sábado, 7 de julio de 2012

El Crepúsculo de Emmett 16




Hola chicos! Como les dije, si ustedes me regalaban sus opiniones, yo apuraba los capítulos, así es que aquí tenemos el esperado buffet de Emmett! Muchas golosas me pidieron sus platos de Emm y de Jasper y hasta con repetición! Todos sus platos están en el correo, reclámenselos al cartero…

Ojalá les guste este recreo antes de que avancemos con los siguientes acontecimientos.

Cariños

R.

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Capítulo 16


Cuídame
Yo te cuidare
Yo también pague placeres ciegos
Y no quiero ver
La luna roja
Sobre el mar negro
Luna roja/ Soda Stereo

Emmett POV
Me encontraba sobre la cama perfectamente quieto, con mis manos apoyando mi cabeza y los ojos cerrados, esperando que Bella diera su primer paso. Dónde me tocaría? Qué haría conmigo?
Ella pareció quedar tan inmóvil como yo por largos minutos, y llegué a temer que mi cuerpo desnudo fuera mucho para ella… yo soy… bueno, grande, y eso puede causar una impresión, sobre todo en una chica virgen como mi novia.
Justo cuando me aprestaba a abrir los ojos para hablar con ella y tranquilizarla, sentí el calor de su mano en mi estómago, acariciando mis músculos abdominales de arriba hacia abajo.
-Eres hermoso Emm –Murmuró ella –Me encanta lo suave y duro que eres a la vez –Dijo como para sí misma, mientras sus dedos delineaban mis caderas hacia mi sexo y regresaban a mi estómago… hizo esto varias veces, y cuando ya me había acostumbrado a que me tocara con su mano, lo más increíble ocurrió… sentí sus manos apoyarse en mi costado y su boca besar la punta de mi erección. Fue un beso húmedo, con labios y lengua, y me hizo arquear la espalda y contenerme con todas mis fuerzas para no intervenir guiándola con mis manos.
-Aaaagh! Bellaaaa –Rugí ante la poderosa sensación.
-Lo hice bien? –Preguntó preocupada.
-Perfecto –Jadeé –Hazlo otra vez! –Demandé.
-Mmmmmh –Hizo Bella mientras repetía sus besos, y la vibración fue deliciosa y una verdadera tortura. Yo quería que ella explorara mi cuerpo sin mi interferencia, que se sintiera cómoda con él, pero eso significaba que no podía guiarla ni apurarla… y entonces una de sus manos me rodeó y me comenzó a bombear mientras su boca se concentraba en la punta.
-Uuuugh! -Gruñí –Bella, dónde aprendiste a hacer eso? –Le pregunté sin poder creer que esta fuera la primera vez de Bella manejando una polla.
-Internet –Respondió y dio un lametazo a lo largo de todo el costado de mi pene mientras su cálida mano bombeaba incansablemente.
Luego su boca tomo toda la cabeza completamente y mientras con una mano bombeaba, la otra me acariciaba los testículos, volviéndome loco de calentura y ganas de cogerla YA!
-Bella me voy a correr si sigues así, ven aquí, que ahora te voy a coger –Le dije estirando mis brazos hacia ella. Bella inmediatamente me soltó y mi pene casi hace un puchero ante la pérdida de su toque, pero inmediatamente la abracé y giré nuestros cuerpos para quedar encima de Bella.
Estiré uno de mis brazos y tanteé en busca de un condón, y en cuanto tuve uno en mis manos rasgué el envoltorio con mis dientes.
-Me lo quieres poner? –Pregunté.
-No, a lo mejor la próxima vez… -Dijo ella mirando mi entrepierna con interés.
-Yo tampoco he usado nunca uno de estos… -Dije mientras me lo ponía siguiendo las instrucciones que traía la caja al momento de comprarlos. Afortunadamente nuestra memoria fotográfica es perfecta y pude ponerme el preservativo sin problemas.
Una vez que el condón estuvo en su lugar Bella estiró su manita y me bombeó un par de veces.
-Ogh… se siente raro… -Dijo –Como si tu pene fuera de plástico…
-Lo necesitamos Bells –Le dije y comencé a besar su cuello –No podemos exponernos a que te haga daño mi veneno.
-O…kay… -Dijo sin discutir más –Emm?
-Sí, Bells? –Dije acariciando sus senos.
-Hazme el amor de una vez!
-Sí Bells –Dije posicionándome en su entrada, que aún estaba mojada por el orgasmo que había tenido cuando le hice sexo oral. Se sentía demasiado estrecha y me preocupó hacerle daño, pero Bella abrazó mi cintura con sus piernas y movió sus caderas mientras sus manos rasguñaban mi espalda de pura ansiedad.
