jueves, 18 de septiembre de 2014

Mi Destino 2

Hola! Muchas, muchas gracias por el apoyo que le han dado a esta historia, me alegra mucho que se quieran arriesgar con un personaje tan inexplorado como Garrett, al que por alguna razón siempre le he tenido fe.
Un par de cosas:
1.- He estado trabajando basada en la cronología del libro. Bella se supone que nació en 13 de septiembre de 1987, por lo que la historia se desarrolla alrededor de abril o mayo de 2005, antes de las vacaciones de verano y antes de que Bella cumpliera 18. Es por eso que van a encontrar que hay referencias que parecen anticuadas… Es que son de hace seis o siete años atrás.
2.- Otro pequeño cambio en la cronología con respecto al libro es que en el libro el juego de baseball ocurre al día siguiente del primer beso. Yo lo ubiqué dos semanas después del primer beso, ya que me pareció que de otra forma Bella y Edward no tuvieron nada realmente serio antes de que ella escapara con Alice y Jasper. En dos semanas al menos habrían salido un par de veces y se habrían besado un poco más…
Eso, espero les guste el cómo va a ir esta historia, y les guste mi versión de Garrett. Comenten lo bueno, comenten lo malo, pero déjenme saber lo que piensan. Ah! Y muchas gracias a Gaby Flores por el precioso banner que hizo para esta historia.
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Capítulo 2
Don't call the doctor
I'm gonna get better
Don't run for the priest
I'm gonna find some faith
Just because I burned my bible baby
It don't mean I'm too sick to pray
Too sick to pray / Alabama3

GARRETT POV
Rompí todos los límites de velocidad y casi fundo el motor. Incluso tuve bastante suerte de que no me encontré con patrullas de carreteras, o al menos no con patrullas dispuestas a seguir a un desquiciado que manejaba como yo... Pero aun así, todos los excesos de velocidad no equivalían a teletransportarme.
Estaba desesperado…

Yo soy agnóstico. No creo en Dios ni niego su existencia. La religión nunca fue un tema importante en mi vida porque siempre me he ocupado de mis problemas y mis causas yo solo. Además está el pequeño detalle de que si es que existe verdaderamente un Dios, no creo que esté en términos amistosos conmigo, ya que me he limpiado el culo con la mayoría de los mandamientos, especialmente el de "no matarás" y ese que dice algo de la lujuria, y ese otro de no robar… En fin, si creyera en Dios, debería creer en el infierno y en que ahí es justamente donde Dios me derivaría, así es que nunca he visto la necesidad de complicarme con existencialismos divinos. Si Dios no existe, no existe, y si existiera no querría nada conmigo.
A qué voy? A que en ese viaje infernal desde San Francisco a Phoenix, hice algo como rezar. Rogué, lloré, negocié y hasta amenacé a Dios. No me la quitaría.
No me la podía quitar.
Era cierto, yo no la conocía, y seguramente tampoco me la merecía, pero era indudable que ella no merecía morir… Ella debía ser una buena persona, para compensar lo bastardo hijo de puta que soy yo.
Vamos, vamos, vamos…
Sería mejor tratar con el demonio? Probablemente él sería más cercano a mí y a mi raza… El problema es que así como no creía en Dios menos creía en Satanás, quién fue creado por Dios…
Mi mente funcionaba en mil direcciones distintas, buscaba soluciones a un problema que no conocía, imaginaba escenarios en los que una chica de 17 años pudiera morir en Phoenix… La atropellan, la asaltan, se electrocuta, se envenena con medicamentos vencidos, se muere en un accidente de paracaidismo, se suicida, se muere de un shock anafiláctico, se muere por un escape de gas, se cae en la ducha, la muerde una serpiente… Mierda! Los humanos son tan frágiles, todo los puede matar. Su medioambiente en pleno es hostil.
Recordé los últimos 30 años, y el cómo mi mujer, aún antes de existir, había instaurado cambios definitivos en mi vida. Pensé en mi casa… Si ella no existiera lo primero que haría después de vengar su muerte sería destruir mi casa piedra por piedra.
Porque era de ella.
Sin darme cuenta, en mi vida todo giraba en torno a ella.
A esperarla.
Sin ella ya no tendría metas, ya no habría una causa por la que luchar…
No, ya basta! No podía seguir pensando así, debía concentrarme en lo que viniera, fuera lo que fuera.
La salvaría.
Y por fin la conocería.
Y ella al verme me amaría.
Y ya no estaría solo.
oooOooo
Entré al límite urbano de Phoenix y ya era casi de noche. Afortunadamente, porque no sabía a qué me tendría que enfrentar y brillar al sol sólo empeoraría las cosas.
En ese momento me llegó al celular (que tenía enchufado al cargador del auto), un mensaje de texto con una dirección: ""Royal Dance Works", 402 E Greenway Pkwy #23, Phoenix, AZ 85022" Me sonaba conocido el sector, me pareció que era una zona residencial de clase media, pero de todos modos llamé a Peter de inmediato.
-Pete, sabes dónde queda esto? Me estás mandando a un estudio de danza? Estás seguro? Mi mujer es bailarina? Qué clase de accidentes tienen las bailarinas que puedan ser letales? – Disparé a toda velocidad.
-Garrett tranquilo – Dijo Charlotte en su lugar – Estoy revisando un mapa de la ciudad, y esto queda al norte, entre E. Bell Road y W. Greenway Pkwy.
-Okay – Dije tomando una calle hacia el norte – Estoy a tiempo? – Pregunté temiendo la respuesta.
-No lo sé – Dijo Peter – Ya no sé nada, sólo apresúrate – Dijo y colgaron.
oooOooo
Llegué al lugar indicado, estacioné en el callejón lateral y me dirigí cuidadosamente a la entrada. El estudio tenía un letrero que decía que estaba cerrado desde hacía meses, pero la puerta principal estaba entreabierta y había un rastro vampírico fresco. Alguien, un macho, estaba enviando un desafío. Marcando su territorio de caza sin disimulo.
Se escuchaban voces.
Y cristales al romperse.
Respiración entrecortada.
Un corazón latiendo a toda carrera.
Me moví sigilosamente hacia el interior para encontrarme con la vista parcial de una escena aterradora.
