viernes, 23 de diciembre de 2011

Oscura Obsesión 1

Hola chicos, aquí me tienen publicando de nuevo, esta vez un One shot en dos partes (o two shot) dedicado a Ro Ro Hale que quería un Darksper con una Bella humana… veamos si he logrado complacerla.


Un abrazo a quienes me siguen y espero que disfruten!


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  1. Oscura Obsesión: Parte 1

No descuidaré

regalarte mis delirios.

Me conectaré con el cuerpo al olvido.

Despiértame,

sin dañar mis emociones.

No sé, espero que

se apaguen mis temores.

Despiértame /Nicole

Bella POV

Mi turno de viernes por la tarde en Newton´s fue extenuante. No tanto por que trabajara demasiado, sino porque nuevamente debía repeler los avances de Mike, que tenía la molesta costumbre de arrinconarme en la bodega o en rincones oscuros para invitarme a salir. Maldito idiota que no entendía que no es no!

Ese fin de semana lo pasaría sola, ya que los Cullen en pleno habían salido a cazar, por lo que provecharía de adelantar trabajo en mis tareas de la escuela, que estaban francamente dejadas de lado a cambio de seguir a Edward y Alice en cada una de las múltiples actividades que se les ocurría.

Llamé a Charlie para saber a qué hora llegaría a casa y me dijo que me esperaría para cenar, ya que el fin de semana se iría de pesca con unos amigos y quería pasar tiempo conmigo. Pobre Charlie, nunca se le dio bien el hablar, menos de sentimientos, pero yo sabía lo culpable que se sentía por no estar en casa conmigo… por no ser un padre más presente… no es que me importara demasiado, ya que yo disfrutaba del tiempo para mí misma… Cuando lograba tener tiempo para mí.

Parecía que siempre estaba embarcada en alguna actividad con Alice o Edward, era como si desde que regresamos de Italia su meta en la vida fuera mantenerme ocupada las 24 horas del día, por eso era tan extraño que me hubieran dejado sola todo un fin de semana.

Y no me malentiendan! Por supuesto que amaba a Alice y a Edward, pero ambos por si solos y sobre todo en conjunto, resultaban un poco… demasiado.

Era como si conscientemente estuvieran tratando de evitar que yo tuviera tiempo para pensar…

Y necesitaba pensar! Desde nuestro regreso a Italia Jacob no me hablaba, Charlie me tenía castigada de por vida y yo había perdonado a Edward sin pensar si se lo merecía o no. Mi corazón me decía que lo necesitaba y simplemente habíamos caído en la misma rutina de antes de que me dejaran… como si aquí no hubiera pasado nada.

Pero yo había cambiado… lo sentía en mi interior… una Bella más fuerte, más independiente, que aún no había tenido la oportunidad de probarse a sí misma, pero que pronto lo haría… en cuanto tuviera la ocasión.

Por eso estaba tan contenta de tener este precioso fin de semana, un espacio para mí, para pensar y decidir qué quería hacer de mi vida… y ponerme al corriente con la escuela.

Esa noche preparé una cena especial para Charlie, y puse especial esfuerzo en conversar con él durante la cena. Él pareció complacido y hasta se quedó un rato extra en la cocina ayudándome a lavar los platos.

-Estás segura de que vas a estar bien sola todo el fin de semana? –Preguntó por enésima vez mientras secaba los cubiertos.

-Si papá –Dije con voz cansada –Tengo montones de tarea que adelantar…

-Mmmmm –Gruñó –No me gusta nada dejarte sola, especialmente con ese Edwin rondándote de nuevo… -Dijo –Recuerda que estás castigada! No puedes tener visitas y debes estar en casa antes de que se ponga el sol.

-Lo sé papá… Dios! Ya tengo 18 años, puedo comprender instrucciones simples, sabes? Además es Edward, no "Edwin" y él se fue con su familia a acampar por el fin de semana –Le dije medio cabreada.

