martes, 21 de marzo de 2017

Sangre Sucia 11

Hola, muchas gracias a todas por su apoyo en las distintas plataformas.
Aquí es donde la historia comienza a cambiar, espero que les guste este cap. y me regalen sus comentarios y sugerencias.
Se les quiere.
A.
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Capítulo 11
Cause you only need the light when it's burning low
Only miss the sun when it starts to snow
Only know you love her when you let her go
Only know you've been high when you're feeling low
Only hate the road when you're missing home
Only know you love her when you let her go
Staring at the ceiling in the dark
Same old empty feeling in your heart
Love comes slow and it goes so fast
Well you see her when you fall asleep
But never to touch and never to keep
'Cause you loved her too much and you dive too deep
Let her go /Passenger

“…Si de verdad me amas quiero que tengas todo lo que te puedo dar…”
Una frase poderosa… Era eso una declaración de amor?
Hasta qué punto Granger correspondía sus sentimientos?
O eran sólo sus instintos de búsqueda de la igualdad y la justicia los que la impulsaban a querer satisfacerlo?
Granger era cualquier cosa menos egoísta, y le debía ser molesto casi a niveles físicos el recibir sin dar nada a cambio.
Pero él no quería caricias forzadas.

Después de todo el tiempo que había amado a la bruja sin esperar nunca ni acercarse a ella, sus fantasías nunca implicaron deudas de gratitud de ningún tipo. Por su personalidad dominante, a él le gustaba estar en control, ser el que seducía, el que decidía cómo y cuándo, el que dispensaba los orgasmos como un rey dadivoso…
Pero con Granger era distinto. Había estado a punto de rogarle en más de una ocasión, y cada vez se mordió la lengua con fuerza para no hacerlo… Porque la verdad es que había llegado al punto en el que realmente no le importaba rogar, y era sólo un dejo de obstinación el que lo mantenía llevándole la contra a la chica.
Volvió a recorrer su cuerpo con la mirada, desde sus largas y esbeltas piernas, pasando por la curva de sus caderas, al que resultó ser uno de sus lugares favoritos en todo el mundo: Su estómago; el delicado contorno de su cintura hacia sus costillas; sus pechos, los que pasó literalmente cientos de horas imaginando para finalmente darse cuenta de que la realidad supera a la ficción; su clavícula perfectamente definida, sus hombros redondeados, la elegante columna de su cuello, los delicados lóbulos de sus orejas y al fin su rostro…
Racionalmente él sabía que si bien ella era joven y atractiva, de ninguna manera era la bruja más hermosa que hubiera visto, sin embargo para él no había otro canon de belleza admisible, ya que lo más hermoso de Hermione no se veía en una fotografía, sino que se apreciaba cuando se estaba frente a ella y la veía reflejar transparentemente su mundo interior en sus facciones: Cuando la veía entrecerrar los ojos como si revisara los interminables archivos de información almacenada en su cerebro, cuando fruncía su pecosa nariz ante algo que no le calzaba, o cuando su mirada se iluminaba cuando demostraba que tenía la razón (lo que ocurría bastante frecuentemente).
Y todo esto estaba coronado por una larga y desordenada melena de bucles castaños que se derramaban por sus hombros y espalda…
Ella era hermosa, sí, pero no era su hermosura lo que lo encadenaba… Draco le pertenecía porque ella era mucho más que un cuerpo que usar o incluso una mente que desafiar. Ella era una persona pura y decente.
Una persona decente.
La única persona decente.
-Qué pasó? Te quedaste pegado… - Dijo ella – Quieres o no quieres enseñarme?
-Te voy a enseñar todo lo que quieras – Respondió él – Y cuando compartamos nuestros chi´s  vamos a aprender a reconocernos… A presentirnos, de algún modo.
-Cómo es eso? – Preguntó ella entusiasmada de aprender algo nuevo.
