Esto sí que es extra-rápido y extra-largo… No se pueden quejar!
Este capítulo va para todas las chicas de Facebook, que me han
demostrado su lealtad y cariño de las maneras más bonitas.
Ustedes saben quiénes son, las quiero montones.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Capítulo 17
I don't want to call my friends
They might wake me from this dream
And I can't leave this bed
Risk forgetting all that's been
They might wake me from this dream
And I can't leave this bed
Risk forgetting all that's been
Oh I am what I am
I'll do what I want
But I can't hide
I won't go
I won't sleep
I can't breathe
Until you're resting here with me
I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here with me
I'll do what I want
But I can't hide
I won't go
I won't sleep
I can't breathe
Until you're resting here with me
I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here with me
Here With Me / Dido
Bella POV
-Bella deja de patalear! – Dijo Emmett agarrándome
firmemente.
-Déjame, déjame, déjame… - Le rogué – Quiero estar sola…
Déjame aquí…
-Isabella… Isabella? – Escuché a Garrett llamarme. Aún tenía
el teléfono en la mano y no había cortado la llamada.
-Garr – Murmuré. Me sentía frágil, mi piel estaba
hipersensible y mi estómago y mi pecho me estaban matando. No pude seguir
luchando, no tenía las energías, así es que simplemente me acurruqué en una
bolita y acerqué el teléfono a mi oído.
-Isabella, me escuchas? Escucho tu respiración… - Me dijo.
-Te escucho… - Le dije con un hilo de voz. Pronto comenzaría
a vomitar, así es que dejó de importarme donde me llevara Emmett, que avanzaba
a paso humano, pero rápido.
-Mi Pequeña… Lo siento tanto… - Me dijo con la voz quebrada.
-Por qué? – Pregunté.
-No eres vampiro, y no creímos que el lazo te pudiera
afectar de esta manera… Creímos que sólo yo sufriría dolor físico con la
separación… - Explicó.
-Tú sufres como yo? – Pregunté aún más angustiada. Garr no
debía sufrir. No! Él no…
-Si… - Dijo simplemente – No sé exactamente cómo se está
manifestando la separación en ti, pero en mí ha sido dolor constante en el
pecho y el estómago… A veces duele más… Cuando pasan muchas horas sin que
hablemos.
-Por qué no me dijiste? – Pregunté.
-Porque no hay nada que pueda hacerse – Respondió – Y no
quería preocuparte.
-Siempre me preocupo por ti, tonto – Lo regañé, y pude
escucharlo exhalar una pequeña carcajada.
-Dios! Te amo tanto… - Dijo. Luego poniéndose serio me dijo
– Isabella, Emmett sabe cómo ayudarte, por favor coopera con él, es sólo por
unas horas hasta que yo pueda llegar a ti.
-De verdad me vas a venir a ver? No lo dices sólo para que
me tranquilice? – Pregunté.
-En este momento ya estamos en la carretera – Respondió – Y métete
de una vez en la cabeza que yo nunca te mentiría. No le miento a nadie si puedo
evitarlo, pero mucho menos a ti que eres mía.
-Ok… - Dije apretando los ojos. El dolor empeoraba – Emm…
Emm me duele más… Creo que voy a vomitar…
-Mierda! – Se escuchó del otro lado del teléfono.
-Ya estamos aquí – Dijo Emm abriendo una puerta de servicio
del edificio del internado de chicos.
-Cómo… - Dije apenas, pero quería preguntar cómo entraríamos
sin ser vistos.
-Hay escaleras de incendio – Dijo comprendiendo lo que
preguntaba y moviéndose a velocidad vampírica, lo que aumentó mis nauseas.
-Emm… Emm… - Dije tironeando débilmente de su camiseta.
-Llegamos – Dijo abriendo la puerta de golpe. Brennan estaba
tirado en el sofá viendo “El Padrino”, y al vernos silenció la tele y se puso
de pié.
-Emm… - Gemí.
Emmett comprendió. Baño. Me llevó al baño, me dejó en el suelo y yo caí casi desvanecida
soltando el teléfono, pero hice un esfuerzo por aferrarme al inodoro (que rogué
que estuviera limpio) y simplemente
vomité.
Mi cuerpo se sacudió con las arcadas y las contracciones en
mi pecho empeoraron mi dolor, y volví a llorar.
Sentí una mano haciendo círculos en mi espalda y otra
quitando el cabello de mi rostro que se había escapado de mi coleta. Era una mano
grande y fría… Emmett. Hablaba con alguien, pero no estaba segura de lo que
decía, porque me zumbaban los oídos.
-Ándate – Mascullé – Déjame – Dije entre oleadas de nausea.
-Sí, sigue vomitando… No sé, no se ve nada bien… No diría
que pálida… No, más bien verde… - Estaba hablando por teléfono, probablemente
la llamada nunca se cortó y Garr estaba escuchando los sonidos horribles que
estaba haciendo. Que humillación!
Poco a poco las náuseas disminuyeron, pero mi cuerpo se
sentía como apaleado.
Me quedé ahí, con la frente apoyada en mi antebrazo tratando
de recuperar la respiración.
-Emmett, hay algo en lo que pueda ayudar? – Preguntó Brennan
sonando preocupado.
Estaba parado en la puerta que Emmett no cerró.
Había tenido palco preferencial a mi desgracia.
Cerré los ojos. Si no lo veía no existía.
Y entonces ya no pude sostenerme más.
Los brazos de Emmett me rodearon de inmediato.
-Enjuague… - Dije. Podía estar al borde de la muerte, pero
no moriría con olor a vómito.
-Qué? – Preguntó Emmett confundido.
-Quiere enjuagarse la boca – Dijo Brennan entrando al baño.
Se acercó al botiquín que estaba sobre el lavamanos y sacó una botella de
Listerine. Gracias a Dios!
Brennan sirvió una medida y me extendió la tapa. Yo la tomé
agradecida, y casi la derramo tratando de llevármela a la boca. Pero lo logré y
me enjuagué un buen rato, hasta que me sentí fresca nuevamente. Él guardó el
enjuague y sin más salió del baño.
Bien.
-La estoy llevando a
la cama – Dijo Emmett a alguien llevándome a su habitación – Te saco los
pantalones? – Me ofreció.
Casi me niego automáticamente, pero la verdad es que mi piel
estaba hipersensible y la pretina de los jeans me molestaba. Además Emmett ya
me había visto en traje de baño, era mi hermano y yo estaba moribunda, así es
que el pudor se había ido de paseo.
Asentí.
-Le estoy sacando los pantalones – Narró Emm – Hey! Te
respeto Garrett, pero no vuelvas a insinuar algo así. Bella es mi hermana –
Dijo profundamente ofendido mientras me quitaba los pantalones con todo cuidado.
-No tienes zapatos – Dijo Emm – Por qué no tienes zapatos?
Saliste descalza de tu dormitorio? – Preguntó en tono de regaño. Lo ignoré y me
enrollé en posición fetal. Hablar se había convertido en un esfuerzo demasiado
grande.
Emm suspiró y me cubrió con una sábana.
-Bella mira, te tienes que tomar esto – Dijo extendiéndome
un par de pastillas.
-Qué es? – Pregunté.
-Una pastilla SOS de las que le dan a la gente que sufre de
crisis de pánico y un relajante muscular moderado. Char y yo los compramos por
si acaso, porque una vez que sellaste el lazo nadie sabía lo que podía pasar –
Me explicó - Te voy a traer agua…
-Le hice una infusión de hierbas – Dijo calladamente Brennan
desde la puerta.
