miércoles, 19 de abril de 2017

Sangre Sucia 13

Una nueva etapa ha comenzado. Hermione en el mundo exterior. Cuéntenme qué les parece, un abrazo enorme.
A.
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Capítulo 13
Outside it's now raining
and tears are falling from my eyes
Why did it have to happen?
Why did it all have to end?

I'm a big big girl
in a big big world
It's not a big big thing if you leave me
but I do do feel that
I do do will miss you much
miss you much...
Big, Big World / Emilia

Hermione apareció de rodillas sobre la hierba. Sabía que estaba en medio de un prado, pero aún no amanecía y la intensa lluvia hacía más densa la oscuridad, alargando la noche invernal. Hacía frío y en cosa de segundos estaba empapada, pero nada de eso le importó, porque su corazón estaba roto en tantos trozos, que cualquier sensación física le era intrascendente.
Estaba aturdida, incapaz de manejar la inmensidad de lo que sucedía, porque no era algo que la lógica o la razón pudieran solucionar.
Había perdido a sus compañeros de La Orden.
Había sido incapaz de proteger a su carga, Lavander y a su bebé por nacer, Sean.
No pudo hacer nada por salvar a Seamus.
Había sufrido un tormento inenarrable en manos de los Carrow, y la tortura siempre, siempre deja su huella.
Y luego Draco la salvó… Lo conoció… Se enamoró.
Saboreó por unos instantes la verdadera felicidad.
Y luego Ron… Dios! Ron! Perdido para siempre… Habría sido mucho más humanitario si los Mortífagos lo hubieran matado en cuanto lo encontraron. Ahora su mente estaba perdida y sin importar lo que hicieran para ayudarlo, ya nunca volvería a ser el de antes.
Y nuevamente Draco… Despedirse de Draco había sido horrible, más aun considerando cómo lo inhabilitó para que no la siguiera: Con una traición y un adiós.
No puedo… No puedes pensar en todo esto ahora, se regañó, levántate y sigue adelante, hay gente que depende de ti. Guárdalo todo en un rincón de tu mente hasta que estés en condiciones de digerirlo.
Con dificultad se puso de pie y exclamó
-Lumos!
Una intensa luz brotó de la punta de su varita y pudo discernir exactamente en qué dirección debía caminar: Una mancha en el horizonte representaba a un tupido bosque de robles que se vislumbraba a lo lejos  frente a ella, y hacia allá se dirigió, sabiendo que caminar era la única alternativa, ya que el bosque estaba protegido con encantamientos anti-apariciones.
El terreno barroso le hacía difícil avanzar, y el viento y el frío no ayudaban, pero siguió adelante sin parar.
Una vez entre los árboles, el viento y la lluvia ya no la afectaron tanto, y Hermione murmuró a la rápida un encantamiento para secar su ropa. Tenía mucho que caminar y no tenía tiempo de agarrarse una pulmonía.
Pronto amaneció y la lluvia se detuvo, las nubes se hicieron menos densas, y asomaron intermitentes algunos rayos de sol.
Ya falta poco…
Caminó en dirección noreste sin desviarse, sabiendo que eventualmente se cruzaría con lo que buscaba: La única encina en un mar de robles.
oooOooo
Llevaba tanto tiempo caminando en piloto automático que casi se pasa de largo cuando finalmente encontró lo que buscaba, el familiar árbol que la llevaría a su destino, por lo que cuando se dio cuenta de que al fin había llegado, jadeó de alivio y se apoyó en el tronco, tratando de serenarse. Debía tener un aspecto terrible y no quería preocupar de más a sus anfitriones.
Una vez que hubo descansado unos minutos, se arregló un poco el cabello, se arremangó la túnica, y se trepó al árbol, dirigiéndose a una larga rama que se proyectaba horizontalmente, y que albergaba un pequeño nido de pájaros con cuatro pequeños huevos azules en su interior, cuyas tonalidades variaban desde un pálido celeste a un intenso turquesa.
Sin dudar un segundo, Hermione estiró el brazo y tomó el huevo más claro, e inmediatamente sintió el tirón en sus entrañas que siempre le producía usar un  traslador, y en un instante se encontró en el jardín de una sencilla casa campestre, de la que salió corriendo un mago, varita en mano, dispuesto a atacar.
