jueves, 20 de julio de 2017

Sangre Sucia 14


Bueno, me demoré como un siglo, pero aquí está al fin un nuevo capítulo de “Sangre Sucia”. Sé que a veces se molestan conmigo cuando no hay actualizaciones periódicas, pero por favor confíen en que no abandonaré la historia, es solo que hay períodos en los que no puedo escribir por más que lo intente.
Cuéntenme qué opinan, teorías y demases.
Un abrazo.
A.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Capítulo 14

You know that I'm coming back for you
Don't you worry girl, don't you worry girl
You know that I'm coming back for you
Don't you worry girl, I'll be back for you
So you better wait up keeping the bed warm for me
All night putting your whisper on me
Givin' that love and emotion that I know
Doesn't really matter what you do
I'll be back for you
I'm coming back for you yeah
Coming Back For You / Maroon 5

Draco desde el suelo, observó incrédulo a su bruja durante sus últimos instantes juntos, sin poder creer lo que estaba pasando. Sin poder creer lo imbécil que había sido al no adelantarse a la jugada de Hermione, ya que extrañamente no la culpaba a ella… Cómo podría? Sería como culpar a un pez por ser resbaloso o a un erizo por pinchar con sus púas. Él debió saber el como reaccionaría, y en lugar de preocuparse de empacar todas esas porquerías en su satchel, debió encargarse de pensar en la mejor manera de encadenar a Hermione a su lado en cuanto saliera del baño.

Por eso no podía enojarse con la chica… No era su culpa seguir su naturaleza, pero si era la culpa de Draco el no haber pensado como un Slytherin y prever los extremos a los que ella llegaría para protegerlo de si mismo.
Lo que nos lleva nuevamente a la impotencia y desesperación que le produjeron el verla desaparecer.
Porque se sentía ridículo, hiriendo su orgullo.
Porque se sentía impotente, una sensación a la que definitivamente no estaba acostumbrado.
Pero principalmente porque la amaba y odiaba verla partir sin la certeza de si es que la volvería a ver.
Por un momento trató de forcejear para liberarse del encantamiento, pero renunció casi de inmediato, sabiendo perfectamente que era inútil… Al menos Hermione había realizado el encantamiento con la intensidad mínima, por lo que se liberaría relativamente pronto, o de lo contrario se habría visto inmóvil por días, pasando hambre, sed, y lo peor, sin poder ir al baño.
Había visto demasiados magos ensuciar los pantalones por esta causa y no era algo que quisiera experimentar.
oooOooo
Unas tres horas después de que Hermione hubo partido, el sol ya se había levantado y Draco comenzaba a recuperar la movilidad de sus extremidades, hasta que llegó el punto en que se pudo incorporar tambaleante y llamar a su varita.
Trastabillando se dirigió al mesón de la cocina y se preparó una taza de café bien cargado, no porque le apeteciera, sino porque la cafeína lo ayudaría a recuperarse más rápido, y mientras tembloroso bebía de su taza, cogió papel y pluma para escribir un mensaje escrito en una clave secreta, plasmado simultáneamente con dos capas de tinta: La que vería cualquiera que interceptara su ave, y uno que sólo se revelaría ante un conjuro con el orden de ciertas palabras del recipiente.
En el mensaje preguntaba directamente a su contacto dónde estaban los prisioneros capturados en las últimas redadas, cuántos había, y que tan bien resguardados estaban. No tenía tiempo para sutilezas, no valía la pena tratar de ser cool o fingir indiferencia.
Poseer esa información era la única manera de proteger a Hermione, ya que sabía como si lo estuviera viendo, que su primer movimiento sería planear el rescate de sus compañeros, y sin la información que Draco pudiera aportar, era muy probable que fallara miserablemente, ya que nadie de La Orden conocía las laberínticas residencias de los magos tenebrosos, mucho menos con la familiaridad con que las había conocido él.
