miércoles, 4 de julio de 2012

El Crepúsculo de Emmett 13




Hola chicos! Nuevamente me tienen aquí, publicando antes del fin de semana, ya que me toca viajar y no podré actualizar por unos días.

Les quiero agradecer enormemente sus comentarios y favs., de verdad son lo que me impulsa a seguir escribiendo a pesar del miedo a que FF borre mis historias y lo arruine todo.

Abrazos de oso para todos,

R.

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Capítulo 13


And you are the only one who,
Drags me, kickin and screamin trough fast dreams.
And you are the only one who,
Knows exactly what I need
You´re the only one / María Mena

Bella POV
Las semanas siguientes con Emmett pasaron como un tornado de besos, caricias y exploraciones mutuas… No volvimos a hablar de sexo pero cada vez que estábamos solos nos aligerábamos de ropa y podíamos pasar horas acariciándonos, en su casa o en la mía.
Emm era siempre cuidadoso conmigo y su cuerpo maravilloso, por lo que él llenaba siempre todos mis pensamientos…
En la escuela las cosas comenzaron a mejorar e hice un par de amigos fuera de los Cullen, ya que aparte de Biología con Edward, no compartía ninguna clase con ellos.
Las chicas que me dieron la bienvenida el primer día me aceptaron gustosas en su grupo, y los días que hacía sol y los Cullen no asistían a clases, me sentaba en la mesa de Jessica, Ángela, Mike Newton, Tyler y otros chicos.
Así es como me enteré de que el gran panorama para cuando mejorara el clima sería un paseo a la playa de La Push.
-La Push, baby! –Me susurró en el oído Mike Newton. Me giré molesta para darle un manotazo. Es que acaso no sabía que yo tenía novio? –Hey Bella! Cuál es tu problema? –Preguntó cuando acerté.
-De lejos, Newton –Le dije pensando que le estaba salvando la vida. Si Emmett veía cómo me coqueteaba cuando él no estaba era capaz de comérselo!
-Oye Bells, cuando vas a darle calabazas a Cullen para salir conmigo? –Preguntó Tyler.
- Emm es mi novio! Estás loco? –Le pregunté incrédula –Además ni siquiera eres capaz de conducir sin estrellarte…
-Déjalos Bella, son como niños –Me dijo Jessica evidentemente molesta por la atención que yo estaba generando –Tú eres sólo el juguete nuevo, ya verás cómo se cansan luego.
-Lo sé Jess, no hay problema –Respondí con una sonrisa. Qué me importaba lo que me dijeran? Esa tarde vería a mi osito como todos los días, y los malos ratos serían cosa del pasado.
-Así es que los Cullen salieron de nuevo a acampar? –Me preguntó Ángela tratando de cambiar de tema.
-Sip, aprovechan cada vez que hay buen clima para salir, el doctor Cullen cree que eso los mantiene saludables y unidos como familia –Dije sinceramente.
-Aw, ya quisiera que mi papá tuviera las mismas ideas –Dijo Ángela –Pero mi papá odia el barro y ni hablar de acampar en el suelo mojado!
-Charlie tampoco me llevaría a sus salidas a pescar, no es que sean muy interesantes, pero es una actividad que hacen entre hombres… -Dije encogiéndome de hombros.
-Y… cómo van las cosas con Emmett? –Preguntó Jessica ávida de chismes.
-Bien… mejor que bien en realidad –Dije sonrojándome levemente -ya cumplimos un mes juntos y todo marcha perfecto… -Le dije sin comprometerme con información más elaborada.
-Es taaan guapo –Dijo Ángela –Pero me da un poco de miedo, es grandote, y siempre se mantiene al margen de todo, él y su familia…
-Es… tímido –Dije pensando en que no había nada más alejado de la realidad. Emmett era seguro de sí mismo y un bromista incorregible.
-El entrenador del equipo de rugby lo trata de convencer día por medio de que se una al equipo, pero no hay caso, él no acepta –Dijo Mike, capitán del equipo de baloncesto.
-Emm tiene una antigua lesión que le impide jugar –Mentí otra vez –Hey, qué hay de ese viaje a La Push? –Pregunté desesperada por cambiar de tema –Puedo invitar a Emm?
-Claro que sí Bella, aunque dudo que acepte… los Cullen nunca van a ninguna actividad extra programática –Dijo Ángela.
-Bueno, no pierdo nada con intentarlo… -Le dije y comenzamos a hablar de otra cosa.

