Hola chicos, aquí les traigo el esperado reencuentro entre Bella y Edward…
Sigan regalándome sus fabulosas reviews y tal vez publique el último capítulo de esta historia mañana.
Un millón de abrazos.
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Capítulo 20
Leave me out with the waste
This is not what I'd do
It's the wrong kind of place
To be thinking of you
It's the wrong time
For somebody new
It's a small crime
And I've got no excuse
9 crimes / Damien Rice
Sam POV
Llevar a mi Bella a ver a su ex novio me desgarraba por dentro. Me volvía loco de celos y si de mí dependiera la habría llevado a mi casa, la habría encadenado a mi cama y le habría hecho el amor por días, hasta que cada rincón de su cuerpo oliera a mí.
Pero la imprimación es cosa poderosa… sé lo que ella necesite… y lo que ella necesitaba de momento era ir a ver al chupasangre hijo de puta que la abandonó en el bosque. Tan simple como eso. Mierda!
Al menos ella me quería a su lado, que de lo contrario me habría vuelto loco obsesionándome con cada pequeño detalle… cómo vestiría? Cómo se mirarían después de esta separación de 5 meses? Ella lo amaría aún? Existiría en su corazón lugar para el perdón?
No me cabía duda de que el cabrón la quería de vuelta… quién en su sano juicio abandona a una mujer como ella? Pero esta vez las cosas no le serían tan fáciles, lucharía por ella, con uñas y dientes, y lo más importante, lucharía a su lado. No la antagonizaría, no la celaría activamente, ella debía ser libre… ella debía amarme libremente.
Cuando llegué a su casa ella se abalanzó sobre mí y yo a tomé en mis brazos fácilmente, ella no pesaba casi nada para mí, y la besé con toda mi pasión, con todo mi deseo, con todo mi amor y con todo mi temor. No me dejes. Por favor pequeña, elígeme a mí.
Ella me respondió con igual pasión, ella me amaba… aún.
Bella había cocinado brownies para mí… eso debía significar algo verdad? Comí uno por compromiso. Probablemente estaban deliciosos, pero en mi estado de nervios apenas si pude discernir el sabor dulce del pastelillo.
Luego en su camioneta, condujimos en silencio, ella pensativa y y cubriendo mi creciente angustia. Debo llevarla, estar con ella e idealmente irme con ella de regreso a mi casa. Entonces si la haré mía, de hoy no pasa, la necesito, mi cuerpo y mi alma lloran por su contacto, estar a su lado ya no es suficiente… Bella, pequeña, necesito que seamos uno.
Ella me dirigió en el camino a seguir hasta llegar a una enorme mansión blanca en medio del bosque que apestaba a sanguijuela. Yo nunca me había adentrado tanto en territorio de los Cullen y su riqueza no dejó de impresionarme. Cómo competir con esto? Qué le puedo ofrecer yo, más que una vida mediocre de clase media? Me sentí insignificante… yo ni siquiera había podido terminar la universidad porque me había convertido en lobo.
Bella suspiró y abrió lentamente la puerta de la camioneta.
-Me esperas aquí? –Me preguntó. Ella sabía que yo podría escuchar lo que se dijeran dentro de la casa pero necesitaba la ilusión de privacidad. No se la pude negar… Demonios, no le podía negar nada.
-Aquí te espero –Le dije. Ella apretó mi mano con la suya y descendió del vehículo. Caminó tentativamente hacia la puerta de la mansión, pero antes de golpear la puerta ésta se abrió, revelando a mi peor enemigo. Al único hombre capaz de destruirme.
…oOo…
Bella POV
Podía sentir la tensión de Sam sumada a la mía... Pero yo necesitaba hacer esto. Necesitaba enfrentar a Edward. Por mí, por mi autoestima, por mi sanidad mental.
Antes de golpear la puerta de aquella casa que tan querida había sido para mí, la puerta se abrió, revelando al hombre más bello del mundo. Mi memoria no le había hecho justicia, y por un breve instante me volví a preguntar cómo demonios semejante creatura se había fijado alguna vez en mí.
Pero luego, muy pronto lo recordé. Es todo parte del disfraz del asesino. Diseñado para atraer a sus víctimas. Su belleza, su olor… había sido yo una víctima de Edward Cullen? De alguna manera sí… No tenía anticuerpos contra él.
-Hola –Dije tímidamente.
-Hola –Dijo él mirándome fijamente con esa voz de terciopelo que me aflojaba las rodillas -Pasa por favor.
Miré tras de mí y Sam me dedicó una sonrisa triste que no llegó a sus ojos. Mi Sam, que hace este sacrificio por mí. No te preocupes Sammy, mi corazón está contigo… verdad?
La casa estaba tal como la recordaba. Las fundas que alguna vez vi que cubrían los muebles habían desaparecido, así es que sin pedir permiso me senté en mi sillón favorito.
