sábado, 24 de diciembre de 2011

Oscura Obsesión 3

Hola chicos! Me costó montones terminar este minific porque este Jasper es un ser complicado y terrible, y debí reescribirlo muchas veces para que resultara como yo quería… al final no estoy perfectamente contenta pero aquí está… un vistazo en la mente de nuestro Jazz.

Espero que pasen una muy feliz Navidad junto a sus familias, un abrazo muy grande a todos quienes se dan el tiempo de leerme.

Cariños.

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Oscura Obsesión: Parte 3



Comprendo que tus besos

Jamás han de ser míos;

Comprendo que en tus ojos

No me he de ver jamás;

Y te amo y en mis locos

Y ardientes desvaríos

Bendigo tus desdenes,

Adoro tus desvíos

Y en vez de amarte menos,

Te quiero mucho más.

Comprendo que tus besos/Manuel Acuña

Jasper POV


-Tú vales la pena… las únicas putas palabras verdaderas que le pude decir para calmar su angustia en ese entonces. Phenix…

Ella y su inseguridad.

Ella y su inocencia.

Ella y su ridículo amor por todos nosotros.

Ella…

Hermosa sin aspavientos.

Ella y su risa cristalina.

Ella debía ser mi redención.

Pero no me podía acercar. Ella no era mía para tomar. Yo tenía a Alice… años, décadas de tratar de encajar en la vida perfecta de os Cullen, en el destino perfecto que Alice me prometió pero que nunca existió.

Nada es tan fácil, y tampoco lo fue el enamorarme de mi esposa. Me enamoré de un ideal. Del ideal de una vida sin violencia, de una vida de paz y serenidad después de mi pasado de sangre y odio, de sexo como recompensa a mis logros militares, de la más completa falta de moral. Sólo sangre. Sólo muerte

Y ahora llegaba ella a mi vida. Pura. Amante.

Y de mi supuesto hermano.

La miré de lejos… la evité todo lo que pude. La familia pensó que por mis ganas de su sangre, pero era mucho, mucho más… eran mis ganas de ella. Mi necesidad de poseer lo prohibido… el convencimiento de que su cercanía me podía proveer la redención. La puta redención que sabía que no merecía.

Matar a James fue mi placer…destrozarlo y dejar salir a mi bestia interna para matar al servicio de Isabella… para castigar su agresor.

Maldito hijo de perra.

Y luego meses de observarla a lo lejos… de enmascarar mis pensamientos, de no tomar decisiones con respecto a ella…

El "incidente"... Cuando sólo unas gotas de su sangre me hicieron perder el control. La deseaba. En cuerpo y alma. La transformaría. La obligaría a ver que ella era para mí.

Pero mis "hermanos" me detuvieron por la fuerza y perdí mi oportunidad.

Luego, meses de soledad en Alaska. Solo pero rodeado de la familia… maldita sea, los peores meses de mi asquerosa vida… la rabia, el aborrecimiento que me producían mis acciones…

Hasta que ella regresó a nuestras vidas.

Y regresó como la novia de Edward, como si nunca la hubiéramos abandonado. Como si nunca la hubiéramos dejado a su suerte. Como si no la hubiera tratado de matar. Sin resentimientos.

Compasión.

Perdón.

Y yo me retorcía a la distancia como un animal desesperado por tocarla.

Ella no te pertenece. Qué harías tú con una inocente niña humana? Te la comerías viva… literal y figurativamente.

Un viaje de cacería a Canadá. Mierda, ya no aguanto más esta charada de familia feliz!

-Jazzy, acompáñanos! –Rogó Alice una y otra vez.

-Por la mierda Alice! Ya te dije que no! –Le grité.

-Pero yo vi en una visión que sí venías con nosotros… -Argumentó, inmune a mis explosiones de mal genio. Estaba acostumbrada

-Tus visiones son subjetivas y lo sabes –Le dije con rabia –Estoy cansado, cansado de todos ustedes, cansado de esta mierda de posar como alumno de secundaria, cansado de negar mi verdadera naturaleza! –Estallé.

-Jazzy! Y si nos vamos solos tú y yo… -Me propuso.

-Ya sabes mi respuesta Alice. Tú y yo ya no más –Dije terminante.

-Pero… -Balbuceó.

-Ya… no… más –Le dije lentamente –No voy a seguir fingiendo, necesito tiempo para pensar qué voy a hacer con mi vida.

-Está bien -Dijo decepcionada. Ella no se rendía a la idea de que todo entre nosotros había terminado desde hacía años… años antes de conocer a mi perdición. Mi cisne. Mi Swan.

La familia se fue el viernes y yo me dirigí a cazar en los alrededores. Tuve suerte con un león de montaña y regresé a casa… Tenía poco tiempo para pensar en qué haría con el resto de mi eternidad.

…oOo…

Y de pronto, sin saber cómo llegué a eso, mi sueño se estaba haciendo realidad. Estaba besando a mi cisne, regalándole placer, abriendo mi pecho para desnudar mis sentimientos…

E Isabella desnuda frente a mí… rogándome que me quedara, que nos diera una oportunidad, que "probáramos" durante el fin de semana… diciéndome que pasara lo que pasara ella abandonaría a Edward…

Mi pequeño cisne había demostrado que su cuerpo necesitaba del mío, y yo estaba hambriento del suyo, perfecto, joven, suave, cálido y virginal.

Dos orgasmos… dos orgasmos que casi me hacen encremar mis putos pantalones de placer… Isabella era un volcán, y cuando hiciera erupción incendiaría todo a su paso… Y yo quería ser el catalizador, yo quería ser el maldito suertudo que consiguiera a la chica perfecta para sí mismo.

Mis mundos oscuros no importaban, mi cisne redentor limpiaba todo a su paso… pero aun así le advertí lo que soy. A ella no le importó, pude ver lo sincera que era el decirme que quería una oportunidad conmigo a pesar de todo.

-Mi pequeño cisne curioso quiere probar? –Pregunté divertido con sus palabras, con su inocencia, con su falta de malicia… –Entonces me lo vas a tener que pedir Swan… -Dije sonriendo, perverso… y pude sentir y oler su creciente excitación –Me vas a tener que pedir que te haga el amor.

-Yo… -Pude sentir su pudor, su pequeño lapsus de indecisión y luego su certeza absoluta –Jasper… quiero que me hagas el amor –Me pidió tímidamente.

Nunca he escuchado palabras más sexi en mi vida, la tomé en mis brazos, desnuda como estaba, y la besé fuerte, duro, con el sabor de su sexo en mi boca, y ella gimió, gimió de placer.

La saqué de la habitación de Edward, no quería que nada de lo nuestro le recordara a él, y la llevé a mi estudio, donde tenía un enorme diván, ideal para todas las cosas que pensaba hacerle a mi cisne bonito… a mi cisne perverso… perverso como yo.

La deposité con cuidado en el diván sin dejar de besarla, y ella entrelazó sus delicados dedos en mi cabello, como para que no me fuera, como para retenerme…. Como si lo necesitara! Esta mujer era mi maldita perdición.

-Repítemelo –Le dije tomando uno de sus pezones en mi boca.

-Jasper… por favor… por favor hazme el amor! –jadeó, y supe que lo decía de verdad. Luego una ola de vergüenza la atacó y sus mejillas y su pecho de ruborizaron.

-Dímelo… qué estás pensando? –Le pregunté mientras acariciaba su piel de porcelana. No permitiría secretos entre nosotros.

-Tú… este… tienes toda tu ropa puesta-Dijo ruborizándose aún más.

-Sácamela Swan… Sácamelo todo –Le dije dándole espacio para que sus manos maniobraran.

-Levanta los brazos –Me pidió y sus manos se acercaron al borde de mi camiseta para retirarla. Una vez que mi pecho estuvo desnudo ella me abrazó y rozó su piel con la mía, creando una ficción increíble… puro deseo y electricidad –Tus pantalones –Dijo y trató de desabrocharlos, pero se demoró demasiado y yo simplemente me los arranqué como había arrancado cada prenda que ella llevaba puesta y quedé desnudo frente a ella. Mi pequeño cisne jadeó, supongo que de la impresión de ver a un hombre desnudo.

-Bésame Swan… acércate y bésame –Le ordené… pero en mi interior estaba rogando, rogando porque ella viniera hacia mí.

Ella se acercó y con fuerza se colgó de mi cuello y me besó apasionadamente, pegando su cuerpo al mío, ambos jadeantes de necesidad.

Me concentré en tratar de no proyectar mis emociones, quería que ella hiciera lo que quisiera hacer, sin más manipulaciones de mi parte… Su deseo no disminuyó.

Mi mano bajó por su estómago para hundirse entre sus piernas. Ella arqueó su cuerpo para permitirlo.

-Mierda Swan! Estás tan mojada! –Le dije al oído.

-Para ti… por ti –Respondió ella besando mi pecho. Yo acaricié su sexo una y otra vez, metiendo primero uno y luego dos dedos en su entrada, de modo de dilatarla, de prepararla para mi invasión.

-Jazz… Uuuummm… no puedo más! Voy a estallar! –Gimió.

-No nena, tú vas a estallar cuando yo te lo diga –Dije cruel, y bajé la intensidad de mis caricias para alargar su placer. Sus manitas recorrieron mi cuerpo, y pareció gustarle particularmente la zona de mis glúteos y hombros, ya que ahí centró sus caricias.

Me recosté en el diván con ella sobre mí y seguí acariciando su sexo y lamiendo sus pechos… la lujuria viajaba en espiral de uno al otro, sus estremecimientos de placer literalmente se convertían en los míos y la quería devorar, hacer mía en cada sentido, encerrarla, castigarla por cada pensamiento que hubiera tenido con otros… con mi hermano…

Ella se sentó sobre mi estómago y pude sentir su sexo mojado restregarse contra mí, buscando la anhelada fricción.

-Isabella… pídemelo de nuevo –Le dije con voz ronca.

-Hazme el amor Jasper! -Exclamó

-Otra vez! -Grité

-Jazz, hazme el amor! -Rogó

-Otra puta vez! –Grité.

-Cógeme Jasper, cógeme por favor! –Gritó ella, y yo la tomé por las caderas y la senté en mi erección de una sola vez, relajando su cuerpo con mi don, absorbiendo su dolor y dando paso sólo al placer.

-Aaaaaah! Jassssssspeeeeeeeeeeer! –Gritó ella mientras yo comenzaba a moverme lentamente en su interior, rotando mis caderas, tratando de alcanzar la mayor cantidad de puntos del placer. Mi don me ayudó en esa exploración, sabiendo qué le gustaba y qué no, pude enloquecerla de gozo.

-Te gusta así nena? Solo yo… sólo yo… dilo! –Le exigí, loco de pasión por esta niña que se entregaba a mi por primera vez.

-Mmmmmmmh… sólo tu Jasper… nadie más, sólo tú… -Gimió ella arqueando su espalda, haciendo que su larga mata de cabello rozara mis rodillas.

Con una de mis manos comencé a acariciar sus pezones erectos, y con la otra me concentré en su clítoris. Ella tenía los ojos cerrados y su cabeza se movía de un lado al otro en desesperación.

