Hola a todos! Lo sé, lo sé, me demoré mucho en publicar, pero es que no
podía escribir entre todo el trabajo que tuve la semana pasada. Y luego me pasé
el finde reorganizando mi biblioteca de música in ITunes porque la borré toda
por error y Uffff! Pero por suerte hace como 2 semanas había hecho un respaldo,
que sino…
En fin, Glory, no te enojes, que nunca las olvido, sólo a veces me
demoro.
Lo otro: Les recomiendo que al leer este capítulo (o al terminar) miren
las fotos correspondientes en Facebook o mi blog. Les ayudará a comprender
mejor lo que describo.
Ah! Por ahí me pedían un trío Bella/Dem/Félix, pero eso de ninguna
manera va a pasar en esta historia. No va con la personalidad de los
personajes. Peeeeero creo que al final voy a hacer un outtake con esa
alternativa, a ver qué tal.
Eso, no olviden comentar.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Capítulo 28
I can rub and scrub
'Til this house shinin' like a dime
Feed the baby, grease the car
Powder my face at the same time
'Til this house shinin' like a dime
Feed the baby, grease the car
Powder my face at the same time
Get all dressed up
Go out swing 'til 4 a.m. and then
Lay down at 5, jump up at 6
And start all over again
Go out swing 'til 4 a.m. and then
Lay down at 5, jump up at 6
And start all over again
'Cause I'm a woman
W-O-M-A-N
I'll say it again
W-O-M-A-N
I'll say it again
I got a twenty dollar gold piece
Says there ain't nothing I can't do
I can make a dress out of a feed bag
And I can make a man out of you
Says there ain't nothing I can't do
I can make a dress out of a feed bag
And I can make a man out of you
I´m a Woman / Peggy
Lee
Dejé el teléfono sobre mi cama y
miré aturdida a Demetri.
-Anda a ducharte y a hacer tus
cosas Fiore, no tienes mucho tiempo – Me dijo empujándome fuera de la cama.
Casi caigo sobre mi trasero. No es que esperara nada, o sea, ni yo sabía qué
fecha era, pero… No me diría "feliz cumpleaños"? Seguro escuchó la
conversación y los alaridos de Gianna cantándome el "Cumpleaños
Feliz".
-Hey! – Dije equilibrándome y
dándole un manotazo – Cuidado, que me rompo! – Reclamé.
-No importaría, tienes cuenta de
cliente frecuente en el hospital – Respondió recostado en la cama con las
piernas cruzadas y los brazos detrás de su cabeza – Acuérdate que si te llevo
de nuevo me regalarán un IPod…
-Idiota – Murmuré metiéndome de
cabeza al closet para buscar algo "bonito" para salir con Las Reinas…
Habría sido más fácil si Gianna me hubiera dicho dónde íbamos.
Tenía montones de vestidos aún
sin estrenar, la mayoría inspirados en los años 50s, pero había una sección más
cool, con vestidos de los 60s. Eran como salidos de una película de Austin
Powers, en colores sólidos y patrones geométricos.
Saqué uno de los vestidos del
colgador y lo examiné. Era un minivestido súper corto de color bermellón y
negro con ribetes blancos. Una mezcla extraña pero que funcionaba…
Busqué zapatos bajo la atenta
mirada de Demetri que ni se molestó en fingir que no estudiaba cada uno de mis
movimientos, y encontré unas botas de cuero negro, de caña alta y de tacón
razonable.
El resto fue buscar ropa interior
y un par de leggins negras y listo.
-Dem, no sé cuándo nos vamos a
ver, este asunto no lo manejo yo. Te llamo, vale? – Dije con un poco de pena.
Es verdad que no me gustaba que la gente se tomara molestias por mi causa, pero
él había escuchado a Gianna gritar que era mi cumpleaños, podía decir algo…
No le costaría nada.
-Vale, me voy a pescar –
Respondió. Yo asentí y me metí al baño sin decir palabra… A mí me gustaba ir a
pescar… Eso sonaba mejor que lo que fuera que hubiera preparado Gianna (no es
por ser desagradecida, es sólo que me gusta mucho ir al río a enterrarme
anzuelos en el pié).
Inmediatamente me metí a la
ducha. Fue una ducha rápida, porque me había dado una más concienzuda la noche
anterior.
Hice mis necesidades humanas, me
lavé los dientes y me vestí, y sólo por esa ocasión saqué mi estuche de
maquillaje prácticamente sin uso del vanitorio.
Mi piel si bien pálida no tenía
defectos visibles, y a pesar de haber dormido poco no tenía ojeras, así es que
no vi la necesidad de usar base de maquillaje. Me apliqué una doble capa de
cosa de pestañas, me delineé los ojos y me puse y "brillo de diamantes 16
horas" en los labios.
Por último me puse un grueso
cintillo negro y arreglé mi flequillo para que callera sobre mis ojos.
Me miré al espejo y en un
arranque de vanidad inaudito, me lancé un beso. Sí, este sería un buen día… Me
obligué a no pensar en mi cumpleaños anterior.
Cualquier cosa sería mejor que mi
cumpleaños anterior.
Salí del baño y vi a Demetri
sentado en mi cama con algo en la mano, algo que apretaba y soltaba, y se
pasaba de una mano a la otra.
-Pensé que te habías ido – Le
dije. Él no dijo nada, luciendo cada vez más nervioso – Mira, parezco una
"Chica Bond", te gusta? – Pregunté tratando de robarle una sonrisa.
-Isabella… Bella… Fiore… -
Tartamudeó. Isabella? Él no me decía Isabella a menos que estuviera muy
cabreado conmigo. Y no habíamos peleado de nuevo…
-Dime – Le dije sentándome a su
lado y mirándolo a los ojos, tratando de transmitirle confianza. Confianza en
que me podía decir lo que fuera.
-Es tu cumpleaños… - Me dijo en
un susurro.
-Eso es lo que dice Gianna. Yo no
sigo las fechas ni días de la semana, así es que tendré que creerle – Sonreí
quitándole importancia. Era por eso que estaba nervioso? Se sentía mal por
haberlo olvidado? Cómo recriminárselo si yo había hecho lo mismo?
-Tengo algo para ti… Dos algos en
realidad, pero sólo uno es regalo de cumpleaños – Dijo y se quedó esperando una
respuesta de mi parte.
-Dem, no es necesario, con que me
hubieras despertado con un "Feliz cumpleaños, Chica Zombi" me bastaba
– Le dije. Él apretó los labios y miró hacia el suelo. Lo estaba haciendo
sentirse incómodo y eso no podía ser. Probablemente Dem no le había regalado
nada a nadie antes… Cómo ayudar?
- Bueno, entonces? Qué algo me
vas a dar primero? – Pregunté tratando de lucir súper entusiasmada.
-El algo que no es para tu
cumpleaños – Dijo reticente. Yo estiré la mano y él depositó una pequeña bolsa
hecha de varias capas de gaza de color rosa pálido. Se anudaba con una cinta
del mismo color – No tienes que usarlo si no quieres – Aclaró rápidamente.
Yo solté la cinta, abrí la bolsa
y vacié su contenido en la palma de mi mano.
Era un anillo.
Un maravilloso anillo de lo que
asumí era oro rosado. Era una banda que se dividía en dos, sosteniendo 3 flores
de cerezo hechas en piedras preciosas.
Se me apretó el pecho.
Es verdad, yo odiaba las joyas y
los gastos innecesarios en mí, pero esto era diferente, era especial, era…
-Mi anillo de compromiso –
Susurré probándomelo en cada dedo, de cada mano, incluidos los pulgares.
-Tu anillo… Lo encargué
especialmente, por eso se demoró… - Dijo Demetri tímidamente antes de que me
lanzara a sus brazos y lo apretara con todas mis fuerzas.
-Dem, me encanta, lo adoro, pero
no debiste… Un encargo especial? Y con esas piedras preciosas… Me debería
sentir mal, pero me gusta demasiado… - Le dije besando su mejilla.
-En realidad es oro rosado. Los
pétalos están hechos con zafiros rosados, rubíes y diamantes blancos y verdes –
Explicó.
-Diamantes verdes? Eso siquiera
existe? Los robaste de un museo? Dem pensé que eran esmeraldas, no diamantes
raros, Dios! Estás loco! Cómo se te ocurre gastar esa cantidad? – Pregunté
horrorizada. Antes me sentía un poco culpable, pero ahora era una tonelada de
culpa la que me aplastaba.
