jueves, 10 de noviembre de 2011

Medianoche 2




Hola! Como ven, aquí estoy posteando la segunda parte de Medianoche, antes de lo que se habrían esperado. Ustedes saben que yo no retengo los capítulos, sino que publico en cuanto los tengo listos.

Gracias a quienes opinaron y agregaron esta historia a sus favoritos.

Advertencia: Lemons, si no es lo suyo, vayan a leer otra historia!

Que disfruten!

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Medianoche 2


Algo nuevo en que confiar

Nada muy tradicional

Un lenguaje con el cuerpo

Con las manos, las caderas

Con las piernas, con tu voz

Tu voz...

Ay amor, solo por esta noche...

Sólo por esta noche / Joe Vasconcellos

Bella POV

Sus manos recorrieron mi cintura y se arrodilló frente a mí, besando mi estómago. Sus labios eran suaves y sus besos sensuales, y yo eché la cabeza hacia atrás disfrutando de las sensaciones.

-Mereces ser adorada como una diosa –Me dijo con un marcado acento sureño –Eres irrealmente hermosa…

-Gracias vaquero –Respondí con una sonrisa. Oh dios! mi fantasía no le había hecho justicia a este hombre, era mucho más sexi en persona de lo que me imaginé en mis sueños…

-Te quieres quitar el brassier para mí, cariño? –Preguntó y yo asentí mordiéndome el labio. Mis pechos quedaron al descubierto y algo entre un gemido y un gruñido escapó de su garganta.

Sus labios subieron desde mi estómago hacia mis pechos, y tomó uno de mis pezones en su boca y succionó fuerte, haciéndome gemir.

-Oh dios! –Dije jadeante.

-Jasper –Respondió –Mi nombre es Jasper.

-Oh Jasper! –Gemí cuando volvió a lamer mis pechos, dedicando igual atención a cada uno.

Mis manos se enredaron en su cabello y mi espalda se arqueó hacia él, queriendo más, demandando más.

-Dime cariño, qué es lo que deseas? –Me dijo delineando mi clavícula con su lengua.

-A ti… -Gemí, y él se volvió a apoderar de mi boca apasionadamente, besándome y mordisqueando, haciéndome gemir su nombre una y otra vez.

-Cuál es tu nombre preciosa? –Dijo poniéndose de pié. Oh era tan alto, bordeando el 1.90 mt, y su tamaño me hizo sentir frágil y delicada.

-Isabella… pero me dicen Bella –Respondí.

-Bella… muy apropiado cariño –Yo fruncí las cejas en señal de molestia –Qué sucede?

-Tienes mucha ropa puesta –Respondí.

-Entonces ayúdame con ese problema –Me dijo. Yo inmediatamente comencé a desabrochar los botones de su camisa y a descubrir su pecho musculoso y bien trabajado.

Una vez que terminé con los botones lancé la camisa detrás de mí, haciéndolo reír ante mi impaciencia, y me vi enfrentada a sus jeans.

-Puedo? –Pregunté.

-So todo tuyo cariño –Dijo él abriendo los brazos, entregado completamente. El olor de su perfume me intoxicó, y sin pensarlo besé su pecho mientras palpaba su erección por sobre sus jeans –Ogh! Bella dios! –Exclamó cerrando los ojos. Su rostro plasmaba el placer que sentía haciéndolo más hermoso aún, y eso me dio el impulso que necesitaba para desabrochar sus pantalones cuidadosamente… Oh mierda! No usaba ropa interior!

Pasado el shock inicial me arrodillé frente a él y relamiendo mis labios procedí a remover una y luego la otra bota, sus calcetines y sus jeans, dejándolo completamente desnudo frente a mí.

Lo miré a los ojos y pude ver que estaban nublados por la pasión y que, tal como yo, no sería capaz de seguir alargando este momento.

Con mi mano derecha tomé su erección y bombeé 2 veces, haciéndolo jadear, y sin dejar de mirarlo a los ojos lamí la punta de su pene recolectando la gota de humedad que se había reunido ahí.

-Ogh Bellaaa! –Gimió y eso me dio pié para seguir lamiendo desde la base de su erección hasta a punta, mientras mi mano derecha bombeaba y la izquierda acariciaba sus testículos. Cuando ya sentí que había tenido suficiente preámbulo, lo tomé en mi boca, dejándolo entrar lo más posible y manejando el resto con mi mano. Sus manos se movieron a mi cabeza y mi hombro, sin llegar a empujarme ni marcar el ritmo, sino más bien buscando apoyo.

Pude sentir sus piernas temblar y una sarta de maldiciones salió de sus labios.

-Bella, voy a… voy a acabar –Dijo jadeante, y yo succioné más fuerte, llegando más profundo en mi garganta, hasta que con un sonido mescla de gemido y gruñido él liberó su semilla, la que tragué rápidamente.

Me puse de pié y él cayó sentado en la cama con una sonrisa soñadora y sus ojos fijos en mi cuerpo.

-Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida cariño, y te voy a coger con esos zapatos puestos… -Dijo enviando escalofríos de placer por mi espalda.

Sus manos abarcaron nuevamente mi cintura acercándolo a él y me besó, poniéndose de pié, saboreándose en mi boca. Me empujó hacia una de las paredes de la habitación y se arrodilló frente a mí, jugando con los bordes de mi tanga.

-Mmmmmh… esta se queda o se va? –Se preguntó acariciando mis piernas –Aunque adoro como te ves en ella creo que se va –Dijo deslizándola entre mis piernas. Yo levanté mis pies para liberarme de la tanga quedando desnuda excepto por mis Manolos plateados frente a mi desconocido (ahora conocido simplemente como “Jasper”) –Mierda cariño… te depilaste para mí? –Me preguntó, y aunque sentí un poco de vergüenza asentí mordiéndome los labios.

Su respuesta fue un gruñido y con sus dedos comenzó a acariciar mi sexo, haciéndome separar las piernas para tener mejor alcance.

-Te voy a hacer acabar con mis dedos –Me dijo –Y después te voy a coger contra la pared… te parece un buen plan cariño? –Me preguntó mientras impulsaba un dedo dentro de mí.

-Oh sí! –Gemí cerrando los ojos, demasiado caliente como para negarle nada a este dios que me estaba haciendo gozar enormemente con sólo tocarme.

-Bien –Dijo bombeando en mi interior mientras con su otra mano acariciaba mi hinchado clítoris –Te gusta así cariño?

-Oh! Oh! mmmmmh! –Dije sin poder articular palabra.

-Mmmmmmh… sé que dije que te haría acabar con mis dedos, pero no me resisto a probar tu sexo –Dijo levantando mi pierna derecha y apoyándola en su hombro –Está bien si te doy una probadita? –Preguntó con risa en los ojos.

Yo respondí aferrando mis dedos a sus risos rubios y él lamió mi sexo a todo lo largo.

-Mmmmmh… deliciosa –Dijo comenzó un movimiento circular alrededor de mi clítoris, haciéndome gritar de placer –Ahora te voy a coger con la lengua –Me dijo –Pero no puedes acabar hasta que yo te dé permiso –Me instruyó.

-Oh si, Jasper, sí! –Respondí.

Sus labios tomaron mi clítoris besándolo y entonces su lengua se movió a mi centro y comenzó a penetrarme a un ritmo imposiblemente rápido, haciéndome retorcerme de placer. Sus fuertes manos me afirmaron contra la pared y yo comencé a temblar incontrolablemente… mi orgasmo se aproximaba y mis piernas ya no eran capaces de sostenerme.

-Mierda! Jasper voy a… Oooooh! Ooooooh! Jaaaaasper! –Grité completamente desinhibida.

-Aún no cariño –Ordenó contra mi sexo, y entonces metió 2 dedos en mí enrollándolos ligeramente hacia mi ombligo, encontrando mi punto G y haciéndome perder completamente el control.

-Aaaaaaaaaaaaaaah! –Grité –Jasper por favor… por favor… -Rogué mientras sentía mi orgasmo cada vez más cerca.

-Ahora! –Dijo él y curvó sus dedos un poquito más, acariciando mi punto de placer. Yo quedé absolutamente perdida en mi clímax y si no hubiera sido por sus brazos habría caído desplomada en el suelo.

Él bajó mi pierna de su hombro y me tomó en sus brazos, depositándome suavemente sobre la cama.

-Mmmmmh, tal vez cogerte contra la pared ahora no sea tan buena idea –Me dijo – Qué tal la cama? –Me preguntó besando mis pechos nuevamente.

-Perfecta –Le dije –Te necesito, adentro, ahora! –Demandé.

-Como ordene, señorita –Dijo profundizando su acento sureño y abrió uno de los cajones para sacar un preservativo. Lo enrolló en su inmensa erección y se alineó en mi entrada –Lista cariño?

-Lista vaquero –Respondí y sentí como lentamente entraba en mí produciéndome aún más placer del que había esperado. Necesitó un momento para que mi cuerpo se acomodara a su tamaño, y durante esos segundos nuestras miradas se encontraron y él sonrió y me guiñó un ojo, derritiéndome un poco más.

Luego tomó mis pies aún calzados con mis Manolos y los levantó hasta que estuvieron a cada lado de sus hombros, y comenzó a penetrarme fuerte, rápido, cogiéndome como nadie jamás lo había hecho, con maestría y destreza, pero también con ternura y preocupándose de que yo disfrutara de cada paso del proceso.

No pasó mucho rato hasta que comencé a sentir que un nuevo orgasmo se estaba formando en mi vientre.

-Jasper… oh Jasper…Voy a… Oh Dios!... Más!... Más! –Le rogué.

-Bella… vente conmigo… acaba conmigo… ahora! –Y como si mi cuerpo estuviera diseñado para obedecerle, llegué al clímax nuevamente.