Con un silbido llamó a Antares, su ave mensajera, que estaba esperando pacientemente posada en una rama de un árbol cercano, y le acercó un bowl con semillas y otro de agua. Draco lo miró comer conteniendo su impaciencia y sumido en sus lúgubres pensamientos, pero una vez que el pájaro estuvo satisfecho, le amarró cuidadosamente el mensaje en una pata, le dio instrucciones precisas del destinatario, y lo echó a volar por la ventana.
Y entonces sí que comenzó la verdadera tortura.
La tortura de la espera.
Aquella que le hacía querer gritar de desesperación, porque no había nada útil que pudiera hacer.
Ni hablar de trabajar en una poción, y mucho menos tomar una herramienta para continuar con sus esculturas.
No pensemos en leer, no podría concentrarse.
Ni tampoco enfocarse en resolver los sudoku que había descubierto en los periódicos muggle…
No podía hacer ni una puta cosa más que imaginar escenarios horrendos, cada uno peor que el anterior.
Era poco más o menos esa sensación que creyó haber dejado atrás… Aquella que oprimía su pecho impidiéndole respirar profundamente, que lo afectó durante los primeros meses en el mundo Muggle, después de huir de casa…
La parte más fea de su confinamiento, aquella que no le había confesado a Hermione, es la de la desesperación autodestructiva que le conllevó el encierro forzado. Aquella energía que eventualmente había canalizado en leer, inventar pociones y aprender a tallar, también lo había impulsado a buscar la evasión momentánea que provocan las distintas drogas recreativas, el alcohol y otras actividades que lo ayudaran a escaparse y evitar el dolor.
En el mundo mágico las drogas existían, por supuesto, en especial los opiáceos, y él como experto en pociones las conocía perfectamente, pero sin acceso a el equipamiento o los ingredientes necesarios, debió conformarse con lo que fuera que consumieran los humanos.
Lo probó todo, desde marihuana hasta ácido, pasando por drogas de prescripción, cocaína y hongos, tratando siempre de huir de su mente, de olvidar que era un inútil que había deshonrado a su familia, un descastado, un extraño para todos, un ex niño rico que ya no pertenecía en la sociedad que antes le abría sus puertas de par en par gracias a su apellido.
Es cierto que nunca llegó a tener una adicción severa, principalmente porque nunca se asentó en un solo tipo de ni droga y tampoco consumió por demasiado tempo, ya que al poco tiempo de comenzar a experimentar con las substancias más dañinas vendió su primera escultura, dando algo de propósito a su vida e impulsándolo a explorar un poco el mundo hasta entonces desconocido de los seres no mágicos.
Qué no daría por algo que lo ayudara a calmarse, a regular los latidos de su corazón, y a serenar su mente que funcionaba frenética imaginando todos los escenarios posibles a los que se enfrentaría su bruja…! Pero no, no necesitaba un tranquilizante como el Clonazepam o el Diazepam, que ofrecían alivio inmediato, porque lo dejaban torpe y con resaca, él necesitaba estar atento, enfocado, despierto, y listo para la acción…
Tendría que aprender a vivir con la taquicardia, la respiración agitada y las manos sudorosas de lo que reconoció como el inicio de una crisis de pánico.
Sin saber qué más hacer, se quitó la camiseta, abrió la puerta de entrada y salió al patio, donde acercándose al tocón tomó el hacha y comenzó a partir leña.
El trabajo físico rítmico y metódico lo ayudaron a gastar la energía producida por la adrenalina y a nivelar sus pulsaciones y su respiración, y pasaron las horas sin noticias, hasta que llegó el punto en que con las manos llenas de ampollas y la espalda que apenas lo sostenía, cayó al suelo.
No se molestó en tratar de ponerse de pie.
No sintió la humedad del suelo.
Tampoco el frío aire de la tarde, que empezaba a refrescar.
Tan solo cerró los ojos agradeciendo que al menos físicamente, volvía a estar en control…
oooOooo
 Ya estaba casi completamente oscuro cuando se levantó, y recién entonces se dio cuenta de que estaba al borde de la hipotermia.
