Okas, este capítulo es distinto, y puede que no a todas les guste, ya
que trae ciertos conflictos poco idílicos que a mi modo de ver, son característicos
de toda relación que comienza… Los roces propios de acomodar a otra persona en
tu vida.
De todos modos espero que les guste,
cariños.
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Capítulo 18
…Soy inocente de tu
lado más culpable
pero el culpable de tu lado más caliente
soy el custodio de tus ráfagas de odio
el comandante de tu parte de adelante…
pero el culpable de tu lado más caliente
soy el custodio de tus ráfagas de odio
el comandante de tu parte de adelante…
…Sólo estoy solo y
estoy buscando esa alguien que
me está esperando que me entienda y si no me entiende
alguien que me comprende alguna a quien recordar de
memoria cuando estoy de viaje cuando estoy muy lejos si...
soy un vagabundo y camino bastante al rededor del mundo
pero quiero volver a mi casa a alguna casa
para encontrar a esa princesa vampira que respira
que respira y me mira.
me está esperando que me entienda y si no me entiende
alguien que me comprende alguna a quien recordar de
memoria cuando estoy de viaje cuando estoy muy lejos si...
soy un vagabundo y camino bastante al rededor del mundo
pero quiero volver a mi casa a alguna casa
para encontrar a esa princesa vampira que respira
que respira y me mira.
La parte de adelante / Andrés Calamaro
BELLA POV
Siento su cuerpo junto al mío y eso me convence de que tal
vez si vale la pena despertar.
He dormido en intervalos de una o dos horas, descansando lo
justo para reponerme, despertar y volver a hacer el amor.
Una parte de mi embotado cerebro se pregunta si alguna vez seré
capaz de volver a caminar… O si caminaré como los vaqueros con las piernas
arqueadas como un alicate.
Garr ha sido mucho más gentil las siguientes veces que me
hizo el amor, pero igual creo que abusamos… Lo he tenido dentro de mí al menos
la mitad del tiempo que hemos pasado juntos, ya que cuando acabamos de hacer el
amor su pene no se pone flácido como he
escuchado que lo hace el de un humano, así es que simplemente lo deja ahí. En
mi interior.
Tenemos largas conversaciones de los temas más diversos con él
penetrándome mansamente, hasta que la calentura gana de nuevo y despacio
comienza a moverse, y el ciclo vuelve a empezar.
Estoy segura de que voy a terminar con quemaduras por
fricción.
Y dios, cómo va a valer la pena!
-Abre los ojos Isabella, sé que estás despierta – Me dijo al
oído.
-No, no lo estoy – Murmuré cubriendo mi cabeza con la
almohada.
-Yo creo que si lo estás – Me dijo abrazando mi cintura
desde atrás – Vamos a salir.
-Salir? Adónde? – Pregunté sin poder contener mi curiosidad,
abriendo un ojo y creando una ranura para poder mirarlo.
Y cada vez que lo miro de pronto me pasa lo mismo…
No sé por qué aún me sorprende lo guapo que es. Lo que sí me
sorprende es no haberme dado cuenta de inmediato, a primera vista… Estaba
enceguecida por mis sentimientos, ya que alguna vez pensé que Edward era el
epítome de la belleza masculina.
Estaba tan equivocada…
Edward es un niño… Un niño hermoso, pero un niño.
Garrett es mucho más que eso… Garr es un hombre.
Amo su barba de tres días y como irrita mis labios cuando lo
beso de manera demasiado entusiasta.
Amo su mandíbula cuadrada y firme.
Amo su boca… bien dibujada y talentosa… No importa en qué
lugar de mi cuerpo la ponga, es siempre puro placer.
Amo lo alto que es. Parece un gigante a mi lado, y adoro
sentirme pequeña, femenina y delicada en comparación.
Amo su contextura definida pero no excesivamente musculosa.
Amo cada una de sus cicatrices, si no por otra razón,
simplemente porque no lo mataron antes de que pudiera llegar a mí.
Amo su sonrisa en todas sus variedades, porque rara vez
aparece por completo, pero cuando lo hace me provoca dar una fiesta en su
honor, porque ilumina y rejuvenece sus facciones.
Pero creo que más que todo amo sus ojos cuando su mirada cae
en mí. Siempre parecen suavizarse, y expresan tanto… Tanto amor, tanta ternura,
y a veces tanta posesividad. Esa última expresión es reciente, pero ya me estoy
haciendo a la idea de que Garr es del tipo celoso.
-Isabella – Dijo dándome una sonora palmada en el trasero
desnudo. A esas alturas de nuestro maratón sexual ya no había pudor posible,
habíamos recreado la mitad del kamasutra y conocía mi cuerpo al revés y al
derecho – Sácate esa almohada de la cabeza y mírame.
-Mmmmmmh… - Me estiré de pies a cabeza soltando la almohada
e hice inventario de mi cuerpo. Ok, me dolía todo un poco, y había ciertos
lugares específicos que pedían vacaciones a gritos. Si Garr quería salir de la
habitación, bien por mí. Probablemente no resistiría una nueva tanda de sexo
sin serio desgaste de material.
Además moría de hambre. Eran pasadas las tres de la tarde
del domingo y no había comido nada desde la manzana de Brennan.
Garr aprovechó de quitarme mi almohada y enredó los dedos de
una de sus manos con los dedos de las dos mías. Me rodó y se posicionó sobre
mí, besando mi clavícula de un lado al otro.
-Dónde vamos? – Repetí – Tengo hambre… - Dije con un
exagerado puchero.
-Vamos a salir, tú y yo, como una pareja de verdad – Afirmó
– Nada de tío y sobrina, tú eres mi mujer. Vamos a comer, vamos al centro
comercial a comprar lo que necesites, y vamos a la automotora a comprar otro
Jeep.
-Otro Jeep? –
Pregunté distraída por el último punto – Qué le pasó a tu Jeep? Tuvieron un
accidente? En qué se vinieron anoche entonces?
-No está en muy buenas condiciones – Dijo sin levantar la
mirada, besando mis hombros.
-La última vez que lo vi estaba en perfectas condiciones –
Rebatí – Dime qué le pasó. Chocaste?
-Lo rompí – Dijo contra mi piel aún sin mirarme.
-Qué? Lo rompiste? Qué significa eso? Por qué harías algo
así? – Pregunté tratando de soltar mis manos para poder levantar su mirada
hacia mí.
