Otro
capítulo, vamos súper rápido, pero es bueno porque así no perdemos el hilo.
Gracias
a todas por su apoyo, se me hincha el corazón de alegría al saber que mis
historias las ayudan a escapar por unos minutos de la realidad y los problemas,
y a veces hasta les arranco una sonrisa.
OJO:
No estoy segura de si la próxima semana (Santa) voy a poder escribir mucho
porque estaré de viaje hasta el sábado, pero llevaré mi libreta fiel para
anotar ideas.
Cariños.
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Capítulo 7
Sólo
por ti vibré de emoción
Y
te di mi alma entera
Lluvia
de amor bañó mi temblor
Creí
morir
Y
hoy te siento aquí muy cerca de mí
Aunque
solo duró un instante
Sueños
de pasión tras de una ilusión
Que
tan sólo duró un instante
Sólo
un instante
Te
entregue mi amor todo a tu control
Y
te fuiste sin decir palabra
Oye
mi temor busco la razón
Porque
solo nos duró un instante
Y
hoy te siento así muy cerca de mí
Aunque
solo duro un instante
Sueños
de pasión tras de una ilusión
Que
tan solo nos duró un instante.
Sólo un Instante / Gémini
Jasper POV
Una vez que le aseguré a Isabella que de ninguna manera
pretendía quitarle a nuestro hijo (de cuya existencia recién me venía enterando),
ella recuperó un poco la compostura, declaró que necesitaba un té, y después de
preparárselo se sentó en su sillón envolviéndose en el quilt hasta quedar sentada
con las rodillas recogidas, casi en posición fetal y calentándose las manos con
el tazón de líquido humeante que sostenía.
Se veía pequeña y frágil, y habría dado cualquier cosa por
tomarla en mis brazos y asegurarle que todo estaría bien, pero simplemente no me
fue posible, principalmente porque yo no
sabía si todo estaría bien.
Y entonces comenzó ella lentamente a narrar una historia
nacida en mi propio infierno personal:
*La abandonamos y ella se quedó sola y pensando que todo lo
nuestro había sido un pasatiempo para mí.
*Se enteró por boca de un jodido lobo de que estaba
embarazada sin ni siquiera haber terminado el colegio, y debió largarse para
que sus propios amigos de La Reserva no la destruyeran por cargar mi hijo en su
vientre.
Honestamente no sé cómo lo hice para mantener una relativa
compostura, no estallar destrozándolo todo, y seguir escuchando sobre cómo:
*Sobrevivió apenas sin dinero ni amigos a quienes recurrir,
trabajando como mesera literalmente hasta desvanecerse.
*Debía moverse como una fugitiva porque el bebé se
desarrollaba demasiado rápido y no quería llamar la atención.
Maldita sea! Si yo hubiese sabido… Si ella hubiera estado a
mi lado no le habría faltado nada, la habría tenido descansando, viendo tele y
comiendo bombones… O lo que sea que quisiera.
Si yo hubiese sabido, ella no habría tenido otra
preocupación que pensar en nombres de bebé.
Si yo hubiese sabido, durante su parto no habría estado a
punto de morir desangrada ni mucho menos hubiera sido atendida por un matasanos
de cuarta en una habitación de hotel. Yo me habría encargado de procurarle la
mejor atención, a cualquier costo.
Pero en vez de eso qué es lo que yo estaba haciendo en ese
momento?
Estaba emborrachándome de violencia, fama y sexo
Estaba regodeándome en mis fáciles victorias.
Estaba sumiéndome en el lado oscuro, personificando el ser
más despreciable que pude encarnar, porque esa creatura de inframundo no tenía
sentimientos humanos, ese monstruo no pensaba como un obseso en Isabella, ese
ser simplemente se desataba como una fiera que rompe sus cadenas dejando sólo
destrucción a su paso.
No lo podía creer… En toda mi vasta mente vampírica, con
todas mis décadas de inmoralidad y depravación a cuestas, no cabía
justificación para lo ocurrido, que no sólo nos afectó a nosotros, sino al
reguero de cadáveres que dejé a mi paso.
Alguien nos hizo esto… Alguien…
Mientras mi Isabella trabajaba hasta el agotamiento para
subsistir apenas, con mi hijo a cuestas, yo me había rendido en un submundo de
degradación en el que el dinero se transaba en números tan altos que los
billetes simplemente no se usaban.
Porque nadie querría acarrear sus ganancias en un saco de
billetes como Rico McPato.
