martes, 5 de agosto de 2014

Muertos o Algo Mejor 28


Hola a todos! Lo sé, lo sé, me demoré mucho en publicar, pero es que no podía escribir entre todo el trabajo que tuve la semana pasada. Y luego me pasé el finde reorganizando mi biblioteca de música in ITunes porque la borré toda por error y Uffff! Pero por suerte hace como 2 semanas había hecho un respaldo, que sino…
En fin, Glory, no te enojes, que nunca las olvido, sólo a veces me demoro.
Lo otro: Les recomiendo que al leer este capítulo (o al terminar) miren las fotos correspondientes en Facebook o mi blog. Les ayudará a comprender mejor lo que describo.
Ah! Por ahí me pedían un trío Bella/Dem/Félix, pero eso de ninguna manera va a pasar en esta historia. No va con la personalidad de los personajes. Peeeeero creo que al final voy a hacer un outtake con esa alternativa, a ver qué tal.
Eso, no olviden comentar.
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Capítulo 28
I can rub and scrub
'Til this house shinin' like a dime
Feed the baby, grease the car
Powder my face at the same time
Get all dressed up
Go out swing 'til 4 a.m. and then
Lay down at 5, jump up at 6
And start all over again
'Cause I'm a woman
W-O-M-A-N
I'll say it again
I got a twenty dollar gold piece
Says there ain't nothing I can't do
I can make a dress out of a feed bag
And I can make a man out of you
I´m a Woman / Peggy Lee

Dejé el teléfono sobre mi cama y miré aturdida a Demetri.
-Anda a ducharte y a hacer tus cosas Fiore, no tienes mucho tiempo – Me dijo empujándome fuera de la cama. Casi caigo sobre mi trasero. No es que esperara nada, o sea, ni yo sabía qué fecha era, pero… No me diría "feliz cumpleaños"? Seguro escuchó la conversación y los alaridos de Gianna cantándome el "Cumpleaños Feliz".
-Hey! – Dije equilibrándome y dándole un manotazo – Cuidado, que me rompo! – Reclamé.
-No importaría, tienes cuenta de cliente frecuente en el hospital – Respondió recostado en la cama con las piernas cruzadas y los brazos detrás de su cabeza – Acuérdate que si te llevo de nuevo me regalarán un IPod…

-Idiota – Murmuré metiéndome de cabeza al closet para buscar algo "bonito" para salir con Las Reinas… Habría sido más fácil si Gianna me hubiera dicho dónde íbamos.
Tenía montones de vestidos aún sin estrenar, la mayoría inspirados en los años 50s, pero había una sección más cool, con vestidos de los 60s. Eran como salidos de una película de Austin Powers, en colores sólidos y patrones geométricos.
Saqué uno de los vestidos del colgador y lo examiné. Era un minivestido súper corto de color bermellón y negro con ribetes blancos. Una mezcla extraña pero que funcionaba…
Busqué zapatos bajo la atenta mirada de Demetri que ni se molestó en fingir que no estudiaba cada uno de mis movimientos, y encontré unas botas de cuero negro, de caña alta y de tacón razonable.
El resto fue buscar ropa interior y un par de leggins negras y listo.
-Dem, no sé cuándo nos vamos a ver, este asunto no lo manejo yo. Te llamo, vale? – Dije con un poco de pena. Es verdad que no me gustaba que la gente se tomara molestias por mi causa, pero él había escuchado a Gianna gritar que era mi cumpleaños, podía decir algo… No le costaría nada.
-Vale, me voy a pescar – Respondió. Yo asentí y me metí al baño sin decir palabra… A mí me gustaba ir a pescar… Eso sonaba mejor que lo que fuera que hubiera preparado Gianna (no es por ser desagradecida, es sólo que me gusta mucho ir al río a enterrarme anzuelos en el pié).
Inmediatamente me metí a la ducha. Fue una ducha rápida, porque me había dado una más concienzuda la noche anterior.
Hice mis necesidades humanas, me lavé los dientes y me vestí, y sólo por esa ocasión saqué mi estuche de maquillaje prácticamente sin uso del vanitorio.
Mi piel si bien pálida no tenía defectos visibles, y a pesar de haber dormido poco no tenía ojeras, así es que no vi la necesidad de usar base de maquillaje. Me apliqué una doble capa de cosa de pestañas, me delineé los ojos y me puse y "brillo de diamantes 16 horas" en los labios.
Por último me puse un grueso cintillo negro y arreglé mi flequillo para que callera sobre mis ojos.
Me miré al espejo y en un arranque de vanidad inaudito, me lancé un beso. Sí, este sería un buen día… Me obligué a no pensar en mi cumpleaños anterior.
Cualquier cosa sería mejor que mi cumpleaños anterior.
Salí del baño y vi a Demetri sentado en mi cama con algo en la mano, algo que apretaba y soltaba, y se pasaba de una mano a la otra.
-Pensé que te habías ido – Le dije. Él no dijo nada, luciendo cada vez más nervioso – Mira, parezco una "Chica Bond", te gusta? – Pregunté tratando de robarle una sonrisa.
-Isabella… Bella… Fiore… - Tartamudeó. Isabella? Él no me decía Isabella a menos que estuviera muy cabreado conmigo. Y no habíamos peleado de nuevo…
-Dime – Le dije sentándome a su lado y mirándolo a los ojos, tratando de transmitirle confianza. Confianza en que me podía decir lo que fuera.
-Es tu cumpleaños… - Me dijo en un susurro.
-Eso es lo que dice Gianna. Yo no sigo las fechas ni días de la semana, así es que tendré que creerle – Sonreí quitándole importancia. Era por eso que estaba nervioso? Se sentía mal por haberlo olvidado? Cómo recriminárselo si yo había hecho lo mismo?
-Tengo algo para ti… Dos algos en realidad, pero sólo uno es regalo de cumpleaños – Dijo y se quedó esperando una respuesta de mi parte.
-Dem, no es necesario, con que me hubieras despertado con un "Feliz cumpleaños, Chica Zombi" me bastaba – Le dije. Él apretó los labios y miró hacia el suelo. Lo estaba haciendo sentirse incómodo y eso no podía ser. Probablemente Dem no le había regalado nada a nadie antes… Cómo ayudar?
- Bueno, entonces? Qué algo me vas a dar primero? – Pregunté tratando de lucir súper entusiasmada.
-El algo que no es para tu cumpleaños – Dijo reticente. Yo estiré la mano y él depositó una pequeña bolsa hecha de varias capas de gaza de color rosa pálido. Se anudaba con una cinta del mismo color – No tienes que usarlo si no quieres – Aclaró rápidamente.
Yo solté la cinta, abrí la bolsa y vacié su contenido en la palma de mi mano.
Era un anillo.
Un maravilloso anillo de lo que asumí era oro rosado. Era una banda que se dividía en dos, sosteniendo 3 flores de cerezo hechas en piedras preciosas.
Se me apretó el pecho.
Es verdad, yo odiaba las joyas y los gastos innecesarios en mí, pero esto era diferente, era especial, era…
-Mi anillo de compromiso – Susurré probándomelo en cada dedo, de cada mano, incluidos los pulgares.
-Tu anillo… Lo encargué especialmente, por eso se demoró… - Dijo Demetri tímidamente antes de que me lanzara a sus brazos y lo apretara con todas mis fuerzas.
-Dem, me encanta, lo adoro, pero no debiste… Un encargo especial? Y con esas piedras preciosas… Me debería sentir mal, pero me gusta demasiado… - Le dije besando su mejilla.
-En realidad es oro rosado. Los pétalos están hechos con zafiros rosados, rubíes y diamantes blancos y verdes – Explicó.
-Diamantes verdes? Eso siquiera existe? Los robaste de un museo? Dem pensé que eran esmeraldas, no diamantes raros, Dios! Estás loco! Cómo se te ocurre gastar esa cantidad? – Pregunté horrorizada. Antes me sentía un poco culpable, pero ahora era una tonelada de culpa la que me aplastaba.
