Espero les guste, abrazos.
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Este fic participa del Reto Anual "Te proponemos un
longfic" del foro "Sol de Medianoche"
Disclaimer: Nada relacionado con la Saga Twilight me pertenece.
N° de Palabras: 3.787
Palabras Usadas: -
Emoción Usada: -
Imagen Elegida: Manada Quileute.
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Capítulo 9
Let the phone ring, let's go back to sleep
Let the world spin outside out door, you're the only one that I wanna see
Tell your boss you're sick, hurry, get back in I'm getting cold
Get over here and warm my hands up, boy, it's you they love to hold
And stop thinking about what your sister said
Stop worrying about it, the cat's already been fed
Come on darlin', let's go back to bed
Put the phone machine on hold
Leave the dishes in the sink
Do not answer the door
It's you that I adore-
I'm gonna give you some more.
Let the world spin outside out door, you're the only one that I wanna see
Tell your boss you're sick, hurry, get back in I'm getting cold
Get over here and warm my hands up, boy, it's you they love to hold
And stop thinking about what your sister said
Stop worrying about it, the cat's already been fed
Come on darlin', let's go back to bed
Put the phone machine on hold
Leave the dishes in the sink
Do not answer the door
It's you that I adore-
I'm gonna give you some more.
Morning Song / Jewel
Bella POV
Cuando desperté de madrugada por el portazo que dio Charlie
a la puerta de entrada, aún estaba oscuro, y me sentía fatal. Me moría de frío,
me dolía la garganta, sentía la cabeza abombada, y me sentía un poco pegajosa.
Agh…!
Qué mierda había
estado haciendo la noche anterior como para estar pagando este precio? Me
pregunté mientras entraba al baño chocando con todo como un zombi, y largaba el
agua de la ducha. Me vi al espejo y pude comprobar que me veía tal como me
sentía: Como la mierda.
De pronto las imágenes de lo ocurrido con Embry se me
vinieron a la cabeza todas juntas y me abrumaron, al punto que debí sentarme en
la taza del WC para poder estabilizarme y poder frotar mis sienes con la yema
de mis dedos.
Era posible?
Había ocurrido?
Besé a Embry?
Él me dijo que me amaba?
Mi corazón saltó a mi garganta y sentí mariposas en el
estómago… Embry… Embry se había abierto por fin, me había permitido acercarme,
era… Era mi novio?
Saboreé la palabra mientras entraba a la ducha bien caliente.
Novio… Novio… Sí, Embry era mío, yo
le demostraría lo que es amar y ser amado, lo cuidaría y lo mimaría y lo
impulsaría a alcanzar su potencial. Con su talento y mi energía alcanzaríamos
grandes cosas.
Que raro era despertar un día y encontrar todo un nuevo
sentido a mi existencia… Alguien me pertenecía… Yo pertenecía a alguien…
No podía esperar para volver a verlo! Necesitaba confirmar
que todo lo que recordaba era real y no un efecto secundario de mis fantásticos
brownies.
Tal vez le prepararía el desayuno?
Me sequé el cabello con la toalla y luego con el secador de
pelo, ya que no quería arriesgarme a empeorar mi resfrío, no hay nada más mata
pasiones que la flema, los mocos y las narices rojas.
Me lavé los dientes y me fui a mi habitación a buscar un pijama
limpio. Elegí el pijama estampado con rebanadas de pizza, y una vez que me lo
puse me hice una coleta alta y me soné la nariz.
Me estaba volviendo a sentir mal…
No lo pensé, y fue una idiotez, claro, pero junto al
sentimiento de vulnerabilidad que me producía el estar enferma, me llegó la
certeza de que la solución estaba cruzando el jardín.
Embry.