No, en el bajo mundo se transaba con vales vista, cheques,
acciones y bonos a menos que se solicitara específicamente lo contrario.
El dinero para mí había perdido importancia más de un siglo
atrás, simplemente se acumulaba y estaba ahí en caso de necesidad, pero ahora
que por primera vez había puesto real
esfuerzo en ganármelo, yo era una persona ridícula, asquerosamente rica.
Quien fuera responsable de esto lo pagaría con su vida…
Lentamente.
Mi mente dividió por completo su atención entre lo que me
decía Isabella y las piezas del rompecabezas que de pronto caían en su sitio…
Si bien soy capaz de asumir mi responsabilidad por mis
propias acciones y el primero en admitir que no soy el ejemplo a seguir de
nadie, nada de esto hubiera sucedido si no nos hubieran engañado para
separarnos.
Bella me amaba y me necesitaba.
Yo la adoraba y estaba volviéndome loco a fuerza de extrañarla.
Teníamos un hijo…
Nada debió ser capaz de separarnos.
Nada, salvo tal vez alguien
capaz de decir las palabras exactas en el momento preciso.
Bella fue manipulada por Edward desde el principio.
Yo lo fui por el equipo formado por Edward y Alice.
Recordé esa puta fiesta de cumpleaños que improvisaron
sacándosela del culo para imponérsela a Bella en el último minuto.
Recordé a Alice forzándola a asistir a la fiesta sin oír las
negativas de la propia cumpleañera, y a Edward virtualmente empujándola por la
puerta para que entrara a la casa.
Recordé que ese día yo quería ir a cazar, de hecho hasta lo
anuncié, y Alice me lo impidió asignándome tareas que sabía que me tomarían
todo el día, asegurándose de que estaría sediento o al menos no del todo
satisfecho.
Es más, Alice me dijo textualmente que mi control era cada
vez mejor y mis ojos no estaban oscuros (lo que era cierto). Y agregó que todo
estaría bien (sí, bien, pero para quién?).
Recordé que Esme, Emmett y Rosalie no hicieron nada más que
estar en la casa durante todo ese día. De hecho es justamente por eso que usé
el jeep sin problemas: Nadie lo necesitaba... En retrospectiva, vi que perfectamente
alguno de ellos tres pudo hacer las diligencias mientras yo me alimentaba, pero
Alice afirmó fehacientemente que todos los demás estaban demasiado ocupados.
Recordé que nadie creyó en mi palabra cuando ocurrió el
incidente y yo dije que no era yo quien atacó a Bella.
Recordé que Edward, el único que necesariamente sabía la
verdad, no dijo absolutamente nada para exculparme.
Recordé a Alice y Edward entrando al bosque después del
incidente y regresando con instrucciones que toda la familia obedeció sin chistar.
Recuerdo haber manifestado claramente mi deseo de hablar con
Isabella antes de hacer nada más, y a Alice emanando amargura, afirmando que
Bella nos temía y no quería nada más con nosotros.
Insistí.
Esme me ordenó que no insistiera.
Insistí con más fuerza
Alice me enrostró que le había arruinado la vida a Isabella.
No me importó su opinión. Necesitaba escucharlo de Bella, e
insistí otra vez.
Hasta que por fin Carlisle me dio la orden directa de evitar
contacto. Él era el jefe del Clan y el único al que guardaba algo de respeto,
por lo que estuve dispuesto a transar…
Sólo me lograron apaciguar diciendo que Bella tal vez
necesitaba unos días para tranquilizarse, y eso sí lo comprendí. No me gustó
pero lo entendí.
Recordé a Alice sembrando cizaña en Alaska. Pequeños
comentarios diseñados para desestabilizarme. Para hacerme dudar. Para aumentar
mi sensación de culpabilidad por una situación que yo racionalmente sabía que
no era mi culpa.
Recordé las respuestas de Alice a mis preguntas, las cuales fueron
cuidadosamente estructuradas para manipular la verdad.