-No lo he experimentado en persona, pero dicen que las parejas que practican este tipo de intercambios de energía vital de forma regular, aprenden a “sentirse” de una forma no tradicional… Como por ejemplo, si yo saliera al bosque, al regresar sabría si tú estás en casa antes de entrar, porque algo en mí reconocería tu presencia antes que cualquiera de mis demás sentidos – Dijo él acariciando con movimientos circulares el empeine de uno de los pies de la bruja.
-Cuál es el rango de alcance? – Preguntó entusiasmada.
-No lo sé, ya te dije, nunca lo he hecho, además esta no es una ciencia exacta, la magia casi nunca lo es, depende del poder del mago o bruja - Rodó los ojos – Siempre es así, salvo por las pociones, que requieren principalmente pericia y precisión.… -
-Podemos hacer el intercambio y entonces hacer pruebas de rango! – Exclamó ella – Y además podemos cuantificar si existe alguna diferencia entre nuestras capacidades…!
Él la miró unos segundos. Así la quería recordar siempre… Desnuda, entusiasmada, feliz.
-Bésame Granger – Dijo con voz ronca.
-Pero…
-Bésame princesa – Repitió casi amenazante.
Ella dudó unos segundos, pero se arrodilló junto a él y se agachó para besarlo, apoyando sus manos a los costados de su cabeza. En un rápido movimiento, él los rodó para quedar encima, y con una mano inmovilizó ambos brazos de Hermione sobre su cabeza.
-Draco! Bruto! – Exclamó ella – Si te iba a besar!
-Lo sé – Respondió él – Pero no lo suficientemente rápido – La besó profundamente – Ahora concéntrate en enfocar tu energía vital en la punta de tu lengua…
-Mi energía vital? – Preguntó ella.
-Dónde sientes tu magia cuando estás por realizar un hechizo poderoso? – Preguntó – Cuando debes canalizar tu poder?
-En el pecho… Como si se alojara entre mis pulmones… - Respondió enseguida.
-Bien… Quiero que busques esa magia, que la identifiques y la separes de tu pecho para que fluya por tus venas… Se va a sentir como un cosquilleo mientras avanza… Quiero que una vez que haya recorrido tu cuerpo lo concentres en la punta de tu lengua y lo dejes ahí.
-Y después…? – Preguntó. Si él había posado sus manos en su clítoris, querría que ella posara su lengua en su pene? Estaba dispuesta a hacer eso? La verdad es que sí, el problema no era si lo haría, era que no estaba muy segura de su destreza en el sexo oral, y a ella no le gustaba hacer cosas en las que no se destacaría…
Lo había hecho, claro, primero para Ron, que duró sólo un par de lamidas antes de eyacular, y más tarde con Viktor...
Ya para entonces había leído sobre la materia y tenía clara la mecánica del asunto. El problema más bien es que no disfrutaba hacerlo, y no comprendía las versiones romantizadas de aquel acto. Era incómodo, tenía que aguantarse las arcadas, y el semen no le sabía para nada a “néctar de los dioses”.
Lo hacía como muchas otras cosas en su vida, porque es lo que se esperaba de ella y su alma era generosa, pero que no le vinieran a decir que era divertido…
-Vas a usar tu boca, y en especial tu lengua, como si fuera una brocha, con la que vas a pintar sobre mi cuerpo… - Explicó él en tono neutro, pero los ojos obscuros y la voz teñida de deseo.
-Pintar…? – Repitió ella, pensando en la situación.
-Es algo distinto a lo que te hice yo… Yo concentré mi energía en un solo punto de tu cuerpo e irradié desde ahí a todo tu ser. Lo que quiero que hagas tú es concentrar la energía en un punto de tu cuerpo y rozarme con ella. Va a concentrarse en ti, no en mí… Entiendes? – Explicó.
-Cuál es la diferencia? – Preguntó, curiosa.
-Lo que hice yo es una sensación más intensa, pero estática. Lo que vas a hacer tú te da la libertad de elegir qué acariciar, y puedes estimular una zona sin que todo mi cuerpo sienta lo mismo…
-Por qué mi boca y no mis manos, como hiciste tú? – Preguntó.