-Remus! Soy yo! Hermione! – Gritó ella soltando la varita y levantando las manos en señal de rendición.
-Her… Hermione? No! Hermione está muerta! – Exclamó él sacudiendo la cabeza, blandiendo la varita, furioso.
-En nuestra primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras yo no tuve oportunidad de ver mi boggart, pero el de Harry fue un dementor y tu desviaste la atención de la clase enfrentándolo y convirtiéndolo en una luna llena, y el boggart de Ron es una acromántula! – Dijo ella atarantadamente. 
-Hermione? – Preguntó él más suavemente, bajando un poco la varita.
-Hola Remus… – Dijo ella, con un susurro, inmensamente aliviada de que no le echaran encima una maldición, sólo por si acaso.
-Hermione! – Exclamó él, lanzándose a abrazarla, envolviéndola por completo en un cálido abrazo.
La bruja respiró contra el cuello del que fue su maestro y sólo dos palabras se le vinieron a la mente: Familia. Hogar.
-Hermione? - Preguntó Tonks saliendo de la casa, con Teddy tratando de pasar a través de ella para correr hacia su tía favorita - De verdad es ella?
-Mione! – Gritó el pequeño sin dudar.
-Teddy! – Exclamó ella emocionada. Adoraba al pequeño mago, pero lamentablemente lo veía mucho menos de lo que le gustaría debido a sus eternos e ineludibles compromisos con La Orden.
Teddy se soltó hábilmente del agarre de su madre y se lanzó hacia Hermione rodeando en un abrazo sus muslos con un impulso tal, que casi los desploma a los tres.
-Hermione! – La abrazó Tonks desde atrás, ya que Remus no la había soltado todavía.
Eso era una de las cosas que más apreciaba de los Lupin, ellos vivían el ahora, alejados de las convenciones tradicionales, y no temían demostrar sus sentimientos, algo que era muy mal visto no solo por la comunidad mágica, sino por la sociedad inglesa en general.
Cuando al fin la soltaron la acribillaron a preguntas:
-Estás herida?
-Dónde estuviste todos estos días?
-Estás bien?
-Leíste el periódico?
-Quieres conocer a mi sapo Godofredo?
-Tienes hambre?
-Tienes frío?
-Te ves pálida, no debes haber dormido nada, verdad?
-Quieres leerme un cuento?
-Supiste… Te enteraste de lo de Ron?
Y así, con esas palabras, se borró la euforia producida por el reencuentro como si le hubieran lanzado un balde de agua fría.
Ron.
-Estoy bien… Sólo un poco cansada – Dijo ella con voz rasposa, bajándole el perfil al agotamiento absoluto que sentía su cuerpo, que recién se había comenzado a recuperar – Y sí… Supe lo de Ron… Por eso estoy aquí…
-Vamos adentro – Dijo Tonks, tratando de difuminar la tensión al menos hasta haber forzado algo de comida en la chica – Tengo café recién hecho y creo que hasta nos queda un paquete de esas galletas con doble ración de chispas de chocolate muggle que tanto te gustan.
-Tu ahora compras galletas muggle? – Preguntó Hermione, confundida, pero eligiendo seguirle la corriente.
-No, las trajiste tú, sobraron de tu última visita – Respondió Tonks, rodando los ojos con una sonrisa.
-Oh… - Fue todo lo que pudo decir, tratando de recordar cuándo había sido eso. Hacía meses que no los visitaba, simplemente porque no era estrictamente necesario hacerlo.
Siempre postergándose… Siempre eligiendo el deber, y en consecuencia descuidando a las personas que amaba.
-Mioneee! – Exclamó Teddy demandando atención.
-Dime Teddy – Dijo ella agachándose para quedar a la altura del niño.
-Mi sapo…
-Ahora no Teddy – Dijo Remus – Deja que Hermione descanse un poco, debemos ser buenos anfitriones, recuerdas lo que conversamos el otro día?
-Sí… - Dijo él desanimado.
-Déjame tomarme un café con tus papás y descansar un poco, y luego voy contigo a conocer a Godofredo – Ofreció ella.
-Siéntate – Dijo Tonks señalando la silla más cercana a la estufa de la cocina.
