viernes, 18 de noviembre de 2011

Por qué a mí? 7




Hola chicos! Para que vean que pienso en ustedes, aquí está un capítulo antes de lo que se lo esperaban.

Zavacullen me comentó que le parecía que el lemon del capítulo pasado había sido innecesario, pero debo discrepar. En mi historia, el impulso de imprimación es un impulso animal e ineludible, como el celo de los animales, y Sam y Bella sienten la necesidad física el uno del otro. En fin… Es mi visión de la historia y determina el cómo se desarrolla la trama… y en esta historia viene más sexi limonada!

Vicky me pidió permiso para subir a Facebook "Be mine". Como he comentado anteriormente, no me importa siempre y cuando se me dé el crédito que merezco como autora.

Eso por ahora, este capítulo se lo dedico a CaroBereCullen por ser siempre la primera en comentar.

Cariños!

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-Hola? Sam? Hay alguien? –Dijo una voz femenina.

-Leah –Susurró Sam.


Capítulo 7

I don't know you

But I want you

All the more for that

Words fall through me

And always fool me

And I can't react

And games that never amount

To more than they're meant

Will play themselves out

Take this sinking boat and point it home

We've still got time

Raise your hopeful voice you have a choice

You've made it now.

Falling slowly /Glen Hansard

Bella POV

Sam se levantó inmediatamente calzándose sus shorts recortados y yo me aferré a la sábana, súbitamente aterrada… Me había mentido Sam? Estaban Leah y Sam realmente separados? Por qué entraba ella en casa de Sam de esa forma? Oh mierda! Estoy desnuda!

Sam salió de la habitación mientras yo miraba a mi alrededor buscando algo que ponerme, y pude escucharlo decir

-Leeh, qué haces aquí? –Preguntó evidentemente molesto.

-No me llames así Samuel –Respondió ella con la voz llena de resentimiento. Ok, tal vez no están juntos como temí, Leah sonaba cualquier cosa menos cariñosa.

-Qué haces aquí? –Repitió Sam con voz neutra.

-Vine a buscar el resto de ropa que dejé en tu closet. No me demoro nada en sacarla y salir de aquí –Dijo mientras su voz se acercaba al dormitorio. Yo rápidamente me puse lo primero que encontré a mano, mis bragas y la camiseta que Sam se había sacado anteriormente.

Justo cuando me estaba arreglando el cabello para hacerlo algo presentable, Leah entró a la habitación seguida de cerca por Sam, quién trató inútilmente de detenerla.

-Así es que es con esta zorra blanca con quién me engañabas? –Preguntó Leah mirándome fijamente con desprecio. Estaba claro por nuestra semi desnudez y el estado de las sábanas lo que habíamos estado haciendo, pero ese no era su maldito problema.

-Leah no te permito que trates así a Bella –Dijo Sam posicionándose frente a mí como para protegerme. Se lo agradecí, pero yo no necesitaba de un guardaespaldas –Sólo saca lo que tengas que sacar y no vuelvas a entrar a mi casa sin invitación.

-A quién vienes a tratar de zorra, perra? –Dije sin poder contenerme. Estaba claro que en una pelea Leah patearía mi trasero, ella era más alta y fuerte que yo, y por el brillo asesino de su mirada pude ver que esta no sería su primera pelea… pero algo en mi interior me impulsó a defender a mi hombre.

-Perra? Perra? Ven aquí zorra asquerosa robanovios, a ver si me lo dices de frente y a la cara –Me dijo empuñando las manos. Internamente me preparé para una pateadura de trasero, pero externamente levanté la barbilla y le dije

-Donde y cuando quieras. Ahora toma tus pilchas y te largas! –Le grité envalentonada por la adrenalina que corría por mis venas.

-Bella –Dijo Sam dirigiéndose a mí–Tranquila, Leah ya se va. Leah –Dijo mirándola con una expresión neutra -voy a reunir todas tus cosas y las voy a llevar a casa de tu madre esta noche, está bien?

-Bien! –Escupió Leah –Eres una mierda Samuel, maldito el día en que puse mis ojos en ti… y felicitaciones! –Dijo sarcástica –Se nota que tú y la zorra albina esta sois tal para cual… -Y dicho esto salió de la habitación furiosa y pudimos oír el portazo en la puerta de entrada.

-Lo siento pequeña… -Me dijo Sam volviéndose a mí con los ojos brillantes.

-No tienes nada que sentir… no es tu culpa –Le dije poniendo una mano en su mejilla –Lamento que todo esto haya ocurrido… no puede ser fácil para ti, tú la amas… -Dije casi atragantándome con las palabras.

-La amaba Bella –Me dijo abrazándome fuertemente y hablándome al oído –Ahora mi mundo eres tú, nada más importa.

