Ok, ya casi, casi
se acaba! Uno más…
Espero que les
guste, y hagan un último esfuerzo para decirme qué les parece la adición de
personajes.
Los lugares
mencionados son reales.
Cariños.
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Capítulo
35
My whole world is the pain inside me
The best I can do is just get through the day
When life before is only a memory
I'll wonder why God lets me walk through this place
And though I can't understand why this happened
I know that I will when I look back someday
And see how you've brought beauty from ashes
And made me as gold purified through these flames
After all this has passed, I still will remain
After I've cried my last, there'll be beauty from pain
Though it won't be today, someday I'll hope again
And there'll be beauty from pain
You will bring beauty from my pain
The best I can do is just get through the day
When life before is only a memory
I'll wonder why God lets me walk through this place
And though I can't understand why this happened
I know that I will when I look back someday
And see how you've brought beauty from ashes
And made me as gold purified through these flames
After all this has passed, I still will remain
After I've cried my last, there'll be beauty from pain
Though it won't be today, someday I'll hope again
And there'll be beauty from pain
You will bring beauty from my pain
Beauty from my pain / Superchick
DEMETRI
POV
Nuestra dirección general era clara. Íbamos hacia el oriente
bordeando el mar.
Lo que no era ninguna sorpresa.
Nos dirigíamos al hogar del clan egipcio, un lugar al que me
juré no regresar.
El centro de operaciones de Amún estaba ubicado en los
túneles subterráneos escondidos en el cementerio de El-Bagawat, uno de los
cementerios cristianos más antiguos y mejor preservados del mundo, que data del
Siglo 3 D.C. y fue usado hasta el Siglo 11 D.C. Contiene 273 estructuras de
barro construidas como mausoleos con distintos estilos arquitectónicos, entre
los que destacan las cúpulas y arcos, lo que lo hace lucir como un lugar sacado
del Episodio 1 de "La Guerra de Las Galaxias" (El de Anakin niño y el
odioso Jar Jar Binks, no el de Luke-no-Jedi).
Lo que en un principio era sólo un buen lugar donde vivir
sin exponerse al sol o ser molestados, se convirtió en la guarida perfecta para
Amún y su clan con el desarrollo del turismo. Cada día son cientos de personas
las que vagan por entre las intrincadas tumbas sin que nadie fiscalice la
entrada o salida de las ruinas y menos alguien que note la desaparición de unos
pocos visitantes… Y si lo notan, las autoridades no dicen nada, ya que disminuiría
el turismo, que es vital para la economía de la Región.
Este lugar está ubicado a 3 kilómetros de Kharga, ciudad
ubicada en el Oasis llamado con el mismo nombre, en la región de New Valley
Governorate, Egipto. Y se encuentra casi exactamente en el centro del país, en
la mitad del desierto.
El viaje según mis cálculos duró unas 35 horas. Estos
cálculos estaban más basados en la distancia que yo sabía que había entre
Trípoli y El-Bagawat (2.613 kilómetros) y la velocidad a la que calculé que nos
movíamos en cada tramo según las condiciones del camino que en otra cosa, ya
que no teníamos acceso a un reloj.
Estos cálculos mantuvieron una pequeña parte de mi mente
ocupada mientras el resto se esforzaba por buscar una salida.
Pero no la había. No hasta saber a qué nos enfrentábamos,
que no era solamente a los 4 que nos llevaban en el camión. Amún tendría más
gente, no sabía a cuántos y no sabía con qué habilidades. Y no tenía brazos ni
piernas para defender a mi Fiore, quién no era capaz ni de levantar la cabeza
sin ayuda.
De momento estábamos perdidos.
oooOooo
Llegamos al anochecer, cuando los turistas ya se habían
retirado y el camión no llamaría la atención.
El camión se estacionó y sentí pasos y saludos de varias
personas en masri. Y de pronto la voz que temía.
-Bienvenido Benjamín, buen trabajo – Dijo Amún tan
cálidamente como era capaz.
-Gracias mi señor, ha sido un honor servirlo – Respondió el
hijo de perra que lideró la misión que nos capturó. Casi había olvidado cómo le
gustaba a Amún que le lamieran las botas y lo trataran como un dios. De hecho
dicen que hubo una época en la que tuvo pueblos completos esclavizados y
convencidos de su origen divino… Afortunadamente irrumpieron nuevas religiones
que minaron su base de poder, lo que no impidió que se siguiera comiendo tanto
a su congregación como a las de otras religiones, perdiendo a los pocos fieles
que le quedaban.
-Descarguen, quiero verlos! – Ordenó, supuse que a los
neófitos o miembros menos importantes del clan.
-Querido… - Dijo suavemente la mujer que supervisó nuestra
captura.
-Kebi, has hecho bien, estoy complacido– Dijo Amún un poco
más suavemente. Sería esta su pareja? Había escuchado rumores de que había
convertido a una de sus esclavas, poco después de mi partida, supuestamente la
más fiel y bella de sus sirvientas humanas fue honrada para ser su compañera, y
parece que esta perra semi-muda era la elegida.
-Tía, ven y abraza a tu marido! – Ordenó el líder de la
operación – Por qué no estabas esperándome en la puerta como una buena esposa?
– Demandó enojado, sin importar que los demás se enteraran de sus diferencias.
Pasos se acercaron desde el interior de un mausoleo y el
aroma de esa mujer me desarmó. Era… Dulce, tímido. Puede un aroma ser tímido?
Ella olía así. No la había visto, no sabía nada de ella, si era una loca
sicótica o fea como un gremlin mojado, daba lo mismo. La olí y quise abrazarla.
-Lo siento Benjamín – Dijo tímidamente, casi diría que
asustada – Estaba arreglando la habitación como lo ordenaste.
Mierda, esa voz… Qué…? Qué?
-Bésame y que no se repita – Ordenó él fríamente. Ella
obedeció.
Y en ese momento terminaron de quitar los sacos del camión y
quedamos sólo Bella, nuestras extremidades, y yo.
La bolsa en la que estaba mi torso y mi cabeza fue abierta
violentamente, y vi ante mí a un Amún sonriente y triunfal, junto a su mujer,
ricamente vestida. Evidentemente se había cambiado de ropa para encontrar a su
esposo, porque cuando nos capturaron ella llevaba una túnica sencilla.
-Demetri, el hijo pródigo regresa… - Dijo Amún en masri –
Pero tú ya sabes que yo no soy como ese débil padre de la biblia cristiana que
perdona tan fácilmente… Tú te vas a ganar mi perdón, con trabajo y penitencia –
Dijo disfrutando enormemente cada palabra que me humillaba. Cada palabra que me
ponía en mi lugar – Responde! – Ordenó.
Y entonces esperé que viniera esa horrible sensación… Esa
compulsión que me obligaba, contra todos mis instintos, a obedecerle.
Especialmente encontrándome tan débil por la pérdida de
veneno.
Pero no vino.
Bella, aún medio muerta, no había retraído su escudo mental.
Debería regañarla por gastar su energía en mí, pero en
realidad quería besarla por ser tan valiente y generosa.
-Sí mi señor, gracias por la oportunidad de redimirme, mi
señor – Dije de todos modos, para no alertarlos de mi inmunidad, pero con todo
el sarcasmo que pude impregnar a las palabras. Amún me podía ordenar decir lo
que quisiera, pero a menos que me ordenara que lo dijera sonando sincero, al
menos podía tomarme esa pequeña libertad.
Mi insubordinación me ganó una bofetada. Casi suelto una
carcajada, porque la verdad es que ni la sentí. Está comprobado científicamente
que el cuerpo humano cuando está herido en distintos puntos concentra su
atención en el dolor más fuerte, y una bofetada difícilmente se comparaba con
una amputación cuádruple. Casi le digo a Amún que golpea como niña, pero lo
pensé mejor. Ahora estaba Bella involucrada en la ecuación, y Amún no tardaría
en darse cuenta de que a través de ella conseguiría lo que deseara sin
necesidad de compulsión ni de nada.