-Gracias – Musitó.
-Hermione, por favor, cuéntanos qué es lo que te sucedió – Le rogó Remus sentándose frente a ella.
-Teddy, anda a lavarte los dientes – Ordenó Tonks – Y cuando termines anda a jugar con Godofredo mientras hablamos de cosas aburridas de adultos.
Teddy puso cara de no estar para nada de acuerdo con el plan, pero sabía instintivamente que no era el momento de ponerse pesado, así es que lentamente y pisando fuerte para demostrar su descontento, se alejó por el pasillo.
-Lo que sucedió… - Dijo Hermione suspirando, una vez que Tonks hubo cerrado la puerta – Lo que sucedió es que todo fue una emboscada, los Mortífagos atraparon a todos los muggles en sus casas y le prendieron fuego a las edificaciones con ellos vivos, gritando por ayuda… Y mientras en medio del desconcierto los miembros de La Orden tratábamos inútilmente de apagar las llamas, nos fueron atacando…
-Por qué dices que “inútilmente”? – Preguntó Remus suavemente.
 -Porque los Carrow aplicaron el hechizo Gubraith de llamas eternas, y aunque yo intenté de todo para apagarlas, incluyendo los hechizos que me enseñó Charlie, nada funcionó… - Explicó ella.
-Un Gubraith? Mierda! Entonces todos esos muggles… - Dijo Tonks poniendo frente a Hermione un enorme tazón de café con mucha azúcar, tal como a ella le gustaba.
-Quemados vivos – Dijo Hermione dando un sorbo a su café – Cada uno de ellos.
-Merlín! Y qué pasó con los demás? – Preguntó Lupin.
-No lo sé – Dijo Hermione batallando con las lágrimas que quemaban sus ojos al comenzar a remontarse a la escena – Había mucho humo, y gritos, y me lanzaban maldiciones por todos lados… Fue un caos… Sabía que estábamos perdiendo… Aunque no se veía mucho por el humo, y los gritos de los muggles hacían un eco ensordecedor, en lo concreto sólo puedo asegurar que vi morir a Seamus… Fenrir lo mató frente a nuestros ojos, destrozándole la garganta de un mordisco, a pocos metros de Lavander y de mí…
-Oh por dios! Entonces el rumor era cierto? Lavander si estuvo en esa batalla? Nadie estaba seguro, esperábamos que estuviera escondida en algún lugar… - Dijo Tonks cubriéndose los ojos con las palmas de las manos, visiblemente angustiada.
-Yo traté de protegerla… - Dijo Hermione sintiendo como las lágrimas se deslizaban por sus mejillas – Lo intenté, pero en el shock ella dejó caer su varita, y yo estaba herida, y justo cuando estaba llegando a su lado para escudarla, me alcanzó una maldición de los Carrow, y para cuando recuperé la consciencia ella ya había desaparecido…
-Crees que escapó? – Preguntó Tonks, esperanzada.
-Qué maldición te hizo perder la consciencia? – Preguntó Lupin a la vez.
-Lo siento Tonks, pero no… Estoy casi segura de que Fenrir la atrapó… Tenía esa mirada predatoria cuando se dirigía hacia ella… - Hermione se estremeció negándose a endulzar la realidad, aunque la verdad fuera horrible – Y ella estaba paralizada y sin su varita, no sé cómo podría haber escapado…
-Oh, no, no! -  Exclamó Tonks cubriéndose la boca, horrorizada.
-Y sobre las maldiciones… - Continuó Hermione mirando a Lupin - Están experimentando Remus… Ya la Crucio no es suficiente, están modificando maldiciones antiguas e inventando nuevas… Los seguidores de Voldemort se están haciendo cada vez más poderosos… Yo fui atacada con una variación de la maldición Sectumsempra y con una nueva tortura, que rompe tus huesos y te los suelda, una y otra vez, pero sin afectar órganos vitales… Es lo peor que te puedas imaginar… - Relató la bruja.
-Sobreviviste a esas dos maldiciones y aún así te las arreglaste para escapar? – Preguntó Lupin, al borde de su asiento.
