jueves, 17 de noviembre de 2016

El Tiempo En Una Botella 20

Holas! Lo siento por la demora, pero he estado con una enorme cantidad de trabajo, mucho más de lo normal, y aunque estuve como 18hrs diarias frente al computador, no podía dedicarme a escribir! Agh!
Bueno, pero aquí estamos, espero les guste, un abrazo.
A.
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Capítulo 20
Couldn't sleep at all last night
Just a-thinkin' of you
Baby, things weren't right
Well I was tossin' and turnin'
Turnin' and tossin'
Tossin' and turnin' all night
I kicked the blankets on the floor
Turned my pillow upside down
I never, never did before
'Cause I was tossin' and turnin'
Turnin' and tossin'
Tossin' and turnin' all night
Tossin' and Turnin' / Bobby Lewis
Bella POV
Los días que siguieron a nuestra boda pasaron como un collage de postales de una serie de momentos insignificantes individualmente pero inolvidables en su conjunto. Estábamos enamorados, y yo era tan feliz que tenía que tocarlo frecuentemente sólo para convencerme de que James era real y no el producto de mi fructífera imaginación.
Los horarios normales dejaron de importarnos, viajamos de noche y cuando estaba nublado, y el resto del tiempo lo pasamos encerrados en alguna habitación de motel a la orilla del camino, o en la orilla de un río tirando piedras al agua, o bailando en algún salón de pueblo.

No puedo dejar de repetirlo, fueron 2 semanas maravillosas.
Y es que no importaba dónde estábamos ni qué tan elegantes eran nuestras acomodaciones, apenas notábamos nada cuando estábamos juntos, borrachos de hormonas y endorfinas, irradiando contento, satisfechos con nuestras vidas.
James la mayor parte del tiempo mantenía su sentido del humor sarcástico, e igual que yo con él, también estaba siempre tocándome de alguna manera, ya sea tomando mi mano, rodeando mi cintura, reacomodando algún mechón de mi cabello o simplemente descansando sobre mí.
La diferencia es que él no lo hacía para convencerse de que yo era real, sino que a poco andar había descubierto que a mi vampiro le encanta tener el control, en especial cuando hacíamos el amor, e inmovilizarme con el peso de su cuerpo lo encendía enormemente, tal vez por el contraste entre mi fragilidad y su poderío físico, no lo sé, sólo sé que lo hacía feliz tenerme a su merced y yo era feliz al poder alegrarlo con un gesto así de sencillo.
Jojo por su parte también había ido derribando sus barreras y a veces James sacaba a pasear al cerdito en su arnés para que hiciera sus necesidades y tenían largas conversaciones en las que Jojo le contestaba con gruñidos como si lo entendiera, y a cambio James le daba alguna golosina a escondidas. Él pensaba que no me daba cuenta pero claro que lo hacía, si hasta los había visto interactuar desde la ventana de nuestra habitación...
Cada día me sorprendía la elasticidad de mi corazón, que se expandía más y más por el inmenso amor que sentía por quien era (aún me costaba creerlo) mi marido, un sentimiento que no dejaba de crecer.
oooOooo
La noche del quinceavo día desperté temblando, sudorosa, nuevamente con un mal presentimiento apretando mi pecho, sin saber dónde estaba, y aterrada de encontrarme sola.
Tanteé a ciegas unos momentos tratando de encontrar la lámpara del velador, y una vez que reconocí nuestra habitación de motel, busqué a James con la mirada, y no lo encontré.
Busqué una familiar nota en mi almohada, ya que él siempre me dejaba dicho dónde iba, pero en esa ocasión no había ninguna.
Fui al baño a ver si tal vez había sacado a Jojo a caminar, pero el cerdito dormía profundamente en su nido de frazadas...
Entonces, dónde estaba James?
Definitivamente no se estaba alimentando porque me constaba que ya lo había hecho el día anterior, y no había mencionado nada sobre necesitar ir a ninguna parte, por lo que debía estar en los alrededores... Dudé que me dejara realmente sola sin decir nada, era algo totalmente atípico de él.