-Abre los ojos pequeño cisne… -Le dije. Ella se negó con la cabeza, perdida en las sensaciones, y yo pellizqué su pezón para llamar su atención. Gritó y gimió, y sus ojos se fijaron en los míos mientras el ritmo infernal de nuestros cuerpos unidos no se detenía, me cabalgaba y yo la tocaba, y creí morir mil veces al verla unida a mí.

-Míranos –Demandé –Mira como nuestros cuerpos encajan perfectamente, mira cómo te cojo, mira como entro y salgo de ti… -Le dije sentándome para robarle un beso, lleno de deseo, lenguas y pasión.

-Oh! Oh! Jazz… creo… Mmmmmh… Oh dios! Voy a acabar! –Gritó y yo aceleré el paso a una velocidad sobre humana y sentí como mi propio cuerpo se tensaba en busca de su alivio… Ella gritaba y yo rugí como un endemoniado mientras llegábamos a nuestro clímax juntos.

El volcán había hecho erupción y me había arrastrado quemándome por dentro… muerto… estaba putamente muerto por la pasión de mi dulce cisne…

Ella había colapsado sobre mi cuerpo y nuestros cuerpos se pegaron con su sudor, quedando una masa deforme de brazos, piernas y torsos, nuestras bocas a pocos centímetros la una de la otra.

-Te adoro y eres jodidamente mía Isabella –Le dije respirando el aire de su boca.

-Mmmmmh… -Gimió ella como una gatita.

-Dímelo Swan! –Rugí –Dime que eres sólo mía, ya no hay vuelta atrás… te voy a seguir hasta que el puto mundo explote!

-Tuya nene, sólo tuya… -Dijo ella suavemente al borde del sueño.

-Dímelo otra vez! –Dije tirando de su cabello para acercarla a mi aún más y besarla con furia.

-Tuya Jazz… -Bostezó –Tuya y de nadie más.

…oOo…


Dejé a Isabella dormir por algunas horas sobre mí mientras yo hacía planes en mi cabeza… podría ella dejarlo todo por mí de un día para otro? A ella le faltaban sólo un par de meses para graduarse, a pesar de mi egoísmo no quería quitarle esa vivencia que atesorar… ya después sería sólo mía.

Cuando ella despertó la llevé al baño donde nos duchamos juntos. Me arrodillé frente a ella y lavé su sexo, viendo correr por el drenaje su sangre virginal… Ella me dejó hacer mansamente, acariciándome como si estuviera calmando a una fiera… ella era mi calma, mi vida y mi oportunidad de ser feliz.

Luego fuimos a la cocina donde se preparó algo para almorzar y yo la observé moverse desnuda… no permití que una prenda de ropa ensuciara mi más hermosa visión… luego volvimos a mi estudio, donde le hice el amor pausadamente, por horas, hasta volverla loca y dejarla ronca de tanto gritar mi nombre.

La noche pasó entre su sueño y nuestra pasión, y ella debió repetir mil veces que era mía, que me pertenecía, yo necesitaba sentirlo, ya que sabía que no me lo merecía.

-Te amo Swan, eres mi puta vida… todo lo que soy, lo bueno y lo malo… y créeme que lo malo supera a lo bueno… pero todo es para ti… no me traiciones Swan… dime que eres mía –Le pedí.

-Tuya nene… sólo tuya –Me decía y repartía besitos en mi cara y pecho, y me volvía a encender y el ciclo volvía a comenzar.

…oOo…

El domingo despertó nerviosa. No tenía ropa qué ponerse y la familia llegaría cerca del mediodía.

Le presté algo de ropa de Esme (no quería ensuciarla con ropa de Alice) y la acompañé a su casa donde tomó una ducha y se puso su propia ropa.

-Jazz… tengo miedo… -Me confesó, aunque yo ya lo sabía.

-Lo sé… pero tienes que decidir… qué es lo que quieres? Porque ya tuvimos nuestro fin de semana Swan… ya tuviste tu fin de semana de "prueba"… ahora decide… te quedas conmigo?

-Me deseas aún? –Preguntó ella, siempre insegura.

-Por siempre –Respondí –Te llevo bajo mi puta piel cisne perverso… no sé qué mierda has hecho conmigo, pero soy tuyo.

-Yo… quiero estar contigo –Me dijo –Voy a terminar con Edward… vamos a enfrentarlo todo juntos… pero me da miedo.

-Miedo a qué?

-A… decepcionarlos a todos… a la traición que cometí con Edward…

-No tienes que enfrentar nada si no quieres… nos podemos fugar –Le propuse sintiendo que la furia me consumía al oírla mencionar a Edward.

-Fugar?... me gusta la idea, pero Charlie… no, no le puedo hacer eso… -Dijo tristemente.

-Entonces es enfrentarlos… -Le dije.

-Enfrentarlos –Dijo ella.

-Dímelo otra vez Swan…

-Soy tuya Jasper… -Susurró.

-No me mientas! –Exclamé sin confiar en mi don que me decía que ella era sincera.

-No te miento nene, tuya hasta el fin… -Me dijo acariciando mi cabello.

Sí… ella sabía cómo calmar a la bestia.

La senté en mi regazo y me dediqué a decirle todas las cosas sucias que le haría cuando volviéramos a estar solos. Pude sentirla mojarse ante la sola mención del placer que le entregaría

Al medio día, tomados de la mano, nos subimos a su camioneta. Había llegado la hora de enfrentar a mi familia, y que nos lleve el demonio a todos si no me quedaba con mi chica al final!

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Ahí lo tienen! El fin…

Ustedes saben lo difícil que es condensar para mí. Lo hice bien? Les gustó este Darksper?

Reviews=love=susurros de Jasper en la oscuridad

viernes, 23 de diciembre de 2011

Oscura Obsesión 2

Hola chicos, aquí les dejo la segunda parte de esta historia. Espero que les guste tanto como a mí me gustó a mí escribirla.

Les confieso que no se acaba aquí… al final debí dividirla en 3 partes. Lo sé! No sé condensar… pero es mejor para todos, así tenemos más Darksper que disfrutar.

Lean el poema que comienza el cap., es de Pedro Matta y uno de mis favoritos!

Abrazos y no olviden regalarme su opinión.

Cariños y que disfruten!

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Oscura Obsesión 2


-Por favor qué Isabella? Pídemelo y tal vez te lo daré –Dijo mientras el placer seguía creciendo y creciendo, estaba a punto… y luego nada.

Gemí.

Lo golpeé.

Lo maldije.

Y lo besé.

…oOo…

Me da miedo quererte. Es mi amor tan violento

que yo mismo me asusto de mi modo de amar;

de tal forma me espanto mi propio pensamiento

que hay noches que no quiero dormirme para soñar.

No sé lo que me pasa. Pero hay veces que siento

unos irresistibles deseos de matar:

respiro olor a sangre y luego me arrepiento

y me entran unas ganas muy grandes de llorar.

¡Oh, si en estos momentos pudiera contemplarte

dormida entre mis brazos!…, si pudiera besarte

como nunca hombre alguno a una mujer besó…

después rodear tu cuello con un cordón de seda

y apretar bien el nudo, ¡para que nadie pueda

poner los labios donde feliz los puse yo!

Me da miedo quererte/Pedro Matta


Bella POV

Él respondió a mi beso con renovado entusiasmo, y el deseo se fue formando nuevamente en mi bajo vientre, y mi sexo me dolía de la insatisfacción… necesitaba algo que Jasper me negaba… algo que estaba tan cerca… al alcance de mis manos, y luego desaparecía. Yo era la epítome de la frustración.

-Pídemelo Swan… -Me dijo desafiante, lamiendo mi cuello.

-Jasper… por favor… -Dije tratando de besarlo de nuevo, pero se negó, él era más alto y controlaba mi cabeza enredando sus dedos firmemente en mi cabello.

-Eres… eres un… maldito cretino! –Le dije furiosa mientras restregaba mi pelvis contra su erección.

-Exactamente… no soy tu caballerito andante… no soy bueno reprimiendo mis impulsos, no te lo habían dicho? –Preguntó burlón. Y entonces caí en cuenta. Jasper tenía problemas acallando toda clase de impulsos… no sólo su hambre por sangre humana… un escalofrío recorrió mi espalda, y loca de deseo, del deseo que Jasper controlaba, le dije

-Jasper… deja de jugar conmigo… deja de manipularme…

-Prefieres que te haga correrte con mis manos? O con mi lengua –Me preguntó –Porque sé lo que necesitas, y te lo puedo dar sin tocarte… qué eliges, Swan…? –Me preguntó.

-Aaaah… Jasper detente… -Dije más allá de la calentura.

-Ya no te estoy manipulando, somos sólo tú y yo Isabella –Dijo y volvió a besarme mientras una de sus manos se dirigió a mis pechos y retorció suavemente mi pezón. La bola de fuego en mi vientre estalló y mis rodillas dejaron de sostenerme.

-Oh dios! Oh mierda! Jasper! Aaaaaah! –Grité mordiendo su camiseta a la altura de sus hombros de piedra.

-Mierda Swan! –Exclamó él y me abrazó con fuerza, respirando agitadamente en mi cuello… mañana tendría moretones.

Jasper me sostuvo entre sus brazos y me llevó al sofá más cercano, donde me depositó con cuidado.

-Jasper… me voy a mi casa –Dije casi inconsciente.

-No te vas a ninguna maldita parte, no estás en condiciones de conducir -gruñó.

-Demonios –Mascullé -Eso fue… wow!

-Lo habías sentido antes? –Me preguntó luciendo por fin satisfecho.

-Nunca… es mi… primer… -No pude decirlo. Me daba vergüenza.

-Dilo Isabella! –Dijo él frunciendo el ceño.

-No!

-Me vuelves loco con tu presencia, con tu olor y tu inocencia, con tus ganas locas de correrte, pero no eres capaz de decir la palabra orgasmo? –Espetó burlón.

-Orgasmo! –Dije desafiante.

-Dilo de nuevo –Dijo él besando mi cuello.

-Orgasmo…! –Dije y él pellizcó uno de mis pezones por sobre la ropa. Yo gemí de placer y dolor.

-Esa es mi niña sucia… el volcán que va a explotar… como quisiera ser el catalizador… -Dijo contra mi piel.

-De qué hablas? –Pregunté confundida, mi cuerpo estaba relajado y mi sexo se sentía más mojado que nunca.

-De ti Swan… del deseo inexplicable que me provocas, de las ganas que tengo de enterrarme en ti, de lamerte, de conocer cada rincón de tu cuerpo.

-Pero… pero… Alice… Edward…

-Ellos no existen! Una vez que seas mía nada existe! –Dijo violento, lanzando dagas con su mirada.

-Tu no me amas… tu me quieres poseer…

-Sí, poseerte, ser tu dueño, el amo y señor de tus orgasmos, de tus suspiros y de tu cuerpo… quiero que seas mía y que lo demás se vaya al demonio! –Gritó violento y chocó sus labios con los míos. Mi cuerpo traidor dejó salir a mi puta interna y me dejé besar y lo besé con toda mi pasión, con todas mis ganas reprimidas.

-Tu placer es mi placer Swan… -Me dijo con una sonrisa malvada –Y yo soy un ser esencialmente hedonista.

