viernes, 7 de agosto de 2015

Sangre Sucia 7

Aquí lo tienen, el esperado capítulo de ésta, mi primera historia del Universo Potter. Les confieso que me demoré en actualizar porque tuve un bloqueo, estaba a mitad del cap. Y no podía avanzar… Pasa a veces, qué se le va a hacer.
Ojalá les guste, yo al menos quedé conforme…
Todo mi cariño,
A.
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Capítulo 7
You want it all but you can't have it
It's in your face but you can't grab it
It's alive, afraid, a lie, a sin
It's magic, it's tragic, it's a loss, it's a win
It's dark, it's moist, it's a bitter pain
It's sad it happened and it's a shame.
Epic / Faith No More

Mucho antes de despertar, Hermione escuchó sonidos a lo lejos. Siempre le pasaba eso, su cerebro no despertaba por completo de una vez, sino que sus sentidos iban despertando uno a uno, paulatinamente, permitiéndole una mejor percepción de su entorno.
Los sonidos le eran familiares, pero no los reconoció en seguida…
Sí, eran sonidos que ella escuchó en su juventud temprana… Música! Sí, música… Música muggle.
Letras que alguna vez oyó pero a las que nunca prestó real atención…


“…Sálvame, esta vez estoy enterrado vivo
Torciéndome y rompiendo todo lo que queda dentro de mí
Culpando a todos por nada
Me odio por lo que hecho con mi vida…”
*N/A: Buried Alive, Evans Blue


Y nuevamente se la llevó la inconciencia…
oooOooo
Volvió a despertar sin saber cuánto tiempo había pasado con el lamento de otra melodía.

“…En un mundo hermoso
Desearía ser especial
Tú eres tan jodidamente especial
Pero yo soy asqueroso
Un fenómeno
Qué demonios hago aquí?
No pertenezco a este lugar…”
*N/A: Creep, Radiohead

Triste… Oh, es tan triste… Es todo lo que pudo pensar Hermione antes de volver a caer rendida.
oooOooo

“…Yo nunca rezo
Pero esta noche estoy de rodillas, si
Necesito escuchar sonidos que reconozcan mi dolor, si
Dejo la melodía brillar, la dejo limpiar mi mente, ahora me siento libre
Pero las vías están limpias y ahora no hay nadie que me cante…”
*A/N: Bittersweet Symphony, The Verve

Puramente canciones tristes se sucedían una tras otra y Hermione que aún conservaba restos de poción en su sistema, captaba sólo trozos inconexos llenos de amargura y desazón.
Algunas melodías las conocía, otras no, pero todas hablaban de lo mismo: La vida es una mierda y no hay salida.
oooOooo

“…Y retorcidos pensamientos dan vueltas en mi cabeza
Estoy girando, estoy girando
Qué tan rápido se puede desplomar el sol?
Y ahora mis amargas manos acunan cristales rotos
De lo que lo fue todo
Todas las imágenes se han teñido de negro…”
*N/A: Black, Pearl Jam

