojos o su mandíbula apretada para restringir el resto de sus
músculos.
Alec llamó a Corin y ella dijo que
bajaban en seguida. Mientras, Aro se sacó los guantes y tomó la mano de Alice,
absorbiendo cada pedazo de información disponible, incluyendo lo que no dijo
por tratarse sólo de sospechas.
Chels se acercó a mí y me preguntó en
un susurro
-Estás bien?
-No – Respondí. Mi cuerpo tenso como
la cuerda de un violín. Iría por las cabezas de los culpables. A lo mejor no
era dotado, o el mejor guerrero, pero tenía algo en juego, algo importante que
perder. Podía pelear mejor que un vampiro común, y eso tendría que ser
suficiente, porque no me quedaría contestando teléfono mientras Félix era
torturado y Bella y Demetri, quién también había sido amable conmigo, estaban
en peligro.
-Vas a ir? – Insistió, sabiendo mi
respuesta.
-Sí – Respondí – Si no me llevan como
parte de la Guardia voy sólo. Voy a hacer algo útil por una vez – Ella asintió.
Entendía. No le gustaba pero entendía.
En ese momento entró la comitiva de
Las Reinas con su Guardia. Una vez que se les actualizó en los acontecimientos
y se les calmó lo suficiente para que se sentaran en sus tronos, Aro le hizo
una seña a Santiago para que guardara la puerta conmigo.
-El que no esté con nosotros Isabella
significa que ninguno de nosotros está protegido. Mi don vuelve a funcionar, y
estoy seguro de que Edward me ayudará en la tarea que viene a continuación –
Dijo Aro. Edward asintió.
-Renata, querida, dame tu mano – Dijo,
y con esto comenzó el escrutinio en la mente de todos los presentes. Yo me
adelanté para que me examinaran rápido, y me dejaron ir casi de inmediato.
Regresé a la puerta y cuando ya faltaban unos pocos que leer, Santiago se
acercó a los Maestros, dejándome sólo guardando la puerta.
Estábamos todos pendientes de lo que
ocurría al frente, en los tronos, cuando sentí un dolor indescriptible, que iba
más allá de lo que era capaz de resistir incluso nuestro cuerpo de piedra. Al
siguiente segundo era arrojado contra la pared al otro lado del Salón, y la
puerta era destrozada de un empujón.
Jane huía.
Pero Alec la había visto deslizarse
por la habitación, y en cuanto vio que me atacaba, liberó su niebla. Jane
alcanzó a dar un par de pasos fuera del Salón del Trono cuando la niebla la
alcanzó, inmovilizándola y haciéndola caer.
-Por qué? – Sollozó Alec mirando
incrédulo a su hermana. Anabel y Loretta se ubicaron a sus costados
restringiéndolo y consolándolo con suaves palabras. Él se las sacudió de encima
sin violencia pero sin reconocerlas. El dolor debía sentirlo, no había consuelo
posible, era muy pronto.
Jane quedó inmóvil pero completamente
consiente, como expresaban sus ojos aterrados.
Aro se acercó a Jane lúgubremente y
agachándose le tomó la mano a la que había considerado prácticamente su hija.
Su favorita por siglos. La base de su estructura de poder.
Sólo le tomó uso segundos descubrir lo
que sucedía y soltó la mano de Jane asqueado. Edward gruñó y trató de saltar y
atacarla, pero fue detenido por compañeros de clan (el gorila y el de las
cicatrices). Todos estábamos shockeados e incrédulos ante lo que veían. Jane,
la niña mimada y terrible de los Volturi nos había traicionado.
Pronto comenzó un zumbido de murmullos
mientras Chels se abrazaba a mí, asegurándose de que yo me encontraba bien. Y
los murmullos se fueron transformando en exclamaciones enfebrecidas reclamando
saber qué era lo que había sucedido.
-La historia es larga y compleja, pero
se limita a lo siguiente – Dijo Aro - Demetri fue transformado hace más de 600
años por Amún, líder del clan egipcio. Amún descubrió el don de Demetri y su
valor, pero decidió que la mejor forma de asegurarse su lealtad y obediencia
era quebrando su espíritu, y torturándolo de todas las formas posibles. Demetri
trató de escapar miles de veces pero siempre regresó porque así lo deseaba
Amún… Hasta que yo escuché de su don, me reuní con él y le ofrecí un lugar con
nosotros. Él obviamente aceptó y casi fue innecesario que Chelsea cortara sus
lazos con el clan egipcio, ya que él nunca sintió ninguna lealtad hacia ellos.
