sábado, 30 de agosto de 2014

Muertos o Algo Mejor 35


Ok, ya casi, casi se acaba! Uno más…
Espero que les guste, y hagan un último esfuerzo para decirme qué les parece la adición de personajes.
Los lugares mencionados son reales.
Cariños.
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Capítulo 35

My whole world is the pain inside me
The best I can do is just get through the day
When life before is only a memory
I'll wonder why God lets me walk through this place
And though I can't understand why this happened
I know that I will when I look back someday
And see how you've brought beauty from ashes
And made me as gold purified through these flames
After all this has passed, I still will remain
After I've cried my last, there'll be beauty from pain
Though it won't be today, someday I'll hope again
And there'll be beauty from pain
You will bring beauty from my pain
Beauty from my pain / Superchick

DEMETRI POV
Nuestra dirección general era clara. Íbamos hacia el oriente bordeando el mar.
Lo que no era ninguna sorpresa.
Nos dirigíamos al hogar del clan egipcio, un lugar al que me juré no regresar.
El centro de operaciones de Amún estaba ubicado en los túneles subterráneos escondidos en el cementerio de El-Bagawat, uno de los cementerios cristianos más antiguos y mejor preservados del mundo, que data del Siglo 3 D.C. y fue usado hasta el Siglo 11 D.C. Contiene 273 estructuras de barro construidas como mausoleos con distintos estilos arquitectónicos, entre los que destacan las cúpulas y arcos, lo que lo hace lucir como un lugar sacado del Episodio 1 de "La Guerra de Las Galaxias" (El de Anakin niño y el odioso Jar Jar Binks, no el de Luke-no-Jedi).

Lo que en un principio era sólo un buen lugar donde vivir sin exponerse al sol o ser molestados, se convirtió en la guarida perfecta para Amún y su clan con el desarrollo del turismo. Cada día son cientos de personas las que vagan por entre las intrincadas tumbas sin que nadie fiscalice la entrada o salida de las ruinas y menos alguien que note la desaparición de unos pocos visitantes… Y si lo notan, las autoridades no dicen nada, ya que disminuiría el turismo, que es vital para la economía de la Región.
Este lugar está ubicado a 3 kilómetros de Kharga, ciudad ubicada en el Oasis llamado con el mismo nombre, en la región de New Valley Governorate, Egipto. Y se encuentra casi exactamente en el centro del país, en la mitad del desierto.
El viaje según mis cálculos duró unas 35 horas. Estos cálculos estaban más basados en la distancia que yo sabía que había entre Trípoli y El-Bagawat (2.613 kilómetros) y la velocidad a la que calculé que nos movíamos en cada tramo según las condiciones del camino que en otra cosa, ya que no teníamos acceso a un reloj.
Estos cálculos mantuvieron una pequeña parte de mi mente ocupada mientras el resto se esforzaba por buscar una salida.
Pero no la había. No hasta saber a qué nos enfrentábamos, que no era solamente a los 4 que nos llevaban en el camión. Amún tendría más gente, no sabía a cuántos y no sabía con qué habilidades. Y no tenía brazos ni piernas para defender a mi Fiore, quién no era capaz ni de levantar la cabeza sin ayuda.
De momento estábamos perdidos.
oooOooo
Llegamos al anochecer, cuando los turistas ya se habían retirado y el camión no llamaría la atención.
El camión se estacionó y sentí pasos y saludos de varias personas en masri. Y de pronto la voz que temía.
-Bienvenido Benjamín, buen trabajo – Dijo Amún tan cálidamente como era capaz.
-Gracias mi señor, ha sido un honor servirlo – Respondió el hijo de perra que lideró la misión que nos capturó. Casi había olvidado cómo le gustaba a Amún que le lamieran las botas y lo trataran como un dios. De hecho dicen que hubo una época en la que tuvo pueblos completos esclavizados y convencidos de su origen divino… Afortunadamente irrumpieron nuevas religiones que minaron su base de poder, lo que no impidió que se siguiera comiendo tanto a su congregación como a las de otras religiones, perdiendo a los pocos fieles que le quedaban.
-Descarguen, quiero verlos! – Ordenó, supuse que a los neófitos o miembros menos importantes del clan.
-Querido… - Dijo suavemente la mujer que supervisó nuestra captura.
-Kebi, has hecho bien, estoy complacido– Dijo Amún un poco más suavemente. Sería esta su pareja? Había escuchado rumores de que había convertido a una de sus esclavas, poco después de mi partida, supuestamente la más fiel y bella de sus sirvientas humanas fue honrada para ser su compañera, y parece que esta perra semi-muda era la elegida.
-Tía, ven y abraza a tu marido! – Ordenó el líder de la operación – Por qué no estabas esperándome en la puerta como una buena esposa? – Demandó enojado, sin importar que los demás se enteraran de sus diferencias.
Pasos se acercaron desde el interior de un mausoleo y el aroma de esa mujer me desarmó. Era… Dulce, tímido. Puede un aroma ser tímido? Ella olía así. No la había visto, no sabía nada de ella, si era una loca sicótica o fea como un gremlin mojado, daba lo mismo. La olí y quise abrazarla.
-Lo siento Benjamín – Dijo tímidamente, casi diría que asustada – Estaba arreglando la habitación como lo ordenaste.
Mierda, esa voz… Qué…? Qué?
-Bésame y que no se repita – Ordenó él fríamente. Ella obedeció.
Y en ese momento terminaron de quitar los sacos del camión y quedamos sólo Bella, nuestras extremidades, y yo.
La bolsa en la que estaba mi torso y mi cabeza fue abierta violentamente, y vi ante mí a un Amún sonriente y triunfal, junto a su mujer, ricamente vestida. Evidentemente se había cambiado de ropa para encontrar a su esposo, porque cuando nos capturaron ella llevaba una túnica sencilla.
-Demetri, el hijo pródigo regresa… - Dijo Amún en masri – Pero tú ya sabes que yo no soy como ese débil padre de la biblia cristiana que perdona tan fácilmente… Tú te vas a ganar mi perdón, con trabajo y penitencia – Dijo disfrutando enormemente cada palabra que me humillaba. Cada palabra que me ponía en mi lugar – Responde! – Ordenó.
Y entonces esperé que viniera esa horrible sensación… Esa compulsión que me obligaba, contra todos mis instintos, a obedecerle.
Especialmente encontrándome tan débil por la pérdida de veneno.
Pero no vino.
Bella, aún medio muerta, no había retraído su escudo mental.
Debería regañarla por gastar su energía en mí, pero en realidad quería besarla por ser tan valiente y generosa.
-Sí mi señor, gracias por la oportunidad de redimirme, mi señor – Dije de todos modos, para no alertarlos de mi inmunidad, pero con todo el sarcasmo que pude impregnar a las palabras. Amún me podía ordenar decir lo que quisiera, pero a menos que me ordenara que lo dijera sonando sincero, al menos podía tomarme esa pequeña libertad.
Mi insubordinación me ganó una bofetada. Casi suelto una carcajada, porque la verdad es que ni la sentí. Está comprobado científicamente que el cuerpo humano cuando está herido en distintos puntos concentra su atención en el dolor más fuerte, y una bofetada difícilmente se comparaba con una amputación cuádruple. Casi le digo a Amún que golpea como niña, pero lo pensé mejor. Ahora estaba Bella involucrada en la ecuación, y Amún no tardaría en darse cuenta de que a través de ella conseguiría lo que deseara sin necesidad de compulsión ni de nada.
-Te vamos a volver a entrenar, vas a aprender a respetarme de nuevo – Gruñó furioso al ver que no temblaba de miedo o rogaba clemencia – Alguna vez fuiste mi favorito… Ahora no eres nada. Nada!