Me vestí rápidamente con la ropa del día anterior sin ni pensar en usar una chaqueta a pesar del frío imperante. En el estacionamiento había apenas 3 autos bien separados entre sí, y James no se veía por ninguna parte.
El cielo estaba cubierto y no había estrellas a la vista, sino tan sólo la luna que lograba pasar algunos débiles haces de luz entre las nubes, lo que más que ayudar a iluminar el lugar, creaba siniestras sombras.
Todo estaba en silencio... Perfecto, absoluto silencio.
Todos los pequeños animales e insectos de los alrededores parecían estar tratado de pasar desapercibidos ante la presencia de un predador.
Ya lo había observado antes en la cercanía de los Cullen, pero esa falta de... Vida... Nunca me había causado miedo, sino más bien curiosidad... Hasta ese momento.
Un escalofrío recorrió violentamente mi espalda y eché a correr nuevamente hacia nuestra habitación como alma que se lleva el diablo, al llegar cerré de un portazo y pasé el pestillo y la cadena de la puerta, sabiendo que era una medida inútil. Si algo venía por mí ni una puerta blindada me protegería.
Con el portazo Jojo despertó, así es que lo metí a la cama conmigo. Me sentía inquieta, con esa sensación horrible e intangible de que algo muy malo va a pasar, pero sin poder definir qué. Sólo sabía que me sentía mejor acompañada de mi cerdito que jugaba inocentemente al escondite entre las cobijas.
oooOooo
No sé en qué momento me quedé dormida, pero debe haber sido una mezcla de miedo y aburrimiento la que me noqueó... Y así de pronto, ya era de mañana y me dolían los músculos del cuello, los hombros y la espalda baja.
Reconocí los síntomas de inmediato, porque evidentemente estaba tensa por mis malos sueños y terrores nocturnos, y yo desde siempre he somatizado el stress y la presión en forma de dolores musculares.
-Agh! – Me quejé lastimeramente. De verdad me dolía, mi cuello estaba duro y tieso, y no podía girar la cabeza sin doblar la cintura.
-Buenos días - Dijo James sentado en el alfeizar de la ventana.
Lo localicé por la dirección de su voz, no porque pudiera verlo, y me pregunté cómo hizo para entrar con la cadena puesta.
-Mmmmmph – Caí al colchón como un saco de papas, adoptando mi posición original, la única que me resultaba parcialmente tolerable.
-Te duele algo? – Se acercó preocupado.
-La espalda, pero sobre todo el cuello – Murmuré contra mi almohada.
-Qué puedo hacer por ti? – Preguntó suavemente, acariciando mi cabello.
-Si pudieras conseguir aspirina, ibuprofeno, ketaprofeno o paracetamol... No sé qué se han inventado a la fecha... Algún analgésico y antiinflamatorio fuerte, con eso voy a estar bien – Dije sin ni tratar de levantar la cabeza para mirarlo.
-Vuelvo enseguida! – Dijo y desapareció.
Yo de inmediato hice un esfuerzo y me levanté, tremendamente adolorida, y me metí a la ducha para tratar de relajarme con el agua caliente, aunque sin lavarme el pelo porque mis brazos no alcanzaban mi cabeza.
Traté de respirar profundo y calmarme, a pesar de que no podía sacarme de encima la idea de que una catástrofe se cernía sobre mí... Y eso es lo raro, ni siquiera era "nosotros"... El sentimiento era muy particular, yo sentía que la víctima sería yo.
Si esta fuera la primera vez que me atacaban estos presentimientos, no le habría dado tanta importancia, lo habría descartado como una pesadilla cualquiera, pero esta es la misma intuición que me hizo descubrir que Edward es un vampiro y Jacob un lobo... No era información precisa, no eran datos objetivos, era algo en las entrañas que me decía que algo no calzaba, y que no tenía una explicación.
Por favor, que sea sólo mi imaginación, por favor, por favor... Repetí en mi mente una y otra vez.
oooOooo
Cuando regresó James, yo lo esperaba en ropa interior y bata, ya que no podía levantar o torcer los brazos para vestirme sola.