-Isabella… - Dijo con voz ronca – Recuerdas haber cortado la
llamada que me hiciste desde el parque?
-No… Después de vo… de lo del baño Emmett tomó el teléfono,
él colgó, verdad? Siento que hayas escuchado todo eso, debe haber sido
asqueroso, debiste colgar antes… - Le dije suavemente.
-Colgar? – Dijo levantando la mirada, furioso – Crees que te
iba a colgar mientras tú sufrías por mi ausencia? Que me iba a quedar tranquilo
pensando que probablemente los demás sabían lo que hacían?
-Garr no te enojes, simplemente digo que no había nada que
tú pudieras hacer… - Traté de que entendiera.
-Y qué crees que pasó cada vez que escuché cómo empeorabas
mientras yo estaba encerrado en el Jeep? – Preguntó soltando mis manos. Se
sentó y no me gustó la distancia que estaba poniendo entre nosotros. Mientras
lo tuviera conmigo lo quería pegado a mí como una garrapata.
-Pasó que descargaste tu frustración con tu Jeep… - Dije
suavemente, comprendiendo. Él no respondió y siguió mirando hacia un punto
inexistente.
Me incorporé y él no se movió, así es que gateé hacia él y
como tampoco se movió me senté a horcajadas sobre sus piernas, segura de que no
me empujaría, porque de hacerlo yo caería directo sobre mi trasero. No lo hizo.
Tomé sus mejillas en mis manos y las levanté, obligándolo a
mirarme (bueno, él obviamente lo permitió), y cuando estuvimos frente a frente
me acerqué tanto que su nariz chocó con la mía. Su expresión era triste y
derrotada, a Garr no le gustaba la incertidumbre y la sensación de impotencia
que le acarreaba nuestra relación, y se angustiaba por no saber hacer las cosas
de mejor manera… Aunque yo lo quería tal cual y por supuesto que no lo culpaba
de nada.
-Garr – Susurré.
No contestó, sólo me miró con esos ojos profundos como
pozos, pero resguardándose de no expresar nada.
-Garr – Le dije moviendo mi nariz de un lado para el otro para
darle besitos de esquimal.
Aún no obtuve respuesta.
-Si yo hubiera tenido que escuchar tu agonía con la
incertidumbre de no saber qué es exactamente lo que te pasa, te aseguro que no
sólo habría maltratado el auto… Probablemente le habría prendido fuego en mitad
de la carretera y de paso habría explotado una gasolinera y un minimarket – Le
dije besando su mejilla. Su expresión se suavizó un poco – Odio haberte hecho
pasar por eso, pero si no te hubiera llamado no estarías aquí, así es que no me
arrepiento.
Mira… - Dije tratando
de explicarme - No me gusta mucho que gastes dinero en mí, pero sé que Peter y
tu son más ricos que dios, así es que si te cuesta un Jeep cada vez que me
vienes a ver, me importa un rábano, cómprate una flota completa. Y si es
necesario empiezas una carrera paralela como asaltabancos, o vendemos las joyas
Chanel, seguro que esas solas compran un par de autos… - Le dije besando su
otra mejilla.
Él sonrió.
Una sonrisa pequeñita, pero ya no estaba triste, y más
importante, no estaba encerrado en sí mismo.
-Quieres saber cuánto escuché? – Me preguntó por fin.
-Sólo si quieres decirme… - Respondí con cautela.
-Nadie cortó la llamada, escuchamos hasta que tu batería
murió, después de que Emmett se despidió para ir al baile y tú y Charlotte
decidieron asistir.
-Oh… - Fue todo lo que pude decir. Había escuchado todo…
Llanto, vómito, gemidos, conversaciones… Con razón había destrozado el Jeep.
-Efectivamente – Dijo él frunciendo el ceño – “Oh”.
-Quieres hablar de lo que pasó? – Pregunté deseando fervientemente
que no quisiera.
Garr me miró atentamente, suspiró y negó con la cabeza.
Eligió no arruinar nuestro escaso tiempo juntos con temas desagradables.
-Vamos, a la ducha – Dijo tomando mi cintura para ponerme de
pié.
-No podemos! – Dije caminando hacia la percha de la puerta
para tomar mi enorme bata rosa – Si Amanda te ve le va a dar un ataque y me va
a acusar para que me expulsen… Y además, si te viera desnudo yo tendría que matarla
– Agregué entrecerrando los ojos, furiosa al imaginarla deseando a mi hombre,
que es exactamente lo que le ocurriría a cualquiera que lo viera en cueros.
-De verdad la matarías por verme desnudo? – Preguntó divertido,
abrazándome por detrás y besando mi cuello.
Lo pensé seriamente.
-No, no la mataría, pero le podría quebrar la nariz como al
chico de anoche – Dije casualmente, encogiéndome de hombros.
Garrett se tensó.
Ups…! No le había dicho nada de eso aún…
-Que. Chico. De anoche? – Preguntó girándome súbitamente.
-No es nada… – Dije rápidamente.
-Isabella – Gruñó. No creo que me haya gruñido a mí, sino al
concepto de “un chico”.
-A Emily le ha gustado un chico desde siempre, y él nunca le
prestó la menor atención. Pero ahora que todos saben que mi hermano está
interesado en ella, y ella en él, Archer comenzó a acosarla en la fiesta.
Char tuvo que contener a Emmett para que no lo matara en
público, y yo fui a rescatar a Emily. El tipo se puso violento y yo usé una de
las llaves de Jasper y le rompí la nariz… - Resumí.
-Te peleaste anoche? – Preguntó desconcertado.
-Eeeeh… si… Puede que te llame la Superiora, había bastante
sangre… - Confesé.
-Te golpeó? Te alcanzó a tocar? – Preguntó palpando mi
cuerpo, que estaba más maltratado por sus caricias que por cualquier pelea…
Pero claro, no le dije eso.
-No, ya te dije que gané. Él estaba borracho y sus reflejos
no eran muy buenos. Por eso no protegió su nariz cuando lo estrellé con la
pared – Dije gesticulando a pesar de su agarre.
-Peleaste con un borracho – Musitó.
-Y gané – Dije resaltando la parte importante. Así vería que
no tenía nada de qué preocuparse.
-Y Emmett y Char te lo permitieron… - Susurró.
-No tenían alternativa, Emm estaba como loco - Le dije – Además yo te dije que me puedo
cuidar sola! Pateé su musculoso trasero!
-Musculoso? – Preguntó nuevamente interesado.