-Sí existen, no los robé y las
esmeraldas no eran exactamente del color que quería. Estos diamantes son del
mismo color de las hojas de cerezo, por eso los elegí. Y no me vengas con
estupideces acerca del dinero, mira que tengo más que Dios. Cada vez que juego
a las cartas con el resto de La Guardia me gano al menos 5 millones de Euros,
porque nosotros apostamos en grande y yo soy jodidamente bueno en el póker –
Dijo Demetri volviendo a ser él mismo. Su irritación conmigo superaba la
inseguridad. Bien - No es que vaya por el mundo comprando anillos, nunca lo
había hecho y no creo que lo vuelva a hacer, así es que tenía que salir bien a
la primera. Ahora dime que te gustó, besa mi mejilla de nuevo y calla la boca –
Me ordenó. Yo obedecí.
-Gracias Dem, me gusta mucho, de
verdad. No es que no me guste el anillo, es que no me gusta el gasto que
significa… Pero entiendo tu punto, así es que nuevamente, gracias – Dije
apretando su mano.
-Vale, ahora tu otro algo… Tu
algo de cumpleaños… - Dijo volviendo a sonar inseguro. Sus regalos eran
significativos, más allá del dinero que costaran, y al dármelos se exponía tanto
como si me diera un trozo de su alma.
-Dame, dame, dame! -Dije
estirando mis manos.
-Este es un regalo distinto
porque lo hice yo, así es que no puedes reclamar que gasté demasiado – Me dijo
entregándome otra bolsita de tul, esta vez de color verde agua..
Solté las cintas y vacié el
contenido en mi palma.
Era un collar…
Era una pequeña escultura…
Era… Una especie de medallón, por
llamarlo de alguna manera… Era un árbol de cerezo montado en un marco de
alambre de cobre y conformado por hilos de alambre más delgado entrelazados,
formando las raíces y el tronco del árbol y uniéndolo al marco. Pero lo más
lindo era la copa del árbol, donde había entretejido amatistas de color lila a
través del alambre, dando la impresión de ser un árbol florido.
La cadena que lo acompañaba era
larga y del mismo material, sencilla pero contundente, y fabricada con
eslabones redondos.
Era lo más lindo y original que
nadie había hecho para mí.
-Dem! Dem! Me vas a hacer llorar
– Dije colgada nuevamente de su cuello – Es lo más lindo que me han regalado
jamás!
-No soy un orfebre profesional, a
un artesano tal vez le habría quedado mejor – Dijo casi disculpándose – Pero
pensé que te gustaría más si lo hacía yo.
-Pensaste bien, es tan bonito y
tan complejo… - Dije estudiándolo. Era perfecto, hasta tenía el tronco torcido
como un verdadero cerezo! – Cómo lo hiciste? Cuánto te demoraste? Dónde
aprendiste?
-Calma Fiore – Dijo sonriendo –
En primer lugar, cuando has vivido tanto como yo aprendes cosas casi por
osmosis. No es que haya hecho un curso, pero la orfebrería ha sido un arte
popular desde hace muchos siglos, y en mi cultura desde mucho antes de que yo
naciera ya se hacían piezas bastante complejas. Como tenía una idea
relativamente clara de lo que quería sólo fue cosa de pensar en cómo
concretarlo. Si te fijas no hay soldadura en el medallón, sólo en la cadena, y
esa no la hice yo, no tuve paciencia… Así es que al final mi regalo son un
montón de alambritos doblados – Dijo encogiéndose de hombros.
-No te atrevas Demetrio! –
Exclamé. Él prestó inmediata atención al uso del nombre que le daba su padre y
que yo utilizaba para regañarlo cuando estaba siendo un asno – Este medallón es
precioso por derecho propio, pero al saber que lo hiciste tú mismo… Es
invaluable. Gracias Dem, de verdad. Gracias por mis dos regalos. Ambos
significan muchísimo para mí.
-Me alegro de que te gustara –
Dijo poniéndose de pié y texteando algo en su teléfono. Yo me puse mi collar
nuevo, pero lo dejé en contacto con mi piel, bajo la ropa. Primero porque no
combinaba para nada con mi vestido bermellón, pero también porque no quería
pasarme el día respondiendo preguntas que no quería responder. El cerezo era
nuestro – Fiore toma tu bolso, te están esperando, nos demoramos demasiado en
esto de los regalos.
Saqué del closet un bolso blanco
con detalles en negro que contrastaba bien con mi vestido y metí los
esenciales.
Y tocaron la puerta.
-Nos vemos Chica Zombi, llámame
cuando me necesites – Se despidió Dem besando mi frente y desapareciendo antes
de que yo pudiera responder.
Al salir Demetri entró Félix.
-Principessa! Feliz cumpleaños!
Por fin cumples 19 y me haces sentir menos como un viejo pervertido – Dijo
abrazándome, haciéndome girar y besándome dulcemente. Yo me derretí en sus
brazos. Félix era tan bueno, tan puro y simple… (No simple de idiota, sino de
poco complicado) – Te amo – Dijo y besó la punta de mi nariz.
-Y yo a ti – Le dije apretándolo
fuerte, recordándome una vez más el por qué lo amaba. Félix se desvivía por
hacerme feliz, era siempre amable y considerado (al menos conmigo), me hacía
reír, jugaba conmigo, era un hombre íntegro… Y guapo… y un dios del sexo, no
olvidemos eso.
-Me informaron que hoy tienes día
de chicas, pero quiero que tengamos nuestra propia celebración privada – Dijo
con una voz ronca y sugerente.
-Sí por favor – Balbuceé. Ni lo
niego ni me avergüenzo, Félix me hacía sentir débil en las rodillas.
-No ahora Isabella – Ronroneó –
Ahora quiero que abras tu regalo, espero que te guste… - Dijo entregándome una
bolsa de regalo mediana, adornada con una gran cinta y mucho papel de colores
asomando por los bordes.
-Gracias – Dije con voz suave,
metiendo la mano a la bolsa y sacando de ella un CD
De Voltaire.
Del disco "Ookie
Spooky".
Donde aparecen joyas como
"Zombie Prostite" (Prostituta Zombi); "Land of the Dead"
(La tierra de los Muertos); "Cannibal Buffet" (Buffet Caníval);
"Stuck with you" (Atrapado contigo); y un favorito, "Raggae Mortis"(Referencia
al "Rigor Mortis).
Y autografiado! "For Isabella with love,
have a creepy birthday! Voltaire". Voltaire escribió mi nombre!
OMG!
-Aaaaaaaaaaah! – Grité lanzándome
a sus brazos. Este era el mejor cumpleaños de todos, con la gente que amaba
preocupada de hacerme feliz dándome regalos significativos. No debe haber sido
fácil para Félix lograr conseguir este disco y hacer que Voltaire, Voltaire! Lo
firmara para mí y me lo enviara desde donde estuviera en ese momento...
-Asumo que te gustó? – Preguntó
sosteniéndome mientras yo colgaba de su cuello. Deslizó sus manos de mis
caderas hacia mis muslos y me ayudó a abrazarlo con las piernas, lo que me
subió el vestido hasta casi la cintura y me dio un mejor ángulo para besarlo
con toda la pasión que pude conjurar.
Sus manos se movieron desde mis muslos
hacia mi trasero, dándome la oportunidad de frotarme contra él como una
desvergonzada, y él gimió antes de apartarse un poco.
-No podemos Principessa, te deben
estar esperando – Me besó suavemente – Además hay algo más en la bolsa – Me
dijo depositándome en el suelo con suavidad.
Metí la mano a la bolsa otra vez…
Lo que fuera era pequeño y liviano… Toqué algo envasado en plástico y lo saqué.
Era el Osito Deady! (A/N:
Deady era un oso de peluche normal pero que fue poseído por un extraterrestre
sanguinario que se dedica a hacer cosas malvadas usando el cuerpo del osito
bueno. Es un personaje de un comic que escribe Voltaire, y la traducción
aproximada de su nombre sería algo así como "Muertosito")
-Ooooooooh! Deady, Deady! Félix cómo supiste? Nunca
te dije, Oh Dios! Y tiene un gancho para colgarlo de mi cartera o mis llaves…
Lo adoooooro! – Embestí nuevamente para abrazarlo.
-Bueno, fue una apuesta, no sabía
si te gustaba Deady específicamente, pero pensé que si te gusta la música y los
comics de Voltaire también te gustarían sus juguetes… Este regalo es una
tontería, un llavero que mide apenas 13 centímetros – Dijo quitándole
importancia.
-No! Ambos son regalos
maravillosos! Te debe haber costado un montón conseguir el CD autografiado, y
este Deady es tan… Raro y adorable! Mira, tiene un montón de advertencias
impresas diciendo que no es una imitación, y están todas mal redactadas como si
fuera una imitación… Adoro a Voltaire… Y te adoro a ti por ser tan lindo – Dije
lanzándole un beso.