-Te vamos a volver a entrenar, vas a aprender a respetarme
de nuevo – Gruñó furioso al ver que no temblaba de miedo o rogaba clemencia –
Alguna vez fuiste mi favorito… Ahora no eres nada. Nada!
-Sí mi señor, gracias mi señor, no puedo esperar, mi señor –
Contesté porque parecía esperar respuesta.
-Perro…! – Exclamó y me escupió en la frente. Era un gesto
de deshonra tremendo para los egipcios en general y para este clan en
particular, más aún cuando era hecho en público, pero la verdad? Ya me habían
cortado las piernas y brazos! Un escupitajo no significaba nada, y cualquier
insulto de ese bastardo me lo cobraría en quintuplicado. Uno por cada miembro
arrancado.
Pero sí me molestó no tener al menos un brazo para poder
sacarme su veneno de la cara. Lo sentía deslizarse por mi frente y me daban
ganas de arrancarme la piel que tocaba.
-Ah! – Exclamó abriendo el saco donde se encontraba Bella,
completamente inconsciente. O al menos eso parecía. A mí me constaba que estaba
fingiendo, pero era buena idea intentarlo, presentarse más vulnerable de lo que
estaba. Ellos sabían que Bella se drenaba al sobre exigir su poder, y eso
sumado a una amputación… Quién sabe, podía ser – Es hermosa Demetri, tienes
buen gusto – Dijo observándola detenidamente, con hambre de sexo. Tanto así que
su mujer, vestida totalmente fuera de lugar como si fuera una reina, con las
telas y joyas más finas del mundo, se paró a su lado, recordándole, de forma
muy servil, de su existencia.
Esa pobre mujer estaba sobre compensando. Una esclava humana
miserable que asciende a esposa de un dios autoproclamado. Era como si necesitara
vestirse extra elegante para validar su posición y olvidar que no era más que
una esclava. Lo había sido y lo seguía siendo, sólo que su amo se había casado
con ella. Si la perra no hubiera estado involucrada en nuestro secuestro, me
habría dado pena.
Pero estaba involucrada, así es que también la vería arder.
-Gracias mi señor, no me gustan las mujeres feas mi señor –
Dije sin poder contenerme. El bastardo comenzaría a echar mis dedos uno a uno
en una hoguera en cualquier momento y yo no podía dejar el sarcasmo de lado.
-Mmmmmmh – Dijo pasando un dedo por el brazo desnudo de
Bella, sólo para provocarme – Hace tiempo que no tomo una concubina.
-He escuchado que es una verdadera artista en la cama mi
señor, pero no me consta – Dije y casi pude ver una lámpara volando hacia mi
cabeza. Pero aunque Bella pudiera entender masri, la verdad es que lo mejor que
podría suceder es que el bastardo la hiciera su concubina, porque tendrían que
pegarle su pierna (para que las pudiera abrir para él) y tendrían que alimentarla
(a menos que ahora le gustara la necrofilia), con lo que Bella tendría la
oportunidad dorada de volarlo en pedazos.
Mierda, si a mí me ordenan follarme a la esposa o a toda la
banda de idiotas y eso me diera una pequeña chance de escapar, lo haría sin
pensarlo dos veces.
Pero parece que mis servicios no estaban en alta demanda en
un clan en que las mujeres tenían menos derechos que una planta.
-A no? A mí me dijeron que estás enamorado de ella. Dime la
verdad Demetri, eres su amante? – Dijo convencido de que estaba bajo su
compulsión.
-No mi señor, Isabella era novia de Félix, el grandote que
mataron en Trípoli – Dije tratando de sonar casual y despreocupado, como si la
muerte de Félix no significara nada – Es verdad que la cogí un par de veces, pero
quién no? Es americana, después de todo, no tiene moral. Yo soy sólo su
guardián y su creador, y eso por un hecho fortuito. Ella fue atacada por una
vampira que buscaba venganza y debí convertirla para que no muriera, pero era
Aro quién debía hacerlo originalmente.
-Ya veo… - Dijo Amún pensando un poco, con su mano en la
cadera de Bella. Estoy seguro de que ella quería gritar de asco, pero
afortunadamente la esposa de Amún lucía aún más desesperada – Parece que la
información que recibí es inexacta – Dijo.
-No se puede confiar en los Volturi mi señor – Dijo Benjamín
–Menos a una hembra que traiciona a su creador y a su hermano sólo para
vengarse de otra hembra más popular.
-Aaaah – Dije yo – Jane, no es cierto? – Amún sólo me miró –
Mi señor, Jane lleva años insinuándoseme sexualmente y yo la he rechazado cada
vez. Por eso ella ve mi amistad con Isabella como una amenaza, y cada cosa que
Isabella hace como un desafío. Es penoso en realidad.
Amún no supo qué responder. Lo estaba descolocando con mi
manera de actuar, a la vez complaciente y desafiante.
-Llévenselos a sus celdas – Dijo finalmente, y dejó de tocar
a Bella. La esposa volvió a respirar, pero no relajó la mandíbula. Estaba
furiosa ante las insinuaciones de su marido de tomar a una amante, pero no
diría nada. No, por su cultura. No, por haber sido una esclava. No, porque Amún
era su creador, y no, porque Amún era un cabrón de primera que probablemente
era capaz de desmembrarla y meterla en una celda junto a nosotros si se
quejaba.
Benjamín se adelantó para tomar a Bella en sus brazos y pude
ver tras él a la otra mujer. La que olía a gloria. La que hablaba suavemente
con voz de sirena, llamándome. Y la que en un modo no totalmente convencional,
era incomparablemente hermosa.
Había sido transformada muy joven, aparentaba unos 17 ó 18
años. Su tez era levemente tostada para un vampiro, asemejándose a la piel
humana. Su rostro era un óvalo perfecto en el que el punto focal eran unos
hermosos ojos rojos almendrados, con largas pestañas. Sus pómulos eran altos y
su boca estaba bien formada y llena, dándole una expresión de pureza, sorpresa
e inocencia que no habría esperado ver en ese lugar.
Su cabello era tan negro que se mostraba reflejos azules a
la luz de la luna, y caía en suaves ondas hasta la mitad de su espalda.
Iba descalza, y usaba una túnica suelta y sin adornos, pero
pude adivinar que su cuerpo era más bien delgado, sin las pronunciadas curvas
que solían atraerme, y era alta para la región, medía aproximadamente 1.70mt.
La miré idiotizado unos segundos pero logré controlarme
antes de que nadie lo notara. Nadie salvo ella.
Lo que me faltaba… Encapricharme con la esposa de la mano
derecha de Amún. Afortunadamente casi no quedaba veneno en mi cuerpo, porque si
no habría tenido horas de diversión explicando una erección en honor a una
mujer ajena.
Y me negué a analizar el hecho de que ella me miró de la
misma manera, pero más asustada y sorprendida.
Benjamín se llevó a Bella y antes de que me diera una crisis
de pánico uno de los lacayos me llevó a mí y otro el saco de extremidades.
Cuando pasé a su lado Tía miró al suelo.
Nos llevaron por túneles que confluían en otros túneles,
como un hormiguero, hasta llegar a lo que funcionaba como calabozo.
Eran celdas hechas con una aleación de titanio supuestamente
resistente a vampiros, pero con una salvedad que aprendí en mi tiempo con los
Volturi. Aro mandó hacer pruebas de resistencia hasta determinar que la celda y
los barrotes debían tener un espesor mayor a los 8 centímetros de diámetro, y
fabricarse en barras, no tubos, ya que estos últimos al ser huecos son
considerablemente más débiles.
Como Amún es un bastardo ególatra y tacaño, se convenció de
que podía construir celdas con tubos, contando con que siempre mantendría a sus
prisioneros débiles por pérdida de veneno y al borde de la desnutrición. De
cualquier modo, probablemente nadie había tratado de escapar por miedo a
perderse en los túneles.