-Sip, es un jugador de futbol, debe medir como un metro
ochenta y cinco o noventa y pesar… No sé, como dos Bellas y media Charlotte… -
Calculé.
-Isabella… - Dijo con un timbre bajo y una amenazadora
vibración en la voz.
-Pero fue bueno, porque por eso es que me vine temprano del
baile… Porque me echaron por matona! – Exclamé.
-Por qué no me dijiste nada antes? – Preguntó.
-Porque estábamos ocupados! – Exclamé – Cuando llegué me
atrapaste contra la pared y desviaste mi atención hacia cosas más interesantes…
-Isabella – Suspiró abrazándome, resignado – Vamos, a la
ducha…
-Y Amanda? – Pregunté – La vas a matar? Porque si es así
quiero mirar…
-No se va a poder, no está. Salió temprano con otra chica.
Escuché que iban a Silver City por el día, así es que estamos solos… O crees que te habría dejado
gritar y gemir como lo has hecho toda la mañana si alguien pudiera escucharte?
– Preguntó agarrando mi trasero a dos manos.
-Hey! Tú eres el que me hizo gritar y gemir! No es como si
fuera por iniciativa propia! – Me defendí. No me gustaba que insinuara que era
escandalosa… Y si lo era sería su culpa, por ser tan jodidamente bueno en la
cama.
-El único que te
ha hecho gritar y gemir – Aclaró posesivamente con voz baja y sexi… Amenazante.
-Quisiera poder decir lo mismo – Murmuré picada, sin saber
de dónde salía el reproche. Repentinamente estaba pensando en las decenas… No,
cientos de mujeres que pasaron por su cama antes que yo.
Agh! Qué asco…
El malestar se asentó en mi estómago como un plomo, y abrí
la puerta de mi habitación para dirigirme al baño.
-Isabella… - Me llamó Garrett desde mi habitación. No
contesté. Necesitaba unos minutos para recomponerme, para descifrar mis
intensos sentimientos – Isabella… - Dio un paso hacia mí, pero yo estaba
llegando al baño.
-Necesito… Unos minutos… Privados – Dije con voz ahogada y
cerré la puerta tras de mí. Mis ojos ardían y mi voz tembló, pero no perdí el
control… Bueno, al menos no completamente… No lloré a gritos ni lanceé cosas a
los vidrios y espejos como me habría gustado.
Qué me estaba pasando? Me estaba volviendo loca? Por fin
tenía a Garrett a mi lado después de necesitarlo tanto que casi me muero, pero
en vez de continuar con nuestra luna de miel estaba encerrada en el baño porque
sentía que si lo veía a la cara le daría un puñetazo por promiscuo…
Un ataque de celos… Un ataque de celos en toda regla, eso es
lo que tenía. No de las mujeres del presente o del futuro, a esas ya las
abofetearía yo misma cuando se quisieran acercar a él… No, lo que de pronto me
penaba era su pasado. Nunca habíamos hablado de específicos, pero un vampiro
tan viejo y sexi como Garrett tenía que tener un historial del porte de la guía
telefónica de Seúl.
Novias, amantes, relaciones pasajeras, revolcones de una
noche… A cuántas mujeres me encontraría que habían compartido eso con Garr?
Mujeres que habían compartido más de lo que habíamos tenido él y yo hasta ahora...
Que lo conocían mejor que yo… Que lo podían satisfacer mejor que yo…
“Pero él es tuyo, es tu
Pareja”, me decía la parte racional de mi cerebro.
Mierda! Eso ya lo sé! Pero siento esta cosa horrible que no
había sufrido nunca, algo como… Como ganas de arrancarme la piel a jirones de
pura ansiedad.
Náuseas. Otra oleada de náuseas.
Pero sabía que no vomitaría, ya que mi estómago estaba
vacío.
Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas libremente, pero
no sollozaba. Me obligué a guardar silencio porque no quería a Garrett entrando
como un loco, destrozando la puerta si me oía llorar.
Irracional, estaba siendo irracional y lo sabía… Pero mi
falta de experiencia que antes era simplemente una circunstancia más de nuestra
relación se transformó en algo de lo que sentirme avergonzada. No sabía nada…
Ni un truco, ni una técnica de seducción… Nada. Ni siquiera era buena en el fono-sexo
de Emmett a menos que tuviera google abierto para entender lo que los
depravados querían… De qué me estaban hablando…
Mierda! Ni siquiera sabía besarlo en la boca adecuadamente.
Edward había sido mi primer beso y yo el suyo, y
probablemente juntos éramos como un par de torpes bebés baboseándose mutuamente
sin técnica alguna.
Garrett estaba entrampado con una niña tonta e inexperta que
más encima tenía un precio por su cabeza.
Mal negocio para él… El destino lo jodió.
“El me ama, él me
ama!” Me repetí tratando de razonar conmigo misma...
Sí, pobrecito, me ama y no tiene cómo evitarlo.
Nauseas.
Lágrimas.
Y la fatídica conversación se creaba en mi cabeza… Yo: “Garrett,
cuánto duraste con tu última novia?” Él: “Eh, no mucho, unos treinta y cinco
años”...
BANG! Directo al corazón…
Dejé caer mi bata y me metí a la ducha. Abrí la llave del
agua caliente y me senté en el suelo de cerámica.
Bella cálmate…
Cálmate, no sé lo que pasa, pero esta no eres tú!
Sucia, me sentía sucia.
Las emociones se sucedían con asombrosa intensidad, saltando
de una a otra más rápido de lo que las podía procesar.
-Isabella… Estás bien? – Me llamó Garrett.
Asentí con la cabeza.
Negué.
Qué hacía? Estúpida, él no me podía ver.
-Ajá – Dije con la voz más neutra que pude manejar.
-Habla conmigo… - Me rogó.
-No gracias – Dije sin dejar de llorar y enjabonándome
frenéticamente hasta enrojecer mi piel, usando cantidades desproporcionadas de
body wash. Me estaba arrancando varias capas de epidermis al restregarme tan
fuerte.
-Isabella… Te entiendo, déjame entrar… - Dijo.
-No entiendes… No puedes entender… Yo misma no entiendo –
Dije restregándome los ojos porque las lágrimas nublaban completamente mi
visión.
Traté de pensar con la cabeza y no con el corazón… Sabía que
estaba siendo irracional, pero eso no hacía el dolor menos real.
Garrett con otra… Garrett con otra… Con cientos de otras…
Mierda! No podía controlar el latir de mi corazón…
Junto a la taquicardia comenzó la hiperventilación.
