jueves, 24 de noviembre de 2011

Por qué a mí? 8




Hola a todos! Nuevo capítulo a pedido del público! No pueden decir que no hago caso a sus peticiones!

Espero que les guste este cap. y que comenten contándome qué les parece la relación Bella/Sam… es creíble? Vamos por buen camino?

Ustedes dirán.

Cariños y que disfruten!

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Capítulo 8

Sígueme, seguiré junto a ti,

qué más da perderse aquí,

no dices nada, por favor di

si me despido o voy contigo.

Que tu boca es mi religión,

es mi nueva fe,

tu boca es mi salvación,

oh, sálvame.

Tu boca / Christina Rosen

Sam POV

Después de que los muchachos de la manada se hubieron retirado, me dispuse a reunir las cosas de Leah que aún quedaban desparramadas en el departamento.

Si bien no vivíamos juntos oficialmente, ella tenía parte de su ropa en mi closet ya que dormía conmigo algunas noches, y había comprado con su propio dinero algunas cosas para el hogar común… Sólo estábamos esperando que terminara secundaria para poder dar "el gran paso".

Por eso y porque parte de mí aún la amaba, fue especialmente duro reunir sus posesiones dispersas por la casa…

Había adornos que habíamos comprado juntos, fotos de ambos en los álbumes fotográficos, el televisor que ella compró con su primer sueldo trabajando como niñera, y por supuesto, su ropa en el último cajón de mi cómoda.

En una bolsa grande fui echando los diversos objetos que le pertenecían a ella incluyendo su cepillo de dientes en el baño y hasta una caja de tampones, y por último me dirigí a recoger su ropa.

Acaricié tristemente una de sus camisetas, y no pude resistir el impulso de hundir mi rostro en ella y olerla… Lo que alguna vez desató en mí el deseo esta vez me dejó indiferente. Leah simplemente ya no tenía cabida en mi vida y eso me rompió el corazón.

En fin, fue una triste tarea y me dejó bastante deprimido, por lo que quise acabar con todo lo antes posible y cargué mi camioneta con las bolsas de ropa, objetos y el televisor y me dirigí a casa de sus padres.

Para mi buena/mala suerte el que me abrió la puerta fue su padre, Harry Clearwater, miembro del Concejo, y por lo tanto una de las pocas personas que sabía de mi imprimación… la verdadera razón por la que abandonaba a su hija.

-Buenas noches Samuel –Me saludó fríamente cruzándose de brazos.

-Buenas noches Harry… vine a dejar algunas cosas a Leah –Dije mirándolo a los ojos, enfocado en no parecer débil, en no pedir perdón… Después de todo no era mi culpa el haber imprimado, y todos los del Concejo sabían que la imprimación era una posibilidad.

Harry simplemente me hizo un gesto para que pasara y en dos viajes había dejado todo lo que traía en un sillón.

Después de salir de la casa de los Clearwater me dirigí a la playa y sin pensarlo dos veces marqué el número de Bella… sólo hablar con ella me levantaría el ánimo.

-Aló –Respondió bostezando después del tercer ring.

-Hola pequeña… te desperté? -Le pregunté extrañado, después de todo eran sólo las 9:30 pm.

-Sí… me quedé dormida escribiendo un ensayo de historia… cómo estás? –Preguntó probablemente sintiendo lo tensa que estaba mi voz.

-Bien… mal… -Dije sin poder mentirle –Acabo de devolverle todas sus cosas a Leah…

-Oh Sammy, lo siento! –Dijo ella, siempre comprensiva. Cualquier otra mujer me habría hecho las cosas aún más difíciles, pero ella trataba de consolarme… mis Ancestros habían acertado con ella… era perfecta para mí.

-Está bien, todo queda en el pasado… y es mejor así –Le dije.

-Qué más te preocupa Sam? No es sólo Leah lo que te aproblema, verdad?

-No, no es sólo Leah –Respondí -La sanguijuela pelirroja… no la hemos percibido rondando desde hace días, y eso me preocupa… si tan sólo supiéramos lo que está buscando… -Suspiré. Era agotador ser el responsable de la seguridad de la Tribu y la Manada, además de tratar de proteger a la gente de Forks, y todo sin saber específicamente por qué la sanguijuela rondaba la zona.

-Eeeem… Jacob no te lo dijo? –Preguntó Bella con voz muy baja, casi un susurro.

-Decirme qué? –Pregunté –Recuerda que Jacob y yo no estamos exactamente en términos amistosos… ni siquiera puedo percibirlo cuando está en forma de lobo.

-Oh Sam! Creo que es mejor que vengas aquí… esta no es una conversación que deberíamos tener por teléfono.

-Qué sucede Bella? Qué es lo que no me puedes decir por teléfono? –Pregunté tensándome completamente.

-Ven rápido, Charlie no va a regresar hasta un par de horas, se encuentra en una cena de la policía… vamos a poder conversar tranquilos –Respondió.

