Hola a todas! Ya
sé que debería estar escribiendo "Mi Destino", y de hecho tengo dos
capítulos escritos a mano terminados que debo pasar al computador, pero es que
tuve esta idea y no la quise dejar ir… Es el fic de Alec que tantas me han
pedido, y que por fin encontré un contexto en el que creo que funciona y puede
resultar original, ustedes dirán.
Aprovecho de
desear felicidades a todas las chicas que cumplieron años en las últimas
semanas, especialmente a Francisca Helmig, que es una de mis más antiguas y
fieles lectoras.
Cariños y gracias
por su paciencia, no olviden opinar.
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Capítulo 1
Declare this an emergency
come on and spread a sense of urgency
and pull us through
and pull us through
and this is the end
this is the end of the world
It's time we saw a miracle
come on it's time for something biblical
to pull us through
and pull us through
and this is the end
this is the end of the world.
come on and spread a sense of urgency
and pull us through
and pull us through
and this is the end
this is the end of the world
It's time we saw a miracle
come on it's time for something biblical
to pull us through
and pull us through
and this is the end
this is the end of the world.
Apocalypse Please
/ Muse
En un futuro cercano…
ALEC POV
El Apocalipsis.
Nunca esperamos que fuera así… Y por eso fue tan fácil
tomarnos por sorpresa, simplemente no estábamos preparados.
Durante miles de años nuestras especies convivieron en paz,
los humanos en feliz ignorancia y los vampiros regidos bajo un estricto código
de conducta diseñado para evitar la exposición.
El sistema funcionaba, los Volturi actuaban como juez y
verdugo y éramos una fuerza temida en todo el mundo. Muchos nos odiaban, pero
la gran mayoría nos respetaba comprendiendo que más allá del poder y la gloria,
nuestra tarea era cuidar del bien mayor.
Pero ese entendimiento no era el caso de los Rumanos… Ese
par de vejestorios hijos de puta formaron un reinado del terror sin esconder su
condición de inmortales, lo que creó leyendas que sobreviven hasta el día de
hoy, haciendo muy difícil el control de daños en las zonas más propensas a dar
credibilidad al folklore. Cuando los Volturi por fin tomaron el poder y
destruyeron sus castillos Vladimir y Stephan alcanzaron a huir, pero no sin
antes jurar venganza.
Pasaron cientos de años antes de que ellos pudieran recobrar
fuerzas y ensamblar una corte semi decente, pero una vez que decidieron actuar
nos demostraron que su plan habría funcionado incluso si solo hubieran actuado
ellos dos por su cuenta… Su venganza se materializó usando no la fuerza, sino
la tecnología, de manera tan irracional que resultaba impensable: La exposición
de nuestra especie.
Stephan y Vladimir decidieron que no tenían nada que perder,
y que si ellos no podían ostentar el poder, ciertamente los Volturi tampoco,
por lo que durante la ceremonia de cambio de mando del recién electo Presidente
de los Estados Unidos, lo atacaron a él y a los altos dignatarios de todo el
planeta presentes en el evento, a plena luz del día y frente a cientos de
cámaras transmitiendo en directo para todo el mundo.
Los humanos tenían pruebas de una aterradora realidad: Los
vampiros ya no eran un mito.
Y no fue como en la serie "True Blood" en la que
los vampiros salen del ataúd y pasan a ser tratados como una minoría con
derechos civiles. Nop. Porque nosotros no contábamos con embajadores preparados
para tratar de pacificar a la población, no había estrategias de contención y
para cuando quisimos actuar ya era demasiado tarde.
El daño irreparable ya estaba hecho.
La revelación causó una reacción en cadena.
Primero se produjo pánico e incertidumbre entre la población
humana, que cayó en cuenta de que sin saberlo convivía con el enemigo y que no
tenían armas para defenderse, ya que el mito de Drácula no se acercaba a la
realidad. Se agotaron en todas partes los ajos y crucifijos, los curas en las
iglesias produjeron agua bendita en galones, las paredes de las casas se
forraron de espejos para reconocer a los potenciales vampiros y la luz solar se
volvió la mejor aliada humana, porque representaba seguridad… Los vampiros no
podían exponerse a ella o estallarían en llamas, o eso creían.