Abriendo los ojos lo recordó todo de pronto.
La batalla.
Los muertos.
Lavander.
Seamus.
Sean.
Las familias atrapadas.
Los Carrow.
Dolor.
El fuego que acabó con sus enemigos.
La huida.
Dolor.
Draco.
Draco…
Draco…!
 Ya es suficiente! Pensó Hermione hacienda un enorme esfuerzo por incorporarse y casi lo logró, aunque sus brazos estaban terriblemente débiles y temblaban como hojas de otoño.
-Draco… - Dijo sintiendo la garganta un poco ronca por la falta de uso, pero el sonido de la música ahogó su voz – Draco! – Gritó.
Pasos apurados sobre su cabeza y el súbito silencio provocado cuando se apagó la fuente de la triste música.
Hermione fijó su vista en la escalera adivinando que por ahí aparecería su anfitrión y efectivamente segundos después Malfoy se deslizó por los peldaños rápidamente, prácticamente corriendo para llegar a ella.
-Granger! Estás bien? Te duele algo? – Preguntó llegando justo a la cama y acercándose para tocar el rostro de Hermione en busca de signos de fiebre u otro malestar – Llevas mucho tiempo gritando?
-Estoy bien, un poco sola tal vez… Deprimida por tu música… Si eso es todo lo que escuchas me extraña que aún no te hayas pegado un tiro… - Dijo ella divertida pero también secretamente aliviada de tenerlo de vuelta junto a ella.
-No es todo lo que escucho, sólo cuando trabajo… - Dijo él vagamente mientras la tomaba por las axilas y la ayudaba a terminar de sentarse -  Ya estás recuperando la fuerza en los brazos – Comentó quitando un mechón rebelde que caía sobre los ojos de Hermione.
-Trabajo? Es que no trabajas haciendo pociones? – Preguntó ella intrigada.
-Bueno, sí, es lo que me gustaría hacer, pero vender pociones no es tan fácil para mí, porque todo el mundo me conoce y cualquiera me puede entregar a cualquiera de los dos bandos, por lo que mi cartera de clientes es limitada – Dijo él pasando su mano por su cabello, que era tan lacio que volvió a su lugar original enseguida. Hermione lo observó atentamente, notando que calzaba jeans desgastados, botas de trabajo y una sencilla camiseta de color gris… No precisamente un atuendo con el que habría asociado al poderoso y distinguido Draco Malfoy, aunque a estas alturas qué sabía ella realmente sobre Malfoy? Todas sus preconcepciones habían resultado erradas, o tal vez fueron correctas alguna vez, pero ahora estaba frente a un hombre definitivamente diferente.
-Entonces? Qué hay allá arriba? – Preguntó Hermione mirando al techo.
-Nada! – Se apresuró a decir él – Sólo mi estudio.
-Estudio de qué? – Insistió ella levantando una ceja.
-Estudio de “métete en tus propios asuntos y déjame en paz” – Dijo él frunciendo el ceño y retrocediendo hacia la cocina – Quieres almorzar?
Hermione no quería cambiar de tema pero moría de hambre, así es que asintió suavemente.
-Sí, mucha… Cuánto tiempo estuve dormida? – Preguntó.
-Casi dos días – Dijo él abriendo el refrigerador – Te gusta el “kedgeree”? (*A/N: Plato típico inglés que tiene arroz, pescado y huevos, inspirado en la cocina india)
-Tiene mucho curri?  - Preguntó ella relamiéndose.
-Sí – Admitió él inseguro – Así es como aprendí a prepararlo, pero si no te gusta puedo hacer otra cosa…
-No, no, no, es perfecto! – Exclamó ella – Mi mamá lo preparaba cada viernes cuando yo era pequeña.
-Te sirvo entonces? – Preguntó Draco aliviado. El “kedgeree” era un plato que le quedaba bastante bien, por eso lo había preparado, pero existía la real posibilidad de a que Granger no le gustara.
-Siempre que me acompañes – Dijo ella – Tú tampoco has comido.
-Cómo sabes si comí o no? – Preguntó él levantando la barbilla, desafiante.
-Porque tu música para cortarse las venas a mordiscos lleva horas tocando – Respondió ella observando atentamente a ver si a Malfoy se le escapaba un gesto o palabra, algo que le dijera qué hacía en el “estudio”.
Draco no contestó, pero sacó un gran sartén y lo depositó sobre la estufa a leña con más fuerza de la necesaria.
-Malfoy no te pongas de malas – Dijo ella tratando de sonar conciliadora – Pero qué es tan secreto que no me puedes decir? Crees que te traicionaría después de todo lo que has hecho por mí?
-No se trata de si me traicionas o no, Granger – Dijo él revolviendo la comida – Se trata de que no tienes por qué saberlo todo. Aunque te cueste aceptarlo hay cosas que no son asunto tuyo.