-Sí mi señor, gracias mi señor, no puedo esperar, mi señor – Contesté porque parecía esperar respuesta.
-Perro…! – Exclamó y me escupió en la frente. Era un gesto de deshonra tremendo para los egipcios en general y para este clan en particular, más aún cuando era hecho en público, pero la verdad? Ya me habían cortado las piernas y brazos! Un escupitajo no significaba nada, y cualquier insulto de ese bastardo me lo cobraría en quintuplicado. Uno por cada miembro arrancado.
Pero sí me molestó no tener al menos un brazo para poder sacarme su veneno de la cara. Lo sentía deslizarse por mi frente y me daban ganas de arrancarme la piel que tocaba.
-Ah! – Exclamó abriendo el saco donde se encontraba Bella, completamente inconsciente. O al menos eso parecía. A mí me constaba que estaba fingiendo, pero era buena idea intentarlo, presentarse más vulnerable de lo que estaba. Ellos sabían que Bella se drenaba al sobre exigir su poder, y eso sumado a una amputación… Quién sabe, podía ser – Es hermosa Demetri, tienes buen gusto – Dijo observándola detenidamente, con hambre de sexo. Tanto así que su mujer, vestida totalmente fuera de lugar como si fuera una reina, con las telas y joyas más finas del mundo, se paró a su lado, recordándole, de forma muy servil, de su existencia.
Esa pobre mujer estaba sobre compensando. Una esclava humana miserable que asciende a esposa de un dios autoproclamado. Era como si necesitara vestirse extra elegante para validar su posición y olvidar que no era más que una esclava. Lo había sido y lo seguía siendo, sólo que su amo se había casado con ella. Si la perra no hubiera estado involucrada en nuestro secuestro, me habría dado pena.
Pero estaba involucrada, así es que también la vería arder.
-Gracias mi señor, no me gustan las mujeres feas mi señor – Dije sin poder contenerme. El bastardo comenzaría a echar mis dedos uno a uno en una hoguera en cualquier momento y yo no podía dejar el sarcasmo de lado.
-Mmmmmmh – Dijo pasando un dedo por el brazo desnudo de Bella, sólo para provocarme – Hace tiempo que no tomo una concubina.
-He escuchado que es una verdadera artista en la cama mi señor, pero no me consta – Dije y casi pude ver una lámpara volando hacia mi cabeza. Pero aunque Bella pudiera entender masri, la verdad es que lo mejor que podría suceder es que el bastardo la hiciera su concubina, porque tendrían que pegarle su pierna (para que las pudiera abrir para él) y tendrían que alimentarla (a menos que ahora le gustara la necrofilia), con lo que Bella tendría la oportunidad dorada de volarlo en pedazos.
Mierda, si a mí me ordenan follarme a la esposa o a toda la banda de idiotas y eso me diera una pequeña chance de escapar, lo haría sin pensarlo dos veces.
Pero parece que mis servicios no estaban en alta demanda en un clan en que las mujeres tenían menos derechos que una planta.
-A no? A mí me dijeron que estás enamorado de ella. Dime la verdad Demetri, eres su amante? – Dijo convencido de que estaba bajo su compulsión.
-No mi señor, Isabella era novia de Félix, el grandote que mataron en Trípoli – Dije tratando de sonar casual y despreocupado, como si la muerte de Félix no significara nada – Es verdad que la cogí un par de veces, pero quién no? Es americana, después de todo, no tiene moral. Yo soy sólo su guardián y su creador, y eso por un hecho fortuito. Ella fue atacada por una vampira que buscaba venganza y debí convertirla para que no muriera, pero era Aro quién debía hacerlo originalmente.
-Ya veo… - Dijo Amún pensando un poco, con su mano en la cadera de Bella. Estoy seguro de que ella quería gritar de asco, pero afortunadamente la esposa de Amún lucía aún más desesperada – Parece que la información que recibí es inexacta – Dijo.
-No se puede confiar en los Volturi mi señor – Dijo Benjamín –Menos a una hembra que traiciona a su creador y a su hermano sólo para vengarse de otra hembra más popular.
-Aaaah – Dije yo – Jane, no es cierto? – Amún sólo me miró – Mi señor, Jane lleva años insinuándoseme sexualmente y yo la he rechazado cada vez. Por eso ella ve mi amistad con Isabella como una amenaza, y cada cosa que Isabella hace como un desafío. Es penoso en realidad.
Amún no supo qué responder. Lo estaba descolocando con mi manera de actuar, a la vez complaciente y desafiante.
-Llévenselos a sus celdas – Dijo finalmente, y dejó de tocar a Bella. La esposa volvió a respirar, pero no relajó la mandíbula. Estaba furiosa ante las insinuaciones de su marido de tomar a una amante, pero no diría nada. No, por su cultura. No, por haber sido una esclava. No, porque Amún era su creador, y no, porque Amún era un cabrón de primera que probablemente era capaz de desmembrarla y meterla en una celda junto a nosotros si se quejaba.
Benjamín se adelantó para tomar a Bella en sus brazos y pude ver tras él a la otra mujer. La que olía a gloria. La que hablaba suavemente con voz de sirena, llamándome. Y la que en un modo no totalmente convencional, era incomparablemente hermosa.
Había sido transformada muy joven, aparentaba unos 17 ó 18 años. Su tez era levemente tostada para un vampiro, asemejándose a la piel humana. Su rostro era un óvalo perfecto en el que el punto focal eran unos hermosos ojos rojos almendrados, con largas pestañas. Sus pómulos eran altos y su boca estaba bien formada y llena, dándole una expresión de pureza, sorpresa e inocencia que no habría esperado ver en ese lugar.
Su cabello era tan negro que se mostraba reflejos azules a la luz de la luna, y caía en suaves ondas hasta la mitad de su espalda.
Iba descalza, y usaba una túnica suelta y sin adornos, pero pude adivinar que su cuerpo era más bien delgado, sin las pronunciadas curvas que solían atraerme, y era alta para la región, medía aproximadamente 1.70mt.
La miré idiotizado unos segundos pero logré controlarme antes de que nadie lo notara. Nadie salvo ella.
Lo que me faltaba… Encapricharme con la esposa de la mano derecha de Amún. Afortunadamente casi no quedaba veneno en mi cuerpo, porque si no habría tenido horas de diversión explicando una erección en honor a una mujer ajena.
Y me negué a analizar el hecho de que ella me miró de la misma manera, pero más asustada y sorprendida.
Benjamín se llevó a Bella y antes de que me diera una crisis de pánico uno de los lacayos me llevó a mí y otro el saco de extremidades. Cuando pasé a su lado Tía miró al suelo.
Nos llevaron por túneles que confluían en otros túneles, como un hormiguero, hasta llegar a lo que funcionaba como calabozo.
Eran celdas hechas con una aleación de titanio supuestamente resistente a vampiros, pero con una salvedad que aprendí en mi tiempo con los Volturi. Aro mandó hacer pruebas de resistencia hasta determinar que la celda y los barrotes debían tener un espesor mayor a los 8 centímetros de diámetro, y fabricarse en barras, no tubos, ya que estos últimos al ser huecos son considerablemente más débiles.
Como Amún es un bastardo ególatra y tacaño, se convenció de que podía construir celdas con tubos, contando con que siempre mantendría a sus prisioneros débiles por pérdida de veneno y al borde de la desnutrición. De cualquier modo, probablemente nadie había tratado de escapar por miedo a perderse en los túneles.
Bien, esos eran dos puntos a nuestro favor. Si conseguíamos volver a pegar nuestras extremidades no sería difícil forzar las celdas en los puntos más débiles: Las bisagras. Siempre todos tratan de luchar contra los barrotes y no contra la pieza más delgada y frágil de una puerta.