Por qué estoy somatizando de forma tan violenta?
-Isabella, lo siento, pero no me dejas alternativa, voy a
entrar – Dijo y abrió la puerta. No se rompió porque yo no me molesté en
ponerle seguro. Qué sentido tendría?
Y ahí me encontró… en la posición más patética posible… Bajo
el chorro de agua, abrazada a mis rodillas, temblando por el esfuerzo de
reprimir todo lo que sentía.
-Isabella… - Murmuró sorprendido.
-Quiero estar sola un rato, por favor – Dije lo más
educadamente posible, sin mirarlo, como si no pasara nada.
-Isabella…
-ÁNDATE GARRETT! – Grité cubriendo mi rostro, y perdiendo el
control – Te pedí un momento, dame un minuto de privacidad – Dije respirando
profundo. “Tranquila… Tranquila…”
-Isabella entiendo que… - Comenzó.
-Tú no entiendes nada – Afirmé llena de rabia. Agh! De
adónde salían estos sentimientos tan intensos? No tenía por qué enojarme con
él, él no hizo nada mal… “Lo que haya
pasado pasó antes de mí…”
Y sin embargo parte de mí lo odiaba un poco.
Eran estos los “sentimientos vampíricos” de los que
hablaban? Sentimientos más intensos y
violentos de los que existían en el rango humano… Me sentía como una neófita,
totalmente desequilibrada. En qué me estaba convirtiendo?
-Cómo podrías entender? – Le pregunté - Esto es algo que
tengo que resolver conmigo misma.
-Nunca más tienes que resolver nada sola – Me dijo
suavemente, acercándose.
-Garrett no quiero decirte algo de lo que me voy a
arrepentir – Le dije con los dientes apretados y muy lentamente, tratando de
reinar sobre mi recién descubierto temperamento – Me está pasando algo y es
mejor que no estés aquí cuando suceda…
-Sabes que no te voy
a dejar, dime qué te está pasando exactamente – Me pidió entrando a la ducha.
Se había puesto sus jeans para no andar en cueros, y al sentarse a mi lado se
empaparon.
“Ojalá tenga otros”, Pensé vagamente.
Garrett trató de abrazarme.
Error.
-No me toques! – Chillé. Él se retrajo de inmediato – No me
toques, no me toques… - Repetí más bajo.
Estaba loca… Me estaba volviendo loca… No quería que me
tocara con las mismas manos con las que tocó a las otras mujeres, lo que era
irracional en tantos niveles… Además sus manos estaban llenas de mí… De mi
esencia…
-Isabella… - Dijo suavemente – Háblame…
-Es como si mi síndrome pre-menstrual hubiera consumido
esteroides – Susurré – Me estoy volviendo loca…
Siento todo más fuerte… más profundamente… como si emocionalmente fuera
una neófita… Si pudiera creo que ya te habría pateado el trasero… Te odio un
poco… Y eso no es normal. Sé que no es normal, pero estoy enojada contigo… Te
amo, pero no dejaría que me tocaras ni con un palo de diez metros… Me siento
sucia… Me siento tonta… Me siento inexperta… Me siento mal…
-Sólo una mujer puede sentir tantas cosas a la vez… -
Comentó, creo que consigo mismo – Dime… Por qué te enojaste?
-Dijiste que eres el único que me ha hecho gemir y gritar –
Dije mirando a un punto fijo de la cortina de baño.
-Sí… - Me incitó a continuar.
-Pero yo no puedo decir lo mismo, verdad? A cuántas mujeres
me voy a encontrar que han tenido el privilegio? Por cuántas has gemido? Cuántas
te conocen mejor que yo? Cómo voy a reaccionar? Las voy a destruir o me van a
destruir a mí? – Pregunté volteándome y mirándolo a los ojos - Dices que
entiendes, pero no es posible que entiendas. Tú te pones posesivo del aire,
porque yo no tengo un pasado… Quisiera tenerlo… Quisiera haberme acostado con
unos cuantos, así no me sentiría tan estúpida… Así sabría… Cosas… - Dije. La
verborrea era como una represa rota, una vez que comenzó no se detendría.
Garrett comenzó a gruñir.
-No me vengas con eso! – Le dije tirándole en la cabeza lo
primero que encontré al estirar la mano, una enorme esponja masajeadora
anti-celulitis de Amanda – Yo hablo de supuestos, tú en cambio, lo hiciste de
verdad!
Además irrumpiste en el baño, irrumpiste en la ducha, me
obligaste a hablar así es que ahora te callas y escuchas lo que te estoy
diciendo. Si no te gusta déjame tranquila hasta que se me haya pasado lo que
sea que es esto - Le dije. Dios! Yo nunca le hablaría a Garrett de esa forma si
estuviera en mis cabales!
-Isabella, yo amo tu pureza… - Dijo sonando condescendiente,
como explicándole una obviedad a un niño.
Oh por dios, ese comentario es tan masculino que me dieron
ganas de castrarlo!
-Claro que la amas, pedazo de cavernícola. La amas como
todos los hombres aman llegar donde nadie ha estado, a nadie le gusta un “plato
de segunda mesa”… Por eso no puedes entender lo que siento. No tienes con qué
lidiar, no ha habido nadie antes de ti y lo sabes… Edward no cuenta – Le dije
mirándolo otra vez. Lucía perdido y mojado como un perrito en la lluvia y mi
corazón se comenzó a ablandar.
-No sé qué decirte… – Me dijo, dándose cuenta de que lo que
me dijera empeoraría las cosas. Yo estaba comportándome de forma totalmente ilógica.
-No digas nada… No hace falta – Le dije cerrando los ojos
bien apretados y cubriéndolos con los talones de mis manos – Char me va a
conseguir algún estabilizador del ánimo para dejar de comportarme como una perra
sicótica… No habrías tenido que escuchar nada de esto si me hubieras dado el
espacio que te pedí.
-Es mi deber como tu Pareja escuchar tus problemas y
preocupaciones – Dijo él.
-Garrett, creo que mental y emocionalmente me estoy
convirtiendo en un vampiro – Le dije muy seria después de respirar profundo un
par de veces, tratando de enfocarme en el problema de fondo, la causa de las reacciones
extremas a temas que se supone que estaban superados – No sé si es todo el
semen que aún tengo adentro o algo simplemente metafísico, pero todo lo siento
con una intensidad enorme y es horrible. Ni siquiera cuando me secuestraste te
odié, a James cuando me torturó tampoco… Le temía, pero no lo odiaba… En cambio
hace un rato creo que de verdad te odié un poco. Me sentí como Otelo con
Desdémona… Te mataría amándote y odiándote por la sombra de otra mujer. O de otros
cientos de mujeres, lo que sea.