-Gracias hermano – Le dijo Emm levantándose de la cama para
que Brennan pudiera acercarse.
No, no, no, no, no!
En ese momento sonó el citófono y ya que Brennan tenía las
manos ocupadas Emm fue a contestar.
-Con esto te vas a sentir mejor – Dijo Brennan muy bajito –
Mi mamá hacía esta mezcla y funciona cada vez…
-Gracias… - Dije conmovida por el gesto, pero evitando
mirarlo a los ojos. Si me veía como me sentía, qué horror!
-Te ayudo a sentarte? Así te aprovechas de tomar los
remedios… - Dijo dejando el tazón en la mesa.
-Y Emm? – Pregunté. Que él me ayudara a sentarme.
-Bajó. Hay una chica preguntando por él en recepción, me
parece que debe ser Emily… No creo que te dejara por nadie más – Dijo
encogiendo los hombros.
Seguro. Si Emily lo llamaba yo me podía ir al infierno, así
era la cosa y yo lo sabía. No le guardaría rencor por algo así.
-Entonces, te ayudo? – Preguntó.
-Por favor – Dije ansiosa de tomar los medicamentos y por
qué no decirlo, la infusión de la mamá de Brennan. Con todo lo que había
vomitado estaba deshidratada y me moría de sed.
Él se acercó y me rodeó con un brazo y reordenó los
almohadones con el otro. Me depositó suavemente en los cojines y acercó el
tazón a mi boca.
-Yo puedo – Mascullé. Él simplemente esperó a que yo tomara
el tazón, pero temblaba tanto que no fui capaz de sostenerlo – No puedo –
Admití derrotada.
-No pasa nada, yo te ayudo – Dijo casualmente. Creo que
forzadamente casual – Endulcé la infusión con un poco de miel de azahar, que
sirve como antiespasmódico y sedante… Te va a hacer bien…
-Lo siento – Interrumpí.
-Qué es lo que sientes? – Preguntó frunciendo el ceño.
-Interrumpir tu película, invadir tu espacio, vomitar tu
baño, que lo hayas visto todo… Lo siento, le dije a Emmett que no me trajera
para acá – Le dije.
-Por qué no? Si no estás bien es aquí donde tienes que
estar… Con tu hermano… - Dijo firmemente – Y conmigo – Dijo muy bajito.
No supe qué responder, pero él acercó el tazón a mis labios
y bebí un sorbo tentativo… Era delicioso. Lo miré con los ojos bien abiertos y
le pregunté
-Estás seguro de que esto es medicinal?
-Claro, mi mamá sabía lo que hacía – Dijo sin alterarse –
Por qué preguntas?
-Porque es delicioso, y mi mamá siempre decía que todo lo
bueno es pecado. Las medicinas saben mal, es parte de su poder curativo –
Afirmé dando otro sorbo más largo.
-Nunca me habías hablado de tu mamá – Dijo dándome una
pastilla.
-Porque me da pena hablar de ella – Dije después de tragar –
No sé cómo lo haces para mantenerte tan entero cuando hablas tan libremente de
la tuya.
-Mi mamá fue un ser luminoso, y tuvimos tiempo para
despedirnos. No quedó nada pendiente, y aunque la extraño montones, no siento
que se haya ido del todo… Me quedé con todas sus cosas, incluidas sus hierbas,
porque a mi hermano no le interesaron y a mi papá le molestaba verlas, él
prefiere tratar de olvidar… Creo que su secretaria le ayuda en eso… - Dijo
sonriendo un poco, una sonrisa distinta a la sardónica que me tenía
acostumbrada. Una sonrisa triste – Además – Agregó – Tú eres a la única persona
que le he hablado de mi mamá… Bueno y a Emmett le he dicho lo básico.
-Oh – fue mi genial respuesta. Otro sorbo, otra pastilla,
otro sorbo.
El líquido bajó cálido por mi garganta revitalizando y
relajando a la vez…
No hablamos más, él simplemente me ayudó a beber hasta
terminar la infusión.
-Bella! Cómo estás? – Preguntó Emmett con su vozarrón desde
la puerta del dormitorio.
-Estaba quedándose dormida, pero eso fue antes de que
entraras gritando – Dijo Brennan – Qué pasó abajo?
-Emily – Dijo radiante – Estaba preocupada por Bella y vino
a preguntarme si yo sabía algo.
-Ves? Ya le gustas – Dije sonriéndole débilmente.
-Por qué dices eso? – Preguntó Brennan.
-Porque Emily es tremendamente tímida, y nunca habría sido
capaz de venir a buscar a ningún otro chico, habría enviado a Gaby o Kristy con
el recado... – Dije - Si vino fue haciendo un esfuerzo para verte – Afirmé.
-Le gusto – Dijo Emm como tanteando las palabras.
-Le gustas – Afirmé otra vez.
-Esta noche la beso – Dijo entusiasmado – Oh… - Su alegría
murió súbitamente.
-Oh qué? – Pregunté.
-Estás enferma, no te puedo dejar sola así como estás – Dijo
casi haciendo pucheros.
-Ya me siento mejor – Le dije y era verdad. La pastilla SOS
me había bajado las revoluciones disminuyendo si no eliminando la angustia por
la separación, y el relajante muscular había atenuado enormemente los espasmos.
Y seguramente la infusión también ayudó.
-No necesito a nadie… - Dije tratando de sonar firme – Voy a
estar dormida de todos modos.
-Yo me puedo quedar contigo – Ofreció Brennan tímidamente.
Oooooh no, no señor. Él y yo solos en una habitación, conmigo
en la cama y sin pantalones y mi energía física y mental drenada… Receta para
el desastre.
-No! – Dijo Emmett, y yo lo miré temiendo que se hubiera
dado cuenta de que había algo entre nosotros.
-Po… Por qué? – Pregunté débilmente.
-Porque él es quien va a distraer a Gaby para que yo pueda llegar
a Emily – Dijo Emmett. Suspiré aliviada.
Brennan frunció el ceño brevemente, fijó su vista en mí y abrió
la boca para decir algo…
-No te preocupes, Char seguro que me acompaña, a ella no le
entusiasmaba mucho el baile de todas maneras – Dije de sopetón,
interrumpiéndolo – Me parece que mencionó un maratón del “Fantasma del Espacio
de Costa a Costa”…
-Si es que llega… - Dijo Emmett entre dientes.
-Va a llegar – Afirmé con convicción. Char no me fallaría.
Y después de eso no recuerdo nada, así es que asumo que caí
en un sueño profundo.
oooOooo
Cuando Desperté todo estaba oscuro. Completamente oscuro.
No sabía dónde estaba y no reconocí todos los olores,
ninguno de los muebles o la firmeza del colchón.
Y no llevaba pantalones.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – Chillé. Aún mis movimientos estaban
descoordinados y no pensaba con claridad, pero si me tenía presa un violador,
mi única defensa era chillar como un cerdo de camino al matadero.
-Bella! – Exclamó Char entrando a la habitación. Al abrir la
puerta dejó entrar luz desde el exterior y pude distinguir las siluetas y
rostros de Emm y Brennan en el área común, luciendo preocupados.
-Char… - Suspiré y extendí los brazos. Ella se arrodilló
junto a la cama y me abrazó por un largo rato, acariciando mi cabello.
-Te sientes mejor? Perdóname por no haber estado ahí, no
debí dejarte… - Me dijo con la voz quebrada, llena de culpa.