Y una vez fuera de las celdas, no tendríamos problemas para encontrar la salida. Yo había vivido en ese lugar más años de los que me atrevo a contar, y conocía los túneles como la palma de mi mano.
Y claro, aunque no los conociera, soy un rastreador, no me costaría nada llegar al exterior sin cruzarme con otros miembros del clan.
Lo cual me lleva nuevamente a que ni Bella ni yo teníamos un par de piernas para correr.
Nos pusieron en celdas contiguas separadas por una pared de titanio recubierto en barro para conservar la apariencia "rústica" de las construcciones del exterior. Esto podía parecer una estupidez y lo era, pero la razón tenía que ver con el rechazo casi patológico de Amún a todo lo relacionado con la tecnología o modernidad.
Frente a las celdas, a unos 5 metros de distancia, había un estante también de barro, construido en obra, y ahí fue donde depositaron nuestras extremidades como si fueran trofeos ordenados en una repisa.
Y extrañamente, el poder ver mis brazos y piernas, aunque fuera a distancia, me producía más confort de saber que al menos no estaban incinerados que desazón al no tenerlos unidos al resto de mi cuerpo.
Me dejaron apoyado contra la pared que unía mi celda con la de Bella, y a ella la apoyaron en la pared del fondo y se largaron.
Ninguno de los dos habló por un buen rato, esperando que alguien regresara, que nos amenazaran, interrogaran u ordenaran algo. Pero pasaron las horas y no pasó nada… Hasta que escuché ruidos en la celda de Bella.
-Fiore qué haces? – Pregunté. Ella no pareció considerar mi pregunta digna de gastar la energía que usaría en responderme.
Bufó y maldijo entre dientes hasta que después de mucho rato cumplió su cometido. Su espalda quedó apoyada en la pared que unía nuestras celdas, a la misma altura que me encontraba yo. Casi podía sentir su calor a través del barro y el metal.
-Dem, qué está pasando? Qué idioma hablan y por qué ese viejo asqueroso me tocaba? – Preguntó.
-Hablan masri, que es como la versión egipcia del árabe, el viejo asqueroso es Amún; la mujer que estuvo presente en nuestra captura y que vestía como si la fueran a coronar en cualquier momento es su esposa Kebi, según me contaron es una ex esclava humana que lo idolatra y le obedece ciegamente; el líder de nuestra captura es el nuevo niño dorado, Benjamín, y aparentemente es un hijo de perra igual que papá – Dije.
-Y qué hay de la chica que te gustó? – Preguntó Bella. La sentí sonreír. Una sonrisa pequeña, pero supe que ahí estaba.
-No sé de qué hablas Fiore, deliras – Dije rápidamente – Además no se supone que te habías desmayado?
-Dem por favor, está bien… Yo quiero que seas feliz por el tiempo que nos quede, y yo tenía un ojo un poquito abierto cuando me levantaron del camión. Lo suficiente para ver que te embobaste al verla, y que a ella le pasó lo mismo.
-No es nada… - Insistí.
-Es muy bonita – Dijo Bella – Se ve tan inocente y fuera de lugar en este clan de bastardos…
-La oliste? – Pregunté sin poder detenerme.
-Sí, huele bien, como esas flores acuáticas… Nenúfares… Un aroma muy delicado, no dulzón como huelen muchos vampiros – Dijo pensativa.
-Nenúfares… Tienes razón, huele a nenúfares, y algo más…
-Te gusta verdad? Te llamó? – Insistió Bella.
-No importa, es la esposa de Benjamín – Dije rápidamente.
-Del bastardo hijo del otro bastardo? O sea que viene a ser tu cuñada? – Preguntó Bella - Eh! estás como para ir a la tele...
-No me jodas, Isabella, Amún no es mi padre y ciertamente Benjamín no es mi hermano – La regañé.
-Qué lástima… No habría adivinado que era la esposa de Benjamín. Él la miraba como su dueño o su patrón y ella lo miraba con miedo… No creo que esté aquí voluntariamente – Dijo Bella prendiendo una pequeña llamita de esperanza, que me apresuré en apagar.
-Isabella este no es un servicio de citas, es una situación de vida o muerte – Dije seriamente – Escúchame bien… Amún dijo que eres hermosa y amenazó con convertirte en su concubina…
-Quéééééé? – Chilló.
-Shhhhhh! Escucha… Creo que lo dijo para joder a su esposa, es un bastardo sádico, pero si hablara en serio sería excelente.
-Claro, como la puta no vas a ser tú! – Exclamó ella.
-Nadie va a ser una puta, qué clase de guardián crees que soy? Una cosa es que te corten una pierna y la otra muy distinta es que permita que te viole ese bastardo, que es tan viejo que debe eyacular en polvo!
-Ogh! Demetri! Eeeeew! – Se quejó Bella.
-Como iba diciendo, para ser su concubina tendrían que devolverte tu pierna y alimentarte. Eso te daría una oportunidad única de acabarlo. Tal vez encerrar a todo el mundo en burbujas individuales y yo los voy matando de a uno, no sé, qué te parece? – Pregunté.
-Si para explotar sus bolas tengo que ser una puta, voy a ser una puta. Pero voy a hacer que valga la pena. Me voy a vengar, por Félix y por nosotros, y les va a doler Dem, te juro que les va a doler – Murmuró con dientes apretados.
-Lo sé Fiore, confío en ti – Le dije sinceramente – Sabías que tu escudo aún me protege del influjo de Amún como mi creador?
-Me lo imaginé. Claramente te burlaste de él cuando estábamos en el camión, aunque no sé qué le dijiste – Respondió.
-Cuánto tiempo más crees que me podrás proteger? – Pregunté.
-Mientras esté viva tú vas a estar cubierto. Me cuesta mucho más esfuerzo dejarte desprotegido, especialmente por ser mi creador. No importa que cada vez esté más débil, mi energía se reparte entre tú y yo por igual – Dijo sonando satisfecha.
-Te diría que reserves tu energía para ti, pero en esta ocasión la seguridad de ambos depende de que yo sea inmune a Amún – Dije.
-Está bien, no me cuesta más esfuerzo cubrirte. Haz lo que te pidan y guárdate el sarcasmo.
-Todo por ti, Fiore… - Dije súbitamente agotado, apoyado en la mugre y en una poza de mi propio veneno. Cómo podía seguir chorreando después de tantas horas?
-No Dem, todo por nosotros – Suspiró ella y guardando nuestras energías no hablamos más.
oooOooo
Pasó mucho tiempo, pueden haber sido días, tal vez semanas, sin que nadie entrara a vernos. Sólo escuchábamos pasos ocasionales a lo lejos que iban y venían, pero nunca cerca de las mazmorras. Bajo tierra y heridos no teníamos cómo calcular los días.
Bella y yo estábamos casi momificados, vivos, pero cada vez más rígidos por la deshidratación, cuando lo increíble ocurrió… Se abrió la puerta de la mazmorra y Tía entró con una gran cesta bajo el brazo y acompañada de un miembro menor del clan, probablemente un esclavo.
-Buenas tardes – Dijo en voz muy baja y en un inglés británico perfectamente pronunciado pero con un marcado acento masri – Mi nombre es Tía.
-Hola Tía – Dijo Bella con un hilo de voz. No hablaba desde el día que nos encerraron.
-Hola Tía, eres "Tía" egipcia o "Tía" griega? – Pregunté porque me estaba obsesionando con la duda desde que supe su nombre. Podría ser griega? No sería eso increíble?
-Egipcia – Sonrió sorprendida, aún sin levantar la cabeza.
-Como la hermana de Ramsés – Afirmé.
-Sí, pero no tan vieja – Dijo dejando su canasto en el suelo, y el esclavo hizo lo mismo.