-Porque quiero sentir tu boca en mi – Respondió él encogiendo los hombros.
Eso era lo bueno y malo de Malfoy, no se preocupaba por el protocolo. Si pensaba algo, lo decía.
-Está bien – Cerró los ojos y suspiró – Quítate los bóxer.
-Perdón? – Dijo él, medio atorado.
-Yo estoy desnuda y no me siento cómoda si soy la única. Además tus shorts interferirían en la dinámica “piel con piel” – Explicó.
Draco no opinó, y con gestos lentos y deliberados se quitó los boxers y quedó completamente desnudo.
Hermione debió hacer un esfuerzo sobrehumano para no mirar a la entrepierna del mago fijamente, pero sí le dio una miradita de reojo e hizo como si no fuera nada del otro mundo.
Ok, es cierto que anteriormente había visto sólo 2 penes en persona y tal vez tocado uno o dos más por encima de la ropa en alguna cita, por lo que no es que fuera precisamente una experta, pero podía decir con propiedad que Malfoy era malditamente bello, de la cabeza a los pies.
Hermione siempre pensó que los penes eran apéndices externos simplemente feos y muy poco aerodinámicos, por lo que estaba feliz de no tener uno propio, pero esa convicción cambió al ver al mago recostado junto a ella.
Acostado como sin una preocupación en el mundo,  la miraba esperando su veredicto, uno que ella simplemente no conocía… Qué decir que no sonara estúpido? “Bonita frutera” “No sabía que los magos se circuncidaran” “Sabías que tienes un lindo paquete?”
Por dios!
Agachó el rostro para esconder su expresión con su cabello, y se sentó a horcajadas sobre los muslos de Draco.
-Malfoy… - Dijo en voz muy baja.
-Granger… - Dijo él, claramente tenso.
-Hay algo que no te guste que te hagan? Algún lugar que no quieras que toque? – Preguntó temiendo que como muchas personas que han sido torturadas, hubiera sitios prohibidos.
-Tú puedes hacer lo que quieras princesa… - Dijo él mirándola a los ojos.
-Seguro…? – Insistió levantando la mirada.
-Tú ya tocaste el único lugar intocable – Respondió él con una media sonrisa un poco incómoda.
-Tu espalda? – Preguntó ella.
-Mi espalda… - Asintió.
Hermione no se pudo contener, y se agachó cubriéndolo con su cuerpo y lo besó dulcemente.
-Gracias…
-Por qué? - Preguntó más conmovido por la inusitada ternura que la sensualidad de la situación, con ella desnuda sobre él.
-Una vez que decidiste abrirte lo hiciste por completo… Eso requiere más coraje que el enfrentarse a un montón de Mortífagos… Y por mi parte, yo no he sido muy amable todo el tiempo… De hecho al principio fui francamente odiosa… Y tú llevas tanto tiempo dedicándote a mí…
Lo volvió a besar.
Aún era una caricia dulce, pero se fue volviendo cada vez más profunda y deliberada mientras ella se concentraba en las indicaciones que él le había dado, concentrando su chi desde el centro de su pecho hacia la punta de la lengua, y una vez que lo sintió fluir comenzó a deslizar sus labios para besar el rostro de Malfoy, un lametazo a la concha de su oreja que lo hizo arquearse con un gemido, lo que reveló una zona erógena que Hermione decidió explorar más tarde.
Besó el cuello y delineó los huesos de su clavícula, mordisqueó sus hombros y besó sus pectorales hasta llegar a sus tetillas, las que lamió dedicándoles especial atención.
Al verlo vulnerable y excitado rogando por más, se sintió poderosa y sensual… Se vio a sí misma como una fuerza de la naturaleza, y no sólo como la chica bonita pero corriente que se le reflejaba en el espejo.
Bajó besando el estómago del mago por el costado, y lamió uno de los lados de la gran V que apuntaba a su sexo.