Embry cuidaría de mí…
Embry me daría calor…
Corrí bajando la escalera hacia la puerta de la cocina, y no
me di cuenta de que estaba descalza hasta que ya había dado dos zancadas en el
pasto húmedo. Volver por los zapatos no tenía sentido, así es que corrí hacia
la cabaña. Llegué jadeando y golpeé la puerta, pero no hubo respuesta, así es
que golpeé una vez más… Nada.
Probé girar la manilla de la puerta y ésta estaba sin
seguro, así es que como la entrometida que soy, entré sin invitación.
Todas las cortinas estaban cerradas y afuera aún no
amanecía, por lo que no se veía casi nada, pero pude escuchar la respiración
acompasada de Embry, y hasta un suave ronquido que me hizo sonreír.
Caminé a ciegas, conociendo perfectamente la distribución
del lugar, y al llegar junto a la cama me agaché para tocar a Embry, y
tanteando di con su mejilla y la acaricié.
-Embry… - Susurré.
-Mmmmmh…
-Embry! – Acaricié su frente.
-Bella – Murmuró – Bella?! – Exclamó retirándose como si mi
toque lo quemara – Qué… Qué haces aquí? – Preguntó.
-Estoy enfermita – Dije – Vine para que me cuides.
-Estás enferma? Qué tienes? – Se acercó a mí, prendió la luz
del velador, y pasó las manos por mis brazos como tratando de detectar una
herida.
-Creo que un poco de gripe… - Dije casi tiritando. La
carrera descalza sobre el pasto húmedo no había sido una buena idea.
-Estás descalza! – Exclamó – Qué es esa fobia que tienes con
los zapatos? Se supone que a las chicas les gustan los zapatos – Dijo saltado
de la cama y yendo al baño por una toalla, molesto como no lo había visto
antes. Tal vez Embry es una de esas personas que no funciona hasta pasado el
mediodía… – Siéntate! – Ordenó. Me senté en la cama, justo sobre las sábanas
que aún conservaban su calor.
Embry se arrodilló en el piso y tomó mi pantorrilla para
apoyar mi talón en su muslo, y procedió a secarme las piernas, los pies y cada
dedo. Luego repitió la acción con el otro pie.
-Estás enojado? – Pregunté al ver que no parecía dispuesto a
dirigirme la palabra.
No dijo nada pero me pareció oír un gruñido.
-Embry… Si estás enojado conmigo por haberte despertado lo
siento – Dije mortificada. Creí que le alegraría verme, que me extrañaba como
yo lo extrañé a él - Me puedo ir en cuanto me devuelvas mi pie…
En un momento estaba sentada y al siguiente me encontraba
sobre mi espalda, con un lobo bastante cabreado encima de mí.
-Muévete – Me ordenó empujándome no muy delicadamente hacia
la pared. Quise decir algo, pero lo siguiente que sentí fue su cuerpo
deslizándose junto al mío y sus fuertes brazos rodeándome como una enredadera.
Finalmente nos tapó con la colcha y amoldó cada centímetro
de su silueta a la mía.
Pasaron unos minutos, no sé cuántos, hasta que no me pude
aguantar más.
-Sigues enojado? – Pregunté con un hilo de voz. Nuestras
respiraciones se habían acompasado y su calor había retornado la circulación a
todas mis extremidades. Su aroma me rodeaba y era intoxicante, lo que me
sugería inquietantes ideas… Quería sumergirme en él, respirar directamente en
su cuello... Beber tequila de su ombligo… Ese era un pensamiento extraño, pero
sí, esparciría sal en sus abdominales, la lamería, y bebería hasta
emborracharme de él. Mmmmmh…
-Furioso – Declaró malhumorado, pero me apretó más fuerte.
-Por qué? – Dije casi balbuceante. Me sentía tan bien que la
inconsciencia me estaba reclamando.
-Tú sabes por qué – Dijo hundiendo su rostro en mi cabello.
-Por qué? – Insistí
bostezando.
-Porque te amo – Escuché a lo lejos, y sin más me quedé
dormida.
oooOooo
Desperté nuevamente cuando el sol se filtraba por entre las
cortinas. Estaba calentita, bien cubierta, pero tristemente sola.