-Sí existen, no los robé y las esmeraldas no eran exactamente del color que quería. Estos diamantes son del mismo color de las hojas de cerezo, por eso los elegí. Y no me vengas con estupideces acerca del dinero, mira que tengo más que Dios. Cada vez que juego a las cartas con el resto de La Guardia me gano al menos 5 millones de Euros, porque nosotros apostamos en grande y yo soy jodidamente bueno en el póker – Dijo Demetri volviendo a ser él mismo. Su irritación conmigo superaba la inseguridad. Bien - No es que vaya por el mundo comprando anillos, nunca lo había hecho y no creo que lo vuelva a hacer, así es que tenía que salir bien a la primera. Ahora dime que te gustó, besa mi mejilla de nuevo y calla la boca – Me ordenó. Yo obedecí.
-Gracias Dem, me gusta mucho, de verdad. No es que no me guste el anillo, es que no me gusta el gasto que significa… Pero entiendo tu punto, así es que nuevamente, gracias – Dije apretando su mano.
-Vale, ahora tu otro algo… Tu algo de cumpleaños… - Dijo volviendo a sonar inseguro. Sus regalos eran significativos, más allá del dinero que costaran, y al dármelos se exponía tanto como si me diera un trozo de su alma.
-Dame, dame, dame! -Dije estirando mis manos.
-Este es un regalo distinto porque lo hice yo, así es que no puedes reclamar que gasté demasiado – Me dijo entregándome otra bolsita de tul, esta vez de color verde agua..
Solté las cintas y vacié el contenido en mi palma.
Era un collar…
Era una pequeña escultura…
Era… Una especie de medallón, por llamarlo de alguna manera… Era un árbol de cerezo montado en un marco de alambre de cobre y conformado por hilos de alambre más delgado entrelazados, formando las raíces y el tronco del árbol y uniéndolo al marco. Pero lo más lindo era la copa del árbol, donde había entretejido amatistas de color lila a través del alambre, dando la impresión de ser un árbol florido.
La cadena que lo acompañaba era larga y del mismo material, sencilla pero contundente, y fabricada con eslabones redondos.
Era lo más lindo y original que nadie había hecho para mí.
-Dem! Dem! Me vas a hacer llorar – Dije colgada nuevamente de su cuello – Es lo más lindo que me han regalado jamás!
-No soy un orfebre profesional, a un artesano tal vez le habría quedado mejor – Dijo casi disculpándose – Pero pensé que te gustaría más si lo hacía yo.
-Pensaste bien, es tan bonito y tan complejo… - Dije estudiándolo. Era perfecto, hasta tenía el tronco torcido como un verdadero cerezo! – Cómo lo hiciste? Cuánto te demoraste? Dónde aprendiste?
-Calma Fiore – Dijo sonriendo – En primer lugar, cuando has vivido tanto como yo aprendes cosas casi por osmosis. No es que haya hecho un curso, pero la orfebrería ha sido un arte popular desde hace muchos siglos, y en mi cultura desde mucho antes de que yo naciera ya se hacían piezas bastante complejas. Como tenía una idea relativamente clara de lo que quería sólo fue cosa de pensar en cómo concretarlo. Si te fijas no hay soldadura en el medallón, sólo en la cadena, y esa no la hice yo, no tuve paciencia… Así es que al final mi regalo son un montón de alambritos doblados – Dijo encogiéndose de hombros.
-No te atrevas Demetrio! – Exclamé. Él prestó inmediata atención al uso del nombre que le daba su padre y que yo utilizaba para regañarlo cuando estaba siendo un asno – Este medallón es precioso por derecho propio, pero al saber que lo hiciste tú mismo… Es invaluable. Gracias Dem, de verdad. Gracias por mis dos regalos. Ambos significan muchísimo para mí.
-Me alegro de que te gustara – Dijo poniéndose de pié y texteando algo en su teléfono. Yo me puse mi collar nuevo, pero lo dejé en contacto con mi piel, bajo la ropa. Primero porque no combinaba para nada con mi vestido bermellón, pero también porque no quería pasarme el día respondiendo preguntas que no quería responder. El cerezo era nuestro – Fiore toma tu bolso, te están esperando, nos demoramos demasiado en esto de los regalos.
Saqué del closet un bolso blanco con detalles en negro que contrastaba bien con mi vestido y metí los esenciales.
Y tocaron la puerta.
-Nos vemos Chica Zombi, llámame cuando me necesites – Se despidió Dem besando mi frente y desapareciendo antes de que yo pudiera responder.
Al salir Demetri entró Félix.
-Principessa! Feliz cumpleaños! Por fin cumples 19 y me haces sentir menos como un viejo pervertido – Dijo abrazándome, haciéndome girar y besándome dulcemente. Yo me derretí en sus brazos. Félix era tan bueno, tan puro y simple… (No simple de idiota, sino de poco complicado) – Te amo – Dijo y besó la punta de mi nariz.
-Y yo a ti – Le dije apretándolo fuerte, recordándome una vez más el por qué lo amaba. Félix se desvivía por hacerme feliz, era siempre amable y considerado (al menos conmigo), me hacía reír, jugaba conmigo, era un hombre íntegro… Y guapo… y un dios del sexo, no olvidemos eso.
-Me informaron que hoy tienes día de chicas, pero quiero que tengamos nuestra propia celebración privada – Dijo con una voz ronca y sugerente.
-Sí por favor – Balbuceé. Ni lo niego ni me avergüenzo, Félix me hacía sentir débil en las rodillas.
-No ahora Isabella – Ronroneó – Ahora quiero que abras tu regalo, espero que te guste… - Dijo entregándome una bolsa de regalo mediana, adornada con una gran cinta y mucho papel de colores asomando por los bordes.
-Gracias – Dije con voz suave, metiendo la mano a la bolsa y sacando de ella un CD
De Voltaire.
Del disco "Ookie Spooky".
Donde aparecen joyas como "Zombie Prostite" (Prostituta Zombi); "Land of the Dead" (La tierra de los Muertos); "Cannibal Buffet" (Buffet Caníval); "Stuck with you" (Atrapado contigo); y un favorito, "Raggae Mortis"(Referencia al "Rigor Mortis).
Y autografiado! "For Isabella with love, have a creepy birthday! Voltaire". Voltaire escribió mi nombre! OMG!
-Aaaaaaaaaaah! – Grité lanzándome a sus brazos. Este era el mejor cumpleaños de todos, con la gente que amaba preocupada de hacerme feliz dándome regalos significativos. No debe haber sido fácil para Félix lograr conseguir este disco y hacer que Voltaire, Voltaire! Lo firmara para mí y me lo enviara desde donde estuviera en ese momento...
-Asumo que te gustó? – Preguntó sosteniéndome mientras yo colgaba de su cuello. Deslizó sus manos de mis caderas hacia mis muslos y me ayudó a abrazarlo con las piernas, lo que me subió el vestido hasta casi la cintura y me dio un mejor ángulo para besarlo con toda la pasión que pude conjurar.
Sus manos se movieron desde mis muslos hacia mi trasero, dándome la oportunidad de frotarme contra él como una desvergonzada, y él gimió antes de apartarse un poco.
-No podemos Principessa, te deben estar esperando – Me besó suavemente – Además hay algo más en la bolsa – Me dijo depositándome en el suelo con suavidad.
Metí la mano a la bolsa otra vez… Lo que fuera era pequeño y liviano… Toqué algo envasado en plástico y lo saqué.
Era el Osito Deady! (A/N: Deady era un oso de peluche normal pero que fue poseído por un extraterrestre sanguinario que se dedica a hacer cosas malvadas usando el cuerpo del osito bueno. Es un personaje de un comic que escribe Voltaire, y la traducción aproximada de su nombre sería algo así como "Muertosito")
-Ooooooooh! Deady, Deady! Félix cómo supiste? Nunca te dije, Oh Dios! Y tiene un gancho para colgarlo de mi cartera o mis llaves… Lo adoooooro! – Embestí nuevamente para abrazarlo.
-Bueno, fue una apuesta, no sabía si te gustaba Deady específicamente, pero pensé que si te gusta la música y los comics de Voltaire también te gustarían sus juguetes… Este regalo es una tontería, un llavero que mide apenas 13 centímetros – Dijo quitándole importancia.
-No! Ambos son regalos maravillosos! Te debe haber costado un montón conseguir el CD autografiado, y este Deady es tan… Raro y adorable! Mira, tiene un montón de advertencias impresas diciendo que no es una imitación, y están todas mal redactadas como si fuera una imitación… Adoro a Voltaire… Y te adoro a ti por ser tan lindo – Dije lanzándole un beso.