Lentamente entré en ella, y Bella se tensó y gimió de dolor, pero no me detuve hasta estar completamente adentro de ella. Un par de lágrimas surcaron sus mejillas y yo las besé hasta hacerlas desaparecer, completamente inmóvil de la cintura hacia abajo para permitirle acostumbrarse a mi invasión.
Pasados un par de minutos Bella abrió los ojos y maravillada me dijo
-Emm… somos uno!
-Por siempre Bells… por siempre –Contesté y comencé a retirar mi erección y la volví a penetrar, ganándome nuevos gemidos, pero ésta vez no eran de dolor, ya que Bella me comenzó a besar apasionadamente.
Yo al ser más alto que ella debí agacharme bastante para besar su boca, por lo que nos giré en la cama dejándola a ella arriba.
-Cabálgame Bells –Dije tomándola por las caderas y dejándola caer sobre mí. El cuerpo de Bella se sentía increíble, mejor que nada que hubiera experimentado antes, cálido y suave, y tan estrecha… me debí concentrar para no dejarme llevar y acabar antes de tiempo al ver sus pechos moviéndose al compás de mis estocadas, su cara en una mueca de placer silencioso, y su leve peso sobre mí.
Ella se inclinó y comenzó a besar mi pecho, dejando su hermoso traserillo al aire, el que tomé entre mis manos y comencé a penetrarla más rápido y un poco más profundamente, sin llegar a hacerle daño. Ella comenzó a gritar mi nombre y palabras incoherentes, y yo comencé a perder un poco el control…
Metí mi mano entre nosotros y comencé a acariciar su clítoris mientras la penetraba, y pude sentir sus paredes contraerse cuando llegó a su orgasmo. Esa estrechez extra fue lo que desencadenó mi propio alivio.
Bella cayó como desvanecida en mi pecho, respirando como si hubiera corrido una maratón y abrazándome con todas sus fuerzas.
Yo besé su cabello y nos rodé para quedar a su lado y salirme de su cuerpo para poder deshacerme del condón. Ella emitió sonidos como los de un gatito pero mantuvo sus ojos cerrados y yo estuve a su lado cubriéndola con una manta en nada de tiempo.
-Te amo Isabella –Le dije emocionado, y si hubiera podido llorar probablemente o habría hecho. Sentía que mi cuerpo no podía contener toda la magnitud de las emociones que ella producía en mí.
-Por qué me dices Isabella? –Preguntó ella abriendo los ojos y acariciando mi rostro con sus manos.
-Porque no estoy jugando… porque esto es lo más serio que he sido en mi vida… te amo y quiero para siempre a tu lado, quiero hacerte el amor todo el día todos los días hasta el fin de mis días…
-Emm… a alguna hora tendríamos que alimentarnos… -Dijo ella mirándome dulcemente.
-Sólo de amor… no necesito más –Dije empeñado en que me dijera que bueno.
-Está bien… viviremos sólo de amor y besos y caricias… -Dijo abrazándome con todo sus brazos y piernas. Entonces el olor de su sangre me golpeó como un saco de ladrillos… Al desgarrar su himen algo de sangre se había derramado y ahora que mi cerebro estaba menos enfocado en el sexo, la podía oler con claridad.
La tomé en mis brazos a velocidad vampírica y me la llevé al baño donde la metí a la ducha y di el agua caliente para lavarla entre las piernas –Emmett! -Dijo apenas recuperando el equilibrio –Yo me puedo lavar sola!
-Déjame hacerlo… -Le pedí. Su sangre me llamaba pero me sentía lo suficientemente fuerte como para resistirla, después de todo en la escuela resistíamos todos nosotros a chicas con sus períodos y a chicos con pequeñas heridas todo el tiempo y sin comernos a nadie. No había modo de que me comiera a mi novia, a mi alma gemela, a mi Bells después de hacerle el amor.
-Está bien –Dijo ella y me permitió mojar mi esponja en el agua caliente y untarla en mi body wash para luego pasársela por entre las piernas. Delicadamente la lavé y luego la sequé con una enorme toalla limpia y finalmente tomándola entre mis brazos la llevé de vuelta a mi habitación.
La cama estaba aún cubierta de los pequeños paquetes de condones sin usar, por lo que saqué la colcha a un lado y deposité a Bella desnuda sobre las sábanas.
-Quieres dormir? –Pregunté después de besar su frente.
-Quiero que te acuestes a mi lado –Dijo ella estirando sus brazos hacia mí.
-Por supuesto… te amo Bells –Le dije tomándola entre mis brazos y acunando su pequeño cuerpo.
Mis hormonas ya estaban revolucionándose nuevamente con su cercanía, pero no sabía la frecuencia con la que Bella resistiría tener relaciones sexuales… debía aprender a controlarme mientras ella fuera humana.