Hice un inventario de mi cuerpo antes de contestar. El dolor
había disminuido a un pequeño tirón, incómodo pero manejable. Mi piel ya no
estaba hipersensible ni temblaba. Tenía hambre y me sentía asquerosa.
-Bien – Susurré – Por qué estoy bien? – Pregunté.
-Tuviste una crisis gatillada por emociones demasiado fuertes
– Dijo – Eso desencadenó los síntomas de abstinencia de un vampiro separado de
su Pareja. Es notable, no pensé que fuera posible, pero lo conversé con Emmett
de todos modos y pensamos que la única manera de terminar una potencial crisis
es cortarla del inicio… Apagar tus emociones para eliminar tu angustia. Y por
otro lado, lo físico se solucionó con un relajante muscular. Era una teoría,
claro, pero es todo lo que podíamos hacer para estar preparados… Aunque nunca
nos imaginamos que tu primera reacción sería salir corriendo en lugar de llamar
a uno de nosotros! – Dijo esto último más preocupada que enojada.
-Dónde estabas? – Susurré.
-Cazando – Me dijo avergonzada – Siempre pongo el teléfono
en silencio cuando cazo, por razones obvias.
-Sí, claro… - Dije vagamente apoyando mi mano en la almohada
al sentarme. El tacto de algo diferente a las sábanas… Algodón blandito… Usado…
Una camiseta de Garrett… Dos… Tres… Cuatro… Cuatro camisetas de Garr que hasta
entonces no había tocado y estaban impregnadas de su esencia.
Había dormido con su olor, por eso había descansado tan bien
y los síntomas de “abstinencia” habían virtualmente desaparecido.
-No me pareció mal usarlas todas, era una emergencia y
Garrett viene en camino y me imagino que debe venir con una maleta de ropa
sucia – Sonrió Char.
Yo me reí un poco. Me estaba volviendo rara, necesitando la
ropa sucia de mi novio como si fuera heroína.
-De verdad te sientes mejor? – Preguntó tomando mi mano,
preocupada.
-Sí, sólo me muero de hambre – Le dije.
-Emmett tiene barras de cereal… - Dijo Char de inmediato,
estirando la mano para abrir el cajón del velador.
-Olvídalo! – Dije de inmediato – La caja de barras que
compró Emmett está vencida hace como diez años, y aunque las barras estuvieran
frescas igual serían asquerosas. Más encima son diet! Puaj! Debería botarlas.
-Hey! – Gritó Emmett desde el otro lado del dormitorio,
cerca del baño, donde se arreglaba para el baile – Las compré para ti, enana
malagradecida!
-Bueno, te estafaron, y lo único que vas a conseguir es
envenenarme! – Grité – Brennaaaan! – Llamé.
-Sí? - Preguntó
asomando apenas la cabeza, supongo que por miedo a Charlotte.
-Tienes algo de comida? Me muero de hambre… - Le pedí. Él
asintió una vez y desapareció de inmediato para volver unos minutos después con
una manzana verde pelada y cortada en gajos.
Se acercó lentamente, como si tuviera miedo de enojar a la
bestia, y me dio risa darme cuenta de que la “bestia” era Char.
-Sólo guardo un poco de fruta – Explicó – No como snacks…
-Por supuesto que no, tu mamá lo habría odiado – Dije sin
pensar. Él abrió los ojos y asintió. Me entregó el plato y se quedó ahí, como
esperando veredicto.
-Gracias – Dije suavemente sin saber hacia dónde mirar.
Miraba hacia arriba y estaban sus ojos, miraba hacia abajo y estaban sus pies,
y si miraba justo hacia el frente, estaba su pene.
Vale. Me concentré en la manzana.
Probé un trozo y fue maravilloso. La perfecta combinación de
dulce y ácido, el jugo, la textura firme y el grado de madurez exacto.
Mi boca necesitaba desesperadamente algo así, porque a pesar
del enjuague sentía como si algo hubiera muerto en mi lengua.
-Orgánica – Afirmé. Brennan creía en el poder curativo de
las plantas, por lo que no se contaminaría con manzanas fumigadas con sistemas
tradicionales… No, su mamá le había enseñado algo distinto.
Pero sin embargo, fumaba.
Contradictorio…
Él me regaló una genuina sonrisa y asintió. Nos entendíamos.
Yyyyyy entonces cometí el error de mirarlo más atentamente.
Pantalón de esmoquin, camisa blanca impecable arremangada
hasta los codos y el cuello abierto hasta el tercer botón con la humita
colgando de su cuello sin amarrar… Piel dorada y saludable, extrañamente
bronceada. En Irlanda no se toma sol, verdad? Hace frío y llueve…
Y eso era todo lo que llevaba puesto
No zapatos, no calcetines.
No sé por qué sus pies desnudos me parecieron sexi. No
deberían serlo, no es como si tuviera un fetiche ni nada parecido… Era… Lo que
dijo Char… No estoy ciega, mis ojos aprecian la belleza masculina del maldito
de Brennan… Quién no lo haría? Seguro que esa noche todas las chicas se le
abalanzarían en el baile, especialmente estando sin una cita que las espante.
Inspirar.
Expirar.
Tranquila, tranquila, Brennan no me gusta así… No, no, no…
Acabo de tener una crisis por Garrett…
Oh Garrett!
Garr… Garr… Garr… Ugh! El tirón en mi estómago se hace
presente. Lo necesito… Garr…
Inspirar.
Expirar.
-Bella…! – Interrumpió Char sacándome de mi embotamiento.
-Agh? – Me giré a verla. Ella lucía más preocupada que
enojada, así es que asumí que no había notado el intercambio entre Brennan y
yo.
-Que si quieres ir al baile? – Preguntó.
-Pero… Ya es muy tarde… No me he peinado ni maquillado… Será
buena idea? – Balbuceé. La verdad es que ya me sentía mucho mejor, y más sabiendo
que Garrett venía hacia mí… Y además este sería mi primer baile.
Quién sabe, tal vez el último si Victoria me atrapaba o
Garrett se veía obligado a convertirme antes de lo planeado.
Las marcas de diseñador y la competencia por quién llevaba
encima trapos más caros me daba lo mismo, pero me gustaría ver el salón
decorado e iluminado y a los chicos y chicas interactuando libremente… Y
también me daba curiosidad la música que tocarían. Sería música normal para
adolescentes o serían bailes de salón como el vals, el foxtrot y el
cha-cha-cha?
Me encogí de hombros mentalmente, no es como si pudiera
bailar ninguno de los dos
-Bella, tengo nuestras cajas aquí porque las chicas no
quisieron quedarse a cargo de un contenido tan valioso… - Dijo Char – Tú sabes
que te puedo arreglar en nada de tiempo, lo importante es saber si quieres ir.
-Si quiero – Dije tímidamente – Quiero que Garr me vea
bonita… - Susurré.
-Perfecto – Dijo Char asintiendo.
-Vamos a llegar las dos solas entonces? Los demás se van a
juntar como en diez minutos – Dije mirando el despertador de Emmett.
-Como dijimos al principio, las primas lesbianas – Afirmó
con una sonrisa.
-Ugh!... – Dije imaginando los comentarios de la gente.
Demonios! Cómo se burlaría Brennan!
-Hey, ya están listos? Necesitamos que se larguen! – Dijo
Char subiendo la voz.
-Ya nos vamos – Dijo Emmett entrando a la habitación.