-Lindo? Isabella, yo soy fuerte, masculino, buenmozo y varonil, pero jamás "lindo" – Me regañó bañando mi cara de pequeños besos ruidosos.
-Mmmmmmh no quiero ir a ninguna parte, mejor nos vamos a tu habitación y nos pasamos el día en cama haciendo el amor y viendo basura en Netflix – Le propuse.
-Pronto mi Principessa, pero no hoy, Las Reinas te esperan – Afirmó. Yo hice un puchero y metí a Deady en mi bolso y mi CD lo puse con todo cuidado en el cajón del velador.
-Oye no me dijiste si te gusta mi vestido – Le dije girándome. Fue pura vanidad, yo sabía que era un lindo vestido, pero quería escucharlo de mi hombre.
-Preciosa, como siempre. Menos niña y más mujer… Me hace sentir menos depravado por estar de novio contigo – Sonrió agarrándome el trasero con ambas manos – Vamos ahora, o vas a estar en problemas por joder el itinerario de Gianna – Dijo tomándome en sus brazos.
-Itinerario? – Pregunté intrigada y Félix echó a correr.
-Itinerario – Confirmó poniéndome en el suelo de la Recepción, donde estaban todas las chicas, incluidas Las Reinas… Bueno, todas menos Jane.
-Feliz cumpleaños! – Exclamaron todas al unísono. Gianna había amarrado a su escritorio un montón de globos de colores inflados con helio y estampados con la leyenda "Feliz Cumpleaños!". Me sentí tan bien, tan querida y aceptada, que por una vez no me importó ser el centro de atención.
Una a una me fueron abrazando, y nos sentamos en la Sala de Espera de la Recepción, que era como un espacioso living con una enorme chimenea.
Ahí estaban todos mis regalos. Tanto los de las chicas como los de mis amigos Alec, Aftón, Santiago, y uno de parte de Los Reyes.
-Vas a abrir los regalos ahora porque después no vamos a tener tiempo – Dijo Gianna. Sulpicia se sentó a mi lado y comenzó a recibir paquetes que luego me entregaba a mi anunciando de parte de quién era.
-El primero es de Athenodora – Anunció abriendo un sobre en el que venía una tarjeta de saludo – Y su regalo son todos los árboles bonsái y plantas que necesites para construir tu jardín japonés.
Se escucharon varios Oooohs y Aaaaahs, y yo le agradecí feliz. Era un regalo excelente.
-El siguiente es mío – Dijo Sulpicia y señaló para que le entregaran un paquete grande y relativamente delgado, bellamente envuelto.
-Me lo podrías abrir tú? – Le pregunté – No quiero arriesgarme a cortarme con el papel como en mi cumpleaños pasado…
-Claro querida – Dijo desgarrando el hermoso papel, para revelar una pintura al óleo maravillosa… Era yo, apenas cubierta con una sábana semitransparente, pero era una versión alterada de mí… Esta obra era más personal, no como los estudios en pastel seco que habíamos hecho en que yo era un objeto para ser plasmado… No, esta obra era la representación del como Sulpicia me veía. El juego de luz y oscuridad me hacía ver etérea y delicada, como las bailarinas de Degas, y los vivos colores contrastaban con el aire melancólico de la obra. Era simplemente magnífica, y eso no tenía nada que ver con que la modelo fuera yo.
-Oh! Es maravillosa! – Dije abrazando a La Reina – Pensé que los pasteles eran expresivos, pero wow! Eres tú, tu talento es increíble… Gracias, de verdad.
-No es nada Isabella, es un placer regalar arte a quien lo sabe apreciar… - Me dijo – Ahora el regalo de Gianna – Dijo abriendo otro sobre con una tarjeta de saludo – Hummm… La tarjeta dice literalmente "Vale por una de esas teles enormes capaces de conectarse a todo que te gustan tanto. Tú la eliges".
-Quería regalarte algo más femenino, tú sabes, joyas, ropa, zapatos… Pero me di cuenta de que eso es lo que me gustaría a mí, no a ti. Me puse en tu lugar y recordé que no tienes tele en tu habitación… - Sonrió Gianna tímidamente.
-Gianna, amiga… Gracias por ponerte en mi lugar, esos gestos son los que me hacen quererte tanto – Dije abrazándola fuerte.
-Ok, suficiente! – Dijo Sulpicia – Después los abrazos, hay que seguir avanzando. Chelsea! – Anunció dándome un paquete más pequeño, poco más grande que un mazo de cartas. Me lo mostró y rasgó el papel. Era un IPod Touch de color rojo! (El más difícil de conseguir).
-Necesitabas uno – Dijo Chelsea encogiéndose de hombros. Ella no era muy efusiva, pero igual era una muy buena amiga.
-Me encanta! Es de las cosas que más extrañaba… Gracias! – Le dije.
-Vamos, vamos! Aquí hay otro… Aftón? Aftón te manda un regalo? – Preguntó Sulpicia entregándome un paquete mediano. Estaba tan distraída que Tamara me quitó el paquete y lo abrió.
-Aftón aprecia mucho a Bella, Su Majestad – Dijo Chelsea fríamente. Ella odiaba que la gente insinuara que Aftón no pertenecía, o que derechamente sobraba. Y él era tan tímido que le costaba mucho integrarse.
-Aftón es uno de mis mejores amigos – Afirmé, para beneficio de Sulpicia y de todas las demás – Qué me regaló? – Pregunté verdaderamente curiosa. Tamara me entregó la caja, y grité de la emoción. Era un set de magia para adultos! Para hacer trucos profesionales de verdad! Y seguro él me enseñaría! – Es fantástico! Lo voy a llamar en cuanto terminemos para agradecerle – Dije abrazando la caja. Chelsea sonrió.
-Otro, este es de Heidi – Dijo Sulpicia abriendo otro sobre – Es una tarjeta de regalo para la Apple Store por 300 euros.
-Para que llenes de música tu Ipod – Aclaró.
-Te coordinaste con Chelsea! Gracias, así no tengo que pedir prestado para comprar mi música – Sonreí. Ella me guiñó un ojo.
-Cómo es eso de "pedir prestado"? – Preguntó Dora.
-Eh… Nada, diarrea verbal, olvídalo, sigamos… - Dije poniéndome nerviosa. Tonta, tonta, tonta!
-Isabella! – Exclamó Sulpicia con su voz de Reina.
-Vale, vale, soy pobre ok? Mi billetera con mis ahorros (que en todo caso no eran mucho) se los llevó Alice Cullen cuando se fue con Edward. Se llevó mi dinero, mi ropa y mi Ipod, porque todo eso estaba en la mochila que dejé en el auto cuando salí corriendo a salvar a Edward.
-Por Dios Isabella! Cómo es posible? Tú eres parte de nosotros, por qué no estás recibiendo un sueldo? – Me preguntó Dora, pero mirando a Gianna.
-Cómo puedo recibir un sueldo si no trabajo? No está bien – Respondí.
-Gianna… - Dijo Sulpicia en tono de reproche.
-Bella se negó a recibir un sueldo o a pedir un préstamo a la caja chica – Respondió Gianna asustada.
-Pero y los regalos… Los teléfonos y los mismos peces! Cómo se te ocurre andar repartiendo regalos cuando no tienes ingresos? – Preguntó Sulpicia, espantada.
-Es algo que quería hacer, Félix me prestó la plata. Aceptar un favor de un amigo es distinto a pedir dinero a tu jefe sin haber trabajado un solo día… Podemos cambiar de tema? Todo esto me hace sentir súper incómoda, todas mis amigas se están enterando a la vez que no tengo dónde caerme muerta – Dije colorada y humillada.
-Isabella! - Exclamó Dora más molesta de lo que la vi jamás – Estoy furiosa contigo! En primer lugar tú eres mucho más que un empleado cualquiera, así es que nunca dudes en venir a nosotros por cualquier problema que te aqueje. Ahora nosotros somos tu familia – Dijo suavizando el tono de su voz – En segundo lugar, nadie te estaría haciendo un favor al pagarte el sueldo que te corresponde. Es verdad, aún no eres un miembro activo de La Guardia, pero eres parte de la corte y eso te da derecho a una asignación mensual. Nadie esperaba que sobrevivieras del aire! No quiero ni pensar en de dónde sacas para tus gastos personales y comida…
-Félix y Demetri… Ellos me han ayudado – Dije en voz muy baja.