A Granger  no le gustaría si cuando se reencontraran le faltaban dedos…
Se metió a la ducha con el agua bien caliente y  gritó de dolor cuando sus terminales nerviosas recuperaron lentamente la sensibilidad. Ni siquiera se había dado cuenta del daño que había estado a punto de sufrir. Su mente estaba disociada de su cuerpo.
Salió del baño, se vistió con un pijama de franela y fue a la cocina a calentar una lata de sopa. No tenía hambre, pero sabía que necesitaba mantener altos sus niveles de energía, y además el líquido ayudaría a calentarlo, así es que una vez lista la sorbió despacio, mirando al infinito.
Cuando terminó de comer miró la cama por un segundo, pero decidió que le sería imposible oler la esencia de Granger impregnada en las sábanas sin romper a llorar como un niño, así es que fue a su biblioteca, eligió un libro de pociones que no tenía nada que ver con Hermione, y se sentó en el sillón a leer, hasta que despertó sobresaltado por un fuerte ruido junto a él.
Sacó la varita de debajo del cojín y se puso en guardia de inmediato, tratando de sacudirse el sueño e identificar al intruso en la penumbra de la habitación iluminada sólo por el fuego agonizante de la chimenea.
Dispararía a matar, nadie podía aparecerse en su cabaña, y quien sea que fuera el invasor, no tendría buenas intenciones.
Nadie más que Hermione sería bien recibida, pero ella no podía ser… Draco nunca le dio instrucciones de cómo llegar, y los múltiples hechizos de protección camuflaban la casa haciendo que incluso si la bruja estuviera frente a la puerta de entrada, no vería más que bosque a su alrededor.
-Lumus! – Exclamó iluminando toda la habitación, eliminando rincones oscuros donde se pudieran esconder sus enemigos.
Se giró en el sitio, y cuando se dispuso a avanzar hacia el baño pateó el libro que había leído hasta quedarse dormido… Al mismo tiempo se sintió aliviado y como un idiota: Al dormirse el libro se deslizó de entre sus manos, cayó al suelo de madera y casi lo mata del susto.
No había intrusos.
No había mensajes.
No había noticias de Granger.
oooOooo
Y pasó otro día sin noticias.
Y lo único que lo mantuvo en la casa fue leer en el diario “El Profeta” que no mencionaban actividades extraordinarias de La Orden, ni desapariciones ni muertes de gente cercana a Hermione.
oooOooo
Al tercer día estaba a la vez agotado y vibrando de ansiedad.
No podía esperar más, regresaría a Londres y peinaría la puta ciudad, iría al Callejón Diagon y sobornaría a quien fuera necesario a cambio de noticias, y a la mierda si lo descubrían! Con un poco de suerte le indicarían la prisión adecuada y la información sería de ayuda a Granger.
Se vistió lo más sencillamente que le permitió su fino guardarropa, se hizo un encantamiento para teñir su cabello platinado de un color parduzco e indefinible, y se puso unas gruesas gafas, que cubrían sus muy reconocibles ojos grises. No se hizo más modificaciones porque esa área no era su especialidad y temía causarse un daño permanente.
Ya podía escuchar a Granger burlándose: “Eres increíble Malfoy, un verdadero pavo real, vanidoso hasta el final”.
Y era cierto, él no quería cambiar el rostro que había conquistado a su bruja, a pesar de que sabía en su interior que ella no lo amaba por su atractivo físico; pero es que ser guapo era algo intrínseco en él… De hecho este maldito cabello de color ratón lo estaba volviendo loco!
Se miró al espejo del baño probando formas de peinarse que lo hicieran lucir diferente, y entre el viento y la lluvia imperante casi no escuchó el golpeteo en la ventana de la cocina.
Antares había regresado!
Corrió hacia él y sin mucha delicadeza le arrancó el mensaje de la pata, lo que le ganó un par de merecidos picotazos, que su mente frenética apenas registró.
