viernes, 19 de agosto de 2011

Por qué a mí? 1





Hola a todos! Aquí tenemos otro one shot, esta vez para el "HATEFUL LEMONADE CONTEST 2". Cualquier comentario me servirá para mejorarlo, y más adelante podrán ingresar a la comunidad del concurso y (si lo desean) votar por mí.

Un abrazo enorme y espero que lo disfruten!

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Bella POV


Esa mañana desperté temprano, abrumada por mi epifanía: Jacob era un hombre lobo.

Me duché y vestí a toda prisa y me dirigí a La Reserva a hablar con mi mejor amigo, para rogarle que no me abandonara y que dejara de matar humanos… si los Cullen podían ser vegetarianos, por qué no Jake?

…oOo…

Jacob y yo tuvimos una larga conversación en la playa, en la que enfrentamos nuestros secretos y verdades escondidas. Yo admití saber sobre los vampiros y él me contó acerca de la manada.

Después de nuestra reconciliación, nos aceptamos nuevamente tal como somos, y Jacob y yo nos dirigimos al camino que solíamos usar para mi entrenamiento con mi motocicleta para presentarme oficialmente con la manada, ya que según Jake yo tenía "información privilegiada" que les podía servir para atrapar a Victoria.

Estacionamos la camioneta a la orilla del camino y Jacob corrió hacia los árboles, donde se transformó para llamar a los demás lobos y regresó a sentarse conmigo en un roquerío junto al mar.

El día estaba despejado, pero una ráfaga de viento me hizo temblar de frío, por lo que me acurruqué junto a él en busca de su calor mientras esperábamos a que Sam y su secta de hombres lobo acudieran al llamado de Jacob.

Jake tenía mi mano entre las suyas y dibujaba pequeños círculos en mi palma… se sentía cómodo y familiar, pero temí que a raíz de nuestra reciente reconciliación, Jake quisiera presionarme para dar el siguiente paso en nuestra relación… que Jake querría que fuéramos novios, algo para lo que yo no estaba lista.

-Te extrañé Bells –Dijo Jake susurrando junto a mi cabello.

-Yo también Jacob, yo también… -Suspiré -No me vuelvas a hacer esto Jake, no más mentiras, Ok? –Le pedí.

-No depende de mi Bells, la orden del Alpha en imposible de ignorar… -Quiso disculparse él.

-Maldito sea Sam! Jake no es justo! Lo odio! –Exclamé –Esto significa que si él te lo ordena vas a dejar de ser mi amigo? Que me vas a abandonar otra vez? –Pregunté.

-Él me ha dado ya la orden de no contarte la verdad y tú la averiguaste por ti misma… -Dijo orgulloso de mí –Pero si él me prohíbe ser tu amigo… no lo sé Bells… no depende de mí…

-Ya se las va a ver conmigo ese imbécil! –Amenacé cada vez más enojada. Cómo podía ser justo lo que le estaba ocurriendo a Jake? Y por qué Sam se creía con el derecho de prohibirle nada?

-Sam es el jefe de la tribu, debes tratarlo con respeto… además hay razones para hacernos creer que es peligroso para ti que sigamos siendo amigos –Dijo Jake tristemente.

-El respeto se gana, no se regala –Respondí –Y cuáles son esas razones a las que te refieres? –Pregunté.

-Al principio nos es muy difícil controlarnos… si nos enojamos mucho podemos transformarnos y no queremos a nadie cerca cuando eso ocurra… un lobo furioso… -Dijo moviendo la cabeza como para despejar los oscuros pensamiento que lo embargaban –Y con más razón debemos alejarnos para proteger a las personas que amamos… –Dijo mirándome intensamente a los ojos… Oh mierda! Jake se me está declarando? Nononononono! No estaba lista para eso!

Miré hacia el bosque tratando de pensar en algo qué decir, en una forma de cambiar el tema, y afortunadamente, de entre el follaje aparecieron en ese momento 4 figuras masculinas… hombres medio desnudos que podrían haber sido cuatrillizos por la similitud de sus contexturas (altos y musculosos), el color rojizo de su piel, su cabello corto y su semi desnudez… usaban sólo shorts e iban descalzos a pesar del frío y la humedad imperante.