-Embry? – Lo llamé asustada.
-Isabella – Dijo asomándose desde el baño de inmediato.
Tenía el cabello mojado y no llevaba camiseta.
Lo había visto así mil veces, en distintos niveles de
desvestido, pero ahora que por fin lo podía tocar me produjo un sentimiento de
anticipación que nunca antes experimenté.
Me aguanté las ganas de lamer mis labios y en su lugar me
mordí la boca. No sé qué es peor….
-No es nada, pensé que estaba sola… - Dije enrojeciendo.
Embry no tenía por qué lidiar con mis patéticos problemas de abandono, herencia
de mi relación con Edward.
-Salí unos minutos a hurgar en el botiquín de la casa de
Charlie y robar limones y miel – Dijo secándose el cabello frotándolo con una
toalla. Sus risos cayeron sobre sus ojos y se veía adorable – Pero me aseguré
de que estuvieras roncando antes de irme… - Dijo con una pequeña sonrisa. No
pude resistirme, y sonreí de oreja a oreja. Era maravilloso verlo con la
confianza suficiente para hacer una broma, aunque fuera una pequeñita… Aunque
esa broma fuera a costa mía.
Estiré mis brazos abriendo bien los dedos y haciendo un
puchero, un gesto nada sutil, pero efectivo. Embry soltó la toalla y caminó
hacia mí mirándome con esa intensidad tan suya, y se sumergió en mi abrazo,
enredando sus dedos en mi desordenada coleta.
-Todavía me quieres? – Pregunté.
Él resopló y sacudió la cabeza, y tomando mi rostro entre
sus manos me plantó un ruidoso beso en los labios.
-No – Dijo frunciendo el ceño, muy serio y me dio otro beso
en la mejilla – Desde ayer a hoy te volviste fea – Beso en la frente – Y mala –
Beso en la otra mejilla – Y egoísta – Beso justo al centro de mi clavícula – Y
tonta – Terminó besando la punta de mi nariz.
-Más! – Demandé frunciendo los labios.
Sus ojos se oscurecieron y entrecerraron, y muy lentamente
se acercó hasta posar su boca sobre la mía, succionando mi labio inferior.
Quise saltarle encima como una ninfómana, Embry era tan
dulce que imaginé que me produciría caries antes de un mes a su lado, y pensar
que yo era la primera mujer que lo tocaba… No sé cómo era eso posible, pero
claramente las mujeres de La Push estaban todas ciegas si no eran capaces de
apreciar a este hombre maravilloso por lo que valía…
Por eso es que me aguanté las ganas de manosearlo y morderlo
y besuquearlo por todos lados. No es que creyera que él se traumatizaría, pero
me pareció que ambos disfrutaríamos más si íbamos quemando etapas de a poco. No
había apuro, yo ya tenía lo que quería, y lo demás podía esperar.
Nos besamos larga y sensualmente, y él se retiró de pronto,
como recordando algo.
-Desayuno? – Preguntó.
-Tú me vas a preparar desayuno? – Pregunté escéptica,
sabiendo que a él se le quemaba hasta el té.
Él sonrió, tanteó debajo de la cama y produjo una caja de
cereal en cada mano.
Traté de aguantarme, pero se me escapó una carcajada y no
pude dejar de reír.
-Isabella… - Dijo mirándome como quien mira a un alien,
estudiándome como algo muy interesante, pero definitivamente más allá de su
comprensión, lo que me dio más risa aún – Isabella, tienes que elegir… - Dijo
sacudiendo las cajas.
-No, no… No puedo… - Dije cruzando mis piernas, o de lo
contrario me haría pipí – Cuando compraste eso? – Pregunté secando mis
lágrimas.
-Esta mañana, antes de ir a casa de Charlie a robar limones…
- Dijo un poco descolocado, como si no entendiera de qué me estaba riendo.