Por su parte, cientos de vampiros alrededor del globo
decidieron que ya que la verdad estaba expuesta no tenía sentido seguir
escondiéndose, y comenzaron a alimentarse libremente a vista y paciencia de
todo el mundo, lo que hizo que generó un caos aún mayor. Saqueos, incendios,
paranoia, asesinatos y anarquía se convirtieron en pan de cada día, haciendo
que Gobiernos y Grandes Potencias actuaran precipitadamente en el infructuoso
intento por eliminarnos.
La mayoría de los Gobiernos comenzó a defender a la
población conservadoramente, de la misma forma que tratarían a cualquier
enemigo, vale decir con militares en las calles y armas de fuego tradicionales.
Pero al ver que las balas rebotaban en nuestra piel, continuaron con material
bélico cada vez más avanzado escalando hasta el armamento biológico y nuclear
que destruyó ciudades y mermó poblaciones enteras, lo que nos lleva al día de
hoy.
La anarquía.
Los Gobiernos humanos se han desintegrado, y los vampiros
del mundo hacen lo que quieren sin obedecer a una regencia central.
Los humanos tratan de sobrevivir en pequeñas células
guerrilleras, y se han convertido prácticamente en nómades que se desplazan
constantemente a zonas más soleadas buscando ser capaces de al menos reconocer
a su enemigo cuando se cierna sobre ellos.
La civilización en su conjunto retrocedió cientos de años,
tecnológicamente viven prácticamente en la Edad Media, y ya no existen líneas
de comunicación al no haber teléfonos, televisión, internet o siquiera correo
ordinario… Y todo esto lo soportan con la frustración agregada de contar con el
conocimiento y tecnología para hacer su vida más llevadera, pero sin poder
aplicarla. De qué sirve un auto sin nadie que extraiga el petróleo que necesita
para funcionar? O un computador sin electricidad, una ducha sin agua en las cañerías,
o un refrigerador sin una fuente de poder?
Los Volturi en general y los Maestros en particular estaban
destrozados ante esta nueva realidad. Si bien aceptamos nuestra condición de
vampiros y nos alimentamos de nuestra fuente natural, sangre humana, no somos
unos bárbaros. El arte y las ciencias eran respetados y estudiados, la
literatura era venerada como la fuente de toda sabiduría y nuestras enormes
bibliotecas eran nuestras más valoradas posesiones.
Resumiendo, todos en La Corte nos manteníamos bien
actualizados en todos los campos del conocimiento humano. Los Maestros exigían
más que dones atractivos en los miembros de su Guardia… Debíamos expandir
nuestros horizontes aprovechando la infinita capacidad de retención de nuestro
cerebro vampírico.
Era irónico que en el ocaso de la humanidad fuera un grupo
de vampiros quienes terminaran siendo los guardianes del conocimiento humano.
La única y triste ventaja con la que contaba la humanidad es
que seguían siendo la mayoría. Ya ningún vampiro se molestaba en crear
neófitos. Encontrarse con otros vampiros era absolutamente sencillo ahora que
se paseaban por las calles a plena luz del día, lo que solucionaba cualquier
sentimiento de soledad o aislamiento, y además… Para qué crear más competencia
en un mundo abiertamente competitivo?
oooOooo
Los humanos se esconden y se organizan, unos mejor que
otros. Hay muchos grupos que se las arreglan para sobrevivir apenas, pero
también hay algunos grupos más fuertes, paramilitares que decidieron luchar con
el único recurso que ha probado ser eficiente contra mi especie: el fuego.
Fuego contra súper-fuerza. Fuego contra súper-velocidad.
Fuego contra inagotable energía…
Estaban condenados, y en La Corte vivíamos el duelo por la
especie que desaparecía. Duelo por lo que fuimos. Duelo por el ocaso de la
grandeza.
oooOooo
Debíamos restablecer el orden, estaba claro que nadie más
que nosotros estábamos dispuestos a intervenir.
Tras largos días de discusión estratégica los Maestros
acordaron enviar equipos de ataque a los cinco continentes para eliminar el
problema. Cada equipo acabaría con la resistencia y se quedaría como Regente de
su territorio hasta que las cosas se hubieran calmado y el orden fuera
reestablecido.