-Esto hará un efecto muy bonito —dijo un vampiro con voz amable. Sólo pude ver el reflejo de su espalda - Pensé que esta habitación crearía un efecto visualmente dramático para mi película. Por eso escogí este lugar para encontrarnos. Es perfecto, ¿a que sí?
Sonido de cristales quebrados removiéndose. Olor a sangre fresca.
Entré en la habitación justo a tiempo para ver al vampiro levantar su pierna y golpear a una niña que manoteaba sobre una cama de cristales retrocediendo, tratando de escapar. Se escuchó un chasquido ensordecedor y un grito de agonía. Eso fue todo lo que vi. El resto fue una secuencia borrosa en que mi ira me propulsó hacia adelante atacando al vampiro sin darle oportunidad de defenderse. Lo lancé hacia el otro extremo del estudio, lejos de la niña que lloraba abrazada a su pierna y lo golpeé con una saña que nunca experimenté. Deseé tener tiempo para realmente hacerlo sufrir, pero mi mujer estaba herida.
Él trató de defenderse, trató de oponer resistencia, pero no había nada que él pudiera hacer frente a mis siglos de experiencia en el viejo oficio de matar.
Lo despedacé y lo encendí en una hoguera sin que él alcanzara ni a decir sus últimas palabras. Tomé la cámara de video que había caído al suelo y me la eché al bolsillo de la chaqueta y corrí hacia ella.
El aroma de su esencia estaba parcialmente cubierto por el olor de su sangre, pero me subyugó de todas formas. Todo lo que sentía por ella en abstracto hasta entonces, se multiplicó sólo por esa fragancia, pero fue cuando me agaché a recogerla y ella levantó la mirada para verme por primera vez, que simplemente se cerró el trato.
Era ella… Era ella… Por fin estaba con ella…
En mi cabeza resonaban sólo dos palabras… Te amo, te amo, te amo…
-Qué me miras? Si me vas a matar hazlo de una vez, o también eres un bastardo sádico como tu amiguito y me quieres sacudir un rato para ablandarme? – Me dijo furiosa ofreciéndome su cuello pero sin soltar su pierna herida. Yo retrocedí horrorizado.
Algo estaba muy mal.
1.-Ella creía que la venía a matar. Es que no me vio defenderla? O acaso pensaba que luchábamos por una presa?
2.-Cómo se le ocurre ofrecerle su cuello a un vampiro? Especialmente cuando está cubierta de pequeños cortes sangrantes? Está loca?
Pero más importante…
3.-Por qué no me ama? Se dañó con los golpes? Mi Pareja está defectuosa? Me debería amar… Yo la amo… Qué pasa? Qué pasa? Qué mierda pasa?
-Yo… Yo no… - Balbuceé intimidado por la fiera mirada de ella, que apretaba los dientes para no llorar de dolor. Quería morir con dignidad y debí respetar eso.
-Mátame de una vez – Dijo claramente – O lárgate y déjame en paz. Va a venir mi novio y si te encuentra te va a patear el trasero – Amenazó.
Novio? En serio? Novio? Llevo trescientos años sin ella, treinta años esperándola conscientemente, y ella tiene un puto novio? Qué mierda! Esto tiene que ser culpa de Peter.
-Si sabes lo que soy sabrás que no hay nada que pueda hacer tu novio para dañarme – Le dije mientras me agachaba para recogerla. Novio o no, el lugar se estaba incendiando y no queríamos estar ahí cuando llegaran los bomberos.
-Suéltame! – Gritó empujándome. El cálido toque de sus manos se sintió como una caricia, pero me dolió, porque no lo era. Me estaba rechazando – Mi novio es uno de ustedes, él te va a matar – Afirmó totalmente segura de lo que decía. No me preocupó la amenaza, eran pocos los vampiros que realmente podían patearme el trasero en un mano a mano, y dudé seriamente que ella estuviera de novia con Félix Volturi.
-Quédate tranquila, te vas a hacer más daño – Gruñí - Ahora te vas conmigo. Ya no hay más novio, así es que olvídalo. A partir de este momento eres mía y se acabó – Le dije tremendamente frustrado.
-Estás loco? Qué eres? Un vampiro depravado? Juegas con tu comida? Me guardas para después? A dónde me llevas? Me vas a violar? Suéltame! – Chilló hasta que la metí delicadamente al asiento delantero del Jeep. Le puse el cinturón de seguridad y me subí a toda velocidad. Afortunadamente dentro de lo horrible que era que su pierna estuviera rota, al menos limitaba sus movimientos y no podía escapar.
-No estoy loco, me llamo Garrett, no soy un degenerado, nunca juego con mi comida, no te guardo para cuando me dé hambre, te llevo a mi casa y no te voy a violar – Dije contestando a todas sus preguntas lo más calmadamente que pude, poniendo el seguro infantil en las puertas y haciendo partir el motor – Te lo voy a explicar todo cuando estemos más seguros, pero por ahora vas a tener que confiar en mí – Le dije.
-Confiar en ti? En un vampiro de ojos rojos? Crees que soy idiota? Podrías tener más cuidado al tomar las curvas? Me duele la pierna! Por qué mejor no me dejas cerca del hospital? Yo me puedo arrastrar a urgencias sola… - Dijo. Oh dios! Dame paciencia! La conocía desde hacía menos de 10 minutos y ya estaba a punto de lanzarla del Jeep en movimiento.
-Sí, confiar en mí, el hombre que te salvó de ser torturada hasta la muerte… Te suena? – Pregunté sarcástico – No creo que seas idiota, pero no puedo asegurar nada hasta que me demuestres lo contrario – Uf! Con eso sí que se enojó, sus ojos se oscurecieron y parecieron fulminarme – Voy a manejar con más cuidado pero parte del camino hacia donde nos dirigimos es de ripio, así es que de antemano lo lamento. No te voy a dejar en el hospital porque no voy a perderte de vista hasta que sepamos realmente en qué tanto peligro te encuentras – Dije mirándola para que viera que hablaba en serio – Y con respecto al color de mis ojos, de qué otro color podrían ser? – Pregunté temiendo la respuesta.
Por favor no, por favor no, por favor no…
-Dorados – Respondió ella.
-Mierda! – Exclamé.