Frases como: “No hay
ningún escenario posible en el que Bella y esta familia vuelvan a cruzar sus
caminos sin que eso lleve al desastre. Volver por ella nos destruiría a todos…”
sonaba apocalíptico, como una profecía de acabo de mundo, pero era
sencillamente la conclusión de lo inevitable… Por supuesto que el regreso de
Bella a nuestras vidas destruiría a la familia, maldita enana del demonio, si
inmediatamente yo estaría dejando a mi esposa por la novia de mi hermano! Eso tiene que afectar la integridad del
núcleo familiar…
Y luego, cuando
seguí negando mi responsabilidad en el ataque, ella finalmente perdió la
paciencia: “Ya está bien no? Estoy dispuesta a apoyarte, pero hazte cargo de
tus errores. Todo este embrollo es tu culpa, asúmelo y no nos hagas las cosas
más difíciles!” Ella honestamente lo había creído. Cada palabra que salió de su
boca era sincera… Pero lo que no especificó es que mi error no había sido atacar a Bella, había
sido enamorarme de ella.
Por eso nunca
percibí su deshonestidad… Ella se cuidó muchísimo de no mentir.
No lo podía creer!
Cuánto tiempo había sido manejado como un títere de Alice? Cuantas veces me
dejé guiar por sus visiones en la toma de decisiones grandes y pequeñas?
Cuantas veces lo hicimos todos en la familia…?
Y mientras, Isabella
siguió con su relato, narrando cómo estuvo al borde de la muerte dando a luz a
solas, cómo salió adelante gracias a su amiga bruja y como llegó a establecerse
en Salem.
Me contó cómo
trabajó y estudió a la vez para ofrecer un mejor futuro a nuestro hijo.
Tímidamente me dijo
que había estudiado algo relacionado con finanzas, que no le interesaba en lo
más mínimo, me consta, pero estudiar ya no era un asunto de vocación, desarrollo,
o enriquecimiento personal, sino de
subsistencia.
Y terminó de hablar,
y nos invadió el silencio.
La culpa me ahogaba
y la rabia era tal que temí por cualquiera que osara acercarse a mí. Cualquiera
excepto Isabella, claro está.
-Isabella – Dije por
fin sonando lo más tranquilo posible – Aún tengo un montón de preguntas, pero
la más importante es: Me vas a dejar conocer a mi hijo?
Silencio.
Miedo.
Angustia.
Dolor.
-No sé nada de ti –
Dijo por fin con voz temblorosa – Me abandonaste antes, por qué creería que no
lo vas a hacer de nuevo, esta vez dañando a Danny en el proceso? Si le provocas
una sola lágrima a mi hijo, te entierro una estaca en el corazón Jasper, y lo
digo en serio – Amenazó, todavía tapada por completo con el quilt.
-Porque Isabella, yo
no te abandoné! – Exclamé, y al ver su mirada escéptica me lancé en la
narración condensada de lo sucedido por mi parte, desde la mañana de su
cumpleaños hasta llegar al día en que la fui a buscar al colegio.
-De verdad me fuiste
a buscar? – Preguntó débilmente, interrumpiéndome por primera vez.
-En cuanto me hube
divorciado, y a pesar de todo lo que me dijeron para alejarme de ti, necesitaba
que fueras tú la que me lo dijera… Si te habías arrepentido de nuestros planes
necesitaba mirarte a los ojos por última vez…
-Pero yo ya no
estaba… - Adivinó ella.
-No, nadie sabía
nada concreto salvo que te habías escapado de casa, pero esa chica odiosa,
Jessica, me dijo que estaba bastante segura de que te fuiste con Edward, y no
mentía.
-Probablemente
porque era su hipótesis, pero no porque fuera cierto – Dijo Isabella.
-Entonces no
volviste a ver a Edward? – Pregunté para estar seguro, aunque no lo había
mencionado en su historia.
Ella negó con la
cabeza, cubriéndose aún más con el quilt, y cerró los ojos. Pude ver lágrimas
deslizándose por sus mejillas y antes de que fuera un pensamiento consciente me
encontré a su lado, de rodillas, recogiéndolas con la yema de mis dedos.
-Jasper… – Susurró
sin abrir los ojos.
-Nos jodieron
Isabella – Le dije sin poder contener la rabia que me embargaba – Nos jodieron,
pero ahora estoy aquí.
-Qué significa eso?
– Preguntó abriendo los ojos cargados de lágrimas, infinitamente triste, pero
expectante. Debía decir lo correcto, debía encontrar las palabras adecuadas,
tenía sólo una oportunidad…
-Significa que te
amo – Susurré - Significa que cada día de cada uno de estos cinco años que
hemos estado separados te he amado hasta literalmente perder la razón – Ella me
estudió como discerniendo si le decía la verdad o no - He hecho cosas horribles
tratando de olvidarte Isabella, cosas de las que no estoy orgulloso y las que
no puedo borrar aunque quisiera… De hecho ayer mismo hice cosas bastante malas
– Confesé - Y yo sé que quizás no te interesa estar con alguien como lo que soy
ahora… Pero tienes que saber que todavía te amo, y que por un milagro te volví
a encontrar, y tenemos un hijo, y te
amo… - Dije tratando de abarcarlo todo en unas pocas frases. Ella cerró mi boca
con la punta de sus dedos.