-Inaceptable – Dijo Sulpicia cada vez más enojada – Gianna, a más tardar mañana le haces un contrato a Isabella, le pagas su sueldo de forma retroactiva y cubres las deudas que ella tenga con esos dos caballeros a la brevedad – Gianna asentía frenéticamente.
-Pero… - Dije.
-No te atrevas Isabella, que estoy furiosa por tu irresponsabilidad, preocupándote de todos menos de ti, y no aceptando lo que legítimamente te corresponde. Si algo sobra en esta organización es dinero. Somos dueños de medio mundo, literalmente. Fábricas, acciones, pozos petroleros, agricultura a gran escala, tú nómbralo y nosotros probablemente somos los dueños. Sólo para que te hagas una idea, el 80% de las acciones de Coca-Cola Company son mías, me las regaló Aro para un aniversario, y no es que yo haga nada con ellas… Así es que créeme cuando te digo que no nos vamos a desangrar por pagarte lo justo – Terminó Sulpicia. Yo tenía la cabeza gacha y me tiritaba el mentón en mi esfuerzo por no llorar.
-Bella, no te sientas mal – Dijo Gianna, bajito, acariciando mi brazo. No me moví.
-Bella tú sabes que la mayoría tenemos varios siglos de edad, por lo tanto sabes que nuestra vida humana se desarrolló en épocas muy difíciles. La gente antiguamente a los 35 años era prácticamente anciana, porque la expectativa de vida era muy corta y se envejecía pronto – Dijo Lily suavemente – Todos sabemos lo que es no tener. Todos hemos pasado alguna carencia. Y eso quedó atrás para todos, porque nuestra vida comienza de nuevo una vez que te unes a los Volturi. No digo que sea una vida perfecta, pero es una vida mucho más ordenada, tranquila y segura. Y parte de esa seguridad es económica, entiendes? Así como no te negarías a que te defendiéramos ante un ataque, tampoco te debes negar a que proveamos para ti – Terminó. Levanté la vista esperando ver rostros hostiles o alguna burla, pero en cambio encontré sólo sonrisas comprensivas. No juzgaban, entendían…
-Gracias – Susurré. Si trataba de decir algo más lloraría.
-Bueno, ya que todo está solucionado, continuemos. Este es de Santiago! – Exclamó Sulpicia cambiando de tema, me mostró un paquete mediano y rasgó el papel.
-Qué?... Qué es eso? – Preguntó Dora.
Y yo lo sostuve en mi mano y me largué a reír, toda mi pena y vergüenza olvidada. Santiago me había regalado una típica boina rastafari tejida en los colores verde, amarillo, rojo y negro. Pero lo fantástico es que venía con las rastas incorporadas! Podía recoger mi propio cabello en la boina y las rastas se verían completamente naturales. Santiago era un genio!
-Qué es eso? – Preguntó Sulpicia.
-Es mi gorrito rastafari! – Dije y me lo puse de inmediato – Así puedo ser como Santiago sin arruinar mi cabello – Afirmé mientras Gianna examinaba una de las rastas con una expresión que variaba entre la curiosidad y el asco.
-Será hecho de pelo de verdad? – Preguntó Gianna.
-Veamos – Dije sacándome el gorrito y viendo la etiqueta, que decía "Tejido: 80% lana, 20% acrílico. 100% cabello natural" – Sip, pelo natural – Afirmé – Mmmmmh… Ewww! Debe ser pelo de muerto, porque los rastafari no se cortan el pelo, es parte de su religión. Ojalá Santiago no haya matado a un rastafari para hacerme este gorrito…
-No creo, si lo hubiera hecho de manera artesanal no tendría etiqueta – Dijo Chelsea, siempre razonable.
-Igual yo metería esa cosa en cloro – Dijo Gianna arrugando la nariz.
-Pero las rastas se desteñirían! No quiero rastas rubias – Reclamé – Lo que voy a hacer es echarle harto insecticida y Lysoform, así le mato los potenciales piojos y los gérmenes y bacterias que haya cargado el difunto.
-Qué asco Bella – Dijo Gianna
-Pura envidia – Respondí sacándole la lengua.
-Continuemos – Dijo Sulpicia – Este es de Corin – Dijo entregándome una caja del porte de una caja de chocolates.
Tamara me lo quitó de las manos, rasgó el papel y me entregó el regalo.
-Una Kindle! Una Kindle Fire! – Dije aplaudiendo – Corin, gracias, es perfecta, cómo supiste?
-Demetri me dio el dato. Dijo que te gusta leer y que por supuesto, no tienes ningún libro propio, así es que dentro de la caja hay un tarjeta de regalo de Amazon que te va a alcanzar para meter los libros que quieras, pero ya viene cargada con todos los clásicos… - Dijo y fue interrumpida por mi abrazo. Ella palmeó gentilmente mi espalda, un poco incómoda. No le gustaban mucho las demostraciones de afecto o salirse del protocolo en general.
-Gracias Corin, de entre todas las cosas que dejé atrás, lo que más extrañaba son mis libros – Dije con una sonrisa enorme.
-Ya, suficiente – Dijo Sulpicia poniendo orden, impaciente – Este es de parte de Lily y Tamara – Dijo entregándome una gran caja rectangular. Lily miraba casi temblando de emoción y Tamara me estudiaba de forma incierta, evaluando mis reacciones. Dora rasgó el papel, y yo miré atentamente mi regalo. Era la colección Deluxe de las películas de Tarantino, todas, incluidas aquellas que hizo en conjunto con Robert Rodríguez.
-Sabemos que tú ves todo en Netflix, pero los DVDs traen escenas inéditas, comentarios del director y los actores, procesos de filmación, bandas sonoras y un montón de cosas que pensamos que te pueden interesar – Explicó Tamara – Pero si no te gusta lo puedes cambiar – Agregó tímidamente.
-Por supuesto que no lo va a cambiar! Le encanta! – Exclamó Lily frunciendo el ceño a su novia. Ellas dos eran muestra de cómo los opuestos se atraen. Tamara era alta y delgada como un junco, con su hermoso cabello largo y rizado que le llegaba hasta la cintura, era tímida y callada al menos hasta que lograba entrar en confianza. Lily en cambio, era muy bajita y curvilínea, con el cabello de un rubio platino casi blanco y cortado en montones de capas que le llegaban a los hombros. Su cabello estaba salpicado de mechas de colores chillones como verde flúor, calipso y rosa. Jamás pasaba desapercibida, ni por su apariencia ni por su personalidad avasalladora… Y de alguna manera habían encontrado un punto en común y llevaban como 180 años juntas. Supongo que Tamara apaciguaba a Lily y Lily sacaba a Tamara de su ostracismo… Como sea, era maravilloso verlas, porque aunque raramente demostraban su relación abiertamente de forma física (no por vergüenza, sino por profesionalismo), ellas irradiaban un amor sólido. Ellas estaban absolutamente consolidadas como pareja.
-Tamara, Lily, me fascina! Ustedes saben que adoro a Tarantino, y me encanta ver las películas en versión extendida con comentarios del director… Así de nerd soy – Sonreí pensando en cual veríamos primero Félix y yo – Mil gracias, de verdad – Ambas sonrieron. Tamara aliviada y Lily satisfecha de tener la razón.
-El regalo de Renata! – Dijo Sulpicia y me mostró y luego abrió un sobre con una tarjeta de cumpleaños. En ella se leía "Vale por una sesión fotográfica modelando estilo Pinup con Pasquale Abbattista en Milán"! Oh Isabella! – Exclamó Sulpicia verdaderamente emocionada.
-Gracias Renata, pero quién es Pasquale Abbattista? – Pregunté.
-Es el fotógrafo más importante de Italia! Uno de los mejores del mundo! Es famosísimo Isabella! Cómo te conseguiste una cita con él? Debe estar ocupado de aquí a un par de años en el futuro! – Exclamó Dora. Para ser un par de reclusas, Las Reinas sabían bastante de moda y celebridades… Tal vez de tanto leer "Cosmopolitan".
-Me acosté con él – Respondió Renata encogiéndose de hombros.
-Por mí? Te acostaste con él para conseguir mi regalo? – Pregunté sintiéndome un poco enferma, como si yo estuviera incitando a la prostitución o algo. Como si fuera su cafiche.