-Qué significa "Tía" – Preguntó Bella esforzándose por ser amable con "mi chica".
-"Princesa" – Susurré. Podía ser que esta fuera mi princesa? Así como Bella había elegido ser la "principessa"de Félix? Destino, destino… El destino me unió a Bella… Sería también el destino el que me devolvió a ese lugar? No la conocía, pero mi intuición era fuerte, y me empujaba hacia ella, tal como lo hizo con mi Fiore.
No era "amor a primera vista", porque mi corazón era de Bella, a nosotros nos unían lazos de amistad, de amor, de sangre y de veneno, pero es verdad que Tía me atraía enormemente, presentía la afinidad.
-Y en griego? – Preguntó Bella.
-Diosa – Le respondí inyectando algo de calor en mi voz. Prefería a una princesa por sobre una diosa cualquier día de la semana.
-Lindo nombre… - Suspiró Bella – A qué debemos tu visita Tía? No tienes cara de torturadora…
-Oh no! – Exclamó levantando la cabeza, mirándonos horrorizados – Yo jamás… Ellos… Decidieron que ya los habían ablandado un poco, y que probablemente van a estar más complacientes – Susurró. Claramente no se suponía que debía decir eso, pero el esclavo debe haber hablado sólo masri, porque no reaccionó más que frunciendo el ceño – Los puedo curar y alimentar un poco. No tanto como necesitan, pero lo suficiente para que se sientan mejor. Es todo lo que me autorizaron.
-Gracias Tía, lo apreciamos, de verdad, pero puedo preguntar por qué viniste tú? – Preguntó Bella – No creas que somos desagradecidos, pero suena como un trabajo que puede hacer cualquiera de los esclavos, y tú eres la esposa de Benjamín, verdad? Tu jerarquía no es demasiado elevada como para dar de comer a los prisioneros y pegarles sus pedazos perdidos?
-Usualmente… Usualmente eso es cierto y no me acercaría a los prisioneros – Dijo abriendo la celda de Bella, e ingresó con un cántaro de agua y una esponja – Pero en esta ocasión me ofrecí para la tarea, porque soy la que tiene mejor mano como sanadora… Bella, te voy a quitar los pantalones para poder limpiarte adecuadamente – Dijo y se escuchó como movía a Bella hacia el fondo de su celda, donde había un duro catre de barro.
-Dile a ese… Ese que se dé vuelta – Jadeó Bella, adolorida por el traslado.
-No te preocupes por él – Susurró – Es un eunuco. No me permitirían andar libremente por ahí con un hombre completo.
-Eunu… Le cortaron los… Uffff! Cuando era vampiro? – Exclamó Bella horrorizada.
-Sí Bella, los esclavos son menos que animales en este clan – Dijo sorprendiéndome con esa crítica indirecta a sus superiores. Se escuchó tela al desgarrarse y un quejido de Bella - También le cortaron la lengua.
-Fiore, estás bien? – Pregunté agitado.
-Bien, pero duele Dem… Por dios que duele! – Dijo entre dientes. Se escuchó agua chorreando el piso y la esponja rosando la piel de Bella.
-Escúchenme atentamente y actúen normal, que ésta es la única oportunidad que tendremos. Los voy a ayudar a escapar. Los voy a sanar mucho más allá de lo que me autorizaron y los ayudaré a huir, pero con una condición – Susurró Tía con toda calma mientras seguía lavando a Bella.
-Lo que quieras, sólo dilo – Dijo Bella con un tono de voz quejumbroso, como si estuviera reclamando sobre lo que le estaban haciendo.
-Llévenme con ustedes. Ayúdenme a huir de este mundo, sé que tiene que haber algo mejor – Dijo como si estuviera explicándole algo a Bella – Según escuché mientras no me prestaban atención, tú tienes un don que actúa como escudo, y que actuaría incluso sobre la compulsión de un creador sobre los vampiros que convierte.
-Así es – Dijo Bella tratando con todas sus fuerzas de reprimir su entusiasmo. Dios! No permitas que esto sea una trampa! – Si estoy bien alimentada puedo proteger a quienes quiera, y hasta empujar violentamente, lanzando a las personas a varios metros de distancia. Lo que me agota es incinerarlos.
-Incinerarlos – Repitió, y el esclavo sacó la pierna de Bella del estante y entrando brevemente a la celda, se la entregó a Tía – Se están preparando para la guerra – Dijo pensativa.
-Guerra? Qué guerra? – Preguntó Bella.
-La guerra contra los Volturi. Los egipcios se están uniendo a los rumanos y a un par de clanes africanos menores y planean usarlos a ustedes dos. Demetri se supone que va a obedecer a Am… Al jefe – Se corrigió antes de decir palabras que el eunuco entendiera – Y Bella se supone que va a obedecer a Demetri o a los demás a cambio de la integridad física de Demetri.
-Cuándo? – Pregunté.
-Pronto, porque los de vuestro lado ya descubrieron que una vampira llamada Jane es la espía, y eso precipitó los planes. Ahora están todos los representantes de los clanes reunidos aquí. Por eso estaba pensando, si pudiéramos encerrarlos y matarlos a todos de una vez, seríamos libres y evitaríamos la guerra – Dijo Tía.
-Yo puedo hacer eso – Dijo Bella con absoluta certeza - Los puedo encerrar en una cúpula, hacerla tan pequeña como se pueda y lanzar un par de bolas de energía… Pero tendríamos sólo una oportunidad, porque después de usar ese poder siempre quedo agotada y ya no sería más que una carga hasta volver a alimentarme.
-Tía, hay algún momento en el que creas que podemos actuar? Cuando estén todos juntos? – Pregunté.
-Mañana por la noche los van a "inducir" a ustedes en una ceremonia en la que los van a hacer jurar lealtad a la causa – Narró como hablando del clima – Todos van a estar presentes alrededor de una fogata, en la que van a calentar los hierros con la marca de la alianza.
-Marca… Marca como a las vacas? – Preguntó Bella tratando de controlar el temblor en su voz.
-El fuego y el veneno son lo único que marca permanentemente la piel de un vampiro, y a nadie le gusta apestar al veneno ajeno, a menos que sea el de tu pareja… Y a veces ni eso – Dijo Tía con un hilo de voz. Tuve la impresión de que el cuerpo de Tía estaba mancillado con cicatrices provocadas con el veneno de Benjamín.
Pero por el momento no era mi derecho el preguntar sobre su vida privada, y no quería alterarme en un momento en el que no podía hacer nada al respecto.
-Ok, entonces nos quieren marcar. Hay alguna manera de evitarlo? – Preguntó Bella recuperándose rápidamente para enfocarse en nuestra meta… Hacerlos volar en pedazos y correr como alma que se la lleva el diablo.
-No sé realmente, depende de cómo se dé la ceremonia. Cuando creas que es el momento activas tu escudo y los encierras y haces explotar. Demetri va a tener que luchar si es que queda alguno libre… Lamentablemente yo no puedo ayudar en eso, porque nunca se me permitió aprender a defenderme, menos atacar… - Dijo Tía claramente avergonzada. Bella se quejó y se escuchó un leve sonido, algo como "Tsssssssss" que evidenciaba que la pierna de Bella estaba siendo unida al resto de su cuerpo.