…oOo…

Esa tarde apenas salí de la escuela subí a mi camioneta y conduje a casa de los Cullen. Emm como siempre que no asistía al colegio, me esperaba en el porche de la casa, y en cuanto paré el motor de mi camioneta él abrió la puerta del lado del conductor, me desabrochó el cinturón de seguridad y me tomó en sus brazos, todo a velocidad vampírica.
Nos besamos en silencio hasta que yo comencé a tiritar. El día estaba luminoso pero helado, harían unos 5°C.
-Mierda! –Exclamó Emm –Se me sigue olvidando que te afecta el clima –Dijo pateando el suelo.
-Encendiste la chimenea? –Pregunté aún en sus brazos.
-Claro que sí! –Me dijo orgulloso –La casa está calentita –Dijo moviendo sugestivamente sus cejas de arriba hacia abajo.
-Entramos entonces? -Pregunté.
-Entramos –Dijo cargándome.
-Hola Ali –Dije a Alice cuando pasamos por su lado camino al dormitorio de Emmett –Van mañana al colegio?
-Hola Bella! –Me saludó –Sip, mañana vuelve a estar nublado.
-Emm, me puedes dejar en el suelo, o se me van a atrofiar las piernas –Le dije a mi osito.
-Pero Belly Boo! Me gusta cargarte! Además así nos aseguramos de que no te tropieces y te caigas por la escalera –Dijo soltando una risotada. A Emmett le divertía mucho mi torpeza, y casi lo consideraba uno de mis atributos por cómo lo hacía reír.
-Ositooooo… -Me quejé –No te burles de mí… -Dije haciendo un puchero.
-Belly Boo, no me llames "osito" en esta casa –Me susurró Emm, y pude escuchar risas proviniendo de todas partes de la casa.
-Está bien Emmy, no más "osito" en esta casa llena de fisgones –Respondí en voz alta.
-Ahora cuéntame, cómo estuvo tu día? –Preguntó.
-Normal –Respondí –Oh! pero si hay algo! Me invitaron a La Push, a la playa… parece que nuestro curso está organizando un paseo o algo así… -Le dije.
-Si quieres puedes ir Bells, pero yo no puedo acompañarte… -Me dijo depositándome en su cama.
-Por qué no? Va a haber sol? Podría ser divertido… podrían venir tus hermanos… -Le dije tratando de no sonar patética.
-Nosotros… simplemente no vamos a La Push… lo siento Bells, es un secreto y no es mío para contarlo –Dijo contrariado.
-Pero… no me puedes dar ni una pista? –Pregunté esperanzada, después de todo ya sabía casi todos los secretos de la familia Cullen, o así lo creí.
-No Bella –Dijo Emmett cerrando el tema, inusualmente serio –No te voy a decir así es que no insistas!
-Ok! –Exclamé picada, cruzando los brazos.
-Ok! –Dijo él frunciendo el ceño. Y nos quedamos paralizados. Nunca habíamos discutido antes y yo no quería que esto se transformara en motivo de discusión, pero tampoco me gustaba que Emmett guardara secretos.
Me di media vuelta para salir de su habitación e ir a saludar a Esme cuando él me tomó de la cintura, girándome para ponerme firmemente apretada contra su pecho.
-Adónde crees que vas? –Me preguntó.
-Qué te importa? –Repuse –No tengo derecho a mis propios secretos?
-No –Me dijo él acercando su boca a mi oído –Tú eres mi Belly Beans y no tienes nada que esconderme. Yo soy tu osito y no te escondo nada a ti excepto lo que no le puedo decir a nadie… No te voy a dejar que te enojes conmigo.
-Tu no me mandas! –Dije revolviéndome en sus brazos, pero excitada por este Emmett más fuerte y mandón.
-No estás enojada conmigo –Repuso besando desde mi oreja hasta mi cuello.
-Sí lo estoy! Déjame ir, pedazo de vampiro bruto! –Grité. E inmediatamente en la puerta se asomó Rosalie seguida por Alice.
-Suéltala. Ahora –Gruñó Rosalie luciendo feral.
-Emmett es mejor que la dejes ir –Dijo Alice sujetando a Rosalie.
-Pero estábamos jugando! –Se quejó Emmett.
-No me sonó como si Bella se estuviera divirtiendo –Dijo Rosalie con los dientes apretados. Emm me soltó inmediatamente y levantó las manos. Rosalie me tomó y me puso protectoramente tras su espalda.
-Bells, lo siento si te asusté –Me dijo Emmett sin apartar la vista de Rosalie.
-Está bien Emm, no estaba asustada –Respondí poniendo mi mano en el brazo de Rosalie –Gracias Rosalie… pero a Emmett lo puedo manejar yo sola…
-Estás segura? –Gruñó sin permitir que me acercara a Emmett.
-Totalmente –Respondí sin retirar mi mano de su brazo.
-No le iba a hacer daño Rose –Dijo Alice tomando mi mano –Vamos a la cocina Bella? Apuesto que te vendría bien una taza de chocolate caliente.
-Sí, gracias –Dije con la esperanza de que el conflicto se resolviera y Rosalie se calmara un poco.
Alice y yo bajamos las escaleras tomadas del brazo mientras en la habitación de Emmett se quedó Rosalie y Emmett discutiendo demasiado bajo como para que yo pudiera escuchar.
-Ali? Qué pasó? –Pregunté –Qué hice mal?
-No hiciste nada malo Bells –Dijo Alice –Es simplemente que Rosalie es un poco sensible con el tema de la violencia contra las mujeres…
-Pero Emmett jamás me haría daño! –Exclamé –Yo en ningún momento me asusté…
-Lo sé Bella, pero como te dije, Rosalie tiene una sensibilidad especial…
-Algo le pasó? Acaso Edward…? –Susurré pensando lo peor de mi "enemigo".
-Dios! No! Edward jamás le pondría una mano encima a Rosalie! …Pero esta es su historia y no es mi lugar compartirla contigo… lo siento mucho Bells… -Dijo Alice mirándome a los ojos.
-Está bien Ali, supongo que todos en esta familia tienen sus secretos… -Dije admitiéndolo para mí misma.
-Ven, vamos a por ese chocolate caliente… lo quieres con malvaviscos?

