Las razones de mi ausencia son de índole familiar, tuve que
viajar y no tuve acceso a internet, pero escribí en mi libretita todas las
ideas a medida que se me iban ocurriendo, sólo me faltó pasarlas al computador,
lo que hice en cuanto tuve la posibilidad.
Algunas de ustedes estaban preocupadas y se los agradezco
enormemente. Siento en mi corazón todo su cariño.
Otras en cambio estaban enojadas porque no actualizaba… Qué
puedo decir a eso? Este es un hobby que realizo gratuitamente, y si bien me lo
tomo en serio por respeto a mis lectoras, no lo puedo anteponer a mi vida
cotidiana, mi trabajo o mi familia. Simplemente no funciona así la cosa.
Ustedes saben que siempre me esfuerzo al máximo por escribir
buen material y publicar periódicamente, pero les pido su comprensión cuando no
se puede…
Ah! Y ante la pregunta de por qué las referencias a música y
películas tan antiguas?, es simplemente porque la historia está ambientada en
el año 2005, ya que Bella nació el año 1987.
En fin, disfruten…
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-Estás lista? Terminaste de comer?- Pregunté.
-Si… - Dijo ella pensativa.
-Qué pasa? Por qué ese ceño fruncido? – Pregunté alisando
con la yema de mis dedos las arruguitas que se habían formado en su frente.
-Nada… - Dijo haciendo ademán de levantarse con su bandeja.
Yo sujeté su muñeca para detenerla.
-Isabella…
-Gar… Tú eres mi novio? – Preguntó.
Capítulo 8
Cuando apareces, desaparece
todo lo que me daña
y me parece que las palabras,
llegan sin preguntar.
Este camino no tiene final,
llévame a donde vayas.
A donde vayas,
donde te quedes,
ahí quiero estar.
A donde vayas.
A donde vayas / Soledad
BELLA POV
Apenas la pregunta salió de mis labios me sentí morir de la
vergüenza. Cómo podía preguntar una idiotez semejante? Tonta Bella y mi falta
de filtro verbal!
Tonta, porque:
1.- Yo tenía novio, se llamaba Edward y probablemente estaba
buscándome o llorando mi muerte. Era una maldita insensible…
Oh! Pero no es que ya no sintiera nada por Edward, era que…
Era que me aterré cuando Garrett se marchó a encontrar a Laurent. Me dio pánico
pensar en no volver a verlo, en no volver a sentir su poderosa presencia
siempre atenta, siempre protectora… La seguridad absoluta con la que decía que
me amaba, que su vida estaba ligada a la mía…
Yo aún no sentía un impulso mágico que controlara mis
sentimientos, sino un respeto y admiración que crecían día a día de a poquito,
al verlo hacer su vida cotidiana, al verlo darme lo que necesitaba antes de
tener que pedírselo, al comprarme libros y a veces chocolates cuando me veía
muy gruñona… No, él no hablaba, él hacía, y eso me fue conquistando sin darme
cuenta.
Bueno, al menos no me di cuenta hasta que me enfrenté a la
posibilidad de perderlo. Entonces fue que me vi abrumada por una avalancha de
sentimientos sin nombre que me impulsaron a escapar de Peter y Char para
llamarlo, para cerciorarme de que él estaba bien.
2.- Mi pregunta había sido una estupidez porque Gar me había
declarado su amor y compromiso hacia mí desde el primer momento, pero nunca
puso nombres “humanos” a la relación a la que aspiraba… Seguro ahora pensaba
que yo era una idiota.
3.- Aún si Garrett quisiera poner una etiqueta a lo que
somos, no lo llamaría “noviazgo”. Sonaba infantil y ridículo para aplicarlo a
un hombre de varios siglos de edad. Sólo yo y mis diecisiete años querríamos
participar en algo así…
Afortunadamente antes de que él me pudiera contestar,
avergonzándome aún más, una dependienta rubia y grandota de unos 23 años, con
la cara llena de acné, se acercó a la mesa e ignorándome se inclinó en la mesa
y le preguntó a Garrett coquetamente si se encontraba todo bien. Él respondió
que sí, todo bien, sin quitarme los ojos de encima, y entonces ella se ofreció
a retirar la bandeja si es que habíamos terminado.
Yo aproveché ese instante para deslizarme hacia el baño,
dejando a Garrett para que lidiara con la rubia.
-Isabella! – Exclamó en voz bien alta al ver cómo me alejaba.
-Deja que tu sobrina vaya al baño sola – Dijo ella
inclinándose más para mostrar sus tetotas, dándole de paso un golpe bajo, ya
que si algo preocupaba a Garrett era nuestra diferencia de edad física.
-Voy y vuelvo – Le dije – No te preocupes.
-Ves? – Dijo ella – Ahora cuéntame… - Dijo y se quedó
hablando con él.
Yo hui hacia el baño y luego de hacer pis me lavé las manos
y la cara varias veces, necesitaba refrescarme para poder pensar con claridad…
Tantas cosas estaban sucediendo… Tantas relaciones irresolutas… Charlie, Renee,
los Cullen, Edward, el resto de mi familia… Al menos había recuperado a Lis, y
aunque fuera a través de Skype reconstruiría mi relación con ella.
Saqué de mi bolso un cepillo de dientes y una pasta dental
de viaje. Con todo lo que habíamos recorrido era una necesidad estar siempre
preparada para asearme en cualquier lugar, a veces incluso al costado de la
carretera usando agua embotellada.
Luego solté mi coleta dejando caer mi cabello libre y
desordenado. Lo desenredé con mi pequeño cepillo plegable y en lugar de volver
a recogerlo lo deje suelto. Qué largo lo tenía…!
Regresé a la mesa y la rubia se había instalado frente a
Garrett en mi asiento. Él me miró frunciendo el ceño exasperado, y diciendo un
par de palabras a la chica, se puso de pié, tomó una de las cajitas felices,
echó mis dos juguetes en ella y se dirigió hacia mí con paso decidido, dejando
a la rubia boquiabierta.