-Puta madre, Granger! – Exclamó empuñando las sábanas para evitar tocarla, ya que se moría por hundir sus dedos en su cabello y guiar sus movimientos… De haber sido cualquier otra, lo habría hecho, pero no a Hermione… Él quería recibir lo que ella quisiera darle, sin presiones.
Merlín! Si no fuera por esos libros muggles sobre sexo tántrico que leyó hace años, ya se habría corrido varias veces, sin necesidad del traspaso del chi en las caricias. Era simplemente el estar piel con piel, la inocente sensualidad de las caricias, la dedicación puesta en cada una de ellas…
-Draco… - Susurró ella a centímetros de su pene.
-Mmmmh? – Preguntó.
-Está bien si quiero lamerte aquí? – Preguntó.
Qué responder a una pregunta como esa? Ella se quedó mirándolo atenta, esperando una respuesta, hasta que finalmente él reaccionó.
-Puedes hacer conmigo lo que quieras – Dijo tomando la barbilla de la chica entre sus dedos – Pero probablemente me va a pasar lo mismo que a ti… La estimulación directa en zonas erógenas precipita los orgasmos…
-No es un problema para mí si no lo es para ti – Dijo Hermione mordiendo el interior de su mejilla para no reír.
La chica no podía recordar un momento de su vida en el que hubiera sido más feliz.
Seguro había muchos que al menos se le igualaban, pero después de años de muerte, miedo y destrucción de por medio, esos recuerdos parecían pertenecer a otra persona.
Draco era real, y también lo eran los sentimientos que estaba desarrollando por él.
Antes de acercarse más, Hermione cerró los ojos para concentrarse. Ya había comprendido la mecánica del traspaso del chi, lo que debía hacer ahora era perfeccionar la intensidad para brindarle a Draco la mejor experiencia posible.
La energía sexual de Draco estaba aflorando, rodeándolo de una carga que alimentaba la necesidad de Hermione, retroalimentando la lujuria mutua.
El primer lametazo fue al interior del muslo derecho y Draco se tensó como si hubiera recibido un latigazo. Tan violenta fue la reacción que ella levantó la mirada para preguntarle
-Estás bien…?
-S… Sí… - Jadeó.
-Quieres que me detenga? Tal vez no controlo bien esto de la energía y te estoy haciendo daño…? – Ofreció.
-No Granger – Respondió, sonriendo, pero sin abrir los ojos – No me estás haciendo daño, estoy tratando de no venirme antes de estar en tu boca… Necesito almacenar esa imagen en mi mente… Va a ser un clásico instantáneo para acompañar mis noches solitarias.
-Qué vulgar, Malfoy! – Exclamó ella.
-No puedo tomar en serio tu afectación cuando tu mejilla está apoyada en mis testículos – Respondió él, aún sin mirarla.
-Idiota! – Exclamó ella riendo e incorporándose – Draco, si va a haber semen en los alrededores, mejor hazme el encantamiento anticonceptivo.
El mago estiró el brazo para tomar su varita del velador y con una floritura apuntó al vientre de Hermione. Un vapor de color lila emanó y ella se retorció en cosquillas.
-Este dura tres días – Dijo él devolviendo la varita al velador.
-Estás emanando energía – Comentó ella.
-Quiero que me sientas, aunque sea un poco… - Respondió.
-Te quiero sentir – Dijo con una sonrisa traviesa – Justo aquí – Y diciendo esto se sentó sobre su sexo, ubicando la erección del mago a lo largo entre sus pliegues.
-Puta madre! – Maldijo él – No! No! No, hasta que estés bien! – Exclamó posando sus manos en los muslos de la chica, para apartarla.
-Estoy tan bien que estoy a punto de violarte – Se defendió ella, impaciente - Creo que todo el chi compartido efectivamente tiene efectos terapéuticos, porque si bien no estoy lista para correr una maratón, sí puedo mover todas mis extremidades y ya casi no tiemblo…
-Estás segura? – Preguntó dubitativo - Yo estoy dispuesto a ir tan lento como sea necesario, pero lo último que quiero es que te arrepientas.