-Qué? No te gustan los vegetarianos? Te molesta que tengan conciencia? Que valoren la vida humana? – Insistió provocándome. Podía oler su miedo sobre su bravata, por lo que deduje que ella aún seguía buscando una muerte rápida.
-Ah, maldita sea! Suenas como esos imbéciles sectarios de Green Peace! "El valor de la vida humana…" – La imité – Ni siquiera los humanos respetan el valor de la vida humana! Yo me alimento de humanos, es mi dieta natural, pero también he dedicado mi vida a hacer de este país un lugar donde valga la pena vivir. Gracias a gente como yo es que no le rindes pleitesía a la reina de Inglaterra, tienes derecho a voto a pesar de ser mujer, la gente de color tiene igualdad de derechos frente a la ley, y tienes un montón de otros privilegios que das por sentados... – Dije y la miré brevemente. Me escuchaba atenta con los ojos muy abiertos - Pero qué hacen los vampiros abnegados de ojos dorados aparte de arrasar con la vida salvaje y alterar y hasta acabar ecosistemas completos? No se comen a la gente. Eso es todo. Ese es su mérito, y no lo hacen por generosidad, lo hacen por sí mismos, para acallar a su conciencia. Qué crees que sucede cuando matan a la mamá de Bambi? Ugh? - Pregunté retóricamente - Pasa que Bambi se muere. Cuando matan a una hembra todos los cachorros mueren de hambre o destrozados por los predadores. Habías pensado en eso? Tú crees que le levantan la falda a un oso pardo para saber si es niño o niña antes de comérselo? O que dejan de alimentarse cuando los cachorros son muy jóvenes e indefensos? Sé de primera fuente que no – Afirmé – Y por cierto, hay sólo uno de ellos que hace una real contribución a la sociedad, y ese es…
-Carlisle – Dijimos al mismo tiempo.
-Lo conoces? – Preguntó con los ojos muy abiertos y bajando un poco la guardia.
-Somos viejos amigos – Respondí sintiendo el desastre cernirse sobre nosotros.
-Entonces no me puedes raptar! – Dijo súbitamente contenta – Yo soy la novia de su hijo…
-Edward – Escupí. Podía ser que el destino se burlara de mí de una manera tan cruel? Que hacía sólo unos pocos días hubiera estado a un par de kilómetros de ella sin saberlo? Que ella fuera la humana que Edward estaba permanentemente al borde de drenar? Gruñí feral ante la idea. Ella se alejó lo que más pudo en el reducido espacio de la cabina del Jeep.
-Lo conoces? – Preguntó.
-Podría decirse – Le dije – Sé que cada minuto del día sueña con matarte – Me encogí de hombros tratando de sonar indolente.
-Mientes! – Exclamó - Edward. Me. Ama – Moduló ella, nuevamente furiosa.
-Seguro, quién no te amaría – Pregunté herido – Si eres encantadora!
-Al menos déjame llamarlo – Pidió ignorándome a mí y a mi resentimiento - Engañé a Jasper para escaparme, deben estar preocupados – Agregó después de un rato de silencio.
-Tú engañaste a Jasper – Afirmé incrédulo. O me mentía o Jasper realmente estaba totalmente fuera de forma, acabado.
-Y a Alice… - Agregó.
-Ugh! – Dije pensando en la situación. Tomé mi celular y llamé a Peter.
-Te tocó una fierecilla Gar – Contestó el teléfono.
-Cállate cabrón – Dije súbitamente cansado. Esperé 30 años… Por esto? Una mujer que me desprecia y que ama a uno de los vampiros que más desprecio yo? Y encima yo estaba atado a ella y ella no veía la hora de deshacerse de mí? No es así como me imaginé nuestro primer encuentro. Amor a primera vista. Eso es lo que esperaba. Como lo que me sucedió a mí, pero mutuo… – Pete, voy a mi casa, pueden pasar a una farmacia y comprar un botiquín y vendas, a lo mejor uno de esos botines de plástico que se usan ahora en vez de yeso? Y un set de muletas?
-Oh Gar! Está muy herida? – Preguntó Char, sonando preocupada.
-No como podría estar… Cortes pequeños por todo el cuerpo, un golpe en la cabeza y una pierna rota. Nada que no pueda sobrevivir – Le dije.
-Bien Gar, no te preocupes. Algo más que necesites? – Preguntó.
-Comida, supongo – Dije pensando en que obviamente en mi casa no tenía nada para satisfacer necesidades humanas. No estaba preparado – Quieres algo? Aparte de comida y cosas para curarte?
-No puedo creer que a pesar de ser un supuesto "amigo" de Carlisle me vas a raptar igual! Pero que bastardo! – Masculló.
-Hey! – Dijo Peter – Suena adorable – Se rió.
-Oh sí, es un verdadero ángel – Respondí – Vieras que dulce es su mirada, parece que en cualquier momento le brotan las alas – Char también se rió – Bueno, quieres algo más o no? – Pregunté dirigiéndome a "mi mujer" así, entre comillas.
-Artículos de aseo. Cepillo y pasta de dientes, un cepillo de pelo, champú, acondicionador, bodywash, papel higiénico, servilletas… - Enumeró con los dedos. Sus manitas aun sangraban de múltiples cortes, muchos de los cuales aún tenían vidrios incrustados – Me vas a tener secuestrada mucho tiempo? – Me preguntó mirándome fijamente a los ojos.
-Para siempre – Respondí. Peter al otro lado de la línea se retorcía de risa.
-Qué hijo de puta! – Murmuró ella – Bueno, si me vas a raptar por más de dos semanas cómprame tampones.
-Qué es eso? – Preguntamos Pete y yo al unísono. Ahora era Char la que más se reía.
-Tienes alguna idea de cómo funciona el sistema reproductivo femenino? – Preguntó.
-Mmmmmmh – Pensé en cómo responder a esa pregunta. Decirle que lo conocía muy bien por fuera sería poco delicado considerando que aún tenía una lejana esperanza de que una vez pasado el shock de lo vivido ella se diera cuenta de que me amaba y quisiera que conociera el suyo – Vagamente.