-Qué mierda es lo que pretendes Isabella? – Dijo al llegar a
mi lado, tomándome del brazo y encaminándome hacia el estacionamiento.
-Evacuar mi vejiga, destapar mis poros y lavar mis dientes –
Respondí encogiéndome de hombros.
-No te hagas la tonta, estábamos hablando de asuntos
importantes y de pronto te pones de pié y me dejas a merced de esa hiena! –
Exclamó.
-Sabías que las hienas hembras tienen pene? – Pregunté
tratando desesperadamente de cambiar de tema.
-Qué? – Preguntó girándose para mirarme mientras me abría la
puerta del Jeep. Tomó mi cintura y me instaló en mi asiento.
-Tienen pene, y es más largo que el de los machos! A mí me
gustaría tener un pene… - Dije pensativa.
-De qué estás hablando? – Preguntó haciendo partir el
vehículo.
-Debe ser divertido poder escribir tu nombre en la nieve… -
Expliqué.
-Y qué pasa con las hienas? Cómo pueden ser hembras y tener
pene? – Preguntó alterado.
-Tienen toda la plomería interna femenina y además un pene,
pero no testículos, aunque los pliegues de su vagina parecen un escroto.
-Eso no las hace hermafroditas? O algo así como hienas
transgénero? – Preguntó. Me pareció dulce que conociera los términos correctos
del movimiento homosexual, uno pensaría que siendo tan viejo sería más cerrado
de mente, pero a lo único que Garrett se cerraba (y eso ya estaba comenzando a
cambiar) era a los ingleses y a toda su influencia.
-En realidad es su clítoris – Expliqué - Que es alargado y
raro, pero tienen erecciones y todo!
-Y tú quieres ser como esos bichos antinatura? – Dijo con
cara de asco.
-Nop no me gustan las hienas, son animales muy extraños, y
no sólo por el pene… Es sólo que el equipamiento femenino humano es muy
delicado y requiere más mantención, y odio no poder hacer pis cuando y donde
quiero como un hombre. Por lo demás, me gusta ser niña, más ahora que por fin
me están creciendo los pechos – Dije agarrándomelos, para asegurarme de que
estaban ahí – Me desarrollé un poco tarde, pero ya voy poniéndome al día… Creo
que desde que comencé a vivir contigo entre toda la comida con la que me
malcrían y la inmovilidad a la que me forzó la pierna rota, engordé y aumenté a
lo menos una talla de sostén.
-No estás gorda – Dijo carraspeando.
-Lo sé, sólo mis pechos y trasero han engordado, y en ambos
casos necesitaban un poco de grasita… Pero desde que lleguemos a casa de Peter
en adelante me voy a tratar de portar bien con lo que como, y como ya puedo
caminar un poco y estar de pié, voy a ir yo misma al supermercado para comprar
cosas más saludables y frescas que las cenas congeladas y sopas deshidratadas
que he estado comiendo hasta ahora.
-Isabella, debiste decirnos antes que te estábamos dando la
comida equivocada – Dijo frustrado.
-Está bien, fue solo por un tiempo, y yo estaba consciente
de lo que comía. Pero ahora me voy a desintoxicar con muchas frutas y vegetales
– Le dije.
-Y en qué parte de la desintoxicación encajan la
hamburguesa, los nuggets, las sodas y los sundaes? – Preguntó.
-Dije que empezaría al llegar a casa de Peter, además en
McDonald´s la ensalada tiene más calorías que una hamburguesa, así es que no
era una alternativa saludable – Respondí.
-Cómo puede ser eso? – Preguntó escéptico.
-La salsa es tóxica – Respondí simplemente.
Pasaron unos instantes durante los cuales nos mantuvimos en
silencio y yo aproveché de cerrar los ojos y acompasar mi respiración.
“Dormí” todo el camino.
No sé si Garrett creyó que de verdad estaba dormida o es que
decidió respetar mi necesidad de silencio… Lo concreto es que nos callamos y no
volvimos a hablar hasta llegar a casa de Peter y Charlotte, un lugar maravilloso
construido en madera, lleno de rincones especiales, ventanitas donde menos te
lo esperas y caminitos de piedra que se dirigían al bosque.
Una vez instalada en el segundo dormitorio, Peter, Char y
Garrett se fueron a planear nuestros próximos días, mientras yo me encerré en
el baño de mi suite para asearme y prepararme para la cama. A pesar de todo lo
que había dormido en la carretera, mi cuerpo añoraba un colchón de verdad… Me
puse un pijama de franela bien calentito y me acosté tapándome hasta las orejas…
Dormí como diez horas.
Al día siguiente me levanté, me vestí y salí a enfrentarme a
los demás… Sólo se encontraba Peter a solas en el living, haciendo zapping
frente a un enorme televisor.
-Buenos días “Pequeño Aperitivo” – Me dijo sin girarse.
-Hola Pete, y los demás? – Pregunté yendo directo al grano mientras
escarbaba en una enorme frutera muy bien surtida. Saqué una naranja y comencé a
pelarla junto al basurero.
-Char fue a la ciudad a comprar las cosas extra que
necesitas y un refrigerador, y Garrett fue a marcar un perímetro para
asegurarse de que estamos seguros y de que ningún otro vampiro ha estado aquí
en nuestra ausencia – Respondió asentándose en un canal donde transmitían lucha
libre femenina.
-Y no se supone que tú eres mejor en eso de los perímetros
por tu don…? – Pregunté.
-Garrett sabe lo que hace, es un soldado mucho más
experimentado que yo – Respondió encogiéndose de hombros – Además me pareció
que te sentirías más cómoda quedándote a solas conmigo que con Char o Garrett.
-Y por qué sería eso? – Pregunté haciéndome la tonta.
-Porque no quieres que Char te interrogue y porque no sabes
qué decirle a Garrett después de besarlo y preguntarle si es tu novio – Dijo
mirándome por primera vez. Yo enrojecí hasta la raíz del cabello.