-No te me hagas la sabelotodo Bells –Me dijo –Puede que tengas 18 años o 45, pero mientras sigas viviendo bajo mi techo…

-…debo seguir tus reglas, ya lo sé –Le dije.

-Bien, ahora dale un abrazo a tu padre y no te enojes conmigo, que todo lo hago pensando en tu bienestar.

-Lo sé papá –Le dije dándole un medio abrazo un poco incómodo. Ninguno de los dos era bueno con las muestras de afecto.

-Ahora a la cama! -Me dijo haciéndose el duro. Yo obedecí subiendo al segundo piso, fui al baño, me lavé los dientes y me acosté. En cuanto mi cabeza tocó la almohada me quedé dormida.

…oOo…

Al día siguiente desperté a las 9:04 am de acuerdo a mi reloj despertador, y me sentí inusualmente descansada y libre. Este era mi día y haría con él lo que quisiera!

Partí por darme una larga ducha y me lavé el pelo dejándolo que se secara al aire. Era una linda mañana de primavera y no hacía demasiado frío.

Desayuné cereal con leche y me lavé los dientes y luego cepillé mi cabello… se estaba poniendo demasiado largo, tal vez debería cortármelo… aunque a Edward le gustaba así como estaba… qué hacer? Suspiré y decidí no decidir nada por ahora.

Me vestí con una camiseta vintage que Edward y Alice aborrecían y unos jeans desgastados y ajustados al cuerpo. Complementé mi atuendo con mis zapatillas Converse y me sentí como una verdadera rebelde, una rock star en mi fin de semana libre. Libre de todos y de todos… menos la tarea.

Mejor salía de eso cuanto antes, tenía que escribir un ensayo de literatura sobre el rol de las mujeres en el siglo XIX, haciendo una comparación entre varios libros de las hermanas Bronte y Jane Austen, un ensayo que valía el 30% de mi calificación final.

Pero al buscar los libros que necesitaba me di cuenta de que mi copia de Jane Ayre no estaba por ninguna parte… Y haciendo memoria recordé que la había dejado en la habitación de Edward la última vez que lo había visitado.

Demonios! Tendría que ir a casa de los Cullen a buscar mi copia antes de comenzar, o interrumpiría mi trabajo más adelante de todas maneras.

Tomé las llaves de mi camioneta y partí rumbo a la mansión. Yo tenía una llave para casos de emergencia, y me pareció que este definitivamente clasificaba como una emergencia… necesitaba mis notas altas para poder acceder a una buena universidad por mí misma y no por que los Cullen le pagaran una burrada de dinero al rector.

Al llegar a la mansión me estacioné junto a la puerta y usé mi llave para entrar. Subí rápidamente al tercer piso y entré a la habitación de Edward. Justamente, sobre su sofá estaba mi libro.

Lo tome con un suspiro de alivio y casi me muero del susto cuando una voz a pocos centímetros de mi cuello me dijo

-Y tú qué demonios haces aquí?

Me giré alarmada, esa era una voz a la que no estaba acostumbrada… él nunca hablaba en mi presencia… rayos! El rara vez estaba en mi presencia!

-Jasper! –Exclamé –Lo… lo siento… mi libro –Dije mostrándole mi maltratado ejemplar.

-Es que no sabes lo peligroso que es para ti estar a solas conmigo? –Dijo sin retroceder ni media pulgada… estaba invadiendo mi espacio personal a propósito para amedrentarme… y estaba funcionando -Qué haces aquí Swan? –Preguntó mirándome a los ojos. Los suyos estaban del color del oro derretido, por lo que no estaría hambriento… pero eso no me hizo sentir segura, todos se habían encargado de advertirme… Jasper es peligroso, su control es el más débil de toda la familia…

-Se me quedó mi libro –Respondí mirando al suelo. Su mirada era demasiado intensa y parecía quemarme.

-Es una lástima… -Dijo como para sí mismo -Una verdadera lástima.