-Emm… Te ves… Te ves… - Dije sin palabras. Mi hermano sería
sin dudas el chico más guapo de la noche… Seguido de cerca por el desgraciado
de Brennan, que había terminado de vestirse y descansaba contra el marco de la
puerta luciendo como un joven James Bond.
-…Como el muñequito de la torta de novios de Hulk! – Dijo
Char muy seria. Emm sonrió y le dio un puñetazo juguetón en el brazo que seguro
habría matado a un humano, y se acercó a mí.
-Te quiero – Dijo mirándome intensamente y me besó en la
mejilla, la frente y la coronilla. Yo estiré los brazos y lo abracé con las
escasas fuerzas que tenía y besé su mejilla.
-Te quiero – Dije bajito.
-Nos vemos? – Preguntó Brennan sonando inseguro.
Yo me limité a asentir, me recosté y cerré los ojos.
Despacio y sin darme cuenta me deslicé a la semiinconsciencia
hasta que Char decidió que debía saltar a la ducha.
oooOooo
Char estaba en lo cierto. Ella efectivamente era capaz de
hacer milagros.
Mi cabello estaba recogido a un lado y caía del otro en
suaves bucles por mis hombros y espalda.
Mi rostro ya no lucía enfermo ni verdoso, ella lo había
solucionado todo con corrector de ojeras. Estaba usando mucho maquillaje, más
del que hubiera usado nunca, pero el resultado valía las veces que Char me
pinchó el ojo con el rizador de pestañas.
Mis zapatos Jimmy Choo, esos aterradoramente costosos
resultaron ser inesperadamente cómodos. El tacón era completamente manejable,
así es que no me balanceaba inestable como una jirafa recién nacida. Hasta
podría manejar moverme con gracia, siempre que no tropezara con nada o pisara
mi falda..
Mi vestido… Era un sueño. Era de color gris plata satinado, el
escote era estilo “palabra de honor”, de corte sirena y ajustado como un guante,
y tenía un par de secciones decoradas con cristales Swarovski. Me formaba una
figura que estaba segura de no poseer, haciéndome ver más voluptuosa y adulta.
Y por último… Las joyas. Las joyas que desencadenaron la
crisis. Dios! Eran maravillosas. Demasiado para un baile de secundaria…
Demasiado para una boda real! Garr estaba loco por comprármelas, pero lo amé
más si es posible al pensar en que él sólo quería darme algo bonito. Había
juntado ganas de mimarme durante treinta largos años, y ahora que por fin podía
hacerlo no me negaría a aceptar sus regalos.
Sabía que no trataba de comprarme, sino simplemente de
hacerme feliz.
-Fui fuiiiiiiiiiiu! – Silbó Char – Mira que bien te ves
cuando te bañas.
-Podría decir lo mismo – Sonreí al espejo. Char usaba un
vestido mucho menos tradicional que el mío pero igualmente hermoso en su
estilo. Era corto, busto en corte corazón, y de color calipso… Pero bajo la
capa exterior de la falda calipso, asomaba una capa de tul amarillo, más abajo
otra calipso y otra más amarilla. Pero eso no era lo que hacía especial el
vestido… Lo que lo hacía único era un maravilloso bordado con aplicaciones de
plumas de pavo real que decoraban todo el costado derecho del vestido. Era
llamativo y extravagante y magnífico, y sólo una mujer segura en sí misma como
Char podría usarlo luciendo tan hermosa y elegante.
Sus zapatos eran unos Jimmy Choo con un taco aguja de
vértigo de color dorado y calipso con la aplicación de pequeñas cadenitas que
bailaban en sus tobillos como si estuvieran haciendo la danza de los siete
velos. Yo me torcería un pié de sólo mirarlos fijamente.
Su cabello rubio estaba recogido por pequeñas horquillas
puestas de tal modo que resultaban invisibles, lo que daba la ilusión de que su
cabello se sostenía por arte de magia.
Obviamente, era toda una visión.
-Vamos? – Preguntó.
- Vamos – Sonreí. En una ocasión normal este era el momento
de rociarme un poco de mi perfume favorito, Ralph de Ralph Lauren, pero vería a
Garr, a Garr! Y él prefería el aroma natural de mi piel (lo que por supuesto no
significa que no usara desodorante, ahí sí que no transaba).
-Te sientes bien? Estás segura de poder ir? – Me preguntó
otra vez antes de salir.
-Garr viene, Charr… Viene y lo siento, el nudo en mi estómago
es cada vez menos apretado, lo siento más cerca… Da lo mismo si lo espero aquí
o en el baile, y sería una pena perderme la oportunidad de estrenar este
vestido – Respondí.
-No puedo creer que te haya afectado tan fuerte el lazo,
Bella… Por un lado porque eres humana, pero por sobre todo porque te resististe
tanto a aceptarlo al principio! – Dijo Char abriendo la puerta – No te va a dar
frío? – Preguntó – No quieres llevar el chal que viene con el vestido?
-No, estoy bien – Dije – Es una noche cálida, y no quiero llevar
nada que se me pueda perder.
-Oooookay, nos vamos – Dijo Char tomando mi brazo. Y juntas
caminamos cruzando el parque hacia el salón donde se celebraba el baile. Había
mucha gente fuera del edificio, algunos autos elegantes estacionados y otros
detenidos para dejar a sus pasajeros y hasta un valet que abría puertas y
ayudaba a las chicas a bajar de los autos cuando sus citas eran bastardos
perezosos que no se molestaban en hacerlo. Las monjas y curas aparentemente
habían pensado en todo.
Nosotras nos acercamos tomadas del brazo a la puerta directamente
y sin pompa, ganándonos un montón de miradas. Por los vestidos? Porque
llegábamos a pié cruzando el pasto? Porque no teníamos citas? Quién sabe, la
cosa es que si bien no detuvimos el tráfico como en las películas, muchas
cabezas se voltearon.
Al llegar a la puerta estaba la hermana Clara sentada frente
a un escritorio, recibiendo las entradas, y aparentemente fascinada con la
labor que le había tocado.
-Isabella! Charlotte! Oh, se ven preciosas! – Exclamó – Se
ven tan mayores, no son mis niñas… Crecen tan rápido – Dijo genuinamente
emocionada.
-Gracias – Dije sonrojada. Su opinión me importaba y estaba
muy complacida de su aprobación.
-Hermana, usted tiene como veinticinco años, y nos habla
como si tuviera sesenta! – Se rió Char.
-Veinticuatro, y es cierto, las trato como si fueran mis
hijas… Es que es así como las veo – Sonrió un poco triste.
Por qué mierda no dejaba de ser monja y se buscaba un novio?
Era tan bonita y dulce y maternal… Se estaba perdiendo a la sombra de su tía la
Superiora.
-Nosotras también la queremos, hermana. Usted sería la mejor
mamá del mundo – Dijo Char, shockeándonos a la hermana y a mí. Char no era de
emitir opiniones descuidadamente, y lo que estaba insinuando era peligroso.
-Soy sólo un instrumento de Dios – Respondió la hermana
sonriendo incómoda. Quise estrangular a Char por arruinar su buen humor – Que
disfruten el baile!
-Gracias – Respondimos al unísono.
-Por qué le dijiste eso? Tú sabes que no se puede incitar a
la rebelión de las monjas, seguro que es causa de expulsión! – Le dije a Char
al oído, que con el “megatacón” de sus zapatos quedaba a mi altura.