Una vez que tuve a Demetri en Volterra
envié una carta a Amún diciendo que Demetri a partir de ese momento era un
Volturi y, con el perdón de las damas presentes – Dijo mirando a Las Reinas –
Que se jodiera.
Como era de esperarse, Amún se volvió
loco de rabia, pero no pudo hacer nada más que jurar venganza por la afrenta.
Pero su clan sin Demetri era muy débil y no pudo ejecutar su venganza.
Por otro lado están los rumanos, que
son nuestros enemigos desde el principio de esta organización, cuando los
derrocamos. Ellos hasta ahora han sido incapaces de recuperarse ya que los
únicos miembros sobrevivientes son Vladimir y Stefan, y no habían presentado
una amenaza para nosotros hasta ahora, lo que corroboraba Demetri cada década
visitándolos de incógnito para saber qué se encontraban haciendo y cuáles eran
sus planes – Dijo Aro con voz cansada al enumerar a sus enemigos, los que
probablemente eran muchos más, solo que estos eran los que nos debían preocupar
en lo inmediato.
-Maestro, por favor – Murmuró Alec con
la voz temblorosa, pero aun manteniendo a su hermana totalmente inmovilizada –
Por favor díganos… Qué hizo Jane? En qué forma nos traicionó?
-A eso iba muchacho… - Dijo Aro
mostrando un dejo de compasión en su voz – Como estaba diciendo, la última
pieza de este rompecabezas es Jane, mi pupila… Prácticamente mi hija – Dijo Aro
mirándola con una mezcla de pena y desprecio - Jane se siente desplazada por
Bella. Envidia su popularidad, la aceptación que tuvo incluso siendo humana, el
no poder dañarla con su don para enseñarle una lección, odia la relación
simbiótica de Bella con Demetri porque Jane ha tenido sentimientos por Demetri
desde siempre y él no le ha prestado la más mínima atención, y odia que Bella
sea novia de Félix porque no le parece justo que Bella tenga a dos hombres a su
disposición y ella a ninguno, y que con su apariencia de niña probablemente
nunca lo tendrá.
Odió a Isabella por ofrecerle su
amistad y luego la odió cuando no le importó que Jane no la aceptara o que la
odiara… Odió que Las Reinas apreciaran a Bella y solicitaran expresamente su
compañía. Odió los cambios que Bella estaba introduciendo y provocando, y le
pareció que Bella tenía la libertad de hacer lo que le viniera en gana por ser
la nueva consentida de la corte… Pero lo que detestó por sobre todo fue que su
propio hermano se hiciera amigo de "la intrusa" que había llegado a
quitarle su lugar.
-Janie? – Susurró Alec, claramente
sufriendo con lo que estaba escuchando, pero no particularmente sorprendido –
Qué hiciste Janie?
-Planeó perfectamente el cómo
deshacerse de Bella sin ensuciarse las manos. Se contactó con Amún en cuanto
Bella despertó como neófita y la humilló lanzándola contra la pared con su
escudo por intentar atacar a Demetri. Actuó como su espía durante meses
observando cada avance en el entrenamiento de Bella, todas las posibilidades de
su don, las fortalezas y debilidades, y le ofreció a Amún la posibilidad de
recuperar a Demetri. Sólo tenía que mantener a Isabella desnutrida en una celda
y sería ella incapaz de defenderse. Y poseyéndola a ella poseería a Demetri,
porque él no la abandonaría.
Y lo que hacía de este el plan
perfecto es que Demetri desde hacía tiempo que no estaba bajo el influjo de
Chelsea gracias a Bella, y no estaría bajo la protección de Bella cuando
inhabilitaran su escudo, por lo que Demetri se vería obligado a seguir los
dictados de su creador – Dijo Aro. Todos los ojos estaban fijos en Jane, con
expresiones que pasaban de la ira a la incredulidad – Y a Isabella
eventualmente la controlaría amenazando a Demetri. Jane sabe que esos dos son
incondicionales el uno con el otro, lo que es una enorme debilidad en una
situación como esta. Bella haría cualquier cosa por Demetri… Cualquier cosa…
-Para qué necesita Amún a Demetri? –
Preguntó La Reina Athenodora impactada con lo que escuchaba.