-Bueno… Eeeeh… - Dijo ella frunciendo el ceño como tratando de ordenar sus ideas – Imagino que sabes que el hombre debe fecundar un óvulo para que nazca un bebé. Cada mes el endometrio, dentro de nuestro útero, se prepara engrosándose para recibir y nutrir a un óvulo fecundado, y si eso no ocurre, el endometrio se desprende, lo que genera una hemorragia que dura como 5 días. A mí esos días me duele la panza y a veces la cabeza y me pongo de mal humor y quiero comer chocolates… Tus secuaces me podrían comprar también Snickers y Kisses y paracetamol e ibuprofeno? Ah, y sobre los tampones, son un tubo de algodón prensado que insertas en el canal de tu vagin… -Explicó ella tranquilamente.
-Suficiente! Suficiente! Mierda, mujer! No necesitamos tantos detalles! Oh que asco! – Dije sacudiendo la cabeza para borrar esas imágenes de mi mente. Agh! Tendría que tener cuidado con lo que le preguntaba, parece que no tenía miedo a decir la verdad. Del otro lado de la línea Peter y Char se morían de risa. Cada un par de carcajadas Peter decía "secuaces" y se reían de nuevo. Entonces Char decía "Se le desprende el endometrio" y volvían a reír – Peter concéntrate de una vez! – Exclamé - Ya escuchaste a la señorita. Necesita chocolates porque si no se pone de mal humor, y no queremos arriesgarnos a que eso suceda – Dije y comencé a reír yo también de lo absurdo de la situación. A mi mujer no le causó mucha gracia… Mientras nos reíamos ella se agachó y con cuidado se sacó una de sus zapatillas Converse, la de la pierna herida, y me dio un zapatazo en la cabeza.
Se me cortó la risa de golpe, demasiado aturdido para reaccionar. No sé cómo no nos ensartamos en un árbol.
-Qué fue eso? – Preguntó Peter – Te golpeó? Oh dios! Dime que te golpeó! Con qué te golpeó? – Preguntó.
-Se sacó un zapato y me lo azotó en la cabeza… - Dije mirándola admirado. Esa diminuta humana, rota y torturada me había dado con un zapato en la cabeza. A mí, su supuesto secuestrador, el asesino de ojo rojos… O era muy valiente o muy estúpida. Ojalá fuera valiente, porque no quería pasar el resto de mis días con una tarada.
-Oh dios! Y no estuve para verlo! – Se quejó Peter – Esa chica ya me gusta – Dijo.
-Gar, vamos a estar en tu casa en unas horas, está bien? – Dijo Charlotte.
-Sí Char, gracias, ah! Y trae unas pinzas – Dije y corté la llamada.
Me giré a ver a mi secuestrada y todavía me miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
-Eso no fue muy amable – Afirmé.
-Y secuestrarme y burlarte de mí si lo es? No es mi culpa que seas un asno y que en la prehistoria cuando tú naciste aún pensaran que los bebés los trae la cigüeña. Si te molesta mi sistema reproductivo me puedes matar o devolver – Dijo.
-Pffffffffffff! – Resoplé – A ver, vamos a empezar de nuevo. Me quieres decir tu nombre? – Le pedí lo más amablemente que pude.
-Bella – Respondió ella – Me llamo Isabella Swan, pero me dicen Bella.
-Bella… Me gusta – Dije honestamente. Bella McCallister… – Es un gusto, mi nombre es Garrett McCallister – Dije extendiéndole mi mano. Ella dudó un segundo pero la estrechó.
-Hola Garrett, ahora que somos mejores amigos y todo eso, me quieres decir para qué me salvaste y por qué me raptaste? – Preguntó ella seriamente. Era sarcástica, me gustaba. No me aburriría a su lado.
-A ver… Esto no creo que te lo hayan contado los Cullen porque ellos no lo conocen de primera mano… Lo vampiros tienen la posibilidad de disfrutar de algo imposible para los humanos. Lo que tú conoces como "almas gemelas", nosotros lo llamamos nuestra "Pareja", con mayúscula. Tu Pareja es una persona que se puede encontrar en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la historia.
Es muy raro para una Pareja encontrarse, porque las probabilidades son escasas, pero afortunadamente si un vampiro no conoce a su Pareja, puede llevar una vida común con relaciones amorosas normales, igual como un humano. Pero si una Pareja se encuentra… Es amor. Suena cursi, pero es amor absoluto y eterno. Son mitades de un todo.
Las Parejas no dejan de amarse jamás… Y créeme cuando te digo que jamás es un largo tiempo cuando eres un vampiro.
Yo he visto pocas Parejas en mi vida. Una de ellas son las que conforman mis amigos Peter y Charlotte…
-Tus secuaces – Dijo ella.
-Ok, mis "secuaces" – Concedí – Peter tiene un don, tú al conocer a los Cullen estás familiarizada con el concepto – Dije y ella asintió – Su don es de alguna manera similar al de Alice, pero mientras Alice ve un futuro cambiante, condicionado a las decisiones que se van tomando, Peter sabe cosas, verdades absolutas que no siempre sabe cómo interpretar.
Por ejemplo, Peter me dijo dónde encontrarte. Yo estaba en un bar en San Francisco y el me llamó para decirme que tú me necesitabas, y yo viajé 10 horas como un loco sin saber en qué parte de Phoenix te encontraría, hasta que al entrar a la ciudad Peter me mandó este mensaje – Dije y le mostré mi celular. Sus ojos se agrandaron al comprobar la hora del mensaje. Probablemente había sido enviado antes de que ella llegara al estudio de baile.
-Por qué tenías que ayudarme? Para ayudar a los Cullen? – Preguntó ella.
-No – Respondí – Los Cullen me importan un rábano. Te ayudé porque hace más de 30 años Peter me contactó para avisarme de tu llegada, dos semanas antes de que tus padres se conocieran.
-Por qué era importante "mi llegada"? – Susurró.
-No quieres adivinar? – Pregunté. Ella negó violentamente con la cabeza –Es importante porque tú eres mi Pareja – Dije lentamente – Peter me llamó el día que naciste, yo estaba en España, pero volví inmediatamente a Estados Unidos y no volví a salir del país y comencé a adaptar mi vida para ti.
-No… No es posible… Edward… - Murmuró.