-No Bella, yo ya me he acostado con él en un par de ocasiones, durante la "Semana de la Moda", y obviamente lo dejé loco y me rogó que nos volviéramos a ver – Rió – Así es que cuando lo llamé la semana pasada para pedirle un favor, aceptó antes de saber lo que quería, siempre que yo fuera contigo.
-Pero te vas a acostar con él por mí? No quiero que hagas algo así por mí… - Dije espantada.
-No Bella, no. No tengo por qué acostarme con él si no quiero, pero da la casualidad de que si quiero, porque a pesar de su cara de nerd, para ser un humano es una bestia en la cama – Dijo Renata.
-Oh Bella, tienes que aprovechar esta oportunidad, es uno de los fotógrafos más cotizados del momento, y si para conseguir esa sesión nos tenemos que acostar todas con él, aun así vale la pena! – Exclamó Gianna con los ojos brillantes de la emoción.
-Oooookay… No vamos a organizar una orgía en beneficio de mi inexistente carrera de modelo – Dije. A veces me chocaba lo importante que eran las apariencias y las luces brillantes para Gianna. Era una excelente amiga, pero en realidad a veces me costaba entenderla…
-No te preocupes, nadie está planeando una orgía – Dijo Renata de lo más relajada – Si termino en una, es otra cosa – Dijo guiñándome un ojo – No, en serio Bella, es verdad que lo conozco y que tuvimos un affaire, pero te prometo que no le voy a pagar con sexo. Si así fuera él me quedaría debiendo dinero a mí.
-Como sea es una maravillosa oportunidad, ese hombre hace maravillas con sus fotografías – Insistió Gianna.
-Bueno, mientras no signifique que tienes que hacer algo que no quieres hacer, te lo agradezco un montón – Dije besando la mejilla de Renata.
-El regalo de Vania – Anunció Sulpicia abriendo otro sobre con otra tarjeta - Es un "Tour por los viñedos de la zona para dos personas".
-Obviamente tendrás que ir con tu guardián, pero es una hermosa oportunidad de probar algunos de los mejores vinos del mundo antes de ser convertida y es un lindo paseo – Dijo Dora asintiendo - Me parece excelente idea.
-Lo es, me encanta la idea! – Dije pensando que a lo mejor el tour hasta incluiría el viñedo de Demetri. Además aunque no lo incluyera podríamos conocer los otros viñedos y comparar – Pero qué hay del Sol?
-Bueno, hay métodos para evitar el Sol – Dijo Heidi – Sólo que a los hombres no les gusta utilizarlos – Rió.
-Existen algunas bases de maquillaje que son lo suficientemente espesas, e impiden que el Sol se refleje en nuestra piel. Demetri tendría que usar sombrero, una camiseta de manga larga, mantener las manos en los bolsillos y mantenerse en la sombra dentro de lo posible, pero por lo demás no hay peligro. Cómo crees que lo hace Félix en sus misiones? No siempre puede esperar a que sea de noche para actuar… - Dijo Corin.
-Félix usa maquillaje? – Pregunté sorprendida.
-TODOS usan maquillaje de vez en cuando… No hay alternativa. Aunque muchos prefieren no salir al exterior que usar base – Dijo Corin frunciendo el ceño – Depende de cuando hayan nacido, según la época han ido cambiado las concepciones de la hombría y de los tabúes entre los sexos.
-O sea, no quieren que les digan "mariquitas" – Resumí.
-Exacto! – Dijeron varias a la vez.
-Entonces Dem no va a querer ir… No se va a querer poner maquillaje… - Dije desilusionada – No puedo ir con Gianna? – Pregunté.
-Bella, con tus antecedentes médicos y mala suerte en general, por ningún motivo vas a ir a ninguna parte sin guardaespaldas – Dijo Sulpicia – Además Demetri y los demás saben perfectamente cómo y cuándo usar la base de maquillaje, lo llevan haciendo por años.
-Siguiente regalo! – Dijo Athenodora zanjando el tema y entregándole una caja a Sulpicia.
-Este es de Anabel y Loretta – Anunció Sulpicia rompiendo el papel. Al ver la caja no lo pude creer Era un MacBook Pro con Retina Display y pantalla de 15 pulgadas! Quedé sin palabras. Era demasiado. Todos los regalos, toda la preocupación por buscar el detalle perfecto, y todo el dinero que habían gastado en mí!
-Ana… Loretta… Cómo supieron? Lo necesitaba tanto… Muchas, muchas gracias! – Dije abrazándolas.
-Demetri – Dijeron en conjunto. Esas dos se comportaban como mellizas, siempre juntas, actuando siempre igual. Tanto así que a pesar de no parecerse físicamente uno tendía a confundirlas… Se mimetizaban.
-Muchas, muchas gracias – Repetí – Gracias a todas, aún no es la hora de almuerzo y ya es el mejor cumpleaños que he tenido.
-Falta un regalo Isabella – Dijo Sulpicia. De quién podría ser? Ya había recibido regalos de todos mis amigos…
-De quién es este? – Pregunté recibiendo una caja de madera negra (tal vez ébano?) labrada intrincadamente, más grande que la palma de mi mano. La caja no venía envuelta, así es que me dejaron abrirla por mí misma.
-Ese regalo es de Los Reyes. Es tu regalo de cumpleaños, pero también tu bienvenida oficial a Los Volturi. Ya eres una de nosotros – Dijo Dora, sonriendo orgullosa.
Con mano temblorosa removí la hermosa tapa, para descubrir una gruesa cadena de oro y un medallón… la V de los Volturi dibujada elegantemente en oro y decorada con diamantes y rubíes tan rojos como imaginé que serían mis ojos.
Miré fijamente esa joya sin pensar en qué momento de mi vida podría llegar a necesitar una cosa así. No es que no apreciara su belleza, es que simplemente me parecía intimidante…
Se debe haber notado mi confusión en mi cara.
-Es el medallón de los Volturi Isabella, todos lo tenemos, aunque la mayoría sólo lo usa en actos oficiales o cuando se actúa en representación del Clan.
-Es… increíblemente hermoso y delicado… Me sorprendió… Debe costar una fortuna – Balbuceé.
-Pensé que ya habíamos dejado la tontería del dinero de lado! – Exclamó Dora.
-Tómalo como parte de tu uniforme si te incomoda tomarlo como un regalo – Dijo Chelsea, siempre pragmática.
-No me malinterpreten! Me encanta! Es maravilloso, y por supuesto que les voy a agradecer Los Reyes – Dije acariciando la cadena y la V con la yema de mis dedos .Era un trabajo exquisito. Al mirar frente a mí vi a Gianna mirando el collar con anhelo y tristeza… Gianna, ella llevaba años soñando con ser aceptada como lo había sido yo, sin resultados. Y aquí llegaba yo y obtenía todo sin ni tratar. Francamente no supe cómo es que Gianna no me detestaba, yo me habría odiado.
Apreté el collar en mi mano y Gianna subió los ojos hasta enfrentarlos a los míos. Inmediatamente forzó una sonrisa, pero le salió triste, melancólica.
Me llevé puño que encerraba al collar hacia el corazón y le guiñé un ojo, tratando de decirle que yo no olvidaba mi promesa… Ella sería parte de los Volturi si así lo quería cuando yo me hubiera transformado.
Gianna mantuvo el rostro impasible, pero pude ver como la luz regresó a sus ojos.
-Bueno querida, eso es todo, ahora nos vamos, que estamos muy atrasadas – Dijo Dora.
-Y mis cosas? – Pregunté más por costumbre que por otra cosa.
-Te aseguro que nadie se las va a robar – Dijo Lily – Además seguro alguien las llevará a tu habitación, vas a ver.
-Vale, dónde vamos entonces?
-Al estacionamiento – Respondió Gianna tomando mi brazo.
-Tú sabes que no es a eso a lo que me refería – Gruñí.
-Ya verás – Dijo mientras entrábamos al estacionamiento para encontrar 2 Jetvan Mercedes Benz Sprinter de color negro. Eran como vans de súper lujo por fuera y jets privados por dentro. Tenían asientos de cuero negro, teles de plasma, controles de temperatura individual para cada butaca, mesas plegables como las de los aviones, enchufes para los laptops, alfombras muro a muro, mini bar, mucho espacio individual y mil detalles más que las hacían impresionantes. Creo que eran mucho más lujosas que una limusina tradicional.