-Pasado un tiempo (no sé cuánto), los Carrow dejaron de torturarme porque estaban discutiendo sobre qué hacer conmigo, si entregarme a Voldemort o matarme ellos mismos, y yo aproveché su descuido para tomar mi varita, reunir las energías que me quedaban, y lanzarles un Fiendfyre que los mató a ellos y que supongo que distrajo al resto… Y entonces, desorientada, corrí… - Relató.
-Corriste adónde? Por qué simplemente no te apareciste en otra parte? – Preguntó Tonks, confundida.
-Porque no tenía la energía para hacer más magia de cualquier tipo o siquiera para concentrarme lo suficiente, apenas me podía mantener erguida, y si me trataba de aparecer en otra parte corría el riesgo de escindirme – Respondió Hermione.
-Y entonces? Qué pasó? – Preguntó Lupin, cada vez más ansioso.
-Lo que menos habría esperado – Respondió ella – Choqué con alguien, y antes de lograr ver quien era, me desmayé…
-No viste quién era? Era un muggle? Cómo le explicaste toda la sangre del Sectumsempra? Cómo te recuperaste? – Insistió Lupin.
-Cuando desperté me encontré en una cabaña. Alguien me estaba curando mis heridas, y me encontraba totalmente inmovilizada – Dijo ella tratando de mantenerse serena – Mi salvador fue Draco Malfoy – Se le quebró la voz en la última sílaba.
-Malfoy? Estamos hablando del mismo Malfoy? De mi primo Draco? – Preguntó Tonks, incrédula.
-Yo reaccioné igual. Pensé que me estaba curando para entregarme, o incluso para torturarme un poco más por su cuenta y alargar mi agonía, pero no fue así… - Sonrió un poco al recordar sus primeros momentos junto a Draco, esas largas conversaciones que le demostraron cuan diferente era el hombre del niño que había sido.
-Y si tenía tan buenas intenciones por qué te tenía inmovilizada? – Preguntó Remus, escéptico.
-Mi inmovilidad fue producida por las maldiciones, al parecer mi cuerpo sufrió tanto que no se podía mejorar con una simple poción reponedora, sino que requirió de horas de curaciones cerrando cada corte individualmente, reposo y sueño… Pasaron días antes de que pudiera siquiera empuñar mi varita…
-Y durante todos esos días estuviste a merced de Draco? No temiste que te traicionara? – Preguntó Tonks.
-Al principio sí, la verdad es que desconfiaba mucho, pero poco a poco me fui dando cuenta de que él había tenido mil oportunidades de entregarme y no lo hizo, así es que lentamente me fui relajando – Respondió, sin entrar en detalles de que tan “relajados” habían estado.
-Y entonces? – Preguntó Lupin, que lo único que quería era exprimir cada detalle de la extraordinaria narración.
-Entonces nada… Con el paso de los días me fui sintiendo mejor y fui recuperando el control de mis músculos, hasta que ayer ya estaba casi completamente recuperada. Había decidido quedarme con Draco al menos hasta saber qué había sucedido con los demás miembros de La Orden y El Ministerio, pero esta madrugada llegó un ave mensajera que llevaba la noticia de lo que le sucedió a Ron. Draco se ofreció a acompañarme, pero yo no iba a permitir que se hiciera matar por mi culpa, así es que lo paralicé, me desaparecí y vine a ustedes – Dijo Hermione cerrando los ojos al recordar la desesperación en la mirada de su mago.
-Vaya…! – Exclamó Lupin sin palabras. Estaba seguro de que había muchas cosas que Hermione omitía, pero aun así no dejaba de ser una historia increíble: Rescatada por su antiguo enemigo… Si, había mucho que recabar, pero no en ese momento. Hermione lucía destrozada, y necesitaba descanso y contención. Cuando ella quisiera compartir los detalles, lo haría, pero mientras tanto la dejaría en paz.
Tonks pareció pensar lo mismo, porque dijo
-Bueno, ya es suficiente por ahora, lo importante es que estás bien. Lo que necesitas más que nada es descansar, así es que anda a darte un baño caliente mientras te preparo la cama del cuarto de invitados.
-…Gracias… - Dijo Hermione después de un momento de vacilación. Quería argumentar que no era el momento de descansar, que había que planear sus próximos movimientos, reagruparse y atacar, pero la verdad es que nada en ella se sentía capaz de enfrentar tan monumental tarea. Su cuerpo estaba agotado, su cerebro abrumado y su corazón roto. Sí, dormir era una idea fantástica.