Pero más que nada, lo que los hacía tan similares era la forma en que se movían, como un solo ente, todos sincronizados… y por la expresión de sus rostros, todos furiosos.

-Qué has hecho, Jacob? –Increpó Sam, el líder, mirando a mi mejor amigo fijamente e ignorándome por completo. Su indiferencia me cabreó. Qué se ha creído?

-Por qué no te limitas a seguir las normas, Jacob? –Preguntó otro… Paul o Jared, no los supe distinguir –En qué demonios estabas pensando? Es que ella es más importante que todo lo demás? Que la tribu? Más importante que la gente que está muriendo? –Increpó.

-Bella puede ayudarnos –Repuso Jacob.

-Ayudarnos! Claro, apuesto que la amante de sanguijuelas se muere por ayudarnos! –Contestó.

-No hables así de ella! –Exclamó Jacob poniéndose frente a mí en una posición defensiva. Un escalofrío recorrió la espalda el otro chico y su cuerpo comenzó a temblar.

-Paul, relájate –Ordenó Sam con voz profunda y llena de autoridad. Casi entendí por qué los demás le hacían caso. Era difícil ignorarlo, aunque él estaba haciendo un excelente trabajo en ignorarme a mí.

-Demonios Paul, contrólate –Dijo Jared.

-Esto es perfecto! –Exclamó Paul irónicamente –Protégela! –Gritó mientras su cuerpo convulsionaba.

-Paul! –Gritaron al mismo tiempo Sam, Jared y Jake.

Y entonces el chico explotó…

En el lugar donde había estado Paul apareció en su lugar un enorme lobo de color gris plateado, y con el rabillo del ojo pude ver a Jacob lanzarse hacia Paul y explotar en una masa de pelo rojizo.

Sam me tomó del brazo y bruscamente me puso tras su espalda.

-Jared, Embri, encárguense de ellos –Dijo Sam mientras los dos lobos gigantes se trenzaban en una lucha. Los sonidos que provenían de sus gargantas eran aterradores, e inconscientemente me acerqué más al cuerpo de Sam en busca de protección.

Murmurando una sarta de creativas maldiciones, Sam me arrastró hacia el bosque, lejos de la pelea, y en cuanto llegamos a perder de vista a los lobos luchando, me puso sobre su hombro derecho como si yo fuera un saco de papas y echó a correr.

-Hey! Grité con voz ahogada –Adonde me llevas? –Dije mientras trataba de luchar para hacer que me soltara. Como no obtuve respuesta seguí gritando… -Suéltame imbécil! –Pataleé un poco más sin resultados. Jodido Sam, era extremadamente fuerte.

De pronto, cuando ya estábamos bien internados en el bosque, Sam me soltó, dejándome caer al suelo sobre mis pies.

-Cállate de una vez, niñita malcri… -Dijo lanzándome dagas con los ojos, mirándome por primera vez.

Y entonces su expresión cambió por completo… Me miró como si no pudiera entender lo que estaba pasando, como si estuviera hipnotizado… Y simplemente exclamó -Oh mierda! por qué a mí?

...oOo...

Sam POV

-Cállate de una vez, niñita malcri… -Fue todo lo que alcancé a decir hasta que la miré a los ojos y mi mundo cambió radicalmente. La gravedad dejó de atarme al planeta y desde ese instante sólo importó una sola cosa… Isabella Swan - Oh mierda, por qué a mí? –Exclamé cubriéndome los ojos a la espera de que si no la veía no sentiría nada por ella. No sirvió de nada, era amor instantáneo… Qué sería de Leah, mi novia? Aaaagh!

-No me hagas callar! Tu… Tu… Perro mutante! –Me gritó ella poniéndose roja de ira. Cuando yo no respondí y pasaron un par de minutos sin reacción de mi parte, su rostro se calmó un poco, luciendo preocupada –Qué te paso? Te comió la lengua el gato? –Preguntó sarcástica.