Bien, esos eran dos puntos a nuestro favor. Si conseguíamos
volver a pegar nuestras extremidades no sería difícil forzar las celdas en los
puntos más débiles: Las bisagras. Siempre todos tratan de luchar contra los
barrotes y no contra la pieza más delgada y frágil de una puerta.
Y una vez fuera de las celdas, no tendríamos problemas para
encontrar la salida. Yo había vivido en ese lugar más años de los que me atrevo
a contar, y conocía los túneles como la palma de mi mano.
Y claro, aunque no los conociera, soy un rastreador, no me
costaría nada llegar al exterior sin cruzarme con otros miembros del clan.
Lo cual me lleva nuevamente a que ni Bella ni yo teníamos un
par de piernas para correr.
Nos pusieron en celdas contiguas separadas por una pared de
titanio recubierto en barro para conservar la apariencia "rústica" de
las construcciones del exterior. Esto podía parecer una estupidez y lo era,
pero la razón tenía que ver con el rechazo casi patológico de Amún a todo lo
relacionado con la tecnología o modernidad.
Frente a las celdas, a unos 5 metros de distancia, había un
estante también de barro, construido en obra, y ahí fue donde depositaron
nuestras extremidades como si fueran trofeos ordenados en una repisa.
Y extrañamente, el poder ver mis brazos y piernas, aunque
fuera a distancia, me producía más confort de saber que al menos no estaban
incinerados que desazón al no tenerlos unidos al resto de mi cuerpo.
Me dejaron apoyado contra la pared que unía mi celda con la
de Bella, y a ella la apoyaron en la pared del fondo y se largaron.
Ninguno de los dos habló por un buen rato, esperando que
alguien regresara, que nos amenazaran, interrogaran u ordenaran algo. Pero
pasaron las horas y no pasó nada… Hasta que escuché ruidos en la celda de
Bella.
-Fiore qué haces? – Pregunté. Ella no pareció considerar mi
pregunta digna de gastar la energía que usaría en responderme.
Bufó y maldijo entre dientes hasta que después de mucho rato
cumplió su cometido. Su espalda quedó apoyada en la pared que unía nuestras
celdas, a la misma altura que me encontraba yo. Casi podía sentir su calor a
través del barro y el metal.
-Dem, qué está pasando? Qué idioma hablan y por qué ese
viejo asqueroso me tocaba? – Preguntó.
-Hablan masri, que es como la versión egipcia del árabe, el
viejo asqueroso es Amún; la mujer que estuvo presente en nuestra captura y que
vestía como si la fueran a coronar en cualquier momento es su esposa Kebi,
según me contaron es una ex esclava humana que lo idolatra y le obedece
ciegamente; el líder de nuestra captura es el nuevo niño dorado, Benjamín, y
aparentemente es un hijo de perra igual que papá – Dije.
-Y qué hay de la chica que te gustó? – Preguntó Bella. La
sentí sonreír. Una sonrisa pequeña, pero supe que ahí estaba.
-No sé de qué hablas Fiore, deliras – Dije rápidamente –
Además no se supone que te habías desmayado?
-Dem por favor, está bien… Yo quiero que seas feliz por el
tiempo que nos quede, y yo tenía un ojo un poquito abierto cuando me levantaron
del camión. Lo suficiente para ver que te embobaste al verla, y que a ella le pasó
lo mismo.
-No es nada… - Insistí.
-Es muy bonita – Dijo Bella – Se ve tan inocente y fuera de
lugar en este clan de bastardos…
-La oliste? – Pregunté sin poder detenerme.
-Sí, huele bien, como esas flores acuáticas… Nenúfares… Un
aroma muy delicado, no dulzón como huelen muchos vampiros – Dijo pensativa.
-Nenúfares… Tienes razón, huele a nenúfares, y algo más…
-Te gusta verdad? Te llamó? – Insistió Bella.
-No importa, es la esposa de Benjamín – Dije rápidamente.
-Del bastardo hijo del otro bastardo? O sea que viene a ser
tu cuñada? – Preguntó Bella - Eh! estás como para ir a la tele...
-No me jodas, Isabella, Amún no es mi padre y ciertamente
Benjamín no es mi hermano – La regañé.
-Qué lástima… No habría adivinado que era la esposa de
Benjamín. Él la miraba como su dueño o su patrón y ella lo miraba con miedo… No
creo que esté aquí voluntariamente – Dijo Bella prendiendo una pequeña llamita
de esperanza, que me apresuré en apagar.
-Isabella este no es un servicio de citas, es una situación
de vida o muerte – Dije seriamente – Escúchame bien… Amún dijo que eres hermosa
y amenazó con convertirte en su concubina…
-Quéééééé? – Chilló.
-Shhhhhh! Escucha… Creo que lo dijo para joder a su esposa,
es un bastardo sádico, pero si hablara en serio sería excelente.
-Claro, como la puta no vas a ser tú! – Exclamó ella.
-Nadie va a ser una puta, qué clase de guardián crees que
soy? Una cosa es que te corten una pierna y la otra muy distinta es que permita
que te viole ese bastardo, que es tan viejo que debe eyacular en polvo!
-Ogh! Demetri! Eeeeew! – Se quejó Bella.
-Como iba diciendo, para ser su concubina tendrían que
devolverte tu pierna y alimentarte. Eso te daría una oportunidad única de
acabarlo. Tal vez encerrar a todo el mundo en burbujas individuales y yo los voy
matando de a uno, no sé, qué te parece? – Pregunté.
-Si para explotar sus bolas tengo que ser una puta, voy a
ser una puta. Pero voy a hacer que valga la pena. Me voy a vengar, por Félix y
por nosotros, y les va a doler Dem, te juro que les va a doler – Murmuró con
dientes apretados.
-Lo sé Fiore, confío en ti – Le dije sinceramente – Sabías
que tu escudo aún me protege del influjo de Amún como mi creador?
-Me lo imaginé. Claramente te burlaste de él cuando
estábamos en el camión, aunque no sé qué le dijiste – Respondió.
-Cuánto tiempo más crees que me podrás proteger? – Pregunté.
-Mientras esté viva tú vas a estar cubierto. Me cuesta mucho
más esfuerzo dejarte desprotegido, especialmente por ser mi creador. No importa
que cada vez esté más débil, mi energía se reparte entre tú y yo por igual –
Dijo sonando satisfecha.
-Te diría que reserves tu energía para ti, pero en esta
ocasión la seguridad de ambos depende de que yo sea inmune a Amún – Dije.
-Está bien, no me cuesta más esfuerzo cubrirte. Haz lo que te
pidan y guárdate el sarcasmo.
-Todo por ti, Fiore… - Dije súbitamente agotado, apoyado en
la mugre y en una poza de mi propio veneno. Cómo podía seguir chorreando
después de tantas horas?
-No Dem, todo por nosotros – Suspiró ella y guardando
nuestras energías no hablamos más.
oooOooo
Pasó mucho tiempo, pueden haber sido días, tal vez semanas,
sin que nadie entrara a vernos. Sólo escuchábamos pasos ocasionales a lo lejos
que iban y venían, pero nunca cerca de las mazmorras. Bajo tierra y heridos no
teníamos cómo calcular los días.
Bella y yo estábamos casi momificados, vivos, pero cada vez
más rígidos por la deshidratación, cuando lo increíble ocurrió… Se abrió la
puerta de la mazmorra y Tía entró con una gran cesta bajo el brazo y acompañada
de un miembro menor del clan, probablemente un esclavo.
-Buenas tardes – Dijo en voz muy baja y en un inglés
británico perfectamente pronunciado pero con un marcado acento masri – Mi
nombre es Tía.
-Hola Tía – Dijo Bella con un hilo de voz. No hablaba desde
el día que nos encerraron.
-Hola Tía, eres "Tía" egipcia o "Tía"
griega? – Pregunté porque me estaba obsesionando con la duda desde que supe su
nombre. Podría ser griega? No sería eso increíble?
-Egipcia – Sonrió sorprendida, aún sin levantar la cabeza.