-Tranquila, yo sé que duele, pero yo te voy a ayudar – Dijo Tía serenamente – Tengo un don – Susurró – Pero nadie lo sabe. Nunca se lo dije a nadie, no quería que me usaran más de lo que ya lo hacían, y menos que me convirtieran en un arma. Tu pierna deberá reposar 5 horas antes de te puedas poner de mover, 12 horas hasta que te puedas poner de pié y un día en que puedas caminar sin mucho dolor y rigidez. Sácate la camiseta, eso es, te voy a limpiar un poco y te voy a poner la túnica que te enviaron…
-Por qué una túnica? Me gusta usar jeans! – Reclamó Bella – Los míos los podríamos haber salvado para hacerlos shorts…
-No Bella – Sonrió Tía. No pude dejar de imaginar a Tía dándole un baño de esponja a Bella y casi me dieron ganas de ser el eunuco para tener primera fila al espectáculo – Este es el vestuario pre-aprobado. Las mujeres no pueden usar pantalones, en Egipto en general son muy tradicionalistas…
-Machistas, cerdos chovinistas! – Exclamó Bella.
-Claro, eso también, pero en este clan al ser tan antiguo las costumbres de antaño en que las mujeres son sólo propiedad aún están vivas, y la prueba viviente es Ke… La esposa del jefe – Explicó – Ahora Bella, te vas a quedar sentada y tranquila… Cierra los ojos para sentir la energía sanadora que te enviaré, y no hagas ni digas nada que delate que sientes algo especial – Dijo. Hubo un momento de silencio, tal vez un par de segundos, y luego Tía preguntó - Cómo te sientes ahora?
-Maravillosa, mejor de lo que me he sentido en mucho tiempo – Respondió Bella delatando su enorme alivio – Sólo estoy sedienta.
Tía debe haber hecho una seña al esclavo porque él entró a la celda de Bella para entregarle un par de bolsas de sangre. Eso no sería suficiente para devolverle la energía y menos para recargarla para lo que venía, pero era mejor que nada.
-Voy a venir en algún momento antes de la ceremonia y les voy a traer sangre, pero oficialmente esto es lo máximo que puedo darles – Dijo Tía como si supiera lo que estaba pensando.
Una vez que Bella terminó de beber Tía cerró su celda y se pasó a la mía.
Se arrodilló a mi lado con los ojos llenos de compasión. Yo no quería que ella me viera con lástima, quería que me viera como el guerrero que era… Bueno, al menos lo era cuando tenía brazos y piernas.
El esclavo le entregó la esponja y puso un cántaro con agua y una palangana junto a ella.
Tía empapó la esponja en el agua de la palangana y comenzó a limpiar con cuidado mi rostro. Yo no pude quitar mis ojos de sus dulces labios, tan carnosos y rosados… Cómo podía estar casada con ese animal?
-Tía? – Dijo Bella – Te puedo preguntar algo? Si no quieres no me contestes – Agregó como cada vez que preguntaba cosas que no era asunto suyo.
-Dime Bella, qué quieres saber? – Preguntó Tía siguiendo con los ojos la ruta de la esponja sobre mi piel.
-Nos puedes contar algo de ti? No es que no confíe en ti, ya nos has ayudado montones, pero nos estamos jugando la vida en esto… Me gustaría saber por qué te quieres ir… Por qué vas a dejar a tu marido… - Dijo Bella con la voz más neutra que pudo lograr.
-Comprendo – Dijo con una pequeña sonrisa. Yo sé más de ustedes que ustedes de mí y aun así me costó mucho tomar la decisión de acercarme a ofrecer mi ayuda. Si me descubren, el castigo… Bueno, hay cosas mucho peores que la muerte – Dijo súbitamente seria – Nací en El Cairo el año 1905. Mi padre era un connotado médico inglés y mi madre una enfermera egipcia. Se enamoraron, se casaron y tuvieron 5 hijas. Yo fui la segunda. Mi vida humana fue hermosa, estaba llena de cariño, de risas y de secretos tontos que compartía con mis hermanas… Tenía lánguidos días de ocio en el campo y frenéticos turnos en el hospital, donde mi padre me entrenaba para ser enfermera.
Cuando tenía 17 años conocí a Elijah, un soldado británico que llegó al hospital con una pierna rota. No fue una herida de guerra, simplemente su caballo se asustó de una cobra que cruzaba por el camino y lo botó de la montura… - Recordó mientras limpiaba mi pecho y estómago con aire ausente. Bella ni respiraba, fascinada con la historia – Tuvo suerte de no ser mordido… Y simplemente nos enamoramos.
Al salir del hospital él me cortejó como todo un caballero e incluso pidió mi mano en matrimonio a mi padre, pero aunque yo lo amaba y todos en mi familia lo aprobaban, no podían permitir que me casara antes que Rania, mi hermana mayor, quién me llevaba sólo 15 meses de edad, pero no tenía novio.
Como Rania ya tenía cerca de 19 años, tomaron medidas serias para que no quedara solterona, y terminaron comprometiéndola de emergencia con un primo segundo que habíamos visto en una o dos ocasiones.
Rania no se quejó, así es como se hacían las cosas en esa época y muy pocas podían tener la suerte de amar al hombre que se convertiría en su marido.
En ese período, faltando sólo dos semanas para el matrimonio de Rania que me liberaría para casarme con mi prometido, el pelotón de Elijah fue llamado de emergencia para regresar a Inglaterra. Después de días de angustia durante los cuales pensé seriamente en deshonrar a mi familia y fugarme antes de la boda de Rania, finalmente acordamos que yo me embarcaría al día siguiente de la ceremonia, y nos casaríamos en cuanto llegara a Londres.
La boda de Rania fue un evento grandioso, celebrado en el salón de fiestas más importante de la ciudad, con mucha comida, una gran banda de músicos, y con más gente de la que creí posible que mis padres conocieran.
Tanto así que me sentí sofocada y quise escapar. Me dirigí al jardín del hotel donde se celebraba la boda y me senté en un banco de piedra a mirar una fuente. Un momento estaba sola y al siguiente un hombre alto y guapo estaba sentado a mi lado.
Asumí que era un invitado de la fiesta, pero yo no lo conocía y era una mujer comprometida, así es que me puse de pié para volver al Salón, pero él me rogó de la manera más convincente que lo acompañara un momento. Yo no quise ser mal educada y me volví a sentar, pero manteniendo mis distancias y dejando que él guiara la conversación, respondiendo sólo a preguntas directas, y nunca mirándolo a los ojos… Ahora sé que esa docilidad fue tomada por femineidad y la falta de contacto de nuestras miradas fue tomada como timidez, pero nada podía estar más lejos de la realidad! – Exclamó llamando la atención del eunuco, por lo que apuntó a una de mis heridas y movió la cabeza como regañándome.
-Ese hombre era el vicepresidente de los malos verdad? – Preguntó Bella más vivaz ahora que se había alimentado.
-Así es – Sonrió Tía abiertamente, pero dándole la espalda al guardia. Era como ver un milagro, como ver el sol brillar en medio de una tormenta, algo teóricamente posible pero altamente improbable – Era el vicepresidente, que llevaba días observándome y había decidido que yo era "apropiada". Esa noche fui raptada desde mi propia cama, del dormitorio que compartía con una de mis hermanas pequeñas.
Simplemente desaparecí. Ni Elijah ni mi familia supieron nada más de mí… Y mejor así, madre habría sufrido mucho de saber en lo que se convirtió su hija.
Él me transformó y reclamó sus derechos maritales al segundo en que desperté. Poco a poco se dio cuenta de que no soy naturalmente ni tan buena ni tan dulce como él imaginó, y ha hecho lo posible por controlarme por la fuerza… Pero yo nunca he perdido la esperanza de que algo pasaría, algo que me devolvería mi libertad – Dijo al tiempo que hacía una seña al esclavo y le pidió que me sacara los pantalones para limpiar las heridas de mis piernas. Por suerte llevaba ropa interior.
-Y lo de la sanación? – Preguntó Bella.