Yo seguí sin responder. Estaba sencillamente embelesado observando realmente por primera vez a esta perfecta creatura. Rápido Sam, dile algo! Pensé.

-Bella… -Comencé. Bella qué? Ah demonios! Puedo acaso decirle "A pesar de que eres una amante de sanguijuelas y yo soy el Alpha de una manada de lobos creada para matar vampiros, acabo de descubrir que te amo?" Já! Y ni pensemos en lo que van a sufrir Jacob y Leah cuando se enteren de todo esto…

Ella me miró con desprecio y cruzó sus brazos bajo su pecho, levantando sin querer sus senos. Mierda! No pienses ahora en esos pechos perfectos!

-Bella qué Sam? Te vas a disculpar por lo que trataste de hacernos a Jacob y a mí? Porque no estoy muy segura de poder perdonarte! Quisiste separarme de mi mejor… de mi único amigo! Y lo has hecho sufrir tanto… yo… yo te odio! –Me gritó directo en mi cara, rompiendo mi corazón en mil pedazos.

Pero no por nada soy el jodido Apha, soy el mejor, el más fuerte, y si ella es mi imprimada más nos vale comprobarlo de una vez. Escondí mi dolor tras una sonrisa sardónica y acercándome a su rostro sin dejar de mirarla a los ojos, la besé para callarla.

Para lo que no estaba preparado es para la reacción física que sufriría ante ese beso… fue como si todos los eventos de mi vida me hubieran estado preparando para ese momento de pura euforia y felicidad.

Lamentablemente no todo podía ser perfecto… Sentí a Bella debatirse en mis brazos, tratando de librarse de mi abrazo mientras mi boca reconocía la suya y mi lengua delineaba sus labios.

Pero su rechazo duró aproximadamente 10 segundos, justo el tiempo que demoré en introducir mi lengua en su boca e hizo contacto con la suya. En ese preciso momento Bella dejó de luchar y sus brazos que colgaban inertes, se aferraron a mis hombros, como luchando por conservar el equilibrio y no dejarme ir.

Mis manos recorrieron su pequeño y delicado cuerpo mientras el instinto de reclamar a mi imprimada me consumía.

Ok, ella me odiaba.

Sí, aparentemente ella amaba a otro.

A un vampiro, nada menos.

Y no, nada de eso me importó en ese momento. Sólo éramos ella y yo consumidos en un momento de pasión en mitad del bosque.

Mis manos se movieron desde su cintura hasta sus caderas y la levanté para que sus piernas rodearan mi cintura y quedáramos a una altura más cómoda para seguir besándola, apoyada contra el tronco de un árbol. Presionando mi erección contra su centro y obteniendo suaves gemidos de aprobación en respuesta.

El beso se profundizó volviéndose frenético cuando ella se aferró a mi cuello y abrió la boca para mí, dándole entrada a mi lengua, que masajeó la suya apasionadamente, haciéndonos a ambos gemir de placer… Besar a Bella era mejor que cualquier relación sexual que hubiera tenido antes de ella.

-Te odio! –Gruñó Bella mordiendo mi labio inferior para luego besarlo y lamerlo furiosamente.

-Lo sé –Dije metiendo mi mano dentro de su camiseta, entrando en contacto con la suave piel de su espalda y su costado, donde la acaricié por varios minutos en movimientos circulares, sin dejar de besarla –Y tú a mí no me caes nada bien –Dije honestamente -Quieres que me detenga? –Pregunté mientras mi mano se aventuraba hacia el frente, palmeando sus pechos.

-Mmmmnnnh! –Gimió ella y se aferró a mi espalda clavando sus uñas en mi piel.

-Voy a tomar eso como un no –Jadeé bajando la copa de su corpiño para poder acceder a sus pezones, que aguardaban por mí pequeños y erectos.