-Él te contó? – Pregunté un poco molesta.
-No, simplemente lo sé – Respondió volviendo su atención a
las luchadoras que se atacaban dándose con sillas plegables en la cabeza –
Además pude oler la esencia de cada uno en el otro, era obvio que se habían
estado besuqueando.
-Peter no sé qué hacer – Dije arrodillándome a su lado.
-Sobre qué? – Preguntó.
-Sobre Garr… Y Edward… Estoy tan confundida… - Confesé.
-Pensé que ya lo tenías más o menos claro, Garrett estaba
tan contento que pensé que habían llegado a un entendimiento – Dijo él
acariciando mi cabello como si fuera su mascota.
-De alguna forma sí… O sea… Por fin pude admitir que él me
gusta, que tengo sentimientos profundos hacia él… Pero y qué hay de Edward? No
sé lo que siento hacia él, necesito verlo, hablar con él, tranquilizarlo, debe
estar preocupado por mí… - Balbuceé.
-Bella, estás escondida y aislada por una razón, y esa razón
es que estás escondida de una vampira empeñada en matarte… Esto no es un juego
o un capricho nuestro, No podemos decir nada a Edward porque eso pondría en
peligro a tu familia si se llega a saber que estás viva, comprendes? – Preguntó
seriamente.
-Sí, lo sé, pero me parece tan injusto hacia él… Si yo
hubiera pensado que él murió ese día mientras yo salí sin daño alguno, estaría
destrozada – Le dije – Edward debe estar sufriendo, y no es justo…
-Y que te persiga Victoria lo es? – Preguntó Peter
volteándose definitivamente hacia mí, silenciando la tele.
-N… No… - Balbuceé.
-No lo es – Afirmó – Pero ahora es más importante proteger
tu vida que cuidar los sentimientos de un hombre que ni siquiera es tu pareja!
– Exclamó molesto.
-No me digas lo que debo sentir Peter! – Le advertí – Edward
fue mi novio antes de que ninguno de ustedes aparecieran en mi vida, y aunque
les agradezco todo lo que han hecho por mí, no aprecio el desdén con el que lo
tratas.
-Y yo no aprecio el desdén con el que has tratado a Garrett
todo este tiempo! – Respondió.
-No lo he tratado con desdén, simplemente no sabía cómo
tratarlo, porque era un desconocido que afirmaba ser mi alma gemela, no sé cómo
esperaban que yo lo aceptara tan fácilmente – Le dije.
-Garrett ES tu alma gemela, y lo has tenido en vilo todo
este tiempo – Dijo con los ojos entrecerrados.
-Eso es lo que ustedes dicen, pero yo no lo siento. Yo he
tenido que conocerlo de a poco para darme cuenta de qué clase de hombre es… Y aun
así no siento lo que ustedes dicen que debería sentir…- Dije – Tú no entiendes
Peter, lo tuyo con Char fue instantáneo, lo de Garrett también, pero lo mío no…
Y eso me hace cuestionarme la validez de nuestro lazo – Admití.
-Tu lazo está ahí, sólo que está un poco más escondido que
lo normal – Dijo Peter sonando frustrado.
-Bueno, como sea, entonces no me pidas que me comporte como
si el nuestro fuera un lazo corriente, de hecho entiendo que quieras a Garrett
y te preocupes por él, pero te voy a pedir que no te metas en nuestra relación
– Le dije poniéndome de pié – Entiendo tu punto de vista, pero por favor ponte
en mi lugar un minuto y dame el lujo de tomarme el tiempo de pensar por mí
misma en con quien quiero pasar el resto de mi vida… - Dije francamente molesta.
-Yo no pretendía… – Dijo.
-Sé que tus intenciones son las mejores, y sé que sólo
tratas de proteger a tu amigo, pero entiende que yo también tengo sentimientos
y nadie los defiende, y no importa si éstos encajan en tu idea del destino,
tengo derecho a sentirlos, a dudar y a cuestionar lo que me dicen – Dije y me
di media vuelta para irme – Te dejo para que sigas disfrutando de tu programa –
Le dije caminando hacia mi habitación.
-Bella, no te pongas así, no te vayas – Me dijo pero lo
ignoré – Bella al menos toma desayuno – Insistió – Si quieres salgo de la casa,
pero come algo – Dijo urgido mientras yo cerraba la puerta tras de mí.
Escuché un par de maldiciones y algo quebrarse en el living.
Me dirigí a mi laptop y puse la música a un volumen lo
suficientemente alto que me impedía escuchar lo que pasaba en el living,
dándome la ilusión de privacidad.
De pronto me sentí muy débil, agotada emocionalmente a pesar
de que no podían ser más de las diez y media de la mañana, así es que me saqué
los pantalones y me metí a la cama. Minutos después estaba durmiendo.
Desperté como a las dos de la tarde con los golpes en la
puerta.
Peter.
-Bella sal a almorzar – Me rogó. Yo estaba muerta de hambre,
pero no quería salir y encontrármelo… La verdad es que estaba más que un poco
herida, porque en este tiempo secuestrada yo lo había comenzado a considerar mi
amigo, pero él se había encargado sutilmente de recordarme que su amigo era
Garrett, y que yo era apreciada sólo en función de ser su Pareja.
-Gracias, pero aún tengo mi naranja – Dije muerta de hambre
mirando mi naranja sobre el escritorio, a medio pelar.
-Bella una sola naranja nunca ha sido suficiente para ti,
menos cuando no desayunaste – Trató de razonar.
-No tengo ganas de comer – Dije, lo que era verdad. Tenía
hambre, no ganas de comer.
-Bella…
-Gracias Peter, pero no gracias – Le dije tomando mi
naranja. Ya que no saldría a comer al menos me podría llenar tomando agua, así
es que entré al baño y llené el vaso que usaba para lavarme los dientes. Bebí
dos vasos de agua y me comí dos gajos de naranja… Tendría que racionar la
comida… Tal vez me podía comer el jabón… O el algodón del botiquín, era una
fibra natural.