-Mi don funciona como el reiki, es un traspaso de energías. Es un poder que se insinuó en mis días como enfermera, era como… Como la gente que tiene "buena mano" con las plantas… Algo sutil, difícil de controlar, pero que se hizo más poderoso con mi transformación. Lo descubrí tratando de curar mis propias heridas luego de una paliza, y cuando me di cuenta de lo que era capaz ensayé en secreto con animales, pero no le dije a nadie. De hecho nunca más me volví a curar una herida, porque me delataría a mí misma… Ahora sólo ustedes lo saben. Ahora yo soy tan vulnerable como ustedes, si me acusan vamos a compartir celda… - Finalizó y le hizo una seña al guardia para que le llevara mis piernas, que se veían ridículas con botines de excursión y calcetines térmicos (me los regaló Bella un día alegando que yo siempre tenía los pies helados. Era una estupidez, por supuesto, nunca funcionarían en un vampiro porque nosotros no generamos calor, pero me gustaba usarlos, como una broma de los dos).
Los cortes de mis piernas no eran nada fácil de arreglar, porque no estaban rotas en una coyuntura, sino a mitad del fémur, con feos desgarros de los músculos. Pero Tía no pareció preocupada, y una vez que se aseguró de que no había una pizca de suciedad me apretó el muslo hasta que logró que saliera el equivalente a media taza de veneno fresco. Me dolió como una nueva amputación, literalmente era meter el dedo en la llaga, y maldije en mi mente como un hijo de puta, pero me hice el valiente. Si mi Fiore aguantó sin quejarse, lo mínimo era que yo también.
Y se escuchó el familiar ruidito "Tsssssss" de mis músculos fusionándose otra vez.
Hizo lo mismo con mi otra pierna y señaló al guardia que le entregara una túnica para mí. No era nueva, pero estaba hecha de un algodón muy suave y se sentía bien contra mi piel, que se encontraba tan hipersensible.
-Fiore, tu túnica es suave? Te raspa? Te duele la piel? – Pregunté pensando en cambiársela por la mía si no le gustaba.
-Sí Dem, es casi como un pijama viejo, suave y blandita, por qué? – Preguntó.
-Porque si no te gustaba te la cambiaba por la mía – Respondí. Tía me observó atentamente mientras hablaba con Bella.
-Naaaaah, me gusta mi túnica, quizás hasta me la voy a poner cuando estemos de vuelta en casa… Le pongo un cinturón bonito y hasta lo puedo usar en el matrimonio de Gianna en vez de ese vestido de dama de honor tan feo que escogió, te acuerdas? Ese del horrible color melón y lleno de moños que me obligó a comprar? – Dijo tratando de bromear, pero salió triste. En nombre de Félix rondaba, pero no se pronunciaba – Además esta túnica es de color rosa, y a ti te va el lila.
Me hizo sonreír de verdad.
-Tú te lo pierdes Chica Zombi, mi túnica es sexi – Afirmé.
-Apuesto que sí Dem, si alguien puede rockear con una túnica, ese eres tú – Dijo cálidamente.
-Por qué me pones la túnica antes de poner mis brazos en su lugar? – Pregunté a Tía pensando que a lo mejor se había arrepentido de arreglarme por completo.
-Ustedes… Están casados? – Preguntó ella en vez de responderme. Bella no quiso decir nada, así es que me tocó responder a mí.
-Es difícil de explicar – Le dije – Mi Fiore y yo no estamos casados, y tampoco somos una pareja en el sentido tradicional. Es cierto que yo soy su creador, pero va más allá… Mucho tiempo antes de su transformación nos descubrimos como dos partes de un todo, y estamos tan comprometidos el uno con el otro como es posible, pero no en forma romántica… El novio de Bella es Félix, mi mejor amigo… Él estaba con nosotros cuando nos emboscaron – Dije y Tía hizo una mueca de dolor, cubriendo su boca con una mano y tocando la pared que unía mi celda con la de Bella.
-Lo siento… Lo siento tanto Bella, no debí preguntar… - Dijo Tía acongojada.
-Está bien, linda, no es tu culpa – Dijo Bella con un hilo de voz. Yo sólo quise destruir esa pared y sostenerla en mis brazos, para llorar juntos. Pero no era el momento, ya tendríamos tiempo para eso - El la culpa de los bastardos, y van a pagar – Dijo fríamente, sonando como otra persona.
-Me quitó mi hombre y a ti el tuyo… Somos hermanas en el dolor – Dijo Tía.
-Somos hermanas, punto – Respondió Bella rotundamente. Yo sabía que en su mente ella ya había dado la bienvenida a Tía como mi pareja. Ella quería que yo fuera feliz… Pero no era tan fácil. Mis sentimientos por ella no habían desaparecido ni se habían debilitado con la aparición de Tía, era simplemente que Tía era la primera mujer que despertaba mi interés desde que conocí a Bella.
-Tía, mis brazos… - Le recordé, para cambiar de tema y porque quería mis brazos.
-Oh, claro! Te puse la túnica primero porque una vez que te los pegue no los puedes mover, así es que es más fácil hacerlo con la ropa en su lugar – Dijo y comenzó a limpiar minuciosamente las zonas de contacto. Dolía, pero qué mierda, si todo dolía.
-Tía, hay algo más que debamos saber? Poderes, amenazas ocultas? – Pregunté volviendo a enfocarme en nuestro escape mientras apretaba para extraer veneno de las zonas heridas.
-Que yo sepa no hay ningún vampiro ni del clan egipcio ni de los demás con dones importantes, sólo buenos luchadores… Eso es lo que los hace tan interesantes a ustedes dos. El único dotado es… El vicepresidente – Dijo con miedo.
-Ok, qué es lo que hace? Lo más probable es que yo pueda bloquearlo – Dijo Bella.
-Tiene control sobre los elementos, es capaz de manejar el fuego, el agua, la tierra y el viento – Dijo Tía.
-Mierda! Puta madre! El jodido Capitán Planeta en persona! – Exclamó Bella. Tía se volvió a la pared asombrada.
-Maldices? Y no te castigan? – Preguntó shokeada.
-Oh mierda! Tía con todo lo que ha pasado no puedo hilar en mi cabeza ninguna frase que no contenga una maldición o dos – Dijo Bella abrumada – Y con respecto a que me "dejen", nadie me manda, nadie me da permiso o me prohíbe cosas. La única opinión que realmente me importa es la de Dem, y él maldice tanto o más que yo. Sería hipócrita de su parte condenarme por algo que él también hace…
-De verdad no te importa? – Susurró mirándome como hablando un tema tabú.
-Tía, mi Fiore maldice como un marinero borracho, y no la querría de ninguna otra manera – Dije sonriendo a pesar que de fondo ya sonaba el "Tsssssss" – Cuando vivas con nosotros vas a ver que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, y no existe la opresión a la que estás acostumbrada.
-Es tan distinto lo que dicen a lo que conozco… No puedo esperar! – Dijo entusiasmada, pero tratando de cubrirlo como alivio por haber terminado con mi procedimiento… Y finalmente tenía mi mano entre las suyas y tenía los ojos cerrados, haciéndome su sanación de espaldas al eunuco, para que él no viera lo que hacíamos. Sentí calor y bienestar. No electricidad o fuegos artificiales, nada violento o sobrecogedor, sólo una exquisita sensación de bienestar físico que sólo sabe apreciar quien ha estado verdaderamente enfermo – Voy a volver en cuanto pueda con más sangre, y cuando sea el momento los voy a sacar de las celdas, pero a partir de entonces ustedes deben protegerme a mí, recuerden que no sé pelear. Son un montón de vampiros poderosos de los que debemos escapar – Dijo Tía toda acelerada.
-No Tía, no escapar – Corrigió Bella vehementemente - Los vamos a matar. Es la única manera de evitar tener que vivir cubriéndonos las espaldas por la eternidad. Además mientras el vicepresidente no muera, eres una mujer casada, y eso no puede ser. No con ese hijo de perra.