Me tomé las píldoras que me entregó sin preguntar qué es lo que eran y volví a la cama buscando una posición aceptable, ya que mi postura fetal tradicional me resultaba insoportable.
James me vio hacer en silencio, luciendo preocupado, pero no se me acercó hasta que me hube asentado en una forma bastante poco tradicional.
-Qué te pasó? – Preguntó al fin.
-Nada del otro mundo, es el stress, suelo somatizar con dolores musculares... - Respondí quitándole importancia, algo bien difícil considerando que mi cuello no era capaz de sostener mi cabeza.
Él me miró con el rostro en blanco. Claro, eran términos médicos modernos que él no tenía por qué conocer.
-Los terrores nocturnos – Dije – Me provocan tensión nerviosa, o como le llaman en mi época, stress. Mi cuerpo refleja esa tensión enfermándose físicamente, como un mecanismo de alerta, para hacer que ponga atención y deje de hacer lo que sea que me está haciendo daño.
-Todos los humanos "somatizan"? – Preguntó frunciendo el ceño.
-No sé si todos, pero sí muchos... - Dije pensativa – A Charlie le daban alergias, y la señora Newton se quedó sin voz tres veces desde que la conocí... Supongo que cada quien a su manera refleja lo que está pasando en su interior.
-Soñaste algo muy feo? Recuerdas lo que fue? – Preguntó, y supe con certeza que me escondía algo. Si él hubiera pasado la noche conmigo no estaría preguntando, sabría perfectamente lo que soñé porque yo misma se lo habría relatado mientras ocurría... Además no me mencionó que hubiera salido, lo que sólo quiere decir que esperaba que por milagro yo no me hubiera enterado.
Pero yo no jugaría el papel de la esposa celosa.
Si él quería comenzar a salir a escondidas después de solo 2 semanas de matrimonio, no estaba en mí convertirme en su carcelera. Yo amaba a James, confiaba en él y no ensuciaría nuestra relación con reproches infundados. Él había vagado solo durante siglos, y probablemente comenzaba a sentirse un poco agobiado con mi permanente presencia... Era razonable, aunque no muy halagador... Además era egoísta de mi parte esperar que él se instalara junto a mí a verme dormir, habiendo tantísimas cosas más interesantes que hacer.
-No recuerdo lo que fue en esta ocasión, sólo las sensaciones... - Dije frunciendo el ceño - Soñar es algo que no voy a extrañar de ser humana – Afirmé.
-Estás segura? – Preguntó.
-De qué? – Pregunté a mi vez.
-De querer ser como yo – Murmuró.
-Hay otra alternativa? – Pregunté – La suerte ya está echada, soy tu mujer, si ya te estás arrepintiendo, mientras antes me digas mejor – Dije bromeando pero en secreto temiendo su respuesta.
-Eres mi mujer! – Gruñó en un tono bajo y serio. Caminó hacia la cama y se acomodó de modo que su rostro quedaba a centímetros del mío – Por siempre, eres mi mujer – Repitió abalanzándose sobre mi boca. No fue un beso romántico o gentil, fue pura posesión, frustración y deseo.
Cuando el beso terminó él amoldó su cuerpo al mío y me abrazó por el costado. Nos quedamos un largo rato en silencio hasta que lo que sea que me dio para el dolor comenzó a surtir efecto y me deslicé hacia la inconciencia.
oooOooo
Cuando desperté me di cuenta de que era casi de noche y yo seguía en mi bata, pero estaba cubierta con una manta, y estaba acomodada en el asiento reclinable de Blondie. Al ver por la ventana pude notar algunos cambios en el paisaje y que viajábamos a gran velocidad. Por qué estábamos tan apurados que necesitábamos movernos aún conmigo enferma? Dónde era tan urgente llegar?
-Donde...? – Balbuceé tratando de abrir bien los ojos y con la boca seca, pastosa.
-Despertaste! – Dijo James con falso entusiasmo, como si le sorprendiera. Como si no hubiera oído los cambios en mi ritmo cardiaco y en mi respiración – Toma, bebe esto – Dijo entregándome de inmediato una botella individual de Coca Cola.