-Porque esa mujer tiene que salir de aquí – Afirmó Char – Es
una de las pocas personas genuinamente buenas que he conocido en mi vida, y no
quiero ser un testigo mudo de cómo se seca y se consume hasta ser una monja
más. Ella merece más que el rol que le asignó la bruja de su tía, y creo que en
el fondo ella también lo sabe…
-Estoy de acuerdo, pero qué podemos hacer más allá de raptarla?
– Pregunté.
-Peter y yo tenemos pequeñas propiedades distribuidas en
todo el país – Respondió pensativa – Son lugares de paso poco sofisticados y
alejados de la población para cuando vivimos como nómades… Nada diseñado como
mi casa, sino lugares con una cama, una cocina y un baño… A lo mejor puedo
conseguir que la hermana se tome vacaciones para pensar si lo que de verdad
quiere es seguir aquí… Puede usar alguna de las cabañas como residencia
temporal o permanente, y buscar un trabajo que tenga que ver con la educación,
que es lo que le apasiona.
-No sabía que tenían más casas… - Comenté.
-No son casas de verdad, son apenas la alternativa a un
motel, un lugar para ducharse y hacer el amor sin terminar con hojas y corteza
de árbol en el cabello, pero si la hermana Clara acepta le mando a remodelar
una en la zona que elija, me da lo mismo cuanto cueste – Dijo firmemente
-Bueno, parece que lo tienes todo planeado… - Le dije. Tan
metidas en nuestra conversación estábamos que no nos dimos ni cuenta de que
nuevamente, éramos el foco de atención.
-Bella! – Exclamó Emmett levantando una mano y haciendo
señas frenéticamente como si fuera difícil distinguirlo entre la multitud.
Estaba con Emily a un lado y Brennan al otro. También estaban Kristy, Gaby,
Christopher Anderson (el chico que le gustaba a Gaby antes de que apareciera
Emmett), Joshua, Mathew Archer (que era el que le gustaba a Emily antes de la
aparición de mi hermano), y varios chicos y chicas más.
Nos acercamos cortando entre la multitud que se abrió para
nosotras con sorprendente facilidad. Char, supongo.
-Bells! – Gritó Emmett y me tomó en sus brazos y me giró
haciendo volar la cola de mi vestido.
-Emmett, suéltala, bruto! – Gritó Char golpeándolo con su
pequeño bolso – Va a vomitar!
-Eeeeew! - Dijo Emm dejándome en el suelo y alejándose tres
pasos como si yo fuera a comenzar a
vomitar mis entrañas otra vez.
Yo quedé mareada y un poco inestable, y mientras Char le
gritaba a Emmett por ser un tarado, Brennan me tomó del antebrazo para
estabilizarme.
-Bañarte te sienta – Murmuró con voz ronca.
-Lo mismo dijo Char – Sonreí agradecida por su soporte.
Entre los zapatos, la bienvenida de Emmett y mi malestar general era un milagro
que no me hubiera caído sobre mi trasero aún.
-Ponche? – Preguntó. Char y Emmett seguían discutiendo en
rápidos susurros.
-Ya lo “arreglaron”? – Pregunté.
-No – Dijo divertido – Pero aún es temprano. Por qué?
Quieres algo más fuerte?
-Todo lo contrario! – Exclamé – Estoy un poco deshidratada y
aún no me siento muy bien, no se me ocurriría beber alcohol de dudosa
procedencia…
-Esto es básicamente jugo de frutas, así es que vas a estar
bien – Me aseguró sirviendo un vaso para mí.
-Gracias – Dije mirándolo a los ojos. Error.
Bajé la mirada bruscamente y me di cuenta de que su corbatín
estaba torcido.
Dejé mi vaso en la mesa y le dije
-Puedo? – Y estiré los brazos hacia su cuello. Él se puso
rígido, pensando tal vez que lo abrazaría, pero aclaré – Tienes el corbatín mal
amarrado.
Él asintió.
Yo me concentré en deshacer el nudo espantoso que se había
hecho él, y una vez que logré desarmarlo lo rehíce cuidadosamente. Él estaba
tenso y yo nerviosa, tratando de completar la tarea sin tocarlo.
Ninguno de los dos supo qué decir.
Cuando terminé me giré de inmediato para tomar mi ponche y
di un largo sorbo… Sí, así estaba mejor…
Me volví hacia el resto del grupo y se interpuso en mi
camino Joshua. Mierda!
-Hola Bella – Dijo besando mi mejilla como si fuéramos
íntimos amigos – Te ves preciosa…
-Gracias – Musité mirando detrás de él. Charlotte hablaba
furiosamente al oído de Emmett, aferrándose a su brazo, deteniéndolo. Seguí la
mirada frenética de Emmett y demonios! Mathew Archer estaba hablándole a Emily,
casi acorralándola contra la pared.
El imbécil no le había dirigido ni una mirada nunca antes,
pero en el momento que un chico popular como mi hermano muestra interés… Tiene
que interponerse. Y arriesgar el cuello en el proceso, nunca vi a Emmett lucir
una expresión tan terrorífica.
-Ven, vamos a bailar – Dijo tomándome la mano y tironeándome
hacia la pista.
-No! – Exclamé retirando mi mano de la suya sin ni mirarlo,
pegada en la escena de Emily y Archer. Qué sentiría Emily por el imbécil de
Archer ahora que existía Emm en su vida? Aún le resultaba atractivo? Aún sentía
ese enamoramiento que mantuvo por años?
-Bella es sólo un baile, lo siento pos enojarme contigo el
otro día… - Me dijo Josh al oído, abrazándome por detrás en una postura
incómodamente íntima. Su aliento olía a alcohol, y no precisamente a cerveza.
Nop. Aquí hablábamos de las grandes ligas: Vodka.
-No, me tengo que ir – Le dije tratando de soltarme.
-Bella, una canción, no me puedes negar una canción… - Insistía
Josh pasando sus manos entre mi cintura y mis caderas. No era que estuviera
tocando nada inapropiado, era simplemente el hecho de que me estuviera tocando
cuando yo no quería… Me puse furiosa…
Emmett estaba a segundos de cometer asesinato en masa y este
idiota quiere bailar?
-No! – Exclamé separándome de él.
Josh avanzó hacia mí.
-Joshua déjala en paz, Bella te dijo que no – Dijo Brennan
posicionándose levemente frente a mí, como para interceptar a Joshua de ser
necesario.
-Y tú qué te metes, irlandés… Vete a sembrar papas a tu país…
- Dijo Josh cabreado y despectivo. De haber no haber estado borracho estoy
segura de que no habría mencionado la nacionalidad de Brennan como un insulto.
Brennan se envaró en toda su altura, quedando del mismo
porte que Josh… Pero el cuerpo de Brennan era ágil y de músculos largos,
mientras el de Josh era casi dos veces más ancho e inflado como si reemplazara
con esteroides sus cereales para el desayuno.
-Josh, para! – Exclamé.
Brennan dio un paso hacia adelante cuando Josh no obedeció…
Supongo que estaba embrutecido con el alcohol. No es que fuera a hacerme daño,
pero se estaba interponiendo en mi camino y alargando las cosas.
-Brennan no! – Le susurré tomando su mano y retrocediendo. Josh
nos miró marchar como no entendiendo qué mierda pasaba…
Al principio Brennan se resistió, pero luego me siguió
poniendo su mano en mi espalda desnuda. Su mano era cálida y me fue extraño
sentir que me tocaban manos que no eran duras y frías como rocas.
Pero no había tiempo para eso. Caminé lo más rápido posible
hacia Emily y musité
-Emmett va a matar a Archer, y no hablo figurativamente.