-Oh… -Dije separándome un poco para verlo a los ojos –Tú… Sam.. yo… -Demonios! No sabía ni cómo decir lo que quería decir –Sam yo sé que nos conocemos muy poco… pero las nuestras no son circunstancias normales… Cuando Leah entró a la casa creí morir de celos y rabia… y eso me hace pensar que tal vez… tal vez me estoy enamorando de ti.

Sam me regaló una brillante sonrisa y me besó suavemente los labios.

-Yo también me estoy enamorando de ti pequeña… cada momento que estoy contigo el sentimiento es más fuerte… y no sólo el impulso sexual que me vuelve loco –Me dijo restregando su erección contra mi estómago –Si no tú… toda tú me hechizas… me enloqueces…

-Me gusta… tu casa –Dije absurdamente, atontada por sus bellas palabras. Lo que quería decir era que me gustaba su modo de vivir la vida tan en contacto con sus raíces. Pero él pareció entender.

-Y a mí me gustas tú –Respondió él. Sam me levantó en un abrazo y me besó apasionadamente, beso al que yo respondí aferrándome a él con todas mis fuerzas.

Esa tarde hicimos el amor lentamente, con calma habiendo saciado ya la urgencia animal que nos impulsaba a copular como conejos.

Nos tomamos nuestro tiempo para conocer el cuerpo del otro y fue hermoso… me di cuenta de que imprimación o no, me estaba siendo muy fácil enamorarme de Samuel Uley.

…oOo…

Sam POV

El sólo imaginar una confrontación física entre Bella y Leah me puso los nervios de punta. Leah seguro mataría a Bella y sería capaz de hacerlo con un brazo amarrado a la espalda. Mi pequeña era demasiado delicada, y claramente no se había enfrentado físicamente a nadie en su vida.

Afortunadamente yo estaba en medio de ellas y pude prevenir una desgracia. Ahora sólo me tendría que asegurar que Bella y Leah no se encontraran a solas en la calle o ardería Troya.

No… no lo permitiría, mi Bella debía ser protegida, y si para eso debía usar todos los recursos de los que poseía y debía poner a la manada a hacer guardia tras ella, así sería.

Pero dentro de todo… entendía a Leah… entendía su amargura.

Ella me había perdido y se había quedad sola, en cambio yo la perdí a ella a cambio el amor verdadero, el más puro que uno pudiera imaginar.

Sonreí satisfecho y besé a mi Bella una vez más. Si bien el sexo con ella era increíble, la experiencia que acabábamos de compartir de hacer el amor había sido mágica, trascendental.

Ella se estiró y se reacomodó sobre mi pecho como una gatita, ronroneando, y yo la abracé sintiendo la necesidad de fundirme con ella.

-Te tienes que ir, pequeña –Le dije muy a mi pesar.

-Noooooo… un ratito más… -Dijo sin abrir los ojos.

-Aún no es momento de que te mudes conmigo –Le dije –Y debemos respetar tu toque de queda o tu papá te va a castigar.

-Mmmmmmmh… Sammy… te quiero –Dijo besando mi cuello y enviando ondas de placer por todo mi cuerpo. Sus besos más inocentes eran capaces de encenderme como nadie nunca lo había hecho –No me eches aún… te quiero –Repitió.

-Y yo a ti pequeña… Y yo a ti. Y ahora te vas a dar una ducha y te vas a ir a tu casa antes de que cambie de idea y te rapte.

-Me raptarías? –Preguntó coqueta, mirándome fijamente a los ojos.

-Por supuesto, te amarraría desnuda a mi cama y te haría cosas deliciosas día y noche –Dije con la voz ronca de deseo, después de todo su cuerpo estaba sobre mí.

-Ráptame Sammy… -Me pidió haciendo un puchero.

-Nop –Dije con el último dejo de fuerza de voluntad que me quedaba. Me senté con ella en mi regazo y tomándola en mis brazos me dirigí al baño. La puse de pié sobre la tina y con la ducha teléfono procedí a lavarla. Ella simplemente arrugó el ceño y se dejó hacer como una niña pequeña completamente entregada.

Tuve cuidado de no mojar su cabello para que su padre no sospechara y una vez limpia la saqué de la tina y la sequé cuidadosamente.

Luego la llevé a mi habitación y la vestí, la besé delicadamente y le dije

-Lista pequeña… quieres que conduzca yo a tu casa?

-No… yo puedo hacerlo… sólo que no quiero –Dijo mirándome a los ojos.

-Ven aquí –Dije abrazándola fuertemente –Mañana volveremos a estar juntos –Murmuré contra su cabello.

-Prometido? –Preguntó esperanzada.

-Prometido –Le aseguré.