-“Fruit Brute” o “Conde Chócula”? – Pregunté sonriendo sin
poder creer lo mucho que habíamos avanzado en menos de un día. En la caja de “Fruit
Brute” aparecía una caricatura de un hombre lobo, y en la de “Conde Chócula”,
un vampiro – Esta es una encerrona? Me estás pidiendo que defina mis lealtades
Embry Call? – Pregunté simulando indignación.
-Yo sólo te compré el desayuno y te di la opción de elegir –
Dijo suavemente – Nunca te presionaría… - Dijo negando con la cabeza – Nunca.
-No hay nada que decidir – Le dije sentándome en la orilla
de la cama, y con mis piernas rodeé su cintura, atrayéndolo mí – Te elijo a ti… Todos los días te elijo a
ti – Enredé mis dedos en su cabello tratando inútilmente de ordenarlo, y lo
besé en la mejilla para luego susurrar en su oído – Bota al Conde Chócula a la
basura, o guárdalo para la próxima vez que veamos a Quil, él come cualquier
porquería.
Embry asintió y me regaló otra de las que solían ser raras
sonrisas. Pero hoy había sonreído más que en todos los años que lo conozco
combinados.
Él se puso de pie para traer de la cocina las cucharas, la
leche y los bowls, y yo me senté en mi viejo sofá y me cubrí con la manta que
tejí con Sue. Aún me sentía un poco mal, pero no me perdería nuestro primer
desayuno como novios por nada del mundo.
Luego prendí la tele y sintonicé el Cartoon Network, que a
mi gusto es la mejor programación para desayunar. Estaban dando uno de esos
bloques de shows retro y estaba comenzando un episodio de “La Vaca y el Pollito”,
una de mis caricaturas favoritas.
-Qué es eso? – Preguntó Embry a mi lado, horrorizado mirando
a la vaca que se paseaba con las ubres al aire. De qué se extraña? No es que
las vacas usen corpiño, pensé.
-Es “La Vaca y el Pollito”, ellos son hermanos biológicos de
padres humanos, no son adoptados, así es que hay toda una sub trama de cómo es
que quedó embarazada esa mujer… Yo tengo mis sospechas – Agregué - La vaca
tiene 7 años y el pollito tiene 11 – Dije recibiendo el bowl que estaba a punto
de caerse de las manos de Embry. El pobre no estaba muy expuesto a la cultura
pop, pero yo lo ayudaría a actualizarse.
-Bella ese bicho rojo está mostrando el trasero – Me dijo
sin despegar los ojos de la tele. Yo me serví cereales y leche, probé una
cucharada, saboreé y asentí.
-Ese es el “Hombre Rojo Sin Pantalones”, es el malo, siempre
molesta a la vaca – Contesté.
-Deberían dar esto a esta hora? Qué canal es este? MTV? – Se
sirvió leche y cereales.
-Es el Cartoon Network, esta serie es vieja, de los 90s, y
sí, es para niños – Dije inclinándome para besarlo. No alcancé su mejilla así
es que besé su hombro – Si quieres vemos otra cosa – Ofrecí – Creo que hoy en
el HBO dan la película de Los Muppets.
-No… No… Me impactó un poco, eso es todo, pero supongo que es
normal. Las únicas caricaturas que vi de pequeño eran las de la televisión
pública, y La Push no tenía muy buena señal de tv… Pasaban caricaturas como
“Tom y Jerry”, “Don Gato”, “El Lagarto Juancho”, “Los Gemelos Fantásticos”, “El
Oso Yogui”, “Loony Tunes”… Caricaturas viejas y baratas… No me imagino a
ninguno de esos personajes actuando de esta forma – Dijo apuntando a la tele
donde el bicho rojo estaba disfrazado de una especie de travesti pervertido.
-Embry – Suspiré extasiada – Va a ser taaaan delicioso
corromperte… – Dije pensando en todas las películas y series escandalosas que veríamos
juntos.