-Como la hermana de Ramsés – Afirmé.
-Sí, pero no tan vieja – Dijo dejando su canasto en el
suelo, y el esclavo hizo lo mismo.
-Qué significa "Tía" – Preguntó Bella esforzándose
por ser amable con "mi chica".
-"Princesa" – Susurré. Podía ser que esta fuera mi
princesa? Así como Bella había elegido ser la "principessa"de Félix?
Destino, destino… El destino me unió a Bella… Sería también el destino el que
me devolvió a ese lugar? No la conocía, pero mi intuición era fuerte, y me
empujaba hacia ella, tal como lo hizo con mi Fiore.
No era "amor a primera vista", porque mi corazón
era de Bella, a nosotros nos unían lazos de amistad, de amor, de sangre y de
veneno, pero es verdad que Tía me atraía enormemente, presentía la afinidad.
-Y en griego? – Preguntó Bella.
-Diosa – Le respondí inyectando algo de calor en mi voz.
Prefería a una princesa por sobre una diosa cualquier día de la semana.
-Lindo nombre… - Suspiró Bella – A qué debemos tu visita
Tía? No tienes cara de torturadora…
-Oh no! – Exclamó levantando la cabeza, mirándonos
horrorizados – Yo jamás… Ellos… Decidieron que ya los habían ablandado un poco,
y que probablemente van a estar más complacientes – Susurró. Claramente no se
suponía que debía decir eso, pero el esclavo debe haber hablado sólo masri,
porque no reaccionó más que frunciendo el ceño – Los puedo curar y alimentar un
poco. No tanto como necesitan, pero lo suficiente para que se sientan mejor. Es
todo lo que me autorizaron.
-Gracias Tía, lo apreciamos, de verdad, pero puedo preguntar
por qué viniste tú? – Preguntó Bella – No creas que somos desagradecidos, pero
suena como un trabajo que puede hacer cualquiera de los esclavos, y tú eres la
esposa de Benjamín, verdad? Tu jerarquía no es demasiado elevada como para dar
de comer a los prisioneros y pegarles sus pedazos perdidos?
-Usualmente… Usualmente eso es cierto y no me acercaría a
los prisioneros – Dijo abriendo la celda de Bella, e ingresó con un cántaro de
agua y una esponja – Pero en esta ocasión me ofrecí para la tarea, porque soy
la que tiene mejor mano como sanadora… Bella, te voy a quitar los pantalones
para poder limpiarte adecuadamente – Dijo y se escuchó como movía a Bella hacia
el fondo de su celda, donde había un duro catre de barro.
-Dile a ese… Ese que se dé vuelta – Jadeó Bella, adolorida
por el traslado.
-No te preocupes por él – Susurró – Es un eunuco. No me
permitirían andar libremente por ahí con un hombre completo.
-Eunu… Le cortaron los… Uffff! Cuando era vampiro? – Exclamó
Bella horrorizada.
-Sí Bella, los esclavos son menos que animales en este clan
– Dijo sorprendiéndome con esa crítica indirecta a sus superiores. Se escuchó
tela al desgarrarse y un quejido de Bella - También le cortaron la lengua.
-Fiore, estás bien? – Pregunté agitado.
-Bien, pero duele Dem… Por dios que duele! – Dijo entre
dientes. Se escuchó agua chorreando el piso y la esponja rosando la piel de
Bella.
-Escúchenme atentamente y actúen normal, que ésta es la
única oportunidad que tendremos. Los voy a ayudar a escapar. Los voy a sanar
mucho más allá de lo que me autorizaron y los ayudaré a huir, pero con una
condición – Susurró Tía con toda calma mientras seguía lavando a Bella.
-Lo que quieras, sólo dilo – Dijo Bella con un tono de voz
quejumbroso, como si estuviera reclamando sobre lo que le estaban haciendo.
-Llévenme con ustedes. Ayúdenme a huir de este mundo, sé que
tiene que haber algo mejor – Dijo como si estuviera explicándole algo a Bella –
Según escuché mientras no me prestaban atención, tú tienes un don que actúa como
escudo, y que actuaría incluso sobre la compulsión de un creador sobre los
vampiros que convierte.
-Así es – Dijo Bella tratando con todas sus fuerzas de
reprimir su entusiasmo. Dios! No permitas que esto sea una trampa! – Si estoy
bien alimentada puedo proteger a quienes quiera, y hasta empujar violentamente,
lanzando a las personas a varios metros de distancia. Lo que me agota es
incinerarlos.
-Incinerarlos – Repitió, y el esclavo sacó la pierna de
Bella del estante y entrando brevemente a la celda, se la entregó a Tía – Se
están preparando para la guerra – Dijo pensativa.
-Guerra? Qué guerra? – Preguntó Bella.
-La guerra contra los Volturi. Los egipcios se están uniendo
a los rumanos y a un par de clanes africanos menores y planean usarlos a
ustedes dos. Demetri se supone que va a obedecer a Am… Al jefe – Se corrigió
antes de decir palabras que el eunuco entendiera – Y Bella se supone que va a
obedecer a Demetri o a los demás a cambio de la integridad física de Demetri.
-Cuándo? – Pregunté.
-Pronto, porque los de vuestro lado ya descubrieron que una
vampira llamada Jane es la espía, y eso precipitó los planes. Ahora están todos
los representantes de los clanes reunidos aquí. Por eso estaba pensando, si
pudiéramos encerrarlos y matarlos a todos de una vez, seríamos libres y
evitaríamos la guerra – Dijo Tía.
-Yo puedo hacer eso – Dijo Bella con absoluta certeza - Los
puedo encerrar en una cúpula, hacerla tan pequeña como se pueda y lanzar un par
de bolas de energía… Pero tendríamos sólo una oportunidad, porque después de
usar ese poder siempre quedo agotada y ya no sería más que una carga hasta
volver a alimentarme.
-Tía, hay algún momento en el que creas que podemos actuar?
Cuando estén todos juntos? – Pregunté.
-Mañana por la noche los van a "inducir" a ustedes
en una ceremonia en la que los van a hacer jurar lealtad a la causa – Narró
como hablando del clima – Todos van a estar presentes alrededor de una fogata,
en la que van a calentar los hierros con la marca de la alianza.
-Marca… Marca como a las vacas? – Preguntó Bella tratando de
controlar el temblor en su voz.
-El fuego y el veneno son lo único que marca permanentemente
la piel de un vampiro, y a nadie le gusta apestar al veneno ajeno, a menos que
sea el de tu pareja… Y a veces ni eso – Dijo Tía con un hilo de voz. Tuve la
impresión de que el cuerpo de Tía estaba mancillado con cicatrices provocadas
con el veneno de Benjamín.
Pero por el momento no era mi derecho el preguntar sobre su
vida privada, y no quería alterarme en un momento en el que no podía hacer nada
al respecto.
-Ok, entonces nos quieren marcar. Hay alguna manera de
evitarlo? – Preguntó Bella recuperándose rápidamente para enfocarse en nuestra
meta… Hacerlos volar en pedazos y correr como alma que se la lleva el diablo.
-No sé realmente, depende de cómo se dé la ceremonia. Cuando
creas que es el momento activas tu escudo y los encierras y haces explotar.
Demetri va a tener que luchar si es que queda alguno libre… Lamentablemente yo
no puedo ayudar en eso, porque nunca se me permitió aprender a defenderme,
menos atacar… - Dijo Tía claramente avergonzada. Bella se quejó y se escuchó un
leve sonido, algo como "Tsssssssss" que evidenciaba que la pierna de
Bella estaba siendo unida al resto de su cuerpo.