Pasaron las horas y me entretuve bebiendo agua, jugando a
los Sims en el laptop, haciendo pis como una yegua, comiendo un ocasional gajo
de naranja y leyendo fanfiction de distintos libros.
A eso de las nueve de la noche tocaron nuevamente a mi
puerta.
-Isabella? – Preguntó Garrett.
-Mmmmmh? – Pregunté vagamente.
-Estás bien? Peter dice que no has comido en todo el día… -
Dijo sonando preocupado.
-Estoy bien, gracias. No tengo hambre – Respondí.
-Quieres que hablemos? Me dejas pasar? – Preguntó, y yo como
una cobarde respondí
-Ahora no, ya estoy lista para acostarme… - Dije aunque aún
era muy temprano y me moría de hambre.
-Isabella… Si hice algo que te molestara… - Dijo todo
aproblemado.
-No Garrett – Le dije poniendo la palma de mi mano sobre la
puerta y apoyando mi frente sobre esta – Tú no has hecho nada malo.
-Ábreme por favor… - Me pidió – Háblame.
-Mañana – Susurré sabiendo que me escucharía. No quería
hablar en ese momento, porque simplemente no sabía qué decirle. Él me gustaba
un montón, pero no estaba segura de poder prometer algo… Peter me había hecho
darme cuenta de que este no era un juego ni algo que pudiera probar y si no
resulta todo vuelve a la normalidad. Para Garrett ya no habría normalidad
posible.
-Isabella – Lo escuché suspirar – Buenas noches…
-Buenas noches – Dije, dejándome caer al suelo, donde me
quedé sentada, abrazada a mis rodillas por un buen rato.
Odiaba hacer daño a Gar, pero… Qué le causaría más dolor a
la larga? Que le dijera que ahora no ahora o que le dijera que sí y luego me
retractara?
Quería decir que sí… Quería decir que sí…
Y por eso me contendría. Esperaría a estar completamente
segura, él no se merecía nada menos que mi compromiso absoluto, lo mejor o
nada.
oooOooo
Dormí inquieta esa noche y al despertar (tarde) al día
siguiente, quien me esperaba en el living era Char.
Genial.
La Gran Inquisición no había terminado.
Pero me moría de hambre, así es que me apresuré a llenar un
bowl enorme con cereales de chocolate nada nutritivos y les eché un chorro de
leche fría al tiempo que sacaba una cuchara del cajón de arriba. Los cubiertos
siempre están en el cajón de arriba.
-Bella, dormiste bien? – Preguntó Char sin moverse de su
lugar.
-Mmmmph – Resoplé asintiendo vagamente y aprovechando de
tragar.
-Estás enferma? Peter dice que ayer no quisiste comer… -
Insistió suavemente.
-Ahora estoy comiendo – Dije echando otra palada de comida
en mi boca.
-Tú sabes lo que quiero decir Bella, somos amigas verdad? –
Dijo acercándose de a poco, como quien se acerca a un animal herido.
-Eso pensé – Mascullé empinándome el bowl y tragando los
restos de mi desayuno al tiempo que lavaba el plato y cubiertos utilizados.
Estaba lista para escapar en cuanto depositara lo último de los implementos en
la rejilla de secado…
Pero Char se adelantó a mis movimientos.
-Bella si tienes algo que decir dilo, pero no nos tengas a
todos en vilo pensando que algo malo te pasa y adivinando qué puede ser, porque
todos estamos preocupados por ti! – Dijo tomándome de los hombros y girándome
hacia ella.
-No te molestes Charlotte, no me pasa nada, simplemente me
queda claro de que para ustedes sólo valgo en función de lo que me aprecie
Garrett. Entiendo, es justo, y debí haberlo visto antes – Le dije
retrocediendo.
-De qué hablas? – Preguntó ella cruzándose de brazos. Yo
estaba realmente dolida, en el tiempo que llevábamos viviendo juntas la había
llegado a considerar mi amiga… Pero qué sabía yo de amigas si mi mejor
amiga anterior había sido Alice, que a
pesar de que nadie me quería decir nada parece que era una graaaan perra?
-No tienes que fingir que te agrado, Charlotte – le dije
levantando la barbilla, desafiante – sé que todo esto lo hacen por Garrett, y
yo soy importante sólo como su Pareja, nada más. No es necesario que juegues a
ser mi amiga o que me cocines o siquiera me hables… Basta con que me mantengas
viva en tu turno como niñera – Dije y aprovechando su desconcierto pasé a su
lado y corrí a mi habitación.
Si Char hubiera querido me habría detenido.
Si Char hubiera querido habría botado la puerta de mi
habitación.
Pero me dejó en paz, y lo agradecí.
Por la noche, después de otro día de lectura, siestas y
juegos de solitario y Sims en el laptop, volvió Garrett a golpear mi puerta.
Esta vez le abrí sin decir palabra y me senté en mi cama. No podía evitarlo
más.
-Isabella… - Dijo arrodillándose frente a mí de modo que
nuestros ojos quedaron a la misma altura.
-Gar… - Dije yo aún sin mirarlo a los ojos pero estudiando
nuestras manos unidas.
Manos grandes.
Manos fuertes.
Manos capaces…
No eran manos de artista, no eran perfectas o delicadas,
eran las manos de un hombre.
Un hombre que en ese momento me hacía sentir muy pequeñita.
-Qué es lo que pasa? – Susurró. Yo simplemente miré hacia la
puerta, casi esperando ver asomarse las cabezas de Peter y Charlotte.
-No están – Me dijo siguiendo mi mirada – Salieron a cazar,
estamos solos. Un estremecimiento me sacudió muy contra mi voluntad. Estábamos
solos, por fin solos…
-Qué hiciste hoy? – Pregunté con la voz un poco ronca por la
falta de uso.
-No te dijo Char? – Preguntó frunciendo el entrecejo.