Tonks se puso manos a la obra y le entregó un par de toallas, un cepillo dental, y un pijama limpio, y Hermione se dio una larga ducha. Al secarse se miró al espejo, apenas reconociéndose… Era por supuesto la misma de siempre, pero distinta de alguna forma. Le faltaba o sobraba algo a su aura, tal vez?
Cuando salió de la ducha su cama la esperaba lista, la habitación estaba calentita, y las cortinas estaban corridas, así es que apenas se deslizó entre las sábanas se durmió en un sueño muy parecido a un coma profundo.
oooOooo
Al despertar, Hermione estaba completamente desorientada, Había dormido tan profundamente que le costó recordar dónde se encontraba, y en la oscuridad de la habitación, lo primero que hizo fue estirar la mano izquierda, buscando a Draco. Por qué no la abrazaba como una hiedra, como cada noche?
Muy pronto se dio cuenta de que junto a ella no había nadie.
Sacó su varita de debajo de su almohada e iluminó la habitación.
Y todos los recuerdos se le vinieron de golpe.
Otra vez.
Era como si su metódico cerebro siguiera tratando de resetearse una y otra vez, buscando el punto de su historial en el que todo hacía sentido.
Estaba en casa de los Lupin.
Y había mucho que hacer.
Se levantó un poco tambaleante, fue al baño, hizo sus necesidades y se lavó los dientes con el cepillo que le habían asignado. Se lavó la cara e hizo el encantamiento para domar su cabello, e irguiendo los hombros y aún en pijama, se preparó para enfrentar el mundo.
Mientras caminaba por el pasillo escuchó una multitud de voces superpuestas que salían de la cocina, y su corazón saltó de alegría al reconocer a varias…
-MIONE! – Gritó Teddy corriendo hacia ella desde la puerta de entrada, cambiando su cabello de castaño claro a un rojo brillante – Al fin despertaste!
-Hola cariño – Dijo ella recibiéndolo con los brazos abiertos – Cuanto tiempo estuve dormida?
-Desde ayer… Mi mamá dijo que no debía molestarte… - Respondió el pequeño haciendo una mueca de fastidio.
-Y quien está en la cocina? – Preguntó la bruja.
-Todos… - Dijo él simplemente.
Y al entrar vio que efectivamente el pequeño espacio estaba repleto…
Todos los Weasleys, incluyendo a Fleur y Angelina, estaban presentes, salvo, obviamente, por Ron. Los padres se veían años más viejos, y los hijos se veían como si no hubieran dormido en semanas. Ginny  en particular parecía al menos cinco kilos más delgada que la última vez que la vio, no hace muchos días atrás.
-Hermione! – Exclamó Ginny al verla, corriendo a abrazarla.
-Ginny! – Suspiró Hermione abrazando con fuerza a su amiga. Ambas compartían de alguna manera el dolor constante que significaba el alejamiento de Harry  y Ron, y de la situación actual, con Harry desaparecido y Ron arruinado.
-Oh! Querida! He estado tan preocupada por ti! – Exclamó Molly sumándose al abrazo.
Uno a uno los Weasleys fueron dándole diversas muestras de cariño, hasta que llegó el turno de Percy, el hermano con el que menos familiaridad tenía.
-Me alegro de verte bien – Dijo estoico – Audrey te manda sus saludos, quería venir, pero no podía separarse de Molly… Ella es aún muy pequeña y no confiamos en nadie que no esté en esta habitación para cuidarla…
-Gracias Percy, no te preocupes, cómo están ellas? – Preguntó, recordando que la esposa de Percy estaba nuevamente embarazada.
-Bien, ya tiene cuatro meses de embarazo, pero se aburre mucho en casa – Dijo él, como si no pudiera comprender la razón.
-Percy no la deja ni asomarse a la ventana desde que supo que esperaba otro bebé – Dijo Ginny – Es un cerdo chovinista – Agregó parcialmente en broma.
-No es de machista! Ella normalmente puede ir donde quiera, pero ahora es una bruja embarazada! Tal como están las cosas no debería extrañarte que la quiera proteger – Se defendió él de inmediato, ofendido.
