lunes, 2 de mayo de 2016

En Silencio 10

Creo que este les gustará… Ojalá así sea y me hagan feliz con sus comentarios.
Un abrazo.
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Este fic participa del Reto Anual "Te proponemos un longfic" del foro "Sol de Medianoche"
Disclaimer: Nada relacionado con la Saga Twilight me pertenece.
N° de Palabras: 4.192
Palabras Usadas: -
Emoción Usada: Ira
Imagen Elegida: Manada Quileute.
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Antes:
-Qué estás pensando? – Preguntó después de un rato.
-En que te quiero – Dije y se me quebró la voz – Y haría cualquier cosa por verte feliz…
-Y entonces por qué estás tan triste? – Dijo levantando mi barbilla para mirarme a los ojos.
-Porque si tu bienestar significa que debo alejarme de ti, lo voy a hacer – Dije mientras rodaba una lágrima por mi mejilla.

Capítulo 10
There was a time when I would have believed them
If they told me you could not come true
Just love's illusion
But then you found me and everything changed
And I believe in something again
My whole heart
Will be yours forever
This is a beautiful start
To a lifelong love letter
Tell the world that we finally got it all right
I choose you
I will become yours and you will become mine
I choose you
I Choose You / Sara Bareilles
Bella POV
Embry apretó los dientes y desvió la mirada. Sus brazos cayeron laxos como si fuera un robot que se quedó sin baterías, o una marioneta a la que le cortaron los hilos.
-Embry – Lo llamé con un hilo de voz. No respondió ni se dio por aludido – Embry! – Me moví para mirarlo a la cara, y cuando mi rostro estuvo a centímetros del suyo él enfocó su penetrante mirada en mí y pude ver como una única lágrima se deslizaba por su mejilla, evaporándose antes de caer en la almohada.

Me estudió con los ojos brillantes y la expresión más desgarradora que he visto, pero siguió sin decir nada.
-Embry háblame! – Dije a esas alturas llorando. Verlo así me rompía el corazón, pero no sabía qué hacer. Yo quería lo mejor para él, pero lamentablemente no estaba segura de tener los medios para defenderlo de las consecuencias de nuestra relación.
Él siguió empeñado en su mutismo.
-Embry escúchame – Dije tomando una de sus manos en las dos mías. Cuando estuve segura de tener su atención, continué – Lo que está pasando entre nosotros me hace muy feliz… Nunca me he sentido así con nadie, nunca he tenido una relación en la que me sintiera tan libre como ahora… - Traté de explicar lo que ni yo entendía del todo - Estoy contigo porque yo lo decidí, porque te quiero, y te admiro y te deseo… Todo a la vez… - Suspiré – Esa es una combinación difícil de lograr…
Su rostro se relajó un poco. Las lágrimas sin derramar seguían ahí pero al menos su mandíbula se aflojó fraccionalmente.
-Pero Embry, aunque estoy dispuesta a pelear por ti hay ciertas cosas que no dependen de mí, y si como tú dices Jacob te puede dar órdenes que tú no puedes rehusar, yo no sé cómo puedo defenderte de eso… A mí nadie me puede tocar, yo no tengo nada que perder, pero tú sí, y me aterran las consecuencias, me entiendes? – Dije acariciando su mejilla.
Él asintió.
-Por favor, dime algo… - Le rogué tratando de controlar mi boca para no hacer un ridículo puchero.
Pasaron unos tensos segundos de silencio hasta que él dijo
-Te amo.
Su respuesta a todas las preguntas difíciles, esas palabras que lo resolvían y complicaban todo a la vez.
-Pero qué hay de Jacob y La Tribu, y…? – Pregunté de inmediato.
-Te amo – Repitió.
-Em, hablo en serio – Dije sin poder evitar una sonrisa. Él había logrado evaporar la tensión, así de simple.
-Te amo – Dijo encogiéndose de hombros.