Mi conciencia, o lo que quedaba de ella sabía lo peligroso que era este juego, sabía que estaba arriesgando el amor puro y casto de Edward y la amistad de Alice a cambio de un fin de semana de… de… de placer infinito. Jasper y su don eran capaces de hacerme llegar a mi clímax sin ni siquiera tocarme, pero él tenía razón… sería tanto más divertido si lo hiciera…

-Jasper yo… nunca… yo soy virgen –Le dije sonrojándome.

-Lo sé –Dijo mientras olisqueaba mi cuerpo desde mi cuello hasta mi sexo, en un gesto sensual, animal.

-Y… y lo voy seguir siendo…? -Le dije insegura. Sonó como una pregunta.

-Mierda! no te voy a violar Isabella… para cuando termine contigo vas a estar rogándome para que te coja como la descarada que sé que eres.

-Estás haciendo muchas promesas… estás seguro de que puedes cumplir? –Le pregunté desafiante. Él fijó sus ojos en mí y me enfrentó, su rostro a sólo un par de centímetros del mío.

-Dudas de mí? –Dijo y comencé a sentir nuevamente el cosquilleo en mi sexo, la presión en mi bajo vientre… froté mis piernas buscando fricción, él no me estaba tocando y sabía que así como me podía dar placer me lo quitaría si no me comportaba como él lo deseaba.

-N…No… Aaaaah… Jasper por favor… -Gemí.

-Por favor qué? Por favor qué Swan? Pídemelo… grítalo! –Me dijo, y las sensaciones se hicieron increíblemente poderosas… estaba al límite, transpirando, respirando como si hubiera corrido una maratón, y por mi mente corrían toda clase de pensamientos impuros, imágenes sucias que una niña inocente como yo no debería conocer, pero que en mi curiosidad eterna había encontrado… internet, revistas, libros… cada escena sensual que alguna vez había visto o leído estaba pasando frente a mis ojos cerrados.

-Dámelo Jasper! Yo sé que tú también lo necesitas! –Grité retorciéndome de placer.

-Oh… pero es mucho más divertido torturarte pequeño cisne… -Dijo y su mano se posó sobre mi monte de venus por sobre mis jeans –Puedo sentir tu humedad… tu olor es delicioso… quítate los pantalones –Me ordenó.

-No!

-Quítatelos y te voy a dejar correrte Isabella… de lo contrario puedo torturarte día y noche… sé que nadie te va a echar de menos –Dijo con voz ronca y sonrió. El muy maldito.

-Jassssssspeeeeer! Aaaaaaaaaagh! Por favor! –Gemí.

-Me lo pides por favor? Siempre tan correcta Swan… qué quieres? –Dijo subiendo mi camiseta y lamiendo mi ombligo. Su lengua fría contrastaba exquisitamente contra mi acalorado cuerpo.

-Quítame los pantalones, déjame correrme! –grité.

-Eres una niña sucia Isabella… me encanta lo que hemos logrado en menos de un día… adoro tu pasión… -Me dijo acariciando mi cabello como si fuera una mascota para luego rasgar mis jeans de mi cuerpo.

-Oooh! –Dije entre el dolor y la excitación.

-Braguitas de algodón… tan dulce –Dijo posando sus dedos en el borde de mis pequeñas bragas –Estás se van a ir… lo deseas Swan… cisne bonito… cisne perverso… deseas que pruebe tu sexo?

-Dios! –Podía este hombre ser más sexi? Cómo nunca lo había notado? Cómo negarme cuando lo único que me regía en ese momento era mi puta interna, que deseaba montar a Jasper como una vaquera loca. Jasper caliente, boca sucia Whitlock… irresistible bastardo –Sí… sí sisisisisi!

Sin más Jasper destrozó mis inocentes bragas de algodón blanco y abrió mis piernas, observándome como un cazador a su presa. Su intensa mirada me hizo sentir vergüenza, nunca un hombre me había visto ni siquiera parcialmente desnuda, pero no pude concentrarme en nada más que en el latir mi sexo, necesitando su toque, deseando lo que estuviera dispuesto a entregarme, y al demonio todo lo demás.

-Perfecta… lo sabía… mi cisne hermoso… eres perfecta –Dijo y tomó mi clítoris entre sus labios, chupando suavemente, y volviéndome loca de placer… lo que me hizo agarrar mechones de su cabello rubio y restregar su cara contra mí. Sus dedos comenzaron a explorar mis labios lubricando mi sexo y sentí que mi orgasmo estaba ahí, al alcance de la mano… sólo faltaba un pequeño empujón… sólo…

Con uno de sus dedos me penetró lentamente, una, dos, tres veces, y me corrí fuerte, duro, y grité y me removí en éxtasis, gimiendo su nombre, maldiciéndolo por este placer tan intenso, pero él no se detuvo, si no que siguió lamiéndome, bebiendo cada gota de mis jugos hasta que mi sexo estaba demasiado hipersensible para su lengua perversa.

-Ambrosía… el manjar de los dioses –Dijo incoherente suspirando y descansando su rostro en mi estómago –Eres pura ambrosía –Y hundió su lengua en mi ombligo. Yo reí, me hacía cosquillas, y acaricié su rostro tierna, lánguidamente.

-Quién eres, Jasper Whitlock? –Le pregunté casi retóricamente, perdida en mi nuevo mundo de orgasmos, lenguas perversas y pasión.

-Un demonio –Respondió secamente.

-No… un ángel –Le dije delineando sus rasgos con mis dedos.

-No sabes nada de mis más oscuros secretos Swan… ahora quiero verte desnuda! -Me dijo súbitamente rasgando mi camiseta y mi sostén con un movimiento de su muñeca.


-Jasper! –Dije sorprendida más que ofuscada. Él ya había destrozado el resto de mi ropa, qué más daba una camiseta y m ropa interior? –No me importa lo que hayas hecho… -Le dije -lo que importa es quién eres ahora…

-Soy la maldad encarnada, un maldito, un guerrero, un asesino –Me dijo mirándome atentamente.

-Debes tener cualidades que te rediman -Le dije segura, confiada y perdida en sus ojos –Alice las debe haber visto…

-Ella vive en el futuro e ignora el pasado –Respondió con desprecio–Ella sólo ve lo que quiere ver.

-Esta familia te aceptó –Le dije aun acariciando su rostro perfecto.

-Por Alice… pero en realidad todos ellos me desprecian… porque ellos saben quién soy –Dijo comenzando a enojarse de nuevo… oh Jasper! Por qué tan extremo en tus reacciones?

-Por qué yo Jasper? –Le pregunté –Por qué me dices estas cosas a mí?

-Porque no eres mía… -Respondió –Porque casi te mato en mi obsesión por poseerte, por tu cuerpo, tu esencia, unas gotas de tu sangre. Porque eres la mujer del que llamo mi hermano y porque odio cada momento en que no me perteneces. Porque soy un bastardo que te desea como no ha deseado nada antes, pero que no se merece el cielo que está probando… porque este fin de semana es todo lo que tengo antes de partir –Escupió con los ojos llenos de furia.

-Partir? –Pregunté aterrada. Después de lo que habíamos compartido él no podía… no podía dejarme verdad?

-Crees que me puedo quedar después de todo esto? Que me voy a quedar a ver tu felicidad mediocre con Edward? Que voy a volver a tocar a Alice después de ti? –Preguntó mirándome, esa mirada inquisidora.

-Felicidad mediocre? –Pregunté.

-Felicidad a medias… por que no conoces nada mejor. Yo te puedo hacer vivir de verdad –Dijo hundiendo uno de sus dedos en mi sexo.

-Aaaagh! –Gemí arqueando mi espalda –Eso es sexo, no felicidad!

-La compatibilidad sexual es algo raro pequeño cisne… más rara que lo que tu llamas amor… créeme, lo siento en todos quienes me rodean… y sé que tú y yo juntos… las cosas que te podría enseñar…

-Qué? –Pregunté con los ojos semi cerrados mientras mi pelvis se movía en conjunto con su dedo enterrado en mí.

-Nuestra pasión podría incendiar la casa –Afirmó.

-Y el amor?

-Tú no amas a Edward –Me dijo como si nada.

-Claro que sí! –Me defendí sin ganas.

-No, no lo amas, lo quieres, estás acostumbrada a él…

-Y tú si me amas a mí? –Lo desafié tratando de cerrar mis piernas y atrapar su mano en mí.

-Yo te necesito, te respiro, te vivo… yo te llevo en el veneno que recorre mis venas… yo maldigo el día en que te conocí, por no haber llegado a ti primero… maldita sea Swan! –Dijo sacando su dedo de mí y poniéndose de pié –El mío es el amor más enfermizo, malsano y perverso de todos, Isabella! –Y dicho esto se llevó el dedo que estuvo en mi interior a la boca –Ambrosía –Repitió cerrando los ojos. Luego su vista se enfocó en mi cuerpo desnudo y me dijo –Así es como te voy a recordar, mi cisne precioso… por siempre desnuda para mí…

-Jasper –Dije sentándome –No te puedes ir!

-Nada me retiene –Dijo alejándose.

-Yo… no quiero que te vayas… -Le pedí.

-Y eso qué? Vas a decirle a Edward que lo dejas por mí? Por un demonio, un salvaje? Mi amor te va a destruir Swan… -Me advirtió.

-Y qué puedo hacer? Tú mismo lo dijiste, yo no amo a Edward… no voy a seguir con él hagas lo que hagas… Pero si es verdad lo que dices… si es verdad lo que existe entre nosotros…

-Si es verdad qué? Te ahogarías, te sofocarías… me rogarías por un soplo de aire, por tu puta libertad!

-No! No… Jasper por favor! –No sabía si no rogar que no me quitara su presencia… ya no quería vivir sin esa pasión que él me prometía.

-Ya no voy a mentir más –Me dijo mirándome intensamente –No voy a seguir escondiendo mis pensamientos ni mis actos… Si veo a Edward volver a tocarte una vez más lo destruyo! –Amenazó.

-No! Edward no va a volver a tocarme! No Jasper… cómo podría? Quiero creerte… quiero probar…

-Probar?

-Demuéstramelo… tenemos este fin de semana para que me puedas probar lo que me dices… Si funcionamos te quedas por mí y afrontamos juntos a la familia… Pero si no, te largas como querías y yo voy a terminar con Edward de todas maneras –Le propuse.

-Mi pequeño cisne curioso quiere probar? –Preguntó como divertido con mis palabras –Entonces me lo vas a tener que pedir Swan… -Dijo con su sonrisa maléfica… esa que me hizo mojarme un poquito más –Me vas a tener que pedir que te haga el amor.

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Y? Gustó? Regálenme sus reviews y Darksper les susurrará cochinadas al oído.

Oscura Obsesión 1

Hola chicos, aquí me tienen publicando de nuevo, esta vez un One shot en dos partes (o two shot) dedicado a Ro Ro Hale que quería un Darksper con una Bella humana… veamos si he logrado complacerla.


Un abrazo a quienes me siguen y espero que disfruten!


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  1. Oscura Obsesión: Parte 1

No descuidaré

regalarte mis delirios.

Me conectaré con el cuerpo al olvido.

Despiértame,

sin dañar mis emociones.

No sé, espero que

se apaguen mis temores.

Despiértame /Nicole

Bella POV

Mi turno de viernes por la tarde en Newton´s fue extenuante. No tanto por que trabajara demasiado, sino porque nuevamente debía repeler los avances de Mike, que tenía la molesta costumbre de arrinconarme en la bodega o en rincones oscuros para invitarme a salir. Maldito idiota que no entendía que no es no!

