Espero les guste como vamos y compense lo lento de las actualizaciones.
Se les quiere y recuerda cada día.
Abrazos.
A.
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Capítulo 15
Perhaps I knew her long ago
I wrote her poems at nine years old
But then I did become a man
The letter slipped right through my hands
Practiced all my wit and charm
Had many girls on every arm
I learned the depths of love and hate
But never did learn how to wait
Wait for you
You say it like it's easy to do
What a thing
To believe
In a dream
I wrote her poems at nine years old
But then I did become a man
The letter slipped right through my hands
Practiced all my wit and charm
Had many girls on every arm
I learned the depths of love and hate
But never did learn how to wait
Wait for you
You say it like it's easy to do
What a thing
To believe
In a dream
Wait for Me / Motopony
GARRETT POV
-Quédate tranquilo de una maldita vez! – Exclamó Peter.
-Trata de probarte tu este maldito corsé antes de abrir la
boca, cabrón – Respondí botando el poco aire que quedaba en mis pulmones.
-Así no, lo están haciendo mal – Dijo Roger por quinta vez, exasperado.
Lo único que quería era ayudar a prepararnos, pero Peter y yo nos negábamos a
que nos tocara… Todo tiene un límite.
-Qué puedo estar haciendo mal? – Se preguntó Peter – Desamarrarlos
en mis tiempos como humano solía ser fácil, y más si las señoritas ayudaban… No
se supone que para amarrar un corsé solo basta con tirar de las amarras?
-Oh querido, por favor – Dijo Roger condescendiente, y pude
ver en el enorme espejo de pared a pared de la habitación cómo ponía sus manos
sobre las de Peter “para mostrarle cómo se hacía”. Juntos dieron otro tirón que
me desequilibró y casi me deja sentado en el suelo.
-Mierda, Peter…! – Exclamé impaciente por terminar con la
tortura – Es que no viste “Lo que el Viento se Llevó”? Necesito afirmarme de
algo para que puedas tironear más fuerte… Necesitamos un tubo o un caño del que
me pueda aferrar mientras tú tiras de las amarras…
-Bueno, tenemos el caño del escenario… - Dijo Roger
suavemente.
-Vamos entonces – Dije saliendo decidido de la habitación –
Peter! Trae ese jodido vestido!
Todas las personas que pasamos de camino al escenario me
miraron aturdidas sin saber exactamente qué era lo que veían…
Ya estaba afeitado de cuerpo entero.
Ya me había puesto las ligas y porta ligas.
Ya me había puesto la ropa interior especial para esconder
mi sexo entre mis piernas, que resultaba jodidamente incómoda.
Peter me había maquillado dramáticamente basándose en un
tutorial que encontramos en internet, ya que yo no quería que Roger pusiera sus
libidinosas manos sobre mí.
Mi larga peluca pelirroja estaba en su lugar.
Y vestía un bustier-corsé que incluía enormes pechos falsos a
medio amarrar.
Me subí al escenario con el paso más masculino y digno que
pude conjugar en ese atuendo y me aferré al tubo principal.
-Ya Peter! – Exclamé – Ven a amarrarme de una vez! Tienes
que hacerlo por secciones…
-Pero y si lo tiro muy fuerte? – Preguntó Peter que desde
que se había puesto su blanco vestido de Marilyn Monroe había empezado a hablar
con voz suave y femenina, casi en susurros.
-Peter por la mierda! Deja de hablar como Marilyn, me estás
asustando! – Exclamé.
-Estoy entrando en personaje – Susurró coqueto como
lanzándome un beso. Puaj!
-Amárrame! – Grité. Ponerme el vestido sería cien veces
mejor que estar medio desnudo disfrazado de drag-stripper frente a todo el
mundo.
-No te preocupes Pete – Le dijo Roger con su voz de nenita
colegiala inocente - Ese corsé fue
fabricado para vampiros, las barbas son de titanio…
-Si tú lo dices… - Dijo Peter tomando las amarras.
RiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiNG!
Mi teléfono.
Me lo alcancé a sacar del escote y decir “Al…” cuando Peter
dio el primer tirón.
-Garrett? – Preguntó Isabella. Mi Isabella. Que no podía
enterarse jamás de lo que estábamos haciendo, o no tendría cara para poder
enfrentarla.
-Humph! – Resoplé con el segundo tirón. Peter no dejó de
amarrarme a pesar de saber perfectamente quién estaba del otro lado de la
línea.
-Garrett estás ahí? – Preguntó – Estás bien? – Se escucharon
pasos y su voz preocupada – Chaaaaaaaaaaaaaaar! – Gritó golpeando una puerta.
-Mierda Bella, estoy en la ducha! – Dijo Charlotte a través
del sonido del agua corriendo.
-Char, algo le pasa a Garrett – Dijo Isabella sonando
aterrada.
-Ugh! – Fue lo único que logré decir ante el tercer tirón.
Sólo faltaban dos.
-Tranquila “Bombón” – Resopló Peter – Sólo lo estoy
encorsetando, por eso no puede hablar, le saqué todo el aire de los pulmones.
-Le contaste a Charlotteeeeegh…? – Murmuré/resoplé furioso.
-Por supuesto, es mi Pareja – Dijo rodando los ojos, como
señalando una obviedad.
-Char? Char! – Exclamó Isabella – Garrett… Está bien? Por
qué te ríes?
-Él está bien – Dijo entre carcajadas – Cuando pueda te lo
va a contar él mismo, pero créeme, no le pasa nada.
-De verdad…? – Preguntó Isabella, desconfiada – Si le pasa
algo me tienes que decir Char, no me mientas, él es mío ahora…
No tengo palabras para describir lo que sentí ante esa
simple afirmación… Yo era suyo ahora.
-Huuuugh! – Resoplé nuevamente.
-Ya, estás listo, puedes tratar de respirar – Dijo Peter
terminando de anudar las amarras. Roger aplaudió entusiasmado, por lo que asumí
que había conseguido el efecto deseado.
Traté de llenar mis pulmones pero sólo pude llegar a un
treinta por ciento de su capacidad normal…Con razón las mujeres antiguamente hablaban
como en susurros y se desmayaban por nada… No era de sexis, o débiles, era
literalmente por la falta de oxígeno.