-Arriba, arriba! – Dijo Dora. Me tomó de la mano y me subió a uno de los asientos traseros de la van delantera y se sentó a mi lado. Frente a nosotras se sentaron Dora y Corin, quién no podía dejar a Las Reinas en ningún momento. Adelante se sentaron Lily al volante y Tamara como copiloto.
El resto se acomodó en la otra van.
Y partimos.
Nos demoramos algo más de una hora en llegar a nuestro destino… Florencia. Yo iba pegada a la ventana absorbiendo lo que podía de esa maravillosa ciudad, y poco a poco nos fuimos acercando a la zona de las famosas plazas, iglesias y museos, pero no paramos en ninguno de ellos.
Nop, fuimos al centro comercial.
A un Centro Comercial, uno de los más exclusivos de Italia, que exhibía sólo las mejores marcas del mundo, un lugar al que sólo la gente muy rica puede acceder.
-Vinimos a comprar algo en particular? – Pregunté sabiendo que no podía ser un regalo para mí. No con todo lo que me habían regalado.
-No exactamente… - Dijo Gianna sonriendo. Llegamos al tercer piso y finalmente a nuestro destino. Un enorme Spa.
"Body Care Benessere Day Spa", decía el letrero exterior.
En cuanto entramos fue como dar un paso a otro mundo, uno donde sólo se oía el sonido del agua de diversas cascadas artificiales correr, y el de música de relajación en un volumen muy bajo. Por todas partes había plantas naturales arregladas en pequeños oasis, y la decoración era sobria y elegante, predominando el mármol beige en pisos y paredes y los muebles de diseño italiano minimalista.
-El grupo Volturi? – Preguntó una mujer de unos 25 años, tan hermosa que por un momento pensé que era un vampiro… Sólo que el color dorado de su piel no calzaba con la palidez vampírica.
Vestía lo que después supe que era un uniforme pero que a primera vista me pareció casi un vestido de coctel que envolvía su cuerpo ajustándose a sus generosas curvas y se amarraba a un costado de su cintura. Era de lino de color beige muy claro y bastante sexi pero sin llegar a ser vulgar. Me pregunté cómo lo haría para que no se le arrugara. Ta vez no se sentaba nunca…
-Mi nombre es Diana, bienvenidas, todo está preparado para ustedes – Dijo en italiano guiándonos por un pasillo hacia una gran habitación donde había closets individuales que funcionaban como lockers (pero mucho más elegantes). En cada closet había espacio para colgar la ropa y había varias toallas turcas, de esas gorditas súper absorbentes del mismo color del vestido de Franchesca y el logo del Spa bordado. También había pantuflas y bolsas de regalo con sets individuales de artículos de aseo como peineta, cepillo y pasta de dientes, pastillas de jabón aromático, crema corporal, crema humectante para rostro, champú y acondicionador, todo de la marca italiana Perlier, que usa sólo componentes naturales que ellos mismos cultivan.
Frente a los "lockers" estaban los probadores. Cada una tomó su bata y pantuflas y se cambió desnudándose para quedar sólo en bata. Yo me saqué mi collar y mi anillo y los metí en mi bolso.
-Muy bien – Dijo Gianna, radiante – Nos programé distintos tratamientos a cada una de acuerdo a sus preferencias. Bella, a ti y a mí nos van a hacer básicamente de todo, porque somos las únicas que pueden recibir masajes, y no queremos levantar sospechas.
-Okay… - Dije – Con qué empezamos?
-Mira, la idea es la siguiente – Dijo Gianna – Y procedió a explicarme nuestro día.
1.- Baño de leche espumosa hidratante. Sip, era como meterse a una tina llena de milkshake caliente. Raro, pero delicioso.
2.- Baño de barro del desierto, que supuestamente mejora la circulación, la inmunidad y rejuvenece músculos cansados.
3.- Ducha de hidromasaje para remover el barro. Las cabinas de ducha tiraban agua por todos lados, cada chorro con distinta presión. Simplemente increíble.
4.- Depilación completa. COMPLETA! Auch! Esperé que valiera la pena. Gianna me aseguró que Félix lo iba a adorar.
5.- Envoltura de rosas inglesas. Un "masaje de aceite esencial de rosas de damasco que mejora la circulación de los capilares, renovando la piel mientras se calman las emociones y se levanta el espíritu". En realidad el tratamiento comenzaba con una suave exfoliación corporal, seguida de capas de gel de rosas tibio, aceites y cremas. Luego me envolvieron en pétalos de rosa (sí, de verdad lo hicieron!) y mientras los aceites actuaban y se absorbían me hicieron un masaje capilar.
6.- Después de eso, sintiéndonos como unas reinas, y oliendo como hadas, hicimos un break para almorzar, durante el cual nos sirvieron frutos secos, uvas, quesos y fruta. Estaba tan relajada que mi sonrisa estaba pegada en mi rostro y apenas podía sostener la cabeza.
Mientras, a nuestro alrededor nuestro grupo se movía de una actividad a otra, pero evitando los masajes corporales, ya que las estilistas se darían cuenta de que mis chicas son de piedra.
Y entonces, una vez satisfechas, Gianna y yo volvimos a dejarnos mimar.
7.- Facial de diamantes. Sip, tal cual. Un facial con efecto lifting y reafirmante que incluyó la microdermoabrasión de mi rostro con diamantes para deshacerse de la primera capa de mi piel y penetrarla mejor con una máscara llamada "Lifting IV". El tratamiento incluía un masaje intensivo de rostro, cuello y hombros. Supuestamente después de eso mi piel lucía radiante.
8.- Manicura de mazanilla (Eeeew! Olor a rubia falsa, pero es lo que estaba programado y no quise poner problemas). Ahí me exfoliaron las manos, me emparejaron las cutículas y me hidrataron y nutrieron las manos con un baño de parafina y con cremas y aceites. Luego me pintaron las uñas de un profundo color borgoña. Quería manos más adultas, éste era mi cumpleaños y no era la idea andar por ahí con uñas do Bob Esponja.
8.- Pedicura Vodkatini de melón. Sip, así de raro. Primero me remojaron los pies en agua mineral gasificada con limón y cilantro. Luego me exfoliaron las piernas y pies con una mezcla de melón, albahaca, vodkatini y azúcar. Luego me hidrataron con puré de fresas y terminaron con la pedicura tradicional y pintando mis dedos del mismo color que mis manos. El olor de ese tratamiento me gustó más, aunque era divertido, porque cada parte de mi cuerpo olía diferente de acuerdo al tratamiento aplicado.
8.- Maquillaje y peinado de noche. Un maquillaje sexy y anti agua (para que durara) con los ojos bien demarcados y mi cabello arreglado en un perfecto nudo imperfecto. Todas recibimos este toque final y para cuando terminamos nos veíamos increíbles. Como grupo causaríamos sensación donde fuéramos.
Nos despedimos de Diana y por su cara de felicidad, debe haber recibido una buena propina.
Salimos del Spa totalmente revitalizadas. No es que las vampiras necesitaran la extra energía, pero la actividad de salir del castillo, compartir con más gente y mimarse con extravagantes tratamientos hacía que quisieran seguir y seguir haciendo cosas.
Una vez en la van, y después de dar las gracias a todas un montón de veces, pregunté
-Y ahora, qué?
-Ahora nos vamos de parranda! – Gritaron Gianna y Heidi.
-De verdad? Yay! Nunca me he emborrachado! – Exclamé levantando los brazos.
-Esta es tu oportunidad, vamos a uno de los más antiguos y tradicionales bares de la ciudad – Dijo Lily gesticulando, más que nada para exhibir su extravagante manicure, que hacía juego con su cabello.
Y a los pocos minutos estábamos estacionando en una calle lateral, perpendicular a la calle más bohemia de Florencia, llena de bares, restaurantes y pequeñas tiendas de pequeñas cosas muy exclusivas. La calle estaba llena de gente que iba de un bar al otro, gente que comía en mesitas ubicadas en plena vereda, algunos artistas callejeros dibujando y vendiendo sus obras, y un par de talentosos músicos. Era como una sobredosis a los sentidos, no sabía si seguir a la música, a los maravillosos olores, o correr a las vitrinas de los atractivos establecimientos…
Al final yo no decidí nada, Tamara me tomó de un brazo y Lily del otro y me arrastraron a un bar ubicado en un punto estratégico, a mitad del sector más top.