-Lindo? Isabella, yo soy fuerte,
masculino, buenmozo y varonil, pero jamás "lindo" – Me regañó bañando
mi cara de pequeños besos ruidosos.
-Mmmmmmh no quiero ir a ninguna
parte, mejor nos vamos a tu habitación y nos pasamos el día en cama haciendo el
amor y viendo basura en Netflix – Le propuse.
-Pronto mi Principessa, pero no
hoy, Las Reinas te esperan – Afirmó. Yo hice un puchero y metí a Deady en mi
bolso y mi CD lo puse con todo cuidado en el cajón del velador.
-Oye no me dijiste si te gusta mi
vestido – Le dije girándome. Fue pura vanidad, yo sabía que era un lindo
vestido, pero quería escucharlo de mi hombre.
-Preciosa, como siempre. Menos
niña y más mujer… Me hace sentir menos depravado por estar de novio contigo –
Sonrió agarrándome el trasero con ambas manos – Vamos ahora, o vas a estar en
problemas por joder el itinerario de Gianna – Dijo tomándome en sus brazos.
-Itinerario? – Pregunté intrigada
y Félix echó a correr.
-Itinerario – Confirmó poniéndome
en el suelo de la Recepción, donde estaban todas las chicas, incluidas Las
Reinas… Bueno, todas menos Jane.
-Feliz cumpleaños! – Exclamaron
todas al unísono. Gianna había amarrado a su escritorio un montón de globos de
colores inflados con helio y estampados con la leyenda "Feliz
Cumpleaños!". Me sentí tan bien, tan querida y aceptada, que por una vez
no me importó ser el centro de atención.
Una a una me fueron abrazando, y
nos sentamos en la Sala de Espera de la Recepción, que era como un espacioso
living con una enorme chimenea.
Ahí estaban todos mis regalos.
Tanto los de las chicas como los de mis amigos Alec, Aftón, Santiago, y uno de
parte de Los Reyes.
-Vas a abrir los regalos ahora
porque después no vamos a tener tiempo – Dijo Gianna. Sulpicia se sentó a mi
lado y comenzó a recibir paquetes que luego me entregaba a mi anunciando de
parte de quién era.
-El primero es de Athenodora –
Anunció abriendo un sobre en el que venía una tarjeta de saludo – Y su regalo
son todos los árboles bonsái y plantas que necesites para construir tu jardín
japonés.
Se escucharon varios Oooohs y
Aaaaahs, y yo le agradecí feliz. Era un regalo excelente.
-El siguiente es mío – Dijo
Sulpicia y señaló para que le entregaran un paquete grande y relativamente
delgado, bellamente envuelto.
-Me lo podrías abrir tú? – Le
pregunté – No quiero arriesgarme a cortarme con el papel como en mi cumpleaños
pasado…
-Claro querida – Dijo desgarrando
el hermoso papel, para revelar una pintura al óleo maravillosa… Era yo, apenas
cubierta con una sábana semitransparente, pero era una versión alterada de mí…
Esta obra era más personal, no como los estudios en pastel seco que habíamos
hecho en que yo era un objeto para ser plasmado… No, esta obra era la
representación del como Sulpicia me veía. El juego de luz y oscuridad me hacía
ver etérea y delicada, como las bailarinas de Degas, y los vivos colores
contrastaban con el aire melancólico de la obra. Era simplemente magnífica, y
eso no tenía nada que ver con que la modelo fuera yo.
-Oh! Es maravillosa! – Dije
abrazando a La Reina – Pensé que los pasteles eran expresivos, pero wow! Eres
tú, tu talento es increíble… Gracias, de verdad.
-No es nada Isabella, es un
placer regalar arte a quien lo sabe apreciar… - Me dijo – Ahora el regalo de
Gianna – Dijo abriendo otro sobre con una tarjeta de saludo – Hummm… La tarjeta
dice literalmente "Vale por una de esas teles enormes capaces de
conectarse a todo que te gustan tanto. Tú la eliges".
-Quería regalarte algo más
femenino, tú sabes, joyas, ropa, zapatos… Pero me di cuenta de que eso es lo
que me gustaría a mí, no a ti. Me puse en tu lugar y recordé que no tienes tele
en tu habitación… - Sonrió Gianna tímidamente.
-Gianna, amiga… Gracias por
ponerte en mi lugar, esos gestos son los que me hacen quererte tanto – Dije
abrazándola fuerte.
-Ok, suficiente! – Dijo Sulpicia
– Después los abrazos, hay que seguir avanzando. Chelsea! – Anunció dándome un
paquete más pequeño, poco más grande que un mazo de cartas. Me lo mostró y
rasgó el papel. Era un IPod Touch de color rojo! (El más difícil de conseguir).
-Necesitabas uno – Dijo Chelsea
encogiéndose de hombros. Ella no era muy efusiva, pero igual era una muy buena
amiga.
-Me encanta! Es de las cosas que
más extrañaba… Gracias! – Le dije.
-Vamos, vamos! Aquí hay otro…
Aftón? Aftón te manda un regalo? – Preguntó Sulpicia entregándome un paquete
mediano. Estaba tan distraída que Tamara me quitó el paquete y lo abrió.
-Aftón aprecia mucho a Bella, Su
Majestad – Dijo Chelsea fríamente. Ella odiaba que la gente insinuara que Aftón
no pertenecía, o que derechamente sobraba. Y él era tan tímido que le costaba
mucho integrarse.
-Aftón es uno de mis mejores
amigos – Afirmé, para beneficio de Sulpicia y de todas las demás – Qué me
regaló? – Pregunté verdaderamente curiosa. Tamara me entregó la caja, y grité
de la emoción. Era un set de magia para adultos! Para hacer trucos
profesionales de verdad! Y seguro él me enseñaría! – Es fantástico! Lo voy a
llamar en cuanto terminemos para agradecerle – Dije abrazando la caja. Chelsea
sonrió.
-Otro, este es de Heidi – Dijo
Sulpicia abriendo otro sobre – Es una tarjeta de regalo para la Apple Store por
300 euros.
-Para que llenes de música tu
Ipod – Aclaró.
-Te coordinaste con Chelsea!
Gracias, así no tengo que pedir prestado para comprar mi música – Sonreí. Ella
me guiñó un ojo.
-Cómo es eso de "pedir
prestado"? – Preguntó Dora.
-Eh… Nada, diarrea verbal,
olvídalo, sigamos… - Dije poniéndome nerviosa. Tonta, tonta, tonta!
-Isabella! – Exclamó Sulpicia con
su voz de Reina.
-Vale, vale, soy pobre ok? Mi
billetera con mis ahorros (que en todo caso no eran mucho) se los llevó Alice
Cullen cuando se fue con Edward. Se llevó mi dinero, mi ropa y mi Ipod, porque
todo eso estaba en la mochila que dejé en el auto cuando salí corriendo a
salvar a Edward.
-Por Dios Isabella! Cómo es
posible? Tú eres parte de nosotros, por qué no estás recibiendo un sueldo? – Me
preguntó Dora, pero mirando a Gianna.
-Cómo puedo recibir un sueldo si
no trabajo? No está bien – Respondí.
-Gianna… - Dijo Sulpicia en tono
de reproche.
-Bella se negó a recibir un
sueldo o a pedir un préstamo a la caja chica – Respondió Gianna asustada.
-Pero y los regalos… Los
teléfonos y los mismos peces! Cómo se te ocurre andar repartiendo regalos
cuando no tienes ingresos? – Preguntó Sulpicia, espantada.
-Es algo que quería hacer, Félix
me prestó la plata. Aceptar un favor de un amigo es distinto a pedir dinero a
tu jefe sin haber trabajado un solo día… Podemos cambiar de tema? Todo esto me
hace sentir súper incómoda, todas mis amigas se están enterando a la vez que no
tengo dónde caerme muerta – Dije colorada y humillada.
-Isabella! - Exclamó Dora más
molesta de lo que la vi jamás – Estoy furiosa contigo! En primer lugar tú eres
mucho más que un empleado cualquiera, así es que nunca dudes en venir a
nosotros por cualquier problema que te aqueje. Ahora nosotros somos tu familia
– Dijo suavizando el tono de su voz – En segundo lugar, nadie te estaría
haciendo un favor al pagarte el sueldo que te corresponde. Es verdad, aún no
eres un miembro activo de La Guardia, pero eres parte de la corte y eso te da
derecho a una asignación mensual. Nadie esperaba que sobrevivieras del aire! No
quiero ni pensar en de dónde sacas para tus gastos personales y comida…
-Félix y Demetri… Ellos me han
ayudado – Dije en voz muy baja.