-Qué significa? –
Preguntó otra vez.
-Significa que
quiero empezar otra vez. No de cero, porque no podemos olvidar lo que hemos
sufrido y además tenemos a Dan – Le dije con una sonrisa que se sintió foránea
en mis labios – Bella dame la oportunidad de construir una familia… Démonos la
oportunidad de retomar el control de nuestras vidas, déjame amarte… Por favor –
Agregué patéticamente.
-Jasper… - Su mano
abarcó mi mejilla y yo me incliné hacia ella. Isabella seguía llorando, pero no
de forma violenta, sino con lágrimas
constantes deslizándose por su rostro – Si sólo fuéramos tú y yo tal vez
accedería a reintentarlo… Quizás me dejaría llevar por mis emociones y mandaría
a mi cerebro de paseo… Si fuéramos los dos... Pero no somos tú y yo, somos
Danny y yo, y tú no formas parte de la ecuación…
-Porque no tuve la
oportunidad! – Exclamé – Porque no sabía de ti y mucho menos de su existencia!
Bella tú crees que yo no habría abrazado la milagrosa oportunidad de ser padre
de un hijo tuyo? Crees que no habría estado a tu lado sosteniendo tu mano en
cada uno de los controles de maternidad? Que no te habría comprado tus
vitaminas y tus antojos y lo que se te diera la gana? Crees que no habría atesorado
la posibilidad de oír a mi hijo mientras nadaba en tu vientre? Sentirlo
moverse? – Me puse de pie y comencé a pasearme, perdiendo toda semblanza de
control. Pero curiosamente ésta vez no era la rabia y violencia de siempre,
era… Lo que desde el principio debí haberme permitido sentir: Tristeza.
-Jas… - Dijo ella al
notar el cambio.
-Es mi hijo Isabella!
– Dije con la voz temblorosa – Es mi hijo y no sé nada de él! Me habría
encantado estar ahí cuando dio sus primeros pasos o perdió su primer diente, o
el primer día de escuela, o enseñarle a lanzar una pelota o andar en bicicleta
– Dije cayendo de rodillas junto a ella – Tú sufriste lo indecible, soy el
primero en admitirlo, pero al menos lo tenías a él… Yo estaba sólo, y me perdí
de todo… - Ahora estaba sollozando como no recuerdo haberlo hecho jamás.
-Jasper – Dijo atrayéndome
a ella y abrazándome con todas sus fuerzas, sin dejar de llorar – Lo siento… Lo
siento… - Dijo a mi oído.
-Qué puedes sentir
tú, si no tuviste la culpa de nada? – Pregunté ahogado, con el rostro hundido
en su cuello y mis brazos rodeándola firmemente.
-Siento… Siento que
tienes razón – Balbuceó acariciando mi cabello, calmándome como nada más lo
podría hacer – Danny hace que todo lo ocurrido haya valido la pena… No sabes la
cantidad de veces que lo he visto hacer algo, o decir algo, y he pensado de
inmediato en ti… En contártelo, en compartirlo…
No pude decir nada.
Estaba en plena catarsis y lloraba sin parar, sacudiéndome espasmódicamente.
Era doloroso y
curiosamente liberador.
Y por sobre todo, humillante.
Soy un hombre, un
soldado y un empático. No debería perder el control de mis emociones de esta
manera, jamás.
-Tal vez podríamos…
De a poco – Dijo ella tentativamente.
-Sí? – Dije tratando
de no esperanzarme demasiado pero fallando en el intento.
-Te sientes un poco
mejor? – Preguntó secándose sus propias lágrimas. Yo restregué mi rostro con
mis palmas y asentí. Ella estaba dispuesta a proponer algo… Cualquier cosa
sería un regalo – No me has dicho exactamente a qué te dedicas estos días –
Dijo.
-Soy un luchador –
Dije profundamente avergonzado. Lo mismo que excitaba a todas esas mujeres del
Circuito le repugnaría a Isabella. A ella no le gustaba la violencia – Peleo
con otros ex soldados y matones varios por dinero, pero principalmente lo hago
para golpear a otros impunemente y sacarme de adentro la frustración de
perderte… - Expliqué.