-Jasper… yo… tu… no me harías daño verdad? –Le pregunté mientras él acercaba su rostro a mi cuello y aspiraba profundamente.

-Daño? –Me preguntó –Eso es lo que temes? Que te haga daño? –Rió siniestro –No Swan, no te voy a hacer… daño.

-Jasper… por qué estás aquí? Por qué no estás con los demás en Canadá? –Le pregunté levantando la vista. Él seguía cerca de mí, pero no quise demostrarle mi miedo retrocediendo. Aunque él pudiera sentirlo.

-No me dio la gana ir a Canadá –Respondió con una sonrisa maligna, y su respuesta rebelde me hizo darle una segunda mirada… Jasper no vestía su ropa usual elegida por Alice, nada de ropa de diseñador esta vez. No, él vestía una camiseta negra sin mangas que revelaba sus musculosos brazos y múltiples cicatrices, apenas visibles. Yo las reconocí por que hacían juego con la que yo tenía en la muñeca de la mano izquierda. La que me regaló James.

Jasper vestía además jeans desgastados y ajustados y botas vaqueras… Oh mierda… casi me relamí al verlo de cuerpo entero, y lo peor? Él se dio cuenta.

Me sonrojé como una idiota por estar embobada mirando a mi cuñado y él volvió a reír… en estos minutos con él lo había visto reír más que en todo el tiempo que lo conocía, pero no era una risa alegre, era oscura, misteriosa… escalofriante.

Me pregunté por un momento si saldría viva de esa casa… y luego me pregunté qué se sentiría tener los labios de Jasper en mi garganta, bebiendo de mí, saciando su eterna sed… y me produjo un delicioso cosquilleo en mis entrañas. Me sonrojé otra vez.

-Eres un espécimen extraño Swan… lo sabes verdad? –Me preguntó.

-Así dicen… -Me encogí de hombros – Por qué me llamas Swan? –Le pregunté.

-Porque tú quieres ser llamada "Bella", y yo odio ese sobrenombre –Dijo, sus ojos brillantes y una mueca de desagrado.

-P…Por qué? –Pregunté.

-Porque ese es el nombre de una niña, pero tú eres ya una mujer –Me dijo caminando alrededor de mí, observándome, evaluando mis reacciones. Quise salir corriendo, su escrutinio me tenía incómoda, pero me paralicé, como siempre que tenía miedo. Además él me alcanzaría antes de llegar a la puerta de la habitación.

-Y cómo me debería hacer llamar? –Le pregunté.

-Isabella –Dijo mi nombre con voz ronca –Ese es el nombre de una mujer de verdad, una mujer con deseos y sueños… y yo conozco tus deseos… lo sabes verdad?

Yo enrojecí violentamente. Por supuesto que Jasper sabría de mi despertar sexual, de mis deseos de amor físico, de mi constante frustración con Edward. Desde que Edward había regresado era como si yo estuviera en celo, siempre deseando algo que sabía que no podría conseguir.

-Me… me voy –Le dije dando un paso al frente, pero él se interpuso en mi camino.

-Tienes idea de lo que me provocas Isabella? Lo que todo ese deseo reprimido provoca en mí? Lo que daría por… -Se detuvo y tomó un mechón de mi cabello, llevándoselo a la nariz y aspiró –Hueles a inocencia… es embriagador. Puedo comprender la obsesión de Edward contigo…

-Es por eso que… siempre me rehúyes? –Le pregunté envalentonada.

-Eso es cosa de la familia –Respondió –Prefieren mantenerme alejado de la tentación, pero yo no rehúyo a nadie, menos a un snack –Dijo y sonrió malévolo.

-Tú no piensas eso de mí –Le dije segura de lo que decía –O no me habrías salvado cuando sucedió lo de James… tú… tú me dijiste que yo… valgo la pena…

-Me sorprendes Isabella –Me dijo –Eres más astuta de lo que te daba crédito…

-Y tú eres menos educado de lo que yo te daba crédito –Respondí ofendida.