-Isabella – Logré resoplar. Sonaba como un humano que ha
corrido un triatlón.
-Garr! Estás bien? No me mientas! No te escuchas bien… Está
Peter contigo? Por qué no te está cuidando? Si dejó que algo te pase le voy a
patear el trasero… - Dijo en el lapso de dos segundos.
-Bien… Isa… Bella… - Jadeé.
-No suenas bien… Estás enfermo? Se enferman los vampiros?
Garrett háblame! – Dijo sonando un poquito histérica… Y yo aún no recobraba el
aliento como para tranquilizarla.
-Aquí Peter – Dijo Peter con su voz de Marilyn. Me llevé las
manos a la cara… Esto era peor que no haber contestado.
Desde el otro lado de la línea se escuchaban los chapoteos y
la risa de Charlotte.
-P…Peter? – Preguntó Isabella no muy convencida.
-El mismo que viste y calza – Respondió con voz sexi,
girando en su lindo vestido blanco.
-Por qué hablas así? Y qué pasa con Garrett? – Preguntó
ella.
-Estamos trabajando de encubierto – Respondió Peter.
-Pero están bien? – Preguntó ella sonando un poco más
tranquila.
-Perfectamente – Respondió Peter.
-Garrett no puede hablar conmigo, verdad? – Preguntó ella
suavemente.
-Nnnnnop – Respondió Peter – A lo mejor más rato… - Agregó
vagamente.
-Ok, está bien… Pero está escuchando, verdad? – Preguntó.
-Fuerte y claro – Respondió Peter.
-Garr… Te extraño… - Dijo Isabella suavemente – Y… Y te amo
– Agregó con voz casi inaudible, y antes de que yo pudiera reaccionar, colgó.
-Mierda! – Resoplé aún aferrado al caño.
-En cuanto se reacomoden tus costillas vas a poder hablar un
poco más – Dijo Roger desde algún lugar de mi retaguardia.
-Pero mira esa cintura! – Exclamó Frank entrando al salón –
Estás seguro de que no te quieres quedar con nosotros de forma más permanente?
Con ese cuerpo podrías ser una de las drag más importantes de Las Vegas!
-Hey! Y qué hay de mí? – Preguntó Peter envidioso, con su
susurro sexi.
-Peter, querido, te ves espectacular, por supuesto – Dijo
Frank de inmediato – Roger hizo tu maquillaje?
-Dirigió a Garrett, y me enseñó a ponerme el body, que
déjame decirte que no será un corsé, pero aprieta como uno… - Comentó Pete.
-Perfecto! Bueno, Roger, ayuda a Peter a ponerle su vestido
a Garrett, no queremos que se le entierre en el estómago alguna de las barras
de titanio por agacharse demasiado – Ordenó Frank.
Inmediatamente Peter y Roger se pusieron manos a la obra y
para cuando Peter subía el cierre de mi espalda, Roger ajustaba a mis tobillos unos
zapatos rojos con un taco aguja infernal.
-No pretenderán que camine con esto… - Mascullé.
-Eres un vampiro, tu sentido del equilibrio es perfecto –
Dijo Frank luciendo extremadamente satisfecho – Hey Peter! Se me olvidaba,
tenemos un par de fiestas de cumpleaños esta noche… Necesitamos que lleves los
pasteles a las mesas correspondientes cantando “Happy Birthday” tal como
Marilyn se lo cantó a J.F. Kennedy.
-No hay problema – Dijo Peter con su dulce voz de Marilyn –
Mientras me des los nombres por adelantado para no equivocarme en la canción…
-El primer grupo es uno de veinte ejecutivos japoneses, y el
cumpleañero es el señor Yamamoto. El segundo es de unos inversionistas daneses
y el cumpleañeros es el señor Rommedahl, y por último tenemos un grupo de
jubilados de Boca Ratón, Florida… Esos son los peores, un montón de viejos
degenerados con más brazos que un pulpo… El cumpleañero de ese grupo es el
señor Orwell – Detalló Frank.
-No hay problema, el “happy birthday” me sale estupendamente
– Dijo Peter.
-Y no habrá forma de convencerte de subir al escenario
Garrett? Podrías hacer un número musical… – Me preguntó Frank por octava vez.
-No Frank, no soy una artista, y sería una falta de respeto
para tu staff que me presentara sin preparación alguna mientras ellos ensayan
por meses – Dije abrazando esa excusa que me dejaba bien con todos.
-Pero ellos son humanos – Dijo Frank despectivamente – Y yo sé
que tú podrías hacer un show estupendo.
-Bueno, ese no es el trato, así es que me quedaré como
anfitriona si te parece – Le contesté medio cabreado.
-Bien, pero si cambias de idea ya sabes… - Dijo guiñándome
un ojo. Se giró para llamar la atención de todos y dijo – Últimos detalles,
abrimos en diez minutos!
Todos corrieron de un lado para el otro como pollos sin
cabeza y yo fui al camerino a guardar mi celular junto al resto de mis cosas.
Todo era un frenesí de labiales, delineadores y boas de plumas, pero a pesar de
su concentración y del poco tiempo restante, todos se detuvieron un momento a
mirarme, unos más disimuladamente que otros. Peter entró a los pocos segundos
consiguiendo un efecto similar.
-Qué mierda les pasa? Es que nunca han visto antes a un
hombre con un vestido de lentejuelas? – Mascullé sabiendo que sólo Pete
escucharía.
-No uno al que le quedara tan bien como a ti – Respondió
guiñándome un ojo – Somos vampiros, y siempre vamos a ser más atractivos que un
humano, ya sea como hombres o como mujeres.
-No puedo creer que estemos haciendo esto – Dije en ese
susurro/jadeo que se había convertido en mi única forma de comunicación.
-Son sólo dos días – Dijo Pete encogiéndose de hombros – A
las chicas les va a encantar la anécdota, y vamos a conseguir un aliado
invaluable.
-Eso espero… - Dije cerrando mi casillero. Me miré al espejo
por última vez, incapaz de reconocerme y salí al salón principal, donde ya
estaban en sus lugares los otros meseros: Cleopatra (de Elizabeth Taylor),
Gatúbela (la de Halle Berry), Dorothy (del Mago de Oz), la Princesa Leia (en su
bikini dorado), Barbarella (la de Jane Fonda, con pistola de rayos y todo),
Ginger (de “La Isla de Gilligan”), entre otras… Y claro, Marilyn y yo.