Ella no dijo nada
por largos segundos.
Finalmente tomó mi
rostro con ambas manos y dijo modulando claramente
-Lo lamento.
-Qué… qué lamentas?
– Pregunté sintiendo un peso caer sobre mis hombros… Pensando que ahora venía
el “Lo lamento, pero no eres una influencia adecuada para mi hijo y te vas a
tener que largar”, o algo así.
-Que te hayas hecho
eso a ti mismo… Es el lugar oscuro del que escapaste y al que no querías
regresar… - Dijo suavemente – De no haber tenido a Danny yo probablemente me
habría terminado cortando las venas o tirando de un barranco, ciertamente me
quería morir gran parte del tiempo, pero con él en el panorama las cosas
cambiaron. Dan no fue tu reemplazo, pero si llenó mi vida con amor y esperanza,
me dio fuerzas cuando pensé que no quedaba más que dar y me hizo dejar de
pensar en mi miseria para concentrarme en su bienestar… Es difícil explicarlo,
pero creo que es instintivo, parte de ser mamá…
-Eso quiere decir
que me perdonas – Dije suavemente.
-No estoy segura de
que haya algo que perdonar – Dijo frunciendo el ceño - Porque no hubo mala
intención de parte de ninguno de los dos. Yo no me negué a recibirte y tú no me
abandonaste… Cada uno siguió su camino… Y tú dices que aún me amas…
-Y tú? – Me atreví a
preguntar.
-Nunca dejé de
amarte – Respondió sonrojándose hasta la raíz del pelo, como si después de todo
lo vivido, después de todo lo conversado aún hubiera espacio para la timidez.
-Isabella, dame una
oportunidad – Rogué sin orgullo ni dignidad – Por favor, déjame ser parte de tu
vida, por favor, déjame ser el papá de Dan…
-Danny no tiene
papá, nació de un repollo – Dijo con una sonrisa pícara que me derritió.
-Y eso es otra cosa
que me vas a tener que explicar – Dije falsamente amenazador – Entonces? –
Pregunté suavemente.
-Dices que has sido
un monstruo hasta ahora… Crees que seas capaz de volver a reinsertarte en la
sociedad humana? Que puedes abandonar la violencia y vivir una aburrida vida
urbana de clase trabajadora? – Preguntó.
-Ayer me tomé unos
días libres, pero puedo llamar en este momento y mandarlos a la mierda para
siempre. Puedo ser aburrido y urbano si quieres… Puedo ser lo que me pidas…! -
Dije besando los dedos que acariciaban mi rostro.
-Está bien… Supongo
que nos lo debemos, verdad…? Se lo debemos a Danny… - Dijo pensativa.
-Qué va a pasar?
Bella me estás volviendo loco, dime, voy a ser en tu vida? – Pregunté.
-No lo sé aún, pero creo
que te voy a invitar a algunas actividades con Dan para que te conozca de a
poco. Si las cosas van bien le diremos que eres su padre, y de lo contrario vas
a ser sólo un señor que conocía a su mamá y nada más. No quiero que sufra,
Jasper, eso es lo más importante.
Asentí. Era más que razonable.
-Y… Nosotros? –
Pregunté.
-Nosotros qué? –
Preguntó levantando una ceja, coqueta.
-Qué? Donde nos deja
eso? La penúltima vez que te vi nos íbamos a escapar juntos, la última me
odiabas y hoy admites que aún me amas…
-Me vas a tener que
invitar a una cita, y si Danny dice que está bien, podemos salir – Dijo ella
encogiendo los hombros.
-Dan filtra tus
admiradores? – Pregunté divertido.
-Sip – Asintió.
-Y a cuantos ha dado
el visto bueno hasta ahora? – Pregunté entre celoso y preocupado.
-A ninguno, los odia
a todos – Sonrió Isabella.
Genial, ahora
resulta que tendría que conseguir la aprobación de mi hijo para salir con Bella
y la de Bella para conocer a mi hijo…
Sonaba ridículo, y
se sentía jodidamente bien.
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Abrazotes, y no olviden
que dejar su opinión esta semana está en oferta, y que sólo por hoy es totalmente
gratis! Aprovechen de decir todo lo que quieran a su autor favorito con esta oportunidad
irrepetible!
Llame ya!
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