-Isabella, todo eso quedó en el pasado… - Dijo tratando de
razonar.
-Por supuesto que quedó en el pasado! Eso ya lo sé –
Respondí – Y biológicamente es imposible que me engañes, aunque quisieras… Pero
cómo te sentirías si supieras que tuve sexo con Edward? Piénsalo vívida, detalladamente,
ponte en mi lugar… Sexo de todas las formas posibles, repasando el kamasutra
completito, hasta colgados de las lámparas, arriba del piano y contra los
árboles del bosque… Y ahora multiplícalo por mil hombres gozando de mi cuerpo…
o más…
Me detuve súbitamente… Los ojos de Garrett estaban negros
como dos ónix y su pecho vibraba como una motosierra.
La bestia.
Había provocado a Garrett lo suficiente como para despertar
a la bestia.
-Garr? – Pregunté ansiosa – Garr, tú sabes que todo era un
supuesto, verdad? – Pregunté reculando - Tú sabes que tú eres mi primer y
último amante… - Dije suavemente, tratando de calmarlo. Pero él parecía no
entender palabras… O a lo mejor decidió que simplemente no le interesaban.
Estiró sus brazos y sin esfuerzo alguno me levantó por las
axilas y me sentó sobre sus piernas. Mi rostro quedó a la altura del suyo, y
nuevamente sentí una oleada de ternura hacia él.
Cuando Garr perdía el control yo tendía a recuperar el mío…
Era una extraña forma de balancearnos. Sería terrible que los dos estuviéramos
como locos al mismo tiempo…
“Tranquila Bella,
tranquila… Lo amas, él te ama… El resto son detalles, la carga se arregla en el
camino…” Me dije.
Respirar. Lo importante es respirar…
Poco a poco mi mente comenzó a despejarse.
Poco a poco volvía a ser yo
Garrett me amaba… Qué diablos hacía torturándolo y perdiendo
minutos preciosos de nuestro tiempo juntos?
Definitivamente necesitaba medicación, mis emociones se
estaban engullendo a mi lado racional y no había nada que pudiera hacer para
controlarlas por mí misma.
Levanté mis manos lentamente y las llevé al rostro de Garr.
Acaricié sus mejillas delicadamente, le quité los mechones de cabello mojado
del rostro y comencé a darle besitos desparramados por todas partes. El sonido
de su pecho cambió de un gruñido furioso a una especie de ronroneo, y sus manos
comenzaron a explorarme con caricias firmes y posesivas.
Oh! Mi cuerpo respondía automáticamente a sus sonidos y
manipulaciones. Ya estaba mojándome entre las piernas otra vez…
Racionalmente sabía que no estaba bien provocar a Garrett,
pero era tan jodidamente sexi cuando se volvía medio salvaje…
Bajé mis manos por su pecho a su estómago, deslizándola por
sus abdominales hasta llegar a la pretina de sus jeans y acaricié su erección
por encima de la tela. Duro. Siempre Duro. Qué tan distinto sería hacerlo con
un humano? Supongo que nunca lo sabría…
Su boca se prendió de uno de mis pechos y su mano se deslizó
hacia mi sexo, acariciándolo en pequeños círculos.
Demonios! Yo quería jugar con él pero era él quién me estaba
volviendo loca.
Delicioso… Suaves y lentas caricias diseñadas para matarme
de placer. El clímax se acercaba lánguidamente, pero cuando estaba a punto él
se retiraba o cambiaba la intensidad, impidiendo mi orgasmo.
Inconscientemente yo había comenzado a rotar mis caderas, y
caí en cuenta de que él podía jugar con mi sexo por horas sin aburrirse, así es
que en un despliegue admirable de motricidad fina, desabroché sus jeans
empapados y liberé su erección.
Lo acaricié un par de veces y Garr cerró los ojos ante la
sensación.
Esperé a que abriera los ojos otra vez y pasé el pulgar por
la cabeza de su pene recolectando líquido pre-seminal, y mirándolo fijamente me
lo llevé a la boca. No se perdió detalle de mi lengua haciendo un gran show de
lamer su semilla…
Anticipación… Anticipación construyéndose en mi bajo vientre…
Y sorprendiéndonos a ambos, simplemente me senté en él,
empalándome violentamente.
Ok, eso dolió… Por un momento.
Pero luego todo lo que pude pensar fue “Agh! Por fin… Llena…
De él…”
Garr instintivamente apretó su agarre. Seguro dejaría
impresiones de sus dedos.
Giré mis caderas. Quería encontrar ese punto que me hacía
gritar… Garr lo conocía, sabía perfectamente cómo gatillar las reacciones
deseadas en mi cuerpo con sus dedos, su sexo y su boca, pero esta vez lo estaba
cogiendo yo. Era yo quien mandaba porque yo estaba arriba.
Fijó su mirada intensa en mí y sus manos se aferraron de mi
cintura y caderas bien fuerte, pero me dejó hacer. Probar. Guiar.
Mis dedos estaban enredados en el cabello de la parte baja
de su nuca y estaba casi hipnotizada, sin poder desviar mi atención. Sus ojos…
Sus ojos lo eran todo, lo decían todo.
Agh! Ahí… Ahí estaba el punto… Oh… Oh… Ooooh!
Perdí el ritmo, desconcentrada por el chispazo de placer.
Gemí frustrada… Tenía que encontrarlo de nuevo… Tenía que
encontrar el ritmo… Redescubrir el ángulo… El punto exacto…
Había estado tan cerca…
Fruncí el ceño, enojada conmigo misma.
Pero Garrett tomó el control.
Lo único que pude hacer fue aferrarme a él y disfrutar del
enorme goce que me brindó.
Él definitivamente conocía mi cuerpo mejor que yo.
“Tal vez debiera
comprarme algunos juguetes sexuales para aprender y sorprenderlo…” Fue mi
último pensamiento racional.
oooOooo
Garrett me estaba esperando en la oficina de la Superiora
luciendo serio y severo.
-Hola – Dije por show, abrazándolo castamente como si no lo
hubiera visto en semanas. Él se había adelantado para hablar con la Superiora y
pedir autorización para sacarme del internado por unas horas.