-Te han besado de verdad alguna vez? –Me preguntó cambiando el tema completamente, descolocándome.

-Yo… Edward… -Respondí mirándome las manos.

-No me vengas con mentiras! –Exclamó -sabes perfectamente que te puedo descubrir en cuanto salen de tu boca. Te estoy preguntando si alguna vez te besó un hombre de verdad –Me dijo tomando mi mentón entre sus dedos y bañando mi rostro con su aliento… una deliciosa mescla de especias y canela… intoxicante.

-N…no? –Me salió como una pregunta.

-Eso me imaginé –Me dijo, y antes de saber lo que estaba sucediendo sus labios chocaron con los míos en un beso abrazador. Ni siquiera se me ocurrió la posibilidad de negarme, sino simplemente busqué apoyo en él afirmándome de sus brazos mientras su lengua exploraba mi boca virgen de lenguas y pasión.

Jasper no fue gentil ni tierno como Edward, no me trató como una muñequita de porcelana que se podía romper en cualquier momento… oh no! Me besó duro, y yo entré en el juego junto con él, enrollando mi lengua en la suya, gimiendo como desesperada de algo que no podía identificar.

Antes de lo que me hubiera gustado me soltó y yo quedé con los ojos cerrados y boqueando como un pez fuera del agua.

-Lo sabía! –Dijo luciendo satisfecho –Eres un volcán Isabella… Un volcán a punto de estallar…

-Por qué hiciste eso? –Le pregunté avergonzada por mi reacción. Debí haberlo abofeteado o algo, recordarle que ambos estábamos comprometidos con otras personas… yo que sé, algo! Pero no, no hice nada porque ese beso había sido la cosa más excitante que me había pasado en la vida. Sentía mi corazón bombeando con fuerza y en mi estómago mariposas… y humedad entre mis piernas…

-Porque ambos lo necesitábamos –Me dijo –Yo no soporto la tensión sexual ni tus frustraciones Isabella… si tú quisieras yo podría encargarme de ti… satisfacerte, hacerte gritar de placer…

-Así es que yo soy tu nuevo caso de caridad? Adiós! –Le pregunté ofendida empujándolo. Él me tomó del brazo girándome y me volvió a besar.

Mis labios instantáneamente se abrieron para él y esta vez sus manos vagaron por mi cuerpo y me tocó en la cintura, las caderas y mis nalgas. Mi excitación creció y mis manos se aferraron su cabello rubio y desordenado, como tratando de forzarlo a darme lo que yo necesitaba… fuera lo que fuera aquello. Su lengua se movió por mi boca con confianza y decisión, y sus manos siguieron moviéndose por mi cuerpo como nunca nadie lo había hecho.

Mi bajo vientre concentró una bola de calor que fue creciendo y creciendo, hasta abarcar todo mi cuerpo, temblaba y gemía, y entonces… Jasper me volvió a soltar. Y me quedé caliente, mojada y frustrada.

-Eso es lo que me haces sentir… cada… puto… día –Me dijo.

-Cómo? Tú no me deseas –Afirmé.

-Y qué sabes tú sobre lo que yo deseo o no? –Me enfrentó –Tú Isabella, no sabes nada.

-Sé que tienes a Alice… -Dije recordándomelo a mí misma.

-Oh… Pero Alice me tiene a mí? –Me preguntó.

-Jasper no quiero que juegues conmigo, me voy –Dije sintiéndome sucia.

-Quién dice que esto es un juego? –Dijo tomándome fuerte por el cabello –Quién dice que no te deseo?

-Jasper por favor… -dije sintiendo crecer nuevamente ese calor, esas cosquillas en mi entrepierna.

-Por favor qué Isabella? Pídemelo y tal vez te lo daré –Dijo mientras el placer seguía creciendo y creciendo, estaba a punto… y luego nada.

Gemí.

Lo golpeé.

Lo maldije.

Y lo besé.

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A qué juega Jasper con Isabella?

Reviews=love=2° parte

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