-Porque Amún se alió con el clan
Rumano y planean retomar el poder, para lo que llevan años preparándose,
esperando la ventana de oportunidad que Jane les abrió al contactarse con ellos
– Explicó – Gracias a la mezquindad de Jane ellos obtuvieron al mejor
rastreador y al mejor escudo del mundo.
-Maestro – Dijo Corin desde un rincón
– Qué hay de Félix? Por qué lo atacaron? O sólo fue daño colateral?
-Oh no – Dijo Aro – Daño colateral
habría sido si lo hubieran matado en el acto, en lugar de torturarlo como están
haciendo en este instante.
-Torturarlo… Pero por qué? – Preguntó
Santiago visiblemente afectado. Félix había sido su compañero de armas por
años.
-En primer lugar porque lo detestaba.
Félix no siempre era amable con ella y le recordaba constantemente que sin su
don no era nada, que no puede defenderse en un mano a mano contra nadie porque
nunca se molestó en aprender, y Jane se desesperaba al no tener mi permiso para
usar su don contra los miembros de la organización – Contestó.
-Pero qué ganaba ella con todo esto? –
Preguntó Alec casi retóricamente, totalmente destruido – Discúlpeme Maestro,
pero no puedo creer que todo esto sea sólo por venganza. Ella debía obtener más
que el dolor de dos personas que odia y una que ama…
-Jane negoció un alto puesto en el
nuevo régimen, para ella y para ti – Respondió Aro mirándolo a los ojos, atento
a su reacción ante la oferta. Alec se mostró horrorizado.
-Quién eres? – Preguntó con desprecio
a su hermana – Donde está mi hermana, quién eres? En qué te convertiste? – Dijo
moviendo la cabeza de un lado al otro, como tratando de borrar la última media
hora de su memoria.
-Maestro – Dijo Heidi sosteniendo su
celular, desde el cual había estado texteando – Gianna viene en camino, en 10
minutos estará acá. Ella puede coordinar el viaje a Libia mejor que ninguno de
nosotros.
-Bien, quién irá a esta misión de
rescate? Es sólo para recoger a Félix y regresar, no podemos permitir que lo
torturen ni un minuto más. Pero después debemos reagruparnos aquí y prepararnos
para la guerra – Dijo Aro.
-Yo iré – Dijo Caius sorprendiéndonos
a todos. Pero la Reina Athenodora lució orgullosa de él y apretó su mano en un
gesto de aprobación.
-Tú? – Preguntó Aro sin disimular su
asombro.
-Yo soy el Rey Guerrero, Aro – Dijo
Caius con orgullo - Y voy a buscar a uno de mis soldados.
-Yo voy, Maestro – Dijo Santiago.
-Y yo – Dijo Lily. Tamara apretó los
labios pero apoyó su mano en la espalda de Lily. Por supuesto que odiaba la
idea de la separación y el peligro, pero esa era nuestra vida. Éramos soldados.
-Aftón – Dijo Caius con voz de trueno
girándose súbitamente hacia mí – Te ofreces?
-Por supuesto Maestro, será un honor –
Dije sinceramente. Si no hubiera sido porque pensé que se burlarían de mí, me
habría ofrecido primero que nadie. Los demás no emitieron comentarios.
-De entre tu Clan Carlisle, quién nos
acompañará? Asumo que Alice? – Dijo Aro dirigiéndose al líder del clan, como
corresponde.
-En esta misión Alice es indispensable
– Dijo Carlisle sonriendo calmadamente. No sé quién podría sonreír en una
situación como esta, especialmente frente a las últimas revelaciones de
traición, esclavitud, encarcelamiento y tortura – Y Jasper como su pareja, no
se separará de ella bajo ninguna circunstancia, y es un guerrero más que
experimentado, así es que será útil en la misión. Y Edward se ofreció a ir ya
que su don puede resultar útil en descubrir el lugar donde Amún esconde a Bella
y Demetri.