Ese fin de semana lo pasaría sola, ya que los Cullen en pleno habían salido a cazar, por lo que provecharía de adelantar trabajo en mis tareas de la escuela, que estaban francamente dejadas de lado a cambio de seguir a Edward y Alice en cada una de las múltiples actividades que se les ocurría.

Llamé a Charlie para saber a qué hora llegaría a casa y me dijo que me esperaría para cenar, ya que el fin de semana se iría de pesca con unos amigos y quería pasar tiempo conmigo. Pobre Charlie, nunca se le dio bien el hablar, menos de sentimientos, pero yo sabía lo culpable que se sentía por no estar en casa conmigo… por no ser un padre más presente… no es que me importara demasiado, ya que yo disfrutaba del tiempo para mí misma… Cuando lograba tener tiempo para mí.

Parecía que siempre estaba embarcada en alguna actividad con Alice o Edward, era como si desde que regresamos de Italia su meta en la vida fuera mantenerme ocupada las 24 horas del día, por eso era tan extraño que me hubieran dejado sola todo un fin de semana.

Y no me malentiendan! Por supuesto que amaba a Alice y a Edward, pero ambos por si solos y sobre todo en conjunto, resultaban un poco… demasiado.

Era como si conscientemente estuvieran tratando de evitar que yo tuviera tiempo para pensar…

Y necesitaba pensar! Desde nuestro regreso a Italia Jacob no me hablaba, Charlie me tenía castigada de por vida y yo había perdonado a Edward sin pensar si se lo merecía o no. Mi corazón me decía que lo necesitaba y simplemente habíamos caído en la misma rutina de antes de que me dejaran… como si aquí no hubiera pasado nada.

Pero yo había cambiado… lo sentía en mi interior… una Bella más fuerte, más independiente, que aún no había tenido la oportunidad de probarse a sí misma, pero que pronto lo haría… en cuanto tuviera la ocasión.

Por eso estaba tan contenta de tener este precioso fin de semana, un espacio para mí, para pensar y decidir qué quería hacer de mi vida… y ponerme al corriente con la escuela.

Esa noche preparé una cena especial para Charlie, y puse especial esfuerzo en conversar con él durante la cena. Él pareció complacido y hasta se quedó un rato extra en la cocina ayudándome a lavar los platos.

-Estás segura de que vas a estar bien sola todo el fin de semana? –Preguntó por enésima vez mientras secaba los cubiertos.

-Si papá –Dije con voz cansada –Tengo montones de tarea que adelantar…

-Mmmmm –Gruñó –No me gusta nada dejarte sola, especialmente con ese Edwin rondándote de nuevo… -Dijo –Recuerda que estás castigada! No puedes tener visitas y debes estar en casa antes de que se ponga el sol.

-Lo sé papá… Dios! Ya tengo 18 años, puedo comprender instrucciones simples, sabes? Además es Edward, no "Edwin" y él se fue con su familia a acampar por el fin de semana –Le dije medio cabreada.

-No te me hagas la sabelotodo Bells –Me dijo –Puede que tengas 18 años o 45, pero mientras sigas viviendo bajo mi techo…

-…debo seguir tus reglas, ya lo sé –Le dije.

-Bien, ahora dale un abrazo a tu padre y no te enojes conmigo, que todo lo hago pensando en tu bienestar.

-Lo sé papá –Le dije dándole un medio abrazo un poco incómodo. Ninguno de los dos era bueno con las muestras de afecto.

-Ahora a la cama! -Me dijo haciéndose el duro. Yo obedecí subiendo al segundo piso, fui al baño, me lavé los dientes y me acosté. En cuanto mi cabeza tocó la almohada me quedé dormida.

…oOo…

Al día siguiente desperté a las 9:04 am de acuerdo a mi reloj despertador, y me sentí inusualmente descansada y libre. Este era mi día y haría con él lo que quisiera!

Partí por darme una larga ducha y me lavé el pelo dejándolo que se secara al aire. Era una linda mañana de primavera y no hacía demasiado frío.

Desayuné cereal con leche y me lavé los dientes y luego cepillé mi cabello… se estaba poniendo demasiado largo, tal vez debería cortármelo… aunque a Edward le gustaba así como estaba… qué hacer? Suspiré y decidí no decidir nada por ahora.

Me vestí con una camiseta vintage que Edward y Alice aborrecían y unos jeans desgastados y ajustados al cuerpo. Complementé mi atuendo con mis zapatillas Converse y me sentí como una verdadera rebelde, una rock star en mi fin de semana libre. Libre de todos y de todos… menos la tarea.

Mejor salía de eso cuanto antes, tenía que escribir un ensayo de literatura sobre el rol de las mujeres en el siglo XIX, haciendo una comparación entre varios libros de las hermanas Bronte y Jane Austen, un ensayo que valía el 30% de mi calificación final.

Pero al buscar los libros que necesitaba me di cuenta de que mi copia de Jane Ayre no estaba por ninguna parte… Y haciendo memoria recordé que la había dejado en la habitación de Edward la última vez que lo había visitado.

Demonios! Tendría que ir a casa de los Cullen a buscar mi copia antes de comenzar, o interrumpiría mi trabajo más adelante de todas maneras.

Tomé las llaves de mi camioneta y partí rumbo a la mansión. Yo tenía una llave para casos de emergencia, y me pareció que este definitivamente clasificaba como una emergencia… necesitaba mis notas altas para poder acceder a una buena universidad por mí misma y no por que los Cullen le pagaran una burrada de dinero al rector.

Al llegar a la mansión me estacioné junto a la puerta y usé mi llave para entrar. Subí rápidamente al tercer piso y entré a la habitación de Edward. Justamente, sobre su sofá estaba mi libro.

Lo tome con un suspiro de alivio y casi me muero del susto cuando una voz a pocos centímetros de mi cuello me dijo

-Y tú qué demonios haces aquí?

Me giré alarmada, esa era una voz a la que no estaba acostumbrada… él nunca hablaba en mi presencia… rayos! El rara vez estaba en mi presencia!

-Jasper! –Exclamé –Lo… lo siento… mi libro –Dije mostrándole mi maltratado ejemplar.

-Es que no sabes lo peligroso que es para ti estar a solas conmigo? –Dijo sin retroceder ni media pulgada… estaba invadiendo mi espacio personal a propósito para amedrentarme… y estaba funcionando -Qué haces aquí Swan? –Preguntó mirándome a los ojos. Los suyos estaban del color del oro derretido, por lo que no estaría hambriento… pero eso no me hizo sentir segura, todos se habían encargado de advertirme… Jasper es peligroso, su control es el más débil de toda la familia…

-Se me quedó mi libro –Respondí mirando al suelo. Su mirada era demasiado intensa y parecía quemarme.

-Es una lástima… -Dijo como para sí mismo -Una verdadera lástima.

-Jasper… yo… tu… no me harías daño verdad? –Le pregunté mientras él acercaba su rostro a mi cuello y aspiraba profundamente.

-Daño? –Me preguntó –Eso es lo que temes? Que te haga daño? –Rió siniestro –No Swan, no te voy a hacer… daño.

-Jasper… por qué estás aquí? Por qué no estás con los demás en Canadá? –Le pregunté levantando la vista. Él seguía cerca de mí, pero no quise demostrarle mi miedo retrocediendo. Aunque él pudiera sentirlo.

-No me dio la gana ir a Canadá –Respondió con una sonrisa maligna, y su respuesta rebelde me hizo darle una segunda mirada… Jasper no vestía su ropa usual elegida por Alice, nada de ropa de diseñador esta vez. No, él vestía una camiseta negra sin mangas que revelaba sus musculosos brazos y múltiples cicatrices, apenas visibles. Yo las reconocí por que hacían juego con la que yo tenía en la muñeca de la mano izquierda. La que me regaló James.

Jasper vestía además jeans desgastados y ajustados y botas vaqueras… Oh mierda… casi me relamí al verlo de cuerpo entero, y lo peor? Él se dio cuenta.

Me sonrojé como una idiota por estar embobada mirando a mi cuñado y él volvió a reír… en estos minutos con él lo había visto reír más que en todo el tiempo que lo conocía, pero no era una risa alegre, era oscura, misteriosa… escalofriante.

Me pregunté por un momento si saldría viva de esa casa… y luego me pregunté qué se sentiría tener los labios de Jasper en mi garganta, bebiendo de mí, saciando su eterna sed… y me produjo un delicioso cosquilleo en mis entrañas. Me sonrojé otra vez.

-Eres un espécimen extraño Swan… lo sabes verdad? –Me preguntó.

-Así dicen… -Me encogí de hombros – Por qué me llamas Swan? –Le pregunté.

-Porque tú quieres ser llamada "Bella", y yo odio ese sobrenombre –Dijo, sus ojos brillantes y una mueca de desagrado.

-P…Por qué? –Pregunté.

-Porque ese es el nombre de una niña, pero tú eres ya una mujer –Me dijo caminando alrededor de mí, observándome, evaluando mis reacciones. Quise salir corriendo, su escrutinio me tenía incómoda, pero me paralicé, como siempre que tenía miedo. Además él me alcanzaría antes de llegar a la puerta de la habitación.

-Y cómo me debería hacer llamar? –Le pregunté.

-Isabella –Dijo mi nombre con voz ronca –Ese es el nombre de una mujer de verdad, una mujer con deseos y sueños… y yo conozco tus deseos… lo sabes verdad?

Yo enrojecí violentamente. Por supuesto que Jasper sabría de mi despertar sexual, de mis deseos de amor físico, de mi constante frustración con Edward. Desde que Edward había regresado era como si yo estuviera en celo, siempre deseando algo que sabía que no podría conseguir.

-Me… me voy –Le dije dando un paso al frente, pero él se interpuso en mi camino.

-Tienes idea de lo que me provocas Isabella? Lo que todo ese deseo reprimido provoca en mí? Lo que daría por… -Se detuvo y tomó un mechón de mi cabello, llevándoselo a la nariz y aspiró –Hueles a inocencia… es embriagador. Puedo comprender la obsesión de Edward contigo…

-Es por eso que… siempre me rehúyes? –Le pregunté envalentonada.

-Eso es cosa de la familia –Respondió –Prefieren mantenerme alejado de la tentación, pero yo no rehúyo a nadie, menos a un snack –Dijo y sonrió malévolo.

-Tú no piensas eso de mí –Le dije segura de lo que decía –O no me habrías salvado cuando sucedió lo de James… tú… tú me dijiste que yo… valgo la pena…

-Me sorprendes Isabella –Me dijo –Eres más astuta de lo que te daba crédito…

-Y tú eres menos educado de lo que yo te daba crédito –Respondí ofendida.

-Te han besado de verdad alguna vez? –Me preguntó cambiando el tema completamente, descolocándome.

-Yo… Edward… -Respondí mirándome las manos.

-No me vengas con mentiras! –Exclamó -sabes perfectamente que te puedo descubrir en cuanto salen de tu boca. Te estoy preguntando si alguna vez te besó un hombre de verdad –Me dijo tomando mi mentón entre sus dedos y bañando mi rostro con su aliento… una deliciosa mescla de especias y canela… intoxicante.

-N…no? –Me salió como una pregunta.