-Sabes decir otra cosa? – Pregunté sonriendo de oreja a oreja, aún acariciando su pómulo con mi pulgar.
Él negó con la cabeza.
-Bueno, supongo que si sólo puedes decir tres palabras y nada más, “Bella te amo” son lo mejor que voy a conseguir – Dije acercándome a su rostro y enredando mis dedos en su cabello. Con mucha delicadeza rocé mis labios con los suyos y murmuré con renovada decisión
-Sabes qué? Tú eres mío y nadie se va a robar lo que me pertenece. Si le tengo que disparar a Jacob Black con la escopeta de Charlie lo voy a hacer, seguro que si le doy en una pierna no va a tener demasiadas consecuencias y en unos días va a sanar, pero lo va a pensar dos veces antes de venir a meterse en nuestros asuntos… - Lo besé de nuevo, pero esta vez él tomó el control y me abrazó pegándome a su cuerpo, nos giró para quedar sobre mí, y fundimos nuestras bocas en un beso abrasador.
Hice un vago sonido de aprobación y me dejé llevar.
oooOooo
-No Em, no quiero almorzar cereales! – Reclamé manoteando mientras él sacudía la enorme caja a centímetros de mi nariz. Él ya se había terminado los “Fruit Brute” y estaba comenzando con los “Conde Chócula”.
-Sé hacer huevos duros – Ofreció tímidamente, como si no comprendiera que hay comidas distintas para distintas horas del día – Me quedan bien si me acuerdo de sacarlos del fuego antes de que se les acabe el agua…
-Oh Embry! Qué voy a hacer contigo? – Suspiré abrazándolo con más fuerza, tapada con el cobertor hasta más arriba de la nariz, y sintiéndome tan maltratada por los síntomas de mi resfrío, que seguro convergerían en una larga siesta.
-Quererme? – Preguntó casi inaudiblemente.
- Sí, eso es exactamente lo que voy a hacer, pero antes necesito sustento, comida de verdad, porque amarte gasta muchas calorías, así es que anda al freezer de la cocina de Charlie, el horizontal, no el del refrigerador, y saca unas cuantas cenas congeladas de las que le preparo a mi papá para que no muera de hambre si yo no estoy. Creo que hay hasta sopa de pollo, todo está marcado claramente con etiquetas en la tapa de los contenedores de aluminio.
-Así de fácil? – Preguntó.
-Claro, siempre que sobra comida guardo las sobras para cuando Charlie esté solo o para que se lleve a La Estación si trabaja tarde – Dije encogiendo los hombros.
-Siempre estás cuidando de todos a tu alrededor – Murmuró poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja – Yo quiero cuidar de ti… Todavía no sé cómo, pero me voy a convertir el hombre que te mereces… - Dijo más para sí mismo que para mí.
-Ya lo eres – Sonreí – Te quiero tal cual…
-Soy prácticamente un indigente sin familia – Dijo como retándome a contradecirlo. Como si no supiera contra quién se enfrentaba.
-Tienes casa y un trabajo digno, así es que no eres un indigente – Dije entrecerrando los ojos – Y con respecto a lo de la familia, si tienes, sólo que a la mitad no la conocemos y la otra mitad no nos gusta. Ahora deja de quejarte y anda a buscar comida para alimentar a tu mujer – Dije tratando de pellizcarle una nalga.
Ejercicio inútil, por supuesto, ya que en las nalgas igual que en los brazos, tampoco tenía grasa que pellizcar.
Em se rio, me dio un baboso chupetón en la mejilla que me hizo chillar tratando de escapar, y luego se fue a buscar nuestra comida.
Yo en el intertanto bebí de mi tazón de limonada con miel, y cuando Embry llegó con los brazos cargados de pequeñas bandejas de aluminio, le fui dando las instrucciones para calentarlas en los hornos.