“Querido Draco, espero que esta misiva te encuentre tan bien como sea posible, ya que como ambos sabemos la situación en esta cruenta guerra va de mal en peor.
Con respecto a lo que me comentabas, es cierto, los métodos de apremio hacia los prisioneros se han radicalizado aún más, en una escalada de violencia que ha arrojado más pacientes catatónicos a las puertas de San Mungo que nunca antes, y el respeto por el orden establecido a estas alturas es sólo una fachada: El Ministerio de Magia ha sido derrocado desde el interior por nuestros dobles agentes, y los medios informativos a partir de este momento tienen que por decreto, adherirse a las versiones oficiales. Si se negaran pasarían a ser considerados medios de oposición, y por ende rebeldes que serían cazados como animales. 
Es en este contexto que te pido… No, te ruego! Que reconsideres tus planes. Comprendo tu desesperación por tratar de encontrar y ayudar a la señorita Granger, pero yo no cumpliría con mi deber y mi promesa si no te implorara que dejes todo lo que te ata y comiences una nueva vida en América, Australia, o cualquier otra parte del mundo lejos de nuestros enemigos. Aun eres joven, tienes los medios económicos para subsistir, y tienes el talento para emprender y triunfar en lo que decidas hacer… No lo eches todo por la borda embarcándote en una misión suicida!
Si hubiera alguna remota posibilidad de éxito en tu cometido, te lo diría, pero esta es una pelea imposible y no me imagino un escenario en el que lo que me pides tenga un resultado favorable.
Y dicho todo esto, y sabiendo que mis consejos serán ignorados, trataré de responder a tus preguntas con mi limitado conocimiento, ten en mente que El Señor Tenebroso no confía a nadie todos sus planes:
1.-No, no hemos atrapado a Harry Potter, y a pesar de todas las torturas infligidas, no pudieron obtener su paradero de Ron Weasley. A pesar de que me cueste admitirlo, no puede uno menos que sentir algo de respeto ante semejante lealtad.
2.-Las casas que el Señor Oscuro utiliza actualmente, son las mansiones Malfoy, y Lestrange,  la casa Riddle, y el refugio que resguardan los gigantes en las montañas francesas. Los prisioneros están actualmente concentrados en la mansión Lestrange, pero eso puede cambiar en cualquier momento.
3.-Tu madre se encuentra bien. Aún sufre con tu ausencia, pero es imposible reconfortarla diciéndole que estás vivo y a salvo, ya que su mente es demasiado inestable y El Señor Obscuro leería en sus pensamientos que yo soy tu contacto. Por el bien de todos los involucrados es mejor que la mantengamos ignorante de nuestras maquinaciones.
4.-Una buena noticia, tu elfa doméstica por fin ha escapado, convencida y ayudada por Dobby, y se encuentra en una de las casas de transición de La Orden. Afortunadamente su lealtad voluntaria hacia ti como su dueño directo superó su lealtad por la familia Malfoy, por lo que cortó los lazos que la atrapaban. Entre tanta servidumbre dudo que en la mansión siquiera hayan notado su ausencia. Una vez que la señorita Lovegood haya declarado que se encuentra sana y en condiciones, Daisy va a ser libre para hacer lo que desee. Y lo que desea es reencontrarse contigo y cuidar de ti.
5.-Sé que vas a insistir en tu misión de proteger a la señorita Granger, pero debo reiterar que las circunstancias no han hecho más que empeorar tanto para ella, que es más importante que nunca para La Orden, como para ti como su guardián. Ya no es suficiente observarla de lejos e intervenir en secreto y solamente cuando es estrictamente necesario. Las caretas han caído y sus enemigos serán mucho más osados a la hora de atacarla, apresarla o asesinarla. Y si tú eres visto con ella, sé que tienes claro lo que te va a ocurrir.
