viernes, 19 de agosto de 2011

Condenados 9




Hola a todos! Espero que les guste el capítulo de hoy…
Alguien me preguntó con qué programa hago los banners de mi blog. Mi respuesta: Uso Word y Publisher, porque no tengo otro programa mejor instalado en mi computador :( pero con creatividad se compensa la falta de herramientas!
Gracias como siempre a quienes me leen, me agregan a sus favoritos y en especial a quieren comentan. Es increíble cómo ya les tengo tanto cariño y espero us palabras cada día! Muchas gracias de todo corazón.
Un abrazo y que disfruten!
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Capítulo 9
Pasa el tiempo y ahora creo
que el vacio
es un lugar normal
ella uso mi cabeza
como un revolver
No creerías las cosas
que he hecho por ella
cobardemente
pero sin vergüenza
Ella uso mi cabeza como un revolver /Soda Stereo
Bella POV
-Edward! –Exclamé sorprendida. Qué demonios hacía Edward en Volterra y qué significaba eso de que fuera mi guardia? Demetri pareció estar pensando lo mismo, porque gruñó profundamente.
-Hola amor –Dijo Edward acercándose como si me fuera a abrazar. Esta vez fui yo quien gruñó.

-No. Te. Atrevas –Lo amenacé –Crees que me puedes abandonar a mi suerte para luego regresar como mi "protector" como si nada? Jódete Edward"! –Dije y tomando de la mano a Demetri nos dirigimos a la salida.
-Si la tratas de tocar contra su voluntad te mato –Dijo Dem con su acento fuertemente marcado. Estaba furioso.
-Oh! Y qué hay si ella quiere que la toque? –Preguntó Edward tratando de provocarlo. Dem se preparó para atacar y los 3 hermanos miraban el espectáculo entretenidísimos y yo me puse furiosa.
-Antes van a volar los cerdos! –Le grité y arrastré a Demetri a nuestra habitación.
Una vez que estuvimos a solas enlacé mis manos en su cuello y acaricié su cabello.
-Tú y yo Dem… no hay nadie más, sólo tú y yo… quedan 3 semanas y somos libres… -Le dije.
-Piękny... la oportunidad que te ofrecen... el poder… estás segura de que lo quieres rechazar? Muchos vampiros matarían por estar en tu lugar… -Dijo él mirándome tristemente a los ojos.
-Dem… quieres que me quede aquí? Te quedarías tú conmigo? –Pregunté asombrada de que él me propusiera quedarme cuando él mismo odiaba el castillo y sus sucios juegos políticos.
-Isabella… -Suspiró –Yo estaré contigo donde quiera que estés mientras me quieras a tu lado. Es tu decisión…
-Pero Dem… nuestros planes… vivir en el sur de Argentina… -Le dije.
-Yo no me quiero interponer en tu vida quitándote oportunidades únicas como esta, Piękny. Tú eres extremadamente poderosa y siempre habrá vampiros y grupos que te quieran poseer… No sé si soy suficiente para protegerte –Dijo derrotado. Su tono de voz era ronco y sonaba tan triste…
-Dem, yo no necesito que nadie me proteja… tu me enseñaste a luchar y mi don nos protege de los dones de otros vampiros… además quién nos va a rastrear? Tú eres el mejor rastreador del mundo! Me imagino que también puedes usar tu don para evadir a quienes nos busque… -Argumenté.
-Sí pero…
-Pero qué Demetri? –Exclamé –Ya no me quieres? Te arrepentiste de todo lo que me dijiste?
-No Isabella! Pero quiero que estés bien segura de lo que haces antes de dejarlo todo por mí.
-Dem, yo te amo con todo mi corazón… pero no seas egocéntrico! Si rechazo el puesto de princesa es porque nunca me ha interesado la atención de la gente sobre mí… Y no me quiero imaginar la pompa que me rodearía… sentada todo el día en un trono dorado! –Me estremecí de sólo pensarlo. Dem se rió un poco y pareció relajarse.
-Te amo Isabella.
-Te amo… polaco tarado –Dije y nuestros labios se fundieron en un beso apasionado, dejando atrás todas nuestras preocupaciones… sólo necesitábamos tener paciencia tres semanas… tres semanas más y seríamos libres!
…oOo…
A partir de ese momento comenzó mi propio infierno personal… Edward siguiéndome a todos lados todo el día y la noche excepto cuando estaba en mi habitación, ocasión en la que él se encerraba en la suya ubicada justo al lado de la mía.
Los detalles de mis recuerdos humanos lentamente se estaban desvaneciendo y el amor que alguna vez había sentido por Edward era para mí como algo que hubiera sucedido mil años atrás. Como vampira lo veía por lo que verdaderamente era… un jovencito prepotente y pagado de sí mismo que se creía superior al resto por que estaba dotado con su telepatía.