Bella comenzó a besar mi cuello, dejando un rastro de húmedos besos hasta mi oreja, haciéndome temblar de anticipación, y susurró

-Qué me está sucediendo? Qué hiciste conmigo? –Su respiración estaba agitada y su aliento se sentía frío contra mi cálida piel.

-De ahora en adelante eres mía –Respondí, sintiendo al lobo en mí tratando de tomar el control –Quieres ser mía? –Pregunté temiendo internamente a su respuesta.

-Te deseo –Susurró ella simplemente tomando mi lóbulo entre sus dientes.

-Y yo a ti Bella… no sabes cuánto –Confesé y tomé su camiseta entre mis dedos, pidiéndole permiso con la mirada. Ella asintió y levantó los brazos, con lo que sólo nos quedó la barrera de su corpiño.

Su piel contra la mía creó una conexión mágica y mi deseo por ella se incrementó aún más.

Desabroché su corpiño con una mano mientras la otra la sostenía por sobre el trasero. De pronto me di cuenta de que su espalda estaría en contacto directo con la corteza del árbol y girándonos la deposité sobre la hierba seca y me posicioné sobre ella.

Con mis dos manos libres pude adorarla como la imprimación me demandaba, tocando cada rincón de piel expuesta mientras ella se aferraba a mí y me besaba y mordía en cuello y los labios, excitándome cada vez más… ella me deseaba pero seguía queriendo hacerme pagar los pecados que ella me adjudicaba.

-Bella… -Jadeé –Puedo? –Dije con una mano en el botón de sus jeans.

-Sí –Dijo ella enroscando su lengua en mi oído.

-Estás segura? –Pregunté tratando de ser un caballero (y fallando miserablemente).

-Cállate y sigue besándome –Dijo ella e introdujo su lengua en mi boca, haciéndome olvidar cualquier reparo.

Mi mano desabrochó sus jeans y ella levantó las caderas para ayudarme a bajarlos por sus torneadas piernas, quedando sólo en unas sencillas bragas blancas de algodón.

Besé su rostro, su cuello su pecho, mientras mis dedos comenzaron a explorar por sobre la delgada capa de tela que cubría su centro. Estaba empapada.

Bella se arqueó y restregó su pelvis contra mi mano, buscando más fricción. Yo introduje uno de mis dedos en sus bragas, tocando mi paraíso personal, cálido y extremadamente mojado. Comencé a recorrer sus labios hasta encontrar su hinchado clítoris, y lo circulé un par de veces con mis dedos, para luego retirarlos.

Bella se vengó mordiendo mi brazo.

-Aaaagh… Sam! Más! –Demandó abriendo sus piernas para mí.

-Más qué Bella? –Pregunté queriendo saber hasta dónde llegaría la excitación de la pequeña e inocente Isabella Swan.

-Más! Lo que sea que estabas haciendo! Más! –Me rogó.

No me pude negar, y esta vez me incorporé para deslizar por sus piernas sus bragas empapadas, dejándola desnuda para mí. Mi Bella… puede ser que me odiara por el momento, pero eso cambiaría muy pronto, ella también sentía fuertemente el lazo de la imprimación, aunque no supiera a qué se debía la atracción.…

Mi boca recorrió sus pechos y mis dedos volvieron a acariciar su centro, recorriendo de un lado hacia el otro en círculos pequeños, estimulando cada rincón, hasta que al sentir que su respiración se agitaba más y su cuerpo se cubría con una fina capa de transpiración. Introduje un dedo en ella, penetrando en su virginal estrechez, y ella gritó de placer, sus músculos se contrajeron casi atrapando mi dedo dentro de ella y los espasmos de su orgasmo sacudieron su cuerpo con fuerza.

La sola idea de estar donde ningún otro hombre ha estado, de ser el único que le ha dado ese placer, me excitó tanto que sin pensarlo me lamí los dedos, probando sus jugos.

Ella me miró sorprendida, pero pude ver cómo pronto sus ojos se nublaban nuevamente de pasión.