Él besó cada uno de mis pies y me descalzó, procediendo a besar mis piernas hasta llegar a mi estómago, donde depositó otro beso y se levantó al baño a deshacerse del preservativo.

Yo quise esperar en una pose sexi a su regreso, pero el agotamiento de la noche y el maravilloso sexo que había tenido me venció y me quedé dormida en su cama, rompiendo una de mis reglas de oro… nunca pasar la noche con una de mis conquistas.

…oOo…

Desperté a la mañana siguiente sintiéndome maravillosamente bien. No había bebido lo suficiente como para sufrir una resaca, y mi cuerpo se sentía deliciosamente relajado.

Pero estaba sola en la cama… y eso no me gustó.

Busqué alrededor de la habitación mi ropa pero no encontré nada salvo mis zapatos, los que me calcé, y desnuda, me dirigí al baño.

Sobre el tocador había un set de artículos de aseo nuevo con el sello del hotel, y una nota que decía “Buenos días, usa la bata y te espero en el balcón”.

Inmediatamente me puse la bata del hotel y usé el cepillo de cortesía para desenredarme el pelo. Mi maquillaje estaba un poco corrido pero no terriblemente, por lo que con un poco de agua pude limpiar el desastre.

Luego me lavé 2 veces los dientes, y entonces me dirigí al balcón.

Ahí me esperaba, en la pequeña terraza, Jasper vestido con un pantalón de pijama de algodón, leyendo el diario frente a una enorme bandeja de desayuno.

-Buenos días Isabella –Me saludó.

-Ho… hola –Dije sin saber cómo reaccionar –Dónde está mi ropa?

-En la tintorería, la van a traer al mediodía –Respondió –Pero mientras podemos tomar desayuno y conocernos un poco mejor –Dijo seductoramente.

-Jasper… yo tengo que irme… yo… -No supe qué inventar, me estaba dando pánico el no saber cómo actuar frente a este hombre.

-Bella… shhhhh… -Dijo poniéndose de pié y abrazándome –No te estoy secuestrando tranquila… simplemente quise hacer algo amable para que tuvieras ropa limpia que ponerte. Siéntate conmigo y te prometo que antes del mediodía podrás escapar de mí si eso e lo que deseas.

-Yo… está bien –Dije sentándome junto a él. Él me extendió las secciones del periódico que no estaba leyendo y siguió sorbiendo su café con toda calma.

Si no puedes luchar contra ellos, únete, dice el dicho, y eso es lo que hice, sirviéndome una taza de café con leche y mordisqueando un muffin de chocolate blanco leí el diario e intercambié secciones con Jasper como si fuéramos un viejo matrimonio.

Una vez que hubimos terminado de desayunar Jasper me dijo

-Bien cariño, qué tal una ducha?

-Oh, si, realmente necesito una… -Dije aliviada de poder hacer algo.

-Te importaría si te acompaño? –Me preguntó él con una sonrisa sexi.

-Ducharme? Contigo? –Pregunté aterrada. Eso era otra primera vez para mí. El acto de limpiarme me parecía demasiado íntimo como para compartirlo… a pesar de todo lo que habíamos compartido la noche anterior… por qué demonios había amanecido tan tímida?

Él suspiró y tomó mi mano, sentándome sobre su regazo en el sofá.

-Cariño, sé que tienes problemas confiando en los hombres, y sé que estás acostumbrada a relaciones que duran sólo una noche –Dijo sin juzgarme –Pero realmente me gustas, y si mandar tu ropa a la tintorería es la única manera en que puedo hacer que me escuches, eso es lo que voy a hacer… una y otra vez.

-Cómo sabes esas cosas de mí? –Pregunté intrigada más que asustada.

-Porque desde la primera vez que te vi no he dejado de observarte, porque eres una princesa en ese club de mala muerte, porque sin darme cuenta me he… dijo y se detuvo.

-Porque sin darte cuenta qué? –Pregunté.

-Prométeme que no vas a salir arrancando cuando te lo diga… -Dijo y yo sentí -Porque sin darme cuenta me enamoré de ti.

-Jasper yo…

-Tranquila Bella, no tienes que decir nada… si quieres te puedo dejar sola hasta que llegue tu ropa…

-Jasper… yo… siento lo mismo que tú… desde la primera vez que te vi… sentí esa atracción… no te vayas… -Le pedí. Quería que ese hombre fuera mío y para es debía superar mi miedo al compromiso.

-Bella… te puedo besar? –Preguntó.

-Sí por favor –Respondí y nuestros labios se fundieron en un beso increíble.

-Eres fantástica… -Dijo él cuando nuestros labios se separaron.

-Jasper… -Dije muy despacio.

-Sí cariño? –Preguntó él mirándome esperanzado a los ojos.

-Y qué hay de esa ducha?


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FIN! 

Como ven fue una historia cortita. Espero que me cuenten qué les pareció y si quieren más historias cortas de este tipo.

Cariños!




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