Para cuando terminó de “cocinar” teníamos un enorme banquete desplegado ante nosotros. Embry lo puso todo en la mesa de centro y yo me arrastré patéticamente hasta el sofá cubriéndome con la manta y tomando el control remoto.
-Quieres ver algo en especial? – Pregunté mientras él traía platos y cubiertos.
-Lo que quieras – Dijo encogiendo los hombros.
-“The Bachelor”? – Pregunté.
-Qué es eso? – Preguntó.
-Un grupo de zorras viven en la misma casa y salen en citas súper elaboradas con el mismo hombre guapo y rico, a veces se acuestan con él, y todas las semanas el tipo echa del show a las zorras que le gustan menos, hasta que al final quedan sólo dos y él tiene que elegir con cual se va a casar – Resumí.
-Por qué esas mujeres se expondrían de esa forma? – Preguntó Embry con toda la inocencia del mundo, con su mente limpia de la bajeza de la tele basura a la que estoy tan acostumbrada que soy casi insensible, y ya nada me extraña – Y por qué él se querría casar con una zorra si sabe que sólo lo quieren por su dinero?
-Eres adorable – Dije besando su mejilla – Las zorras lo hacen porque el tipo es guapo y rico, y el soltero no lo sé, probablemente por ego, porque le gusta ver a las zorras que lucen como modelos de “Victoria Secret” peleándose por él – Sonreí entusiasmada – Una vez, en una temporada de uno de estos shows…
-Hay más de uno!? – Exclamó/preguntó Embry.
-Seguro, hay varias versiones en distintos canales y distintos países. Bueno, como te decía, en el último capítulo, después de la elección de la zorra ganadora, se reveló que el tipo era en realidad un atractivo obrero de la construcción, no un millonario. La chica casi se murió!
Embry soltó una carcajada. Una legítima carcajada!
-De verdad dan esas cosas en la tele? – Preguntó incrédulo.
-Claro, y también tenemos que ver “The Biggest Looser” (*El mayor perdedor), que se trata de un grupo de obesos mórbidos que quieren bajar de peso, y en el show los obligan a ejercitarse y a no comer porquerías. Al gordo que pierde menos peso lo echan… Deberías ver como lloran porque extrañan comerse un pastelillo o beber un milk shake! – Me reí. Era chistoso.
-No puedo creer que eso sea real - Dijo moviendo la cabeza y comenzando a atacar su segunda porción de lasaña – Entiendo lo de las zorras que quieren un marido millonario, pero qué obtienen un grupo de gordos humillándose ante 350 millones de personas?
-Ser famosos – Me encogí de hombros – Y les dan algo de dinero a los ganadores, no recuerdo cuánto, pero no demasiado… En todo caso no duran flacos mucho tiempo, porque en cuanto salen del ambiente controlado del show se dedican a comer todo lo que no comieron en el tiempo que estuvieron encerrados, así es que al final quedan peor…
-Increíble… - Comentó para sí – Te había dicho que amo tu lasaña…? - Preguntó cambiando de tema.
oooOooo
-Hola Bells? – Saludó Jacob en cuanto contesté mi celular.
-Mmmmmmh… - Gruñí despertando de malas, y Embry se amoldó aún más a mi espalda, cubriendo con sus manos todo mi estómago.
-Estás bien? – Preguntó.
-Mmmmmmh… Resfriada – Murmuré – Me duelen un montón de cosas a la vez. Tú qué cuentas?
-Quería ir a visitarte, pero si te sientes tan mal… - Dijo obviamente esperando que le dijera que no era nada, y que viniera de todas formas.
Y perder tiempo que puedo pasar en la cama de mi novio? No gracias, señor Alpha.
-No mal, pésimo, me siento como si me hubiera arrollado un camión… – Dije honestamente.
-Bueno, si quieres podemos hablar en otro momento… - Dijo a contrapelo.
-No, dime qué es lo que sucede – Dije sin mucha paciencia. Quería volver a dormir y Embry había decidido que ese era un buen momento para besar y olisquear mi cuello.