-Te ofrezco algo para beber? –Me preguntó Edward visiblemente nervioso. Sus hermosos ojos eran de un dorado claro, lo que evidenciaba que acababa de alimentarse, y no tenía ojeras… se veía tan perfecto como siempre, pero Oh! tan triste!
-No, gracias –Le dije con un susurro de voz –Desayuné hace poco rato.
-Oh… Ok… te importa si me siento a tu lado? –Me preguntó, moviéndose muy despacio.
-Para nada, es tu casa –Dije tratando de sonreír. Maldición, esto era tan incómodo! Nunca había existido esta tensión entre los dos, ni siquiera al principio de nuestra relación…
Edward se sentó a mi lado, cerca pero sin llegar a tocarme.
-Bella yo…
-Edward… -Dijimos al mismo tiempo. Yo me sonrojé y le dije –Tu primero.
-Bella yo necesito decirte cuánto lo siento –Me dijo mirándome a los ojos… por un momento sentí que me hundía en las profundidades doradas de sus irises… sería este el "glamour" que usaban los vampiros para seducir a sus presas? Edward aún no me tocaba, mi novio me esperaba afuera y yo ya me encontraba con mi cuerpo levemente inclinado hacia él.
-Qué es lo que sientes? –Pregunté recuperando un poco mis funciones cerebrales. Este es el hombre que te abandonó en el bosque! No lo olvides!
-La verdad es que desde tu cumpleaños hasta la fecha, todo… Lo siento por el incidente con Jasper, lo siento por abandonarte, por terminar contigo en el bosque y por todas las mentiras que te dije… lo siento por haber estado alejado de ti durante todos estos meses, y lo siento por todo lo que sufriste por mi ausencia y la de mi familia… Lo siento –Terminó diciendo y tomó mi mano que descansaba en mi regazo.
La familiar sensación de su piel contra la mía me invadió… su piel suave y helada, su agarre firme pero gentil a la vez… Dios, sería tan fácil volver a caer en sus redes… parte de mí siempre lo desearía, siempre amaría a mi primer amor.
-Lo siento no es suficiente, Edward… -Le dije suavemente -desde que te fuiste muchas cosas han cambiado…
-Lo sé, pero creo que juntos podemos pasarlas por alto, Bella, yo regresé porque te amo! No puedo vivir sin ti por más que lo he intentado, nada me importa si no estás tú a mi lado… amor te daré lo que me pidas… te convertiré ahora mismo si eso es realmente lo que quieres, pero por favor dame una nueva oportunidad –Dijo fervientemente.
-Edward… no! –Dije retirando mi mano de la suya. Su contacto y cercanía me confundían, Edward me hacía perder la cabeza…
-Bella por favor… te seguiré donde quieras ir… te daré lo que siempre has soñado… sé que no me lo merezco, pero por favor, dame una segunda oportunidad –Dijo inclinándose hacia mí y bañando mi rostro con su exquisito aliento. Mi corazón se aceleró y mi mente se nubló. Estábamos tan cerca… sólo unos centímetros y nos estaríamos besando.
Podría dejarlo todo por Edward? Cuando lo tenía así, a mi lado, todo parecía tan fácil, tan lógico… con Edward no tendría que pensar, sólo dejarme llevar, él se encargaría de todo…
Sus labios estaban más y más cerca de mi boca… y entonces un agudo dolor en el pecho me hizo doblarme en agonía.
-Bella, amor! Qué te sucede? –Preguntó Edward preocupado.
-Sam! –Exclamé. Estaba sintiendo el dolor de Sam… él creía que me estaba perdiendo… -Edward no… no puedo volver contigo, me causaste demasiado daño, además ahora estoy con otra persona…
-Ese perro? –Preguntó desdeñosamente.
-Ese lobo –Respondí poniéndome de pié –Y lo amo, imprimamos y me marcó. Soy suya y él es mío. Tú y yo terminamos Edward, tú ya lo decidiste…
-Bella por favor, no puedes hablar en serio, te amo… qué voy a hacer yo sin ti? –Dijo con un tono de voz agónico.
-Lo que sea que hayas estado haciendo los últimos 100 años –Respondí comenzando a caminar hacia la puerta.
-Bella por favor piénsalo… siempre voy a estar esperando por ti.
-No pierdas el tiempo –Dije. Ahora que ya no lo estaba mirando ni oliendo era más fácil escapar de su hechizo –Mi decisión ya fue tomada… por ti.
-Bella yo sé que me puedes perdonar… -Suplicó tras de mí.
-Tienes razón –Dije girándome para mirarlo a los ojos –Te perdono Edward… de verdad que sí… pero no podemos volver el tiempo atrás, yo ahora amo a Sam y no hay nada que tú puedas hacer al respecto –Dije poniendo mi mano en su mejilla. Él apoyó su rostro contra mi mano y besó el punto de mi pulso, haciéndolo acelerarse contra mi voluntad.
-Aún reaccionas hacia mí –Dijo él con voz seductora.
-Eres un vampiro –Respondí simplemente –Adiós Edward… te deseo que encuentres la felicidad.