Era efectivamente un lugar muy tradicional, exactamente lo que uno esperaría de un bar europeo de antaño, pero no era para nada vulgar, estaba muy bien mantenido, estaba bien ventilado y hasta olía bien.
Estaba construido completamente en madera, la estructura, paredes, escalera, barra, sillas y mesas, todo en madera, pero madera tallada y pulida con la pericia que sólo maneja los artesanos que pasan su arte de generación en generación.
Pero no me malentiendan, los muebles no lucían delicados, eran resistentes y durables, y la barra era una maravilla, ya que estaba hecha de un solo tronco de árbol cortado a lo largo, de modo que conservaba hasta la corteza, y estaba pulido y barnizado con tanta perfección que al tocarla se sentía como vidrio.
El lugar estaba bastante repleto, pero por supuesto, Gianna había reservado una mesa. Al entrar nos encontramos con el encargado/barman, que justo pasaba frente a la puerta, y que al ver entrar a ese montón de mujeres hermosas simplemente quedó pasmado, igual que todos los hombres que nos vieron entrar. Hasta yo me sentía atractiva! No tanto como las vampiras, claro que no, pero después de un día de mimos y rutinas de belleza, francamente no me podía sentir de otra forma.
- Ciao, siamo il gruppo che ha fatto la prenotazione a nome di Isabella Cigno (*Hola, somos el grupo que hizo la reservación a nombre de Isabella Cigno) – Dijo Gianna tímidamente. El chico (que era bastante guapo, de unos 25 años más o menos, alto y fornido, (como alguien que ha trabajado en el exterior), de piel morena y los ojos verdes varios tonos más claros que los de Gianna) la miró fijamente como 10 segundos antes de espabilarse un poco y asentir. Sin decir palabra nos indicó que lo siguiéramos, y en una esquina, rodeadas de ventanas, había dos mesas unidas que nos daban espacio para que todas nos ubicáramos en sillas alrededor.
Nuestras mesas estaban decoradas con un par de ramos de flores frescas y velas de té flotando en pequeños bowls llenos de agua y pétalos de rosa.
- Quello che posso offrire loro? (*Qué les puedo ofrecer?) – Preguntó aun mirando a Gianna. Me divirtió porque entre un grupo de vampiras vestidas para matar, él se enfocaba sólo en ella. Y no es que mi amiga no lo mereciera! En un día cualquiera Gianna es hermosa, pero vestida y arreglada para salir, era bastante impresionante.
Las demás también se dieron cuenta, y comenzaron las miradas y risitas. Gianna no se dio cuenta. Ella no miraba al chico, ella miraba la mesa y jugaba con el individual, y lo mejor de todo, estaba sonrojada!
-Gianna el muchacho te está hablando – Le dijo Dora. Gianna se mordió el labio, subió la mirada, pero no contestó – Qual è il tuo nome, caro? (*Cuál es tu nombre, querido?) – Le preguntó Dora directamente, ya que la cosa no avanzaba por ninguno de los dos lados.
-Franco – Resopló él, como si hubiera estado conteniendo el aire.
-Hooooolaaaa Fraaaaancooooo! – Exclamamos coquetamente casi todas. Creo que solo Gianna y Las Reinas se abstuvieron.
- Onorevoli (*Señoritas) – Dijo él inclinando la cabeza, pero sin dejar de mirar a Gianna. Si no hubiera sido tan guapo me habría parecido hasta un poco perturbador, pero Gianna y Franco parecían tan afectados el uno por el otro, que en vez de ser raro era adorable
-Vamos, vamos, que no tenemos toda la noche – Chasqueó los dedos Sulpicia sacando a Gianna de su trance y obligándola a desviar la mirada para prestar atención a la Reina, quién se limitó a levantar una ceja.
- Noi ordinare ... Ummm ... Uno di ciascuno dei menu di bevande, oltre a un paio di bottiglie di tequila per colpire due colpi di vodka da fare. Abbiamo anche bisogno di fette di limone, sale, succo d'arancia e diversi ombrelloni decorativi e un sacco di lampadine. E stuzzichini. (*Ordenaremos… Emmmm… Uno de cada uno de los tragos del menú, y además un par de botellas de tequila para hacer golpeados y dos de vodka para hacer shots. Necesitamos además limón en rodajas, sal, jugo de naranja natural y varios paraguas decorativos y un montón de bombillas. Y algo para picar) – Dijo mirándome a mí, adivinando correctamente que yo ya estaba muy hambrienta, habiendo comido sólo alimentos de Spa durante todo el día – Un tavolo di antipasti e fonduta di provolone per la tabella (*Una tabla de antipastos y una fondue de provolone para la mesa) – Terminó.
-A su orden – Dijo él en inglés con un fuerte acento, sonriéndole. Tenía los dientes muy blancos y una margarita en la mejilla. Era verdaderamente lindo, y por como coqueteaba con Gianna, él lo sabía.
-Hablas inglés? – Le gritó Lily desde el otro lado de la mesa.
-Un po (*Un poco)… Entiendo más de lo que hablo, y debo hablar despacio para que se me entienda – Respondió.
-Se te entiende perfectamente – Dijo Gianna en un susurro/ronroneo de lo más sexi, que creo que estaba pensado para que lo escuchara solamente él, pero yo estaba junto a ella, y el resto eran vampiras, así es que todas escuchamos. Él le guiñó un ojo, luciendo satisfecho.
-Algo más? – Preguntó Franco, esta vez mirándonos a todas. Y todas negamos con la cabeza, sonriendo como el gato que se comió el canario. Él nos hizo un gesto general y uno a Gianna en particular y se fue a la barra.
-Gianna es guapísimo! – Le dijo Vania aplaudiendo y casi saltando de la silla de la emoción.
-Y no podía sacar sus ojos de ti. Y no es por nada, pero eres una humana entre vampiras, le debes haber llamado mucho la atención para que nos ignorara de esa forma – Dijo Heidi sonriendo, pero creo que un poco picada, ya que ella estaba acostumbrada a ser siempre la más hermosa, la carnada de humanos. Esto de que alguien prefiriera a "Gianna la humana" a simple vista no le debe haber caído muy bien.
-Deberías ir a conversar con él a la barra mientras prepara nuestros tragos, en eso se va a demorar un buen rato. Pregúntale algo y te quedas ahí – Dijo Chelsea, como siempre ofreciendo soluciones, no conjeturas.
-Me da vergüenza – Reconoció – Yo… Nunca he salido con un humano, sólo estuve… Una vez estuve con… – Dijo cerrando los ojos muy fuerte, como recordando algo muy feo. Las demás se enderezaron y endurecieron sus rasgos – Y eso no… No fue…
-Tranquila Gianna, esto no tiene nada que ver con lo que pasó. Este es un lugar seguro, donde todas estamos aquí para apoyarte física y psicológicamente. Él se sale de la línea y lo menos le destrozo las rodillas – Dijo Ana. Yo no entendí nada, pero no me gustó la angustia de Gianna ni el aire solemne que había cubierto mi fiesta.
-O se lo damos a Lily – Dijo Tamara.
Estiré mi mano por debajo de la mesa y tomé la de Gianna, apretándola. Ella casi tritura la mía.
-Si te gusta, no pierdes nada con tratar, estás totalmente segura y protegida, y él no parece ser capaz de desviar su mirada de ti por más de 5 segundos – Agregó su "gemela" Loretta.
-Es lindo, verdad? – Preguntó Gianna.
-Para ser humano está de rechupete – Dijo Renata – Y no lo digo por lo apetitoso
-Es súper lindo, te fijaste que tiene un hoyuelo en la mejilla? Y esos ojos! Nunca había visto unos ojos así… De un verde tan pálido pero bordeados de un verde tan oscuro… Se ven increíbles con su piel bronceada – Dije yo – Además parece un buen chico… Vale la pena tratar.
-Y su cuerpo no está nada mal, apuesto que el trabajo del bar es de medio tiempo, sus manos son las de alguien que usa las manos para algo más que batir la coctelera – Dijo Vania.
-Bueno, en realidad yo… tenía que ir de todos modos a hablar con él… Por lo del pastel – Aclaró de inmediato.