Saca a bailar a Gaby ahora!
-No quiero bailar con Gaby! – Exclamó Brennan – Si bailamos
no se me va a despegar más…
-Brennan por favor… Un favor para mí… Necesito evitar un
desastre, Char no lo va a poder contener mucho más, míralo… - Rogué.
Brennan miró con atención la escena y la expresión de Emmett
y me dijo
-Me vas a deber una.
-Por supuesto! – Dije, y me separé de él. Mientras Brennan
se dirigió al grupo principal a buscar a Gaby, yo llamé la atención e hice
señas a Kristy apuntando a la pista de baile. Ella asintió y caminó a unirse a
Gaby, y segundos después llegué a Emily, que miraba al suelo y se mordía el
labio sin saber qué decir. No estaba cómoda con este tipo y de inmediato supe
por qué. Olía igual que Josh, a vodka.
-Ahí estás – Dije rodeándola con mis brazos – Te estábamos
buscando, vamos a ir a bailar – Dije tomando su mano.
-Hey! Yo no he terminado con ella! – Exclamó Archer tomando
su otra muñeca. Apreté los dientes y murmuré claramente
-Archer, no seas imbécil. Te estás metiendo con la chica de
mi hermano, y ella no quiere estar aquí…
-La chica de tu hermano? – Preguntó burlón – Y por qué no
está él aquí para reclamarla?
-Porque Char está tratando de contenerlo para que no venga.
Si pone las manos sobre ti te va a matar, idiota! – Exclamé empujándolo.
Archer se tambaleó hacia atrás y estuvo a punto de caerse
sobre su trasero. Estaba más ebrio de lo que pensé.
-Lárgate Bella –
Escupió mi nombre – Todos sabemos que Emily siempre ha estado enamorada de mí…
Emily cerró los ojos bien apretados y tensó sus puños, como
si al no ver lo que pasaba, esto no estuviera ocurriendo. Estaba siendo
públicamente humillada por el chico de sus sueños.
-Déjala en paz – Dije lentamente – Sólo la quieres porque
está con alguien más grande, guapo y popular que tú – Afirmé. Él avanzó y yo lo
volví a empujar. Fuerte. Esto no podía durar, si Emmett percibía amenazadas a
su pareja y a su hermana… Desastre… No sé cómo todavía lo retenía Char.
Mierda, medidas extremas.
La siguiente vez que Archer cargó para tomar el brazo de
Emily le hice una de las llaves de Jasper. Usando su propio impulso torcí su
brazo desviando su trayectoria y se golpeó de frente contra la pared.
La misma que usó para acorralar a Emily.
Cayó al suelo.
Nariz sangrante.
Oh! Dios! Voy a vomitar…
-Bella! – Exclamó Emily reaccionando por fin – Estás bien?
-He estado mejor – Dije estremeciéndome por la sangre
fresca. Emmett y Char estaban completamente paralizados, y me preocupé sólo por
Emm, ya que Char había cazado ese mismo día.
-Quieres ir con Emmett? – Le pedí suavemente – Él está muy
preocupado por ti, por eso vine yo a buscarte… Él habría molido a golpes a
Archer…
-Pero en lugar de eso lo hiciste tú – Sonrió ella
tímidamente.
-No era la idea… - Musité.
-Pero se lo merecía – Afirmó – No te quiero dejar sola –
Dijo viendo que se acercaba un cura y la Madre Superiora
-Ándate antes de que te metas en problemas, no te preocupes
por mí – Susurré – Y tal vez… Toma a Emmett de la mano. Eso lo va a calmar…
Emily asintió y se dirigió hacia mi hermano.
-Qué pasó aquí? – Preguntó la Superiora furiosa.
-Archer está borracho y estaba acosando a algunas de las
alumnas. Cuando vine a intervenir me atacó. Yo le hice una llave de defensa
personal y él chocó contra la pared. Está tan ebrio que no se le ocurrió poner
las manos por delante de su nariz – Narré con la conciencia tranquila.
-Es verdad, huele a alcohol – Dijo el cura, y abriendo la
chaqueta de Archer sacó del bolsillo interno una petaca con alcohol.
-Lo que hizo, señorita, no es propio de una jovencita
formada en nuestra institución – Dijo la Hermana Superiora con una mirada
tremendamente reprobatoria - Así no es
como se comporta una dama - Agregó –
Pero lo hizo en defensa propia y este joven efectivamente está ebrio… La quiero
en mi oficina el lunes a las ocho de la mañana en punto para discutir su
castigo. Eso es todo, retírese a su dormitorio.
-Es injusto! – Comentó alguien. Los murmullos del círculo de
curiosos fue aumentando en volumen pero yo simplemente asentí. Me giré a buscar
a Char y me tomó del brazo inmediatamente.
-Bien hecho, estoy orgullosa.
-Gracias… Es uno de los movimientos de Jasper – Le dije.
-Claro que lo es… - Dijo ella – Nos vamos entonces?
-No – Le dije – Emm no está muy estable, y prefiero que lo
vigiles tú… Yo me voy a esperar a Garrett en la torre.
-Está bien – Me dijo – Disfruten!
-Ustedes también – Sonreí sabiendo que si venía Garr venía
Peter.
Caminé hacia la puerta con la cabeza en alto. Sí, me habían
echado, pero le había pateado el trasero a un jugador de futbol de dos veces mi
tamaño. Estaba orgullosa.
Caminé lento por los jardines para despejar mi mente… Todo
el ruido y las luces provenían de un solo lugar, y mientras más me alejaba más
tranquila me sentía.
Vería a Garrett… Lo tocaría… Lo besaría y lo abrasaría y no
lo dejaría ir más.
Abrí con mi ganzúa la puerta del dormitorio y me fijé que
todo estaba en orden. Al menos los estilistas de Amanda habían regresado todo a
su lugar.
Ganzúa para mi habitación. Qué me pondría para esperar a
Garr? Usaría este vestido u otra cosa? Tenía algo sexi? O mejor no usar nada?
Tal vez una ducha estaría bien… Pensé entrando en mi cuarto.
Estiré la mano hacia el interruptor y mi mano fue atrapada y
puesta contra la pared, sobre mi cabeza.
Mi otra mano sufrió el mismo destino casi de inmediato.
Me asusté ante la oscuridad y la posición de vulnerabilidad
hasta que inspire.
Garrett.
Inequívocamente Garrett.
-Garr – Exhalé casi en un gemido. Arqueé mi cuerpo, me puse
de puntillas y estiré el cuello buscando su boca, pero él controlaba la
situación.
Y me refiero a que la CONTROLABA.
Estaba feral, respirando agitadamente, y un gruñido bajo
emanaba de su pecho.
No me dio miedo, supe instintivamente que él necesitaba mi
completa sumisión.
Garrett había estado a punto de perder la cabeza en una
carrera por llegar a mí, y no puede haber sido fácil escuchar cómo sufrí sin
poder hacer nada a la distancia. No lo podía ver, pero fijé mi mirada donde
calculé que estaban sus ojos.
-Te amo – Susurré – Viniste por mí y te amo…
Gruñido.
Sentí su nariz recorrer la columna de mi cuello desde la
base hasta detrás de mi oído, causándome un escalofrío de puro placer y
anticipación. Repitió el proceso otra vez y una tercera… Con la lengua.
Gemí sin saber cuánto rato me sostendrían las piernas. Su
cuerpo de a poco se había ido amoldando al mío y me tenía completamente
atrapada.