No vale la pena detallar la noche, basta con decir que el público
resultó ser exactamente lo que me esperaba… Un par de parejas curiosas y un
montón de viejos pervertidos manos largas tratando de palpar debajo de mi falda
o pellizcarme el trasero.
Recibí un montón de propuestas, cada una más indecente que
la otra.
Una hasta involucraba a un burro…
Recibí cuatro llaves/tarjeta de cuartos de hotel.
Recibí varios cientos de dólares en propinas.
Y fui miserable cada segundo de la experiencia.
Peter en cambio, lo gozó como si esta hubiera sido su
vocación.
Cantó, y bailó sensualmente arriba de la mesa de los
japoneses mostrándoles las bragas.
Se sentó en el regazo de los viejos más asquerosos, y
recaudó en su corpiño más dinero que una teletón.
Flirteó y encantó a cada hombre que encontró su paso, y todo de tan buen humor que no
parecía que estuviera trabajando.
Roger se lo comía con la mirada y en un par de ocasiones lo
vi susurrarle al oído y entregarle una llave. Pete le guiñó el ojo pero no dijo
“si” o “no”.
Frank no cabía en sí de felicidad de ver a su púbico tan
satisfecho, y probablemente no le habría importado si Peter se cogía a su novio
en el escenario esposado al caño.
Y mientras, se presentó el show de Amy Winehouse, Cher,
Madonna, Shakira, Dolly Parton y las Spice Girls.
Fue una noche interminable, que concluyó con aún más
propuestas de parte de Frank para ir a celebrar nuestro éxito.
Cortésmente, declinamos.
Sacarme el corsé me dolió casi tanto como ponérmelo, ya que
mis órganos internos debieron reacomodarse a su posición original.
Inmediatamente me calcé mis jeans y le lavé la cara hasta
casi despellejármela. Roger detrás de mí me pasó toallitas desmaquillantes, y
me las restregué hasta sacar la última gota de pintura.
Sólo entonces volví a mirarme al espejo.
Mi cabello suelto y desordenado y mi rostro y torso sin
rastro de maquillaje… ni de vello, excepto por mis cejas y pestañas.
Le gustaría a Isabella luciendo así? Como un nadador o un bebé lampiño? Ella
conocía mi cuerpo con pelo en pecho… Preferiría ella este look más metrosexual?
Edward Cullen no
tenía vellos en ninguna parte… Probablemente ni en las bolas… No es que ella se
las haya visto… Agh! No pienses en eso… Isabella me querría como sea, y mi
vello volverá a crecer… Maldita sea!
Peter no tenía este problema porque él no era muy peludo
para empezar, pero además era rubio, por lo que los vellos que tenía ni se
veían… Por otro lado, Char lo recibiría como fuera, después de tantas décadas
de soportar sus locuras, calvo o peludo le daría lo igual.
Por qué dudaba yo de mi Isabella entonces?
Ella no se lo merecía, a ella sólo le importaba que yo
estuviera sano y salvo…
-Garrett estás listo? – Preguntó Peter interrumpiendo mi
monólogo interno.
-Listo – Afirmé.
-Tienen nuestros números por si cambian de ideaaaa! –
Canturreó Roger.
-Por supuesto, si nos arrepentimos serás el primero en saber
– Dijo Peter con su voz normal y le guiñó el ojo, simplemente por joder.
-Seguros que no se quieren quedar en nuestra suite? –
Preguntó Frank por cuarta vez – La cama es enorme, más que suficiente para los
cuatro…
-Seguros, gracias, pero ya tenemos habitaciones en el
Venetian, y no queremos desperdiciarlas – Dije sin mirar atrás – Nos vemos esta
noche.
Y sin más nos largamos.
Retiramos el Jeep, y manejamos hacia nuestro hotel,
cuatrocientos metros hacia el norte por la Strip. No parecía suficiente
distancia entre nosotros y esa tropa de fenómenos, pero era verdad que
queríamos conocer el hotel Venetian, y esta era una oportunidad tan buena como
cualquiera.
Pedimos dos suites contiguas unidas por una puerta y cada
uno se dedicó por un rato a hacer lo que quisiera.
Yo me di una larga ducha aprovechando la maravilla moderna que
son los múltiples jets de hidromasaje y luego me puse unos bóxer, recordando mi
promesa de no andar comando cuando no estaba con Isabella. Luego me oscurecí la
habitación al máximo y me metí a la cama tapándome por completo…
Lamentablemente no podía dormir, pero podía tratar de descansar mi mente…
Siendo un nómade solitario durante años, la sobrecarga sensorial sufrida esta
noche me había afectado mucho más que a Peter, que es un ser sociable por
naturaleza y tiene un sentido del humor acorde a las situaciones más bizarras.
Yo sólo quería descansar.
Yo sólo quería olvidar.
Yo sólo quería a mi Pareja.
oooOooo
BELLA POV
Me levanté sintiéndome miserable. Había dormido muy poco, lo
que de por sí me pone de mal humor, pero lo que realmente me tenía de malas era
que Garrett no estuviera a mi lado.
Y no era un capricho o un simple “lo extraño”… Era dolor. Me
dolían las entrañas de una forma que no había sentido jamás.
-Levántate Bella, no te voy a dejar que te hagas la enferma
sólo porque no dormiste… Tienes que aprender a compatibilizar las cosas, al
menos mientras sigas siendo humana… - Dijo Char desde el otro lado de la
puerta.
-Duele… - Gemí enroscándome en posición fetal y cubriéndome
completamente con la colcha.
-De verdad? – Preguntó Char más contenta de lo que me
pareció apropiado considerando que le estaba diciendo que me encontraba en
agonía.
-Duele – Repetí abrazada a mi estómago.
-Oh Bella! Sellaste el lazo! – Dijo Char saltando en mi cama
y sacudiendo el colchón lo suficiente como para hacerme querer vomitar.
-Agh? – Pregunté tratando de no pensar en comida.
-El lazo Bella, el lazo! Es mutuo! Lo amas! – Exclamó feliz.
-Lo amo – Repetí.
-Y se lo dijiste… - Afirmó.