-Corromperme? – Preguntó centrando toda su atención en mí,
entrecerrando los ojos nuevamente con esa intensidad…
-No! – Exclamé al darme cuenta de como había sonado – No me
refería a corromperte así! – Enrojecí
- Hablaba de películas, no de lo otro…
-Lo otro? – Su
boca se contrajo un poco, demostrando que hacía un esfuerzo para no reírse de
mí.
Ya va a ver quien se
ríe de quien.
Sin dejar de mirarlo a los ojos dejé mi bowl en la mesa de
centro y me acerqué a él a gatas. Besé su brazo en el codo y fui subiendo por
su bíceps hasta llegar a su hombro, dejando un rastro húmedo por donde mi
lengua delineaba sus músculos. Creo que a esas alturas Embry ya había dejado de
respirar, y para cuando mordí la unión entre su cuello y su hombro, cerró los
ojos y comenzó a maldecir en voz baja.
Continué con mi asalto sintiéndome infinitamente poderosa, y
al llegar a mi meta lamí su oreja, mordí su lóbulo y le susurré
-De quién te estás riendo?
Embry exhaló y produjo una especie de sonido, algo como un
suave gemido desesperado, y se estremeció de pies a cabeza.
-Eres mío Embry? – Susurré sin alejarme.
Él asintió.
-Dilo – Demandé y le di un chupetón. No importaba la marca
que le hice, en 10 minutos ya se le habría borrado.
-Tuyo – Dijo sin abrir los ojos.
-Y por qué es eso? –Pregunté contra su mejilla acercándome
lentamente a su boca.
-Porque te amo – Dijo de inmediato, sin vacilaciones.
-Excelente respuesta – Dije lanzándome por un beso
apasionado que él correspondió moldeando su boca a la mía, entreabriéndola para
permitirme explorar.
Nuestras lenguas se buscaron y encontraron, y fue a la vez
familiar y excitante, como si fuera lo más natural del mundo el atacarnos de
esta manera, pero sintiendo todas las mariposas en el estómago, todas las
endorfinas, toda la excitación de un nuevo amor.
Vagamente escuché algo golpear el suelo y luego las manos de
Embry maniobrándome para sentarme a horcajadas en su regazo. Yo me dejé hacer,
sintiendo que mis hormonas se disparaban y mi adormecido libido se desperezaba
luego de un largo período de hibernación.
Sentí una oleada de excitación literalmente mojar mis
bragas, y mi sexo cosquillear de anticipación. De manera instintiva busqué
aliviar la necesidad que me consumía y me senté en la erección de Embry, lo
cual fue un gran error.
El escaso control que me quedaba lo perdí al sentir lo listo
que estaba para mí, y él automáticamente proyectó sus caderas, masajeando mi
clítoris justo como lo necesitaba.
Los dos gemimos sin despegar nuestras bocas, y yo roté las
caderas una vez más.
No me faltaba mucho más para acabar, estaba excitada desde
antes que él me tocara, pero una débil voz en mi mente me decía que no estaba
haciendo lo correcto.
Por qué? No lo sabía.
Esto se sentía jodidamente bien…
Es demasiado pronto.
Estás precipitando las cosas. Embry es virgen!
-Agh! – Gruñí levantándome totalmente desganada. Quería
seguir frotándome contra él, quería un orgasmo, quería seguir sintiendo que
cuando estaba en sus brazos todo estaba correcto, cada cosa del universo en su
lugar.
-Bella, nooo…! – Se quejó sin querer soltarme. Sus labios
estaban rojos y fruncidos en un encantador puchero.