-Inaceptable – Dijo Sulpicia cada
vez más enojada – Gianna, a más tardar mañana le haces un contrato a Isabella,
le pagas su sueldo de forma retroactiva y cubres las deudas que ella tenga con
esos dos caballeros a la brevedad – Gianna asentía frenéticamente.
-Pero… - Dije.
-No te atrevas Isabella, que
estoy furiosa por tu irresponsabilidad, preocupándote de todos menos de ti, y
no aceptando lo que legítimamente te corresponde. Si algo sobra en esta
organización es dinero. Somos dueños de medio mundo, literalmente. Fábricas,
acciones, pozos petroleros, agricultura a gran escala, tú nómbralo y nosotros
probablemente somos los dueños. Sólo para que te hagas una idea, el 80% de las
acciones de Coca-Cola Company son mías, me las regaló Aro para un aniversario,
y no es que yo haga nada con ellas… Así es que créeme cuando te digo que no nos
vamos a desangrar por pagarte lo justo – Terminó Sulpicia. Yo tenía la cabeza
gacha y me tiritaba el mentón en mi esfuerzo por no llorar.
-Bella, no te sientas mal – Dijo
Gianna, bajito, acariciando mi brazo. No me moví.
-Bella tú sabes que la mayoría
tenemos varios siglos de edad, por lo tanto sabes que nuestra vida humana se
desarrolló en épocas muy difíciles. La gente antiguamente a los 35 años era
prácticamente anciana, porque la expectativa de vida era muy corta y se envejecía
pronto – Dijo Lily suavemente – Todos sabemos lo que es no tener. Todos hemos
pasado alguna carencia. Y eso quedó atrás para todos, porque nuestra vida
comienza de nuevo una vez que te unes a los Volturi. No digo que sea una vida
perfecta, pero es una vida mucho más ordenada, tranquila y segura. Y parte de
esa seguridad es económica, entiendes? Así como no te negarías a que te
defendiéramos ante un ataque, tampoco te debes negar a que proveamos para ti –
Terminó. Levanté la vista esperando ver rostros hostiles o alguna burla, pero
en cambio encontré sólo sonrisas comprensivas. No juzgaban, entendían…
-Gracias – Susurré. Si trataba de
decir algo más lloraría.
-Bueno, ya que todo está
solucionado, continuemos. Este es de Santiago! – Exclamó Sulpicia cambiando de
tema, me mostró un paquete mediano y rasgó el papel.
-Qué?... Qué es eso?
– Preguntó Dora.
Y yo lo sostuve en mi mano y me
largué a reír, toda mi pena y vergüenza olvidada. Santiago me había regalado
una típica boina rastafari tejida en los colores verde, amarillo, rojo y negro.
Pero lo fantástico es que venía con las rastas incorporadas! Podía recoger mi
propio cabello en la boina y las rastas se verían completamente naturales.
Santiago era un genio!
-Qué es eso? –
Preguntó Sulpicia.
-Es mi gorrito rastafari! – Dije
y me lo puse de inmediato – Así puedo ser como Santiago sin arruinar mi cabello
– Afirmé mientras Gianna examinaba una de las rastas con una expresión que
variaba entre la curiosidad y el asco.
-Será hecho de pelo de verdad? –
Preguntó Gianna.
-Veamos – Dije sacándome el
gorrito y viendo la etiqueta, que decía "Tejido: 80% lana, 20% acrílico.
100% cabello natural" – Sip, pelo natural – Afirmé – Mmmmmh… Ewww! Debe
ser pelo de muerto, porque los rastafari no se cortan el pelo, es parte de su
religión. Ojalá Santiago no haya matado a un rastafari para hacerme este
gorrito…
-No creo, si lo hubiera hecho de
manera artesanal no tendría etiqueta – Dijo Chelsea, siempre razonable.
-Igual yo metería esa cosa en
cloro – Dijo Gianna arrugando la nariz.
-Pero las rastas se desteñirían!
No quiero rastas rubias – Reclamé – Lo que voy a hacer es echarle harto
insecticida y Lysoform, así le mato los potenciales piojos y los gérmenes y
bacterias que haya cargado el difunto.
-Qué asco Bella – Dijo Gianna
-Pura envidia – Respondí
sacándole la lengua.
-Continuemos – Dijo Sulpicia –
Este es de Corin – Dijo entregándome una caja del porte de una caja de
chocolates.
Tamara me lo quitó de las manos,
rasgó el papel y me entregó el regalo.
-Una Kindle! Una Kindle Fire! –
Dije aplaudiendo – Corin, gracias, es perfecta, cómo supiste?
-Demetri me dio el dato. Dijo que
te gusta leer y que por supuesto, no tienes ningún libro propio, así es que
dentro de la caja hay un tarjeta de regalo de Amazon que te va a alcanzar para
meter los libros que quieras, pero ya viene cargada con todos los clásicos… -
Dijo y fue interrumpida por mi abrazo. Ella palmeó gentilmente mi espalda, un
poco incómoda. No le gustaban mucho las demostraciones de afecto o salirse del
protocolo en general.
-Gracias Corin, de entre todas
las cosas que dejé atrás, lo que más extrañaba son mis libros – Dije con una
sonrisa enorme.
-Ya, suficiente – Dijo Sulpicia
poniendo orden, impaciente – Este es de parte de Lily y Tamara – Dijo
entregándome una gran caja rectangular. Lily miraba casi temblando de emoción y
Tamara me estudiaba de forma incierta, evaluando mis reacciones. Dora rasgó el
papel, y yo miré atentamente mi regalo. Era la colección Deluxe de las
películas de Tarantino, todas, incluidas aquellas que hizo en conjunto con
Robert Rodríguez.
-Sabemos que tú ves todo en
Netflix, pero los DVDs traen escenas inéditas, comentarios del director y los
actores, procesos de filmación, bandas sonoras y un montón de cosas que
pensamos que te pueden interesar – Explicó Tamara – Pero si no te gusta lo
puedes cambiar – Agregó tímidamente.
-Por supuesto que no lo va a
cambiar! Le encanta! – Exclamó Lily frunciendo el ceño a su novia. Ellas dos
eran muestra de cómo los opuestos se atraen. Tamara era alta y delgada como un
junco, con su hermoso cabello largo y rizado que le llegaba hasta la cintura,
era tímida y callada al menos hasta que lograba entrar en confianza. Lily en
cambio, era muy bajita y curvilínea, con el cabello de un rubio platino casi
blanco y cortado en montones de capas que le llegaban a los hombros. Su cabello
estaba salpicado de mechas de colores chillones como verde flúor, calipso y
rosa. Jamás pasaba desapercibida, ni por su apariencia ni por su personalidad
avasalladora… Y de alguna manera habían encontrado un punto en común y llevaban
como 180 años juntas. Supongo que Tamara apaciguaba a Lily y Lily sacaba a
Tamara de su ostracismo… Como sea, era maravilloso verlas, porque aunque
raramente demostraban su relación abiertamente de forma física (no por
vergüenza, sino por profesionalismo), ellas irradiaban un amor sólido. Ellas
estaban absolutamente consolidadas como pareja.
-Tamara, Lily, me fascina!
Ustedes saben que adoro a Tarantino, y me encanta ver las películas en versión
extendida con comentarios del director… Así de nerd soy – Sonreí pensando en
cual veríamos primero Félix y yo – Mil gracias, de verdad – Ambas sonrieron.
Tamara aliviada y Lily satisfecha de tener la razón.
-El regalo de Renata! – Dijo
Sulpicia y me mostró y luego abrió un sobre con una tarjeta de cumpleaños. En
ella se leía "Vale por una sesión fotográfica modelando estilo Pinup con
Pasquale Abbattista en Milán"! Oh Isabella! – Exclamó Sulpicia
verdaderamente emocionada.
-Gracias Renata, pero quién es
Pasquale Abbattista? – Pregunté.
-Es el fotógrafo más importante
de Italia! Uno de los mejores del mundo! Es famosísimo Isabella! Cómo te
conseguiste una cita con él? Debe estar ocupado de aquí a un par de años en el
futuro! – Exclamó Dora. Para ser un par de reclusas, Las Reinas sabían bastante
de moda y celebridades… Tal vez de tanto leer "Cosmopolitan".
-Me acosté con él – Respondió
Renata encogiéndose de hombros.