-Ajá – Suspiré.
-E hicieron el amor… - Terminó.
-Char! No es asunto tuyo! – Exclamé cubriendo mi cabeza con
la almohada.
-Pffff! No es como si lo pudieras esconder de mí – Dijo,
supongo que apuntando a su nariz.
-Pero… cambié las sábanas… - Balbuceé.
-Pero no el colchón o las almohadas – Dijo ella – No te
preocupes, no tienes nada de qué avergonzarte - Dijo.
-No es algo que dependa de mí – Dije.
-Hey, yo he estado en el mismo lugar que tu… - Dijo ella
sonando más comprensiva.
-Char, por qué me duele tanto? – Pregunté con voz ahogada,
segura de que me moría.
-Porque el lazo es nuevo… En esta etapa no deberían estar
separados. A Peter y a mí nos llevó años de práctica el aprender a manejar la
distancia – Dijo con un tono de voz que irradiaba empatía.
-Qué tengo que hacer? Char no te miento, siento como si un
anzuelo tirara de mis tripas en la dirección en la que desapareció Garr… - Dije
con voz lastimera.
-Tienes ropa de él? – Preguntó Char.
-Sí, me dejó algunas de sus camisetas para que use como
pijama… Sabe que me gusta dormir con su olor… - Dije.
-Okay, vamos a racionarlas, como si fueran comida – Dijo
decidida y abrió un cajón de mi cómoda.
-Qué vas a hacer? – Pregunté asomándome para verla tirar las
seis camisetas usadas por Garr que me quedaban.
-Las voy a recortar y vas a usar tiras en tu muñeca y las
vas a ir descartando a medida que se les pase el olor – Dijo revolviéndolo todo
en busca de una tijera.
-No! A mí me gusta usarlas! – Chillé.
-No las puedes usar con el uniforme, son demasiado grandes,
y tampoco puedes andar por ahí sin nada suyo, porque te vas a volver loca –
Trató de razonar.
-No las quiero romper – Repetí lastimera.
-A ver… te parece si rajo una sola en varias tiras? Eso te
puede durar una semana, y las vamos destruyendo a medida que las vayamos
necesitando – Negoció.
-Está bien – Dije estirando el brazo para tomar una de las
camisetas. Me la llevé a la nariz, inspiré y se me llenaron los ojos de lágrimas.
Después de eso me preparé para el día de clases y antes de
salir de la habitación Char me puso el trozo de camiseta trenzado como si fuera
un brazalete de la amistad. Conservaba vagamente el aroma de Garrett, y fue
suficiente para apaciguar en parte mi ansiedad.
Mierda! Si hubiera sabido que hacer el amor con Garrett
sellaría este lazo místico haciéndome imposible separarnos, lo habría pensado
antes de embarcarme en esto sabiendo que estaríamos lejos al menos por un
tiempo.
Al salir de nuestra habitación recibí un texto de Emmett:
“Estoy afuera, bajen YA!”
Le respondí con otro mensaje: “Tengo hambre, ayer me comí
sólo una barra de cereal y ahora quiero huevos con tocino. Vas a tener que
esperar”
Su respuesta demoró segundos. “Si no sales ahora te voy a
buscar y te saco arrastrándote de la coleta. Tengo
dos barras de cereal”
Mierda!
-Emmett? – Preguntó Char.
-Nos quiere ver ahora, está esperando afuera – Le dije.
-Esto va a estar bueno – Comentó Char con una sonrisa
pícara.
-Emm! - Exclamé poniéndome la capucha de mi abrigo. Estaba
lloviznando, y Emm debía llevar largo tiempo expuesto, porque estaba empapado.
-Bells! – Dijo aliviado, botando el aire que contenía en sus
pulmones. Se acercó a abrazarme fuerte y luego besó la mejilla de Char.
-Cómo estás Emm? – Pregunté poniendo mi mano en su mejilla.
El pobre se veía absolutamente miserable.
-Ella no me quiere – Dijo con un hilo de voz – Me tiene
miedo! Miedo! Odio ser tan grande! Soy una bestia!
-Emm… Nooo… Emily no te odia, cómo podría? Es sólo que ella
es muy tímida, le cuesta entrar en confianza y a lo mejor se siente intimidada,
pero no por tu tamaño, sino porque eres tan guapo… - Le dije.
Emmett resopló incrédulo.
-Bella tiene razón, sabes? – Dijo Char La gente hermosa
intimida, es una de las razones por las que los vampiros damos miedo…
-Pero ella es hermosa, etérea, perfecta… Cómo podría
sentirse inferior a un bruto montaña de músculos como yo? – Preguntó derrotado.
-Tú la ves así, pero ella se ve como simplona, del montón.
Es tan tímida que no se atreve a destacar en nada por miedo a que se burlen…
Probablemente no te teme a ti, sino a la posibilidad de que te rías de ella –
Le dije – Y ahora dame mis barras de cereal! – Demandé mientras lo arrastraba
hacia el costado de la iglesia, para protegernos de la lluvia. Char nos siguió.
-Ella es perfecta!
– Insistió Emmett hurgando sus bolsillos hasta encontrar dos barras de cereal dietéticas completamente deformadas.
-Emmett, que asco, sabes que me gustan las de chocolate! Y qué
mierda le hiciste a mis barras? – Pregunté fastidiada, abriendo un empaque con
los dientes.
-Son delicadas, se aplastaron un poco – Dijo sin prestar
atención.
-Así veo – Mascullé mordiendo la que había abierto. Estaba harinosa,
probablemente vencida, pero el hambre superó a la precaución y tragué para dar
otro mordisco.
-Volviendo a lo de Emily… – Dijo Char cautivando toda la
atención de Emmett - …Creo que va a ser un ejercicio conjunto, vas a tener que
conocerla de a poco y permitirle que te conozca a ti… Pero pacientemente, como
hizo Garrett, tú sabes que al principio Bella no quería nada con él y ahora
anda retorciéndose de dolor por la separación – Dijo y yo asentí y olisqueé mi
“pulsera” con la boca llena. Nadie podría acusarme de comer como una dama.
-Pero el instinto… Necesito…
- Balbuceó.