-Bien, entonces me voy… último beso? –Dijo poniéndose de puntillas. Yo la besé apasionadamente, sintiendo mi pecho contraerse de dolor al pensar en que ella me dejaría, aunque fuera por unas horas. Pero debíamos hacerlo, no queríamos tener problemas con su padre.

-Adiós pequeña… nos vemos mañana –Le dije.

-Adiós lobo –Dijo ella guiñándome un ojo y subiéndose a su camioneta.

…oOo…

Una vez que Bella se hubo ido me duché rápidamente y llamé por teléfono a la manada. Tenía que informarles sobre mi imprimación y lo que esto significaba.

Mientras esperaba que llegaran los muchachos metí un par de pizzas congeladas al horno y puse unas latas de cerveza y refrescos en el mesón. Pronto pude escuchar ruidosos pasos subiendo las escaleras hacia mi casa.

-Hola Sam –Saludó Paul e inmediatamente tomó una cerveza y se sentó en el sillón de cuero más cercano a la chimenea.

-Hola Paul, todo bien? –Pregunté abriendo una cerveza para mí.

-No me puedo quejar… de qué se trata esta reunión? Tenemos noticias de la pelirroja? –Preguntó.

-No, es otro asunto completamente distinto –Le dije –Pero tenemos que esperar al resto –Justo en ese momento entraron por la puerta Jared y Embri –Bien, ya que estamos todos podemos comenzar.

-Pero falta Jake –Dijo Embri.

-Jake no vendrá –Respondí -Eso es parte de lo que quiero hablarles… -Les dije mirándolos uno a uno seriamente –He imprimado.

-La imprimación es real? –Preguntó Paul con gesto de fastidio –Mierda!

-Es real –Confirmé –Imprimé y no es una relación fácil… imprimé en Bella Swan –Les dije.

-Quéee? –Gritaron todos.

-Pero ella es blanca –Dijo Jared.

-Pero ella es una amante de sanguijuelas –Exclamó Paul.

-Qué hay de Jacob? –Preguntó Embri.

-Qué hay de Leah? –Preguntó Paul.

-Tranquilos –Les dije con mi voz de Alpha –Como les dije, esta no es una relación fácil, he terminado con Leah y le informé a Billy Black el primer día… Ayer le informé a Jacob y eso no salió como esperaba…

-Qué dijo Jacob? Cómo reaccionó? –Preguntó Embri.

-Jacob… se emancipó de la manada –Dije con pesar –Me enfrentó en combate y yo lo vencí, pero no se resigna a aceptar la imprimación.

-Oh mierda! –Dijo Embri.

-Y estás seguro de no poder evitarlo Sam? La imprimación quiero decir? Es tan fuerte como dicen? –Preguntó Jared.

-Es aún más poderosa –Respondí mientras sacaba las pizzas del horno y las cortaba en cuartos –Es como si nada más importara en el mundo, nada excepto ella…

-Y Leah, cómo se lo tomó? –Preguntó Paul acercándose a la comida.

-Leah… como era de esperarse me golpeó y me mandó al infierno –Dije con tristeza –Pero el problema es que esta tarde apareció sin previo aviso y nos encontró a Bella y a mí… en una posición comprometedora.

-Lo estabais haciendo? –Preguntó Embri con una sonrisa infantil en su rostro.

-No… pero lo habíamos hecho, ella estaba media desnuda y se enfrentaron… -Reconocí.

-A golpes? –Preguntó Jared con la boca llena.

-No, a insultos. Leah llamó a Bella zorra albina y Bella la llamó perra… al final eché a Leah de la casa y apacigüé a Bella, pero debemos estar atentos… la manada debe proteger a la imprimada –Ordené.

-Si, si, si… -Dio Paul –Cuándo nos la vas a presentar oficialmente?

-Para qué si ya todos la conocen? –Pregunté.

-Porque la última vez que nos vimos casi me la como –Respondió –Y si Bella Swan va a ser la próxima esposa del Jefe de la Tribu, me gustaría tener la oportunidad de empezar de nuevo –Dijo y le dio un trago a su cerveza.

-Pues me parece muy bien –Dije agradecido de que los muchachos se lo hubieran tomado todo tan bien –Qué les parece una barbacoa? –Les pregunté.

-Tu chica cocina? –Preguntó Jared –Porque lo que es Leah… -Dijo arrugando la nariz.

-Supongo que si –Dije –Después de todo le prepara la cena al Jefe Swan todos los días.

-Entonces todo está arreglado! El sábado por la noche tenemos barbacoa! –Exclamó Embri.

-Podemos llevar chicas? –Preguntó Paul.

-Si –Respondí.

-Sólo quisiera que Jacob pudiera estar presente –Dijo Embri.

-También yo –Respondí pensativo –También yo.


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