-Por mí? Te acostaste con él para
conseguir mi regalo? – Pregunté sintiéndome un poco enferma, como si yo
estuviera incitando a la prostitución o algo. Como si fuera su cafiche.
-No Bella, yo ya me he acostado
con él en un par de ocasiones, durante la "Semana de la Moda", y
obviamente lo dejé loco y me rogó que nos volviéramos a ver – Rió – Así es que
cuando lo llamé la semana pasada para pedirle un favor, aceptó antes de saber
lo que quería, siempre que yo fuera contigo.
-Pero te vas a acostar con él por
mí? No quiero que hagas algo así por mí… - Dije espantada.
-No Bella, no. No tengo por qué
acostarme con él si no quiero, pero da la casualidad de que si quiero, porque a
pesar de su cara de nerd, para ser un humano es una bestia en la cama – Dijo
Renata.
-Oh Bella, tienes que aprovechar
esta oportunidad, es uno de los fotógrafos más cotizados del momento, y si para
conseguir esa sesión nos tenemos que acostar todas con él, aun así vale la
pena! – Exclamó Gianna con los ojos brillantes de la emoción.
-Oooookay… No vamos a organizar
una orgía en beneficio de mi inexistente carrera de modelo – Dije. A veces me
chocaba lo importante que eran las apariencias y las luces brillantes para Gianna.
Era una excelente amiga, pero en realidad a veces me costaba entenderla…
-No te preocupes, nadie está
planeando una orgía – Dijo Renata de lo más relajada – Si termino en una, es
otra cosa – Dijo guiñándome un ojo – No, en serio Bella, es verdad que lo
conozco y que tuvimos un affaire, pero te prometo que no le voy a pagar con
sexo. Si así fuera él me quedaría debiendo dinero a mí.
-Como sea es una maravillosa
oportunidad, ese hombre hace maravillas con sus fotografías – Insistió Gianna.
-Bueno, mientras no signifique
que tienes que hacer algo que no quieres hacer, te lo agradezco un montón –
Dije besando la mejilla de Renata.
-El regalo de Vania – Anunció
Sulpicia abriendo otro sobre con otra tarjeta - Es un "Tour por los
viñedos de la zona para dos personas".
-Obviamente tendrás que ir con tu
guardián, pero es una hermosa oportunidad de probar algunos de los mejores
vinos del mundo antes de ser convertida y es un lindo paseo – Dijo Dora
asintiendo - Me parece excelente idea.
-Lo es, me encanta la idea! –
Dije pensando que a lo mejor el tour hasta incluiría el viñedo de Demetri.
Además aunque no lo incluyera podríamos conocer los otros viñedos y comparar –
Pero qué hay del Sol?
-Bueno, hay métodos para evitar
el Sol – Dijo Heidi – Sólo que a los hombres no les gusta utilizarlos – Rió.
-Existen algunas bases de
maquillaje que son lo suficientemente espesas, e impiden que el Sol se refleje
en nuestra piel. Demetri tendría que usar sombrero, una camiseta de manga
larga, mantener las manos en los bolsillos y mantenerse en la sombra dentro de
lo posible, pero por lo demás no hay peligro. Cómo crees que lo hace Félix en
sus misiones? No siempre puede esperar a que sea de noche para actuar… - Dijo
Corin.
-Félix usa maquillaje? – Pregunté
sorprendida.
-TODOS usan maquillaje de vez en
cuando… No hay alternativa. Aunque muchos prefieren no salir al exterior que
usar base – Dijo Corin frunciendo el ceño – Depende de cuando hayan nacido,
según la época han ido cambiado las concepciones de la hombría y de los tabúes entre
los sexos.
-O sea, no quieren que les digan
"mariquitas" – Resumí.
-Exacto! – Dijeron varias a la
vez.
-Entonces Dem no va a querer ir…
No se va a querer poner maquillaje… - Dije desilusionada – No puedo ir con
Gianna? – Pregunté.
-Bella, con tus antecedentes
médicos y mala suerte en general, por ningún motivo vas a ir a ninguna parte
sin guardaespaldas – Dijo Sulpicia – Además Demetri y los demás saben
perfectamente cómo y cuándo usar la base de maquillaje, lo llevan haciendo por
años.
-Siguiente regalo! – Dijo
Athenodora zanjando el tema y entregándole una caja a Sulpicia.
-Este es de Anabel y Loretta –
Anunció Sulpicia rompiendo el papel. Al ver la caja no lo pude creer Era un
MacBook Pro con Retina Display y pantalla de 15 pulgadas! Quedé sin palabras.
Era demasiado. Todos los regalos, toda la preocupación por buscar el detalle
perfecto, y todo el dinero que habían gastado en mí!
-Ana… Loretta… Cómo supieron? Lo
necesitaba tanto… Muchas, muchas gracias! – Dije abrazándolas.
-Demetri – Dijeron en conjunto.
Esas dos se comportaban como mellizas, siempre juntas, actuando siempre igual.
Tanto así que a pesar de no parecerse físicamente uno tendía a confundirlas… Se
mimetizaban.
-Muchas, muchas gracias – Repetí
– Gracias a todas, aún no es la hora de almuerzo y ya es el mejor cumpleaños
que he tenido.
-Falta un regalo Isabella – Dijo
Sulpicia. De quién podría ser? Ya había recibido regalos de todos mis amigos…
-De quién es este? – Pregunté
recibiendo una caja de madera negra (tal vez ébano?) labrada intrincadamente,
más grande que la palma de mi mano. La caja no venía envuelta, así es que me
dejaron abrirla por mí misma.
-Ese regalo es de Los Reyes. Es
tu regalo de cumpleaños, pero también tu bienvenida oficial a Los Volturi. Ya
eres una de nosotros – Dijo Dora, sonriendo orgullosa.
Con mano temblorosa removí la
hermosa tapa, para descubrir una gruesa cadena de oro y un medallón… la V de
los Volturi dibujada elegantemente en oro y decorada con diamantes y rubíes tan
rojos como imaginé que serían mis ojos.
Miré fijamente esa joya sin
pensar en qué momento de mi vida podría llegar a necesitar una cosa así. No es
que no apreciara su belleza, es que simplemente me parecía intimidante…
Se debe haber notado mi confusión
en mi cara.
-Es el medallón de los Volturi
Isabella, todos lo tenemos, aunque la mayoría sólo lo usa en actos oficiales o
cuando se actúa en representación del Clan.
-Es… increíblemente hermoso y
delicado… Me sorprendió… Debe costar una fortuna – Balbuceé.
-Pensé que ya habíamos dejado la
tontería del dinero de lado! – Exclamó Dora.
-Tómalo como parte de tu uniforme
si te incomoda tomarlo como un regalo – Dijo Chelsea, siempre pragmática.
-No me malinterpreten! Me
encanta! Es maravilloso, y por supuesto que les voy a agradecer Los Reyes –
Dije acariciando la cadena y la V con la yema de mis dedos .Era un trabajo
exquisito. Al mirar frente a mí vi a Gianna mirando el collar con anhelo y
tristeza… Gianna, ella llevaba años soñando con ser aceptada como lo había sido
yo, sin resultados. Y aquí llegaba yo y obtenía todo sin ni tratar. Francamente
no supe cómo es que Gianna no me detestaba, yo me habría odiado.
Apreté el collar en mi mano y
Gianna subió los ojos hasta enfrentarlos a los míos. Inmediatamente forzó una
sonrisa, pero le salió triste, melancólica.
Me llevé puño que encerraba al
collar hacia el corazón y le guiñé un ojo, tratando de decirle que yo no
olvidaba mi promesa… Ella sería parte de los Volturi si así lo quería cuando yo
me hubiera transformado.
Gianna mantuvo el rostro
impasible, pero pude ver como la luz regresó a sus ojos.
-Bueno querida, eso es todo,
ahora nos vamos, que estamos muy atrasadas – Dijo Dora.
-Y mis cosas? – Pregunté más por
costumbre que por otra cosa.
-Te aseguro que nadie se las va a
robar – Dijo Lily – Además seguro alguien las llevará a tu habitación, vas a
ver.
-Vale, dónde vamos entonces?
-Al estacionamiento – Respondió
Gianna tomando mi brazo.
-Tú sabes que no es a eso a lo
que me refería – Gruñí.
-Ya verás – Dijo mientras
entrábamos al estacionamiento para encontrar 2 Jetvan Mercedes Benz Sprinter de
color negro. Eran como vans de súper lujo por fuera y jets privados por dentro.