-Lo siento Emmett, entiendo la compulsión de tocarla y
hacerla tuya, pero ella no la siente, así es que no importa lo que necesites,
porque a menos que la vampirices a la fuerza, y eso si que no te lo recomiendo,
vas a tener que tener paciencia – Dijo Char.
-Veo un problema en el horizonte – Dije metiendo mis
envoltorios vacíos en el bolsillo de la chaqueta de Emmett.
-Qué? – Dijo Emm tomándome de los antebrazos un poco muy
fuerte. Quedarían marcas, y a Garrett no le gustaría.
-Nada muy serio, verdad
Bella? – Dijo Char con cara de “acaso eres idiota”?
-Esta semana es la de preparación para los exámenes, el
sábado es el baile y la otra semana son los exámenes… Y entonces se acaba el
colegio! – Expliqué - Había pensado que tendríamos que fallar en los exámenes para
tener que regresar a la escuela de verano, pero eso igual nos deja como un mes
libre en Julio… No veremos a las chicas en ese período, y apuesto a que Emily
no debe tener ninguna nota bajo un ocho, así es que no va a volver hasta fines
de septiembre...
-Qué vamos a hacer? La voy a seguir donde vaya, no la puedo
dejar – Dijo Emmett desesperado.
-Que oportuno momento para notar ese problemita Bella – Dijo
Char con los ojos entrecerrados, destilando veneno.
-No era un problema hasta ayer – Le dije sacándole la lengua
– Y se me ocurren dos cosas, que no sé si funcionarán, pero algo es algo…
-Dime, dime, cualquier cosa… - Dijo Emm ansioso.
-Bueno, la primera no me gusta mucho, pero qué se le va a
hacer… - Dije encogiéndome de hombros – Hacemos fallar a Emily en alguno de sus
exámenes, para obligarla a volver a la escuela de verano. No debería ser muy
difícil para ustedes entrar a la oficina de alguno de sus profesores y cambiar
sus respuestas…
-No me gusta, le estaría haciendo daño – Dijo Emm cruzándose
de brazos.
-No es mala idea – Dijo al mismo tiempo Char, asintiendo.
-A la larga es por su bien Emm, Emily va a vivir feliz
vampirizada contigo por siempre, una mala nota no va a importar en el gran
esquema de las cosas – Traté de apaciguarlo.
-Bueno, y tu otra idea? -
Preguntó Char.
-Esa es más complicada, tal vez necesitemos la asesoría de
Peter… - Dije – Había pensado invitarla a ella y a Gaby y a Kristy a algún tipo
de vacación en un lugar seguro, un rancho o una cabaña cerca de un lago o algo
así… De ese modo nos aseguramos de que esté con nosotros y regresamos al
internado todos juntos… - Dije.
-Y por qué a las otras dos? - Preguntó Emm – Esa Gaby no dejó
de lanzarme todo tipo de insinuaciones ayer después de que te fuiste.
-Phhhh! – Resoplé – Gaby se le insinúa a todo el mundo, más
aún a un chico nuevo y guapo como tú – Le dije orgullosa de ser su hermana,
aunque fuera de mentira – Y las tenemos que invitar porque necesitamos que
Emily se sienta cómoda, y a nosotras no nos conoce tanto como para ir a encerrarse
en una cabaña o el lugar que sea a solas por un mes.
-Gaby probablemente va si van chicos… – Dijo Char.
-No me importa quién más vaya, siempre que no sea
competencia por Emily – Dijo Emm.
-…Y Kristy va si van las otras dos – Dije.
-Y sabemos que no tienen mejores planes? – Preguntó Emm
nuevamente inseguro
-Lo mismo de todos los años, vacaciones de lujo a alguna
parte, pero nada que las entusiasme de verdad… - Respondí - Tal vez si les
ofrecemos pasar el cuatro de julio con amigos y hacer una gran barbacoa… Tú
sabes, algo más tradicional y la posibilidad de comportarse como adolescentes…
-Me parece una buena idea – Dijo Char – Voy a conversarlo
con Peter para que se ponga a pensar en la locación, porque debe ser un lugar
atractivo y seguro a la vez.
-Ya están empezando a entrar – Dije girándome al escuchar
conversaciones cercanas – Hola Emily! – La saludé de lejos al verla, mientras
tironeaba la manga de Emmett, que estaba súbitamente paralizado – Si no te vas
a mover al menos sonríe! – Mascullé entre dientes.
-Hola – Dijo Emily sonriendo tímidamente pero mirándome sólo
a mí. Se acercó a nosotros con Gaby y Kristen a su lado.
-Hola Emmy – Dijo Gaby con entusiasmo.
-Hola Emmett – Dijo Kristy rodando los ojos ante los
flirteos de su amiga.
Y Emmett siguió sin reaccionar, con la mirada fija en Emily,
que se empezó a retorcer en su lugar, incómoda.
Char reaccionó dándole un buen codazo que imagino iba
dirigido a las costillas pero que le aterrizó en la cadera, ya que Char es muy
bajita y Emm un maldito gigante.
-Reacciona, pedazo de idiota, van a pensar que tienes daño
cerebral y no van a querer ir a ninguna parte con nosotros – Susurró Char lo
bastante fuerte para que yo escuchara, pero no para que escucharan las demás.
Emmett pareció despertar de pronto, sacudió la cabeza y
desplegó su sonrisa más encantadora.
-Lo siento, estaba concentrado pensando en otra cosa – Dijo
amablemente – Cómo amanecieron?
Y de ahí la conversación fluyó más libremente. Emily no dijo
nada y Emmett no se dirigió a ella directamente, pero al menos ya no estábamos
todos incómodos
-Vamos niñas, qué hacen mojándose aquí afuera? El servicio
ya va a comenzar – Interrumpió la hermana Clara – Y él quién es? No me parece
haberte visto… - Le dijo a Emm.
-Este es mi hermano Emmett – Dije sacando pecho, orgullosa
de presentarlo.
-Oh… No sabía que tenías un hermano… - Dijo ella estrechando
su mano – Mucho gusto – Dijo con una sonrisa.
-Soy su secreto mejor guardado – Dijo Emm con una sonrisa
pícara, que hacía imposible no adorarlo, lo que quedaba demostrado con los
suspiros de Gaby – Encantado de conocerla.
-Tienen la misma edad? – Preguntó la hermana Clara.