…oOo…

Emmett bajó largo rato después y entró a la cocina lentamente, mirando el suelo.
-Lo siento mucho Belly Boo… no quería asustarte –Me dijo desde lejos. Yo puse en el mesón mi chocolate caliente y me acerqué a él.
-Sé que era un juego Emm, que no me estabas tratando de asustar en serio, y sé que no me obligarías a nada que yo no quisiera…
-Entonces me perdonas? –Preguntó mi Emm.
-Sí osito, te perdono… si es que tú me perdonas por haber sobreactuado. De no ser por eso Rosalie nunca habría reaccionado como lo hizo! –Le dije arrepentida de verdad. Claramente habíamos tocado una fibra sensible en la familia.
-Te amo Belly Boo! –Dijo tomándome en sus brazos.
-Y yo a ti –Dije sellando nuestra reconciliación con el más dulce de los besos.

…oOo…

Los días pronto pasaron y fue el fin de semana. El sábado en la mañana me levanté bien temprano y me abrigué bastante. El pronóstico del tiempo había estado en lo correcto, no había lluvia ni demasiado frío (al menos para un lugar como Forks), pero de todos modos, sabiendo que iría a la playa, me abrigué bien y preparé un almuerzo para llevar incluyendo un termo de sopa bien caliente. Tenía la impresión de que la necesitaría.
Conduje hasta la tienda de los padres de Mike Newton donde habíamos acordado reunirnos y viajar todos juntos en la furgoneta de la mamá de Mike, y cuando llegué ya estaban casi todos reunidos, por lo que comenzamos a acomodarnos al interior del vehículo.
Mike insistía en que yo viajara en el asiento del copiloto con él, pero yo desistí y logré que Jessica se sentara en ese lugar. Yo no quería problemas con nadie y menos con una de mis únicas amigas en el instituto.
De todas maneras me tocó sentarme junto a Tyler que se dedicó a hablarme todo el camino sobre lo bien que nos veríamos juntos en el baile que venía en unas semanas.
Yo no podía creer que ese chico insistiera tanto!
Por fin llegamos a La Push y yo me apresuré a bajarme de la furgoneta y ayudé a organizar las cosas. Los chicos recogieron algo de madera a la deriva para encender una fogata.
Cuando finalmente estuvo encendida, me sorprendí al ver que el fuego era de color azul.
-Es la sal del mar –Me dijo Mike, contento de tener algo que decirme.
-Es increíble! –Comenté alucinada con el espectáculo.
Nos dedicamos a charlar en grupo por alrededor de una hora y después el grupo decidió dividirse entre los que irían de caminata y los que se quedarían en la playa. Definitivamente la caminata no era lo mío, pero Lauren decidió quedarse en la playa por que no usaba los zapatos adecuados para caminar entre el bosque y las rocas. Eso me decidió y me fui de caminata, para la inmensa alegría de Mike que dirigía ese grupo.
Al cabo de un par de horas los chicos sintieron hambre y quisieron regresar, y cuando volvimos a la playa (conmigo ilesa de puro milagro) vimos que algunos chicos locales se habían unido al grupo.
Me senté junto a la fogata para calentarme y Tyler hizo las introducciones. Cuando mencionó mi nombre uno de los chicos de la Reserva me miró con interés, y cuando se presentaron ellos pude captar que el chico que me miraba se llamaba Jacob.
Comenzamos a comer y de pronto el grupo comenzó a moverse, y de alguna manera terminé sentada junto a Jacob, y al mirarlo de cerca vi que el chico que se veía un poco menor que nosotros.
-Eres Isabella Swan, verdad? –Me preguntó. Yo suspiré. Era como el primer día del colegio otra vez.
-Bella –Lo corregí.
-Yo soy Jacob Black, tu compraste la camioneta de mi papá –Se presentó con una sonrisa.
-Oh! eres el hijo de Billy –Respondí aliviada –Probablemente debería recordarte…

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Les parece que Rosalie sobre reaccionó?
Reviews=love=sigo escribiendo para ustedes!

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