-Gracias – Murmuré. Se escuchó más como "Grrrrrrraia".
-Estamos llegando – Afirmó.
Miré hacia el camino y no se veía nada fuera de lo común. Ni una señal ni nada que indicara dónde estábamos.
-Dónde vamos? – Pregunté.
-A Newcastle – Respondió.
-Newcastle dónde? Existen varios... – Dije con esfuerzo, bebiendo de la botella.
-Wyoming – Sonrió más genuinamente – Es un pueblo alejado de las carreteras principales, y lo recordé por lo que dijo Mary Alice sobre buscar un lugar recluido para tu transformación.
-Qué tiene de especial ese pueblo? – Pregunté.
-Probablemente nada, es una mierda de pueblo, lo que nos viene muy bien. Lo interesante es que está ubicado entre dos grandes Parques Nacionales, por lo que si encontramos un terreno en los alrededores a lo mejor daremos con lo que necesitamos, un lugar con muy baja o nula población humana.
-Qué parques son? – Pregunté aun tratando de resetear mi cerebro a un modo medianamente operativo.
-El Thunder Basin National Grassland y el Black Hills National Forest – Respondió.
Nos quedamos unos momentos en silencio.
Pero mi paciencia tiene un límite.
-James? Por qué de pronto estás tan apurado? – Pregunté – Por qué en vez de dejarme descansar me subiste al auto inconsciente sin preguntar mi opinión?
-Estabas durmiendo – Dijo defensivo – Eso es la definición de descansar!
-Cuando estoy toda contracturada lo peor que puedes hacer es forzarme a una sola posición elegida arbitrariamente! – Le dije exasperada – No tenías por qué saberlo – Dije más suavemente - Pero para la próxima vez pregúntame antes de hacer algo como esto...
Él no dijo nada y yo no quise agregar más. El silencio era tenso entre nosotros y yo estaba incómoda porque me sentía pasada a llevar. Él no tenía derecho a cargarme y descargarme del auto como si yo fuera una pieza de equipaje, y menos cuando no me sentía bien!
Seguro al día siguiente el dolor se habría extendido, por la mala posición o la rabia.
Ya era completamente de noche cuando llegamos a Newcastle, un pueblo de esos que están compuestos por una larga calle donde se concentra el comercio, y todos los demás habitantes viven en granjas. Por supuesto, su único hotel estaba perfectamente señalizado.
Era un enorme caserón, extrañamente incongruente con sus alrededores; una edificación de tres pisos construida en ladrillo, con detalles decorativos art decó en las ventanas y lámparas. Más tarde vería que las paredes estaban cubiertas con paneles de madera oscura, y se veía más como una elegante casa familiar que un hospedaje.
Un hombre calvo y rechoncho salió a nuestro encuentro en cuanto nos estacionamos, nos saludó amablemente y una vez que le confirmó a James que había lugar para nosotros, hice amago de bajarme del auto pero una dolorosa puntada pareció atravesarme desde la cintura al hombro, y no pude ni extender el brazo para abrir la puerta.
James se dio cuenta de inmediato de que me encogí y mordí mis labios para no gritar, y sin decir palabra abrió mi puerta y me cargó en sus brazos. Yo estaba molesta con él, pero no armaría un escándalo frente a extraños, así es que me callé la boca.
El señor calvo (que se llamaba Merril) nos miró curioso y yo le dije
-Tuve un accidente y se dañó un poco mi columna. Ya estoy bien, pero a veces si estoy en la misma posición mucho tiempo quedo un poco adolorida. Tengo que hacer reposo... - Expliqué tratando de justificar la bata. No podía decirle "mi marido me raptó mientras estaba drogada y no me dio tiempo ni de vestirme"
Él asintió, en simpatía por mi situación.
-Jojo! – Exclamé de pronto. No lo podíamos dejar en el auto, y además él querría ir al baño.
-Perdón? –Preguntó Merril.