-Eso me imaginé –Me dijo, y antes de saber lo que estaba sucediendo sus labios chocaron con los míos en un beso abrazador. Ni siquiera se me ocurrió la posibilidad de negarme, sino simplemente busqué apoyo en él afirmándome de sus brazos mientras su lengua exploraba mi boca virgen de lenguas y pasión.

Jasper no fue gentil ni tierno como Edward, no me trató como una muñequita de porcelana que se podía romper en cualquier momento… oh no! Me besó duro, y yo entré en el juego junto con él, enrollando mi lengua en la suya, gimiendo como desesperada de algo que no podía identificar.

Antes de lo que me hubiera gustado me soltó y yo quedé con los ojos cerrados y boqueando como un pez fuera del agua.

-Lo sabía! –Dijo luciendo satisfecho –Eres un volcán Isabella… Un volcán a punto de estallar…

-Por qué hiciste eso? –Le pregunté avergonzada por mi reacción. Debí haberlo abofeteado o algo, recordarle que ambos estábamos comprometidos con otras personas… yo que sé, algo! Pero no, no hice nada porque ese beso había sido la cosa más excitante que me había pasado en la vida. Sentía mi corazón bombeando con fuerza y en mi estómago mariposas… y humedad entre mis piernas…

-Porque ambos lo necesitábamos –Me dijo –Yo no soporto la tensión sexual ni tus frustraciones Isabella… si tú quisieras yo podría encargarme de ti… satisfacerte, hacerte gritar de placer…

-Así es que yo soy tu nuevo caso de caridad? Adiós! –Le pregunté ofendida empujándolo. Él me tomó del brazo girándome y me volvió a besar.

Mis labios instantáneamente se abrieron para él y esta vez sus manos vagaron por mi cuerpo y me tocó en la cintura, las caderas y mis nalgas. Mi excitación creció y mis manos se aferraron su cabello rubio y desordenado, como tratando de forzarlo a darme lo que yo necesitaba… fuera lo que fuera aquello. Su lengua se movió por mi boca con confianza y decisión, y sus manos siguieron moviéndose por mi cuerpo como nunca nadie lo había hecho.

Mi bajo vientre concentró una bola de calor que fue creciendo y creciendo, hasta abarcar todo mi cuerpo, temblaba y gemía, y entonces… Jasper me volvió a soltar. Y me quedé caliente, mojada y frustrada.

-Eso es lo que me haces sentir… cada… puto… día –Me dijo.

-Cómo? Tú no me deseas –Afirmé.

-Y qué sabes tú sobre lo que yo deseo o no? –Me enfrentó –Tú Isabella, no sabes nada.

-Sé que tienes a Alice… -Dije recordándomelo a mí misma.

-Oh… Pero Alice me tiene a mí? –Me preguntó.

-Jasper no quiero que juegues conmigo, me voy –Dije sintiéndome sucia.

-Quién dice que esto es un juego? –Dijo tomándome fuerte por el cabello –Quién dice que no te deseo?

-Jasper por favor… -dije sintiendo crecer nuevamente ese calor, esas cosquillas en mi entrepierna.

-Por favor qué Isabella? Pídemelo y tal vez te lo daré –Dijo mientras el placer seguía creciendo y creciendo, estaba a punto… y luego nada.

Gemí.

Lo golpeé.

Lo maldije.

Y lo besé.

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A qué juega Jasper con Isabella?

Reviews=love=2° parte

domingo, 18 de diciembre de 2011

Por qué a mí? 21





Hola chicos, aquí tenemos el fin de nuestra historia. Gracias por su apoyo en este viaje, por sus favs, reviews y a quienes simplemente leyeron…

Les cuento que acabo de publicar un OS dedicado a Guadi llamado "Seth´s Twilight", dense una vuelta por ahí, vale la pena (aunque lo diga yo, jejeje).

Y eso por ahora, al final de la historia me despediré de ustedes…

Que disfruten!

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CAPÍTULO 21, el fin.

Love of mine some day you will die

But I'll be close behind

I'll follow you into the dark

No blinding light or tunnels to gates of white

Just our hands clasped so tight

Waiting for the hint of a spark

If Heaven and Hell decide

That they both are satisfied

Illuminate the NOs on their vacancy signs

If there's no one beside you

When your soul embarks

Then I'll follow you into the dark

I'll follow you into the dark / Death cab for cutie

Sam POV


Bella y yo nos quedamos dormidos abrazados después de hacernos el amor. Bella por fin era mía fuera de toda duda, y eso había que celebrarlo, y lo hicimos, una y otra y otra vez...

De pronto desperté con el sonido de la vibración de mi celular, y traté de desenredar mi cuerpo del de Bella sin despertarla, pero fue imposible, ya que estábamos unidos por brazos, piernas y sudor…

-Sigue durmiendo pequeña, es sólo mi teléfono –Le dije besando su cabello que brillaba con reflejos rojos al sol del mediodía.

-Mmmmmh –Respondió y se acurrucó contra la almohada… una de sus piernas quedó descubierta sobre la sábana, luciendo sexi y hermosa.

Más valía que esta llamada fuera importante, ya que no estaba dispuesto a dejar a mi Bella sola en la cama por cualquier pelotudez.

Mis jeans estaban en el pasillo, afuera del dormitorio. Tomé mi celular y lo contesté cabreado.

-Aló –Dije cortante.

-Samuel! Querido, te llamaba para saber si necesitas algo, estoy en el supermercado y en unos 25 minutos voy a estar por allá –Dijo la voz de mi madre… Demonios! Había olvidado que habíamos quedado en almorzar juntos el día de hoy!

-Eeeeh… no mamá… no necesito nada… -Dije buscando frenético el resto de mi ropa; no quería hablar con mi mamá desnudo -eh tengo alguien a quién presentarte…

-Alguien? Alguien como una chica? –Preguntó interesada.

-Mmmmmh… si, es una chica, alguien especial, así es que por favor compórtate –Le dije pensando en que no saliera con anécdotas infantiles vergonzosas, o peor! Con fotos mías de bebé.

-Oh! no puedo esperar! Llevo algo especial para el postre, sé que te va a encantar! –Dijo ella feliz.

-Gracias mamá, nos vemos –Dije y corté la comunicación. Luego corrí a mi habitación.

-Bella, pequeña! –Le dije.

-Mmmmmmh… -Murmuró en sueños.

-Bella levántate! –Dije mientras me ponía los boxers.

-Nooooo… siesta, hoy es día de siesta! –Dijo y se tapó la cabeza con una almohada.

-Bella… mi mamá va a estar aquí en 20 minutos, así es que si quieres que te encuentre decente mejor comienzas a vestirte… -Le dije. Ella saltó de la cama y corrió desnuda a buscar su ropa a través de la casa.

-Sammy como no me dijiste que vendría tu madre? Demonios! Hay que ventilar tu dormitorio, apesta a sexo… Mierda, yo apesto a sexo! –Exclamó mientras se vestía a toda velocidad. Luego corrió a hacer la cama mientras yo me lavaba los dientes y luego ella se encerró en el baño mientras yo abría todas las ventanas de la casa para renovar el aire.

En menos de 10 minutos ya estábamos vestidos y el departamento relativamente ordenado.

-Sam, cómo pudiste olvidar una cosa así? –Me preguntó Bella mientras arreglaba su cabello en una coleta.

-Pequeña, con todo lo que ha sucedido últimamente es un milagro que recuerde las cosas más insignificantes… pero no te preocupes, sé que le vas a gustar a mamá… además trajiste brownies! Eso siempre es algo bueno…

-Brownies! Mierda! Hay que botar esos brownies! Tu madre tiene una pastelería, hacerla comer mis brownies sería como cometer un sacrilegio! –Exclamó ella a punto de perder el control.

-Bella… Bella! –La llamé y ella se detuvo. La abracé y le dije –Shhhhh… mi mamá te va a adorar y lo va a hacer aún más cuando vea lo bien que cuidas de mí… tranquila pequeña… mi mamá tendría que estar loca para no adorarte…

-Oh Sammy! Estoy tan nerviosa… me veo bien? Se me nota que tuvimos sexo? –Me preguntó poniéndose colorada.

-No Bella, mi madre no es una bruja y no va a ver nada extraño en ti, excepto que nos amamos… no te preocupes más –Le dije besando su frente.

-Ok… ok… todo va a estar bien… -Se dijo a sí misma.

En ese momento sonó la puerta de mi casa… mi mamá era de las pocas personas que se molesta en golpear, supongo que no quería encontrarse con alguna sorpresa.

-Samuel, hijo! Parece que crecieras más cada vez que te veo! –Exclamó mamá entrando a la casa y entregándome un montón de bolsas. Inmediatamente identificó a Bella, que se encontraba en un rincón de la cocina, sonrojada y mordiéndose el labio furiosamente.

-Hola señora Uley, mi nombre es Bella Swan –Dijo sonriendo tímidamente Bella, acercándose con la mano extendida hacia mamá.

-Oh! Bella! –Dijo mamá ignorando su mano y abrazándola. Bella sonrió y suspiró en alivio –Llámame Ophelia, como todo el mundo! Ven querida, cuéntame de ti… -Dijo empujándola al living y sentándose a su lado.

-Eeeh… mi padre es Charlie Swan, jefe de la policía… -Dijo Bella tímidamente.

-Charlie! Claro que lo recuerdo, es un buen hombre… y dime Bella, cuántos años tienes?

-18… -Respondió Bella y enrojeció un poco más.

-Oh ya veo… estás aún en secundaria? –Preguntó mi madre dándome una mirada divertida, como diciéndome "asaltacunas!".

-Sí, me gradúo en un par de meses más… -Respondió Bella. Y siguió respondiendo el interrogatorio de mi madre hasta que hubimos sacado toda la comida que mamá traía en sus bolsas.

Había carne asada, ensalada de patatas, ensalada de hojas verdes y de tomates con maíz, había un pastel de merengue y fresas y hasta había traído una bolsa de galletas para acompañar el té.

Cuando terminamos de servir la mesa nos sentamos los tres y mamá no dejó de hablar ni un minuto sobre todo y nada, haciendo que Bella estuviera cada vez más relajada. Habló sobre tía Eulalia, sobre la pastelería y chismes de la Tribu Macah, y sin darnos cuenta el almuerzo había terminado.

-Bella querida, me ayudas a cortar el pastel? –Le preguntó mamá a Bella.

-Seguro Ophelia, déjame buscar los platos… -Respondió Bella inmediatamente.

Yo me quedé sentado en la mesa viendo cómo mis dos mujeres favoritas se hacían amigas y se complementaban… suspiré satisfecho… no podía ser más feliz.

…oOo…

Años después…

Bella se graduó de la secundaria pocos meses después con excelentes notas, pero no quiso ir a la universidad. En lugar de eso asistió a la mejor escuela de cocina en Seattle con una beca parcial, y estudió "Cocina internacional con mención en repostería".

Nuestra separación durante la semana fue difícil, pero los fines de semana eran sagrados para nosotros… nuestros. A los 20 años Bella se mudó oficialmente conmigo a La Reserva, y aunque Charlie nunca le perdonó al Concejo el no haber aceptado en una primera instancia a su hija, si estaba contento con nuestra relación… él sabía que Bella lo era todo para mí y que yo la cuidaría con mi vida.