-Isabella – Dijo fríamente - La Hermana Superiora me estaba
hablando de un incidente ocurrido anoche en el baile, tienes algo qué decir?
Mierda! Jodida monja soplona! Se suponía que lo hablaríamos
el lunes entre las dos!
-Hubo una pelea – Dije.
-Quieres compartir más detalles? – Preguntó él levantando
una ceja. Actuaba su papel de tutor a la perfección.
-Nop – Respondí impaciente.
Salgamos de una vez!
-La Hermana dice que peleaste con un chico del otro colegio
– Insistió Garr.
-No fue exactamente una pelea. Él estaba ebrio y acosando a
otra chica y yo fui a defenderla. Él atacó y yo le hice una llave de defensa
personal para desviar su ataque, no para dañarlo. Pero como estaba borracho
chocó con la pared con la nariz por delante. Yo no quería pelear, no lo habría
hecho si lo hubiera podido evitar – Dije mirando a la Superiora.
-No es propio de una dama ese comportamiento, mucho menos en
un evento de gala – Dijo la monja.
-No es de caballeros andar borrachos arrinconando chicas
indefensas – Dije sin poner a funcionar el filtro verbal.
-Siempre hay alternativas a la violencia, sobre todo en el
caso de una jovencita bien educada – Dijo la monja, cabreada de que le
contestara.
-Y cuál sería en este caso? Dejar que ese gorila manoseara a
la chica a la fuerza? No involucrarme? O dejar que me empujara o me golpeara en
su borrachera? – Pregunté. Garr negó levemente con la cabeza pero mantuvo su
expresión.
-La verdad es que a mí me gustaría saber lo mismo – Dijo
Garrett volviéndose a la Superiora - Y quisiera saber además cómo es posible
que hubiera alumnos borrachos en un baile supuestamente tan elegante y bien
supervisado. Pago una cantidad considerable por tener a mis sobrinos en este
lugar porque supuestamente es un colegio de excelencia donde no sólo se
potencia lo académico sino que también la formación valórica. Usted ha dicho
que Isabella no se comportó como una dama… Quisiera decirme usted cómo se
habría portado una dama exactamente? Porque si todo lo que hizo ella fue ayudar
a una amiga en problemas y desviar el ataque de un rival mucho más alto y
pesado que ella, creo que merece felicitaciones, no un castigo.
-Señor McCallister, el castigo de Isabella se evaluará
mañana – Dijo ella, incómoda – Yo sólo le informé para que tuviera constancia
de esta situación.
-Está probado que el muchacho estaba tomando? – Me preguntó
Garrett.
-Sí, cuando quedó noqueado en el suelo un padre del otro
colegio le sacó una petaca de la chaqueta… Y además apestaba a vodka… -
Respondí.
-En general no pretendo involucrarme en la educación de mis
sobrinos – Dijo Garrett incluyendo a Emmett – Por las demandas de mi trabajo no
tengo el tiempo para dedicarme plenamente a ellos, y es por eso se los confié a
ustedes… Pero en estas circunstancias no me deja alternativa. Un castigo en
este contexto sería completamente irregular… Si usted castiga a Isabella por
defenderse yo retiro en el acto a mis tres sobrinos del colegio, y ya se puede
olvidar de todo el calendario de donativos acordados a futuro.
-Pero señor McCallister! - Exclamó ella horrorizada. Qué
demonios le había ofrecido Garrett para que reaccionara así? Laminar con oro
las columnas de la iglesia? Pintar un fresco renacentista en el techo? Vitrales
góticos para las ventanas? Gárgolas para las torres? Me gustaban las gárgolas,
una vez vi una película…
-Ahora nos retiramos – La cortó Garr cortando de paso mis
divagaciones – Tenemos mucho que hacer y poco tiempo. Buenas tardes – Dijo y
dándole la espalda se dirigió a la puerta. Yo no fui tan valiente como para
mirarla, pero estoy bastante segura de que la monja echaba humo por las orejas.
Corrí al lado de Garrett y le dije
-Wow! Eres mi héroe! Si no te amara desde antes, me habrías
conquistado sólo con decirle a la condenada monja que no le vas a donar lo que
sea que le prometiste… - Le dije.
-No podía permitir que te castiguen por hacer lo correcto –
Dijo simplemente.
-Adónde vamos? – Pregunté mientras caminábamos por la grava.
-Hay un taxi esperándonos en la entrada – Respondió.
Caminamos en silencio y a ambos lados del camino había
chicos y chicas sentados en el pasto, leyendo o conversando, disfrutando de su
tarde de domingo.
-Garrett! Garrett! – Gritó Emmett de entre un montón de chicos
que pasaban el rato en el pasto, haciéndonos señas como aterrizando un avión.
Nos detuvimos. Emmett trotó hacia nosotros con Emily de la mano. Ella usaba una
solera azul, su largo cabello rubio tomado en un medio moño y zapatillas de
ballet. Se veía pequeña e inocente, como si tuviera doce años, pero preciosa y
radiante de felicidad.
Cuando llegaron a nuestro lado tomé su mano libre y la
apreté. Ella estaba profundamente sonrojada, pero sonreía contenta.
-Em, este es mi tío Garrett – Dijo Emmett – Garrett, esta es
Emily, mi novia – Dijo rebosante de orgullo.
-Aaaaaaah! Felicidades! – Chillé y abracé a ambos y besé sus
mejillas – Estoy tan contenta!
-Hola Emily, he oído mucho de ti, es un gusto conocerte –
Dijo Garr estrechando su mano una vez que los solté.
-Gracias, igualmente – Murmuró ella enrojeciendo aún más si
es posible. Tal vez porque mi hombre es el más guapo y sexi del planeta… O tal
vez porque Emily es la chica más tímida del mundo… O las dos.
-Adónde van? - Preguntó Emmett abrazando a Emily, que se
veía diminuta a su lado. Ella le sonrió mirándolo con auténtica devoción.
-A comer algo, al centro comercial y a comprar otro Jeep –
Dijo Garrett, sorprendiéndome al decir toda la verdad. Supongo que Emily era ya
oficialmente de la familia.
-Bella – Susurró Emily tratando de que escuchara sólo yo, un
ejercicio inútil en presencia de dos vampiros – Te van a castigar por mi culpa,
quiero ir contigo a la reunión con la Superiora…
-No pasa nada, ya hablé con ella y Garrett amenazó con
sacarnos a los tres del colegio si me castigan por defenderme de un borracho –
Le dije – Pero gracias por la oferta, lo aprecio un montón.