-A prepararse entonces – Ordenó Caius
– Quiero despegar en menos de una hora.
-Maestro, usaremos las capas y
medallones? – Preguntó Lily – Uniforme completo?
-No, sólo ropa negra de combate –
Ordenó - No vale la pena maltratar las capas si sólo las van a ver algunos
neófitos que morirán de inmediato. Además debemos cavar, desenterrar y rearmar
a Félix, y las capas son incómodas para esas tareas.
-Chelsea, querida, por favor armen un
kit de primeros auxilios para Félix… Seguramente va a necesitar grandes
cantidades de sangre así es que saquen un cooler con algunas bolsas de la
reserva de Bella; agua embotellada para limpiar su cuerpo, no puede haber
tierra en la unión de los miembros o no van a quedar plenamente funcionales;
algo de ropa de algodón, porque su piel va a estar sensible… Bueno, y cualquier
cosa que crean que va a necesitar – Dirigió Aro. Chels asintió y salió a
cumplir sus órdenes.
-Maestro – Preguntó Alec – Qué va a
pasar con Jane? – Fue evidente para todos que dijo "Jane" y no
"mi hermana" o "Janie". Se estaba distanciando
emocionalmente de ella.
-Oh Alec, lo siento, por un momento lo
olvidé – Dijo Aro legítimamente apenado - Con Jane lidiaremos después de que el
asunto de Félix y ojalá el de Bella y Demetri estén solucionados. Ya sé todo lo
que es posible obtener de su mente, así es que por ahora llévensela a alguna de
las mazmorras reforzadas y una vez que la tengas adentro de la celda, cierras
la puerta y la liberas de tu don. Lo importante es que nadie baje y se
encuentre con su mirada, porque es capaz de torturar a esa persona hasta la
muerte, sólo por pasar el rato.
-Sí Maestro – Dijo Alec agachando la
cabeza.
-Alec ven aquí – Le dijo Aro y
poniéndose de pié frente a él – Yo soy tu creador y tú y tu hermana han sido lo
más parecido a hijos que he tenido jamás. Lo que Jane ha hecho rompe mi corazón
no por ser la traición de un subalterno, sino la de una hija, que estuvo
dispuesta a venderme a mí y a toda la organización que la cobijó por siglos a
cambio de una venganza mezquina e infantil hacia personas que nunca le han
hecho daño.
Créeme hijo, no estás solo en tu
dolor. Más adelante hablaremos con más calma, pero quiero que sepas que te
libero si así lo deseas. No te obligaré a que te quedes con quienes
probablemente juzgarán y ejecutarán a tu hermana – Dijo Aro poniendo una mano
en el hombro de Alec, quién estaba muy perturbado y temblaba.
-Maestro no, por favor! No me eche,
este es el único hogar que he conocido, aquí soy feliz, usted es mi familia,
incluso tengo amigos – Apuesto que también pensaba en Bella. Los demás éramos
todos compañeros de trabajo o conocidos, pero ella formaba amistades reales –
Deje que me quede, yo no sabía lo que hacía Jane, se lo juro, nunca lo hubiera
permitido! – Dijo extendiendo su mano para demostrar su sinceridad. Aro negó
con la cabeza.
-Alec muchacho, tranquilo, no te estoy
echando, de ninguna manera. Sé que eres inocente. Sólo te estoy diciendo que no
tienes ninguna obligación. Si te quedas es porque así lo deseas… - Dijo
mirándolo a los ojos – Mi hogar siempre será tu hogar porque siempre serás mi
hijo.
-Gracias Maestro – Suspiró Alec triste
pero aliviado. Aro hizo señas a un par de miembros menores de la Guardia y les
ordenó acompañar a Alec a encerrar a su gemela. Dudaron antes de tocarla, pero
la mirada que les dio Aro asustaba más que una Jane tiesa como una tabla y
caída en desgracia.