A los 22 años Bella se graduó como la mejor alumna de su promoción, y yo me conseguí un préstamo en el banco con mi ferretería como colateral para que Bella se pudiera instalar con una pequeña pastelería en Forks… ese fue siempre su sueño, y a pesar de que le llovieron ofertas para continuar sus estudios en Francia o trabajar en grandes restaurantes, ella siempre se negó, aduciendo que necesitaba estar cerca de su hogar… y su hogar era yo, ya que como Alpha de una siempre creciente manada no me podía mudar de La Reserva.

Ese mismo año Bella y yo nos casamos en la Tribu en una ceremonia tradicional, haciéndola oficialmente y ante los ojos de la ley, una Quilute más.

Ella abrazó nuestras tradiciones y al poco tiempo quedó embarazada de nuestro primer hijo, Sam Jr., y aunque era difícil compatibilizar el trabajo y la maternidad ella logró sacar su pastelería y su maternidad adelante, con la ayuda de su amiga Ángela, que fue a trabajar a la pastelería con ella.

Bella era la mejor y más dedicada mamá que he visto, y juntos nos propusimos tener un montón de hijos. Durante nuestros 59 años de matrimonio tuvimos 4 hijos y 13 nietos, de los cuales salieron 8 lobos, uno de los cuales fue mi sucesor en la manada.

Ya viejos y retirados seguimos viviendo en la Tribu sin mayores sobresaltos excepto la muerte de mi madre, Charlie y Renée, que obviamente afectaron mucho a Bella y a mí... éramos una familia extremadamente unida.

Lamentablemente todo lo bueno se acaba y así fue con nuestro matrimonio también… Bella murió en sus sueños plácidamente en una mañana de septiembre poco antes de cumplir los 82 años…

Yo la abracé hasta que me la quitaron literalmente de los brazos, completamente destrozado. Mi Bella era mi vida y sin ella yo no sabía cómo vivir.

Bella fue enterrada en nuestro cementerio tradicional y a su funeral asistió gran parte de Forks y todos en la Tribu, honrando a una gran mujer, trabajadora, generosa y alegre, la esposa del Alpha. Se recitaron los cánticos tradicionales Quilute y los Presbiterianos Cristianos, en una muestra de interculturalidad que fue un ejemplo para nuestra Tribu… la discriminación ya no tenía cabida en La Push.

A pesar del tratado y sus límites, me pareció ver una figura joven de cabellos cobrizos detrás de la multitud, pero decidí ignorarlo y obligué a que los demás también lo hicieran… él la había amado tanto como yo y ahora ambos la habíamos perdido… a ninguno de los dos nos quedaba nada por qué seguir luchando.

Después del funeral hubo una recepción en mi casa, pero yo me encerré en mi habitación sin querer ver a nadie… finalmente le pedí a mis hijos que me dejaran a solas y echaran a la gente, yo necesitaba del silencio para recordar, para oler y saborear la ausencia de mi Bella en mi vida.

Esa noche me acosté en mi lado de la cama y abracé la que había sido su almohada… rodeado de su olor me quedé dormido y nunca volví a despertar.

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Chicos, estoy literalmente con lágrimas en los ojos! Qué pena escribir el final de esta historia!

Cuéntenme por favor qué les pareció, estuvo bien? Les dio tanta pena como a mí?

Si nunca comentaste, esta es tu última oportunidad!

Mi próxima historia: RED MOON 2.

Abrazos a todos!

Seth´s Twilight





Hola chicas! Aquí está el fic de Guadi, expresamente a pedido. Ella dice que no pudo encontrar fics con Seth en español y aquí estoy yo para remediar esa situación… jejeje.

Gracias a Ayla que me ayudó a pensar en un título, y gracias a todas mis lectoras por su paciencia porque al escribir este pequeño OS demoré el final de "Por qué a mí?".

En fin, espero que les guste, ustedes dirán…

Que disfruten!

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Seth´s Twilight
You are my sunshine,
My only sunshine.
You make me happy
When skies are grey.
You'll never know, dear,
How much I love you.
Please don't take my sunshine away.
You are my sunshine /Bob Dylan