6.-El ala psiquiátrica de San Mungo se ha ampliado para albergar a todos aquellos torturados que han quedado catatónicos o desquiciados. Si algo conocemos a la señorita Granger, podemos estar seguros de que tarde o temprano pasará tiempo con los pacientes, en especial con el señor Weasley. Puede ser la única oportunidad de contacto que tengas con ella, ya que por lo demás se encuentra en un virtual aislamiento impuesto por La Orden. Eres un chico listo, sé que pensarás en algo.
Me despido deseándote mucha suerte querido ahijado, mi corazón está dividido entre mi deseo de que escapes y puedas vivir una vida normal o que sigas a tu consciencia haciendo lo que sientes es lo correcto. Lo que sea que decidas, debes saber que estoy orgulloso de ti.
Con afecto, tu padrino
S.S.”
Vaya… Era una de las cartas más largas y sin duda la más afectuosa que había recibido de su padrino, pensó Draco dejándose caer en una silla. Y esa reflexión más que tranquilizarlo lo crispó aún más. Porque sonaba a despedida.
O las cosas estaban muy jodidas en general, o Snape había percibido la desesperación de Draco en las pocas líneas que le había escrito informándole que había perdido a Hermione, y trataba de confortarlo con su afecto.
Nunca discutieron la fascinación de Draco por la bruja, pero su padrino sabía. No necesitaba su experticia en legeremancia para saberlo.
Bien, ahora necesitaba un plan.
Dentro de todo lo que le decía Snape en su carta había sólo una línea que resaltaba en ese instante: La que le aseguraba que Hermione estaba bien, protegida, y en peligro. Y que aparentemente la mejor manera de llegar a ella sería en San Mungo, lugar que aún era respetado como un lugar neutral, ya que había sólo un hospital en Londres y necesariamente toda la comunidad mágica debía compartirlo, por lo que el personal médico se aseguró de no mostrar afiliación a ningún bando y atender a todos los pacientes por igual, preguntando lo mínimo necesario.
Draco se levantó y se dirigió a su biblioteca, deslizando la mirada por el lomo de los volúmenes, en espera de la inspiración.
Luego abrió el armario de pociones y las estudió evaluando su utilidad, hasta que sus ojos dieron con la adecuada. Sí! Tenía las herramientas y un plan se formó rápidamente en su mente.
oooOooo
Hermione estaba agotada.
Estaba agotada de vivir con los Lupin y el constante ir y venir de los miembros de La Orden, siempre rindiéndole cuentas a ella, siempre pidiendo su opinión.
Porque a pesar de que la jerarquía en La Orden había partido como un asunto de experiencia (por lo que los mayores eran también los que mandaban) Hermione había ido ascendiendo hasta lo más alto, y en este momento de crisis era virtualmente quien tomaba todas las decisiones.
Los mayores estaban desmoronándose, superados por los horrores que habían experimentado e infligido, e incluso Ojo Loco ya no era el de siempre.
Y luego estaba esa maldita melancolía que no la dejaba en paz. Una melancolía que no se podía sacudir involucrándose en planes estratégicos ni jugado con Teddy. Era una pena que arrastraba, sintiendo que faltaba una parte de ella. Faltaba Draco, para enfurecerla y hacerla reír, faltaba para nivelar su idealismo con su cínico realismo, faltaba porque él era inteligente, conservaba la cabeza fría, y sus consejos eran asertivos, le gustaran a Hermione o no. Él no se dejaba intimidar por la bruja, y no tenía miedo de decirle cuando estaba equivocada… Algo que nadie más se atrevía a hacer.
Por las noches trató de dormir, pero nunca consiguió más de una hora de sueño continuo, cada vez que se movía estiraba su brazo buscando el cuerpo tibio que debería estar aferrado a ella.
Si, Hermione estaba agotada.
-Voy al hospital – Anunció de pronto mientras sorbía su té.
-Yo voy contigo! – Dijo Ginny de inmediato. Molly tragó el bocado que tenía en la boca y dijo que ella también.