Para mí Edward Cullen no era diferente de Marco, Alec o Félix… otro baboso que me quería para su propio beneficio.
Aunque había que reconocerle una cosa… Edward era condenadamente guapo. Sus perfectas facciones y su extraño color de cabello llamaban poderosamente la atención entre las féminas del castillo, incluida Jane, que no perdía oportunidad de mirarlo con sus ojitos brillantes de emoción, como una colegiala enamorada (y me trataba de electrocutar cada vez que se cruzaba por mi camino, ya que mi estatus de ex novia de Edward me ponía de inmediato en su lista negra).
-Hola Janey! –La saludé. Edward se puso tenso cuando Jane trató de electrocutarme –En mí no funciona, pero eres bienvenida de tratar en Edward! –Ofrecí. A Edward no lo protegía con mi escudo… sólo a Dem.
-Auch! –Exclamó Edward –Jane! Qué te hice yo?
-Yo… -Dijo Jane poniéndose nerviosa, y de ser humana se habría puesto colorada –Lo siento, pensé que estabas protegido… Tú sabes… con el escudo…
-No lo vuelvas a hacer Jane –Dijo Edward severo, frunciendo el ceño. De haber sido cualquier otro dándole órdenes, Jane lo habría dejado frito en el acto, pero como Edward es… bueno, Edward, Jane se limitó a asentir con la cabeza y lucir arrepentida.
-Jane y Edward son novios, Jane y Edward son novios! –Exclamé para luego comenzar a bailar y cantar -Jane y Edward, sentados bajo un árbol, B-E-S-A-N-D-O-S-E… -Canté mientras me alejaba del lugar. Jane me envió una última descarga y Edward suspiró enojado, y me siguió.
…oOo…
-Edward por favor… déjame en paz! –Exclamé frustrada.
-Pero Bella, amor, tú no eres así –Argumentó tratando de hacerme regresar al castillo.
-Por supuesto que soy así! Soy un vampiro! Aquí el fenómeno eres tú! –Le grité pateando el suelo como si tuviera 5 años –Y no me digas amor!
-Bella piensa en sus familias… son personas… -Dijo.
-Edward… yo nunca pensé en las familias de los cerdos de los que sacaban mis chuletas o las vacas de las que sacaban mis hamburguesas cuando era humana… comer "gente" es lo normal para nosotros! Somos vampiros maldita sea!
-Pero… Pero… -Se había quedado sin palabras? Nop –Bella amor tú siempre quisiste ser vegetariana…
-Siempre? Qué es siempre? El breve tiempo que duró nuestra relación? Ni como humana pude ser vegetariana, y además, ahora soy una persona completamente diferente a la que era cuando estuve contigo.
-Sí, de eso me doy cuenta…
-Qué quieres decir? –Me di vuelta para enfrentarlo, furiosa.
-Que solías ser tan buena y dulce… tímida… pero ahora…
-Ahora soy una mujer Edward! La niñita estúpida que te amaba se murió. La dejaste morir cuando me abandonaste en el bosque… Lo siento Edward, pero la persona que alguna vez amaste ya no existe –Le dije sinceramente –Además tú sabes que ahora estoy con Demetri.
-No lo puedo aceptar Bella! Tienes alguna idea de las barbaridades que tu supuesto "novio" ha cometido? –Escupió. Eso sí que me cabreó
- NO TE METAS CON MI NOVIO! –Grité lanzándolo contra la pared con mi escudo –Demetri no ha hecho nada que tú mismo no hayas hecho en tu período de "justiciero" o como quieras llamarlo. Déjanos en paz si no quieres que te encierre en una burbuja para siempre. Ahora me voy a cazar así es que quedas libre, anda a jugar con Jane y Alec o algo.
-Bella tú sabes que no te puedo dejar sola… -Me dijo.
-Entonces eres bienvenido. El almuerzo corre por mi cuenta.
…oOo…
Cuando regresé al castillo me dirigí a mi habitación, el único lugar al que Edward no tenía permitido seguirme. En mi cama me esperaba pacientemente Dem… completamente desnudo, con sus brazos apoyados detrás de su cabeza y sus ojos cerrados, como durmiendo.
-Dem! –Exclamé y me lancé sobre él para besarlo y acariciarlo.
-Hola Piękny! Te estaba esperando desde hace bastante rato –Me dijo besándome dulcemente. Sus manos recorrieron mi cuerpo y comenzó a quitarme la ropa de a poco si dejar de besarme.
-Dem… te extrañé tanto!... Odio que te tengan tan ocupado!... Quiero que nos vayamos cuanto antes –Le dije entre besos y caricias.
-Tres semanas Piękny, nada más y vamos a estar solos tú y yo… para siempre…
-Para siempre… hazme el amor? –Le pedí mientras me posicionaba debajo de su cuerpo.