-Somos mellizos, por eso no nos parecemos tanto – Dijo Emmett
muy serio – En el útero me robé toda la comida y por eso yo soy grandote y ella
una enana delgaducha, es la más débil de la camada – Dijo tomándome en sus
brazos y sacudiéndome de un lado al otro.
-Eeeemm! – Chillé mientras las demás se reían del contagioso
buen humor de mi hermano.
Y claro, llamamos un montón la atención de los otros chicos
y chicas que iban entrando a la iglesia.
-Sólo cuando digas las palabras mágicas – Canturreó
asegurándome con un brazo y haciéndome cosquillas con la otra mano.
-Nooooo! – Chillé.
-El monstruo de las cosquillaaaas… - Cantó moviendo sus
dedos amenazadoramente.
-No, no lo harías – Dije segura de que no me haría nada
frente a las monjas y curas presentes, pero a la vez pataleando para escapar, y
probablemente mostrando a todos mis bragas celestes con puntitos blancos en el
proceso.
-No? Bells, que poco me conoces – Dijo con un puchero… Y
atacó.
Luché, me retorcí, grité y pedí piedad.
Nadie me defendió, porque estaban muy ocupados riendo del
espectáculo que les ofrecía mi hermano.
-Vale, vale – Jadeé – Me rindo…
-No suenas muy humilde… - Dijo escéptico.
-Me rindo! De verdad! – Grité.
-A ver – Dijo regodeándose – Ríndete.
-Me rindo, oh Gran Emmett… - Mascullé.
-No se escuchaaaaaaa! – Canturreó posando su dedo índice en
mi costado, pero sin presionar.
- Me rindo, oh Gran Emmett ante tu sabiduría, inteligencia y
superioridad física… - Dije en voz alta.
-Algo que agregar? – Sonrió una sonrisa enorme.
-Eres el hombre más atractivo del mundo, más guapo que Brad
Pitt en “Leyendas de Pasión”, más cool que Tom Cruise en “Top Gun”, más sexy que George Clooney en “E.R” y vas a
seguir siendo sexy más tiempo que Sean Connery, porque tienes todos los buenos
genes de la familia y para mí no alcanzó ninguno!!! – Lancé de una vez.
-Humph! Al menos lo reconoce – Escuché a Amanda decir bien
alto a una de sus súbditas.
-Déjame Emm! La voy a matar! – Pataleé un poco más.
-No te pueden expulsar ahora – Me dijo al oído antes de
dejarme en el suelo. La multitud que atrajimos se empezó a disipar y del otro
lado de la puerta vi a Brennan, que observaba nuestra interacción aparentemente
bien serio, pero con un brillo de diversión en los ojos. Fui infantil, lo sé,
pero le saqué la lengua, lo que lo hizo soltar una carcajada y se giró para
entrar a la iglesia.
-Cuando te enseñó a decir todo eso? – Me preguntó Kristy
enlazando su brazo con el mío.
-Ha sido un proceso lento y doloroso – Respondí – Se
aprovecha de que es el más grandote.
-Yyyyyy? – Dijo Emm detrás de mí. Lo miré y tenía abrazadas
casualmente a Emily con un brazo y a Gaby con el otro.
-Y sabio, inteligente, superior físicamente, guapo, cool y
sexy – Recité.
-Y tú Charlotte, tienes hermanos? – Preguntó la hermana
Clara.
-Sí, Peter, el rubio que nos vino a dejar con mi tío – Dijo
ella automáticamente - Pero él es mayor, tiene veintitrés años.
-Una versión rubia de ti? – Preguntó Gaby súbitamente
interesada – Es soltero?
-Por el momento – Dijo Char evasiva.
-Ah, pero tiene que tener algo malo, es bajito? – Preguntó Gaby.
-Nop, es como diez centímetros más bajo que Emmett – Dije
con una sonrisa.
-Es guapo? – Insistió.
-Mmmmmh… Bueno, todo depende de si te gustan los rubios
estilo surfista californiano – Le dije entrando al pasillo y tan metida en la
conversación que olvidé persignarme – Personalmente me gustan los morenos, son
más sexis y misteriosos… - Afirmé.
Y claro, con mi suerte, esa joya salió de mi boca justo
cuando pasábamos junto a Brennan, que estaba sentado en la orilla del banco y
me escuchó perfectamente. Lo sé porque levantó la cabeza con el asomo de una
sonrisa en sus labios y me miró especulativamente, como para descubrir si le
estaba dedicando una indirecta o no.
-No es estilo
surfista, es estilo vaquero! – Dijo Char ofendida, sin importar que estuviera
casi ofreciendo a Gaby su Pareja.
-Oh! Que emoción! Los vaqueros me gustan aún más… - Dijo
Gaby.
Afortunadamente entró el padre Thomas y nos debimos callar
la boca. Emm se debió sentar junto a los demás chicos y nosotras lo hicimos en
nuestros puestos de siempre.
Luego de la misa nos separamos con una simple seña de manos
y alcancé a comprender que volvería a almorzar barras de cereal vencidas… En
fin.
oooOooo
-…El siguiente laboratorio lo vamos a realizar en parejas… -
Dijo la monja profesora de biología. Estábamos diseccionando organismos vivos,
desde lombrices hasta sapos, ratas y palomas, y yo odiaba cada momento. Era lo
único que no me gustaba de esa asignatura, el matar seres vivos.
-Emily! – Exclamé – Trabajas conmigo? Yo soy tan mala en
biología, y tú me podrías ayudar… - Le pedí haciendo un exagerado puchero.
-Bueno… Si quieres… - Dijo un poco insegura. Ella siempre
trabajaba con Gaby o Kristy, pero yo no le había dejado muchas alternativas a
menos que estuviera dispuesta a rechazarme abiertamente, y ella era demasiado
dulce y amable como para hacer eso.
Nos pusimos manos a la obra calzándonos guantes y antiparras.
Emily efectivamente era buena en biología, ella quería estudiar medicina, y no
le temblaba la mano a la hora de usar el bisturí. Yo tomé la libreta de apuntes
y comencé a rellenar el cuestionario de acuerdo a lo que ella me dictaba, ya
que decidí darle la espalda a la mesa y la masacre de ratones.