-No hablé con Charlotte – Respondí.
-Estás segura? Ella parecía dolida por algo – Me dijo
levantando mi mentón para que lo mirara a los ojos.
Sus hermosos ojos.
Hice una mueca que pretendió ser una sonrisa y le dije
-Sólo le dije que no necesita pretender que somos amigas, y
que ella es libre de hacer lo que quiera en su tiempo como niñera – Murmuré.
-Que tú qué? – Preguntó subiendo la voz.
-Ellos no son nada mío, ahora lo entiendo – Respondí – Sólo
me soportan por lo que soy para ti, no por quien soy… Extraño a Jasper y a Emm…
Ellos si me querían de verdad… - Dije añorando a mis vampiros con toda el alma.
-De qué estás hablando? Alguien te dijo algo? – Preguntó
molesto.
-Nadie me dijo nada que no fuera cierto – Le dije – sólo soy
alguien en la medida de que sea tu Pareja. Ellos no me deben lealtad, amistad
ni nada, todo eso es tuyo.
-Fue Peter, verdad? – Preguntó visiblemente enojado –
Estúpido cabrón.
oooOooo
GARRETT POV
El primer día lo soporté como una particularidad general de
las mujeres, a veces ellas necesitan estar solas, me dije, especialmente las
adolescentes…
Había estado todo el día contactando a mis amigos de todas
partes del mundo para ponerlos sobre aviso de que me encontraba a la caza de la
pelirroja Victoria para defender a mi Pareja, mientras Charlotte se encargaba
de detalles más domésticos como la comida, refrigerador y ropa. Había mucho por
reemplazar.
Pero al llegar a la casa algo había cambiado. Peter estaba
pensativo y preocupado y Bella simplemente se negó a abrir la puerta. No para
hablar conmigo, no para comer.
Me pasé la noche sentado en el pasillo junto a su puerta,
estrujándome el cerebro para encontrar la razón del cambio. Un momento estaba
ella preguntándome si éramos novios y al siguiente cortaba toda comunicación…
Tal vez había discutido con Peter, que estaba actuando bastante extraño.
Al día siguiente salimos al amanecer Peter y yo a recorrer
perímetros cercanos y lejanos, tratando de determinar qué tan seguro era el
lugar para Isabella…
Al regresar por la noche, nos encontramos a Char sentada
tejiendo una bufanda de muchos colores. Al vernos se lanzó a los brazos de
Peter y me miró avergonzada, sin mantener mi mirada.
-Cómo está? – Pregunté – Pasó algo?
-Está en su habitación, comió sólo un bol de cereales con leche
al desayuno y se encerró en su dormitorio… - Respondió Char.
-Por qué? Discutieron? Peter, qué le dijiste ayer? –
Pregunté mirándolos a ambos, molesto al ver todo mi futuro derrumbarse antes de
comenzar.
Ellos se miraron entre sí y Peter asintió.
-Sí, yo hablé con Bella y ella parece que no se tomó muy
bien nuestra conversación… - Admitió.
-Conversación sobre qué? Qué le dijiste? – Insistí.
-Sobre ti, por supuesto – Respondió mirándome como si yo
fuera un idiota por preguntar.
-QUE. LE. DIJISTE? – Pregunté con los dientes apretados.
-Peter sólo trataba de protegerte! – Dijo Char adelantándose
un paso hacia mí.
-No necesito que me protejan de nada! Mucho menos de mi
Pareja! Menos aun cuando por fin estamos avanzando en la dirección correcta! –
Exclamé gesticulando con brazos y manos, totalmente frustrado. Es que acaso
Peter no se suponía que lo sabía todo?
-Garrett, sólo lo hice porque nos importas, y no queremos
verte sufrir por la veleidad de una adolescente que no sabe lo que quiere –
Dijo Peter – No me mal entiendas, ella nos gusta, no tenemos nada contra Bella,
pero nuestra prioridad siempre has sido tú… - Trató de explicar.
-Mi prioridad es ella – Afirmé rotundamente – Si la enajenan
me están alejando a mí también, ustedes deben saber mejor que nadie que cuando
se trata de tu Pareja no hay elección posible… - Les dije.
-Lo sabemos Gar – Dijo Charlotte suavemente – No queremos
que elijas, queremos que ella elija…
-Pero no son ustedes los llamados a exigirle decisiones que
no está lista para tomar! No se dan cuenta de lo que debe estar sintiendo,
aislada de todo lo que conoce y a merced de tres vampiros, uno de los cuales
afirma ser su alma gemela? Ella se está dando el tiempo para conocerme, y
francamente me preocuparía más si se lanzara a una relación conmigo sin pensarlo
antes. Ella no siente la compulsión, tal vez nunca la sienta, pero lo está
intentando! Y ustedes par de idiotas lo único que van a conseguir es deshacer
todo lo que hemos construido – Dije tomándome la cabeza con ambas manos.
-Garrett hermano, no la tratamos mal, pero si quieres
podemos hablar con ella para aclarar las cosas… - Dijo Peter.
-No, no creo que ella quiera verlos… Francamente yo tampoco…
-Dije tratando de ignorar la cara de desilusión de Charlotte. Estaban heridos,
pero ellos habían herido a mi Pareja.
Que se jodieran.
-Nos vamos a la ciudad entonces… – Dijo Charlotte – No
volveremos hasta la mañana.
-Está bien – Mascullé – Voy a hablar con ella, y si es
necesario nos iremos a algún otro lugar – Dije comenzando a planear dónde
llevármela para que estuviera segura… Las mejores ideas estaban relacionadas
con sacarla del país.
-Garrett, tú sabes que eso no es necesario… - Dijo Peter
luciendo preocupado y contrito.
-Si es lo que ella necesita, lo es – Respondí.
oooOooo
Y entonces me encontraba frente a ella, que rehuía mi mirada
y permeaba el aire con el aroma de sus lágrimas no derramadas. Se sentía
insignificante y quería volver a lo que le era familiar… Cualquier cosa que la
hiciera sentir bienvenida. Mierda! Mierda!