-Tranquila, yo sé que duele, pero yo te voy a ayudar – Dijo
Tía serenamente – Tengo un don – Susurró – Pero nadie lo sabe. Nunca se lo dije
a nadie, no quería que me usaran más de lo que ya lo hacían, y menos que me
convirtieran en un arma. Tu pierna deberá reposar 5 horas antes de te puedas poner
de mover, 12 horas hasta que te puedas poner de pié y un día en que puedas
caminar sin mucho dolor y rigidez. Sácate la camiseta, eso es, te voy a limpiar
un poco y te voy a poner la túnica que te enviaron…
-Por qué una túnica? Me gusta usar jeans! – Reclamó Bella –
Los míos los podríamos haber salvado para hacerlos shorts…
-No Bella – Sonrió Tía. No pude dejar de imaginar a Tía
dándole un baño de esponja a Bella y casi me dieron ganas de ser el eunuco para
tener primera fila al espectáculo – Este es el vestuario pre-aprobado. Las
mujeres no pueden usar pantalones, en Egipto en general son muy
tradicionalistas…
-Machistas, cerdos chovinistas! – Exclamó Bella.
-Claro, eso también, pero en este clan al ser tan antiguo
las costumbres de antaño en que las mujeres son sólo propiedad aún están vivas,
y la prueba viviente es Ke… La esposa del jefe – Explicó – Ahora Bella, te vas
a quedar sentada y tranquila… Cierra los ojos para sentir la energía sanadora
que te enviaré, y no hagas ni digas nada que delate que sientes algo especial –
Dijo. Hubo un momento de silencio, tal vez un par de segundos, y luego Tía
preguntó - Cómo te sientes ahora?
-Maravillosa, mejor de lo que me he sentido en mucho tiempo
– Respondió Bella delatando su enorme alivio – Sólo estoy sedienta.
Tía debe haber hecho una seña al esclavo porque él entró a
la celda de Bella para entregarle un par de bolsas de sangre. Eso no sería
suficiente para devolverle la energía y menos para recargarla para lo que
venía, pero era mejor que nada.
-Voy a venir en algún momento antes de la ceremonia y les
voy a traer sangre, pero oficialmente esto es lo máximo que puedo darles – Dijo
Tía como si supiera lo que estaba pensando.
Una vez que Bella terminó de beber Tía cerró su celda y se
pasó a la mía.
Se arrodilló a mi lado con los ojos llenos de compasión. Yo
no quería que ella me viera con lástima, quería que me viera como el guerrero
que era… Bueno, al menos lo era cuando tenía brazos y piernas.
El esclavo le entregó la esponja y puso un cántaro con agua
y una palangana junto a ella.
Tía empapó la esponja en el agua de la palangana y comenzó a
limpiar con cuidado mi rostro. Yo no pude quitar mis ojos de sus dulces labios,
tan carnosos y rosados… Cómo podía estar casada con ese animal?
-Tía? – Dijo Bella – Te puedo preguntar algo? Si no quieres
no me contestes – Agregó como cada vez que preguntaba cosas que no era asunto
suyo.
-Dime Bella, qué quieres saber? – Preguntó Tía siguiendo con
los ojos la ruta de la esponja sobre mi piel.
-Nos puedes contar algo de ti? No es que no confíe en ti, ya
nos has ayudado montones, pero nos estamos jugando la vida en esto… Me gustaría
saber por qué te quieres ir… Por qué vas a dejar a tu marido… - Dijo Bella con
la voz más neutra que pudo lograr.
-Comprendo – Dijo con una pequeña sonrisa. Yo sé más de
ustedes que ustedes de mí y aun así me costó mucho tomar la decisión de
acercarme a ofrecer mi ayuda. Si me descubren, el castigo… Bueno, hay cosas
mucho peores que la muerte – Dijo súbitamente seria – Nací en El Cairo el año
1905. Mi padre era un connotado médico inglés y mi madre una enfermera egipcia.
Se enamoraron, se casaron y tuvieron 5 hijas. Yo fui la segunda. Mi vida humana
fue hermosa, estaba llena de cariño, de risas y de secretos tontos que
compartía con mis hermanas… Tenía lánguidos días de ocio en el campo y
frenéticos turnos en el hospital, donde mi padre me entrenaba para ser
enfermera.
Cuando tenía 17 años conocí a Elijah, un soldado británico
que llegó al hospital con una pierna rota. No fue una herida de guerra,
simplemente su caballo se asustó de una cobra que cruzaba por el camino y lo
botó de la montura… - Recordó mientras limpiaba mi pecho y estómago con aire
ausente. Bella ni respiraba, fascinada con la historia – Tuvo suerte de no ser
mordido… Y simplemente nos enamoramos.
Al salir del hospital él me cortejó como todo un caballero e
incluso pidió mi mano en matrimonio a mi padre, pero aunque yo lo amaba y todos
en mi familia lo aprobaban, no podían permitir que me casara antes que Rania,
mi hermana mayor, quién me llevaba sólo 15 meses de edad, pero no tenía novio.
Como Rania ya tenía cerca de 19 años, tomaron medidas serias
para que no quedara solterona, y terminaron comprometiéndola de emergencia con
un primo segundo que habíamos visto en una o dos ocasiones.
Rania no se quejó, así es como se hacían las cosas en esa
época y muy pocas podían tener la suerte de amar al hombre que se convertiría
en su marido.
En ese período, faltando sólo dos semanas para el matrimonio
de Rania que me liberaría para casarme con mi prometido, el pelotón de Elijah
fue llamado de emergencia para regresar a Inglaterra. Después de días de
angustia durante los cuales pensé seriamente en deshonrar a mi familia y
fugarme antes de la boda de Rania, finalmente acordamos que yo me embarcaría al
día siguiente de la ceremonia, y nos casaríamos en cuanto llegara a Londres.
La boda de Rania fue un evento grandioso, celebrado en el
salón de fiestas más importante de la ciudad, con mucha comida, una gran banda
de músicos, y con más gente de la que creí posible que mis padres conocieran.
Tanto así que me sentí sofocada y quise escapar. Me dirigí
al jardín del hotel donde se celebraba la boda y me senté en un banco de piedra
a mirar una fuente. Un momento estaba sola y al siguiente un hombre alto y
guapo estaba sentado a mi lado.
Asumí que era un invitado de la fiesta, pero yo no lo
conocía y era una mujer comprometida, así es que me puse de pié para volver al
Salón, pero él me rogó de la manera más convincente que lo acompañara un
momento. Yo no quise ser mal educada y me volví a sentar, pero manteniendo mis
distancias y dejando que él guiara la conversación, respondiendo sólo a
preguntas directas, y nunca mirándolo a los ojos… Ahora sé que esa docilidad
fue tomada por femineidad y la falta de contacto de nuestras miradas fue tomada
como timidez, pero nada podía estar más lejos de la realidad! – Exclamó
llamando la atención del eunuco, por lo que apuntó a una de mis heridas y movió
la cabeza como regañándome.
-Ese hombre era el vicepresidente de los malos verdad? –
Preguntó Bella más vivaz ahora que se había alimentado.
-Así es – Sonrió Tía abiertamente, pero dándole la espalda
al guardia. Era como ver un milagro, como ver el sol brillar en medio de una
tormenta, algo teóricamente posible pero altamente improbable – Era el
vicepresidente, que llevaba días observándome y había decidido que yo era
"apropiada". Esa noche fui raptada desde mi propia cama, del
dormitorio que compartía con una de mis hermanas pequeñas.
Simplemente desaparecí. Ni Elijah ni mi familia supieron
nada más de mí… Y mejor así, madre habría sufrido mucho de saber en lo que se
convirtió su hija.
Él me transformó y reclamó sus derechos maritales al segundo
en que desperté. Poco a poco se dio cuenta de que no soy naturalmente ni tan
buena ni tan dulce como él imaginó, y ha hecho lo posible por controlarme por
la fuerza… Pero yo nunca he perdido la esperanza de que algo pasaría, algo que
me devolvería mi libertad – Dijo al tiempo que hacía una seña al esclavo y le
pidió que me sacara los pantalones para limpiar las heridas de mis piernas. Por
suerte llevaba ropa interior.
-Y lo de la sanación? – Preguntó Bella.
-Mi don funciona como el reiki, es un traspaso de energías.