-Son varias cosas – Dijo sonando un poco abrumado – Es todo este asunto de Embry y su madre – Embry dejó lo que estaba haciendo y prestó atención – Y todo eso de que Embry esté en tu casa, lo que es totalmente irregular, y luego está la imprimación de Leah y el haber tenido que involucrar al hermano de Carl…El viejo Quil está furioso por todo, ya sabes como ama las oportunidades de decirle a los demás lo mal que hacen las cosas, y el Concejo no deja de pedirme explicaciones… A veces pienso que nunca debí ascender a Alpha, Sam estaba haciendo un buen trabajo, y si no fuera porque mi papá insistió tanto…
-Respira Jake – Le dije respirando sonoramente para que acompasara su respiración a la mía – Vamos de a poco, qué pasa con la madre de Quil? – Pregunté sabiendo que era lo que más le interesaba a mi novio.
-Tú ya la has visto Bells, ella está obsesionada y no va a descansar hasta probar que tiene la razón, no va a parar hasta que se descubra dónde guarda Embry sus drogas… Billy habló con ella en privado y de manera no oficial para pedirle que no vuelva a involucrar a la policía de los blancos en problemas tribales, pero ella no respondió muy bien a sus sugerencias…
-Qué le dijo? – Pregunté preocupada.
-En palabras bastante menos delicadas que las mías, que se metiera en sus propios asuntos y se metiera sus consejos por el culo – Dijo Jake tratando de mantenerse serio.
-Uuuuuuuh! – Me reí. Pero luego sentí el cuerpo de Embry languidecer y al girarme a verlo pude leer su desazón.
-Sí, uuuuuuh, pero resulta que con todos sus escándalos no sabe lo cerca que está del destierro, si sigue poniendo en peligro los secretos de La Tribu no va a importar si es la madre de uno de Los Protectores, la van a mandar de vuelta por donde vino, de regreso a la Tribu Macah.
-Bueno, eso es una cosa seria, lo entiendo, pero son Los Mayores los que tienen que organizarse para hablarle y hacer valer la ley tribal, no tú, porque a ti no te respeta, para todos los efectos eres un narcotraficante igual o peor que su hijo... Ahora dime, qué pasa con que Embry esté en mi casa? – Pregunté tratando de mantener un tono neutral.
-No me gusta – Dijo simplemente.
-No tiene por qué gustarte o disgustarte, de hecho no debería importarte – Le dije sencillamente – Dime, cual es tu problema?
-Bella, tú sabes lo que siento por ti… - Dijo incómodo.
-Sí, lo hemos hablado un millón de veces, y tú también sabes lo que siento por ti – Respondí tratando de sonar paciente al repetir el mismo discurso de siempre – Jake, ya nos dimos una oportunidad y no funcionó…
-Yo te voy a esperar el tiempo que sea necesario Bells, tú lo sabes, no te estoy presionando, pero…
-Pero qué? – Pregunté cuando dudó y se quedó callado
-Es que no se ve bien que la futura esposa del Alpa y Jefe de La Tribu conviva con un miembro de La Manada, especialmente alguien que está tan desacreditado, aunque sea sólo como amigos… Tú sabes que la gente está predispuesta para hablar mal de Embry y su madre y a imaginarse lo peor… - Me explicó, claramente sintiéndose culpable por las barbaridades que estaba diciendo.
-Qué??? – Chillé furiosa, sentándome en la cama y luego saltando al piso para comenzar a pasearme para diluir mi furia asesina. De hacer sido un lobo, ya me habría transformado – Jacob Black, en primer lugar no hay nada que esperar, que te quede claro de una buena vez que NUNCA voy a volver contigo. Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca! – Golpeé el auricular del teléfono contra el velador con cada “nunca” para enfatizar mis palabras - Por lo mismo jamás voy a ser tu esposa, así es que es cosa mía con quien comparto mi casa, mi tiempo o mi cama. Si quiero, esta misma noche me puedo ir a Port Ángeles a ver cuántos borrachos encuentro que me quieran coger sobre la mesa de pool del bar más asqueroso que pueda hallar, y tú no vas a tener nada que opinar, porque no tienes derecho, porque lo perdiste cuando terminamos, así es que no te atrevas a tratar de controlarme!  - Exclamé casi jadeante - Y mucho menos te atrevas a hablar mal de Embry! – Agregué.