Y cuando digo eliminar el problema, lo digo literalmente.
Debíamos exterminar a todos los vampiros que no estuvieran dispuestos a
someterse inmediatamente a la autoridad de los Volturi. No habría compasión, la
condena de muerte se ejecutaría enseguida y si lográbamos encontrar a los
Rumanos, debíamos capturarlos con vida para presentarlos ante los Maestros.
Porque esas muertes se prolongarían un poco más…
Mi equipo contaba de mi hermana Jane que nunca trabajaba
separada de mí; Félix, la fuerza bruta de la Guardia; Heidi, una muñeca hermosa
y hueca, y yo. La verdad es que uno se podría preguntar el por qué
necesitábamos a Heidi que no era nada más que carnada glorificada, y lo cierto
es que no la necesitábamos para nada, pero como daba la casualidad de que Félix
se la estaba cogiendo de momento, nos tocó llevarla con nosotros a nuestro
destino: Norteamérica.
Viajamos en uno de los jets privados de La Corte, sin
ninguna interferencia humana. Los Volturi teníamos reservas propias de
combustible y los aeropuertos llevaban mucho tiempo abandonados. Compartimos el
avión con el equipo destinado a Sudamérica (Demetri, Santiago y Chelsea y
Aftón), y nuestro punto de llegada fue el aeropuerto de Corpus Christi, Estados
Unidos, (uno de los pocos que se encontraba en buenas condiciones en el área) y
en ese punto nos separamos.
La idea era simple y tediosa. Al no tener inteligencia ni
medios electrónicos para guiarnos, debíamos ir de pueblo en pueblo buscando
rastros frescos de vampiros, seguirlos y evaluar si se les perdonaría la vida o
no.
Texas nos tomó tres meses y fue una masacre. El Estado
completo estaba lleno de salvajes sanguinarios imposibles de rehabilitar así es
que fuimos detectando, evaluando y eliminando a más de ciento ochenta y cinco
vampiros. Sólo veintitrés juraron lealtad a los Volturi y se les permitió
vivir, y nos dimos por satisfechos… Peor es nada.
New Mexico fue más rápido, nos tomó unos dos meses, ya que
no encontramos demasiados rastros vampíricos frescos. Esto se debe a que este
Estado no tenía tantos centros urbanos como otros Estados, por lo que los
vampiros que andaban de cacería buscarían zonas más pobladas.
Luego pasamos a Arizona, comenzando por Tucson. En este
Estado si encontramos rastros frescos entrecruzándose. Los humanos buscaban el
sol del desierto en la creencia de que les daría una ventaja frente a sus
predadores.
Demoramos tres meses en llegar a Phoenix, y para entonces yo
ya estaba cansado. Si bien soy un soldado, no estaba preparado para todo lo que
me tocó hacer. Matar impunemente, sin que mis víctimas tuvieran la menor
posibilidad de defenderse .Una mirada mía bastaba para anularlos completamente,
y las pocas veces que quise pelear de igual a igual Jane se puso nerviosa y
atacó a mis contrincantes con su don, haciéndolos retorcerse en agonía hasta
que Félix o yo acabábamos con su sufrimiento. Yo le pedí a Jane en todos los
tonos posibles que me dejara pelear mis batallas, pero ella se aterraba ante la
idea de perderme, y sencillamente reaccionaba exageradamente ante cualquier
amenaza.
Phoenix era un desastre peor que los demás. No sé mi
percepción se debía al estado general de la ciudad que había sido bombardeada,
a la cantidad enorme de cadáveres humanos que plagaban las calles en distintos
estados de descomposición, al calor abrazador, al polvo que lo cubría todo, o
quizás a los diversos carroñeros que festinaban de este inesperado banquete…
Captamos montones de rastros, los seguimos y en general
coincidían con asentamientos humanos ubicados en los bosques o Parques
Nacionales circundantes. Matamos a todos los vampiros que encontramos sin
encontrar nuevos aliados, hasta que un día, cuando llevábamos unos dos meses en
la ciudad, nos cruzamos con un rastro fresco. Lo seguimos inmediatamente sin
necesidad de cruzar palabra, y dimos sin dificultad con el vampiro al que
pertenecía. Un tipo alto y rubio que acechaba a una humana.