-Mi mascota, Jojo, seguro quiere comer e ir al baño. No hay problema de que se quede con nosotros, verdad? Es muy limpio y se porta muy bien. Siempre avisa – Lo miré aleteando las pestañas como una damisela desamparada.
-Si llegara a causar cualquier destrozo lo cubriremos, por supuesto – Agregó James – Puedo darle un depósito si lo desea...
-No, no, está bien – Dijo Merril sacudiendo una mano – Siempre que se hagan responsables de él.
-Gracias! – Exclamé – James, siéntame en ese banco y ponle la correa a Jojo. Mientras tú te arreglas con el señor, Jojo puede estirar las piernas.
James hizo lo que le pedía, abrió la jaula, le puso el arnés al cerdito que se revolvía en sus manos impaciente, y en cuanto lo soltó en el suelo, Jojo corrió hacia mí.
-Hola mi bebé – Dije tratando de acariciarlo. No pude agacharme.
-Un cerdo? – Preguntó Merril espantado.
-Pero uno de raza pura – Dije – Es un cerdito muy fino.
-No puedo permitir que alojen a un cerdo en mi hotel! – Exclamó.
-Pero si ya le dijimos que nos haremos cargo de cualquier accidente! – Reclamé.
-No se trata del dinero, niña, ese cerdo es más pequeño que un conejo, qué tanto daño puede causar en una noche? – Dijo estudiando a Jojo como calculando su poder de destrucción.
-Entonces? – Pregunté, confundida.
-Es mi reputación! No puedo permitir que esta edificación histórica sea asociada con un chiquero!
-Merril, cuántos pasajeros tiene esta noche? – Preguntó James curiosamente calmado. Demasiado calmado. Como que si Merril se ponía difícil, no viviría para contarlo.
-Nnnn... Ninguno – Admitió Merril, por fin comprendiendo una fracción del peligro que representaba mi esposo para él.
-Entonces no hay nadie que nos pueda delatar, a no ser que usted mismo se lo cuente a todo el pueblo a la salida de la iglesia – Dijo James – De hecho, ya que somos tres, le pagaré el triple por sus molestias, siempre que arreglemos el asunto de una vez, ya que como ve mi mujer está bastante incómoda.
-Bueno... Siempre que prometan ser cuidadosos de que nadie vea al cerdito... - Musitó debatiéndose entre sus principios y el dinero. Por supuesto, ganó el dinero.
-Nadie lo verá – Le aseguró James, tomando a Jojo y poniéndolo en mi regazo. El cerdito ya había hecho pis y ahora quería jugar.
-Voy a llevar las cosas a la habitación y regresaré a buscarte – Dijo mirando nerviosamente a nuestro alrededor. Seguro estaba preocupado de que alguien me viera con Jojo, pero a lo lejos mi nene parecía un simple perro pequeño.
-Ok –Respondí mientras acariciaba el estómago de Jojo, que gruñía de contento.
Momentos después regresó James, y me tomó en sus brazos con cerdo y todo. No dijimos palabra hasta llegar a la habitación, donde me sentó en la cama y me ayudó a desvestirme para calzarme una de sus camisetas, cuidando no forzar mis hombros. Cuando terminó tomó mi mano y me dirigió al baño, donde me ayudó a lavarme la cara y los dientes.
Por último, entrelazando nuestros dedos me llevó a la cama, acomodó mis almohadas y me arropó.
Todo sin decir ni pío.
Se sentó a mi lado y esperó pacientemente.
Yo no era tan paciente como él.
-No quiero estar peleada contigo... – Musité con un hilo de voz
-Tampoco yo! – Exclamó de inmediato.
-Siento que estás raro... Tienes dudas? Sobre nosotros...? – Pregunté.
-No! Por dios Isabella, hasta cuando me vas a preguntar lo mismo? – Dijo exasperado – Hasta cuándo vas a seguir con lo mismo?
-Hasta que no sienta la necesidad de preguntártelo! – Exclamé – A veces eres como un muro de roca, y no me permites ver a través de ti... Entiendo que necesitamos hacer ajustes, pero debemos ser un equipo, o no va a funcionar.