-Ahora Isabella, te voy a hacer el amor –Dije con voz ronca. Ella simplemente asintió, aún aturdida por el poderoso orgasmo que yo le había regalado.

Me deshice de mis shorts y quedé completamente desnudo frente a ella. Dejé que se tomara su tiempo familiarizándose con mi cuerpo, y ella aprovechó para tocarme en el pecho, el estómago y las piernas, esquivando mi poderosa erección, aunque no parecía poder desviar la mirada de ella.

-Tócame Bella –La invité. Ella tímidamente estiró la mano y con la yema de sus dedos tocó suavemente la punta de mi pene provocándome un escalofrío de placer –Así –La dirigí haciéndola empuñar mi erección, con mi mano sobre la suya, y comenzando a mover de arriba hacia abajo. Ooooh! Si no me concentraba acabaría antes de empezar…

-Es… tan grande… -Dijo ella –Y cálido –Se sonrojó.

-Este es el momento de detenernos –Jadeé sabiendo que me sería casi imposible parar.

-No quiero detenerme, Sam –Dijo ella frunciendo el ceño, con una voz enloquecedoramente sexi.

Yo me recosté de espaldas en la hierba y le dije

-Siéntate en mi Bella –Ella me miró dubitativa.

-Mmmmmh… no es mejor tú arriba? –Preguntó –Yo nunca…

-No, si tú estás arriba estás en control; te va a ser más fácil –Le dije y la besé suavemente en los labios.

-Mmmmh… Ok… -Dijo ella respondiendo a mi beso con renovado entusiasmo. Se sentó sobre mi estómago y poniéndose de rodillas posicionó la punta de mi erección en su entrada.

Y lentamente bajó, empalándose en mí.

La sensación de nuestros cuerpos unidos fue indescriptible, y l lazo de imprimación se selló uniéndonos por siempre. Bella se detuvo en un momento con una mueca de dolor en su rostro, pero poco a poco se fue relajando hasta que estuve completamente dentro de ella.

Bella suspiró y abrió los ojos, clavando su mirada en mis ojos. Sin tener realmente conciencia de lo que estaba haciendo, la tomé de las caderas y comencé a moverla lentamente, desde arriba hacia abajo, buscando un ritmo que nos acomodara a ambos. Ella gimió y posicionando sus manos en mi estómago para darse impulso, comenzó a moverse en su propio acorde, lenta y sensualmente.

Su cabello flotaba libre a su alrededor y se mordía el labio inferior en un gesto de concentración. Cuando nuestros ojos se volvieron a encontrar no pude volver a desviar la mirada, era como si el lazo de la imprimación se hubiera convertido en una cuerda física e invisible que me ataba a ella, impulsándome a mantener contacto, a tocarla, a reclamarla.

Era imposible luchar contra mis instintos y más aún estando dentro de ella, por lo que me rendí completamente a las sensaciones, guiando sus caderas, impulsando mi pelvis hacia arriba, acariciando sus pechos y finalmente besando su boca, introduciendo en ella mi lengua al ritmo de mis estocadas.

Bella gimió y se puso rígida por un momento y la sentí tensar los músculos de su bajo vientre hasta que con un estremecimiento, llegó a su orgasmo, gatillando el mío.

Ella cayó agotada sobre mi pecho respirando agitadamente y yo besé su cabello.

A medida que nuestras respiraciones se fueron serenando la conciencia de lo que habíamos hecho pareció caer sobre nosotros. Bella se puso roja como un tomate y evitó completamente mi mirada mientras se incorporaba y comenzaba a recoger sus ropas desparramadas por el claro en donde nos encontrábamos.

Mierda, mierda, mierda! Qué haría ahora? Cómo le explicaría a Leah que a pesar de que la amaba debía dejarla por una chica blanca que ni siquiera me caía bien? Ya bastantes problemas teníamos conmigo ocultándole todo este asunto de los hombres lobo… Demonios, Leah me va a castrar!