Es un poder que se insinuó en mis días como enfermera, era como… Como la gente
que tiene "buena mano" con las plantas… Algo sutil, difícil de
controlar, pero que se hizo más poderoso con mi transformación. Lo descubrí
tratando de curar mis propias heridas luego de una paliza, y cuando me di
cuenta de lo que era capaz ensayé en secreto con animales, pero no le dije a
nadie. De hecho nunca más me volví a curar una herida, porque me delataría a mí
misma… Ahora sólo ustedes lo saben. Ahora yo soy tan vulnerable como ustedes,
si me acusan vamos a compartir celda… - Finalizó y le hizo una seña al guardia
para que le llevara mis piernas, que se veían ridículas con botines de
excursión y calcetines térmicos (me los regaló Bella un día alegando que yo
siempre tenía los pies helados. Era una estupidez, por supuesto, nunca
funcionarían en un vampiro porque nosotros no generamos calor, pero me gustaba
usarlos, como una broma de los dos).
Los cortes de mis piernas no eran nada fácil de arreglar,
porque no estaban rotas en una coyuntura, sino a mitad del fémur, con feos
desgarros de los músculos. Pero Tía no pareció preocupada, y una vez que se
aseguró de que no había una pizca de suciedad me apretó el muslo hasta que
logró que saliera el equivalente a media taza de veneno fresco. Me dolió como
una nueva amputación, literalmente era meter el dedo en la llaga, y maldije en
mi mente como un hijo de puta, pero me hice el valiente. Si mi Fiore aguantó
sin quejarse, lo mínimo era que yo también.
Y se escuchó el familiar ruidito "Tsssssss" de mis
músculos fusionándose otra vez.
Hizo lo mismo con mi otra pierna y señaló al guardia que le
entregara una túnica para mí. No era nueva, pero estaba hecha de un algodón muy
suave y se sentía bien contra mi piel, que se encontraba tan hipersensible.
-Fiore, tu túnica es suave? Te raspa? Te duele la piel? –
Pregunté pensando en cambiársela por la mía si no le gustaba.
-Sí Dem, es casi como un pijama viejo, suave y blandita, por
qué? – Preguntó.
-Porque si no te gustaba te la cambiaba por la mía –
Respondí. Tía me observó atentamente mientras hablaba con Bella.
-Naaaaah, me gusta mi túnica, quizás hasta me la voy a poner
cuando estemos de vuelta en casa… Le pongo un cinturón bonito y hasta lo puedo
usar en el matrimonio de Gianna en vez de ese vestido de dama de honor tan feo
que escogió, te acuerdas? Ese del horrible color melón y lleno de moños que me
obligó a comprar? – Dijo tratando de bromear, pero salió triste. En nombre de
Félix rondaba, pero no se pronunciaba – Además esta túnica es de color rosa, y
a ti te va el lila.
Me hizo sonreír de verdad.
-Tú te lo pierdes Chica Zombi, mi túnica es sexi – Afirmé.
-Apuesto que sí Dem, si alguien puede rockear con una
túnica, ese eres tú – Dijo cálidamente.
-Por qué me pones la túnica antes de poner mis brazos en su
lugar? – Pregunté a Tía pensando que a lo mejor se había arrepentido de
arreglarme por completo.
-Ustedes… Están casados? – Preguntó ella en vez de
responderme. Bella no quiso decir nada, así es que me tocó responder a mí.
-Es difícil de explicar – Le dije – Mi Fiore y yo no estamos
casados, y tampoco somos una pareja en el sentido tradicional. Es cierto que yo
soy su creador, pero va más allá… Mucho tiempo antes de su transformación nos
descubrimos como dos partes de un todo, y estamos tan comprometidos el uno con
el otro como es posible, pero no en forma romántica… El novio de Bella es
Félix, mi mejor amigo… Él estaba con nosotros cuando nos emboscaron – Dije y
Tía hizo una mueca de dolor, cubriendo su boca con una mano y tocando la pared
que unía mi celda con la de Bella.
-Lo siento… Lo siento tanto Bella, no debí preguntar… - Dijo
Tía acongojada.
-Está bien, linda, no es tu culpa – Dijo Bella con un hilo
de voz. Yo sólo quise destruir esa pared y sostenerla en mis brazos, para
llorar juntos. Pero no era el momento, ya tendríamos tiempo para eso - El la
culpa de los bastardos, y van a pagar – Dijo fríamente, sonando como otra
persona.
-Me quitó mi hombre y a ti el tuyo… Somos hermanas en el
dolor – Dijo Tía.
-Somos hermanas, punto – Respondió Bella rotundamente. Yo
sabía que en su mente ella ya había dado la bienvenida a Tía como mi pareja.
Ella quería que yo fuera feliz… Pero no era tan fácil. Mis sentimientos por
ella no habían desaparecido ni se habían debilitado con la aparición de Tía,
era simplemente que Tía era la primera mujer que despertaba mi interés desde
que conocí a Bella.
-Tía, mis brazos… - Le recordé, para cambiar de tema y
porque quería mis brazos.
-Oh, claro! Te puse la túnica primero porque una vez que te
los pegue no los puedes mover, así es que es más fácil hacerlo con la ropa en
su lugar – Dijo y comenzó a limpiar minuciosamente las zonas de contacto.
Dolía, pero qué mierda, si todo dolía.
-Tía, hay algo más que debamos saber? Poderes, amenazas
ocultas? – Pregunté volviendo a enfocarme en nuestro escape mientras apretaba
para extraer veneno de las zonas heridas.
-Que yo sepa no hay ningún vampiro ni del clan egipcio ni de
los demás con dones importantes, sólo buenos luchadores… Eso es lo que los hace
tan interesantes a ustedes dos. El único dotado es… El vicepresidente – Dijo
con miedo.
-Ok, qué es lo que hace? Lo más probable es que yo pueda
bloquearlo – Dijo Bella.
-Tiene control sobre los elementos, es capaz de manejar el
fuego, el agua, la tierra y el viento – Dijo Tía.
-Mierda! Puta madre! El jodido Capitán Planeta en persona! –
Exclamó Bella. Tía se volvió a la pared asombrada.
-Maldices? Y no te castigan? – Preguntó shokeada.
-Oh mierda! Tía con todo lo que ha pasado no puedo hilar en
mi cabeza ninguna frase que no contenga una maldición o dos – Dijo Bella
abrumada – Y con respecto a que me "dejen", nadie me manda, nadie me
da permiso o me prohíbe cosas. La única opinión que realmente me importa es la
de Dem, y él maldice tanto o más que yo. Sería hipócrita de su parte condenarme
por algo que él también hace…
-De verdad no te importa? – Susurró mirándome como hablando
un tema tabú.
-Tía, mi Fiore maldice como un marinero borracho, y no la
querría de ninguna otra manera – Dije sonriendo a pesar que de fondo ya sonaba
el "Tsssssss" – Cuando vivas con nosotros vas a ver que las mujeres
tienen los mismos derechos que los hombres, y no existe la opresión a la que
estás acostumbrada.
-Es tan distinto lo que dicen a lo que conozco… No puedo
esperar! – Dijo entusiasmada, pero tratando de cubrirlo como alivio por haber
terminado con mi procedimiento… Y finalmente tenía mi mano entre las suyas y
tenía los ojos cerrados, haciéndome su sanación de espaldas al eunuco, para que
él no viera lo que hacíamos. Sentí calor y bienestar. No electricidad o fuegos
artificiales, nada violento o sobrecogedor, sólo una exquisita sensación de
bienestar físico que sólo sabe apreciar quien ha estado verdaderamente enfermo
– Voy a volver en cuanto pueda con más sangre, y cuando sea el momento los voy
a sacar de las celdas, pero a partir de entonces ustedes deben protegerme a mí,
recuerden que no sé pelear. Son un montón de vampiros poderosos de los que
debemos escapar – Dijo Tía toda acelerada.