Tenían asientos de cuero negro, teles de plasma, controles de temperatura
individual para cada butaca, mesas plegables como las de los aviones, enchufes
para los laptops, alfombras muro a muro, mini bar, mucho espacio individual y
mil detalles más que las hacían impresionantes. Creo que eran mucho más lujosas
que una limusina tradicional.
-Arriba, arriba! – Dijo Dora. Me
tomó de la mano y me subió a uno de los asientos traseros de la van delantera y
se sentó a mi lado. Frente a nosotras se sentaron Dora y Corin, quién no podía
dejar a Las Reinas en ningún momento. Adelante se sentaron Lily al volante y
Tamara como copiloto.
El resto se acomodó en la otra
van.
Y partimos.
Nos demoramos algo más de una
hora en llegar a nuestro destino… Florencia. Yo iba pegada a la ventana
absorbiendo lo que podía de esa maravillosa ciudad, y poco a poco nos fuimos
acercando a la zona de las famosas plazas, iglesias y museos, pero no paramos
en ninguno de ellos.
Nop, fuimos al centro comercial.
A un Centro Comercial,
uno de los más exclusivos de Italia, que exhibía sólo las mejores marcas del
mundo, un lugar al que sólo la gente muy rica puede acceder.
-Vinimos a comprar algo en
particular? – Pregunté sabiendo que no podía ser un regalo para mí. No con todo
lo que me habían regalado.
-No exactamente… - Dijo Gianna
sonriendo. Llegamos al tercer piso y finalmente a nuestro destino. Un enorme
Spa.
"Body Care Benessere Day
Spa", decía el letrero exterior.
En cuanto entramos fue como dar
un paso a otro mundo, uno donde sólo se oía el sonido del agua de diversas
cascadas artificiales correr, y el de música de relajación en un volumen muy bajo.
Por todas partes había plantas naturales arregladas en pequeños oasis, y la
decoración era sobria y elegante, predominando el mármol beige en pisos y
paredes y los muebles de diseño italiano minimalista.
-El grupo Volturi? – Preguntó una
mujer de unos 25 años, tan hermosa que por un momento pensé que era un vampiro…
Sólo que el color dorado de su piel no calzaba con la palidez vampírica.
Vestía lo que después supe que
era un uniforme pero que a primera vista me pareció casi un vestido de coctel
que envolvía su cuerpo ajustándose a sus generosas curvas y se amarraba a un
costado de su cintura. Era de lino de color beige muy claro y bastante sexi
pero sin llegar a ser vulgar. Me pregunté cómo lo haría para que no se le
arrugara. Ta vez no se sentaba nunca…
-Mi nombre es Diana, bienvenidas,
todo está preparado para ustedes – Dijo en italiano guiándonos por un pasillo
hacia una gran habitación donde había closets individuales que funcionaban como
lockers (pero mucho más elegantes). En cada closet había espacio para colgar la
ropa y había varias toallas turcas, de esas gorditas súper absorbentes del
mismo color del vestido de Franchesca y el logo del Spa bordado. También había
pantuflas y bolsas de regalo con sets individuales de artículos de aseo como
peineta, cepillo y pasta de dientes, pastillas de jabón aromático, crema
corporal, crema humectante para rostro, champú y acondicionador, todo de la
marca italiana Perlier, que usa sólo componentes naturales que ellos mismos
cultivan.
Frente a los "lockers"
estaban los probadores. Cada una tomó su bata y pantuflas y se cambió
desnudándose para quedar sólo en bata. Yo me saqué mi collar y mi anillo y los
metí en mi bolso.
-Muy bien – Dijo Gianna, radiante
– Nos programé distintos tratamientos a cada una de acuerdo a sus preferencias.
Bella, a ti y a mí nos van a hacer básicamente de todo, porque somos las únicas
que pueden recibir masajes, y no queremos levantar sospechas.
-Okay… - Dije – Con qué
empezamos?
-Mira, la idea es la siguiente –
Dijo Gianna – Y procedió a explicarme nuestro día.
1.- Baño de leche espumosa
hidratante. Sip, era como meterse a una tina llena de milkshake caliente. Raro,
pero delicioso.
2.- Baño de barro del desierto,
que supuestamente mejora la circulación, la inmunidad y rejuvenece músculos
cansados.
3.- Ducha de hidromasaje para
remover el barro. Las cabinas de ducha tiraban agua por todos lados, cada
chorro con distinta presión. Simplemente increíble.
4.- Depilación completa.
COMPLETA! Auch! Esperé que valiera la pena. Gianna me aseguró que Félix lo iba
a adorar.
5.- Envoltura de rosas inglesas.
Un "masaje de aceite esencial de rosas de damasco que mejora la
circulación de los capilares, renovando la piel mientras se calman las
emociones y se levanta el espíritu". En realidad el tratamiento comenzaba
con una suave exfoliación corporal, seguida de capas de gel de rosas tibio,
aceites y cremas. Luego me envolvieron en pétalos de rosa (sí, de verdad lo
hicieron!) y mientras los aceites actuaban y se absorbían me hicieron un masaje
capilar.
6.- Después de eso, sintiéndonos
como unas reinas, y oliendo como hadas, hicimos un break para almorzar, durante
el cual nos sirvieron frutos secos, uvas, quesos y fruta. Estaba tan relajada
que mi sonrisa estaba pegada en mi rostro y apenas podía sostener la cabeza.
Mientras, a nuestro alrededor
nuestro grupo se movía de una actividad a otra, pero evitando los masajes
corporales, ya que las estilistas se darían cuenta de que mis chicas son de
piedra.
Y entonces, una vez satisfechas, Gianna
y yo volvimos a dejarnos mimar.
7.- Facial de diamantes. Sip, tal
cual. Un facial con efecto lifting y reafirmante que incluyó la
microdermoabrasión de mi rostro con diamantes para deshacerse de la primera
capa de mi piel y penetrarla mejor con una máscara llamada "Lifting
IV". El tratamiento incluía un masaje intensivo de rostro, cuello y
hombros. Supuestamente después de eso mi piel lucía radiante.
8.- Manicura de mazanilla (Eeeew!
Olor a rubia falsa, pero es lo que estaba programado y no quise poner
problemas). Ahí me exfoliaron las manos, me emparejaron las cutículas y me
hidrataron y nutrieron las manos con un baño de parafina y con cremas y
aceites. Luego me pintaron las uñas de un profundo color borgoña. Quería manos
más adultas, éste era mi cumpleaños y no era la idea andar por ahí con uñas do
Bob Esponja.
8.- Pedicura Vodkatini de melón.
Sip, así de raro. Primero me remojaron los pies en agua mineral gasificada con
limón y cilantro. Luego me exfoliaron las piernas y pies con una mezcla de melón,
albahaca, vodkatini y azúcar. Luego me hidrataron con puré de fresas y
terminaron con la pedicura tradicional y pintando mis dedos del mismo color que
mis manos. El olor de ese tratamiento me gustó más, aunque era divertido,
porque cada parte de mi cuerpo olía diferente de acuerdo al tratamiento
aplicado.
8.- Maquillaje y peinado de
noche. Un maquillaje sexy y anti agua (para que durara) con los ojos bien
demarcados y mi cabello arreglado en un perfecto nudo imperfecto. Todas
recibimos este toque final y para cuando terminamos nos veíamos increíbles.
Como grupo causaríamos sensación donde fuéramos.
Nos despedimos de Diana y por su
cara de felicidad, debe haber recibido una buena propina.
Salimos del Spa totalmente
revitalizadas. No es que las vampiras necesitaran la extra energía, pero la
actividad de salir del castillo, compartir con más gente y mimarse con
extravagantes tratamientos hacía que quisieran seguir y seguir haciendo cosas.
Una vez en la van, y después de
dar las gracias a todas un montón de veces, pregunté
-Y ahora, qué?
-Ahora nos vamos de parranda! –
Gritaron Gianna y Heidi.
-De verdad? Yay! Nunca me he
emborrachado! – Exclamé levantando los brazos.
-Esta es tu oportunidad, vamos a
uno de los más antiguos y tradicionales bares de la ciudad – Dijo Lily
gesticulando, más que nada para exhibir su extravagante manicure, que hacía
juego con su cabello.
Y a los pocos minutos estábamos
estacionando en una calle lateral, perpendicular a la calle más bohemia de
Florencia, llena de bares, restaurantes y pequeñas tiendas de pequeñas cosas
muy exclusivas. La calle estaba llena de gente que iba de un bar al otro, gente
que comía en mesitas ubicadas en plena vereda, algunos artistas callejeros
dibujando y vendiendo sus obras, y un par de talentosos músicos. Era como una
sobredosis a los sentidos, no sabía si seguir a la música, a los maravillosos
olores, o correr a las vitrinas de los atractivos establecimientos…
Al final yo no decidí nada,
Tamara me tomó de un brazo y Lily del otro y me arrastraron a un bar ubicado en
un punto estratégico, a mitad del sector más top.