-No tienes por qué ser tan desagradable – Dijo ella haciendo un puchero involuntario y un esfuerzo enorme por cruzar sus brazos sobre su pecho, para demostrar qué tan cabreada estaba. Hermione sabía en teoría que no todo era asunto de ella, pero de verdad le interesaba saber más sobre Malfoy, y no sólo por simple curiosidad… Él le importaba genuinamente.
Draco la miró de reojo a través de su flequillo y no pudo evitar sonreír ante la pequeña bruja amurrada, por lo que antes de que ella notara su diversión le dio la espalda para sacar platos y cubiertos de la alacena.
Una vez que la comida estuvo caliente Draco sirvió un plato y lo puso en una bandeja con una servilleta, un tenedor y un vaso de té helado.
-Acordamos que yo comería si comes tú – Dijo ella aún con los brazos cruzados, más por falta de energía para moverlos que por otra cosa.
-Si te alimento a ti y a mí a la vez se nos va a enfriar la comida a los dos, y esto sabe muy mal cuando está frío. Te voy a dar de comer y luego me comeré lo que queda en el sartén, que se mantiene caliente – Dijo él, la voz de la razón.
Ella no pudo argumentar.
-Quieres que te suelte las manos, o prefieres que se te gangrenen por falta de circulación? –Preguntó él casualmente mientras se sentaba en la orilla de la cama y ponía la bandeja sobre el velador.
-Cretino… - Masculló Hermione tratando de soltar sus manos ella misma, pero sus músculos, si bien recibían la orden de su cerebro, estaban muy cansados para obedecer, creando pequeños espasmos.
-Que se gangrenen entonces – Dijo él como si no tuviera una preocupación en el mundo – No es como si necesitaras las manos para blandir la varita, siempre puedes aprender a usar los pies… Abre.
Ella frunció el ceño pero obedeció y masticó.
-Y? – Preguntó él al ver que ella no decía nada – Bien, mal, le falta sal, tiene mucho curri?
-Maldito seas Malfoy! – Sonrió ella ampliamente, a pesar de sí misma – Es difícil odiarte cuando cocinas tan bien, está delicioso, y no lo digo sólo porque esté muerta de hambre!
-Bien – Dijo él asintiendo satisfecho y un poco fanfarrón. No sería Malfoy si no luciera fanfarrón.
Draco la alimentó en silencio, intercalando bocados con tragos de té helado y limpiando sus labios de vez en cuando hasta que el plato estuvo vacío.
-Gracias – Dijo ella – Me siento mucho mejor, la comida caliente es maravillosa…
-Así es, especialmente en invierno – Dijo él dirigiéndose a la cocina donde dejó la bandeja y se preparó una para él – Anoche nevó.
-Pero aquí no hace nada de frío – Dijo Hermione – Tú andas con mangas cortas!
-Naaaah, esta cabaña está bien aislada y tengo suficiente leña para mantenerla calefaccionada sin problemas – Dijo él sentándose en la silla junto a la cama y empezando a comer.
-Draco, cómo conoces tanta música muggle? – Preguntó ella – Escuché varias bandas distintas…
-Igual que con los libros – Dijo él – Cuando estuve escondido a veces escuchaba radio. No podía sintonizar estaciones mágicas por lo que descubrí la enorme variedad de música muggle. Miles de artistas, miles de estilos…
-Y te quedaste con lo más triste? – Preguntó ella.
-Me quedé con las letras que me identificaban, la música creada por los magos es menos visceral, tú sabes que no es bien visto exponerse de esa manera – Dijo él echándose un bocado a la boca.
-Y te convertiste en una especie de emo? – Preguntó ella bromeando.
-No Granger. No porque una persona tenga un rango emocional más variado que una roca eso lo convierte en emo – Dijo él, molesto.
-Lo siento, era una broma… Además yo creo que lo que más te gusta es el grunge, o me equivoco? – Preguntó ella.
-Me gusta el grunge – Concedió él – Pero no exclusivamente.
-Y por qué necesitas música emocional para trabajar? En qué trabajas? Dime Draco… - Rogó ella batiéndolas pestañas de manera inconsciente.
-No te debo explicaciones – Dijo él frunciendo el ceño.
-Lo sé, no es una demanda, es que siento que todo lo que creí saber de ti ya no existe, y pienso que no conozco al nuevo Malfoy… Tú sabes más de mí que yo de ti, y me gustaría cambiar eso… Crees que podríamos ser amigos? – Preguntó ella.
-Por qué te empeñas en hacer las cosas más complicadas Granger? – Preguntó él pasándose esta vez ambas manos por el cabello, como si se lo quisiera arrancar a puñados.
Él no quería abrirse a Hermione. No quería porque una vez que ella participara en cada espacio de su vida los intoxicaría con su presencia y cuando ella lo dejara ya no le quedaría ni un rincón que no acarreara su recuerdo.
De hecho estaba seguro de que tendría que quemar su cama para borrar las imágenes de su cuerpo desnudo y de su silueta dormida, el calor y suavidad de su piel, y los restos de su olor.