-Qué no va a funcionar? – Preguntó completamente serio.
-Nosotros... - Dije débilmente.
-Esa es la parte que no entiendes, Isabella, aún tienes en tu mente ese concepto de tu época de que los matrimonios son desechables y al primer problema se disuelven y ya está. Tú te casaste en 1950, con un vampiro, dos razones por las cuales no hay escape posible. Ningún juez nos otorgaría un divorcio sin causas graves que lo justifiquen, y aún si lo autorizaran, yo no te lo concedería! – Sus ojos rojos brillaban de rabia ante la idea de que huyera de él.
-No me quiero divorciar! – Exclamé – No quiero separarme de ti, te amo tanto que a veces me duele el pecho de solo mirarte! – Confesé patéticamente – Pero necesito que nos movamos en la misma frecuencia, no quiero especular, no quiero interrogarte, quiero confiar en ti, pero tú me tienes que ayudar!
-Lamento haberte traído sin tu consentimiento – Murmuró – No pensé que tu condición podía empeorar...
-Lo sé Schatz, claro que lo sé – Dije acariciando su mejilla – Los dos estamos aprendiendo.
-Te amo Isabella – Suspiró – Te amo.
-Bésame? – Pregunté.
-Pensé que nunca lo pedirías! – Exclamó, acercándose muy despacio, como si temiera asustarme si hacía un movimiento brusco. Me besó dulcemente, solo por el placer de besarme. En mi situación actual no me podía hacer el amor, pero igual nos podíamos expresar lo mucho que nos queríamos... Lo mucho que nos necesitábamos.
oooOooo
-Quieres comer algo? – Me preguntó con la cabeza en mi regazo mientras yo acariciaba su cabello.
-No, la verdad quisiera descansar... Te quedó alguna de las pastillas que me diste en la mañana? – Pregunté.
-Sí, tengo un frasco que trae como 30 – Dijo sacándolo de su chaqueta – Agua?
Asentí, y cuando él me trajo el vaso me tragué dos pastillas.
Después de eso no recuerdo mucho, caí dormida en sus brazos como un tronco, y no supe más del mundo.
oooOooo
Una vez más desperté sobresaltada, con el corazón a punto de la taquicardia, y nuevamente perdida. Nos mudábamos tanto que me costaba recordar dónde estábamos.
Había soñado con Victoria. Aunque no, eso no es exacto, había soñado con la presencia de Victoria. Planeando, acechando, terrible y salvaje... Tarde o temprano nos tocaría encontrarla en nuestro camino, y qué pasaría entonces? Cómo reaccionaría James?
A propósito de James...
-James...? – Llamé en la oscuridad.
-Schatz? – Murmuré.
Todo estaba en silencio salvo por los ronquidos de Jojo en el baño.
Manoteé dolorosamente hasta encontrar la lámpara del velador y la prendí.
Por supuesto, la habitación estaba vacía.
Si James hubiera estado en el hotel me habría escuchado llamarlo, pero pasaron los segundos y no aparecía.
Me levanté de la cama y caminé hacia la ventana. Descorrí las cortinas y vi que ya comenzaba a amanecer. Eran como las 5:30am, lo que me hacía preguntarme, dónde demonios está James? Y desde qué hora? Yo me quedé dormida cerca de las 11pm, se fue inmediatamente después de que quedé inconsciente? Qué hace cuando está lejos? Qué es tan privado que debe hacerlo solo? Está realmente solo?
No seas paranoica, me dije, James te ama.
Lo sé. James me ama, claro, pero también me esconde cosas. Debo pedirle explicaciones? Tengo derecho a pedírselas? Interrogarlo no hará que se cierre más? Probablemente hablará cuando esté listo para hacerlo, después de todo hay muchas cosas que no sabemos el uno del otro, y eso es parte de la aventura.
Cerré las cortinas con fuerza y abrí la puerta del baño para dejar salir a Jojo. Como siempre, sentir su inocente presencia ayudaría a calmar mi ansiedad.
James...
Schatz...
Dónde estás?
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Espero les haya gustado, abrazos.


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