Finalmente cuando estuve seguro de que
no me perdería de nada salí del Salón del Trono y me fui a cambiar de ropa y
armar una mochila con lo esencial. En el camino me crucé con Gianna que hablaba
a toda velocidad y frunciendo el ceño peleando con lo que imagino sería la
Dirección General de Aeronáutica Civil, tratando de conseguir un visto bueno y
una pista de despegue además de la recarga de combustible del jet privado y un
piloto, todo en menos de una hora, tarea virtualmente imposible si no fuera por
todo el dinero que la organización estaba dispuesta a gastar.
oooOooo
Una hora y cuarto más tarde estábamos
despegando. Caius se quejó de que Gianna podía haber conseguido una pista más
rápido si fuera más eficiente y mejor negociadora, pero La Reina Athenodora le
dijo en otras palabras, que se callara la boca, y que si no le gustaba como lo hacía
Gianna, que trabajara él.
Nadie tenía mucha paciencia, la
agresividad estaba a flor de piel ante la traición sufrida, y el tener a tres
de nosotros perdidos y una guerra en la puerta del castillo hacía que todo
fuera más intenso.
El vuelo duró 9 horas y 40 minutos, ya
que debimos parar a cargar combustible en Palermo, lo que nos hacía querer
treparnos por las paredes. Afortunadamente Jasper decidió que ya estaba bueno y
que no aguantaba nuestras emociones negativas y nos puso a todos en un estado
de relajación tal, que sentí como si estuviera durmiendo por primera vez en
cientos de años.
oooOooo
Al aterrizar ya era de noche y
pensábamos tomar un par de taxis para cruzar la ciudad, de modo de ser menos
llamativos, pero por lo que vimos desde el cielo, el tráfico era espantoso y
las normas del tránsito inexistentes, por lo que simplemente salimos del
aeropuerto y rodeándolo hasta encontrar un sector poco visible, echamos a
correr a toda velocidad por una ruta indirecta pero despejada, libre de
humanos.
Corrimos por aproximadamente 1 hora y
20 minutos cuando Alice y Edward se envararon. Por supuesto todos podíamos oler
el rastro de varios vampiros, algunos frescos y otros desvaneciéndose, pero
Alice vio algo en su mente y Edward lo leyó.
No dijeron nada, pero comenzamos a
avanzar mucho más lenta y cuidadosamente hasta que olimos por sobre los rastros
frescos de vampiros, un horrible olor a putrefacción. No caminamos mucho hasta
que llegamos distinguir una casucha de material ligero medio desarmada.
Edward se concentró un poco y levantó
una mano mostrando 4 dedos. Por señas nos dijo que eran neófitos y la ubicación
general de cada uno en la casa.
Lily y yo fuimos a una esquina. Caius
a otra. Jasper a otra y Alice y Edward a la última.
No me importó no pretender ser un
macho recio exigiendo un neófito para mí solo. No me importaba reconocer que no
era el mejor luchador del mundo. Lo que me urgía era salvar a Félix y regresar
a Volterra para preparar el rescate de Bella y Demetri, no el tomar riesgos
innecesarios.
Claramente tampoco era el caso de
Caius o Jasper, quienes eran verdaderos guerreros y tenían las cicatrices para
probarlo. Para ellos un solo neófito era casi una broma.
A la orden de Caius entramos a la casa
derribando puertas y ventanas, para entrar a una asquerosidad de sucucho
repleto de cadáveres en todos los estados de descomposición, sangre seca y
entrañas humanas por todos lados. Qué clase de bestias eran éstas?
Lily llamó mi atención y volví a
concentrarme en nuestro neófito, que nos miraba paralizado, como si fuéramos
fantasmas.
Lily se lanzó primero haciéndole una
llave en el brazo al chico, que parecía tener unos 15 años humanos. Pero 15
años muy miserables, porque se veía desnutrido y hasta presentaba en su piel
signos de haber sufrido alguna peste o un serio caso de acné que la
transformación al vampirismo no pudo borrar.
Ataqué directo a su cuello, no vi el
punto de alargar la agonía de un muchacho que no era más que la salvaje
herramienta de los verdaderos culpables, pero él se giró en el último momento y
en vez de morder su cuello mordí su hombro. Con la sacudida Lily perdió fuerza
en su agarre, y el chico se deshizo de ella, pero mientras Lily era lanzada
hacia el otro lado de la casa, yo logré morder y torcer en el ángulo adecuando,
arrancándole el brazo.