Mi sol me había abandonado… después de todas sus promesas de amistad eterna, Jake me rechazaba diciendo que no era bueno para mí… Casi lo mismo que Edward me había dicho, pero a la inversa… en el caso de Edward yo no era lo suficientemente buena para él.
Después de mi discusión con Jacob me fui a vagar a la playa, no tenía ganas de regresar a mi casa vacía, Charlie tenía últimamente turnos extenuantes y apenas lo veía.
El día era inusualmente cálido para ser invierno, y por un milagro de la naturaleza, no llovía.
Me bajé de mi camioneta y comencé a pasear por la playa desierta escuchando a Moby en mi ipod… era relajante en medio de mi angustia, y en vez de llorar a gritos como me apetecía dejé correr las lágrima libremente por mi rostro…
Poco a poco me fui calmando, en gran parte por la serenidad que me inspiraba el hermoso paisaje que me rodeaba… el mar y su inmutable belleza, la arena oscura y los trozos de madera a la deriva…
Paseé por un rato, deteniéndome a veces para mirar algún trozo de madera especialmente hermoso, cuando de pronto sentí que algo me golpeó el hombro y me giré asustada.
-Hola Bella! –Me dijo Seth, el hermano menor de Leah Clearwater. Lo había conocido una vez en casa de Billy y me había parecido un buen chico, siempre contento y adorando la sombra de Jacob… debía tener unos 15 años pero como todos los chicos Quilute ya era enorme y se notaban sus músculos bien definidos bajo su camiseta.
-Hola Seth! –Dije con falso entusiasmo –Me asustaste!
-Qué te pasa? –Preguntó mirándome a los ojos preocupado –Has estado llorando –Constató.
-Nada, no es nada… -Le dije tratando de quitarle importancia. Si trataba de hablar comenzaría a llorar y eso era lo último que quería hacer frente a un virtual desconocido.
-Oh… entiendo si no me quieres decir… no es que seamos amigos ni nada… -Dijo mirándose los pies desnudos.
-Seth, no es eso… es que… -No pude terminar, una lágrima resbaló por mi mejilla.
-Bella! Lo siento –Dijo acerco su mano a mi rostro para recoger mi lágrima. Fue un gesto dulce y eso me hizo llorar más fuerte.
-Lo… sien… to… -Hipé.
-Shhhhhh… apuesto a que tiene que ver con Jacob… ya no es el mismo verdad? Desde que se unió a la banda de Sam no es el mismo… ya no quiere nada con sus amigos… –Dijo con sorprendente amargura. Yo me limité a asentir y él me envolvió en un reconfortante abrazo. Seth era un niño, no tenía más de 15 años, pero me hacía sentir sorprendentemente segura en sus brazos.
-Dice que no… que no es bueno para mí… ya no quiere ser mi amigo –Lloriqueé.
-Estúpido –Dijo Seth contra mi cabello –Ven Bella, tengo algo que nos va a hacer sentir mejor… -Me dijo tomando mi mano con la suya, increíblemente cálida… como la de Jacob.
Me dejé llevar y caminamos hasta unos roqueríos y un poco más allá. Fueron unos 10 minutos de caminata y él no soltó mi mano… fue extrañamente reconfortante. Me ayudó para no resbalar con las rocas y me hizo sentir segura de que no me dejaría caer.
Finalmente llegamos a una pequeña playa privada, limpia de madera a la deriva pero con un par de enormes troncos que hacían de perfectos asientos.
-Aquí estamos! –Exclamó.
-Dónde estamos? –Pregunté mirando el abrumador paisaje, salvaje y virgen. El viento hizo bailar mechones de mi cabello alrededor de mi rostro y Seth me los puso detrás del oído en un gesto lleno de ternura.
-Mi lugar favorito –Me respondió –Vengo aquí cuando quiero estar sólo.
-Gracias por compartirlo conmigo –Le dije.
-Eso no es todo lo que tengo para compartir… -Me dijo guiñándome un ojo. De su bolsillo sacó una bolsita transparente con un puñado de hierba y varios porros en su interior.
-Seth Clearwater! –Le dije sorprendida. Yo había fumado una vez en Phenix en una fiesta de la escuela, pero casi no había tenido efecto en mí… desde entonces había asumido que yo era inmune a la marihuana.
-Qué? En la Reserva crece la mejor hierba de Washington! Billy Black la usa todo el tiempo con motivos "medicinales"… estoy seguro de que hasta tu papá sabe, pero hace la vista gorda –Dijo con una sonrisa.
-Aaaah! Qué demonios! Enciende uno, yo soy inmune de todos modos –Le dije desafiante.
-No eres inmune a esto Bella… esto es lo mejor que puedes conseguir… -Dijo encendiendo un porro y aspirando profundamente me lo extendió. Yo lo imité y a la primera aspirada me atoré.
-Mierda! Es potente! –Le dije tratando de aspirar una segunda vez, relajando mi garganta y mis pulmones. Seth se rió y me quitó el porro de las manos golpeando mi espalda.
Nos sentamos en uno de los troncos y poco a poco nos acabamos el porro mientras conversábamos de la vida y veíamos el atardecer. Cuando se acabó compartimos otro, el más grande que he visto… Él me contó de sus problemas con su hermana Leah, yo le conté sobre mi amistad con Jake y sin saber cómo terminé acurrucada a su lado buscando su calor… Mmmmmh sería cosa de los Quilute? Este chico olía sensacional…
-Bella? –Me dijo y yo miré hacia arriba inmediatamente, quedando con mi rostro a pocos centímetros del suyo. Nos miramos largo rato, mi cerebro se sentía un poco embotado y mis inhibiciones estaban bajas, por lo que cuando Seth bajó su rostro despacio hacia el mío, no me moví, sino que lo dejé besarme, dulce, tentativamente.
Su aliento era limpio y delicioso, y sus labios carnosos y llenos, y si algo en mí me gritó que me detuviera, que Seth es sólo un niño, mandé esa voz al infierno… esto es algo que necesitaba. Contacto humano luego de sentirme tan rechazada.
Su boca se movió tentativa sobre la mía, y yo hice lo mismo… ninguno de los dos tenía mucha experiencia besando, pero lo que nos faltaba en experiencia lo compensamos en ganas.
Su calor me invadió y su lengua tentativamente exploró mis labios y yo lo sentí en todo mi cuerpo, mis sentidos exaltados… se sentía increíble, era el mejor beso del mundo, y quise más.
Me acerqué más a él y me puse de pié para quedar a la misma altura que él, y sus brazos rodearon mi cintura apretándome contra su cuerpo. Pude sentir su erección contra mi estómago y me descolocó un poco… nunca había sentido a Edward excitarse conmigo y el saber el efecto que estaba teniendo en Seth me hizo sentir sexi y poderosa.
-Mmmmmh, Bella… -Murmuró Seth contra mi boca.
-Si…? –Le pregunté sin abrir los ojos ni dejar de besarlo.
-Me encantas… me gustas desde que te conocí –Me dijo adornando mi rostro con pequeños y dulces besos.
-Seth…? –Le dije – Tú también me gustas… –Y con eso reclamé su boca otra vez. El calor de su cuerpo, la semioscuridad de la playa, el sonido de las olas y el viento contra mi cabello, era una sobredosis sensorial para mi cerebro levemente drogado.
Él levantó una mano de las que sostenían mi cintura y subió hasta mi pecho derecho, apretándolo suavemente… Dios! Todo lo que me estaba haciendo este chico se sentía increíble! Y en un arranque de valentía rocé su erección con mis dedos.
-Uggh! Bella! –Gimió –Te deseo tanto, nena –Mmmmmh… nunca me habían dicho que me deseaban y se sintió increíble, sus gemidos, su entrega y mi necesidad física se conjugaron para que yo dejara de pensar.
-Seth… tú has… lo has hecho antes? –Le pregunté mientras besaba su cuello, lamiendo y chupando, llenándome de su sabor y olor.
-No… y tú? –Preguntó sonrojándose… dios, era tan dulce…
-No… -Respondí y él volvió a acariciar mis pechos por sobre mi camiseta –Oh Seth!… se siente tan bien!
-Y te voy a hacer sentir mucho mejor –Respondió envalentonado. Empujó mi chaqueta por mis hombros y cayó al suelo, y luego tomó el borde de mi camiseta y comenzó a levantarla. Yo me dejé hacer mirándolo a los ojos… esto era lo más arriesgado y estúpido que había hecho en mi vida, pero se sentía tan bien… Seth y yo éramos iguales, vírgenes y abandonados por nuestros amigos… Una hermandad de los desertados, compartiendo un momento entre porros, olas, viento y sexo.
Mi pecho pronto estuvo desnudo y él exclamó
-Oh Bella! Creo que me voy a correr de sólo verte… nena eres hermosa…
-Más te vale que no lo hagas –Dije apretando su erección con mis manos –Ayúdame con tu camiseta –Dije tironeando su ropa ansiosa por estar piel con piel. El fuego se había instalado en mi bajo vientre y ya no pensaba en nada, sólo actuaba por instinto.
-Eres hermoso Seth… -Le dije admirando a ese niño-hombre, tan dulce, tan delicioso –Él me abrazó y nuestras pieles se unieron, dándome calor en el frío atardecer, nuestras bocas se volvieron a unir voraces y Seth se puso de pié para comenzar a remover sus pantalones. Yo lo imité sin dejar de dar besos y mordiscos a su pecho, y de pronto nos vimos los dos desnudos, uno frente al otro.
Era una experiencia surrealista, algo que no habría podido planear en un millón de años, pero estaba ocurriendo y lo deseaba.
Su cuerpo era hermoso, largo y muscular, y su erección se elevaba orgullosa y bella. Nunca había visto un pene en vivo y en directo, pero el de Seth simplemente no me dio miedo.
-Bella… nena, creo que voy a explotar si no te tengo pronto –Murmuró abrazándome y tomando mis nalgas entre sus manazas, acercando nuestros cuerpos.
-Condón… tienes un condón? –Pregunté recordando tener algo de sentido común.
-Sí, en mi billetera –Respondió, y metió su mano ahí… entre mis piernas… y yo creí morir de placer.
-Aaagh! Seth! –Exclamé echando mi cabeza hacia atrás mientras sus dedos exploraban mis labios, esparciendo mi lubricación por todas partes.
-Dónde te gusta más? –Preguntó mientras me tocaba suavemente, acariciando en círculos, desde adelante hacia atrás.
-Mmmmmmh… ahí! –Exclamé cuando llegó a mi clítoris. Me senté en el tronco nuevamente y abrí mis piernas para él, que siguió acariciándome sin dejar de mirarme a los ojos.
-Te puedo probar? –Preguntó tímidamente. Yo enrojecí, pero en a oscuridad imperante dudo que él lo haya notado.
-Sí… por favor… -Jadeé. Él se arrodilló frente a sí y lamió a lo largo de todo mi sexo hasta llegar a mi clítoris –Aaaaah! Seth dios! –Exclamé mientras él se festinaba de mí.
Él comenzó a chupar y lamer suavemente, guiándose por los ruidos que yo hacía, y la bola de fuego en mi interior comenzó a crecer y crecer, hasta que me encontré gritando mi orgasmo, aferrando con mis manos la cabeza de Seth contra mi sexo, loca envuelta en sensaciones jamás antes descubiertas.
Seth siguió lamiendo hasta que me encontré demasiado sensible para soportarlo, y guié su rostro hacia el mío para darle un beso lleno de pasión y agradecimiento por el orgasmo increíble que me había regalado.
Me probé en su boca, y el sabor de mi sexo en vez de darme asco me encendió más y más. Mi mano descendió a su erección y comencé a bombear lentamente, con temor a hacerle daño.
-Así –Me dijo él posando su mano sobre la mía y apretando fuerte. Comenzamos a bombear fuerte y duro juntos, y Seth me dijo –Bella, si seguimos haciendo esto no voy a durar nada…
-Te quiero dentro de mí –Le dije abriendo más mis piernas… ya no sentía vergüenza, y la oscuridad era casi completa.
Él se agachó para recoger sus pantalones y sacó su billetera, haciendo aparecer un condón que se puso rápidamente.
-Estás segura? –Me pregunto. Yo temblaba de frío y anticipación y asentí ansiosa.
-Segura –Dije tomando su erección y guiándola a mi centro, Seth de pié frente a mí –Despacio -Le pedí.
Seth empujó un poco y el dolor se hizo insoportable, sentía que me partía en dos, y él lo debe haber visto en mi cara, porque se detuvo.
-Ya estoy bien… -Le dije –Otra vez -Y él se retiró y volvió a tratar, esta vez entrando un poco más.
Mis músculos interiores se estaban expandiendo como nunca antes y dolía… mierda sí que dolía, pero Seth tuvo infinita paciencia y se retiró y volvió a intentarlo todas las veces necesarias hasta que estuvo completamente dentro de mí.
Por primera vez me sentí llena… completa… y el dolor poco a poco comenzó a desaparecer para transformarse en un ansia tremenda por más.
-Seth… ya te puedes mover –Le dije besando uno de sus pezones. Él emitió una especie de gruñido y comenzó a entrar y salir de mí lentamente. Mis manos se apoyaron en el tronco y mis piernas rodearon sus caderas, y él comenzó a acariciar mis pechos mientras me cogía como un experto.
-Dios Bella, nena eres tan hermosa… tan estrecha… Ogh! Sí… -Decía amasando mis pechos y pellizcando mis pezones.
-Sigue Seth, estoy lista para ti… dámelo todo baby… -Dije sonando como una estrella porno. Qué demonios! Estaba más caliente que nunca y estaba cogiendo en la playa… este era mi propio universo porno, y yo era la porn star.
Seth tomó una de mis piernas y tentativamente se la puso en sus hombros, llegando a un nuevo ángulo. Al principio me dolió un poco, pero la calentura lo superó todo y pronto me encontré gritando de placer.
Mis manos apenas eran capaces de resistir las embestidas cada vez más largas y duras de Seth, pero él me tomó por la cadera y me dijo
-No te voy a dejar caer, nena, entrégate y confía –Y me dio un beso suave en los labios.
-Sigue Seth baby… estoy tan cerca, tan cerca… Oh Seth!... Así, así…
-Yo también estoy cerca... no voy a aguantar mucho más… vente conmigo Bella… -Dijo y acarició mi clítoris, desencadenando mi orgasmo. Él me siguió unas embestidas más tarde.
Quedamos los dos jadeantes, sudorosos y aún unidos, mirándonos a los ojos. Seth se retiró de mí para deshacerse del condón y me abrazó.
-Eso fue… -Dijo.
-Increíble –Terminé yo.
-Gracias Bella –Me dijo besándome la frente. Yo lo abracé y besé su pecho.
-Gracias a ti –Respondí. Comencé a vestirme, y noté que tenía un poco de sangre entre las piernas, pero ya lo limpiaría cuando llegara a casa… casa…
-Mierda! Charlie! –Exclamé preocupada.
-Ya nos vamos, no te preocupes –Me dijo poniéndose los pantalones. Cuando nos terminamos de vestir Seth me tomó la mano y me la besó –Eres espectacular Bella –Me dijo –Que nadie nunca te diga lo contrario…
Yo no supe qué decir, de pronto me encontré acosada por un montón de emociones encontradas y sólo me limité a asentir.
Caminamos por la playa cómodamente en silencio, tomados de la mano por unos 35 minutos hasta encontrar mi camioneta.
-Quieres que te lleve a alguna parte? –Le pregunté.
-No… estoy bien aquí –Respondió –Tú crees… tú crees que te pueda volver a ver? –Me preguntó inseguro, mirándose los pies.
-Seth… lo de hoy fue de las mejores cosas que me han pasado en años… sí… nos podemos volver a ver –Respondí.
Él sonrió con esa sonrisa que tiene que parece abarcar el mundo y me besó tiernamente en los labios.
-Nos vemos nena –Me dijo feliz acariciando mi rostro.
-Nos vemos baby… -Y con eso subí a mi camioneta y me encaminé a enfrentar a Charlie.

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Espero que les haya gustado…

Reviews=love

viernes, 16 de diciembre de 2011

Por qué a mí? 20




Hola chicos, aquí les traigo el esperado reencuentro entre Bella y Edward…

Sigan regalándome sus fabulosas reviews y tal vez publique el último capítulo de esta historia mañana.

Un millón de abrazos.

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Capítulo 20



Leave me out with the waste

This is not what I'd do

It's the wrong kind of place

To be thinking of you

It's the wrong time

For somebody new

It's a small crime

And I've got no excuse

9 crimes / Damien Rice


Sam POV

Llevar a mi Bella a ver a su ex novio me desgarraba por dentro. Me volvía loco de celos y si de mí dependiera la habría llevado a mi casa, la habría encadenado a mi cama y le habría hecho el amor por días, hasta que cada rincón de su cuerpo oliera a mí.

Pero la imprimación es cosa poderosa… sé lo que ella necesite… y lo que ella necesitaba de momento era ir a ver al chupasangre hijo de puta que la abandonó en el bosque. Tan simple como eso. Mierda!

Al menos ella me quería a su lado, que de lo contrario me habría vuelto loco obsesionándome con cada pequeño detalle… cómo vestiría? Cómo se mirarían después de esta separación de 5 meses? Ella lo amaría aún? Existiría en su corazón lugar para el perdón?

No me cabía duda de que el cabrón la quería de vuelta… quién en su sano juicio abandona a una mujer como ella? Pero esta vez las cosas no le serían tan fáciles, lucharía por ella, con uñas y dientes, y lo más importante, lucharía a su lado. No la antagonizaría, no la celaría activamente, ella debía ser libre… ella debía amarme libremente.

Cuando llegué a su casa ella se abalanzó sobre mí y yo a tomé en mis brazos fácilmente, ella no pesaba casi nada para mí, y la besé con toda mi pasión, con todo mi deseo, con todo mi amor y con todo mi temor. No me dejes. Por favor pequeña, elígeme a mí.

Ella me respondió con igual pasión, ella me amaba… aún.

Bella había cocinado brownies para mí… eso debía significar algo verdad? Comí uno por compromiso. Probablemente estaban deliciosos, pero en mi estado de nervios apenas si pude discernir el sabor dulce del pastelillo.

Luego en su camioneta, condujimos en silencio, ella pensativa y y cubriendo mi creciente angustia. Debo llevarla, estar con ella e idealmente irme con ella de regreso a mi casa. Entonces si la haré mía, de hoy no pasa, la necesito, mi cuerpo y mi alma lloran por su contacto, estar a su lado ya no es suficiente… Bella, pequeña, necesito que seamos uno.