La chica se deslizaba como una sombra por entre calles y
callejones, y si no hubiera sido por el acelerado latir de su corazón podría
haber pasado desapercibida, pero lo cierto es que su corazón y su respiración
la delataban sin remedio.
El vampiro se comenzó a acercar, cercándola lentamente sin
que ella se diera cuenta de su presencia. El tipo estaba jugando con su comida,
y eso me cabreó.
Los seguimos un par de cuadras más, lo que me dio tiempo de
estudiar a la chica. Era de estatura media, delgada pero con curvas bien
marcadas, su piel era muy pálida y su cabello era largo y de color castaño
rojizo. Vestía una camiseta ajustada de color verde, jeans desgastados y
zapatillas Converse. En su espalda cargaba una mochila. Claramente venía a la
ciudad a buscar algo de primera necesidad… Alimento? Medicinas?
Empujé esa duda al fondo de mi mente porque me llamaron la
atención tres cosas sobre ella: Uno, su ropa estaba limpia, lo que era
extremadamente infrecuente en los humanos actuales. Dos, su cabello estaba
tomado prolijamente en un medio moño trenzado que estaba salpicado de pequeñas
flores silvestres frescas, haciéndola lucir totalmente fuera de contexto en ese
infierno de destrucción. Ella se veía como una ninfa o una náyade u otra
creatura del bosque. Y tres, era hermosa.
Y no hablo de esa belleza plástica y estridente de mujeres
como Heidi, o la perfección europea de mi hermana Jane que parece una muñeca de
porcelana. No, esta humana tenía una belleza pura y cristalina… Una belleza
tranquila, un rostro amable, una mirada profunda… Quise escuchar su voz. Sería
como la imaginaba? Dulce y melodiosa, tal vez un poco baja… Sí, quería verla de
cerca, quería oler su piel para limpiarme del olor de la descomposición
reinante, y por sobre todo quería salvarla del predador rubio que cada vez
estaba más cerca.
Pasamos varias tiendas de comida donde pudo haber sacado lo
que quisiera. Pasamos al menos tres farmacias, y ella ni las miró. Incluso
pasamos una ferretería, y nada. Caminó a paso rápido otra calle más hasta
llegar a un gran edificio de aspecto moderno con una enorme fachada de vidrio y
aplicaciones de tela como si fueran las velas de un barco que proveían de
sombra al interior. Los laterales eran de madera y en general se veía en buen
estado salvo por un forado en un costado donde había caído lo que supongo fue
una granada.
La chica uso precisamente ese hueco para entrar al edificio,
que pude identificar por un letrero como la Biblioteca Pública de Phoenix. Qué
demonios hacía ahí?
El vampiro la siguió a segundos después y nosotros los
seguimos a ambos, cuidando no alertarlo a él, que afortunadamente estaba
concentrado en su presa.
Una vez dentro del edificio la humana se relajó, como si
hubiera vuelto a su hogar, y comenzó a caminar lentamente por los pasillos del
segundo piso antes de volver a subir por la escalera, tarareando para sí.
Jane me hizo una seña preguntándome qué hacíamos ahora, y yo
crucé la mirada con Félix, quién moduló "ve tú" encogiendo los
hombros. Decidí esperar un poco, básicamente porque quería saber qué hacía la
humana en la biblioteca. Por qué arriesgaba la vida por venir a este lugar?
Ese fue mi gran error.
Mi curiosidad le ganó al sentido común, y nunca me perdonaré
mi estupidez.
El vampiro la atacó de pronto, escuché el sonido simultáneo
de un librero al romperse, los libros caer, un grito ahogado de la chica y tela
al rasgarse.
Corrimos a toda velocidad para detenerlo, pero ellos estaban
en el tercer piso, al otro lado del edificio y mi don y el de Jane requieren
contacto visual, por lo que no lo pudimos detener a distancia. Se interponían
decenas de libreros.
Más tela rasgándose y un gemido desesperado.
Corrí más rápido de lo que recuerdo haberlo hecho nunca, y
al girar una esquina, lo vi.
La chica con la cara contra la pared, semi-desnuda.
Llorando. Indefensa.