-Incluso con todo lo preparada y racional que siempre he sido, me he dado cuenta de que las únicas cosas de las que en verdad me arrepiento son las que no hice en su momento… Tú y yo juntos no tenemos lógica ni justificación Draco, y menos de dos semanas atrás me habría parecido ridícula una escena que me describiera durmiendo desnuda en tus brazos, pero ahora no me imagino otra manera de dormir… - Dijo acariciando la mejilla del mago con el dorso de sus dedos.
-Quién eres y qué le hiciste a Granger? – Preguntó Malfoy débilmente.
-Soy la Hermione que ha visto a sus amigos y compañeros morir a su lado… Soy la que debió haber muerto hace unos días de un modo horrible… Soy la que comprende que lo único real es el ahora… El pasado no existe y el futuro es incierto… Llevo años viviendo al día porque nunca sé cuándo mis circunstancias van a cambiar… - Explicó – Y ahora sé que tengo algo valioso frente a mí… Qué quieres esperar? Crees que las cosas van a cambiar para hacerse más convenientes? Que va a haber un momento más propicio?
-Piensas dejarme? – Preguntó él, enfocado sólo en parte de lo que ella dijo, que le sonaba a una despedida, y bastante dolido con la idea.
-No, pero las cosas rara vez suceden del modo que las planeo, así es que quiero tomar todo lo que pueda y tratar de ser feliz… A menos que no quieras…
-Es lo que más quiero… - Dijo él.
-Bien… - Dijo ella, y se agachó para besarlo en los labios mientras deslizaba la erección del mago a su centro. Al llegar a su entrada, susurró contra su boca – Empuja…  
Draco obedeció, y sintió como si la unión fuera a causar chispas de energía como cuando se enfrentan dos varitas.
Hermione centraba todo su chi en su sexo, y él trató de inundarla de su propia energía, lo que hizo que todos los puntos de unión rebosaran energía vital de ambos.
Esa primera vez no fue lo que Draco imaginó. Nada de poesía en movimiento, no fue una danza coordinada ni estilizada, y ni siquiera usó alguna de las decenas de sofisticadas posiciones sexuales diseñadas para estirar el placer.
No, lo que hicieron fue otra cosa… Fue un enredo de sábanas y extremidades, de jadeos y gemidos, de aferrarse al otro con fuerza para no perderse en la intensidad de las sensaciones, de morderse y arañarse, de palabras de amor y maldiciones.
No, no fue el sexo “estético” que imaginó, fue muchísimo más.
Fue su bruja entregándose por completo, fue él bajando las caretas y mostrando su vulnerabilidad, fue tocarse, besarse, lamerse, y retorcerse en manos del otro.
Fue empaparse en la esencia de la mujer que amaba, y finalmente fue desear la muerte, porque sabía que nunca más existiría en su vida algo tan hermoso y trascendental como lo que estaba viviendo. Desde ese momento en adelante, todo palidecería en comparación.
oooOooo
Yacieron abrazados, sus cuerpos pegajosos por la transpiración, tratando de recuperar el aliento.
Ella estaba de espaldas y él tenía medio cuerpo sobre ella, aplastándola contra el colchón e impidiéndole huir… Como si fuera una posibilidad.
-Tienes hambre? – Preguntó él sin abrir los ojos.
-Un poco, pero no quiero que te muevas – Respondió ella acariciando su cabello, su nueva actividad favorita.
-Y yo no quiero moverme – Dijo él.
La cabaña estaba en completa obscuridad. La obscuridad absoluta que sólo se da en lugares alejados de la civilización.
-Estás bien? – Preguntó ella.
-Sí – Sonrió él – Podríamos decir que estoy “bien”. Por qué preguntas?
-Porque me comporté como una especie de súcubo salvaje, no sé cuánta energía te robé… - Admitió avergonzada.
-No me robaste nada, yo te traspasé lo que quise darte – Aclaró él – El chi entre los magos fluye de manera voluntaria, no es como si fueras una especie de dementor u otra especie parasitaria.