-Voy para allá –Le dije y corté la comunicación, desvistiéndome. Amarré mis shorts a mi pierna y eché a correr hacia la casa de Bella, loco de preocupación. Qué podía saber ella de los motivos de la chupasangre pelirroja? Sería acaso amiga de los Cullen? Y si ese era el caso por qué no era "vegetariana"?

Mierda! El sólo pensar que mi imprimada tuviera algo que ver con ella me hizo correr más rápido que nunca, y al llegar al bosque tras la casa de Bella me transformé aún jadeante y me calcé mis shorts, y fui a tocar la puerta de la cocina.

Bella me abrió la puerta sin ni preguntar quién era, y se lanzó contra mí en un abrazo desesperado.

Yo la atrapé en el aire y la abracé con igual fervor, sin saber qué podría tenerla tan afectada… sería verdad que conocía a la chupasangre?

-Sammy lo siento tanto! –Lloriqueó en mi hombro.

-Que lo sientes? Qué es lo que sientes? –Pregunté ansioso por consolarla –Bella pequeña, qué te pasa?

-Es mi culpa, todo es mi culpa… -hipó llorando aún más fuerte.

-Bella… shhhhhh… tranquila… todo va a estar bien sólo habla conmigo para que te pueda ayudar…

-Oh Sam! Es a mí a quién busca! Es mi culpa que toda esa gente haya muerto, Victoria me quiere a mí!

Yo no pude reaccionar por un momento, demasiado atónito al escuchar que mi Bella estaba en constante peligro mortal. Mi primera reacción fue la de estrategizar para protegerla… cómo organizaría los turnos de la manada… Mmmmmh…

-Bella te tienes que venir conmigo a La Reserva… es el único lugar seguro en este momento –Le dije tratando de controlar mi temperamento y no transformarme en su cocina…

-No puedo! Charlie… -Respondió ella.

-Bella esto es serio, no puedo arriesgarte dejándote en Forks… la pelirroja se mueve entre las líneas del pueblo y La Reserva, y como Protectores La Reserva debe ser resguardada primero… pero ahora tu eres una imprimada… -Dije pensando en voz alta –Demonios! – Rugí. Todo sería más fácil si Bella no fuera blanca… si perteneciera a La Tribu podríamos informar a su padre y seguir guardando nuestros secretos ancestrales.

-Sammy lo siento, pero no me puedo mudar a La Reserva… lo que sí puedo hacer es pasar la mayor cantidad de tiempo posible allá para que ustedes puedan buscar Victoria.

-Aaaaagh! Esto no me gusta nada pequeña… pero por ahora tendrá que ser así, al menos hasta que hable con el Concejo… ahora explícame, por qué la chupasangre pelirroja está tras de ti?

-Fue todo un accidente… su pareja, James, trató de matarme –Dijo extendiendo su brazo izquierdo y mostrándome una cicatriz... una mordedura de vampiro… pero cómo? Comencé a temblar otra vez y Bella comenzó a acariciar mis brazos tratando de tranquilizarme –Shhhh... Sammy está bien… Los Cullen mataron a James y Edward chupó el veneno… pero es por eso que Victoria trata de llegar a mí… de acuerdo a Laurent, (el vampiro que mataron en el claro del bosque), ella me culpa a mí de todo…

-Bella cómo no me habías dicho nada de esto? –Gruñí furioso con ella.

-Porque pensé que Jacob ya te lo había dicho… -Respondió aun acariciándome. No pude evitarlo, me relajé contra su toque.

-Bella… Bella si te llegara a pasar algo –Dije con la voz ronca tratando de contener las lágrimas. Esta mujer me hacía débil y eso no debía ocurrir, pero así era… -Bella yo te amo, no puedo… no…

-Sammy… -Dijo ella abrazándome –Lo siento, soy un imán para el peligro, pero te prometo que voy a ser cuidadosa… Te voy a hacer caso en lo que me digas y voy a renunciar a Newton´s si es necesario para darte paz –Dijo tranquilizándome un poco con sus palabras –Ven conmigo –Me dijo –Te voy a dar de cenar, ya que Charlie no está aquí para comerse lo que le preparé.

Yo simplemente asentí y dejé que ella me llevara a sentarme en una silla frente a la mesa de la cocina. Me dejé acariciar y entonces me fijé en lo que ella vestía. Apenas una camiseta con tirantes y un short cortísimo. Estaba descalza y no parecía estar usando sostén.

Bella se movió por la cocina con confianza y tranquilidad, hablándome todo el tiempo de naderías, como calmando a una bestia salvaje. Pronto el bip del microondas me sacó de mi ensimismamiento y ella me puso al frente un plato enorme de canelones rellenos de ricota y espinaca.

