Red Moon 18

Hola a todos! En primer lugar gracias por los múltiples saludos de cumpleaños, me hicieron sentir que cumplir 30 no es tan malo después de todo teniendo lectores como ustedes…

En segundo, recibí ciertas amenazas de muerte y tortura de parte de Laurak Lilith Blackmore si es que permitía que algo le sucediera a Bella… Este capítulo va dedicado a ella. Merezco que Edward me venga a torturar? OMG OJALÁ QUE NO.

Y eso por ahora chicos, no olviden dejar sus comentarios, que aunque no los responda (por tiempo, estoy escribiendo a full), si los leo y disfruto de cada uno.

Todo mi cariño y gracias a todos!

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Capítulo 18

Que es lo que yo podría

Decirte aquí y ahora

Que no hubiera dicho nadie antes

En cualquier lugar.

Como voy a renunciar a ti

Como voy a renunciar a ti

Y tus lágrimas de fuegos

Se me vienen a la boca

La dulzura de tu sexo

Y la sal de tu sudor.

Como voy a renunciar a ti /Cecilia Echeñique

Jasper POV
Hacer el amor a mi Bella… por fin le estaba haciendo el amor a la mujer que amo.
Me posicioné sobre ella y recorrí sus pliegues con la punta de mi erección, haciéndola desearme sin manipulaciones, pura y simple lujuria. Cuando sentí que ella estaba suficientemente mojada y lista para mí, empujé suavemente hasta que la estuve unos pocos centímetros dentro de ella… me abrumó el calor de su cuerpo, la suavidad de su piel y su estrechez.

Cuando sentí que la estaba comenzando a distender, comencé a proyectar mi propia lujuria, compartiendo mis sentimientos y sensaciones con ella. Y a medida que la fui llenando mi proyección fue más y más poderosa, y comencé a nutrirme de su propia necesidad. Cuando empujé por última vez para entrar en ella las paredes de Bella se cerraron atrapando mi erección con su orgasmo… había logrado convertir el dolor en placer, y tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no correrme junto con ella, ya que mi don y su cuerpo me tenían al borde del éxtasis.
Comencé moverme lentamente, penetrándola completamente para luego salir hasta la punta y volver a penetrarla, despacio, una y otra vez.
Bella aún estaba disfrutando de la euforia de su orgasmo y emitía sonidos incoherentes, pequeños gemidos y jadeos que pretendían hacerme saber que le gustaba lo que le estaba haciendo.
Mientras le hacía el amor comencé a murmurar palabras de amor y devoción hacia ella… mi agradecimiento por permitirme amarla, por dejarme ser el primero en descubrir su cuerpo y por poder conquistarlo, reclamándola como mía. Sé que es una actitud machista y primitiva, pero en mi mente, la estaba marcando como mi mujer.
Cuando mi lujuria no pudo más y me di cuenta de que estaba pronto a acabar, giré nuestros cuerpos para que ella quedara sentada sobre mí, de modo que al rozar nuestros cuerpos pudiera estimular su sensible clítoris.
La tomé soportando su peso con mis manos, guiando sus movimientos, mientras ella hundía su rostro en mi pecho suspirando y gimiendo, sin oponer resistencia o ayuda en la tarea, demasiado perdida en sus sensaciones, su pequeño cuerpo agotado…
Pero yo no había terminado con ella, y cambiando el ángulo en el que se unían nuestros cuerpos la hice volver a reaccionar, gritando de placer, totalmente desinhibida. Su orgasmo fue seguido de otros más leves, y con el último estremecimiento de su cuerpo yo acabé en ella, disfrutando del mejor clímax de mi vida… y perdí el control de mi don, proyectando mi goce y desencadenando un último orgasmo en mi Bella.
Ella cayó exhausta sobre mi cuerpo, su cuerpo caliente y sudoroso. Yo acaricié su rostro y me moví para salir de ella. Bella gimió y se acurrucó contra mí.
-Te amo Isabella Swan –Le dije besando su coronilla.
-Te amo Jasper Whitlock –Jadeó sin abrir los ojos… comenzando a perderse en la modorra, su cuerpo y mente agotados y buscando descanso.
Sentí su respiración acompasarse, comenzando a deslizarse en el sueño y me preparé para revivir en mi mente esta increíble experiencia, y ella acomodó por última vez su cuerpo hacia mí y entonces olí la sangre.
Bella se aterró y yo me paralicé. Ella se llevó su mano a su entrepierna, y ambos constatamos que mi semen salía manchado de hilos de la sangre de su virginidad.
El pánico de Bella se transformó en resignación y me dijo
-Adiós Jasper… te amo… -Y cerró los ojos.
Qué demonios?
-Isabella abre los ojos –Dije fríamente mientras me comenzaba a vestir. Me sentía defraudado y triste de que Bella pensara tan pobremente de mí… como todos…
-No Jasper… prefiero que sea así… -Dijo mientras silenciosas lágrimas corrían por sus mejillas. Mierda! Comencé a enojarme de verdad.
-Isabella deja de una vez ese complejo de víctima y anda al baño a lavarte –Dije con mi voz permeada de la furia helada que me embargaba -Lamento decepcionarte, pero no te voy a matar por unas gotas de sangre.
Ella obedeció aturdida, levantándose desnuda tomó su toalla y su neceser y se dirigió a la ducha. Yo la vi partir y me quebré. Caí de rodillas y sollocé en silencio. Después del momento más hermoso que había vivido en mi existencia, comprobaba que ella aún no confiaba en mí. Cómo podía entonces decir amarme?
Qué haría sin ella? Podía quedarme a pesar de lo que acababa de ocurrir?