-Edward nada – Dije respirando profundo y apretando el volante – Edward está loco de deseo por beber tu sangre… Supongo que es posible que tenga sentimientos por ti, no lo descarto, eso lo sabrá mejor Jasper, pero lo que lo atrae más que nada no eres tú, es lo que corre por tus venas.
-Cómo lo sabes? – Preguntó ella desafiante.
-Porque hace unos días, antes de ir a San Francisco estuve en Forks con Peter y Char visitando a Carlisle y Jasper. Jasper nos contó sobre Edward y su novia, y cómo se estaba volviendo loco con la sed de Edward. Todos concordamos en que era cosa de tiempo antes de que drenara a la chica, ya que se niega rotundamente a la posibilidad de convertirla – La miré atentamente – No fue sino hasta ahora que supe que la chica de la que hablaba Jasper era mi Pareja.
-No soy tu Pareja! Tú dijiste que es amor a primera vista, y yo no te amo! – Exclamó ella. Auch!
-Eso es algo que vamos a tener que analizar, y espero que Peter tenga algunas respuestas, después de todo él fue el gran profeta que anunció tu venida – Dije amargamente.
-Tú sí lo sientes? – Preguntó ella sonando un poco más amable. No respondí – Lo sientes? – Insistió.
-Lo siento desde hace años, y definitivamente lo sentí cuando te miré a los ojos por primera vez – Dije enfocándome en el camino.
-Pero no me conoces – Dijo ella – No sabes nada de mí…
-No necesito saber nada. Tengo la eternidad para aprender cada detalle, y el resto es instinto. Sé que eres mía y te amo y punto – Dije tratando de sonar definitivo.
-Pero qué hay de lo que siento yo? – Preguntó – Es que no te importa? – No respondí - Además soy menor de edad, devuélveme a mi casa!
-No – Respondí. No vi el punto en discutir nada, el resultado siempre sería el mismo. No cedería. Ella se quedaba conmigo. Fin.
-Garrett, no pareces un mal tipo, no podrías tratar de buscar en tu interior la decencia de no forzar a una mujer que no está dispuesta? – Trató de razonar apelando a mi caballerosidad.
-No te voy a forzar. Tú eres mía. Me vas a amar más que a nada, por tu voluntad, así es como funciona – Le dije frustrado.
-Pero es que esa es la cosa! No funciona! – Exclamó ella igualmente frustrada, levantando los brazos.
-Ya estamos por llegar a mi casa – Le dije – Y descansa tranquila, te prometo que no te voy a atacar sexualmente ni voy a tratar de beber tu sangre. Mi control, por si no te has dado cuenta, es excelente.
-Ok… Tu casa no se ve, estamos llegando al barranco – Dijo nerviosa – Nos vamos a caer…
-Mi casa no se distingue porque no es una casa normal, ya vas a ver – Dije orgulloso, estacionando frente a uno se los muros de piedra.
Rodeé el Jeep a velocidad humana y abrí la puerta del pasajero. Le desabroché el cinturón y la miré para confirmar que estaba bien que la tomara en mis brazos. Ella me estudió unos segundos con los ojos entrecerrados y finalmente asintió y estiró los brazos para rodear mi cuello, y yo la tomé con toda la delicadeza posible, cuidando no golpear su pierna con nada.
Ella apoyó su mejilla en mi clavícula y su coronilla quedó bajo mi mentón.
A pesar de que ella no quería saber nada de mí, y a pesar de mi dolor y decepción, yo me sentí más completo y a gusto de lo que había estado jamás. El olor de su cabello directamente bajo mi nariz me abrumó, el calor de su pequeño cuerpo contra el mío me desarmó. Respeté su coraje y me divertí con su sarcasmo.
La esperaría.
Tenía tiempo.
Ella se daría cuenta, tenía que darse cuenta.
Nos pertenecíamos.
oooOooo
La acomodé en un ancho banco de piedra construido en obra que estaba cubierto por gruesos cojines de espuma como colchón y regado de cojines cuadrados de muchos colores que Charlotte insistió que necesitaba para alegrar el lugar.
Luego me dirigí a encender el generador y prendí la luz y la calefacción.
-Hace frío, pero la casa se va a temperar en un rato, es la ventaja de que sea pequeña – Le dije casi tímidamente, acercándome a ella.
-Es increíble – Respondió mirando hacia arriba – Las estrellas se ven como si pudiera alcanzarlas simplemente estirando la mano…
-Esa es la idea – Le dije – Cuando Pete dijo que debía construir una casa nunca pensé en algo tradicional, porque no tengo necesidades humanas. Me interesaba más que fuera un lugar en armonía con la naturaleza, que se incorporara al paisaje y que la principal decoración no fueran cosas, sino el cielo y el acantilado. Por la mañana lo vas a ver, es maravilloso.
-De verdad la construiste tú? – Preguntó.
-La diseñé con Char y la construí con Peter – Dije sentándome en la banca como a un metro de ella, dándole su espacio.
-Garrett – Dijo ella haciendo una mueca – Mi pierna se siente muy mal, me duele, y tengo cortes por todos lados, me ayudarías?
-Por supuesto! – Exclamé – Lo siento, debí pensarlo antes, en qué te puedo ayudar?
-Bueno, ahora que hay luz y el refrigerador funciona, podrías hacer hielo para ponerme compresas? Y además me vendría bien una toalla húmeda para limpiar mis cortes, la sangre… Agh! Odio la sangre – Admitió.
-Y sales con un vampiro? – Pregunté sonriendo, llenando de agua las cubeteras para el hielo y sacando una toalla de manos de un cajón y mojándola un poco.
-Ironía, já, já – Dijo ella.
-Estos pantalones tienen algún profundo valor emocional o afectivo? – Pregunté acercándome con la toalla.
-No…? – Dijo ella sin saber qué me refería.
De un tirón rajé a lo largo la tela de la pierna herida hasta unos 15 centímetros por sobre la rodilla. Su pálida piel estaba inflamada, pero no se veía una fractura complicada. Tal vez yo no era médico, pero si he estado en suficientes batallas como para reconocer las heridas graves de las que no lo son.
-Hey! – Se quejó ella – Eso dolió, maldito idiota!
-No seas mal agradecida, dulzura, sólo te estoy ayudando – Dije acercando una silla y levantando su pierna con todo cuidado para depositarla en un cojín. Luego me senté a su lado y con un extremo de la toalla comencé a limpiar la sangre y suciedad de su rostro.