-Bien… - Murmuró – Draco…
-Mmmmmh? – Preguntó él ausente, mientras se acomodaba un poco para no aplastarla demasiado.
-Más allá del chi y las hormonas y los orgasmos… Quiero que sepas que mis sentimientos hacia ti son reales… Me haces feliz… Y te quería dar las gracias…
-De nada! – Exclamó él interrumpiéndola para que no dijera nada que sonara a despedida – Ahora cállate y duérmete, necesitas descansar para terminar de recuperar tus fuerzas.
-Buenas noches Malfoy – Dijo ella sonriendo, comprendiéndolo y besando su coronilla.
-Descansa Granger – Dijo él.
oooOooo
Al día siguiente despertaron y después de un rápido aseo personal mágico volvieron a hacer el amor de manera tan intensa que debieron dormir un poco más.
Cuando volvieron a despertar Draco le devolvió su varita a  Hermione, cuyas manos ya no temblaban, y tomaron desayuno.
-Qué quieres hacer? – Preguntó ella mientras bebía una taza de té.
El sacudió las cejas lúdicamente, una media sonrisa en sus labios.
-No! – Exclamó ella escandalizada – Si seguimos así me vas a crear quemaduras por fricción!
Él soltó una carcajada.
-En realidad hay algo que me gustaría – Dijo estudiándola.
-Ilumíname – Dijo ella.
Media hora después ambos figuraban en el estudio de Draco. Hermione inmóvil, sentada en un piso de madera y cubierta con una manta de la cintura para abajo, mientras Draco comenzaba a trazar las modificaciones que le haría a la pequeña escultura de su chica.
oooOooo
-Vamos a necesitar provisiones – Dijo Hermione esa noche mientras revisaba los estantes de la cocina – No quedan muchas cosas, y mañana se va a acabar el té…
 -Ajá… - Dijo él, nada convencido.
-Qué pasa? No quieres ir a comprar? Crees que será muy peligroso? – Preguntó ella.
-No, no es eso… - Respondió.
-Entonces…?
-Estaba pensando en lo que hablamos… Acerca de tu sueño… Estaba pensando en que no tiene por qué ser un sueño… Por qué no lo intentamos, Granger? Huyamos juntos, y si después de un tiempo decides que prefieres luchar contra el Señor Oscuro que conmigo, te regresas, y la guerra y el miedo te van a estar esperando… - Dijo sin mirarla, mientras rebanaba una hogaza de pan.
-Canadá? – Preguntó aturdida. Nunca pensó que ese plan pudiera concretarse de verdad, pero en realidad, qué la detenía? Draco la hacía feliz, y podrían llevar una tranquila vida alejados de las esferas del gobierno mágico europeo.
El mago la estudió con el rabillo del ojo, pero la dejó procesar por su cuenta. Sabía que si la presionaba ella se pondría a la defensiva y era capaz de mandar el plan al demonio sólo para llevarle la contra.
-Diantha… - Murmuró ella.
-Puede ser real – Se atrevió a decir él.
-Liander…
-Podríamos discutir todos los días, yo me burlaría de tu ridículo amor por los elfos domésticos, y tú te preguntarías a cada rato cómo pudiste involucrarte con alguien como yo… - Ofreció él.
Ella sonrió.
-Sería egoísta de mi parte… Pero por otro lado, soy la Guardiana de los Secretos de La Orden, lo mejor que puedo hacer es evitar que me atrapen, no queremos arriesgar que descubran algo… O que me maten en el proceso… - Reflexionó, justificándose a sí misma por la decisión que ya estaba tomada.
Draco hizo lo imposible para mantenerse impasible, mientras su corazón se desbocaba en anticipación.
-No es tan complicado Granger, decide, voy a comprar té mañana? – Preguntó al fin.
-No – Dijo ella, mordiéndose la mejilla para no sonreír abiertamente – No…
-Café?
-No… Lo que sea, lo compraremos al llegar a casa.