Era efectivamente un lugar muy
tradicional, exactamente lo que uno esperaría de un bar europeo de antaño, pero
no era para nada vulgar, estaba muy bien mantenido, estaba bien ventilado y
hasta olía bien.
Estaba construido completamente
en madera, la estructura, paredes, escalera, barra, sillas y mesas, todo en
madera, pero madera tallada y pulida con la pericia que sólo maneja los
artesanos que pasan su arte de generación en generación.
Pero no me malentiendan, los
muebles no lucían delicados, eran resistentes y durables, y la barra era una
maravilla, ya que estaba hecha de un solo tronco de árbol cortado a lo largo,
de modo que conservaba hasta la corteza, y estaba pulido y barnizado con tanta
perfección que al tocarla se sentía como vidrio.
El lugar estaba bastante repleto,
pero por supuesto, Gianna había reservado una mesa. Al entrar nos encontramos
con el encargado/barman, que justo pasaba frente a la puerta, y que al ver
entrar a ese montón de mujeres hermosas simplemente quedó pasmado, igual que
todos los hombres que nos vieron entrar. Hasta yo me sentía atractiva! No tanto
como las vampiras, claro que no, pero después de un día de mimos y rutinas de
belleza, francamente no me podía sentir de otra forma.
- Ciao, siamo il gruppo che ha
fatto la prenotazione a nome di Isabella Cigno (*Hola, somos el grupo
que hizo la reservación a nombre de Isabella Cigno) – Dijo Gianna
tímidamente. El chico (que era bastante guapo, de unos 25 años más o menos,
alto y fornido, (como alguien que ha trabajado en el exterior), de piel morena
y los ojos verdes varios tonos más claros que los de Gianna) la miró fijamente
como 10 segundos antes de espabilarse un poco y asentir. Sin decir palabra nos
indicó que lo siguiéramos, y en una esquina, rodeadas de ventanas, había dos
mesas unidas que nos daban espacio para que todas nos ubicáramos en sillas
alrededor.
Nuestras mesas estaban decoradas
con un par de ramos de flores frescas y velas de té flotando en pequeños bowls
llenos de agua y pétalos de rosa.
- Quello che posso offrire loro? (*Qué
les puedo ofrecer?) – Preguntó aun mirando a Gianna. Me divirtió
porque entre un grupo de vampiras vestidas para matar, él se enfocaba sólo en
ella. Y no es que mi amiga no lo mereciera! En un día cualquiera Gianna es
hermosa, pero vestida y arreglada para salir, era bastante impresionante.
Las demás también se dieron
cuenta, y comenzaron las miradas y risitas. Gianna no se dio cuenta. Ella no
miraba al chico, ella miraba la mesa y jugaba con el individual, y lo mejor de
todo, estaba sonrojada!
-Gianna el muchacho te está
hablando – Le dijo Dora. Gianna se mordió el labio, subió la mirada, pero no contestó
– Qual è il tuo nome, caro? (*Cuál es tu nombre, querido?) –
Le preguntó Dora directamente, ya que la cosa no avanzaba por ninguno de los
dos lados.
-Franco – Resopló él, como si
hubiera estado conteniendo el aire.
-Hooooolaaaa Fraaaaancooooo! – Exclamamos
coquetamente casi todas. Creo que solo Gianna y Las Reinas se abstuvieron.
- Onorevoli (*Señoritas) – Dijo
él inclinando la cabeza, pero sin dejar de mirar a Gianna. Si no hubiera sido
tan guapo me habría parecido hasta un poco perturbador, pero Gianna y Franco
parecían tan afectados el uno por el otro, que en vez de ser raro era adorable
-Vamos, vamos, que no tenemos
toda la noche – Chasqueó los dedos Sulpicia sacando a Gianna de su trance y
obligándola a desviar la mirada para prestar atención a la Reina, quién se
limitó a levantar una ceja.
- Noi ordinare ... Ummm ... Uno
di ciascuno dei menu di bevande, oltre a un paio di bottiglie di tequila per
colpire due colpi di vodka da fare. Abbiamo anche bisogno di fette di limone,
sale, succo d'arancia e diversi ombrelloni decorativi e un sacco di lampadine.
E stuzzichini. (*Ordenaremos… Emmmm… Uno de cada uno de los tragos del
menú, y además un par de botellas de tequila para hacer golpeados y dos de
vodka para hacer shots. Necesitamos además limón en rodajas, sal, jugo de
naranja natural y varios paraguas decorativos y un montón de bombillas. Y algo
para picar) – Dijo mirándome a mí, adivinando correctamente que yo ya
estaba muy hambrienta, habiendo comido sólo alimentos de Spa durante todo el
día – Un tavolo di antipasti e fonduta di provolone per la tabella (*Una
tabla de antipastos y una fondue de provolone para la mesa) – Terminó.
-A su orden – Dijo él en inglés
con un fuerte acento, sonriéndole. Tenía los dientes muy blancos y una
margarita en la mejilla. Era verdaderamente lindo, y por como coqueteaba con
Gianna, él lo sabía.
-Hablas inglés? – Le gritó Lily
desde el otro lado de la mesa.
-Un po (*Un poco)…
Entiendo más de lo que hablo, y debo hablar despacio para que se me entienda –
Respondió.
-Se te entiende perfectamente –
Dijo Gianna en un susurro/ronroneo de lo más sexi, que creo que estaba pensado
para que lo escuchara solamente él, pero yo estaba junto a ella, y el resto
eran vampiras, así es que todas escuchamos. Él le guiñó un ojo, luciendo
satisfecho.
-Algo más? – Preguntó Franco,
esta vez mirándonos a todas. Y todas negamos con la cabeza, sonriendo como el
gato que se comió el canario. Él nos hizo un gesto general y uno a Gianna en
particular y se fue a la barra.
-Gianna es guapísimo! – Le dijo
Vania aplaudiendo y casi saltando de la silla de la emoción.
-Y no podía sacar sus ojos de ti.
Y no es por nada, pero eres una humana entre vampiras, le debes haber llamado
mucho la atención para que nos ignorara de esa forma – Dijo Heidi sonriendo,
pero creo que un poco picada, ya que ella estaba acostumbrada a ser siempre la
más hermosa, la carnada de humanos. Esto de que alguien prefiriera a
"Gianna la humana" a simple vista no le debe haber caído muy bien.
-Deberías ir a conversar con él a
la barra mientras prepara nuestros tragos, en eso se va a demorar un buen rato.
Pregúntale algo y te quedas ahí – Dijo Chelsea, como siempre ofreciendo
soluciones, no conjeturas.
-Me da vergüenza – Reconoció –
Yo… Nunca he salido con un humano, sólo estuve… Una vez estuve con… – Dijo
cerrando los ojos muy fuerte, como recordando algo muy feo. Las demás se
enderezaron y endurecieron sus rasgos – Y eso no… No fue…
-Tranquila Gianna, esto no tiene
nada que ver con lo que pasó. Este es un lugar seguro, donde todas estamos aquí
para apoyarte física y psicológicamente. Él se sale de la línea y lo menos le
destrozo las rodillas – Dijo Ana. Yo no entendí nada, pero no me gustó la
angustia de Gianna ni el aire solemne que había cubierto mi fiesta.
-O se lo damos a Lily – Dijo
Tamara.
Estiré mi mano por debajo de la
mesa y tomé la de Gianna, apretándola. Ella casi tritura la mía.
-Si te gusta, no pierdes nada con
tratar, estás totalmente segura y protegida, y él no parece ser capaz de
desviar su mirada de ti por más de 5 segundos – Agregó su "gemela"
Loretta.
-Es lindo, verdad? – Preguntó
Gianna.
-Para ser humano está de
rechupete – Dijo Renata – Y no lo digo por lo apetitoso
-Es súper lindo, te fijaste que
tiene un hoyuelo en la mejilla? Y esos ojos! Nunca había visto unos ojos así…
De un verde tan pálido pero bordeados de un verde tan oscuro… Se ven increíbles
con su piel bronceada – Dije yo – Además parece un buen chico… Vale la pena
tratar.
-Y su cuerpo no está nada mal,
apuesto que el trabajo del bar es de medio tiempo, sus manos son las de alguien
que usa las manos para algo más que batir la coctelera – Dijo Vania.
-Bueno, en realidad yo… tenía que
ir de todos modos a hablar con él… Por lo del pastel – Aclaró de inmediato.