-Isabella, ven conmigo – Le dije tirando de sus manos
suavemente para que se pusiera de pié – Vamos, no hay nadie en la casa – Le
aseguré.
-No quiero comer, de verdad, mejor me voy a acostar… - Dijo
tratando de acurrucarse en su cama.
-No señorita, puedo sentir tu estómago gruñir, te mueres de
hambre – Afirmé y ella se puso roja como un tomate – Vamos, sólo tú y yo – Dije
más suavemente, y esta vez ella se puso de pié y me siguió, con su manita
aferrada fuertemente a mis dedos índice y medio – Quieres que te prepare algo?
– Pregunté al llegar a la cocina. Había aprendido a preparar casi todo lo que
se hidrata con agua hirviendo o se calienta en el microondas.
-No, siéntate – Dijo dirigiéndome a uno de los taburetes que
había tras la barra del desayuno – Quiero comer comida de verdad, recuerdas? –
Preguntó abriendo el refrigerador y metiendo medio cuerpo adentro. Sacó carne
molida, cebollas, tomates y otros ingredientes y los puso en el mesón, y con
una intuición que me asombró fue descubriendo los utensilios que necesitaba
para preparar espaguetis con albóndigas y salsa de tomates.
Al principio trabajó en silencio, rígida y mecánicamente,
pero con el paso del tiempo fue relajándose. Se notaba que disfrutaba el
proceso de cocinar y hasta prendió la radio y sintonizó una radio con éxitos de
los años ochenta, y comenzó tararear muy
bajito.
La miré embelesado, con la clara conciencia de que podría
pasarme la vida haciendo exactamente eso: Adorarla.
Cuando ella terminó de comer me ofrecí para lavar los platos
mientras ella se preparaba para la cama. La escuché darse una ducha corta y
lavarse los dientes. Luego se paseó un par de veces por su habitación hasta que
se asentó en la cama. Entonces me acerqué a su puerta, con la inseguridad de
quien no sabe si será rechazado. Golpeé y ella susurró
-Pasa Gar.
Ella estaba sentada a lo indio sobre el edredón, con el
laptop sobre sus rodillas.
Estaba escuchando una canción de Greenday, "Wake Me Up When September Ends".
-Esa canción es triste – Comenté parado en el marco, sin
saber si pasar.
-La guerra es triste – Respondió.
-Yo debería saberlo, verdad? – Me pregunté a mí mismo. Por
siglos creí que vivía sólo
para eso.
-Cada vez que veo el video de esa canción me pongo a
llorar – Dijo con una sonrisa
más triste que un sollozo. Me acerqué despacio.
-No quiero que vuelvas a llorar – Le dije tomando su
rostro entre mis manos – No
a menos que sea de alegría.
-Hay muchas cosas por las que llorar – Respondió
reclinándose en una de mis
manos y cerrando los ojos.
-Y muchas por las que estar feliz – Le dije – Me puedo
sentar?
Ella negó con la cabeza y por un momento sentí una punzada
de dolor por el
rechazo, pero no duró mucho, ella se estaba acomodando en la cama para quedar medio reclinada y se puso un cojín sobre los muslos.
-Ven – Dijo golpeando el cojín. Yo me apresuré a sacarme
la chaqueta de
cuero y los zapatos y apoyé mi cabeza en sus muslos, abrazando con un brazo sus piernas – Estás
bien? – Preguntó pasando la mano por mi
cabello.
-Perfectamente – Suspiré queriendo ronronear de placer.
-Tu cabello no tiene un corte definido y está bastante
largo, cuándo fue la última
vez que te lo cortaste? – Preguntó peinándome con los dedos.
-No lo sé, tal vez en los setenta… No lo sé, como siempre
he sido un nómade,
ni siquiera me cambiaba de ropa, y en la lista de mis prioridades cortarme el pelo estaba de los últimos lugares – Dije honestamente – Crees que me lo tengo que cortar? Qué tanto? – Pregunté dispuesto a cortarme una oreja si la hacía feliz.
-No! – Exclamó aferrando sus dedos a mi cabello – No te
atrevas, me gusta tu
pelo largo, es… Distinto. Es difícil encasillarte sólo por cómo te ves.
-Y eso es bueno? – Pregunté curioso.
-Bueno, yo creo que sí – Dijo retomando sus suaves caricias
– Como vampiro
sabes que te vas a ver bien de cualquier forma, pero por lo que he visto hasta ahora casi todos los vampiros tratan vestirse y peinarse para encajar en un molde, ya sea para mezclarse con la sociedad o demostrar sus aficiones… Como Peter y su look de vaquero tejano que lleva a donde sea, o Alice y su pasión por la ropa de diseñador por inapropiada que fuera en la escuela pública de Forks… Pero tú… Eres tú.
-Te gusta que sea yo mismo? Porque debo admitir que no es
una declaración
ideológica, es simplemente que hasta ahora nunca me importó un comino el cómo me veía o cómo me presentaba a los demás… - Dije.
-Exacto. Eso es lo que me gusta, eres tú. Simplemente tú,
porque sí – Delineó
suavemente mis cejas con la yema de mis dedos.
-Yo sería lo que tú necesitaras… Lo sabes, verdad? –
Pregunté.
-Lo sé – Dijo pasando sus dedos casi imperceptiblemente
por mis mejillas. Quise
girarme para ver su rostro, pero temí romper el hechizo – Y es por eso que no quiero que cambies.
No cambies por mí ni por nadie Gar,
eres increíble así, tal cual – Acarició mi
cuello sin afeitar con el dorso de su mano, raspando su delicada piel.
-No puedes pedirme eso, Isabella – Le dije tomando su mano
y besando sus
nudillos – Puedo ignorar a todo el resto del mundo, pero todo en mí me exige ser lo que tú necesitas.