-Pronto – Dije apoyando mi frente en su hombro, tratando de
recuperar la compostura – Pronto, pero no hoy… Aún no llevamos ni un día
juntos, no quiero que pienses que soy una zorra que se quiere aprovechar de ti…
-Nunca pensaría mal de ti – Declaró reacomodando sus
pantalones que de pronto se veían incómodamente estrechos y echó la cabeza
hacia atrás, apoyándola en el borde del sofá. Claramente estaba tratando de
controlar su respiración y pulsaciones, y me sentí un poco culpable, aunque no
tenía claro culpable de qué.
Estiré mi mano y
acaricié su mejilla con el dorso. Él la tomó entre las suyas y besó mi
palma.
-Eres hermoso, lo sabes? – Pregunté casi retóricamente. Por
supuesto que lo sabía, todos los lobos son jodidamente perfectos.
-Hermoso? – Se giró para mirarme con los ojos aún un poco
desenfocados.
-Hermoso – Asentí delineando su perfil con mi dedo índice.
-Los hombres no son
“hermosos” Bella, son guapos, apuestos, varoniles… Y yo no soy nada de eso –
Negó con la cabeza.
Lo miré desconcertada. Es que este hombre no se había visto
nunca en el espejo?
-Embry, eres hermoso, igual como una obra de arte es hermosa
– Dije en su lenguaje.
-Lo dices por este cuerpo? – Miró sus perfectos abdominales
levantando una ceja, más intrigado que otra cosa.
-Sí, no, también… O sea, sí, tu cuerpo es hermoso, como cualquier escultura griega o renacentista, pero es
más que eso, son tus ojos, creo… Son tan transparentes… Dicen mucho más de lo
que tu boca ha expresado jamás... Irradias algo especial, sabes? Algo que
siempre me ha atraído… – Dije explicándome lo mejor posible – Ojalá pudiera
dibujar como tú… - Deslicé la yema de mis dedos por su mejilla.
-Para qué? – Preguntó deslizando su mano detrás de mi
rodilla.
-Para dibujarte, para mostrarte cómo te veo – Le dije –
Alguna vez has hecho un retrato mío? - Pregunté.
Embry enrojeció profunda, visiblemente, aún con su piel
morena, y evitó mi mirada.
-Embry? – Pregunté.
-Sí – Musitó.
-Tienes esos dibujos? Puedo verlos alguna vez? – Insistí. Si
me amaba me pareció obvio que me hubiera plasmado en papel. Yo lo habría hecho
de contar con una pizca de talento.
-Si quieres… - Dijo claramente incómodo.
-Quiero ver todo lo que quieras compartir conmigo, pero a tu
ritmo, no te sientas presionado – Le dije.
Embry lo pensó por unos segundos y luego asintió.
-Luego – Dijo centrando su atención en mí – Ahora a la cama
mientras yo limpio esto – Dijo apuntando al bowl de cereales que dejó caer
cuando lo besé. Había un desastre de leche y bolitas multicolor.
Me sentí extrañamente orgullosa de provocar una reacción tan
intensa en él, porque él ciertamente las provocaba en mí.
Fui al baño y saqué uno de los cepillos de dientes de
repuesto que guardo siempre en el vanitorio, me cepillé cuidadosamente y volví
a la cama, donde me esperaba mi novio con la caja de cereales “Fruit Brute” en
la mano… Mi novio, que raro sonaba eso… Mi
novio… Mío.
Me metí entre las sábanas, él me arropó bien, y yo me
acurruqué a su lado apoyando mi mejilla en su pecho. Con una mano se echó un
puñado de cereales a la boca y con la otra me atrajo hacia él y comenzó a
acariciar mi cabello.
-No crees que es extraño? – Pregunté pasados unos minutos,
comenzando a sentirme débil una vez más. Mi piel estaba hipersensible y me
dolían las articulaciones, me ardían los ojos y me picaba la garganta. Era como
si la adrenalina y la revolución hormonal me hubiera hecho olvidar los síntomas
de mi resfrío por un rato, pero estaban regresando para recordarme lo estúpido
que era negarme a usar zapatos en Forks.
-Qué es extraño? – Preguntó hablando contra mi coronilla.