Él aprisionándola con una mano en el cuello, ahogándola,
mientras con su otra mano desabrochaba sus propios pantalones.
No lo pensé, debí paralizarlo, pero la ira me cegó y me
lancé hacia él, quien como reflejo al verme apretó aún más el cuello de la
chica e inmediatamente la soltó para enfrentarme.
Ella cayó desvanecida, como una muñeca de trapo.
Cambié mi dirección en el último momento para recibirla
antes de que tocara el suelo.
El vampiro se lanzó sobre mí para atacarme por la espalda,
pero no me inmuté. Sabía que no estaba solo. Jane estaba conmigo.
Antes de llegar a tocarme el tipo cayó al suelo
retorciéndose y chillando en agonía.
-Está viva? – Preguntó Heidi sin atreverse a acercarse.
-Apenas – Respondí sin inflexión. La tenía en mis brazos.
Olía limpia y fresca, era hermosa y muy joven. Quizás tanto como yo cuando fui
transformado, unos dieciséis o diecisiete años.
No se podía morir… No lo permitiría.
-Alec… - Susurró suavemente Jane sin dejar de mirar al
vampiro que seguía con los pantalones abajo, exponiendo sus genitales en una
posición totalmente indigna – Se está ahogando, está sufriendo – Me dijo como
quién insinúa que hay que matar a un perro atropellado.
-Ella no se va a morir – Afirmé con los dientes apretados.
-El hijo de perra le aplastó la tráquea Alec, se está
muriendo y ninguno de nosotros sabe de primeros auxilios como para ayudarla –
Dijo Félix – Ayúdala.
-No se va a morir – Repetí acunándola con toda delicadeza
para no forzar su cuello y a la vez permitir el paso de aire, por poco que
fuera.
-Se está muriendo! – Exclamó Jane por sobre los gritos del
bastardo – Se está muriendo y si tienes algo de compasión la vas a ayudar a
acabar pronto – Me desafió – Y si no lo haces tú lo haré yo!
-Mía! – Gruñí. Creo que por primera vez en mi vida le gruñí
a Jane, que me miró más sorprendida que ofendida.
-Mierda! – Exclamó Félix entre dientes.
-Qué? – Preguntó Heidi.
-Su Pareja – Le susurró Félix.
-Pareja? – Chilló Jane.
-Eso es un mito – Dijo Heidi despectivamente. Yo estaba
demasiado atónito como para opinar, así es que me concentré en acariciar su mejilla
con el dorso de mi mano. Poco a poco se abrieron sus ojos y se puso rígida de
terror al verme. Un vampiro la tenía en sus brazos, y eso no podía ser nada
bueno.
-Es infrecuente pero pasa – Dijo Félix – El Maestro Marcus
tuvo y perdió a su Pareja.
-Es por eso… Es por eso que él es como es? – Preguntó Heidi
– Porque perdió a su alma gemela?
-Sí – Afirmó Félix – Dicen que antes era una persona
completamente diferente: Mucho más interesante, proactivo, feliz… O de lo
contrario nunca habría llegado a ser Rey, pero después de la muerte de ella se
convirtió en la roca sin emociones que es hoy.
-Alec… Ella es…? – Preguntó Jane con voz temblorosa,
anticipando lo que ocurriría si mi chica moría en mis brazos.
-Ella es mía – Fue todo lo que pude decir. Fue suficiente,
Jane entendió y se acercó a mí sin sacar la mirada del futuro montón de
cenizas.
La chica comenzó a retorcerse en mis brazos con más
violencia, aterrada cuando otro vampiro entró en su ángulo de visión.
-Sálvala - Dijo Jane posando su mano en mi hombro.
La chica emitió sonidos de angustia, en parte en agonía al
no poder respirar y en parte resistiéndose a la idea de la transformación. Era
casi intolerable saber que yo le causaría aún más dolor, pero no había
alternativa. De verdad no la había.
No la perdería.
Acaricié su cabello reordenando una de las flores que
llevaba prendida y acerqué mis labios a su oído.
-Lo siento – Susurré.
Besé su cuello y la mordí.
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Y ahí tienen, un
mundo post apocalíptico que explorar. Cuéntenme qué opinan y si creen que vale
la pena seguir.
Abrazotes!
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