-Lo siento – Murmuró ella – He tenido un mal día, sabes?
-Así veo – Respondí – No te voy a poder limpiar todos los cortes de las manos porque varios aún tienen trocitos de vidrio. Tendremos que esperar a que lleguen mis secuaces con las pinzas.
-Está bien – Dijo – Creo que también tengo algunos cortes en la espalda y los codos. Ahí seguro que me incrusté vidrio.
-Lamento no haber llegado antes – Dije pasando suavemente la toalla por su cuello. Ella no tenía nada malo en el cuello, pero quería seguir tocándola.
-No es tu culpa, según me contaste viajaste lo más rápido que pudiste desde San Francisco, verdad? – Me preguntó.
-Sí, y Pete y Char vienen desde Monterrey… Ahora… Ellos van a demorar un rato en llegar, por qué no me cuentas un poco de ti y de cómo llegaste a esa academia de baile? – Le pedí.
-De verdad no sabes nada de mí? – Preguntó escéptica.
-De verdad, lo único que sabía es que naciste en Estados Unidos y tu edad. Pete no sabía nada más, o tal vez no me quiso decir – Respondí.
-Vale… supongo que no tenemos nada más que tiempo y no vale la pena tratar de escapar mientras esté oscuro y yo tenga una pierna rota… - Dijo y me molestó profundamente que sugiriera siquiera la posibilidad de escaparse de mí. Broma o no.
-No vas a escapar – Le dije – Eres mía.
-Demonios! Eres tozudo como una mula! – Respondió – Grrrrr! Maldición! – Dijo gruñendo y echando chispas por los ojos – Bueno, a ver... Mis padres se conocieron en el colegio, eso ya lo sabes – Comenzó. Yo asentí, ansioso – Mi mamá tenía grandes sueños, mi papá era un chico de pueblo. Eran muy diferentes, pero por alguna razón se enamoraron y antes de que terminara el último año de secundaria mamá quedó embarazada.
Pudo terminar de estudiar, pero vio todos sus sueños truncados. Papá en cambio estaba feliz, le ofreció matrimonio y ella por falta de mejores alternativas, aceptó. Él se puso a trabajar como cadete de la policía y ella se quedó en la casa conmigo.
Mamá lo intentó, pero era un desastre como dueña de casa, odiaba esa vida. No era su destino, sabes? Ella quería más.
Aguantó dos años hasta que un día Charlie regresó para encontrar la casa fría, sin comida en el horno, sin su esposa ni su hija y sin ropa en los cajones… Sólo había una nota de mamá escrita en el reverso del menú de despacho a domicilio de la comida china, explicándole que ya no aguantaba más, y que necesitaba sol y libertad y que no le quitaría sus derechos como padre, lo que eran sólo palabras, porque en la práctica le hizo casi imposible verme, ya que Renee se mudó al otro extremo del país.
-No volviste a ver a tu papá? – Pregunté intrigado con la manera en que contaba la historia, detallando hechos, sin juzgar a sus padres o involucrar sus emociones.
-Oh sí, lo veía un par de semanas al año. Al principio me llevaba a Forks, pero yo detestaba ese pueblo, así es que comenzamos a vernos en terreno neutral. A veces Florida, otras New Orleans… Viajábamos y nos volvíamos a conocer cada año… Hasta que Renee se volvió a casar. Phill, el nuevo esposo, viajaba por su trabajo y ella quería estar con él, acompañarlo, pero no podía porque se debía quedar en casa conmigo, que seguía en el colegio – Me miró para ver si la seguía. Yo asentí. Su voz era hipnótica, suave y un poquito ronca, lo que le daba interesantes inflexiones a lo que decía – Bueno, el caso es que soy lo suficientemente perceptiva para darme cuenta de que tres son multitud, así es que llamé a Charlie y le pregunté si tenía algún problema con que me fuera a vivir con él. Él se puso feliz, aunque no es muy demostrativo, y cuando le dije a mamá ella se negó al principio pero también vi que estaba aliviada… Así es que me fui a Forks! – Dijo.
-Pero acabas de decir que lo odiabas – Apunté.
-Pero odiaría más que mi mamá fuera infeliz por mi culpa – Respondió encogiendo los hombros, nuevamente constatando hechos – Luego, en el primer día de clases vi a los Cullen por primera vez y más tarde me senté junto a Edward en biología, porque era el único asiento desocupado. Primero él hizo todo lo posible por alejarse de mí, pero no le resultó y comenzó a vigilar mi sueño y con el tiempo él y yo nos hicimos novios…
-Vigilar tu sueño? – Pregunté. Qué mierda era eso?
-Entraba a mi habitación para verme dormir – Dijo ella.
-Sin tu permiso? – Pregunté shockeado. Cómo permitía Carlisle una cosa así?
-Eh… Sí… - Respondió incómoda.
-Cuantas veces? – Insistí.
-Todos los días... Durante un par de meses, tal vez? – Dijo ella, insegura.
Mierda! Eddy era un psicópata…
-Tú te das cuenta de que eso no es normal, verdad? - Le pregunté.
-En su momento pensé que era romántico... - Dijo con un hilo de voz, como recién dándose cuenta de lo enfermizo que sonaba el "romanticismo" de Edward. Y me trataba a mí de depravado...
-Cuanto tiempo llevan juntos? – Pregunté atragantándome con las palabras. Quería pero no quería saber.
-No mucho – Respondió ella rápidamente.
-Cuánto es "no mucho"? – Presioné – Seis meses?
-No – Respondió sin mirarme.
-Tres meses? – Pregunté más aliviado.
-Déjalo, está bien? No importa! – Exclamó.
-Un mes? – Insistí sonriendo.
-Dos semanas, vale? – Dijo ella.
-Dos semanas… - Repetí – Eso considerando hasta hoy?
-Considerando mañana – Murmuró.
-Aaaah! Isabella, entonces no me vengas con que estás tan enamorada de Edward! Apenas lo conoces más que a mí! – Exclamé levantando los brazos, totalmente aliviado.
-A Edward lo conozco desde hace más tiempo, es sólo que hace dos semanas fue nuestro primer beso – Dijo ella. La forma en que formó la frase me produjo una duda.