-Espero que te guste… -Me dijo tímidamente –Supongo que prefieres comer carne, pero está congelada…

-Esto es perfecto –Dije sinceramente, relamiéndome –Ven aquí pequeña –Le dije y ella se acercó lentamente y yo la senté en mi regazo, y mientras con una mano sacaba bocados de comida, con la otra acaricié sus piernas desnudas –Está delicioso, tú lo preparaste? –Pregunté impresionado.

-Sí, es una receta de la abuela Swan… -Respondió acariciando mi cabello.

Yo cené y al terminar de comer lavé el plato y los cubiertos y tomé a Bella en mis brazos al sofá, donde me senté con ella nuevamente en mi sitio favorito… en mi regazo.

-Bella pequeña… necesito que te cuides… por mí… -Le rogué.

-Lo haré Sammy, no te preocupes… sólo quiero que ustedes tengan mucho cuidado al acercarse a Victoria… ella es muy peligrosa –Dijo a mi oído, enviando estremecimientos a todo mi cuerpo… y empeorando el estado de mi semi permanente erección.

-Ven aquí –Dije acercando su boca a la mía. Su fresco aliento golpeó mi rostro y ella me besó suavemente, delineando mis labios con su lengua –Pequeña te amo –Gemí agotado de luchar por estar en control. Me entregué a ella en cuerpo a para que hiciera de mí lo que deseara.

-Te amo, lobo –Me respondió masajeando mi cabello con sus pequeñas manos.

Bella movió sus manitas hacia mis hombros, acariciándome y masajeándome, haciéndome arcilla en sus manos. Mis labios se movieron a su cuello, donde la besé y lamí, dando rienda a las necesidades del lobo de marcar a su imprimada.

-Mmmmmh… Sam… -Gimió ella mientras mis manos recorrían desde su trasero a su cintura.

-Necesito… necesito hacerte mía… -Le dije.

-Soy tuya, lobo… en cuerpo y alma… -Me dijo apaciguando parcialmente mis necesidades.

-Vamos a tu dormitorio? –Le pregunté. Ella simplemente asintió con una dulce sonrisa y yo la tomé en mis brazos para subir la escalera y finalmente la deposité en su cama.

-Ven aquí –Dijo ella usando mis propias palabras. Yo me desnudé rápidamente y me recosté a su lado. Esta vez ella estaba a cargo, ella me haría el amor.

Bella se sentó junto a mí y me dijo

-Date vuelta, sobre tu estómago.

Yo obedecí y sus manos comenzaron a masajear mi espalda desde el cuello hacia abajo, deshaciendo nudos y relajándome como no creí posible bajo las circunstancias.

Luego bajó por mis nalgas hacia mis muslos, haciéndome gemir de necesidad y placer, y continuó por mis pantorrillas hasta mis pies. Y entonces comenzó a subir otra vez, masajeando desde mis pies hacia mi cuello, mientras yo estaba casi en un trance de relajación.

Mientras trabajaba en mí Bella murmuraba diciendo cosas como "Sammy mira los nudos que tienes en la espalda, te exiges demasiado", o "Lobo necesitas cuidar de ti… recuerda que sin ti yo también me muero…"

Cuando finalmente terminó me pidió que me girara y comenzó a masajear mi pecho y mi estómago. Yo cerré los ojos y la dejé hacer, pero le pregunté

-Pequeña… dónde aprendiste a hacer masajes así? Eres fantástica…

-Renee, mi mamá, nos inscribió en un curso de masoterapia, y aunque ella se aburrió a la segunda sesión, yo continué y lo terminé. Me alegra saber que el curso sirvió de algo… los masajes parecen relajarte –Dijo moviendo sus manos por mis caderas y evitando tocar mi evidente erección.

-Pequeña, todo lo que tú me haces me relaja –Le dije –Pero ahora ya no quiero más masajes… ahora te quiero a ti.

-Y yo a ti, dijo ella tímidamente. Yo me senté para besarla y ella se quitó su camiseta de tirantes mientras yo removía sus shorts. Bella me empujó hasta que estuve de nuevo de espaldas y comenzó a besar mi cuello –Me encanta tu cuerpo –Dijo entre lametazos y mordiscos.

-Y yo adoro el tuyo pequeña… -Dije sin poder dejar de tocarla, especialmente su perfectamente redondo trasero, que me volvía loco.

Bella y yo nos besamos por largo rato hasta que no pudimos aguantarnos más las ganas de hacer el amor. Ella se posicionó sobre mí y lentamente se sentó en mi erección, haciéndome gruñir de placer.

Ella asumió un ritmo lento y profundo, y me hizo olvidar por completo todos nuestros problemas con la manada, con la chupasangre y con Jacob. Bella era lo que yo necesitaba para ser un mejor Alpha, y a cada momento con ella lo confirmaba más.


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Y? qué opinan? Bella ayuda a Sam a ser un mejor Alpha o es simplemente un problema más?

Ustedes son los jueces!

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