Él rugió en agonía y rabia y se lanzó
hacia mí, y yo no encontré nada mejor que golpearlo con todas mis fuerzas con
su propio brazo, usándolo como un bate de beisbol… Esto más que dañarlo lo
desconcertó y le molestó, y su distracción fue suficiente para que Lily se
lanzara a su espalda y tomara su frente empujándola hacia atrás, exponiendo su
cuello. Esta vez no fallé y mordí en el punto exacto. Lily mordió del otro lado
y ambos escupimos el trozo de cuello que arrancamos.
Yo lo afirme de los hombros tan fuerte
como pude y Lily torció su cabeza, arrancándola y terminando la pelea. Nos
había ido bien, ninguno de los dos había sido dañado.
Los demás ya estaban listos, así es
que comenzamos a desmembrar los cuerpos de los neófitos y en vez de hacer una
pila con ellos, los distribuimos por toda la casa, chorreando veneno por todos
lados. Así cuando quemamos los cuerpos también se quemaron la casa y los
cuerpos humanos.
-Edward, alcanzaste a percibir algo
sobre Félix? O sobre Bella y Demetri? – Preguntó Caius mientras veíamos la casa
arder.
Edward cerró los ojos como deseando tener
lejía para echarse en el cerebro y borrar las imágenes que lo atormentaban.
-Sí – Respondió medio ahogado – Ellos
sólo sabían de Félix, no tenían idea de qué pasó con Bella y Demetri, salvo que
fueron capturados. Félix en cambio está vivo, pero no sé en qué condiciones
mentales…
-De qué hablas? Sólo han pasado 5
días! – Dijo Lily – No es suficiente para volverse loco, o sí?
-Han sido 5 días de tortura
ininterrumpida – Dijo Edward - La única orden dada a estos neófitos fue
torturar a Félix, y como viste, en la casa no había televisor… La única forma
de entretención para ellos era encontrar nuevas formas de atormentar a Félix.
-Adonde está? – Preguntó Caius con voz
totalmente neutral y los labios apretados. Estaba más allá de furioso.
Alice y Edward comenzaron a caminar
hasta que a unos 100 metros de la casa, sin un punto de referencia o marcaje
especial, se podía ver una porción de terreno recientemente removido. Incluso
había un par de palas, lo que era de esperarse si se la pasaban enterrando y
desenterrando a su víctima.
Jasper tomó una pala y yo la otra sin
mediar palabra. Lily nos observó un par de segundos y luego se arrodilló
tratando de cavar con las manos. No era eficiente, sólo conseguía ensuciarse y
desparramar tierra por todas partes, pero la entendí. Ella necesitaba ayudar.
No podía no hacer nada cuando Félix se encontraba tan cerca…
Cavamos hasta llegar a los dos metros
y medio de profundidad cuando vimos algo entre la tierra… Un trozo de tela… Una
bolsa de lona.
Antes de que pudiéramos agacharnos a
recogerla Lily saltó y la tomó en sus manos, y la abrió cuidadosamente… Se tapó
la boca y sollozó abrazando la bolsa a su pecho.
Era la cabeza de Félix.
No vale la pena entrar en los detalles
de la excavación, basta con decir que encontramos 8 bolsas con partes del
cuerpo de Félix, y que al final debimos depositar todas las piezas en el suelo
y "armarlo" sin pegarlo, para ver si nos faltaban piezas y debíamos
seguir cavando.
Pero la desmembración no era lo peor…
La desmembración es una tortura común entre vampiros; al mismo Jasper se le
distinguía claramente la línea de unión que creaba el veneno al pegar las
piezas en la muñeca de un brazo y tenía tres líneas en el antebrazo del otro,
lo que indica que literalmente había sido cortado en pedacitos.
Pero no, la desmembración era horrible
pero no sorprendente. Lo que me impactó fue que todo su cuerpo estaba marcado a
fuego con una especie de logo… Presumiblemente el símbolo de la alianza de los
rumanos y egipcios.
Los hijos de perra incluso habían
marcado una de sus mejillas.
No supe cuánto tiempo se demoraría en
curarse de un maltrato semejante, pero lo que estaba claro es que dejaría
secuelas.
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Falta poco chicas, falta poco.
No olviden lo de siempre, "no se acaba
hasta que se acaba".
Cariños.
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