-Sacarlos del colegio! – Exclamó a un volumen normal y
aferró su mano libre al brazo de Emmett.
-No te preocupes Em, hay un montón de donativos de por medio
que hacen súper inconveniente para los dos colegios el perdernos como alumnos –
Dijo Emmett besando su coronilla.
-Bueno, ha sido un placer conocerte Emily, felicitaciones
Emmett. Nosotros nos vamos porque tenemos un taxi esperando – Dijo Garr.
Despedidas de rigor y seguimos nuestro camino. Varios chicos
y chicas me saludaron casualmente gracias a mi nueva popularidad ya sea como
hermana de Emmett o como campeona de lucha libre, y entonces, pasó lo que me
temía.
-Bella! – Gritó desde atrás. Venía corriendo por el sendero.
Brennan.
Mierda!
-Oh! Hola… - Le dije tratando de sonar lo más neutral
posible - Garrett este es Brennan el compañero de dormitorio de Emm; Brennan,
este es mi tío Garrett – Dije, y las palabras tuvieron un sabor amargo en mi
boca. Tío, tío… No es mi jodido tío!
-Hola! Mucho gusto – Dijo Brennan extendiendo su mano sin
saber en lo que se estaba metiendo.
-Igualmente – Dijo Garrett fríamente. Pero al menos no le
arrancó la cabeza en el acto, algo es algo.
-Bella, quería saber cómo sigues hoy? – Preguntó Brennan sin
darse por enterado de que Garrett odiaba sus entrañas.
-Mejor! Mucho mejor – Dije rápidamente.
-Bien… Y lo de la pelea con Archer? Me sentí mal de no
llegar a tiempo para ayudarte como con lo de Josh, aunque claramente te puedes
defender sola… – Dijo con una sonrisa.
-Josh? – Preguntó Garrett.
-No es nada, un tipo que dice que le gusto – Dije fulminando
a Brennan y gritándole “Cállate!” con mi mirada.
-Es más que eso y tu tío debería saber – Dijo Brennan
ignorando mis advertencias. Maldito sea!
-Sí Isabella, tu tío debería saber – Dijo Garrett,
claramente cabreado, pero ya no tanto con Brennan, sino conmigo – Quién es Josh?
– Preguntó nuevamente
Me quedé callada. No sería yo la culpable de la muerte de
Joshua.
-Es un chico que está obsesionado con Bella – Dijo Brennan
al ver que yo no contestaba – Siempre está hablando de ella y la está tocando o
abrazando, y la invitó al baile y ella no quiso, y anoche estaba borracho e
insistió en bailar con ella. Bella se negó y él trató de manosearla y llevarla
a la pista por la fuerza – Narró. La mandíbula de Garrett estaba tan apretada
que esperaba que algo se quebrara en cualquier momento – Bella se le enfrentó
pero yo me interpuse entre ellos. De ahí Bella me mandó a bailar con Gaby para
tratar de mover todo el grupo a la pista y se fue a patearle el trasero a
Archer… - Dijo.
-Esa parte del baile no me la habías contado – Dijo Garrett
con forzada calma.
-No es importante – Dije – Josh es inofensivo y Brennan es
una vieja chismosa – Dije entrecerrando los ojos hacia Brennan.
-No es la primera vez que Josh te agarra por la fuerza y lo
sabes. También ha ocurrido cuando está sobrio – Dijo Brennan frunciendo el ceño
– Si no le cuentas a tu hermano, al menos tu tío tiene que saber.
-Por favor, no es como si me fuera a violar! – Exclamé.
Ambos oscurecieron sus miradas, furiosos ante el concepto.
-Y eso es lo que hace falta para que te cuides? Que te
traten de violar? – Preguntó Brennan – Ayer vi lo enferma que estabas, si
alguien quisiera aprovecharse de ti cuando estás en ese estado, no tendría
ningún problema, no te podrías resistir.
-Brennan! Cuál es tu problema? Cuál es la idea de acusarme?
Pensé que éramos amigos! – Le dije empujándolo. Ni se movió… Yo no tenía mucha
fuerza, gasté toda mi energía en el maratón sexual.
-La idea es que tienes que empezar a preocuparte por ti. Sé
que hay días que no comes más que el desayuno para poder pasar tiempo con
Emmett, y que no te comes las barras de cereal que él te lleva porque no te
gustan. Sé que ayer estabas tan enferma que pensé que te vomitarías los
pulmones y morirías, pero aquí estás, sin guardar ni un día de cama. Sé que me
importas y que no quiero que nada malo te pase! – Me dijo directamente a la
cara.
Mierda!
-Estoy bien – Dije furiosa – Ahora que voy a salir, voy a pasar
a comprar barras de cereal con chispas de chocolate y listo – Le dije – Y si
tenías algo que decir, me lo dices a mí, no tenías por qué acusarme como si fuera
una vecina charlatana!
-Me importa más tu salud que si estás enojada conmigo – Dijo
encogiéndose de hombros – Si no escuchas a tus amigos tal vez escuches a tu
tutor. Mucho gusto – Le dijo a Garrett, se dio media vuelta y se largó con toda
dignidad.
-Con que ese es Brennan – Dijo Garr desapasionadamente
pasados unos segundos de incómodo silencio.
-Ajá – Respondí. Él se giró y comenzó a caminar hacia la
reja de entrada y yo lo seguí.
-Tienen un acento jodido… Suena casi británico – Dijo. Ni
traté de responder a eso. Lo que dijera lo arruinaría más - Dijo algunas cosas
interesantes – Comentó.
-Mmmmmh – Dije sin saber qué decir.
-Se preocupa por ti – Continuó.
Me encogí de hombros.
-Le gustas – Dijo deteniéndose y descargando toda la
intensidad de su mirada en mí al ver que no decía nada.
-Eh… Sí… No sé cuánto, pero sí, lo sé - Dije. No había para
qué negarlo.
-Por qué no me dijiste nada de él? O de Josh? – Preguntó.
-No quería preocuparte… -Dije - Y además no tienen
importancia… Brennan es mi amigo, y Josh ni siquiera eso…
-Pero te tocó – Afirmó.
-Sólo la cintura y las caderas – Dije de inmediato. A
Garrett no le gustó esa respuesta – Además Brennan me ayudó.
-O sea que está bien si uno de tus pretendientes te toquetea
porque otro pretendiente te rescató… - Resumió.