-Lo que necesito… No sé lo que necesito Gar, pero en este
momento eres todo
lo que tengo, y está bien – Dijo suspirando – Sólo cuento contigo, y no sólo por el asunto de Victoria… Tú no me vas a mentir verdad?
-No podría, aunque quisiera – Respondí.
-Y no me vas a dejar – Afirmó.
-No puedo… - Le dije apretando su palma contra mi mejilla –
Y más importante,
no quiero.
-Gar… - Susurró.
-Dime – Dije besando su muñeca, donde su pulso marcaba con
fuerza el
bombear de su corazón.
-Te quedas conmigo? Hasta que te tengas que ir? – Preguntó
insegura.
-Me quedo – Dije honrado con su petición.
-Y te despides cuando te vayas? – Insistió.
-Algo mejor – Le propuse – Si me prometes que vas a salir
a comer normalmente
me quedo hasta que hayas terminado de desayunar.
-Eh… Puedo comer barras energéticas, no es necesario que
salga… - Dijo
nerviosa.
-Isabella – Le dije girándome para poder verla a los ojos.
Esto era
importante – Hablé con ellos y no se va a volver a repetir.
-Ellos quieren lo mejor para ti – Dijo mordiéndose el
labio – Los entiendo, yo
también quiero lo mismo… Es por eso que dudo…
-Ya lo conversamos, Peter y Char tienen buenas intenciones
y por eso aún
conservan sus cabezas, pero te aseguro que mis decisiones no las toma nadie por mí. Ya lo discutimos, no te hagas la mártir tratando de protegerme de una realidad que yo abracé hace más de treinta años – Le dije tomando su rostro entre mis manos, obligándola a mirarme.
-Te extrañé… - Me dijo.
-Y yo a ti – Dije acariciando su mejilla con mi pulgar.
-No quiero romperte el corazón – Dijo empujando mi
desordenado cabello
hacia atrás.
-No lo hagas – Le dije acercándome a ella.
-Quiero ser buena para ti – Insistió.
-Lo eres – Dije casi rozando su boca.
-Quiero que seas feliz – Dijo cerrando los ojos y acercándose
un poquito
más, lista para un beso.
-Lo seremos – Dije reclamando su boca sin medias tintas.
La besé fuerte,
apasionado, dominante, para asegurarle que a pesar de mi devoción por ella yo era todo un hombre, no un pusilánime cualquiera que se doblegaría ante la presión.
La besé por un buen rato, pero sin apabullarla con mi cuerpo
o mis manos
que se morían por explorar, hasta que finalmente quedé acostado de espaldas en mitad de la cama, con ella acurrucada a mi lado, abrazándome. Su rostro descansaba en mi esternón y una pierna y un brazo me rodeaban.
Maravilloso.
Tomé una almohada y la puse sobre mi pecho para que ella
descansara y
nos rodeé con la colcha.
-Mejor? – Susurré contra su cabello.
-Mejor – Respondió suspirando contenta.
oooOooo
Los días siguientes fueron bastante desastrosos. Isabella
seguía evitando a
Peter y Charlotte y podía verla tensarse como las cuerdas de un violín cada vez que estábamos juntos los cuatro.
Ella no decía nada, pero estaba claro que estaba
intimidada, no por su calidad
de vampiros, sino por su calidad de mejores amigos sobre protectores.
Ellos al principio trataron de actuar como si nada hubiera
pasado, pero sólo
recibieron fría cortesía. Nadie podría acusar a Isabella de ser pendenciera o maleducada, pero ya no estaba ahí esa complicidad que se creó desde el primer momento con mis amigos… La chispa que solía brillar en sus ojos… Y tanto Peter como Charlotte se daban cuenta y lo lamentaban, porque comprendían que al herir a mi Pareja me estaban hiriendo a mí.
Pasaron las semanas y la cosa se puso peor. Mi rutina
consistía en pasar las
noches con Isabella y alrededor de las nueve de la mañana, después de que ella desayunara, me despedía y partía a patrullar y a tratar de investigar sobre el paradero de Victoria, sin resultados tangibles.
Por la noche regresaba a la casa, y Bella generalmente me
esperaba en el
porche envuelta en un edredón. Luego ella comía y nos íbamos a su habitación, donde veíamos películas o conversábamos hasta que ella caía rendida.
Pero lo que me preocupaba era lo que ocurría cuando yo no
estaba ahí…
-Peter, Char, necesito hablar con ustedes, los espero en
el living – Les dije
hablándole a la puerta de su dormitorio una vez que Isabella se quedó dormida.
-Vamos – Respondió Peter. Mientras esperaba, me senté
junto al fuego y sentí
mi cuerpo calentarse con las llamas, subiendo mi temperatura corporal a una casi humana… Imaginé que a mi mujer le gustaría…
-Bella no está bien – Dijo Peter sacándome de mis
ensoñaciones.
-A qué te refieres? – Pregunté sin dejar de mirar las
brasas.
-Tú sabes… - Respondió.
-Dímelo – Le exigí.
-Está… deprimida – Dijo encogiéndose de hombros.
-Bueno, sí, está triste y se siente sola… - Comencé.
-No Garrett, Isabella va derechito a la depresión clínica,
la de verdad. Cuando
tú no estás no habla ni come, no hace más que jugar en el computador acostada en la cama con las cortinas cerradas o sentarse en el porche mirando al infinito hasta que apareces… - Relató.
-Y ustedes? Qué hacen mientras tanto? – Pregunté mirándolos
a ambos – Les
he confiado lo más preciado que tengo, y la han alienado dejándola con la sensación de que es una intrusa en nuestras vidas… Qué hacen mientras ella se esconde en su habitación?
Por qué no le dan algo de comer?
-Garrett no entiendes, es como si ella reviviera cuando
está contigo, pero el
resto del tiempo…
Ni siquiera ser levanta, se baña sólo
cuando estás por llegar. Entonces hace
la cama, ventila la habitación y se viste… Pero no nos habla, es como si no estuviéramos ahí… - Dijo Charlotte llena de remordimientos.
