Tal para cual! 20

Capítulo 20

Together we are magic, together we are dreaming, together we reach endlessly,
The centre of a seed, so full of possibilities.

I became awake.
I thought I was sleeping, but I was only forming a structure with no ceiling,
With words like a runway, a cloud of a person drifting away.
I was heavy, but now I am light.
I was heavy, but now I am light

I became awake/ The Great Lake Swimmers

Emmett POV
Amanecí aferrado al frágil cuerpo de Bella, cubriéndolo en un intento por protegerla y hacerle sentir mi amor…
Temprano en la mañana llegó el primer camión de reparto. Home Depot.
Ayudé a descargarlo y ordené los artículos en orden de prioridad de las reparaciones, usando el maltrecho garaje de la casa como bodega, y decidí comenzar mis reparaciones en el techo de la casa.
Mientras trabajaba a toda velocidad en renovar el techo llegó el camión de reparto de Walmart. Detuve mi trabajo por un rato para ubicar los artículos más delicados en el living y seguí trabajando, con pausas periódicas para checkear a Bella, que no demostraba ningún cambio en su condición. Me aferré a la esperanza de que al menos no se veía peor…
A medio día ya había terminado con el techo. El finalizar esa tarea me dio una sensación de triunfo y logro enorme, como si las cosas fueran lentamente mejorando. Hoy era mejor que ayer… mañana sería mejor que hoy.
Llevé el nuevo colchón a la habitación principal e hice la cama usando las sábanas nuevas y un grueso plumón de plumas de ganso. Deposité a Bella en la mitad del colchón y la cubrí. Como una muñeca de trapo, se dejó hacer sin reaccionar.
Decidí continuar trabajando en el reemplazo del sistema eléctrico de la casa. Esa tarea fue tediosa pero me mantuvo ocupado el resto del día y la noche.
Visité la habitación de Bella cada hora. Ya estábamos en el tercer día de su transformación, en cualquier momento debía despertar… pero no lo hizo.
El día sábado al amanecer decidí cambiar de ropa a Bella y de paso examinar su cuerpo a ver si tenía cambios visibles.
Al desnudarla comprobé que los moretones habían desaparecido por completo, dejando su piel perfecta e inmaculada. Un examen más detallado me permitió comprobar que las cicatrices que solían adornar sus piernas y brazos eran casi invisibles. El cambio aparentemente estaba ocurriendo, sólo que a un ritmo extremadamente lento.
La vestí con un pijama compuesto de shorts y una camiseta de algodón, obviando el corpiño. Supuse que estando acostada no lo necesitaría. Demonios, sus pechos eran perfectos y firmes, ni corriendo una maratón necesitaría un corpiño!
Y me levanté de su lado paraa seguir trabajando en la casa. El día de hoy, plomería. Reemplazo de todas las cañerías, artefactos de baño y grifería de la casa. Tendríamos montones de agua caliente y grifería con cabezales e hidromasaje para poder hacer el amor en la ducha por horas si así lo deseábamos… Y por Dios que lo deseaba!
El día domingo me dediqué a la jardinería. Piqué y cerní la tierra del jardín para plantar semillas de césped y creé jardineras con las plantas de flores, las que dieron un toque de color y alegría a la casa. Ese día terminé cubierto de tierra y mugre, y agradecí haber trabajado en la plomería el día anterior.
Ese día noté que los pechos y labios de Bella parecían llenarse un poco más. Nada demasiado evidente, y si no hubiera estado tan atento a cualquier cambio en su condición tal vez ni lo hubiera notado, pero el cambio estaba ahí.
El día lunes me dediqué a raspar las paredes de la casa en preparación para la pintura. Era un trabajo enormemente aburrido y pasé el tiempo escuchando música e imaginando la reacción de Bella a nuestro hogar… Le gustaría?
Decidí mantener los colores originales de la casa, el exterior blanco y las puertas y ventanas de color azul. En el interior de la casa decidí pintar con látex al agua para no molestar a Bella con la fumarola tóxica de las pinturas al óleo. Usé colores neutros y al terminar el día lunes la casa lucía como nueva… o tal vez no, pero al menos muchísimo mejor que cuando llegamos el jueves.
Esa noche la pasé velando a Bella. Su piel estaba fría y estaba endureciéndose, adquiriendo la textura y consistencia de la piel de un vampiro. Lo que no entendía era… por qué su transformación estaba tomando tanto tiempo? Ya no dudaba que ella despertaría como vampiro, pero la espera me estaba matando… No soy un hombre especialmente paciente…
Durante esos días de espera hablé varias veces con Alice y Jasper. No quería hablar con Carlisle ni Esme, demasiado molesto por su defensa de Edward como para intentar argumentar con ellos.
Alice me contó que Jasper se había encargado de simular un accidente en el que la camioneta de Bella había caído al mar en el camino entre Forks y Port Ángeles, por lo que nadie intentaría buscarla. Charlie estaba destrozado, obviamente, pero no había otra manera de manejar la situación. Para todos los efectos legales Isabella Swan estaba muerta.
Con respecto a Edward, la familia había decidido dejarlo en trozos hasta que despertara Bella, considerando que su opinión era la más importante en el asunto. Sólo me quedaba esperar que Bella me dejara acabar con el malnacido de una vez por todas.
El día martes no me moví del lado de Bella. La mayor parte de las reparaciones de la casa estaban listas y del resto me encargaría más adelante. Simplemente me senté a su lado a esperar, atento a cada latido de su corazón, a cada cambio en su cuerpo.
Bella parecía haber crecido algunas pulgadas, y su cabello se había oscurecido hasta ser del color del ébano, un castaño oscuro sin los reflejos rojizos que tenía como humana.
Este era el día N° 7 desde el ataque… 4 días extra en el proceso de transformación… pasé todo el día hablándole, contándole de mis recuerdos de infancia en esta casa, de mis planes para nuestro futuro, de lo mucho que la amaba, la extrañaba y la necesitaba, y sólo cuando el día estaba terminando pude escuchar cambios en el ritmo de su respiración y en el latir de su corazón, incrementándose lentamente… hasta que al amanecer del octavo día, la espalda de Bella se arqueó, tomó una bocanada de aire y su corazón latió por última vez. La transformación había terminado.