-Pienso lo mismo – Dijo Hermione poniendo su mano en el brazo de Percy, y recordando nuevamente a Lavender con su varita en el suelo y la mano en su vientre – En estos días una bruja embarazada debe ser protegida a toda costa…
-Hola niña – Se acercó Ojo Loco interrumpiendo sus oscuros pensamientos, y le golpeó el brazo con una palmada, en una incómoda e inusual muestra de afecto – Me alegro de verte en una sola pieza.
-Lo mismo digo – Respondió ella, esbozando una tímida sonrisa.
-Hola Hermione – Dijo Neville a continuación, abrazándola con fuerza. Luna sonreía tranquila a su lado.
-Neville! Luna! Escaparon! – Exclamó Hermione dando gracias al cielo por ese milagro. Ambos lucían un poco desmejorados, pero estaban vivos.
-Las cosas estaban feas – Dijo Neville asintiendo – Nos habían capturado, pero de pronto apareció un Fiendfyre que distrajo a Dolohov, que nos torturaba junto a otros prisioneros. Luna afortunadamente pudo recuperar su varita, y nos transportó a ambos a un lugar seguro.
-Y los demás…? – Se atrevió a preguntar Hermione.
-No… - Dijo Neville agachando la cabeza, avergonzado – No tuvimos tiempo de hacer nada, una vez que estuve a salvo Luna regresó a buscar a los demás, pero para entonces ya no quedaba nada…
-Los maté yo? – Preguntó horrorizada, cubriendo su boca con ambas manos.
-No, no había cadáveres en el punto en el que nos encontrábamos, por lo que creemos que los capturados fueron tomados prisioneros y trasladados antes de que el fuego los alcanzara – Respondió Luna.
-Y qué hay del resto? – Preguntó Hermione.
  -Por ahora somos todo lo que queda – Respondió Ojo Loco secamente – El resto ha sido capturado, herido, muerto, o no es cien por ciento confiable… Teníamos más de un infiltrado trabajando en nuestra contra, y quiero pensar que fue bajo la maldición Imperio
-Por qué sería eso mejor? – Preguntó Ginny.
-Porque significaría que nos traicionaron sin ninguna alternativa, lo contrario significaría que se convirtieron en seguidores de Voldemort voluntariamente – Explicó Remus, gravemente.
-Somos lo que queda… - Repitió Hermione sin poder creerlo.
-Al menos hasta que estemos seguros de que podemos reingresar a algunas personas al círculo de confianza – Dijo Ojo Loco – Por ahora el círculo somos nosotros.
-Sabemos algo de dónde están los prisioneros? – Preguntó Hermione.
-No con certeza, pero gracias a Dobby el elfo doméstico, que ha estado en contacto con otros elfos domésticos, sabemos que la casa Malfoy es actualmente uno de los principales centros de detención de los Mortífagos por tener las más extensas mazmorras subterráneas. Al parecer también es una de las tres principales viviendas de Voldemort, que va rotando residencia continuamente para mantener su comportamiento en patrones impredecibles – Dijo Lupin.
-Habría pensado que los trasladarían a casa de los Carrow… - Comentó Hermione pensativa, sabiendo que los Carrow habían sido los principales interrogadores debido a lo mucho que disfrutaban de su trabajo.
-No, eso les habría sido imposible, porque al enterarnos que fueron muertos en la batalla, organizamos una redada en la mansión y requisamos todos los elementos de artes oscuras, liberamos y relocalizamos a los elfos domésticos, y  encantamos la casa para hacerla una locación secreta. Aunque quieran no la podrán volver a encontrar – Dijo Bill, orgulloso. Seguro él había hecho gran parte de los complicados encantamientos.
-Así es que la casa de los Malfoy… Cuántos prisioneros calculan que se puedan encontrar ahí? – Preguntó Hermione, reflexiva.
-Imposible saberlo, pero creemos que pueden ser entre quince y veinticinco… - Aventuró Percy.
-Cuál es el plan? – Preguntó Hermione.
Todos se miraron incómodos entre si y luego hacia cualquier parte menos a los ojos de Hermione. Nadie estaba orgulloso de la respuesta.