-Bella… - Dijo descolocado por mi arranque.
-A Embry lo vas a dejar en paz Jacob Black – Dije cambiando mi tono de la ira a una a una escalofriantemente calma - Porque a menos que tú le puedas  ofrecer en La Push una mejor vida que la que tiene a mi lado, él se queda conmigo, entendiste? Por años tú y yo vimos lo que le tocaba vivir y fuimos unos cobardes y no hicimos nada, así es que ahora que las cosas por fin se están dando para él, te exijo que si no vas ayudar al menos no estorbes o te juro por Taha Aki que vas a tener problemas bastante más serios que la señora Call chillando acusaciones falsas o el cuñado de Leah enterándose del secreto de La Tribu. Estamos claros?
-Bella… - Dijo más suavemente, probablemente tratando de razonar.
-Dije estamos claros? – Pregunté entre dientes apretados.
-Sí – Musitó descolocado.
-Eso espero Jacob Black, porque hasta ahora no me has visto enojada, y no creo que te guste… Ahora te corto, me voy a descansar, porque me siento como la mierda! – Colgué y lancé mi celular a la cama, donde rebotó y cayó al suelo.
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! Me moría de rabia! Si tan sólo tuviera la escopeta de Charlie iría a La Reserva…
Y entonces un par de fuertes brazos me rodearon, inmovilizándome. Me debatí tratando de soltarme, pero no cedieron.
-Nunca te había visto hablarle a nadie de esa manera, nunca te vi tan enojada – Murmuró desde mi espalda, en mi oído.
Dejé de luchar.
-No iba a permitir que hablara mierda de ti o que pretendan seguir dictando lo que pasa con tu vida. Te hablaba en serio cuando te dije que soy capaz de darle un balazo a tu Alpha si intenta llevarte contra tu voluntad… Tal vez no para matarlo, pero si agujerearlo, a él y a cualquiera que se te acerque.
-Nunca nadie me había defendido así… - Dijo muy bajito, y yo me giré en sus brazos para enfrentarlo – Jacob y Quil a veces intervenían en mis riñas peleando de mi lado, pero nunca con esa convicción, nunca declarándome fuera de los límites.
-Mientras tú me quieras y yo te quiera a ti no voy a permitir que nada se interponga entre nosotros. Anteriormente en mi vida he sido débil, dócil e insegura, y eso no me llevó a ninguna parte… Es más, tal vez… - Fruncí el ceño - No sé, no has pensado en vivir en otra parte? – Pregunté haciendo planes mientras hablaba.
-No desde la transformación… - Respondió – Después de eso sólo asumí que estaba condenado a ser un lobo en La Push y nada más…
-Sé que es una locura, y que es ridículamente pronto para proponerte una cosa así, pero en realidad tú y yo nos conocemos desde hace más de 20 años… - Comencé.
-Todo es una locura contigo… – Dijo él acariciando mi rostro, instándome a continuar.
-Em, creo que nos haría bien irnos por una temporada, a algún lugar con una buena escena artística, donde yo pueda tomar algún curso de especialización o algo… No sé, desconectarnos de la mierda mística de Forks y concentrarnos en nosotros dos… Te irías a probar suerte conmigo? – Pregunté titubeante, preparada para una larga perorata enumerando todas las razones por las que era una mala idea, irresponsable e impulsiva, y desde ya armando en mi mente una sólida defensa de mi posición.