-Si estás insinuando que te engañé… - Comencé a enojarme.
-No estoy insinuando que te metiste con otro, estoy diciendo
que me ocultaste información… - Aclaró volviendo a caminar.
-Para que no te preocuparas! – Exclamé – Nunca estuve en
peligro…
-Una relación se basa en la honestidad – Me dijo.
-Ja! Mira quién habla de honestidad! – Me burlé levantando
las manos, frustrada.
-A qué te refieres? – Preguntó muy serio.
-A que no has sido precisamente transparente, Garrett – Le
dije enfrentándolo de nuevo - Ya estábamos en la reja – Me ocultaste tu sufrimiento
por la separación, y si yo no hubiera acudido a ti en vez de hacer lo mismo que
tú y esconderlo, aún nos estaríamos retorciendo en agonía los dos.
-Lo hice por protegerte – Dijo de inmediato.
-Bueno, yo igual – Respondí – Los adolescentes son adolescentes
y les gustan los juguetes nuevos. Char y yo somos la novedad, pero como todos
temen a Charlotte, sólo quedo yo… De verdad creíste que no me miraría ningún
humano? Tanto me subestimas? – Pregunté.
-Por supuesto que no! Tú eres hermosa… - Dijo shockeado.
-Regular, bonita o hermosa estaba claro que algún chico se
interesaría en mí… Aunque fuera por romper con la rutina… De la misma forma que
sé que hay mujeres interesadas en ti. No necesito que me lo cuenten, no
necesito verlo con mis ojos, me basta con verte a ti para saber que siempre va
a haber otras que te deseen… - Dije – Yo soy humana y tengo que competir con
vampiras experimentadas… Tú en cambio te enfrentas a adolescentes humanos. No
hay comparación.
-No – Me dijo deteniéndonos y poniendo sus manos en mis
hombros – No la hay. No existe nadie más que tú…
-Ditto – Respondí – La confianza tiene que ir para los dos
lados.
Garr suspiró.
-Me muero por besarte… - Dijo mirando mi boca como si fuera
la última gota de agua en el desierto.
-Entonces salgamos de aquí de una vez – Le dije suavizando
mi tono – Odio pelear contigo, y parece que no hemos hecho más que discutir y
tener sexo desde que llegaste.
-Es verdad, pero yo diría que en una relación de dos de tres
en favor del sexo – Dijo él recuperando el buen humor.
-De todas maneras no es así como había imaginado nuestra
reunión… O sea… La parte del sexo sí, pero no lo demás… - Suspiré.
-Somos una pareja nueva, y a pesar de lo intenso de nuestros
sentimientos, aún nos estamos conociendo. A eso agrégale todos los factores que
nos están estresando en estos días… – Dijo él – Tenemos que pelearnos Isabella,
tenemos que decirnos las cosas, a gritos si es necesario. No temas decirme lo
que sea que sientes, nunca me vas a perder.
-Ni tu a mí – Murmuré – Lo que siento no se disuelve Garr,
lo que siento es de verdad.
oooOooo
El taxi nos estaba esperando y nos llevó directamente al
Centro Comercial. No hablamos nada en el camino, pero nuestras manos se
mantuvieron juntas lado a lado en el asiento, con los meñiques entrelazados.
Eso bastaba. Tocarlo, aunque fuera un centímetro de su piel, bastaba.
Lo primero que hicimos fue ir al patio de comidas, donde me
devoré un enorme sándwich en “Subway” y una dona rellena en “Krispy Kreme”.
Garrett me miró comer pacientemente, sin tratar de entablar conversación,
probablemente porque si yo tratara de contestarle me podía atorar.
-Para el próximo maratón de sexo deberíamos tener bebidas
isotónicas, barras energéticas, y frutos secos, así no necesitaremos salir –
Comenté por fin, limpiándome la boca con una servilleta. Él sonrió.
-Vas a beber lo que queda? – Me preguntó mientras constataba
que me quedaba la mitad de la gaseosa en el vaso.
-No, ya tuve suficiente – Le dije sintiendo que un sorbo más
me haría estallar… O peor, eructar.
-Por qué compraste tanta si sabías que no te la podrías
beber? – Preguntó curioso mientras caminábamos al basurero.
-Porque era parte del combo agrandado – Le dije – El combo
de sándwich, gaseosa y una galleta valía trece dólares, pero si agrandaba la promoción
por un dólar treinta me daban como medio litro de gaseosa extra y un paquete de
papas.
-Pero no alcanzaste a comértelo todo. Apenas tocaste las
papas y no bebiste la gaseosa extra… - Razonó.
-Lo sé, siempre me pasa, pero es difícil decir que no cuando
agrandar el combo es tan barato… - Le dije.
-Con razón hay tantos humanos gordos – Dijo mirando a su
alrededor – Y por suerte tú vas a ser vampirizada relativamente pronto, porque si
sigues con tus hábitos alimenticios te veo claramente como una de esas mujeres
obesas que andan en carritos eléctricos en el supermercado.
-Hey! – Le dije dándole un manotazo pero él soltó una
carcajada y me abrazó haciendo equilibrio con la bandeja.
-Tú sabes que te amaría igual. Más gorda o delgada siempre
serás perfecta… Incluso me sentaría en el carrito contigo…! – Dijo buscando mi
boca. Yo fruncí el ceño y me negué por un segundo, pero la posibilidad de
besarlo en público mientras reíamos y bromeábamos era irresistible.
Nos besamos dulcemente en mitad de todo.
No dimos un espectáculo de lenguas o pasión, pero la gente
nos miró igual. Tal vez porque se notaba la diferencia de edad, tal vez porque
él es increíblemente guapo, no lo sé. Lo que sí sé es que esa fue nuestra
declaración al mundo: Sí, estamos juntos!
-Te amo Garr… Hasta la luna – Susurré sin poder despegar mis
ojos de los suyos.
-Te amo Isabella… Desde siempre – Respondió.
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Y ahí está. Espero hayan comprendido la necesidad de este capítulo que
detalla la complejidad de establecer una relación de pareja. No todo son rosas
y corazones, pero las reconciliaciones son maravillosas. Y qué les parece el
nuevo rango emocional de Bella? Si siente como un neófito, lo podrá resistir su
cuerpo humano?
Y en lo personal, alguna de ustedes ha vivido una lucha épica entre su
lado más racional y el emocional? Yo definitivamente sí.
Opinen!
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