-No Tía, no escapar – Corrigió Bella vehementemente - Los
vamos a matar. Es la única manera de evitar tener que vivir cubriéndonos las
espaldas por la eternidad. Además mientras el vicepresidente no muera, eres una
mujer casada, y eso no puede ser. No con ese hijo de perra.
-Bien, confío en ustedes – Dijo ella suavemente.
-Tía, lo último – Dijo Bella – Estás cubierta con mi escudo
mental, y ya no te lo vas a quitar a menos que yo esté muy, pero muy débil. Eso
significa que no vas a tener la compulsión de obedecer al bastardo, así es que
debes actuar como si todo siguiera igual. También vas a poder mentirle, y él no
va a sospechar que no le dices la verdad, porque él va a pensar que como
siempre, es imposible que lo engañes… Sé que no tienes mucha práctica, pero
trata de ser convincente.
-Estoy protegida? – Preguntó Tía, incrédula – De verdad?
-Totalmente. El devolvernos nuestras extremidades y el
alimentarnos nos refuerza a ambos, porque la mitad de mi energía está
instintivamente dedicada a proteger a Dem. Pero ahora te incluyo a ti también…
El escudo mental que te di es poderoso, nunca ha sido traspasado – Le aseguró
Bella.
-Tía – Dije de pronto – Tienes acceso a un teléfono en el
que puedas hablar en privado?
-Tal vez… A lo mejor podría tomar prestado el teléfono de
alguno de los visitantes… Llamo, borro el registro de llamadas y lo devuelvo.
Tendría que ser un teléfono no muy moderno, esos no los sé usar… Sí, es
arriesgado, pero posible.
-Llama al siguiente número – Dije y le dicté el número de
Recepción del castillo, donde siempre había alguien, incluyendo los códigos de
país y de ciudad – Y Di que Demetri y Bella están vivos y necesitan apoyo en el
cementerio El-Bagawat, a 3 km de la ciudad de Kharga, en el Oasis de Kharga, en
la región de New Valley Governorate, Egipto. Yo sé que los egipcios dan las
direcciones de manera distinta, pero esta es la manera en que los occidentales
están acostumbrados. Diles que nos van a iniciar marcándonos a hierro mañana en
la noche. Si te preguntan quién eres les dices que una amiga y que el pijama
favorito de Bella es el de PacMan que le regaló Alec. Eso debería ser prueba
suficiente.
-Está bien… Es bastante información, por suerte tenemos una
memoria perfecta – Dijo Tía terminando de recoger sus cosas – Llamaré lo más
pronto posible.
-Gracias Tía, no sabes lo felices que estamos de conocerte,
y no sólo porque nos estés ayudando a escapar – Le dije. Ella bajó los ojos
avergonzada y sonrió un poco.
-Adiós, nos vemos luego – Susurró.
-Adiós Tía, no tengas miedo, yo te estoy protegiendo aunque
no puedas verme – Dijo Bella.
Tía se fue con el eunuco, y una vez que estuvimos seguros de
estar solos, Bella rió.
-Dem, nos vamos a salvar! Y tú vas a tener novia! Y es tan
dulce e inocente, tan buena y femenina… Tendré que pervertirla hasta
convertirla en tu mujer ideal – Dijo entusiasmada. Era tan bueno escucharla
reír otra vez, razonablemente saludable.
-Suenas más contenta con la posibilidad de que yo tenga
novia que con la posibilidad de escapar – Noté.
-Me hace feliz que tengas la oportunidad de ser feliz… En
cambio yo no creo que mi situación cambie esté donde esté. Félix no está, y… -
Se le quebró la voz.
-Isabella Marie basta! – Le dije firmemente – No vamos a
hablar de Félix hasta que regresemos a casa. Una vez que te tenga sana y salva
podemos estar de duelo, organizar una ceremonia conmemorativa, plantar un
árbol, crear una fundación a su nombre, o lo que quieras. Pero ahora te vas a
concentrar en lo inmediato. Salir de aquí. Matar a quien haya que matar.
Sobrevivir. Está claro?
-Sí Dem – Dijo muy bajito.
-Te quiero, eres mi vida – Le dije suavemente.
-Te quiero, tú eres la mía – Respondió.
Y volvimos a quedar en silencio, guardando energías y sanando.
oooOooo
Pasos.
-Dem… - Susurró Bella nerviosa.
-Tranquila, es Tía – Respondí. No sé cuánto tiempo había
pasado, muchas horas. Estábamos ansiosos pero no temíamos que Tía nos
traicionara. Ella tenía tantas o más razones que nosotros para vengarse y largarse
de ese lugar.
Pero siempre había cosas que podían salir mal, y eso era lo
que hacía la espera insoportable.
Se abrió la puerta de la mazmorra y entró Tía rápidamente.
-Sólo pude escapar por un momento – Dijo rápidamente – Logré
sacar a escondidas el teléfono la habitación de Vladimir, el rumano, porque
nunca lo lleva consigo. Llamé al número que me dijeron y me contestó una chica,
Gianna. Cuando le dije por qué llamaba se puso a gritar, le tuve que pedir que
bajara la voz…
-Por qué no me extraña? Sería nuestra suerte que todo se
fuera al demonio por culpa de tu amiga – Le dije a Bella, más que nada por
molestarla. El saber que nuestro mensaje había sido entregado me hacía sentir
más liviano, dispuesto a bromear y a enfurecer a Bella.
-Calla esa boca insidiosa, que gracias a Gianna vamos a
tener apoyo – Respondió Bella sin enojarse realmente.
-Hey, hey! – Nos llamó la atención Tía – No hay tiempo, en
cualquier momento me van a extrañar… Sólo pude sacar 4 bolsas más. No es mucho,
pero es mejor que nada…
-Es perfecto tía, muchas gracias – Respondió Bella.
-Dame una a mí y tres a Bella – Dije. Bella no discutió
porque sabía que yo tenía razón. Entre la sangre recibida durante la curación y
la bolsa que me estaban dando, yo estaría bien. Hambriento pero sano. Mis
niveles de energía eran estables y no tenía ningún poder que me desgastara.
Pero Bella… Ella debía acumular todo lo posible porque
seguro que para nuestra "inducción" habría un show.
-Estás seguro? – Preguntó Tía.
-Completamente. Ella lo necesita más que yo – Respondí.
-En cualquier otro momento habría discutido – Dijo Bella –
Pero no me puedo transformar de ser un arma y una guerrera a una carga y una
víctima. Si yo estoy fuerte ustedes son inmunes al vicepresidente y a todos los
demás.
-Tomen, beban rápido – Dijo Tía dándonos la sangre –
Necesito llevarme las bolsas, porque si las encuentran hasta ahí llegó nuestro
plan.
-Bien pensado! – La felicitó Bella entre tragos nada
delicados.
Terminamos de beber, Tía recogió las bolsas y se despidió.
oooOooo
-Dem… Te fijaste en algo distinto? – Preguntó Bella.
-En qué?
-Bueno, al menos yo, me siento mejor que nunca físicamente
desde la sanación de Tía. Hace un rato estaba palpando la cicatriz de unión de
mi pierna y no la sentí. Mi piel está lisa… Y cuando me miré, las líneas habían
desaparecido! – Exclamó – El don de Tía es increíblemente poderoso!
-Es verdad que me siento bien – Concedí – Y no siento el
relieve de las cicatrices – Dije delineando las uniones – Mierda Fiore! No se
nota nada! Es como si nunca me hubieran desmembrado! – Exclamé incrédulo, y
comencé a estudiar el resto de mi cuerpo atentamente – Fiore, mis cicatrices
antiguas también desaparecieron… soy como un neófito, ni siquiera se siente la
mordida de Amún que me transformó.
-Tienes razón – Susurró – Tus mordidas desaparecieron… Dem,
hasta la mordida de James desapareció… - Dijo asombrada.
-No sé si me gusta que ya no lleves mi marca. Me dirás que
soy un bruto, pero eran importantes para mí – Confesé.