Su erección se erguía poderosa contra mi estómago y
vagamente me pregunté si traería ropa interior.
La nariz de Garrett continuó bajando desde mis hombros hasta
mi escote, y repitió el sendero con besos mojados… Dios! No sabía si era un
premio o un castigo, pero esta nueva faceta de Garr me tenía mojando las bragas
como nunca. No era sólo lo que hacía, era la expectación que generaba.
-Garr… bésame – Rogué sin empacho con una voz que no sonaba
como la mía – Bésame… Soy tuya, reclámame…
De pronto varias cosas pasaron:
Sus gruñidos se intensificaron.
Mis dos muñecas fueron sujetadas por una sola mano.
Su otra mano descendió y acarició mi mejilla para luego
enredarse en el cabello suelto del lado derecho de mi cabeza.
Jaló de mi cabello suavemente para angular mi rostro a su
gusto.
Y me atacó.
No fue un beso que fuera en crescendo, fue como si hubiera
partido con el gran final, invadiendo cada milímetro de mi boca, chupando,
lamiendo, mordisqueando, besando, como si tratara de consumirme en cuerpo y
alma.
Yo traté de participar activamente, pero no tenía caso… Él
estaba en un estado primal y era mucho más sencillo simplemente someterme y
dejarme llevar.
Mi corazón se quería arrancar de mi pecho.
No podía respirar.
Pero sentía que moriría si él quitaba sus labios de los
míos.
Taquicardia? No importa. Oxígeno? Eso es para los débiles.
Mi cuerpo lo pedía, mi alma lo pedía… Uno… Somos uno…
Debemos volver a ser uno.
-Adentro – Jadeé – Te quiero adentro de mí… - Rogué moviendo
la cara tanto como me lo permitió su agarre.
-Qué quieres? – Jadeó, más agitado que yo.
-A ti – Le dije suavemente, tratando de tranquilizarlo un
poco.
-Por qué? – Preguntó como enojado.
-Porque te amo, porque soy tuya, porque si no me haces el
amor voy a morir… - Le dije aún jadeante.
-Mía? – Peguntó con voz dura.
-Solamente tuya, para siempre – Susurré.
-Mía? – Insistió.
-Para que hagas conmigo lo que quieras – Le dije.
No me contestó, pero me besó aún más duro.
Era la experiencia más erótica y atemorizante de mi vida… Y
no era él el que me daba miedo, sino el descubrir que me gustaba esta falta de
delicadeza. Me gustaba rudo. Me gustaba duro. Animal. Libre de represiones autoimpuestas.
Yo era su Pareja.
Nunca me haría daño.
Oh sí, mis labios se sentirían amoratados mañana…
Tal vez mis muñecas mostraran marcas de su restricción.
Pero lo único que me dolía era literalmente, mi sexo. Porque
él no estaba en mí.
-Eres hermosa – Dijo besando mi cuello nuevamente, pero
apenas rozando sus labios por mi piel – Siempre eres hermosa… - Mordisqueó la
unión de mi cuello y mi hombro – Pero hoy estás sublime… - Más besos – No me
enviaste una foto de tu atuendo antes de salir – Dijo y me mordió más fuerte cubriendo
sus dientes con sus labios.
-Quería… Quería que fuera sorpresa – Gemí y jadeé ante esa
mezcla de dolor y placer – Cuando me vieras…
-Mal Isabella… Muy mal… - Comentó mientras su mano comenzó a
arremangar mi vestido. Poquito a poquito. Jodida falda larga!
-Mal por qué? – Pregunté con voz temblorosa.
-Porque ya nunca voy a tener una foto de tu primer baile –
Dijo y su mano se introdujo bajo la falda, delineando el borde de mis mínimas
bragas. Unas especiales, sexi, que usaba porque sabía que estaría con él.
-Puedes sacarme una foto ahora – Ofrecí.
-No hay fuerza en el universo que me haga separarme de ti esta
noche, Isabella – Declaró moviendo su dedo en la unión de mis muslos, de forma
casi imperceptible
-No sería separarnos, estaría justo aquí… - Jadeé. Quería
abrir las piernas como una gimnasta olímpica, pero todavía tenía cierto pudor a
parecer tan ansiosa.
Como si él no pudiera olerme.
Como si él no pudiera sentirme.
Ya le había pedido que me hiciera el amor… No era un secreto
que lo deseaba…
Su dedo rozó mi clítoris muy suavemente y mis rodillas se
doblaron.
Su mano que sostenía mis muñecas soportó mi peso hasta que
me estabilicé.
-Abre – Dijo empujando mi muslo izquierdo. Yo obedecí y
separé mis piernas tanto como lo permitió mi posición y mis zapatos.
Su dedo delineó entonces no sólo la parte delantera de mis
bragas, sino por el borde de mi sexo.
Hasta yo podía oler mi excitación, y bajé la mirada
mortificada, y me debo haber sonrojado, porque de pronto su dedo se deslizó al
interior de mis bragas y al interior… De mí.
Gemí y arqueé mi cuerpo tratando de mover la pelvis, de obtener
más fricción, de… Algo…
Pero tan rápido como entró, salió, dejando mi sexo más
insatisfecho que nunca.
No tuve tiempo de pensar…
Al siguiente segundo su dedo, mojado por mi excitación,
delineó mis labios como un labial y entró en mi boca.
Me pude saborear.
Era asqueroso? O lo más erótico del mundo? Importaba?
-Chupa – Me ordenó.
Obedecí.
No, decidí. No era asqueroso… Era excitación fresca, deseo
líquido… Era increíblemente sexi.
Una vez que lo hube limpiado completamente sacó su dedo de
mi boca.
-Esto – Dijo besando mis labios y lamiendo mi excitación –
Es mío – Otro beso – Tú lo produces para mí como yo produzco esto para ti –
Dijo rozando su erección contra mi estómago – No quiero que te avergüences nunca
de desearme Isabella… Tu deseo y tu amor por mí son las mayores alegrías de mi
vida – Dijo y me besó largo y profundo, como para beber cada gota restante de mi
esencia.
Gemí.
-No quiero destrozar tu vestido porque te ves excepcionalmente
hermosa en él, pero tampoco tengo paciencia para sacártelo – Dijo y con un
tirón rasgó mis bragas –Aférrate a mi cuello, y no te sueltes – Me indicó y mientras
yo lo hacía él se bajó los pantalones lo suficiente para liberar su erección.
Luego levantó la parte delantera de mi falda y me dijo – Salta – Y con su brazo
sujetó mi trasero para levantarlo hasta él. Lo rodeé con mis piernas y sentí la
punta de su erección en mi entrada… Sentía cosquillear mis piernas desde mis
rodillas a mi sexo, y sentía mi vientre pulsando, ansiosa por su invasión…
Y todavía no lo había visto. Estábamos completamente a
oscuras.
Me besó, esta vez más dulcemente, tal como me tenía
acostumbrada, y súbitamente, de un solo empujón entró en mí hasta el fondo.
Creo que grité, en parte por la súbita invasión que obligó a
mi cuerpo a adaptarse a su tamaño, y en gran parte de puro placer, por la
sensación de bienestar y de triunfo que sentí, como de una meta cumplida.
Estaba donde debía estar. Nada más importaba.
Él hundió su rostro entre mi cuello y mi hombro y comenzó a
empujar y empujar, penetrar y penetrar, una y otra y otra vez, sin detenerse,
sin variar la intensidad.