…oOo…

Bella POV
Caminé al baño como una zombi… qué es lo que acababa de hacer? Jasper nunca tuvo la intención de comerme, sin embargo yo lo acusé de ser demasiado débil para resistirse a mí, la mujer que amaba!
Hice un moño alto en mi cabello para no mojarlo y dejé el agua correr sobre mi cuerpo. Después de una experiencia sexual tan intensa como la que había tenido, mis piernas apenas me sostenían, así es que me senté en la tina y me puse a llorar. Jazz había sido tan lindo y romántico mientras hacíamos el amor, y luego tan frío y desapegado cuando me enfrentó por dudar de él…
Necesitaba a mi Jazz junto a mí.
Me terminé de lavar bien entre las piernas y salí de la ducha. Al mirarme al espejo noté las marcas que me había dejado Jazz en el pecho… serían un recordatorio de él mientras no estuviera… como si necesitara uno…
Al acercarme a mi cuarto, lo pude ver… sollozando silenciosamente de rodillas en el piso de mi cuarto. Oh Jazz! Qué he hecho? Rompí al hombre más fuerte que conozco.
Me acerqué y dejé caer mi toalla, quedando desnuda y me arrodillé frente a él.
-Jazz… -Lo llamé. No hubo respuesta.
-Jasper… -Intenté de nuevo, sintiendo mi corazón romperse. Puede un vampiro quedar en estado catatónico?
-Jasper Whitlock! –Exclamé mientras me corrían las lágrimas por las mejillas.
Al no tener respuesta decidí intentar lo único que creí funcionaría con un empático… toqué sus mejillas y concentré todo mi amor y arrepentimiento, toda mi lujuria contenida, todo lo que lo extrañaría cuando se marchara…
-Jazz… contéstame… te amo… te amo tanto… lo siento, no debí dudar de ti, tu eres tan fuerte, tan increíble… Estoy segura de que no cualquier vampiro habría resistido mi sangre fresca, pero tu… Oh tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida Jazz, perdóname…
-Bella… -Dijo él con voz ahogada
-Jazz! –Exclamé y lo abracé fuerte, mi rostro contra su pecho desnudo, mojándolo con mis lágrimas –Dime que me perdonas! Dime que no me dejarás! –Rogué.
-No te voy a dejar cariño –Dijo con la voz quebrada –pero me dolió… me dolió que tu primera reacción ante mí fuera miedo… que tus instintos aún no sean confiar en mí… -Dijo abrazándome tentativamente –Llevo años yendo a la escuela con chicas humanas que tienen su período y no me he comido a ninguna… y crees que te voy a comer a ti?
-Ven a la cama conmigo –Le pedí –No quiero perder un momento discutiendo. Cometí un error y no lo voy a volver a cometer otra vez. Eres mucho más fuerte de lo que creí. Mucho más fuerte de lo que nadie creyó… Perdóname –Dije mirándolo a los ojos.
-No hay nada que perdonar… tus instintos son tus instintos… lo que me dio más rabia es que te entregaras así, sin pelear, sin rogar o patear! –Dijo abrazándome más fuerte y besando mi coronilla.
-Mis instintos son una porquería… lo lamento… Ven a la cama conmigo?
-Vamos a la cama –Dijo poniéndose de pié. Sólo entonces pareció darse cuenta de que yo estaba desnuda, arrodillada frente a él. Sus ojos se oscurecieron por el deseo pero no me pidió nada… aunque yo sentí su lujuria y supe cómo ganarme su perdón.
Tratando de parecer segura de lo que hacía, extendí mis manos para desabrochar sus jeans, que caían sueltos increíblemente sexis destacando la V de sus caderas. Enfoqué toda mi atención en mi tarea para no arruinarlo todo, y una vez desabrochados, bajé tanto sus jeans como sus bóxers liberando su erección.
-Levanta el pié derecho –Dije. Él obedeció y le saqué su ropa de esa pierna –El izquierdo –Ordené con voz más segura… y él volvió a obedecer.
Arrodillada, quedé mirando sus increíblemente perfectos pies dándome valor para lo que vendría, y comencé a acariciar sus piernas desde sus tobillos. Las cubría un suave vello rubio y estaban perfectamente esculpidas, como el resto de su cuerpo. Lo acaricié y besé detrás de las rodillas, en los muslos y lamí la V de sus caderas, realizando de paso una de mis fantasías.
No quise mirarlo a los ojos, ya que me faltaba valor, pero por el cambio en su respiración pude ver que le gustaba lo que le estaba haciendo.
Finalmente, cuando no lo pude retrasar más, tomé su erección con mi mano derecha. No debía ser tímida me dije… ya ha estado dentro de mí… no se va a romper…
Lo bombeé un par de veces tentativamente y lo oí gemir, lo que me dio valor para mirar hacia arriba. Sus ojos estaban completamente negros de lujuria y una expresión hambrienta marcaba su rostro… pero esta vez supe de qué tipo de hambre se trataba y lentamente saqué la lengua para, sin dejar de mirarlo a los ojos, lamer la punta de su erección.
-Nnngh! –Gimió él y sólo su cara se placer hizo que la humedad comenzara a concentrarse nuevamente entre mis piernas.
Le di otra lamida, esta vez desde la base del pene hasta la punta, y bombeé un par de veces más. Sus gemidos de placer se multiplicaron y escuché un par de maldiciones silenciosas.
En vista de que esto del sexo oral se me estaba dando tan bien, decidí recibirlo completamente dentro de mi boca, tratando de cubrir mis dientes con mis labios para no hacerle daño. Lo que no pude meter en mi boca lo cubrí con mi mano y comencé a bombear y succionar a la vez.
Jasper puso una de sus manos en mi hombro, como tratando de aguantarse las ganas de guiar mis movimientos, pero no podía hacerlo… un movimiento en falso y podía terminar con una fractura de cráneo y sin la mitad de mis dientes…
Seguí succionando y bombeando, jugando con mi lengua y repitiendo la secuencia, más y más rápido, hasta que Jazz me advirtió
-Cariño, voy a acabar!
-Acaba en mi Jazz –Le dije- Acaba en mi cuerpo, márcame como tuya…! –Y con esas palabras, fríos chorros de semen cayeron sobre mi pecho y estómago.