-Te amo Osito –Dijo ella acomodándose mejor entre mis brazos –Emm…?
-Sí?
-Para mí fue increíble… para ti… fue bueno? –Preguntó insegura.
-Bells… es la mejor experiencia que he tenido en mi vida… -Dije honestamente.
-Te estoy hablando en serio Emm, no te burles de mí! –Se quejó ella.
-No me estoy burlando! Te amo y me hiciste sentir más que nadie en el mundo. Eres sexi y cálida y hermosa y estrecha… Bells deja de menospreciarte!
-Está bien… Lo siento… -Dijo besando mi mejilla.
-Bells dime la verdad… -Pregunté preocupado cambiando de tema –Te dolió mucho?
-Bueno… si, en su momento me dolió, pero pasó rápidamente… no fue tan terrible –Respondió quitándole importancia.
-Lo siento Bells, al menos ya nunca más te va a volver a doler, la virginidad se pierde una sola vez. De ahora en adelante va a ser sólo placer –Le prometí.
-Mmmmmmmh… -Dijo ella –No puedo esperar… -Dijo acariciando mi pecho con una de sus manos.
-Estás lista? Tan pronto? –Pregunté sorprendido.
-Bueno… entiendo si tu no lo estás… -Dijo ella enrojeciendo.
-Bells, tócame –Dije mirándola con una sonrisa en mi rostro. Ella estiró su mano hasta mi entrepierna, cubierta con la sábana y aspiró al darse cuenta de mi erección –Te parece que no estoy listo?
-Me parece que estás muy listo… -Dijo ella mordiéndose el labio –Y qué vas a hacer al respecto?
-Veamos qué tan lista estás tú –Le dije metiendo impúdicamente mi mano entre sus piernas, acariciando su clítoris hinchado –Mmmmmh… te estás mojando para mí Osita?
-Oh Emmmmmm…! -Dijo ella moviendo sus caderas al ritmo de mis caricias.Mis labios se movieron lánguidamente desde su rostro hasta sus pechos, donde se prendaron de uno de sus pezones y succioné suavemente. Quería hacerle el amor con calma, disfrutarla ya sin miedo ni nervios de hacerle daño.
Ella entrelazó sus manos en mi cabello y arqueó su espalda para acercarse más a mí, y abrió más sus piernas para permitirme profundizar mis caricias.
Comencé a penetrarla con dos dedos, y ella arañó mi espalda sin hacer mella en mi piel.
-Emm… ya! –Me dijo y con su manita tomó mi erección y la acercó a su centro.
-Bells el condón! –Exclamé y me alejé para tomar uno del suelo.
-Apúrate! –Dijo ella arrodillándose en la cama. Se veía sexi y salvaje, y el aroma de su excitación llenó la habitación.
-Yá! –Dije cuando terminé de ponerme el preservativo –Aquí voy –Dije saltando a la cama sobre Bella, cuidando de no hacerle daño, pero atrapándola entre las sábanas y mi cuerpo. Tomé entonces su pierna derecha por detrás de la rodilla levantándola y empujé, penetrando a Bella en un fluido movimiento.
Ambos gemimos de placer, y adopté un ritmo parejo entrando profundo y saliendo hasta casi sacar la cabeza de mi polla, para luego volverla a meter. Con mis manos tomé sus brazos y la inmovilicé contra el colchón, y mi boca comenzó a besar todo lo que encontró a su paso.
Bella se retorcía de placer, pero mi cuerpo sobre el suyo limitaba sus movimientos, y luego de un buen rato de hacer el amor ella comenzó a gemir palabras incoherentes… fue entonces que decidí aprovechar mis habilidades vampíricas, y aceleré el ritmo de mis estocadas a una velocidad superhumana, aumentando el roce de nuestros cuerpos.
Sabía que a este ritmo ninguno de los dos podría durar demasiado, pero se sentía demasiado bien como para parar. Tomé las piernas de Bella y las puse sobre mis hombros y seguí cogiéndola rápido y profundo, y demasiado pronto sus paredes comenzaron a estrecharse, y un grito con mi nombre escapó de los labios de mi Bells. Yo me dejé ir y acabé pocos segundos después de ella.
Nos quedamos abrazados tratando de recuperar el aliento y nos besamos tiernamente antes de que yo me tuviera que ir al baño a deshacerme del condón. Maldito trámite, pensé, que me alejaba de mi Bella por estos segundos preciosos.
Al regresar a la cama, Bella se acurrucó en mi cuerpo y nos tapamos con una manta. Ella se quedó dormida casi de inmediato y yo la abracé jugando con su cabello y me quedé pensando y reviviendo todo lo que habíamos hecho esa tarde… la mejor de mi vida.

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Próximo capítulo… cierto partido de baseball… es todo lo que diré.

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