-Aaaaw, Dem, siempre voy a llevar tu marca, llevo tu veneno
en mis venas – Dijo – Pero me alegro de que haya desaparecido la marca de
James… Me traía puros malos recuerdos.
-Vamos a estar bien, Fiore, vamos a estar bien y vamos a
construir nuevos recuerdos, ya vas a ver – Le dije prometiéndome tratar de
hacerla feliz.
-Tienes que construir una vida con tu novia – Afirmó – Yo
voy a estar bien una vez que volvamos a casa, aún queda gente que me quiere y a
los que yo quiero.
-Isabella no hables estupideces – Le dije genuinamente
enojado – No te voy a negar que Tía me atrae, y que esa atracción tiene el
potencial de crecer y convertirse en algo más. Pero mi prioridad eres tú…
-Pero no tienes que elegir! – Exclamó – A mí me gusta ella,
de verdad, y entiendo que le dediques todo tu tiempo, sobre todo cuando la
relación está comenzando…
-No hay elección. Contigo nunca hay elección – Le dije -
Todo lo que te prometí en los cerezos lo prometí muy en serio, y así como tú te
las arreglaste para mantenerme muy presente en tu vida aun teniendo novio, en
este caso va a ser lo mismo. Ojalá pueda arreglar algo con Tía paralelo a
nuestra relación, pero si no, no es algo que me interese.
-Pero ella si te gusta – Afirmó.
-Ya te dije que sí – Gruñí.
-Entonces lo vamos a hacer funcionar. Yo estoy para
apoyarte, no para ser un obstáculo – Dijo, y justo entonces se escucharon pasos
que se acercaban. Tía nos venía a sacar de la mazmorra? No, eran 3 sets de
pisadas, que sonaban duras, masculinas, no como las suaves pisadas de Tía con
sus pies descalzos.
-Enójate Fiore, necesitas tener los ojos negros como si
estuvieras sedienta, y actúa débil – Susurré a toda velocidad.
-No hay problema – Respondió – Estoy furiosa.
Los pasos se detuvieron en la puerta de la mazmorra y
entraron 3 hombres. Benjamín (o "el vicepresidente") y dos guardias.
Bueno, estaba claro que no sería Tía quien nos sacaría de
ahí. Ojalá no le hubiera pasado nada malo.
-Listos para jurar su lealtad ante el nuevo régimen? –
Preguntó Benjamín en su terrible italiano, sin saludar.
-No tengo alterativa, verdad? – Le dije tratando de sonar
rebelde y complaciente a la vez. Y muy, muy débil.
-No, no la tienes? Y tú niña? – Dijo mirando a Bella.
-Yo le obedezco sólo a mi creador – Dijo lentamente, como
con gran dificultad – Es el único que puede decirme qué hacer. Si él decide
vivir aquí, aquí me quedo, porque sé cuál es mi lugar – Ja! Eso era gracioso.
Bella siendo puesta en su lugar. Y por mí!
-A qué te refieres con que es el único que puede decirte qué
hacer? – Preguntó Benjamín enojándose. Mierda, mi Fiore y su bocota!
-Isabella es un escudo – Dije en su lugar – Cuando está bien
alimentada puede proteger a otros, pero cuando no, sólo puede defenderse a sí
misma de ataques mentales. Al único al que obedece es a mí, porque no hay
compulsión que funcione en ella, sólo la de su creador.
-Supongo que tu creador te dará las órdenes a ti y tú se las
darás a Isabella. Adoro una buena cadena de mando. Sáquenlos! – Ordenó a los
soldados, que nos pusieron de pié violentamente. Bella se
"desvaneció".
-Por favor! Isabella está muy débil, la pérdida de energía y
veneno casi la matan, y ahora apenas es capaz de levantar la cabeza… Pueden
cargarla adonde sea que vayamos? – Dije tratando de bajar su guardia ante ella.
Lo que supongo que no era tan difícil en un clan que consideraba a las mujeres
como poco más que vaginas andantes, sin cerebro, sin opinión, sin habilidades y
sin dones. El idiota de Benjamín no tenía idea que la esposa que se robó tenía
un poder más valioso que cualquier arma, simplemente la subestimaba pensando
que su belleza era su único atributo.
-Rehu! – Llamó a uno de los guardias – Carga a la chica, y
atento a cualquier truco.
Pero Bella no tenía ningún interés en "Rehu".
Cuando Bella desatara su poder sería sobre los peces gordos, así es que se dejó
llevar lacia como una muñeca de trapo, mientras yo la seguía con Benjamín a un
lado y el otro guardia al otro.
Tampoco se encontraron con resistencia de mi parte, y los vi
relajarse un poco. No bajaron la guardia, pero si se tranquilizaron al ver que
no estábamos locos de ira, o irracionales, o demandando venganza. Vieron lo que
querían ver… Que los días de dolor, debilidad y hambre habían roto nuestros
espíritus.
-Isabella – Dije en italiano tan seriamente como pude (ya
que Benjamín no hablaba ni entendía Inglés, y quería que entendiera nuestra
conversación).
-Sí Demetri? – Dijo ella de inmediato.
-Afuera probablemente va a haber mucha gente, pero no quiero
que te asustes – Le dije hablándole como si fuera una idiota. Ya pagaría por
eso más adelante – No quiero que ataques a nadie, y no quiero que te defiendas.
Si te portas bien nadie te va a hacer daño.
-Pero tengo miedo – Dijo con un hilo de voz.
-Vas a hacer lo que te diga! – Gruñí como si en cualquier
momento fuera a abofetearla – Este es nuestro hogar, estos son nuestros aliados
y aquí pertenecemos. Los Volturi nos traicionaron, nos enviaron a una misión
suicida y se olvidaron de nosotros. Este es mi lugar, por lo tanto también el
tuyo, entendido?
-Sí señor – Dijo ella tímidamente.
Era gracioso como nuestros juegos de improvisación estaban
mostrando sus frutos. A Bella le tiritaba el mentón tratando de reprimir los
"sollozos provocados por mi regaño", y yo la miré con desprecio y le
dije a Benjamín en masri "Mujeres! Si no fuera bonita y medianamente
talentosa me desharía de ella en un suspiro. Pero qué se le va a hacer, el sexo
es bueno y no le importa compartir en la cama".
Ante eso Benjamín me prestó atención mientras yo daba el
tema por terminado y caminé mirando hacia adelante.
-Compartir? – Preguntó fingiendo desinterés.
-Tú sabes cómo son esas americanas – Le dije sacudiendo la
cabeza, sabiendo que no tenía ni idea de cómo eran las americanas, porque él
vivía encerrado en un mundo islámico creado cientos de años atrás. No tenía
acceso a televisión ni internet, y no sabía cómo cambiaba el mundo. Sólo tenía
un teléfono como símbolo de que sabía en qué siglo se encontraba… - Todas son
unas perras sin valores, sin religión y con ideas modernas en la cabeza.
Igualdad… Ja! – Me burlé – Isabella lo sabe hacer todo en la cama… Lo que le
pida… Es insaciable… - Dije y seguí caminando en silencio, dejando que la idea
plantada echara raíces en su mente. Un hombre caliente es un hombre medio
idiota, y si Benjamín creía que Bella era una especie de estrella porno, al
menos fantasearía al respecto cuando debería estar vigilándonos.
-Creí que el hombre alto era pareja de Isabella – Dijo
Benjamín conversacionalmente.
-Le permití que lo tomara como amante – Dije - Pero eso no
significa que ella no corriera a mi cama cada vez que la llamaba – Dije burlón.
Pronto el aire helado de la noche del desierto golpeó mi
rostro. Estábamos saliendo del túnel. Bella jadeó sorprendida ante lo que sea
que vio. Era el momento de enfrentar nuestro destino.
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1.-En mi Facebook
y blog encontrarán fotos del cementerio El-Bagawat , de Amún, de Kebi y de Tía.
No son (en mi imaginación) los mismos de la película.
2.- El próximo es
el último capítulo, y tal vez agregaré un epílogo.
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