-Por qué no me lo dijeron antes? – Pregunté angustiado.
-Porque pensamos que se le pasaría, que crearía su propia
rutina, pero no ha
sido así… - Dijo Peter.
-Y ahora qué mierda voy a hacer? – Me pregunté más a mí
mismo que a ellos.
-Se me ocurre algo, pero creo que no te va a gustar – Dijo
Peter.
-Va a funcionar? – Pregunté.
-Sí – Dijo simplemente.
-Entonces acepto lo que sea, lo que me importa es ella y
su salud… Lo que sea…
oooOooo
BELLA POV
Cada día era igual al anterior.
No tenía contacto con Emm, Jasper o Lis porque en la casa
de Peter y Char
no había conexión de internet para hablar por Skype, ni señal telefónica decente para hablar por celular.
Cuanto daría por estar en casa de Garrett con aquellos a
quienes amaba, a
quienes conocía
y me amaban por mí, no por una obligación
adquirida…! Desde mis
conversaciones con Peter y Char me fui alejando cada vez más de ellos, y como Garrett pasaba la mayor parte de su tiempo tratando de atrapar a Victoria, me fui internando cada vez más en mi propiamente. Nada me motivaba, no quería levantarme, comer o bañarme… Todo se convirtió en un esfuerzo…
Hasta que llegaba la hora en que Garrett regresaba a casa.
Entonces revivía,
y hacía el esfuerzo de ser una persona normal para él… O lo más normal posible…Necesitaba a mis seres queridos a mi lado… A mi familia, a mis amigos, a los Cullen, a Edward, a Lis… Todos aquellos que me habían amado libremente.
Porque a medida que mis sentimientos por Garrett se fueron
definiendo más,
me comencé a preguntar si es que no fuera por el lazo mágico que nos unía… Se habría fijado él en mí?
Probablemente no…
-Isabella… - Me susurró al oído al amanecer.
-Mmmmmmh… Muy temprano – Me quejé tapándome la cabeza con
la colcha.
-Isabella necesitas vestirte en este momento, es
importante – Dijo muy serio.
-Qué pasó? Victoria? – Pregunté sentándome de golpe.
-No, pero hoy empiezas a ir al colegio – Dijo tranquilamente.
-Colegio? Es siquiera seguro? – Pregunté confundida, aún
sin computar del
todo lo que estaba pasando.
-Sí, vas a ir con Charlotte, y Peter sabe que nadie te va
a descubrir mientras
estés ahí – Dijo quitándome el cabello de la cara.
-Y mi nombre? No van a poder rastrear mis documentos
escolares cuando me
inscriba? – Insistí.
-No, porque vas a ir a un colegio privado, no es tan fácil
acceder a sus archivos,
y además te cambiamos el nombre… Por ahora vas a ser Isabella McCallister y Char va a ser tu prima, con el mismo apellido. Peter va a ser el hermano mayor de Char y yo vuestro tío y tutor – Explicó.
-Eeeew! No podías inventar una historia más incestuosa? –
Pregunté.
-No hay alternativa – Dijo – Me veo demasiado mayor para
pasar por tu hermano,
además necesitábamos a un tutor legal respetable…
-Y Peter no va a pasar por estudiante? – Pregunté.
-No, él se ve demasiado viejo para pasar por estudiante de
secundaria,
además el colegio al que van es de puras mujeres – Dijo rápidamente, como si diciéndolo rápido causaría menos impacto.
-Puras mujeres? Tanto me odias? Estás loco? Las chicas son
malvadas! No
me gusta, no me gusta nada – Dije cruzándome de brazos.
-Levántate Isabella, tienes que ducharte y desayunar. Ahí
está tu uniforme – Dijo
apuntando al pié de mi cama.
Primorosamente dobladas se encontraban una blusa blanca de
cuello
redondo, una falda escocesa de color gris y delgadas líneas rojas, un chaleco escote en V de color gris, una corbata gris, y zapatos negros y calcetas grises. Hasta había elásticos para el cabello de colores gris y rojo.
-Uniforme? Uniforme? – Pregunté segura de que era una
broma.
-Bueno, es un requisito de las monjitas… - Dijo Garrett
suavemente, luciendo
como lo que era: alguien que sabe que la cagó.
-Monjitas? Dime que no es… No puede ser… Tú sabes… - Balbuceé
– Garrett,
tú sabes que las monjas me dan miedo! – Exclamé, porque él lo sabía, desde que le conté cómo me aterraba la serie de televisión “La Novicia Voladora” – Además soy atea! Qué voy a hacer yo en un colegio de monjas?
-No es tan malo – Dijo Char entrando a la habitación luciendo
como el sueño
húmedo de un pedófilo. Había alterado su uniforme haciéndolo sexi y casi pornográfico… Se parecía a Britney Spears en el video de la canción “Baby one more time”.
-Oh mierda! – Exclamé al verla – Eres un fetiche andante.
-Ah sí, ya lo estrenamos anoche, es muy efectivo – Dijo guiñando
un ojo a
Peter, que descansaba su mano justo donde terminaba su espalda, luciendo muy satisfecho.
-Ya Isabella, arriba, que estamos retrasados, tienen una
entrevista con la Hermana Superiora antes de las clases.
-Y qué se supone que voy a decir? No me sé ni el “Padre
Nuestro” completo… - Pre-
gunté entrando en pánico. No me gustaba nada mentir.
-No te preocupes, yo voy a hablar – Dijo Char – Tú vas a
ser la tímida, así es
que asiente a
lo que diga y estaremos bien… Ahora
métete a la ducha mientras preparo tu
maleta – Dijo abriendo mis cajones.
-Maletas? – Pregunté con un negro presentimiento. Gar
escondió el rostro
evitando mirarme a los ojos.
-Claro! – Exclamó Char - No te dijo Garrett? Vamos a un internado!
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Ojalá les haya gustado, muchos abrazos, y no olviden
comentar!
|
Merci!!!!!!!
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