Fuego líquido se concentraba en mi bajo vientre…
No duraría.
Era demasiada mi necesidad de él, y simplemente tenerlo adentro
era casi orgásmico. Ser cogida contra la pared de esta manera era insoportable
en su intensidad.
Mi orgasmo tensó cada músculo de mi cuerpo, y me aferré a él
desesperada, como si al hacerme acabar se fuera a esfumar…
-Te amo, te amo, te amo – Repetí besando su cabello.
Un rugido como no había escuchado nunca antes anunció su
culminación.
Nos quedamos así, abrazados, conmigo apretada entre su
cuerpo y la pared por unos minutos.
Lentamente pareció volver en sí.
Besó mi frente con reverencia y me preguntó
-Estás bien?
-Ahora sí – Respondí restregando mi nariz en su cuello.
-Te hice daño? – Preguntó preocupado.
-Tú nunca me harías daño – Dije modulando cada palabra.
-Vamos a la cama – Dijo caminando a oscuras aún dentro de
mí.
Llegó a los pies de mi cama y me dijo
-Afírmate de mí, te voy a desabrochar el vestido.
Obedecí y él soltó los cordones de mi espalda.
-Ahora te voy a sacar el vestido por arriba, para no… mancharlo…
- Dijo incómodo.
Semen. Si salía de mí su semen mancharía el vestido antes de
poder sacármelo.
La maniobra fue mucho más sencilla de lo que esperaba, y de
pronto estaba completamente desnuda salvo por los zapatos.
-Tuvimos sexo contra la pared mientras yo aún calzaba mis
zapatos de tacón – Afirmé.
-No lo siento – Dijo él como a la defensiva.
-Pffffff! Yo tampoco, es sólo que lo hicimos como las
estrellas porno. El tipo apenas
desenfunda su herramienta, pero la chica siempre usa zapatos de tacón… - Dije
enrollando su cabello en mis dedos.
Garr me dio un pequeño beso en los labios y me depositó en
la cama posicionándose sobre mí y luego muy despacio se retiró. Sentí de
inmediato el cambio. El vacío. Lo extrañé otra vez. Estaba a veinte centímetros
de mí, pero no estaba en mí, por lo
que no era suficiente.
Tomó de mi cómoda una de las pequeñas toallas que usaba para
secarme la cara por las noches y me limpió entre las piernas. Yo me dejé hacer
mansamente, sin inmutarme cuando tomó mi tobillo y me sacó un zapato y luego el
otro.
Lo sentí caminar hacia la ventana y por un horrible momento
pensé que se iba, pero simplemente abrió la cortina para dejar entrar la luz de
la luna. Y entonces pude distinguir perfectamente su silueta, y pude ver cómo
se desvestía mientras caminaba hacia mí.
Dios! No podía creer que este hombre fuera mío.
Estiré la mano y él la tomó, se sentó en la cama a mi lado y
besó mi palma.
-Te extrañé – Susurré.
-Lo sé – Dijo con voz ronca – Y yo a ti.
-No quiero volver a sentirme así… Pensé que me moría… Para
ti no debe ser más fácil – Le dije.
-No sé qué hacer – Admitió con un hilo de voz – Me estoy
volviendo loco sin ti, pero no te puedo llevar conmigo…
-Transfórmame – Le dije.
-Isabella… - Suspiró besando mis nudillos – No hay nada que
me gustaría más, tu transformación solucionaría un montón de problemas… Pero crearía
otros nuevos, un neófito siempre es un peligro, porque son impredecibles. Es
más fácil protegerte y esconderte como humana… Además si te convierto ahora
tendrías diecisiete años por siempre…
-No me importa! – Le dije – No me importa! Casi tengo
dieciocho!... A menos… Te importa a ti? – Pregunté con la garganta apretada.
-Odio que la gente crea que soy tu tío – Dijo suavemente.
-Eres tú el que les dijo que eres mi tío! – Exclamé.
-Y todos lo creyeron, porque me ven demasiado viejo para ser
otra cosa… - Dijo.
-Oh Garr… - Dije moviéndome hacia la otra orilla de la cama
para hacerle espacio – Ven – Dije tirando de su mano. Él se acostó dándome la
espalda y yo lo abracé por detrás apoyando mi mejilla en su cuello – Te entiendo…
Es incómodo para ti salir con una niña… Habría sido mejor si todo esto hubiera
pasado cuando yo estuviera físicamente más madura… No es lo ideal, pero es como
el destino lo quiso. Si no hubieras llegado a salvarme cuando lo hiciste
estaría muerta o sería la puta de James…
-No vuelvas a decir eso! – Rugió girándose y posicionándose
sobre mí – Tú eres perfecta, nada de esto es tu culpa! – Respiró profundamente
y se calmó un poco - Esto es acerca de mí, de la lucha que hay en mi mente
entre lo correcto y lo que quiero… Isabella, todo se traduce en que no quiero
que sacrifiques etapas de tu vida para estar conmigo, pero a la vez la vida sin
ti es literalmente una agonía… Podía soportarlo cuando era solo yo el que
sufría, pero no puedo verte sufrir a ti… Soy un hombre de más de doscientos
años que se encuentra totalmente perdido… No sé qué es lo correcto, no sé cómo
protegerte mejor – Dijo apoyando su mejilla entre mis pechos. Nunca lo había
visto tan vulnerable – Y no cuánto tiempo voy a demorar en encontrar a esa
perra pelirroja…
-Garr – Le dije acariciando su largo y desordenado cabello con
un nudo en la garganta porque su agonía me daba ganas de llorar – Garr, no sé exactamente
cómo era el sistema en la prehistoria cuando cortejabas mujeres como humano,
tal vez era más fácil porque les dabas con un palo en la cabeza y asunto
arreglado, pero en la actualidad las parejas son sociedades igualitarias. Tú no
eres el jefe y tampoco el único responsable. Yo voy a cuidar de ti tanto como
tú de mí… Es verdad que por el momento soy más frágil, pero pronto voy a ser
una vampira pateatraseros y no vas a tener que temer por mí todo el tiempo. No
me importa la diferencia de edad, no me importa nada de nada. Ojalá pueda
alcanzar a graduarme como humana, pero si no se puede, no lo dudes, estoy
dispuesta a sacrificarlo todo, menos a ti… Entiendes? – Le pregunté besando su
coronilla.
-Me amas de verdad… - Murmuró como maravillado por este
hecho, como si recién lo entendiera.
-Claro que sí, ya te lo he dicho un montón de veces… - Le
dije.
-No lo había dimensionado hasta ahora… Isabella, me amas de
verdad – Afirmó.
-Qué podría no amar? Eres perfecto… O al menos perfecto para
mí – Dije acariciando su mejilla.
-No estaba seguro de si alguna vez llegaría este momento –
Dijo sonriendo y deslizándose por mi cuerpo hasta que su boca encontró la mía.
Me besó lenta, lánguidamente mientras sus manos recorrían mi piel.
Hicimos el amor, descansamos un poco y lo hicimos otra vez…
Y a medida que pasaban los minutos podía sentir mis órganos internos asentarse nuevamente
en mi cuerpo. Se acabaron las náuseas, los temblores y los dolores. La única
angustia existente era el saber que nos volveríamos a separar… Pero lo empujé
al fondo de mi mente y disfruté de cada segundo con Garr. Mi Garr
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
No se pueden quejar… Les di tiempo Bella/Garr
En mi Facebook encontrarán fotos.
No olviden darme su opinión!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No olvides comentar!!!