-Bella… siempre te estaré esperando… -Susurró.
-No lo hagas –Dije al abrir la puerta de entrada –Sería inútil.
Y entonces salí de la casa dejando atrás a un vampiro con el corazón destrozado.
Al subir a la camioneta vi que Sam me miraba fijamente y temblaba un poco.
-Qué? –Le pregunté tristemente, pero satisfecha… había elegido bien…
-Nada… que te amo… -Respondió él con lágrimas en sus ojos.
-Nos vamos a casa? –Pregunté.
-Pensé que nunca me lo pedirías –Respondió abrazándome con fuerza antes de encender el motor.
…oOo…
No alcanzamos a cerrar la puerta del living cuando Sam ya me tenía en sus brazos, besándome con toda la pasión del mundo, haciéndole el amor a mi boca con su lengua, haciéndome gemir y arañarlo, buscando más. Bésame, tómame, consúmeme… Ahora lobo demuéstrame que soy tuya, demuéstrame que eres mío… más que nunca necesitaba reafirmación.
Mi sexo palpitaba y mis manos temblaban mientras nos acariciábamos con la ropa puesta. A tirones nos fuimos desvistiendo y dejando una estela de ropa hasta el dormitorio.
Sam estaba como frenético, un profundo gruñido salía de su garganta, algo así como un ronroneo, pero infinitamente más sexi y feral.
-Te voy a hacer mía, pequeña, ahora sí que no te me escapas… quieres eso? Que te coja fuerte y duro? –Preguntó tomando mis pechos en sus manos y lamiéndolos.
-Oh si! –Conseguí exclamar mientras con mi boca besaba desde su cuello hasta el punto aquel detrás de su oreja –Cerraste la puerta? –Pregunté de pronto.
-Con doble llave –Respondió metiendo una mano entre mis piernas, sintiendo mi sexo empapado –Déjame hacerte el amor Isabella –Me dijo acariciando mi entrada en círculos –Entrégate a mí.
-Soy tuya, haz de mí lo que quieras… -Dije jadeante. Mis piernas ya no me sostenían y sus brazos me tomaron para depositarme en la cama.
Con todo cuidado sus manos comenzaron a recorrer cada rincón de mi cuerpo, ferviente y dedicado. Algunos lugares me produjeron cosquillas, otros estremecimientos de placer, pero nada se comparó a su lengua cálida en mi sexo, haciéndome perder la cabeza.
-Oh Sam, lobo, no pares… oh, así… más, más, más… Mmmmmmh… Sam… tan bueno… se siente tan Ooooh! Sam! –Exclamé en éxtasis… después de eso sólo palabras inconexas, sonidos incoherentes y placer.
Antes de recuperarme de mi orgasmo la lengua voraz de mi lobo estaba lamiendo mis pechos y su erección se alineaba en mi entrada.
-Estás lista para mí? –Preguntó rozando mi pezón con sus dientes.
-Siempre –Respondí. Y él me penetro con fuerza, cogiéndome duro, como ambos necesitábamos.
-Te amo pequeña… eres mía –Me dijo jadeante, entre estocadas.
-Te amo… dame más… más… Oh Sam!
Él presionó su cadera con más fuerza contra la mía, y aumentó el ritmo y la intensidad, regalándome un exquisito y salvaje placer. Entonces lamió su marca en mi cuello y yo me encontré perdida en el goce del orgasmo más intenso que había tenido en la vida.
Sam me siguió tres estocadas después, gritando mi nombre, y cayó sobre mí agotado. Nuestras respiraciones sincronizadas y nuestros cuerpos cubiertos de sudor nos hicieron sentir uno solo, y me di cuenta de que nunca tuve una opción con Edward. Yo pertenecía a Sam en cuerpo y alma.
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Hizo bien Bella en resistirse a Edward? Alguien siente ganas de consolar al pobre Eddy?
Y qué tal el pobre Sam sufriendo al principio del capítulo?
Reviews=love=actualización
Hola Asallam: Anoche al fin pude comentar por los dos capítulos, el 19 y el 20. Tanto trabajo en estos días no me permite más que leer alguito cuando llego y luego ni fuerzas tengo para escribir, mis estudiantes me funden las energías. Tuve que releer mi último comentario de anoche porque no recordaba que te había escrito. Llegué cansadísima de un pequeño viaje de trabajo pero recordé que no había comentado los últimos capítulos y escribí algo, sólo se que lo revisé como veinte veces para asegurarme de que estuviera bien y creo que las veinte veces me quedé dormida sobre el portátil, mi objetivo era esperar a que actualizaras el final de "¿Por qué a mí?", pero ni modo el sueño pudo conmigo. Aprovecho unos minutos de mi "día libre" para dejarte este comentario y agradecerte nuevamente por compartir tu talento con tus lectoras.
ResponderBorrarA la espera del final de "¿Por qué a mí?" me despido. Besos y abrazos desde Colombia.
Con cariño, Amy.