-Bien, confío en ustedes – Dijo ella suavemente.
-Tía, lo último – Dijo Bella – Estás cubierta con mi escudo mental, y ya no te lo vas a quitar a menos que yo esté muy, pero muy débil. Eso significa que no vas a tener la compulsión de obedecer al bastardo, así es que debes actuar como si todo siguiera igual. También vas a poder mentirle, y él no va a sospechar que no le dices la verdad, porque él va a pensar que como siempre, es imposible que lo engañes… Sé que no tienes mucha práctica, pero trata de ser convincente.
-Estoy protegida? – Preguntó Tía, incrédula – De verdad?
-Totalmente. El devolvernos nuestras extremidades y el alimentarnos nos refuerza a ambos, porque la mitad de mi energía está instintivamente dedicada a proteger a Dem. Pero ahora te incluyo a ti también… El escudo mental que te di es poderoso, nunca ha sido traspasado – Le aseguró Bella.
-Tía – Dije de pronto – Tienes acceso a un teléfono en el que puedas hablar en privado?
-Tal vez… A lo mejor podría tomar prestado el teléfono de alguno de los visitantes… Llamo, borro el registro de llamadas y lo devuelvo. Tendría que ser un teléfono no muy moderno, esos no los sé usar… Sí, es arriesgado, pero posible.
-Llama al siguiente número – Dije y le dicté el número de Recepción del castillo, donde siempre había alguien, incluyendo los códigos de país y de ciudad – Y Di que Demetri y Bella están vivos y necesitan apoyo en el cementerio El-Bagawat, a 3 km de la ciudad de Kharga, en el Oasis de Kharga, en la región de New Valley Governorate, Egipto. Yo sé que los egipcios dan las direcciones de manera distinta, pero esta es la manera en que los occidentales están acostumbrados. Diles que nos van a iniciar marcándonos a hierro mañana en la noche. Si te preguntan quién eres les dices que una amiga y que el pijama favorito de Bella es el de PacMan que le regaló Alec. Eso debería ser prueba suficiente.
-Está bien… Es bastante información, por suerte tenemos una memoria perfecta – Dijo Tía terminando de recoger sus cosas – Llamaré lo más pronto posible.
-Gracias Tía, no sabes lo felices que estamos de conocerte, y no sólo porque nos estés ayudando a escapar – Le dije. Ella bajó los ojos avergonzada y sonrió un poco.
-Adiós, nos vemos luego – Susurró.
-Adiós Tía, no tengas miedo, yo te estoy protegiendo aunque no puedas verme – Dijo Bella.
Tía se fue con el eunuco, y una vez que estuvimos seguros de estar solos, Bella rió.
-Dem, nos vamos a salvar! Y tú vas a tener novia! Y es tan dulce e inocente, tan buena y femenina… Tendré que pervertirla hasta convertirla en tu mujer ideal – Dijo entusiasmada. Era tan bueno escucharla reír otra vez, razonablemente saludable.
-Suenas más contenta con la posibilidad de que yo tenga novia que con la posibilidad de escapar – Noté.
-Me hace feliz que tengas la oportunidad de ser feliz… En cambio yo no creo que mi situación cambie esté donde esté. Félix no está, y… - Se le quebró la voz.
-Isabella Marie basta! – Le dije firmemente – No vamos a hablar de Félix hasta que regresemos a casa. Una vez que te tenga sana y salva podemos estar de duelo, organizar una ceremonia conmemorativa, plantar un árbol, crear una fundación a su nombre, o lo que quieras. Pero ahora te vas a concentrar en lo inmediato. Salir de aquí. Matar a quien haya que matar. Sobrevivir. Está claro?
-Sí Dem – Dijo muy bajito.
-Te quiero, eres mi vida – Le dije suavemente.
-Te quiero, tú eres la mía – Respondió.
Y volvimos a quedar en silencio, guardando energías y sanando.
oooOooo
Pasos.
-Dem… - Susurró Bella nerviosa.
-Tranquila, es Tía – Respondí. No sé cuánto tiempo había pasado, muchas horas. Estábamos ansiosos pero no temíamos que Tía nos traicionara. Ella tenía tantas o más razones que nosotros para vengarse y largarse de ese lugar.
Pero siempre había cosas que podían salir mal, y eso era lo que hacía la espera insoportable.
Se abrió la puerta de la mazmorra y entró Tía rápidamente.
-Sólo pude escapar por un momento – Dijo rápidamente – Logré sacar a escondidas el teléfono la habitación de Vladimir, el rumano, porque nunca lo lleva consigo. Llamé al número que me dijeron y me contestó una chica, Gianna. Cuando le dije por qué llamaba se puso a gritar, le tuve que pedir que bajara la voz…
-Por qué no me extraña? Sería nuestra suerte que todo se fuera al demonio por culpa de tu amiga – Le dije a Bella, más que nada por molestarla. El saber que nuestro mensaje había sido entregado me hacía sentir más liviano, dispuesto a bromear y a enfurecer a Bella.
-Calla esa boca insidiosa, que gracias a Gianna vamos a tener apoyo – Respondió Bella sin enojarse realmente.
-Hey, hey! – Nos llamó la atención Tía – No hay tiempo, en cualquier momento me van a extrañar… Sólo pude sacar 4 bolsas más. No es mucho, pero es mejor que nada…
-Es perfecto tía, muchas gracias – Respondió Bella.
-Dame una a mí y tres a Bella – Dije. Bella no discutió porque sabía que yo tenía razón. Entre la sangre recibida durante la curación y la bolsa que me estaban dando, yo estaría bien. Hambriento pero sano. Mis niveles de energía eran estables y no tenía ningún poder que me desgastara.
Pero Bella… Ella debía acumular todo lo posible porque seguro que para nuestra "inducción" habría un show.
-Estás seguro? – Preguntó Tía.
-Completamente. Ella lo necesita más que yo – Respondí.
-En cualquier otro momento habría discutido – Dijo Bella – Pero no me puedo transformar de ser un arma y una guerrera a una carga y una víctima. Si yo estoy fuerte ustedes son inmunes al vicepresidente y a todos los demás.
-Tomen, beban rápido – Dijo Tía dándonos la sangre – Necesito llevarme las bolsas, porque si las encuentran hasta ahí llegó nuestro plan.
-Bien pensado! – La felicitó Bella entre tragos nada delicados.
Terminamos de beber, Tía recogió las bolsas y se despidió.
oooOooo
-Dem… Te fijaste en algo distinto? – Preguntó Bella.
-En qué?
-Bueno, al menos yo, me siento mejor que nunca físicamente desde la sanación de Tía. Hace un rato estaba palpando la cicatriz de unión de mi pierna y no la sentí. Mi piel está lisa… Y cuando me miré, las líneas habían desaparecido! – Exclamó – El don de Tía es increíblemente poderoso!
-Es verdad que me siento bien – Concedí – Y no siento el relieve de las cicatrices – Dije delineando las uniones – Mierda Fiore! No se nota nada! Es como si nunca me hubieran desmembrado! – Exclamé incrédulo, y comencé a estudiar el resto de mi cuerpo atentamente – Fiore, mis cicatrices antiguas también desaparecieron… soy como un neófito, ni siquiera se siente la mordida de Amún que me transformó.
-Tienes razón – Susurró – Tus mordidas desaparecieron… Dem, hasta la mordida de James desapareció… - Dijo asombrada.
-No sé si me gusta que ya no lleves mi marca. Me dirás que soy un bruto, pero eran importantes para mí – Confesé.