-No hay plan – Dijo finalmente Neville, apenado – Apenas nos estamos reagrupando y no tenemos ni los números ni la logística para tratar de rescatar a nadie…
-Entonces qué? Nada? – Exclamó Hermione, atónita.
-Créeme que nos sentimos igual de frustrados que tu – Dijo Molly, conciliadora – Pero tenemos que ser más cuidadosos que nunca, sin Harry en el panorama, si acaban con nosotros por culpa de un plan mal ejecutado, ellos habrán ganado definitivamente.
-Qué hay de Harry? Se sabe algo? – Preguntó Hermione.
-No – Dijo Ginny – Creemos que debe estar escondido, porque si lo hubiera atrapado Voldemort ya habría anunciado su triunfo, y en cambio pareciera que los Mortífagos siguen buscándolo, más frenéticos que nunca.
-Pero si está escondido y solo por qué no contactarse, por qué no pedir ayuda? – Preguntó Hermione a nadie en particular.
-Probablemente está bastante aislado y no sabe en quien confiar. En cuanto a él respecta, tú estás desaparecida y Ron… Está… Capturado… - Respondió Ginny tratando de mantener la voz firme hasta el final, pero sin engañar a nadie. Su dolor era evidente.
-Y no querría ponerlos en riesgo a ustedes, la única familia que le queda – Terminó Hermione.
-Eso es lo que creemos – Dijo George. Fred se limitó a asentir.
-Bueno, entonces partamos por hacer un recuento de nuestros recursos – Dijo Hermione sentándose junto a la ventana. Su  atribulada mente reconocía los patrones y comenzaba a analizar el familiar terreno de los problemas por resolver – Arthur, Percy, dentro del Ministerio, sabemos en quién podemos confiar? Por favor, hagan un catastro de nuestros aliados, los neutrales y nuestros enemigos.  Luna, cómo va el Refugio Para Creaturas Mágicas? Encontraste a quién te ayude con eso? Hablaste ya con ese magizoólogo que trabaja de consultor en El Profeta? Me parece que su nombre es Rolf Scamander, y su familia históricamente ha estado de nuestro lado, podría ser un aporte si resulta ser de fiar… Neville, tenemos que apresurar el entrenamiento de los Aurores, elige  a los chicos más prometedores y los pondremos a trabajar en labores cotidianas para liberarnos de las tareas administrativas. Ojo Loco, por favor, debe tratar de reunir a la vieja guardia, todos quienes sean leales y aún puedan sostener una varita deben unirse a la causa, es ahora o nunca. Molly, a cuántas personas estamos escondiendo en este momento? Necesitamos habilitar nuevos refugios? Hay algo que necesites? Fred y George, necesitamos averiguar con la mayor precisión posible los recursos del enemigo, así es que quedan a cargo del espionaje necesario para recabar toda la información que podamos sobre el funcionamiento de la Mansión Malfoy. Cuántas personas viven ahí, cuántos hacen guardia, idealmente cuántos presos, y la mayor cantidad de nombres posibles… Por favor, no se expongan de más, ninguna información es más valiosa que sus vidas. Fleur, debemos contactar a nuestros aliados mágicos y reforzar nuestros lazos con ellos. Veelas, centauros, sirenas, en fin, todos quienes sean más susceptibles a tratar con nosotros a través de ti o tu familia… Hagrid sigue en las montañas de Francia trabajando con los gigantes, verdad? Hay que ubicarlo cuanto antes. Charlie, contacta a la resistencia rumana y diles que estén preparados para reaccionar en cualquier momento. Remus, tú debes contactar a los hombres lobo de nuestro bando, si es que aún queda alguno... Ginny y Angelina, por favor, retomen sus contactos internacionales del circuito de quidditch, esa red es amplia y debiera proveer aliados interesantes…
Y así es como Hermione volvió nuevamente a la tierra de los vivos… Ocupándose de los grandes asuntos, de planes y estrategias que la hicieran sentirse en control… Y es que de alguna manera lo estaba: Podía tirar de los hilos del destino de miles de personas a la vez, pero su poder era una ilusión, porque sabía que nada de lo que hiciera apaciguaría el dolor de su corazón.
Draco, perdóname…
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Espero les haya gustado y quieran compartir sus opiniones y teorías conmigo.
Abrazote!










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