Y qué hay de Jacob? El chico está realmente enamorado de Bella… cómo explicarle algo que ni siquiera yo entiendo cómo ni por qué sucedió? Bella debería ser de Jacob… por qué yo? Por qué a mí? Qué tengo yo en común con esta amante de sanguijuelas? Y cómo fui capaz de robarle su virginidad rodando en el suelo, como animales? Aaagh! Soy un cerdo.

Mientras yo me enredaba en arrepentimientos y sentimientos de culpa, Bella se encontraba vestida y dándome la espalda.

-Sam –Dijo con voz quebrada –Me quiero ir… hacia dónde tengo que caminar?

-Bella… -Quise decir algo brillante que la hiciera sentir mejor, pero por alguna razón dudé que expresarle mi arrepentimiento fuera a ayudar en algo –Yo te acompañaré a tu camioneta… estamos demasiado lejos como para que vayas caminando, y menos a solas!

-No! –Exclamó –Quiero estar sola! –Dijo aún dándome la espalda. Yo me di cuenta de que aún estaba desnudo y rápidamente me puse mis shorts.

-Bella por favor –Dije y la tomé del brazo para girarla.

-No me toques! –Me gritó temblando, y entonces rompió a llorar. Yo la giré hacia mí y la empujé contra mi pecho, sintiendo que las lágrimas se comenzaban a deslizar también por mis mejillas mojando su cabello. Bella se reveló pero yo era más fuerte, y al cabo de unos instantes ella se rindió y dejó de luchar.

-Bella… shhhhhh… Bella por favor no llores –Le dije acariciando su espalda. Dios! Era tan pequeña parada frente a mí… Me llegaba sólo a la mitad del pecho –Bella lo siento tanto… -Dije y ella lloró aún más fuerte –No! no me estás entendiendo! –Exclamé –No siento lo que pasó entre nosotros, pero siento haberte hecho daño… no debí… no lo sé… no me pude resistir –Dije incapaz de mentirle.

-Ja… Jake… -Sollozó ella.

-Lo sé… lo sé… -Dije aún acariciando su espalda. Ese simple acto, ese suave contacto me daba la paz necesaria para mantener la cabeza fría y no perderme en mis oscuros pensamientos.

-Por qué Sam? Qué nos pasó? –Preguntó ella asustada.

-Se llama imprimación Bella –Dije lentamente con voz ronca y tratando de reprimir las lágrimas que aún escapaban de mis ojos.

-Imprimación? –Preguntó ella.

-Es algo que pensamos que era parte de las leyendas de la tribu pero al parecer es real… Es cuando un lobo encuentra su alma gemela, nada más importa en el mundo salvo ella… tú…

-Por qué yo? Yo… te odio… te odiaba –Se corrigió –No puedo ser tu alma gemela –Dijo mirándome a los ojos con el ceño fruncido.

-No sé por qué… tal vez los espíritus tienen un retorcido sentido del humor… pero tu… también lo sientes verdad? –Pregunté.

-Si… -Dijo poniéndose colorada como un tomate –Es como si… te necesitara… como si te deseara –Dijo poniéndose aún más roja y bajando la vista.

-Así es como me siento yo también Bella… te propongo algo? –Le dije esperanzado de que aceptara mi sugerencia.

-Dime –Dijo ella sin entusiasmo.

-Regresemos a tu camioneta y conversemos mañana, cuando hayamos tenido tiempo para digerir lo que pasó.

-Me vas a llamar? –Me preguntó con un brillo de esperanza en sus ojos.

-Si estás de acuerdo, te voy a ir a buscar al colegio… te parece?

-Ok –Suspiró y se limpió las lágrimas de los ojos. Vamos entonces? –Dijo y comenzó a caminar en la dirección equivocada.

-Por aquí Bella –Le dije y la tomé en mis brazos. Ella protestó per eché a correr y ella se acurrucó contra mi pecho y cerró los ojos.

Dios… podrá esto funcionar?


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Y…? les gustó? Recuerden que este es un one shot para el "HATEFUL LEMONADE CONTEST 2 ", así es que cualquier comentario/crítica me sirve.

Abrazos!






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