Todas respondimos con alguna variedad de "ajá" que dejaba en claro que no le creíamos su excusa.
Gianna se puso de pié, se arregló el vestido y el pelo en el reflejo de la ventana, y se dirigió a paso lento al bar, donde la esperaba Franco, que ignoraba sin disimulo a todos sus clientes.
-Hay algo que no sé, verdad? – Pregunté cuando Gianna se sentó en la barra con uno de los trago que Franco había preparado para nosotras frente a ella.
-Bueno, supongo que es Gianna la que te debería contar, pero ella odia recordar, y ni siquiera ha aceptado recibir terapia, así es que mejor que sepas ahora, así no metes la pata – Dijo Dora seriamente.
-Okay… - Dije asustada.
-Gianna te dijo alguna vez cómo es que llegó a vivir y trabajar con nosotros? – Preguntó Sulpicia.
-No, supuse que a través de una tragedia, porque ella no tiene familia, pero nunca la quise presionar. Pensé que me contaría cuando se sintiera cómoda – Respondí.
-Una tragedia… - Suspiró Dora – Tú has visto el callejón que está detrás de la plaza? Ese que da justo hacia nuestra torre?
-Sí claro, está bastante mal iluminado, se usa básicamente para ubicar los botes de basura para que los recoja el camión recolector… Apesta – Dije arrugando la nariz.
-El mismo – Dijo Dora – Hace algunos años, una noche, escuchamos gritos. Nos asomamos a las ventanas de la torre y pudimos ver cómo una mujer y una jovencita eran golpeadas y violentadas sexualmente por un grupo de 6 hombres. La madre trataba de defender a la hija y recibía la peor parte. En circunstancias normales nosotros no nos metemos en asuntos humanos, pero en la torre éramos simplemente un grupo de mujeres observando a otras mujeres ser torturadas y vejadas, no podíamos mantenernos indiferentes a lo que pasaba bajo nuestras narices. Enviamos a Lily y Tamara a ver qué podían hacer para ayudar, tal vez bastaría con llamar a la policía.
Pero para cuando Lily y Tamara llegaron la madre había muerto y los hombres… - Suspiró con disgusto – Los hombres ni siquiera se tomaban turnos para violar a la chica, la violaban y golpeaban de a varios a la vez. Estaban drogados y reían como hienas mientras la niña gemía cada vez más suavemente. Ya no se resistía.
Lily se lanzó a los hombres y los inhabilitó a todos quebrándoles las piernas. Mientras, Tamara tomó a la chica en sus brazos y la trajo al castillo mientras Lily castigaba como le pareció mejor a esos hijos de puta – Escupió Dora furiosa. Ella nunca decía malas palabras, así es que eso demostraba la seriedad de la situación.
-Cuando la recogí – Continuó Tamara casi temblando de ira. El presenciar ese abuso afecta a cualquier mujer, pero supongo que para Lily y Tamara, al ser lesbianas y no relacionarse con hombres jamás, la cosa era aún peor, más chocante – Gianna estaba semidesnuda y cubierta de sangre, saliva y semen. Tenía varios huesos quebrados y estaba casi inconsciente. El problema era que no la podíamos llevar al hospital sin exponer que Lily estaba en ese preciso momento arrancándoles las bolas a los violadores y luego obligándolos a tragárselas – Yo abrí los ojos como platos, pero no interrumpí. Me di cuenta de que no era una exageración, eso era exactamente lo que había pasado con los atacantes - Así es que me la llevé a una de las habitaciones de huéspedes y le di un baño. Estaba llena de la suciedad de esos hombres. Si hubiera podido vomitar lo hubiera hecho esa noche.
Para resumir la historia, nos fuimos turnando algunas voluntarias para cuidar de la chica en su recuperación. Al principio la idea era mantenerla viva lo suficiente para mandarla a un hospital, pero pronto se hizo evidente que ella no tenía adonde ir. Su madre era soltera y su única abuela vivía con demencia senil en un asilo de ancianos. Además ya se había empezado a dar cuenta de qué es lo que somos, así es que no la podíamos dejar ir.
Pasados algunos meses sus huesos habían soldado, y estaba comenzando a adaptarse. Había dejado de estar aterrada todo el tiempo y soportaba estar en presencia masculina, siempre que fuera con compañía femenina presente. Incluso había comenzado a retomar sus estudios para estudiar desde el castillo, cuando un día comenzó a sangrar violentamente. Chelsea la llevó al hospital. Nadie se había dado cuenta de que Gianna estaba embarazada, y estaba teniendo un aborto espontáneo, gracias a Dios. Por duro que suene es lo mejor que le pudo pasar en esas circunstancias… Recién la semana anterior había cumplido 15 años. Cómo habría sido para ella tener al bastardo de uno de sus 6 violadores, los asesinos de su madre?
Y así es como Gianna se quedó a nuestro lado como una especie de invitada, terminó el colegio y tomó algunos cursos básicos de administración y finanzas en una universidad que tiene un buen programa on line, y se comenzó a hacer cargo poco a poco del manejo interno de la organización – Terminó Tamara apretando fuerte la mano de Lily. Aún estaban afectadas por lo que sucedió esa noche.
-Por Dios…! – Dije usando una servilleta para limpiar las lágrimas que corrían por mis mejillas – Qué pasó con los tipos?
-Arreglé la escena de manera tal que achacaron todo a ritos satánicos – Respondió Lily- Me tomé mi tiempo con ellos, así es que para cuando terminé eran imposibles de identificar.
-Por eso es que sólo sale con vampiros… Por eso es que no sabe tener una relación amorosa normal… Por eso la baja autoestima… Por eso es que cree que la única forma de estar segura es convirtiéndose en vampiro… - Susurré comprendiendo por fin a mi mejor amiga
No le resentía para nada que no me hubiera contado, nadie querría hablar de todo lo que le tocó vivir, pero agradecía que las demás me hubieran dicho lo ocurrido. De verdad tendría que cuidar mi diarrea verbal frente a ella, de ninguna manera la quería hacer sufrir más.
-Pero mira, no le está yendo nada mal con el cantinero guapo – Dijo Heidi tratando de sonar alegre. Efectivamente Gianna sonreía tímidamente mientras Franco le contaba una historia gesticulando y mirándola como si ella solita hubiera colgado las estrellas del cielo.
En ese momento entró corriendo al bar un chico de unos 22 años, saludó a algunos clientes que esperaban, se metió detrás de la barra y retomó el trabajo de Franco, atendiendo a todos los parroquianos que Franco ignoraba, incluyéndonos a nosotras. Pero valió la pena, porque Franco se quitó el delantal negro y le ofreció su mano a Gianna para sentarse juntos en una pequeña mesa para dos que se acababa de desocupar.
Y así, a la luz de las velas con Gianna bebiendo Cosmopolitans y Franco bebiendo Bargnolino, (un licor con vino y arándanos muy tradicional), se pasaron la noche conversando. Sólo se interrumpieron para cantarme el "Feliz Cumpleaños", y Gianna hizo ademán de volver a sentarse a mi lado, pero yo negué con la cabeza.
-Te estás divirtiendo? – Le pregunté bajito. Ella asintió tratando de esconder su sonrisa. Yo besé su mejilla – Entonces ándate a tu mesa, que nosotras nos vemos todos los días. Mañana me cuentas.
-Gracias Bella – Dijo abrazándome fuerte.
-Y tú – Apunté a Franco con mi dedo y puse mi expresión más intimidante - Te portas bien, o sé de buena fuente que te van a hacer tragarte tus bolas – Le dije a Franco, medio en broma, medio en serio.
Y Franco en vez de enojarse o asustarse me regaló una enorme sonrisa, tomó la mano de Gianna, la besó y la dirigió a la mesa que compartían.
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Eeeeeeeh! Gianna conoció a alguien! Pero que fea su historia… :(
Qué tal los regalos? Y los tratamientos del spa? Les cuento que son todos reales, estuve investigando sobre los spas más top del mundo y eso es lo que se ofrece. A mí me gustaría bañarme en leche batida como Cleopatra!
Cariños y cuéntenme qué les pareció.
Ah! Y para quienes me pedían más tiempo Bella/Félix, ya viene, no se preocupen. No han sido el foco principal en los últimos capítulos, pero es que han pasado tantas cosas más!


















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