...oOo...

Bella POV
Estaba muriendo. Lo podía sentir, con cada trago de sangre que Edward arrancaba de mi cuerpo, sentía la muerte un paso más cerca. Me despedí mentalmente de mis padres, de los Cullen, de Jake y la manada y por último de Em… Pobre Em… qué haría cuando descubriera lo ocurrido? Quedaría destrozado, se culparía…
Yo no quería eso. Cómo quisiera poder evitarlo… pero era sólo humana y no quedaba más que esperar que la muerte me llevara, que todo acabara.
Pero mis divagaciones fueron interrumpidas por otros sonidos provenientes de Edward… no sólo los sonidos de succión. No sólo el sonido de mi sangre pasando por su garganta… No… estos eran gemidos de placer…
Y pude sentirlo, frotando su erección contra mi estómago, obteniendo placer no sólo en mi sangre si no en mi cuerpo.
La ira me embargó. El asqueroso hijo de puta no había querido hacer el amor conmigo cuando se lo había rogado una y otra vez como su novia, pero estaba a punto de acabar mientras me mataba? Sentí mi escudo vibrar en mi piel como no lo había hecho nunca, y en el momento que escuché a Edward gemir su clímax algo en mí estalló.
Un poderoso destello de luz azul emanó de mi cuerpo y mi escudo se proyectó expandiéndose con violencia y empujó a Edward por la ventana. Toda la energía que me quedaba abandonó mi cuerpo y me deslicé hacia la inconsciencia. Lo último que sentí fueron los brazos de mi Em rodearme… después… nada.
No sé cuánto tiempo estuve inconsciente… pero recuerdo 2 períodos. Primero, la nada absoluta. Después, la nada y el dolor.
Pero mi cuerpo estaba en control de mi escudo, y cuando el dolor comenzó, mi escudo se retrajo desde mi piel hacia el interior de mi cuerpo, empujando el dolor hacia afuera, haciéndome insensible a todo lo que ocurría a mi alrededor.
Lo único que no dejó de funcionar fue mi mente, prisionera en un cuerpo que no me respondía, prisionera en una burbuja de dolor y agonía que no me podía tocar.
Y aunque mi cuerpo era incapaz de sentir, mis oídos eran capaces de oír y mi cerebro de procesar.
Escuché a Emmett hablarme, lo escuché rezar, lo escuché llorar… Y no lo pude alcanzar.
Escuché a Em pedirme perdón por la horrible casa a la que me había traído… es que Em no me conocía para nada? Yo estaría feliz de vivir en una tienda de campaña si era con él a mi lado!
Escuché a Em contarme de sus avances en los arreglos de la casa. Y cuando no estaba conmigo lo podía escuchar trabajando… martillando, lijando, cortando.
Podía escuchar a Em cuando abrazaba mi cuerpo inerte y me contaba anécdotas de su niñez en esta casa. Yo aún no la había visto, pero la amé porque era parte de Em y su historia. Quise por enésima vez alcanzarlo, tranquilizar sus miedos, su ansiedad y decirle que yo estaba bien, que estaríamos juntos una vez que mi cuerpo y mi mente pudieran sanar.
Durante los momentos en que Em no estaba a mi lado me enfoqué en recordar mi vida humana. En recordar el desierto de Phenix, el color del cielo, la noches estrelladas, a Renee y sus locuras…