-Esto… Estar así… Cuando hace menos de 24 horas ni siquiera
nos tocábamos… Es raro, porque me siento tan cómoda… - Restregué mi nariz
contra su pecho y deposité un beso sobre su corazón – Es como si este hubiera sido siempre mi lugar… Sabes?
Sé que suena ridículo, pero nunca me había sentido así…
-Para mí también es raro, pero de una manera distinta – Dijo
– Yo siempre he sabido lo que quiero, pero nunca pensé que lo obtendría, y si
bien estoy feliz de tenerte así, a mi lado, no puedo dejar de pensar que algo
va a suceder, algo lo va a arruina todo… Me siento como un condenado a muerte
disfrutando su último deseo… - Dijo sombrío, apretándome más fuerte.
-No hables así! – Exclamé – Por qué tan fatalista? Es que no
tenemos derecho a ser felices? No basta con nuestra decisión de estar juntos? –
Me giré a mirarlo, furiosa de que se rindiera sin luchar.
-No cuando no depende de mí – Replicó con un tono de voz
frío, casi desconectado. Estaba reprimiendo sus emociones – No cuando mi Alpha
aún te ama… Isabella, si él me ordenara alejarme de ti, no sé si podré negarme
a obedecer…
-Jacob – Exhalé. Lo había olvidado por completo. Jake era un
amor la mayor parte del tiempo, pero tenía una veta posesiva y agresiva que si
bien nunca había desatado conmigo, sabía que existía. Si Jake se enteraba de lo
nuestro, sería tan egoísta como para tratar de separarnos?
Era una posibilidad.
Quizás después de todo estar conmigo no era lo que Embry
necesitaba. Quizás le haría un favor dando un paso al lado. No me quería
interponer entre él y su mejor amigo, no quería hacerle la vida más complicada.
Pensar en dejar su cama y regresar a la mía me causó un dolor
casi físico, y me encogí al pensar en no volver a besar sus labios.
-Qué estás pensando? – Preguntó después de un rato.
-En que te quiero – Dije y se me quebró la voz – Y haría
cualquier cosa por verte feliz…
-Y entonces por qué estás tan triste? – Dijo levantando mi
barbilla para mirarme a los ojos.
-Porque si tu bienestar significa que debo alejarme de ti,
lo voy a hacer – Dije mientras rodaba una lágrima por mi mejilla.
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Buuuuuuuuu!
Qué hará Jacob?
Muero por escuchar sus teorías.
Más fotos en mi Facebook.
Casi me caigo cuando veo una actualizada, gracias gracias gracias en serio, muy padre!!
ResponderBorrarDejame decirte que tambien venia pensando asi como MI embry :)
Siento que algo vá a suceder que los separe, y esque debo preguntar, acaso bella no es imprimacion de Embry?
Porque no veo a MI embry muy convencido de luchar por bella :(
Y a bella si se vé que pueda apartarse de él solo para que no haya lucha de jacob y embry, pero si yo fuera bella :) obvio que primero el amor!
Y seguro que bella se enferma por eso de andar de valiente sin zapatos :)
Mil Gracias por la actualizada, seria mucho abusar si pido mas actualizadas :) plis plis pliss
Oh y este capitulo ya me dio idea de que hacer por la noche :)
Animo!!! Aqui estamos leyendote :) siempreeeee
Me alegra que te guste como va el fic hasta ahora, es un poco distinto a lo que venía escribiendo, con protagonistas masculinos más fuertes y en control. La fragilidad de Embry lo hace un poco más complejo, pero es muy lindo desarrollarlo, y más aún ver cómo quienes me leen se encariñan con él. Un abrazo!
BorrarOMG te amooooooooooooooooooo de verdad gracias por actualizar
ResponderBorrarMuchas gracias a ti por leer! Acabo de postear un nuevo capítulo así es que quedo atenta a ver qué opinas.
BorrarCariños!