Todas respondimos con alguna
variedad de "ajá" que dejaba en claro que no le creíamos su excusa.
Gianna se puso de pié, se arregló
el vestido y el pelo en el reflejo de la ventana, y se dirigió a paso lento al
bar, donde la esperaba Franco, que ignoraba sin disimulo a todos sus clientes.
-Hay algo que no sé, verdad? –
Pregunté cuando Gianna se sentó en la barra con uno de los trago que Franco
había preparado para nosotras frente a ella.
-Bueno, supongo que es Gianna la
que te debería contar, pero ella odia recordar, y ni siquiera ha aceptado
recibir terapia, así es que mejor que sepas ahora, así no metes la pata – Dijo
Dora seriamente.
-Okay… - Dije asustada.
-Gianna te dijo alguna vez cómo
es que llegó a vivir y trabajar con nosotros? – Preguntó Sulpicia.
-No, supuse que a través de una
tragedia, porque ella no tiene familia, pero nunca la quise presionar. Pensé
que me contaría cuando se sintiera cómoda – Respondí.
-Una tragedia… - Suspiró Dora –
Tú has visto el callejón que está detrás de la plaza? Ese que da justo hacia
nuestra torre?
-Sí claro, está bastante mal
iluminado, se usa básicamente para ubicar los botes de basura para que los
recoja el camión recolector… Apesta – Dije arrugando la nariz.
-El mismo – Dijo Dora – Hace
algunos años, una noche, escuchamos gritos. Nos asomamos a las ventanas de la
torre y pudimos ver cómo una mujer y una jovencita eran golpeadas y violentadas
sexualmente por un grupo de 6 hombres. La madre trataba de defender a la hija y
recibía la peor parte. En circunstancias normales nosotros no nos metemos en
asuntos humanos, pero en la torre éramos simplemente un grupo de mujeres
observando a otras mujeres ser torturadas y vejadas, no podíamos mantenernos
indiferentes a lo que pasaba bajo nuestras narices. Enviamos a Lily y Tamara a
ver qué podían hacer para ayudar, tal vez bastaría con llamar a la policía.
Pero para cuando Lily y Tamara
llegaron la madre había muerto y los hombres… - Suspiró con disgusto – Los
hombres ni siquiera se tomaban turnos para violar a la chica, la violaban y
golpeaban de a varios a la vez. Estaban drogados y reían como hienas mientras
la niña gemía cada vez más suavemente. Ya no se resistía.
Lily se lanzó a los hombres y los
inhabilitó a todos quebrándoles las piernas. Mientras, Tamara tomó a la chica
en sus brazos y la trajo al castillo mientras Lily castigaba como le pareció
mejor a esos hijos de puta – Escupió Dora furiosa. Ella nunca decía malas
palabras, así es que eso demostraba la seriedad de la situación.
-Cuando la recogí – Continuó
Tamara casi temblando de ira. El presenciar ese abuso afecta a cualquier mujer,
pero supongo que para Lily y Tamara, al ser lesbianas y no relacionarse con
hombres jamás, la cosa era aún peor, más chocante – Gianna estaba semidesnuda y
cubierta de sangre, saliva y semen. Tenía varios huesos quebrados y estaba casi
inconsciente. El problema era que no la podíamos llevar al hospital sin exponer
que Lily estaba en ese preciso momento arrancándoles las bolas a los violadores
y luego obligándolos a tragárselas – Yo abrí los ojos como platos, pero no
interrumpí. Me di cuenta de que no era una exageración, eso era exactamente lo
que había pasado con los atacantes - Así es que me la llevé a una de las
habitaciones de huéspedes y le di un baño. Estaba llena de la suciedad de esos
hombres. Si hubiera podido vomitar lo hubiera hecho esa noche.
Para resumir la historia, nos
fuimos turnando algunas voluntarias para cuidar de la chica en su recuperación.
Al principio la idea era mantenerla viva lo suficiente para mandarla a un
hospital, pero pronto se hizo evidente que ella no tenía adonde ir. Su madre
era soltera y su única abuela vivía con demencia senil en un asilo de ancianos.
Además ya se había empezado a dar cuenta de qué es lo que somos, así es que no
la podíamos dejar ir.
Pasados algunos meses sus huesos
habían soldado, y estaba comenzando a adaptarse. Había dejado de estar aterrada
todo el tiempo y soportaba estar en presencia masculina, siempre que fuera con
compañía femenina presente. Incluso había comenzado a retomar sus estudios para
estudiar desde el castillo, cuando un día comenzó a sangrar violentamente.
Chelsea la llevó al hospital. Nadie se había dado cuenta de
que Gianna estaba embarazada, y estaba teniendo un aborto espontáneo,
gracias a Dios. Por duro que suene es lo mejor que le pudo pasar en esas
circunstancias… Recién la semana anterior había cumplido 15 años. Cómo habría
sido para ella tener al bastardo de uno de sus 6 violadores, los asesinos de su
madre?
Y así es como Gianna se quedó a
nuestro lado como una especie de invitada, terminó el colegio y tomó algunos
cursos básicos de administración y finanzas en una universidad que tiene un
buen programa on line, y se comenzó a hacer cargo poco a poco del manejo
interno de la organización – Terminó Tamara apretando fuerte la mano de Lily.
Aún estaban afectadas por lo que sucedió esa noche.
-Por Dios…! – Dije usando una
servilleta para limpiar las lágrimas que corrían por mis mejillas – Qué pasó
con los tipos?
-Arreglé la escena de manera tal
que achacaron todo a ritos satánicos – Respondió Lily- Me tomé mi tiempo con
ellos, así es que para cuando terminé eran imposibles de identificar.
-Por eso es que sólo sale con
vampiros… Por eso es que no sabe tener una relación amorosa normal… Por eso la
baja autoestima… Por eso es que cree que la única forma de estar segura es
convirtiéndose en vampiro… - Susurré comprendiendo por fin a mi mejor amiga
No le resentía para nada que no
me hubiera contado, nadie querría hablar de todo lo que le tocó vivir, pero
agradecía que las demás me hubieran dicho lo ocurrido. De verdad tendría que
cuidar mi diarrea verbal frente a ella, de ninguna manera la quería hacer
sufrir más.
-Pero mira, no le está yendo nada
mal con el cantinero guapo – Dijo Heidi tratando de sonar alegre. Efectivamente
Gianna sonreía tímidamente mientras Franco le contaba una historia gesticulando
y mirándola como si ella solita hubiera colgado las estrellas del cielo.
En ese momento entró corriendo al
bar un chico de unos 22 años, saludó a algunos clientes que esperaban, se metió
detrás de la barra y retomó el trabajo de Franco, atendiendo a todos los
parroquianos que Franco ignoraba, incluyéndonos a nosotras. Pero valió la pena,
porque Franco se quitó el delantal negro y le ofreció su mano a Gianna para
sentarse juntos en una pequeña mesa para dos que se acababa de desocupar.
Y así, a la luz de las velas con
Gianna bebiendo Cosmopolitans y Franco bebiendo Bargnolino, (un licor con vino
y arándanos muy tradicional), se pasaron la noche conversando. Sólo se
interrumpieron para cantarme el "Feliz Cumpleaños", y Gianna hizo
ademán de volver a sentarse a mi lado, pero yo negué con la cabeza.
-Te estás divirtiendo? – Le
pregunté bajito. Ella asintió tratando de esconder su sonrisa. Yo besé su
mejilla – Entonces ándate a tu mesa, que nosotras nos vemos todos los días.
Mañana me cuentas.
-Gracias Bella – Dijo abrazándome
fuerte.
-Y tú – Apunté a Franco con mi
dedo y puse mi expresión más intimidante - Te portas bien, o sé de buena fuente
que te van a hacer tragarte tus bolas – Le dije a Franco, medio en broma, medio
en serio.
Y Franco en vez de enojarse o
asustarse me regaló una enorme sonrisa, tomó la mano de Gianna, la besó y la
dirigió a la mesa que compartían.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Eeeeeeeh!
Gianna conoció a alguien! Pero que fea su historia… :(
Qué
tal los regalos? Y los tratamientos del spa? Les cuento que son todos reales,
estuve investigando sobre los spas más top del mundo y eso es lo que se ofrece.
A mí me gustaría bañarme en leche batida como Cleopatra!
Cariños
y cuéntenme qué les pareció.
Ah!
Y para quienes me pedían más tiempo Bella/Félix, ya viene, no se preocupen. No
han sido el foco principal en los últimos capítulos, pero es que han pasado
tantas cosas más!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No olvides comentar!!!