…oOo…

-No te vayas… quédate conmigo –Rogué por enésima vez.
-Es tiempo cariño, tu padre está por llegar y Emmett me está esperando –Respondió él jugando con un mechón de mi cabello.
-Pero no quiero estar sin ti! –Dije besando su pecho. Habíamos hecho el amor una vez más y mi cuerpo completo descansaba sobre el de él –Quién me va a hacer el amor mañana?
-Espero que nadie –Dijo divertido.
-Pero Jazz… soy una adolescente hormonal, y ahora que me mostraste los "placeres de la carne" no puedes irte así como así… -Argumenté.
-Sólo serán unos pocos días, y la separación va a hacer que cuando regrese el sexo sea aún mejor –Me dijo besando mi coronilla.
-Imposible! –Dije escéptica –El sexo no puede ser mejor de lo que fue hoy.
-Te sorprenderías cariño… especialmente ahora que ya pasamos la etapa incómoda de tu virginidad…
-Quédate un ratito más… -Rogué derrotada.
-Cuanto rato más? –Preguntó Jazz.
-Mil besos más!
-Nop –Sonrió
-Quinientos? –Pregunté esperanzada.
-Nop.
-Pero Jazz! No estás negociando! Tienes que ceder!
-Un último beso y me voy cariño, ya es hora.
-Te voy a extrañar… -Dije y se me cayó una lágrima de pena y preocupación.
-Yo te voy a extrañar más –Dijo él y con sus dedos levantó mi rostro hacia él para darme el beso más dulce que pueda existir.
-Llámame al llegar a Seattle–Le recordé por quinta vez.
-Lo haré, y tú hazle caso a Rosalie! –Dijo besando la punta de mi nariz y desapareciendo por la puerta. Oh! Lo había olvidado… Brujalie!

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A continuación, las aventuras de Bella y Brujalie!

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