-Aaaaw, Dem, siempre voy a llevar tu marca, llevo tu veneno en mis venas – Dijo – Pero me alegro de que haya desaparecido la marca de James… Me traía puros malos recuerdos.
-Vamos a estar bien, Fiore, vamos a estar bien y vamos a construir nuevos recuerdos, ya vas a ver – Le dije prometiéndome tratar de hacerla feliz.
-Tienes que construir una vida con tu novia – Afirmó – Yo voy a estar bien una vez que volvamos a casa, aún queda gente que me quiere y a los que yo quiero.
-Isabella no hables estupideces – Le dije genuinamente enojado – No te voy a negar que Tía me atrae, y que esa atracción tiene el potencial de crecer y convertirse en algo más. Pero mi prioridad eres tú…
-Pero no tienes que elegir! – Exclamó – A mí me gusta ella, de verdad, y entiendo que le dediques todo tu tiempo, sobre todo cuando la relación está comenzando…
-No hay elección. Contigo nunca hay elección – Le dije - Todo lo que te prometí en los cerezos lo prometí muy en serio, y así como tú te las arreglaste para mantenerme muy presente en tu vida aun teniendo novio, en este caso va a ser lo mismo. Ojalá pueda arreglar algo con Tía paralelo a nuestra relación, pero si no, no es algo que me interese.
-Pero ella si te gusta – Afirmó.
-Ya te dije que sí – Gruñí.
-Entonces lo vamos a hacer funcionar. Yo estoy para apoyarte, no para ser un obstáculo – Dijo, y justo entonces se escucharon pasos que se acercaban. Tía nos venía a sacar de la mazmorra? No, eran 3 sets de pisadas, que sonaban duras, masculinas, no como las suaves pisadas de Tía con sus pies descalzos.
-Enójate Fiore, necesitas tener los ojos negros como si estuvieras sedienta, y actúa débil – Susurré a toda velocidad.
-No hay problema – Respondió – Estoy furiosa.
Los pasos se detuvieron en la puerta de la mazmorra y entraron 3 hombres. Benjamín (o "el vicepresidente") y dos guardias.
Bueno, estaba claro que no sería Tía quien nos sacaría de ahí. Ojalá no le hubiera pasado nada malo.
-Listos para jurar su lealtad ante el nuevo régimen? – Preguntó Benjamín en su terrible italiano, sin saludar.
-No tengo alterativa, verdad? – Le dije tratando de sonar rebelde y complaciente a la vez. Y muy, muy débil.
-No, no la tienes? Y tú niña? – Dijo mirando a Bella.
-Yo le obedezco sólo a mi creador – Dijo lentamente, como con gran dificultad – Es el único que puede decirme qué hacer. Si él decide vivir aquí, aquí me quedo, porque sé cuál es mi lugar – Ja! Eso era gracioso. Bella siendo puesta en su lugar. Y por mí!
-A qué te refieres con que es el único que puede decirte qué hacer? – Preguntó Benjamín enojándose. Mierda, mi Fiore y su bocota!
-Isabella es un escudo – Dije en su lugar – Cuando está bien alimentada puede proteger a otros, pero cuando no, sólo puede defenderse a sí misma de ataques mentales. Al único al que obedece es a mí, porque no hay compulsión que funcione en ella, sólo la de su creador.
-Supongo que tu creador te dará las órdenes a ti y tú se las darás a Isabella. Adoro una buena cadena de mando. Sáquenlos! – Ordenó a los soldados, que nos pusieron de pié violentamente. Bella se "desvaneció".
-Por favor! Isabella está muy débil, la pérdida de energía y veneno casi la matan, y ahora apenas es capaz de levantar la cabeza… Pueden cargarla adonde sea que vayamos? – Dije tratando de bajar su guardia ante ella. Lo que supongo que no era tan difícil en un clan que consideraba a las mujeres como poco más que vaginas andantes, sin cerebro, sin opinión, sin habilidades y sin dones. El idiota de Benjamín no tenía idea que la esposa que se robó tenía un poder más valioso que cualquier arma, simplemente la subestimaba pensando que su belleza era su único atributo.
-Rehu! – Llamó a uno de los guardias – Carga a la chica, y atento a cualquier truco.
Pero Bella no tenía ningún interés en "Rehu". Cuando Bella desatara su poder sería sobre los peces gordos, así es que se dejó llevar lacia como una muñeca de trapo, mientras yo la seguía con Benjamín a un lado y el otro guardia al otro.
Tampoco se encontraron con resistencia de mi parte, y los vi relajarse un poco. No bajaron la guardia, pero si se tranquilizaron al ver que no estábamos locos de ira, o irracionales, o demandando venganza. Vieron lo que querían ver… Que los días de dolor, debilidad y hambre habían roto nuestros espíritus.
-Isabella – Dije en italiano tan seriamente como pude (ya que Benjamín no hablaba ni entendía Inglés, y quería que entendiera nuestra conversación).
-Sí Demetri? – Dijo ella de inmediato.
-Afuera probablemente va a haber mucha gente, pero no quiero que te asustes – Le dije hablándole como si fuera una idiota. Ya pagaría por eso más adelante – No quiero que ataques a nadie, y no quiero que te defiendas. Si te portas bien nadie te va a hacer daño.
-Pero tengo miedo – Dijo con un hilo de voz.
-Vas a hacer lo que te diga! – Gruñí como si en cualquier momento fuera a abofetearla – Este es nuestro hogar, estos son nuestros aliados y aquí pertenecemos. Los Volturi nos traicionaron, nos enviaron a una misión suicida y se olvidaron de nosotros. Este es mi lugar, por lo tanto también el tuyo, entendido?
-Sí señor – Dijo ella tímidamente.
Era gracioso como nuestros juegos de improvisación estaban mostrando sus frutos. A Bella le tiritaba el mentón tratando de reprimir los "sollozos provocados por mi regaño", y yo la miré con desprecio y le dije a Benjamín en masri "Mujeres! Si no fuera bonita y medianamente talentosa me desharía de ella en un suspiro. Pero qué se le va a hacer, el sexo es bueno y no le importa compartir en la cama".
Ante eso Benjamín me prestó atención mientras yo daba el tema por terminado y caminé mirando hacia adelante.
-Compartir? – Preguntó fingiendo desinterés.
-Tú sabes cómo son esas americanas – Le dije sacudiendo la cabeza, sabiendo que no tenía ni idea de cómo eran las americanas, porque él vivía encerrado en un mundo islámico creado cientos de años atrás. No tenía acceso a televisión ni internet, y no sabía cómo cambiaba el mundo. Sólo tenía un teléfono como símbolo de que sabía en qué siglo se encontraba… - Todas son unas perras sin valores, sin religión y con ideas modernas en la cabeza. Igualdad… Ja! – Me burlé – Isabella lo sabe hacer todo en la cama… Lo que le pida… Es insaciable… - Dije y seguí caminando en silencio, dejando que la idea plantada echara raíces en su mente. Un hombre caliente es un hombre medio idiota, y si Benjamín creía que Bella era una especie de estrella porno, al menos fantasearía al respecto cuando debería estar vigilándonos.
-Creí que el hombre alto era pareja de Isabella – Dijo Benjamín conversacionalmente.
-Le permití que lo tomara como amante – Dije - Pero eso no significa que ella no corriera a mi cama cada vez que la llamaba – Dije burlón.
Pronto el aire helado de la noche del desierto golpeó mi rostro. Estábamos saliendo del túnel. Bella jadeó sorprendida ante lo que sea que vio. Era el momento de enfrentar nuestro destino.
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1.-En mi Facebook y blog encontrarán fotos del cementerio El-Bagawat , de Amún, de Kebi y de Tía. No son (en mi imaginación) los mismos de la película.
2.- El próximo es el último capítulo, y tal vez agregaré un epílogo.


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