-Quiero hacer las cosas más simples, quiero ser tu amiga – Dijo luchando otra vez por descruzar sus brazos.
-No quieres ser mi amiga – Dijo él cada vez más frustrado – Sólo estás aburrida y muerta de curiosidad! – Exclamó y sin más tomó las manos de Hermione, descruzó sus brazos y las depositó con cuidado sobre la colcha.
-No sé por qué dices eso o por qué crees que no puedes confiar en mí – Dijo ella un poco ofendida – Pero te aseguro que no tengo intenciones ocultas. Me salvaste, te debo la vida y quiero conocerte. No sé qué es tan terrible al respecto, pero si tanto te molesto ayúdame a transportarme a San Mungo. Ellos me ayudarán hasta que sea capaz de irme a casa por mí misma – Dijo con los ojos brillantes.
-No es que me molestes! – Exclamó él incómodo con el rumbo de la conversación – Es que no quiero que invadas toda mi vida!
-Auch…! - Murmuró ella – Bueno, no hay algún otro lugar donde me puedas dejar por mientras? Algún motel muggle o algo así? Bastaría con que pasaras una vez al día y no me tendrías invadiendo tu espacio…
-Maldita seas Granger! – Exclamó él poniéndose de pie furioso – Por qué no entiendes que hay cosas de mí que no estoy listo para compartir? Contigo menos que nadie… - Agregó.
-No te quiero obligar a que me cuentes - Dijo ella suavemente – Quiero que quieras contarme.
-Mierda! – Exclamó él. Respiró profundo un par de veces y luego más calmado agregó – Quieres ir al baño?
Ella pensó en negarse, pero muy a su pesar asintió sin mirarlo.
Draco maldijo entre dientes otra vez al tener que acercarse a Hermione, que apenas se aguantaba el puchero que quería emerger de sus labios. Se sentía herida,  rechazada sin saber por qué.
Qué la hacía tan indeseable? Qué era lo que hacía creer a Malfoy que ella contaminaría su vida con su mera presencia?
Si hubiera podido caminar, éste habría sido el momento en el que habría echado a correr.
Se las arregló para hacer sus necesidades tal como la vez anterior y Draco la ayudó tal como la vez anterior, sólo que en ésta ocasión no cruzaron palabra y ambos estaban tensos y enojados.
Cuando Draco la depositó otra vez en la cama se sentía miserable… No sabía qué hacer para limar asperezas... No quería darle la razón a ella, pero tampoco la quería ver tan infeliz… Qué hacer?
-No tengo tele… - Dijo mirando al suelo.
-No importa – Dijo ella de inmediato – No me gusta la tele.
-Tampoco tengo una radio que capte señales locales, las barreras mágicas crean demasiada interferencia…
-No me interesa escuchar las radios locales de donde sea que estamos – Dijo ella forzando su rostro para permanecer impasible.
-Pero te puedo bajar mi computador, ahí tengo un montón de música, seguro encuentras algo que te guste…
-No puedo operar un computador Malfoy, no puedo usar mis manos… - Dijo Hermione.
-Granger estoy haciendo un esfuerzo aquí… – Dijo Draco sin saber qué más hacer.
-No quiero que hagas esfuerzos, no quiero contaminar tu vida, quiero quedarme tranquila y callada hasta que te puedas deshacer de mí – Dijo ella en voz baja y controlada.
-“Contaminar mi vida”? – Preguntó él.
-Eso es lo que temes, no? Que de alguna forma infecte tu espacio… - Dijo levantando la mirada, furiosa.
-Dije “invadir”, no “contaminar”, no tergiverses mis palabras – Dijo él.
-Invadir, contaminar, lo importante es que no me quieres en tu vida y como no me puedo largar como me dicta mi orgullo, al menos me puedo callar, molestar lo menos posible, y ocupar poco espacio…
-Verdaderamente tu coeficiente intelectual es inversamente proporcional a tu inteligencia emocional, Granger – Dijo Malfoy apoyándose en la pared, estudiándola atentamente.
-Agh? – Fue todo lo que pudo responder.
-Granger… - Dijo Draco y suspiró – Hermione… A mí me gusta que estés aquí – Dijo suavemente, esquivando la mirada sorprendida de Hermione ante tamaña confesión.
-Entonces…? – Preguntó ella.
-Entonces te estás mejorando y en nada de tiempo vas a estar como nueva, y esta casa me va a quedar gigante cuando no estés… - Dijo él en un solo aliento – En cambio tú vas a volver a tu casa y a tu rutina que no tienen nada que ver conmigo y en dos días me vas a olvidar…
-Draco… - Jadeó ella ante sus palabras. Nunca, nunca se imaginó verlo tan vulnerable.
-Tú tienes gente cercana, amigos con los que conversar, gente que te acompañe, pero yo no tengo a nadie… Nadie puede saber quién soy, entiendes lo que es eso? No puedo ser yo mismo nunca, con nadie… excepto ahora, contigo… - Dijo bajando la mirada otra vez.