Recordé a Charlie y a Forks… La lluvia eterna, el verdor el bosque, la humedad del aire, el amor fuerte y sin aspavientos de mi padre.
Recordé a Jake y a La Push… El olor a mar y bosque, las fogatas, las tardes en el taller, a mi mejor amigo, mi pilar.
Y recordé a los Cullens… Mi primer encuentro, cuando al verlos presentí que esas hermosas creaturas no podían ser humanas. Mi infatuación con Edward, mi relación con la familia…
Y por último recordé a Em… nuestra amistad fácil, las bromas, nuestro primer beso, nuestras promesas de amor. Cada minuto que pasaba sentía que mi amor por él se hacía más fuerte, como si al convertirme en vampiro mi capacidad para sentir y amar se multiplicara… Como si mi corazón se extendiera en mi pecho para poder amarlo muchísimo más.
Em… estoy aquí… estoy bien… no llores!... Em, cuando esté lista estaré contigo… espérame… te amo…
El tiempo se extendía y no tenía modo de saber cuántos días habían pasado desde que había comenzado mi transformación. No existía día ni noche, no existían sensaciones, sólo sonidos, sus palabras y mis pensamientos…
Y de pronto algo cambió. Mi corazón poco a poco se aceleró hasta hacerse imposible distinguir un latido del anterior.
Y entonces, como la cuerda rota de un violín, mi escudo se volvió a soltar, mi espalda se arqueó, mi corazón se detuvo y tomé una bocanada de aire.
Y pude sentir.
Y lo sentí todo.
En cosa de un par de segundos mi cerebro procesó los distintos olores y sonidos que plagaban el cuarto donde me encontraba. Pero lo archivé para analizarlo después… nada era tan importante como su presencia a mi lado.
Abrí los ojos. Y lo vi.
Agachado junto a mí, con el rostro contraído de la preocupación y grandes ojeras… los ojos negros por no haberse alimentado en varios días. Em.
No lo dudé. El impulso… el amor que se había multiplicado durante mi transformación se cimentaron al abrir mis ojos y verlo frente a mí. Gritando sólo una palabra en mi mente: MIO.
Y salté a sus brazos y lo besé.
En el momento en que nuestros labios se encontraron una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo encendiendo mis sentidos e impulsándome en una sola dirección. Reclamar a mi hombre. MIO.
Em me abrazó y respondió a mis besos con la necesidad de un hombre sediento que por fin puede beber. De sus labios una letanía de palabras que reflejaba su alivio, su amor y su necesitad
-Bella… Bella… amo… necesito… mierda… viva… suave… sexi… amo… quiero… necesito… Bella… piel…
-Em… mío… reclamar… dentro de mí… mío… mío… ahora –Respondí en el mismo idioma, el de la necesidad y la lujuria.
Sus labios no perdieron el contacto con mi piel por un segundo, moviéndose desde mi boca y por mi rostro depositando besos a su paso y murmurando incoherentemente. Mis manos se aferraron a su cuerpo y se encontraron con el obstáculo de la ropa. No me gustó.
Mis dedos rasgaron la tela sin esfuerzo, y en pocos segundos tenía lo que necesitaba. La piel de Em sobre mi piel. Sin obstáculos, sin miedos, sin nadie al alrededor. Sólo él y yo. MIO.