-Creo que eso sería – Dio Emily comenzando a ordenar.
-Emily, lo siento, pero te juro que no es que no quiera
hacer mi parte del trabajo, es que no soporto la sangre… El olor me marea… - Le
dije respirando por la boca.
-No te preocupes – Dijo ella con esa voz tranquila que
tenía, tan distinta a la dura y seca de Rosalie. Con razón Emmett huyó de ahí –
A ti te da miedo la sangre, a mí me dan miedo otras cosas...
-Como qué? – Pregunté interesada.
-Como la gente… - Dijo despacio – Los chicos sobre todo… A
este paso nunca voy a tener un novio si no soy capaz de decir nada en su
presencia…
-Bueno, sé de alguien que sí está interesado en ti… - Dije
lanzando la carnada.
Pasaron unos minutos hasta que picó.
-Quién? Me hablas en serio o te estás burlando de mí? –
Preguntó girándose con un montón de algodones ensangrentados en las manos. Yo
me giré hacia la pared haciendo arcadas y me tuve que sentar, ya que me sentí
súbitamente débil.
-Oh, Bella lo siento – Dijo metiendo todo lo utilizado en la
bolsa asignada para los desperdicios.
-Está bien, no fue a propósito… - Dije tratando de respirar
profundamente. Abrí la ventana y saboreé el aire limpio. Una vez que me sentí
mejor me di vuelta y me senté junto a Emily, que me miraba con cara culpable y
contrita, sus ojos azules enormes en su carita de niña.
-Bueno – Suspiré –
Como te estaba diciendo, hay alguien interesado en ti, y a ese alguien le
gustas un montón, tal como eres.
-Quién? – Preguntó ella ansiosa.
-Mi hermano Emmett, por supuesto, no has visto cómo te mira?
Lo tienes trastornado! – Le dije sonriendo.
-Tu… Hermano? Pero él es… No, yo creo que te equivocas… -
Dijo ella negando con la cabeza.
-Te aseguro que no me equivoco – Le dije.
-Pero yo no soy el tipo de chica para ese tipo de chico… -
Balbuceó enrojeciendo.
-Eso no lo sabes, lo que dices son tus propios prejuicios
expresándose libremente. Tú juzgas a la gente del mismo modo que crees que te están
juzgando a ti, y eres incluso más dura que los demás – Le dije frunciendo el
ceño.
-Bella tu hermano es… Enorme
ruidoso y guapísimo y en menos de un día ya es uno de los chicos más
populares de los dos colegios! Incluso escuché que Amanda puso sus ojos en él…
- Dijo ella.
-Si, todo lo que dices es verdad, aunque lo de Amanda no lo
sabía, guácala, que asco tenerla de cuñada, te imaginas? – Pregunté y Emily
sonrió – Pero a pesar de lo grandote y de lo bestia que es a veces, no vas a
encontrar a un hombre más dulce y leal que Emmett. Él se fijó en ti, no en esa
tropa de clones de Paris Hilton que pululan por los jardines. Él dice que eres
hermosa y que tu presencia tranquila y silenciosa lo calma… Yo nunca lo había
visto así.
-Pero y las demás chicas? Cómo voy a competir con ellas? –
Preguntó mirando al suelo y retorciendo la basta de su delantal.
-Es lo que te digo, no hay competencia – Le dije poniendo mi
mano sobre la suya para que no siguiera arrugando su uniforme – Te voy a contar
algo que tal vez no debería, pero aquí va: A Emmett como te podrás imaginar nunca
le han faltado mujeres guapas, de hecho su última novia era literalmente la
mujer más hermosa que he visto en mi vida…
-Ves?! – Exclamó – Y qué quiere entonces conmigo? Soy alguna
clase de experimento?
-Como te iba diciendo… - Le dije levantando una ceja con
clara censura en mi rostro – Su novia era físicamente perfecta. Tanto que yo
odiaba estar en la misma habitación que ella porque me hacía sentir fea e
inadecuada en comparación, pero sabes qué pasó? – Pregunté.
Emily negó con la cabeza, atenta a cada una de mis palabras.
-La dejó – Afirmé – La dejó porque era una bruja
insoportable, y después Emm me dijo que nunca más quiere estar con alguien cuya
principal ocupación sea mirarse al espejo. Me dijo que quiere encontrar a una buena
chica, alguien que lo quiera y alguien a quien amar…
-No es muy pronto para que un chico de su edad quiera algo
serio? – Preguntó Em.
-Lo sería si mi hermano fuera un chico común, pero debes
considerar que la única familia de Emmett soy yo… Y él es una persona que
necesita dar amor… Ya vez cómo me trata a mí, sacudiéndome de un lado para el
otro en su afán por ser cariñoso sin mostrarse vulnerable…
-Es dulce, la mayoría de los chicos reniegan de sus hermanas
– Dijo Emily.
-En cambio Emmett se cambió de Estado y de colegio para
estar conmigo – Sonreí.
-Y llegó a tu bautismo… - Dijo ella.
-Exacto! Y entonces ayer te vio y no sé qué le pasó, llámalo
amor a primera vista si quieres, pero la cosa es que le gustas Emily, así tal como
eres. Si quisieras darle una oportunidad yo creo que se balancearían bien, él es
el ruido y tú el silencio, él es extrovertido y tú tímida, él es grande y tu
pequeña… Pero en lo esencial son muy parecidos – Le dije entusiasmada – Ambos
tienen un corazón de oro, y ambos quieren dar y recibir amor… Y yo te aseguro
de que Emmett no es de los que se olvidan de abrirte la puerta o de un
aniversario…
-No lo sé… - Dijo mordiéndose una uña.
-Es por Mathew Archer? – Pregunté casi escupiendo ese
nombre.
-Archer? – Preguntó – Oh no… Él no me notó durante todos
estos años, mis sentimientos por él siempre han sido unilaterales, y no es como
si estuviera enamorada… Es simplemente el chico que me gusta… El que siempre me
ha gustado, y ya no sé ni por qué. No es particularmente inteligente ni una
buena persona, es simplemente guapo y encantador. Supongo que en mi afán por
romantizar mi vida le di a Archer cualidades que no posee… Es duro admitirlo
sabes? – Dijo con los ojos brillantes – Admitir lo tonta que has sido…
-Lo sé – Le dije – Sé exactamente de qué hablas… Yo creí que
mi ex novio era el hombre de mi vida, que sería imposible sentir algo más
grande y complejo por alguien más, pero ya ves, se puede… Y la decepción es
enorme.