-Ok… – Dijo Embry y me besó una, dos, tres veces en los labios, y luego me tomó en sus brazos y me llevó a la cama – Te vas a resfriar aún más si te quedas ahí parada y descalza – Dijo acurrucándose a mi lado para brindarme su calor de los pies a la cabeza.
-Em, escuchaste lo que te dije? – Pregunté mirándolo en busca de una fuerte reacción con efecto retardado.
-Ajá. Cuando quieras partir me tienes que dar cinco minutos para juntar lo que necesito para largarme. No es mucho… – Dijo.
-Pero… Pero… - Balbuceé – No me vas a decir que estoy desvariando? Que debemos enfrentar nuestras responsabilidades como adultos…? Que no podemos dejarlo todo así nada más?
-Qué parte de “te amo” no entiendes, Isabella? – Preguntó muy serio – Son sólo dos palabras, no es tan complicado – Torció sus hermosos labios en una media sonrisa.
-No sé si me hablas en serio o no… De verdad probarías suerte conmigo en otra ciudad? – Insistí.
-Nada me ata a ninguna parte excepto tú y mi condición de lobo. Si pudiera ignorar la autoridad de mi Alpha, sería libre, pero el resto de mí ya es tuyo Isabella… Tú sabes que te seguiría a donde fuera…
-Y cuando se enteren los demás de lo nuestro? – Pregunté – Me refiero a antes de irnos... Si es que nos quedamos…
-Oh, probablemente voy a recibir más de una paliza… No importa, las he recibido desde siempre – Dijo sin darle importancia – No quiero hacerle daño a Jacob, él es mi único amigo, pero eventualmente él va a tener que entender que yo nunca me hubiera interpuesto si ustedes aún tuvieran una relación… Pero ustedes terminaron hace años y hasta él es consciente de ese hecho, aunque se empeñe en negarlo… No le estoy quitando a su novia, tú estabas completamente soltera, verdad? – Preguntó súbitamente preocupado.
-Me preguntas si es que tengo otro novio escondido por ahí? – Pregunté sonriendo divertida con la idea – Sí Em, estoy soltera, después de Jake no hubo nadie más, y ahora estás tú.
-Descansa un poco más Isabella – Me dijo hablando contra mi cabello – Voy a estar aquí cuando despiertes…
No necesitó pedírmelo dos veces. Las fuertes emociones me habían agotado.
oooOooo
Soñé que era una vagabunda que dormía en un banco en la plaza,  envuelta en periódicos y rodeada de perros.
Fue un sueño extraño…
 Al abrir los ojos pude comprobar que efectivamente estaba cubierta de papel, pero papel de dibujo. Montones de hojas de papel Canson Colorline que yo misma compré para que Embry dibujara con carboncillo estaban desparramadas por cada superficie disponible para no superponerse hasta que se fijaran los pigmentos, y podía ver que en todas Em había retratado exclusivamente poses y secciones de mi cuerpo.
Un dibujo de mi mano descansando contra mi mejilla.
Un dibujo de mi ojo y el arco de mi ceja.
Un dibujo de mi cabello y la curva de mi cuello.
Un dibujo de mi boca levemente fruncida…
Montones y montones de dibujos.
-Esto es lo que me mencionaste antes? Lo que dibujaste en la semana? – Pregunté con la voz rasposa de sueño y flojera, girando la cabeza cuidadosamente hacia Embry, que estaba sentado a mi lado croquera en mano. Me fijé que apenas le quedaban hojas, así es que yo, como su mecenas, tendría que ir de compras a la librería…
-No, esto es lo que dibujé desde que te quedaste dormida – Respondió pasando el dedo por el borde de lo que dibujaba de modo de esfumar los contornos. Sus manos estaban manchadas de negro y tenía una larga línea oscura en la frente, donde se debe haber tocado para sacarse el cabello de los ojos.
-Dormí una semana? – Pregunté sin saber por dónde comenzar a mirar las decenas de bocetos.