Ella me dirigió en el camino a seguir hasta llegar a una enorme mansión blanca en medio del bosque que apestaba a sanguijuela. Yo nunca me había adentrado tanto en territorio de los Cullen y su riqueza no dejó de impresionarme. Cómo competir con esto? Qué le puedo ofrecer yo, más que una vida mediocre de clase media? Me sentí insignificante… yo ni siquiera había podido terminar la universidad porque me había convertido en lobo.

Bella suspiró y abrió lentamente la puerta de la camioneta.

-Me esperas aquí? –Me preguntó. Ella sabía que yo podría escuchar lo que se dijeran dentro de la casa pero necesitaba la ilusión de privacidad. No se la pude negar… Demonios, no le podía negar nada.

-Aquí te espero –Le dije. Ella apretó mi mano con la suya y descendió del vehículo. Caminó tentativamente hacia la puerta de la mansión, pero antes de golpear la puerta ésta se abrió, revelando a mi peor enemigo. Al único hombre capaz de destruirme.

…oOo…

Bella POV

Podía sentir la tensión de Sam sumada a la mía... Pero yo necesitaba hacer esto. Necesitaba enfrentar a Edward. Por mí, por mi autoestima, por mi sanidad mental.

Antes de golpear la puerta de aquella casa que tan querida había sido para mí, la puerta se abrió, revelando al hombre más bello del mundo. Mi memoria no le había hecho justicia, y por un breve instante me volví a preguntar cómo demonios semejante creatura se había fijado alguna vez en mí.

Pero luego, muy pronto lo recordé. Es todo parte del disfraz del asesino. Diseñado para atraer a sus víctimas. Su belleza, su olor… había sido yo una víctima de Edward Cullen? De alguna manera sí… No tenía anticuerpos contra él.

-Hola –Dije tímidamente.

-Hola –Dijo él mirándome fijamente con esa voz de terciopelo que me aflojaba las rodillas -Pasa por favor.

Miré tras de mí y Sam me dedicó una sonrisa triste que no llegó a sus ojos. Mi Sam, que hace este sacrificio por mí. No te preocupes Sammy, mi corazón está contigo… verdad?

La casa estaba tal como la recordaba. Las fundas que alguna vez vi que cubrían los muebles habían desaparecido, así es que sin pedir permiso me senté en mi sillón favorito.

-Te ofrezco algo para beber? –Me preguntó Edward visiblemente nervioso. Sus hermosos ojos eran de un dorado claro, lo que evidenciaba que acababa de alimentarse, y no tenía ojeras… se veía tan perfecto como siempre, pero Oh! tan triste!

-No, gracias –Le dije con un susurro de voz –Desayuné hace poco rato.

-Oh… Ok… te importa si me siento a tu lado? –Me preguntó, moviéndose muy despacio.

-Para nada, es tu casa –Dije tratando de sonreír. Maldición, esto era tan incómodo! Nunca había existido esta tensión entre los dos, ni siquiera al principio de nuestra relación…

Edward se sentó a mi lado, cerca pero sin llegar a tocarme.

-Bella yo…

-Edward… -Dijimos al mismo tiempo. Yo me sonrojé y le dije –Tu primero.

-Bella yo necesito decirte cuánto lo siento –Me dijo mirándome a los ojos… por un momento sentí que me hundía en las profundidades doradas de sus irises… sería este el "glamour" que usaban los vampiros para seducir a sus presas? Edward aún no me tocaba, mi novio me esperaba afuera y yo ya me encontraba con mi cuerpo levemente inclinado hacia él.

-Qué es lo que sientes? –Pregunté recuperando un poco mis funciones cerebrales. Este es el hombre que te abandonó en el bosque! No lo olvides!

-La verdad es que desde tu cumpleaños hasta la fecha, todo… Lo siento por el incidente con Jasper, lo siento por abandonarte, por terminar contigo en el bosque y por todas las mentiras que te dije… lo siento por haber estado alejado de ti durante todos estos meses, y lo siento por todo lo que sufriste por mi ausencia y la de mi familia… Lo siento –Terminó diciendo y tomó mi mano que descansaba en mi regazo.

La familiar sensación de su piel contra la mía me invadió… su piel suave y helada, su agarre firme pero gentil a la vez… Dios, sería tan fácil volver a caer en sus redes… parte de mí siempre lo desearía, siempre amaría a mi primer amor.

-Lo siento no es suficiente, Edward… -Le dije suavemente -desde que te fuiste muchas cosas han cambiado…

-Lo sé, pero creo que juntos podemos pasarlas por alto, Bella, yo regresé porque te amo! No puedo vivir sin ti por más que lo he intentado, nada me importa si no estás tú a mi lado… amor te daré lo que me pidas… te convertiré ahora mismo si eso es realmente lo que quieres, pero por favor dame una nueva oportunidad –Dijo fervientemente.

-Edward… no! –Dije retirando mi mano de la suya. Su contacto y cercanía me confundían, Edward me hacía perder la cabeza…

-Bella por favor… te seguiré donde quieras ir… te daré lo que siempre has soñado… sé que no me lo merezco, pero por favor, dame una segunda oportunidad –Dijo inclinándose hacia mí y bañando mi rostro con su exquisito aliento. Mi corazón se aceleró y mi mente se nubló. Estábamos tan cerca… sólo unos centímetros y nos estaríamos besando.

Podría dejarlo todo por Edward? Cuando lo tenía así, a mi lado, todo parecía tan fácil, tan lógico… con Edward no tendría que pensar, sólo dejarme llevar, él se encargaría de todo…

Sus labios estaban más y más cerca de mi boca… y entonces un agudo dolor en el pecho me hizo doblarme en agonía.

-Bella, amor! Qué te sucede? –Preguntó Edward preocupado.

-Sam! –Exclamé. Estaba sintiendo el dolor de Sam… él creía que me estaba perdiendo… -Edward no… no puedo volver contigo, me causaste demasiado daño, además ahora estoy con otra persona…

-Ese perro? –Preguntó desdeñosamente.

-Ese lobo –Respondí poniéndome de pié –Y lo amo, imprimamos y me marcó. Soy suya y él es mío. Tú y yo terminamos Edward, tú ya lo decidiste…

-Bella por favor, no puedes hablar en serio, te amo… qué voy a hacer yo sin ti? –Dijo con un tono de voz agónico.

-Lo que sea que hayas estado haciendo los últimos 100 años –Respondí comenzando a caminar hacia la puerta.

-Bella por favor piénsalo… siempre voy a estar esperando por ti.

-No pierdas el tiempo –Dije. Ahora que ya no lo estaba mirando ni oliendo era más fácil escapar de su hechizo –Mi decisión ya fue tomada… por ti.

-Bella yo sé que me puedes perdonar… -Suplicó tras de mí.

-Tienes razón –Dije girándome para mirarlo a los ojos –Te perdono Edward… de verdad que sí… pero no podemos volver el tiempo atrás, yo ahora amo a Sam y no hay nada que tú puedas hacer al respecto –Dije poniendo mi mano en su mejilla. Él apoyó su rostro contra mi mano y besó el punto de mi pulso, haciéndolo acelerarse contra mi voluntad.

-Aún reaccionas hacia mí –Dijo él con voz seductora.

-Eres un vampiro –Respondí simplemente –Adiós Edward… te deseo que encuentres la felicidad.

-Bella… siempre te estaré esperando… -Susurró.

-No lo hagas –Dije al abrir la puerta de entrada –Sería inútil.

Y entonces salí de la casa dejando atrás a un vampiro con el corazón destrozado.

Al subir a la camioneta vi que Sam me miraba fijamente y temblaba un poco.

-Qué? –Le pregunté tristemente, pero satisfecha… había elegido bien…

-Nada… que te amo… -Respondió él con lágrimas en sus ojos.

-Nos vamos a casa? –Pregunté.

-Pensé que nunca me lo pedirías –Respondió abrazándome con fuerza antes de encender el motor.

…oOo…

No alcanzamos a cerrar la puerta del living cuando Sam ya me tenía en sus brazos, besándome con toda la pasión del mundo, haciéndole el amor a mi boca con su lengua, haciéndome gemir y arañarlo, buscando más. Bésame, tómame, consúmeme… Ahora lobo demuéstrame que soy tuya, demuéstrame que eres mío… más que nunca necesitaba reafirmación.

Mi sexo palpitaba y mis manos temblaban mientras nos acariciábamos con la ropa puesta. A tirones nos fuimos desvistiendo y dejando una estela de ropa hasta el dormitorio.

Sam estaba como frenético, un profundo gruñido salía de su garganta, algo así como un ronroneo, pero infinitamente más sexi y feral.

-Te voy a hacer mía, pequeña, ahora sí que no te me escapas… quieres eso? Que te coja fuerte y duro? –Preguntó tomando mis pechos en sus manos y lamiéndolos.

-Oh si! –Conseguí exclamar mientras con mi boca besaba desde su cuello hasta el punto aquel detrás de su oreja –Cerraste la puerta? –Pregunté de pronto.

-Con doble llave –Respondió metiendo una mano entre mis piernas, sintiendo mi sexo empapado –Déjame hacerte el amor Isabella –Me dijo acariciando mi entrada en círculos –Entrégate a mí.

-Soy tuya, haz de mí lo que quieras… -Dije jadeante. Mis piernas ya no me sostenían y sus brazos me tomaron para depositarme en la cama.

Con todo cuidado sus manos comenzaron a recorrer cada rincón de mi cuerpo, ferviente y dedicado. Algunos lugares me produjeron cosquillas, otros estremecimientos de placer, pero nada se comparó a su lengua cálida en mi sexo, haciéndome perder la cabeza.

-Oh Sam, lobo, no pares… oh, así… más, más, más… Mmmmmmh… Sam… tan bueno… se siente tan Ooooh! Sam! –Exclamé en éxtasis… después de eso sólo palabras inconexas, sonidos incoherentes y placer.

Antes de recuperarme de mi orgasmo la lengua voraz de mi lobo estaba lamiendo mis pechos y su erección se alineaba en mi entrada.

-Estás lista para mí? –Preguntó rozando mi pezón con sus dientes.

-Siempre –Respondí. Y él me penetro con fuerza, cogiéndome duro, como ambos necesitábamos.

-Te amo pequeña… eres mía –Me dijo jadeante, entre estocadas.

-Te amo… dame más… más… Oh Sam!

Él presionó su cadera con más fuerza contra la mía, y aumentó el ritmo y la intensidad, regalándome un exquisito y salvaje placer. Entonces lamió su marca en mi cuello y yo me encontré perdida en el goce del orgasmo más intenso que había tenido en la vida.

Sam me siguió tres estocadas después, gritando mi nombre, y cayó sobre mí agotado. Nuestras respiraciones sincronizadas y nuestros cuerpos cubiertos de sudor nos hicieron sentir uno solo, y me di cuenta de que nunca tuve una opción con Edward. Yo pertenecía a Sam en cuerpo y alma.

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Hizo bien Bella en resistirse a Edward? Alguien siente ganas de consolar al pobre Eddy?

Y qué tal el pobre Sam sufriendo al principio del capítulo?

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