-Draco yo no te voy a olvidar – Dijo Hermione – Cómo podría?
-No tienes que decirme nada Granger, me has estado volviendo loco con tus preguntas y ahí tienes tus respuestas, haz lo que quieras con ellas – Dijo dándole la espalda para largarse, probablemente a picar más leña que no necesitaban.
-No seas cobarde Malfoy! – Gritó ella – No te atrevas a dejarme sola, esa no es manera de ganar un argumento!
-Ganar? Quién puede ganar en esta situación? Lo único que hago es ahorrarte la molestia de buscar frases de buena crianza para confortarme – Dijo él cabreado de nuevo. Sus ojos grises se volvieron del color del acero, duros e inescrutables.
-Frases de buena crianza? Malfoy por favor, me deberías conocer un poquito mejor que eso… - Dijo ella con ganas de lanzarle algo en la cabeza… La almohada, la lámpara, un libro… - Tú no necesitas que nadie te conforte y yo no te ofendería intentándolo, simplemente quiero terminar de decirte lo que te quiero decir…
-Y qué es eso? – Preguntó él cruzando los brazos en una actitud claramente defensiva, como preparándose para un ataque imaginario.
-Que… Que vivir contigo no es ni la mitad de horrible de lo que había imaginado… - Balbuceó ella sintiéndose acorralada.
-Vaya, me alagas Granger, sí que tienes el don de la palabra, deberías dedicarte a escribir frases en tarjetas de felicitación… Creo que leí por ahí que Hallmark está contratando – Dijo el volviendo a refugiarse en el sarcasmo.
-Deja de ser un idiota por… Dos segundos, puede ser? – Exclamó ella exasperada – Estoy tratando de decirte algo, sabes? Y no me lo estás haciendo más sencillo…
-Habla – Dijo él poniéndose súbitamente serio.
-Es difícil… - Dijo ella tragando saliva y carraspeando un poco.
-Nadie te obliga a decir nada… - Dijo él tratando de sonar indiferente y haciendo amago de irse... En realidad simplemente tratando de conservar su dignidad y restringiéndose para no lanzarse sobre ella… Maldita Granger!
-Lo sé Malfoy, cállate de una maldita vez! – Exclamó Hermione y volvió a aclararse la garganta.
-Mira, apareció esa vena en tu frente! – Dijo él con una sonrisa burlona, intentando aligerar el ambiente – No la veía desde que me diste un puñetazo, te acuerdas de lo enojada que estabas…?
-Te… Te quiero en mi vida Malfoy! – Exclamó ella interrumpiéndolo – Quiero conocerte, te quiero cerca de mí, y no solamente porque me salvaste, sino porque confío en ti y a pesar de que la mayor parte del tiempo eres un asno insufrible el resto del tiempo eres… No sé… Me gusta hablar contigo, me gusta la persona en la que te convertiste, siento… Respeto… Te admiro, Ok? Lo que lograste hacer con tu vida a pesar de las circunstancias que te tocaron me parece increíble… Emergiste de una situación horrible siendo una mejor persona… No sé de nadie que haya hecho algo igual…
-Ya, ya, para! – Dijo él mortificado – Dios, Granger! Cállate de una vez!
-Te estoy abriendo mi corazón, grandísimo idiota! – Gritó ella furiosa, sin sentir una pisca del aprecio que segundos atrás profesaba a Malfoy.
-Granger cálmate, parece que te va a estallar algo – Dijo él medio en broma y medio preocupado.
Hermione se negó a decir una palabra más, pero siguió respirando aceleradamente, profundamente ofendida.
-Granger…
Nada.
-Granger…
Nada.
-Hermione – Dijo tomando el rostro de ella entre sus manos y obligándola a mirarlo – Hermione yo ya te dije lo que me pasa contigo… - Dijo suavemente – Tú Granger, eres lo único bueno, lo único decente en este mundo de mierda – Continuó con la voz ronca. Hermione abrió la boca para hablar pero él la interrumpió – Déjame terminar… Granger... Yo llevo años detrás de ti, tratando de ayudarte a lo lejos, de no involucrarme, pero me es imposible, porque cada vez te arriesgas más y yo no puedo quedarme atrás viendo cómo te haces matar… Quieres saber si me importas… – Dijo rodando los ojos y acercándose peligrosamente – Daría mi vida por ti Granger, una y mil veces, daría la vida por ti…
-Draco… - Susurró ella conmovida, pero lo que fuera que trató de decir fue interrumpido y olvidado en el segundo en que Malfoy posó sus labios sobre la boca entreabierta de Hermione y la besó apasionada, desesperadamente, como si estuviera jugándose su única oportunidad de ser feliz… Y tal vez lo fuera…

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Uy que emoción!
Ustedes dirán, qué les parece la dirección que vamos tomando?















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