-Un poco menos de tres horas – Respondió mirando intermitentemente entre el pie que se me asomaba al borde de la cama y la croquera – Creo que llegaste a tener un poco de fiebre, aunque no estoy seguro, puede haber sido mi calor el que te sofocó, así es que por si acaso dejé de abrazarte y me puse a dibujar…
-Y pudiste dibujar todo esto en ese tiempo? – Pregunté reacomodándome un poco pero sin mover el pie que Embry retrataba.
-Son sólo bocetos, simples líneas, no dibujos acabados – Dijo quitándole importancia - Además no es muy a menudo que te tengo tanto tiempo para mí, y menos sosteniendo la misma posición – Agregó –Ya casi termino…
-No me importa, tómate el tiempo que necesites – Dije mirándolo atentamente. Nunca tenía la oportunidad de verlo en su elemento, tan seguro de sus movimientos, tan enfocado, tan cómodo consigo mismo. Este Embry no se cuestionaba, no se contenía, simplemente veía algo que le gustaba y lo capturaba en sus dibujos.
-Ya, puedes moverte – Dijo lanzando el perfecto retrato de mi pie izquierdo a los pies de la cama.
-Me da miedo arruinar los dibujos… - Dije tiesa.
-Oh… Ok… - Dijo sonrojándose, y comenzó a recoger los papeles sistemáticamente y a ponerlos uno al lado del otro sobre la mesa de la cocina, luego sacó de debajo del lavaplatos el fijador y roció todos los papeles. Los dejó secar unos segundos, los recogió y repitió la operación hasta que no quedó ningún boceto que rematar, y ordenó todos los dibujos en una pila que guardó en la alacena, donde yo habitualmente guardaba la comida.
Cada uno con sus prioridades.
-Em… qué hora es? – Pregunté estirándome.
-Cerca de las siete – Respondió.
-Creo que es hora de que me vaya, no quiero que Charlie me encuentre en tu casa en pijama cuando aún no sabe que hay algo entre nosotros… - Expliqué.
-Entiendo – Asintió, triste, pero resignado.
-Oh… Agh… - Dije al ponerme de pie, balanceándome un poco.
-Qué? – Preguntó tomando mi antebrazo.
-Nada, me mareé un poco por estar tanto tiempo acostada y dormir en exceso, pero ese no es el problema, el problema es que aún no tengo zapatos… - Confesé.
Embry suspiró negando con la cabeza, abrió la puerta del closet y sacó un sweater gigantesco.
-Póntelo, afuera hace frío – Me dijo en un tono que no admitía réplicas.
Obedecí.
-Tienes todo lo que necesitas? – Preguntó.
Asentí. No necesitaba nada.
-Entonces vamos – Dijo tomándome en sus brazos. Afuera ya estaba oscuro y efectivamente hacía mucho frío y en la tarde había llovido, por lo que el pasto estaba empapado. De haber caminado sola de regreso a casa seguro me habría resbalado y caído de culo el en barro.
Llegamos a la puerta de la cocina, él la abrió y me bajó justo en el portal.
-Gracias – Dije mirándolo a los ojos, tratando de distinguir sus rasgos a pesar de la oscuridad.
-Gracias a ti – Respondió peinando un mechón de mi cabello.
-Por qué? Por invadir tu casa con mis asquerosos gérmenes? – Pregunté levantando una ceja.
-Por el mejor sábado de mi vida – Respondió en un susurro.
-Oh Embry…! - Suspiré y lo abracé tan fuerte como pude. Mientras más conocía a este hombre, más se desgarraba por él mi corazón.
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Snif, snif…
Bueno, ya conocen el trato, yo sigo posteando con regularidad y ustedes siguen alimentando mi creatividad con sus maravillosos comentarios, teorías, sugerencias, peticiones y demandas. Todo es bien recibido.
Cariños!
    
  



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