-Estás con alguien ahora? – Preguntó interesada – Alguien a
quien amas de verdad?
-En otro momento te prometo que vamos a hablar de mí, pero
por ahora concentrémonos en ti – Le dije – Entonces, si no estás enamorada de
Archer, le darías una oportunidad a Emmett?
-Qué clase de oportunidad? – Preguntó ella vacilante.
-Podemos comenzar por almorzar todos juntos en el jardín –
Le dije.
-A Gaby le gusta Emmett – Dijo mordiéndose el labio.
-A Gaby le gustan todos y Emmett ya me dijo que ella no le
gusta ni una pizca – Respondí.
-Ok… - Sonrió Emily.
-Y tal vez, si te sientes cómoda con él podrían ir al baile
juntos – Sugerí. Emily abrió los ojos aterrada y comenzó a hiperventilar – O
podemos ir todos juntos! – Dije rápidamente – Em, no te estoy presionando, te
estoy diciendo simplemente que hay un chico al que le gustas, que te quiere
conocer y al que le gustaría llevarte al baile. Nada más. Tú pones el freno, y
él nunca te va a tratar de obligar nada, o lo voy a castrar personalmente.
Vamos a estar todos en el mismo salón, y si en un momento te quieres ir, nos
vamos, total los dormitorios están a media cuadra del salón…
-Gracias Bella… - Dijo ella tomando mi mano.
-Gracias a ti – Respondí.
-A mí por qué? – Preguntó.
-Por encargarte de la sangre y las vísceras – Dije haciendo
un gesto de asco. Miré al otro extremo del salón y Char me guiñó un ojo y me
dio una sonrisa de aprobación.
Esa conversación había salido bien.
oooOooo
Almorzamos todos juntos en el jardín, haciendo un gran
picnic bajo una pérgola de madera que nos cubría de la humedad imperante. Emm y
Emily no llegaron a conversar realmente, pero él le acercó un par de cosas como
sal y servilletas, y se miraron y sonrieron un montón.
Y no tuve que comer barras de cereal.
No podía pedir más.
oooOooo
Al llegar a los dormitorios luego de la clase de la tarde la
monja del escritorio de recepción nos detuvo diciendo que habíamos recibido
sendos paquetes. Eran paquetes enormes, y volamos por las escaleras abrazadas a
ellos para llegar a abrirlos pronto. Al entrar a nuestra torre nos dirigimos
cada una a su habitación para abrir nuestros paquetes en privado.
Char fue la primera en chillar.
-Peter te amo!!!!!
Mientras, yo seguía tratando de abrir mi paquete. Finalmente
lo ataqué con una lima de uñas metálica y lo logré. En su interior estaba el
vestido de gala más lindo del mundo y una tarjeta que decía “Me voy a perder tu
primer baile pero voy a ser dueño de todos los demás. Te amo con locura. G.”
Saqué el vestido y los accesorios de la caja y lo ordené
todo sobre mi cama… De verdad lo había escogido todo por sí mismo? Cuando?
Decidí llamarlo para agradecerle.
Contestó al primer ring.
-Al…humph! – Contestó la voz de Garrett como si lo hubieran
golpeado.
-Garrett? – Pregunté.
-Humph! – Resopló nuevamente.
-Garrett estás ahí? – Pregunté – Estás bien? – Corrí hacia
la habitación de Charlotte, pero no estaba y corrí a golpear la puerta del baño
– Chaaaaaaaaaaaaaaar!
-Mierda Bella, estoy en la ducha! – Dijo Charlotte a través
del sonido del agua corriendo.
-Char, algo le pasa a Garrett – Dije aterrada.
-Ugh! – Sonó nuevamente, como si lo estuvieran dando
puñetazos.
Char cortó el agua y prestó atención al teléfono que le
extendía. Escuchó atenta unos veinte segundos y sonrió
-Char? Char! – Exclamé – Garrett… Está bien? Por qué te
ríes?
-Él está bien – Dijo Char entre carcajadas – Cuando pueda te
lo va a contar él mismo, pero créeme, no le pasa nada.
-De verdad…? – Pregunté desconfiada y sintiéndome
extrañamente posesiva – Si le pasa algo me tienes que decir Char, no me
mientas, él es mío ahora…
-Huuuugh! – Se escuchó de nuevo - Isabella – Resopló Garrett
sin aliento.
-Garr! Estás bien? No me mientas! No te escuchas bien… Está
Peter contigo? Por qué no te está cuidando? Si dejó que algo te pase le voy a
patear el trasero… - Dije de un tirón.
-Bien… Isa… Bella… - Jadeó. Eso no era normal.
-No suenas bien… Estás enfermo? Se enferman los vampiros?
Garrett háblame! – Dije cada vez más alterada.
-Aquí Peter – Dijo Peter sonando más raro que de costumbre.
Char volvió a dar el agua para continuar su ducha, mientras se carcajeaba de
algo que sólo ella sabía.
-P…Peter? – Pregunté no muy convencida.
-El mismo que viste y calza – Respondió con voz baja, un
ronroneo casi femenino…
-Por qué hablas así? Y qué pasa con Garrett? – Pregunté.
-Estamos trabajando de encubierto – Respondió Peter.
-Pero están bien? – Pregunté más tranquila.
-Perfectamente – Respondió calmado, pero sin dejar esa
perturbadora voz de femme fatale.
-Garrett no puede hablar conmigo, verdad? – Pregunté suavemente.
-Nnnnnop – Respondió Peter – A lo mejor más rato… - Agregó
vagamente.
-Ok, está bien… Pero está escuchando, verdad? – Pregunté.
-Fuerte y claro – Respondió Peter.
-Garr… Te extraño… - Dije tímidamente, sin saber quién más
escuchaba – Y… Y te amo – Agregué muy bajito, para que sólo él escuchara. No
tenía nada más que decir, así es que apenas terminé de hablar, colgué.
Bien, dentro de todo había sido un buen día… Pero aún
quedaba mucho por resolver.
Ya pensaría en eso.
Mañana.
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