-No me lo tienes que pedir 2 veces… -Me dijo y con un solo movimiento de sus caderas, me penetró.
-Mmmmh –Gemí.
TOC, TOC, TOC.
-Maldición! –Exclamó Dem sin salir de mí.
-No hay nadie! –Grité sin dejar de mover mis caderas contra las de mi Dem.
-Bella amor! Aro te necesita en la sala de audiencias –Dijo no otro que Edward.
-Edward maldita sea lárgate y dile a Aro que en un par de horas lo iré a ver –Dije comenzando a cabrearme pero sin dejar de hacer el amor.
TOC, TOC, TOC.
-Aro te quiere ver ahora Bella, y no me voy a ir de aquí sin ti.
-Lo voy a matar –Me dijo Dem al oído, aunque Edward podía escucharlo perfectamente bien
-Aaaaagh! No vale la pena… si lo matamos Aro va a enviar a Félix –Le dije a Dem mientras me movía de debajo de él. Y ahí quedó mi Dem, desnudo y erecto mientras me veía vestirme. Suspirando se levantó y se vistió y me acompañó hasta la sala de audiencias, con Edward a la cola.
En la sala de audiencias se encontraban los tres hermanos, su guardia personal y un vampiro de aspecto latino con ojos dorados que me miró atentamente al llegar.
-Isabella, querida! Siempre es un gusto volver a verte! –Dijo Aro –Déjame presentarte a mi amigo personal Eleazar Denali.
-Denali… amigo de Carlisle? –Le pregunté haciendo la conexión.
-Si Isabella, Carlisle es uno de mis más queridos amigos –Respondió.
-Oh… mucho gusto –Le dije, y luego dirigiéndome a Aro le dije –Me mandaste llamar?
-Si Isabella, verás, Eleazar tiene un don… el don de identificar los dones de otros vampiros, y pensamos que sería interesante que Eleazar te conociera para que pudiéramos saber de buena fuente el alcance y potencial de tus poderes.
-Bien, qué tengo que hacer? –Pregunté.
-Nada querida. Eleazar? –Dijo Aro.
-Tiene un escudo absoluto, físico y mental y totalmente impenetrable –Dijo Eleazar –Puedes proteger a otras personas? –Preguntó.
-Sí, Dem está siempre protegido –Respondí.
-O sea que ya eres capaz de manipularlo a distancia? –Preguntó impresionado.
-Mi escudo hace lo que yo quiera, sólo basta con desearlo –Dije encogiéndome de hombros.
-Muy bien… el potencial de ese escudo es en realidad inconmensurable –Dijo Eleazar –Y su poder sólo se acrecentará con el paso del tiempo -Pude ver cómo los ojos de los hermanos brillaban de codicia –Pero eso no es todo –Agregó.
-Tengo más poderes? –Pregunté. Eso era nuevo.
-No exactamente… eres una súcubo –Respondió.
-Queeee? –Exclamé –Me estás tratando de ramera?
-No Isabella… una verdadera súcubo es simplemente una vampira que tiene un atractivo extraordinario con los miembros del sexo opuesto y que tiene una libido muy activa. Me equivoco? –Me preguntó Eleazar.
-No, supongo que no –Dije. No quería ser una súcubo, pero supongo que hay peores cosas… -No hay manera de curarme?
-Ser una súcubo no es una enfermedad, es parte de quién eres y es parte de tus poderes… con tu belleza atraes y con tu escudo repeles, nadie te puede tocar sin tu premiso.
-Mmmmmh… eso quiere decir que puedo ser fiel a mi pareja?
-En tanto lo desees y tus… apetitos estén satisfechos, no veo por qué no –Me respondió –Tienes una pareja?
-Sí, Dem –Respondí tomando la mano de mi novio.
-Un hombre con suerte –Comentó Eleazar –Procura tener a Isabella satisfecha y no tendrán problemas.
-Encantado –Dijo Dem dándome un beso en la mejilla y haciéndome reír.
-Nos podemos retirar? -Pregunté.
-Adelante Isabella. Más tarde hablaremos en privado –Me dijo Aro.
-Ok, adiós Eleazar, un gusto conocerte –Me despedí –Nos volveremos a ver o te regresas de inmediato a Alaska?
-Me quedaré unos días y te ayudaré a resolver cualquier consulta que tengas con respecto a tus dones.
-Perfecto, gracias –Dije y salí de la habitación. Mientras caminábamos silenciosos por el pasillo de regreso a mi habitación Dem, Edward y yo, Félix apareció corriendo detrás de mí.
-Isabella! Isabella! –Gritó innecesariamente.
-Dime –Le dije.
-Sólo quería decirte que si Demetri no te es suficiente, yo podría… tu sabes –Dijo moviendo sus caderas indecentemente.
SLAM! Félix fue azotado contra una pared.
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