-Merlín, bruja! – Exclamó acercándosele a grandes zancadas – No sabes cuánto te amo!
-Demuéstramelo! – Lo desafió rodeando su cuello con sus brazos.
Y ahí, en el mesón de la cocina que él usaba para preparar pociones, se lo demostró… Una y otra vez.
oooOooo
Afuera llovía y aún estaba oscuro, salvo por el fuego menguante de la chimenea. Ambos dormían profundamente, casi sin haber cambiado de posición durante toda la noche.
Hacía frío, pero los cuerpos unidos generaban suficiente calor.
De pronto, se escuchó un violento golpeteo en una ventana, haciéndolos saltar a ambos. Hermione estiró su mano buscando su varita e iluminó el espacio, y Draco se puso de pie y se puso sus bóxer que estaban tirados en el suelo.
-Tranquila, no se ha activado ninguna alarma, así es que es el correo – Dijo él.
-Oh… Casi me mata del susto! – Dijo Hermione mientras Draco abría la ventana – Algo interesante?
Draco sacó la nota enrollada en la pata de su ave mensajera, la leyó con cuidado, la volvió a leer, la carbonizó con su varita, y gritó
-Mierda! – Y sin más le dio un puñetazo a la pared, que traspasó la madera. Sus nudillos heridos chorrearon gotas de sangre.
-Draco! Te vas a hacer daño! Estás loco? – Preguntó ella corriendo desnuda hacia él – Qué pasó?
Él estaba como loco, comenzó a pasearse por la pequeña cabaña como un león enjaulado, lanzó lejos un par de mugs que habían quedado sobre el mesón, maldijo en al menos cinco idiomas distintos, botó varios libros al suelo, pateó una silla, y dio otro puñetazo a la pared.
Para entonces Hermione se había calzado su ropa interior y la camiseta verde, y se interpuso frente a Draco tomando sus manos empuñadas y sangrantes entre las suyas.
-Draco! Ya basta! Dime! Qué es lo que sucedió? – Preguntó.
Los ojos de Malfoy se fijaron en ella, dándole una idea de lo mucho que lo afectaba la noticia que fuera que le había llegado.
No era rabia, era dolor…
-Es tu familia? – Preguntó suavemente.
Él negó con la cabeza, bajando la mirada.
-Amigos? – Insistió. Que ella supiera él no tenía amigos, pero en una de esas…
Él negó otra vez.
-Mierda Malfoy! Dime de una vez? Qué puede haber sucedido que te haya afectado tanto? Si no es tu familia entonces… - Una idea comenzó a formarse en la mente de Hermione. Si no era su familia, la única otra cosa que le importaba en el mundo, era precisamente ella.
Él la miró desolado, debatiéndose entre lo correcto y lo que quería… Lo “correcto” era siquiera lo correcto? No, porque ciertamente arruinaría las vidas de ambos, pero era lo honesto, y ella no le perdonaría una mentira.
Verdad o mentira… De cualquier modo, la perdería.
Quiso volver en el tiempo para interceptar el maldito pájaro antes de que llegara a truncar todos sus planes…
Maldita sea!
-Hay… Noticias… - Draco tragó saliva y habló con voz ronca – Hace unas horas descubrieron en las puertas de San Mungo a un mago abandonado… Fue torturado de forma muy severa… Tanto que no saben si podrá recuperar la cordura… - Dijo lentamente.
-Por dios! Como los padres de Neville! Hace mucho tiempo que no dejan sobrevivientes, generalmente cuando los Mortífagos acaban de interrogar a sus prisioneros, los matan… - Comentó Hermione afectada, pero no sorprendida. En su línea de trabajo esto no era nada nuevo.
-Este mago… Era especial… - Repuso él sintiendo que cada palabra suya destilaba veneno – Princesa… El mago que encontraron es Ron Weasley.
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Chan!
No dejen de comentar y yo no dejaré de actualizar.
En especial me gustaría escuchar hipótesis, a veces sus ideas son mejores que las mías…
Abrazos.

     


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