-Cuando dices "primer beso" te refieres al primer beso entre ustedes o al primero que te han dado?
-Nuevamente, eso no te incumbe – Dijo ella enrojeciendo.
-Fue tu primer beso – Afirmé extrañamente complacido.
-Y qué, estás celoso? – Levantó el mentón desafiante.
-Dulzura, si me preguntas si me gusta que Eddy te bese, mi respuesta es "por supuesto que no", pero cómo podría enojarme? Sabes cuantos años tengo? – Ella negó con la cabeza – Tengo 254 años. Esos son 237 años de experiencias que tú no has vivido. No me importa lo que hayas hecho con Eddy, que por lo cierto, si lo conozco como creo que lo conozco, no creo que haya sido mucho… No me importa porque lo que vale es lo que pasa desde hoy en adelante – Le expliqué. Sería un imbécil por enojarme si ella ni sabía de mi existencia.
Ella me estudió por unos momentos - Qué has hecho en esos 237 años que me llevas de ventaja? – Preguntó por fin.
-De todo – Respondí – Soy un nómade, vivo buscando nuevas cosas que ver, nuevas cosas que hacer, cosas que aprender, me interesa mucho la política y suelo involucrarme en muchas peleas cuesta arriba, tu sabes, luchar por los que no pueden o por lo que Peter califica como causas perdidas… Me gusta desafiar la autoridad, remecer el sistema… Tengo amigos por todo el mundo, he estudiado un poco de todo, aunque no he terminado nada, porque significaría asentarme en un lugar por mucho tiempo… - Le dije con entusiasmo.
-Qué has estudiado? – Preguntó tratando de sonar indiferente, pero se notaba su curiosidad.
-Bueno, partí siendo aprendiz de varios oficios… Como humano fui aprendiz de herrero y después fui soldado en la Guerra de Independencia, después me convirtieron y me dediqué a ser sólo un vampiro por un buen tiempo, hasta que tuve el control y las ganas de hacer otras cosas. Aprendí carpintería para mejorar mi motricidad fina, trabajé en ferrocarriles para viajar más cómodamente, trabajé como telégrafo, peleé en la Guerra Civil, luego trabajé en una imprenta, viajé por el mundo, regresé a Estados Unidos, trabajé en metalurgia, volví a Europa y me comí a un montón de nazis, regresé nuevamente y estudié un poco de sociología, ciencias políticas, derecho, sicología, historia del arte… Pero sólo uno o dos semestres máximo cada carrera… Lo último que he hecho ha sido tomar algunos diplomados cortos en distintas universidades del país sobre políticas medioambientales, como "Derecho Ambiental (europeo, estatal y autonómico)", "Elaboración de Evaluación de Impacto Ambiental (E.I.A.)", "Implantación de Sistemas de Responsabilidad Social Corporativa", y "Control y Tratamiento de Suelos Contaminados". Simplemente elijo un tema que me interese y aprendo tanto como me sea posible antes de aburrirme y pasar a otra cosa - Resumí.
-Wow, has hecho un montón de cosas – Dijo impresionada.
-Soy inquieto – Dije simplemente – Me gusta sacarle provecho a la vida, aprender mucho, vivir al límite, dejar mi huella, crear un impacto.
-Es bastante distinto de lo que hacen los Cullen – Murmuró.
-Es lo que le dije a Jasper… Está derrochando su vida en ser infeliz, cuando está en sus manos cambiar las cosas – Le dije.
-Pero él… Su futuro… Él está con Alice – Dijo Bella, claramente confundida – Alice es su destino, ella y los Cullen…
-Quién dice? – Le pregunté.
-Alice…
-Exacto. Esa enana maldita tomó posesión de Jasper y lo trata como a su mascota… A una mascota idiota, más encima. El futuro no está escrito, todo se basa en las decisiones que se van tomando, por lo tanto cambia constantemente. Jasper llegó a Alice en un momento de debilidad. Estaba deprimido y vulnerable y ella le prometió todo lo que él añoraba. Pero incluso después de todos estos años no es feliz… Lo has visto reír alguna vez? – Pregunté. Ella negó tristemente con la cabeza.
-No me dejan interactuar con Jasper. No podemos estar en la misma habitación a solas, no podemos hablar… Dicen que es peligroso para mí… - Confesó.
-Es peligroso – Afirmé – Es peligroso porque Jas siente la sed de Edward, y se suma a la propia. A Jasper no le llama la atención tu sangre más que la de cualquier otro humano, y ya ves que lo dejan ir al colegio sin problemas… Es Edward el del problema – Concluí.
Ella se quedó callada, sumida en sus pensamientos. Era bastante información que asimilar, así es que la dejé en paz. Además, obviamente estaba con mucho dolor en su pierna, así es que no era el momento de inquietarla aún más.
-Tienes una manta? – Preguntó de pronto abrazándose sí misma. Yo asentí y fui a buscar una al armario, la extendí y la cubrí con ella.
-Trata de descansar un poco. No te puedes recostar por los vidrios en tu espalda, pero a lo mejor si te recuestas de lado… - Le sugerí.
-Es verdad, estoy cansada – Admitió – Pero mover la pierna me resultaría muy doloroso… Tienes una radio o algo de música? – Preguntó.
-Bueno, radio no, porque aquí no alcanzamos ninguna señal nítidamente, pero tengo mi viejo tocadiscos, si te interesa… - Ofrecí incierto. Ella vivía en la era digital del sonido remasterizado y las bandas de estudio. Yo le ofrecía música de artistas que probablemente ni conocía en un formato que nunca había utilizado… Nuevamente, no había estado preparado para ella.
-De verdad? – Preguntó inclinándose hacia adelante – Me encantan los vinilos! Es la única música que escucha mi papá…
-En serio? Qué música te gusta? – Dije sorprendido, caminando hacia el gabinete que contenía mis discos.
-Mi papá me regaló 3 discos de Oasis cuando cumplí 15 años: "Definitely Maybe","(What's The Story) Morning Glory?" "Be Here Now" – Respondió – Mi favorito fue "(What's The Story) Morning Glory?", los Gallager a pesar de ser insoportables como personas son excelentes músicos… Me gusta casi todo lo que tocan.
-Ingleses… - Escupí asqueado.
-Y yo me compré "Parklife" de Blur por $2 dólares hace como un año en una feria de las pulgas a la que fui con Renee cuando acompañamos a Phill a Tucson – Agregó orgullosa de su hallazgo – Y compré "Dark Side of the Moon" de Pink Floyd en perfecto estado por $15… Pero después me dio cargo de conciencia y regresé al puesto de los discos y pagué $10 dólares más. No me los querían recibir, pero insistí. Dejé el billete en el mesón y me fui corriendo… No sé por qué te cuento eso – Murmuró ella sonrojándose. Mi mujer era preciosa, pero el rubor la volvía irreal, tan joven, fresca e inocente… Pero eso no borraba un grave defecto que estaba apareciendo ante mis ojos…
-O sea que te gusta sólo la música de los malditos ingleses – Dije profundamente decepcionado.
-No, no dije eso, pero tienes que reconocer que Inglaterra tiene excelentes músicos. Algunos de mis mejores discos son de artistas británicos... Tengo también el de los Beatles "Live At The BBC"… No me puedes decir que no te gustan los Beatles, son una de las mejores bandas que han existido! – Exclamó.
-Los detesto – Respondí.
-Agh! Estás siendo testarudo porque sí! Qué hay de los Rolling Stones? "Some Girls" es buenísimo! – Insistió.
-Mick Jagger es un imbécil pretencioso – Refuté.
-Bueno, no sería el único – Respondió molesta y fulminándome con la mirada – Y además me encanta Radiohead y tengo el disco "The Bends".
-Ah mujer, no hay nada americano o al menos no británico que te guste? – Pregunté frustrado. Mi Pareja no podía ser una de esas groupies de los ingleses, verdad? De esas a las que se les mojan las bragas sólo con su acento? No, no podía ser…
-Tengo "Songs of Leonard Cohen" de Leonard Cohen… Él es canadiense, odias también a los canadienses? – Preguntó.
-No, nunca he luchado contra los canadienses – Gruñí.
-Que malas pulgas eres, los cantantes ingleses de hoy no tienen nada que ver con los soldados con los que luchaste. Es injusto que tengas ese prejuicio, y de paso te estás perdiendo un montón de cosas buenas e interesantes que producen los ingleses… - Argumentó.
-Algo estadounidense? – Insistí.
-Mmmmmh… No tengo muchos vinilos propios, sólo los que me ha regalado Charlie y los que me han parecido notables e imperdibles y compré con mi dinero… - Dijo – Tengo el "MTV Unplugged In New York" de Nirvana, a mi gusto uno de los mejores Unplugged producidos antes de que dejaran de ser conciertos verdaderamente acústicos. También tengo "Blonde on Blonde" de Bob Dylan, él me encanta, especialmente cuando canta con Joan Baez. En ese disco está la versión de 11 minutos de la canción "Sad Eyed Lady of the Lowlands"... Te gusta Bob Dylan? – Preguntó expectante.
-Sí, me gusta Bob Dylan… Lo conocí brevemente en el año ´70, era un buen tipo, un poco tímido, pero excelente compositor – Le dije y su sonrisa fue deslumbrante. Por fin encontrábamos terreno común.
-Cuál es tu disco favorito? – Preguntó.
-Bueno, aunque sea un poco cliché, la verdad es que me gusta escuchar jazz cuando veo las estrellas desde la cama, específicamente, el disco "Kind of Blue" de Miles Davis... Es lejos el mejor disco de jazz de todos los tiempos. En ese disco participaron John Coltrane, Julian "Cannonball" Adderley, Bill Evans, Wynton Kelly, Paul Chambers, Jimmy Cobb, y obviamente Davis, y gran parte de la música fueron improvisaciones... Excelente – Sonreí – Esa música no se escucha, se siente.
-Me gustaría escuchar ese disco, por supuesto que me suena el nombre de Miles Davis, pero no sabría reconocer su música. Él era trompetista verdad? – Preguntó y yo asentí. Me giré para sacar el vinilo del gabinete y preparar el tocadiscos.
-Algún otro disco no británico que te guste? – Pregunté.
-Te digo siempre y cuando me des la oportunidad de mostrarte algo de música británica. Si no te cerraras tanto podrías apreciar que los artistas no tienen nada que ver con las colonias establecidas en América, y por lo tanto deberías enfrentarte a su música sin prejuicios – Dijo Bella.
-Y si no quiero? – Pregunté desafiante.
-Me confirmas que eres un asno discriminador, que no hay manera en el infierno de que nosotros seamos nada y no te vuelvo a dirigir la palabra – Dijo frunciendo el ceño y arriscando su pequeña nariz.
-Tú, dulzura, deberías tenerme más respeto, soy un vampiro de ojos rojos y estás herida y a mi merced – Le dije poniendo el disco.
-Pfffffff! – Dijo sacudiendo la mano como quitándole importancia a lo que le decía - Llevo horas a tu lado cubierta de sangre en espacios cerrados. Si quisieras almorzarme ya lo habrías hecho. Además, parece que de verdad te crees ese asunto de las "parejas", así es que hasta que no te des cuenta de que eso no es real, no me vas a matar – Afirmó completamente tranquila.
Sacudiendo la cabeza, puse la aguja en el disco y los bellos sonidos del jazz llenaron la habitación. Los dos nos quedamos en silencio y yo me senté en el suelo, con la espalda apoyada en la banca, junto a su pierna sana.
Pasó una media hora hasta que ella suspiró.
-Tienes razón, el disco es excelente, y está hecho para ser escuchado en vinilo… - Dijo con voz soñadora.
-Si tú quieres… Quizás… Eeeeeh... No me haría daño escuchar cosas nuevas – Dije despacio y muy a mi pesar. No estaba acostumbrado a hacer concesiones porque estaba acostumbrado a estar solo.
Ella estiró apenas la mano y enredó sus dedos en mi desordenado cabello, dándome algo que se sentía como un dulce regaño o una caricia brusca. Yo cerré los ojos y disfruté de lo que quisiera darme.
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Espero que les guste cómo va la cosa y de qué trata realmente esta historia. Gracias por sus favs, sus comentarios y su apoyo en general, espero que continúen así.
Abrazos.



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