-Yo… Por esta vez preferiría ir sola… - Dijo Hermione suavemente tratando de no ofender a nadie – Mañana podemos ir juntas, pero esta vez necesito privacidad…
Madre e hija parecieron desinflarse en sus asientos, pero asintieron, resignadas. Ambas sabían de primera mano la impresión que le causaría a Hermione el dimensionar el daño que se le había causado a Ron… Podían entender que no quisiera testigos.
-Pero anda mañana, si vas ahora Ron va a estar durmiendo – Dijo Lupin, siempre práctico.
-No, tiene que ser ahora, en la noche casi no hay visitantes, hay menos peligro de que me identifiquen – Dijo más firmemente.
-Cuídate mucho – Dijo Ginny, con los ojos llorosos. Últimamente siempre parecía al borde de un ataque de llanto, aunque este nunca se concretara.
-Claro – Dijo Hermione con una sonrisa comprensiva.
-Y te vienes derechito a la casa! – Agregó Molly.
-Sí mamá – Dijo Hermione sonriendo abiertamente, rodando los ojos ante la preocupación de quienes consideraba su familia.
-Cómo prefieres ir? – Preguntó Lupin.
-La red Flu si es posible…? O de lo contrario simplemente me apareceré en la puerta – Respondió.
-No! – Dijeron a la vez cuatro voces.
-El hospital es neutral, pero han ocurrido ataques en el exterior – Explicó Lupin – Podemos conectar nuestra chimenea por esta noche, siempre que tengas la precaución de regresar antes del amanecer.
-Perfecto, gracias – Dijo Hermione satisfecha, disfrutando de antemano de unas horas de paz.
oooOooo
-San Mungo! – Exclamó Hermione fuerte y claro, y de inmediato se vio envuelta en llamas de color esmeralda. Sintió la familiar sensación de vértigo y de que algo la tiraba desde el ombligo, y apareció en la chimenea de la recepción del hospital.
-Estas no son horas de visita – Dijo una antipática bruja ubicada detrás de un mesón de atención, sin levantar la vista de su revista, “Corazón de Bruja”.
-Es un caso especial, estoy en la lista de personas autorizadas – Dijo Hermione sin perder la calma.
-Nombre? – Preguntó la recepcionista, con completo desinterés, aún sin mirarla.
-Hermione Granger – Dijo Hermione, impacientándose.
-LA Hermione Granger? – Preguntó la recepcionista saltando como si alguien le hubiera pinchado el trasero.
-No sé, hay otras? – Preguntó confundida.
-Estás en mi revista! - Dijo hojeándola frenética – En las páginas sociales… – Indicó fotos tomadas en un evento de gala del Ministerio, donde Hermione sonreía en una mueca que no le llegaba a los ojos – Y además hay un artículo sobre Víktor Krum, y te mencionan como su novia…
-Eh… Si… Esa soy yo – Admitió avergonzada y algo cabreada de que la nombraran como la novia de alguien.
-Te nombran en casi todas las ediciones, me autografiarías el artículo de Víktor? – Preguntó la chica extendiéndole una pluma y la revista.
-Claro… - Dijo Hermione mecánicamente – A nombre de quién?
-Cordelia! – Exclamó fascinada – No! Mejor para “Cordi”, así me dicen mis amigos. Es Víktor tan guapo como en las fotos?
-Aún más, Cordi, Víktor es todo lo que dicen y más – Dijo Hermione destilando sarcasmo y terminando de firmar.
-Lo sabía! – Dijo Cordelia besando la foto del mago
-Cuál es la habitación de Ron Weasley? – Preguntó Hermione, sin saber muy bien cómo reaccionar.
-531 – Dijo Cordelia, revisando un grueso cuaderno – Quieres que te muestre dónde es?
-No, no es necesario, gracias, pero conozco el lugar – Dijo Hermione – Aunque me gustaría pedirte un favor, Cordi?
-Dime! – Exclamó la recepcionista, feliz por una vez, de ser de utilidad.
-Nadie puede saber que estoy aquí. No le puedes decir a nadie hasta que me haya ido… Podrás guardarme ese secreto?
-Sí, no hay problema, yo soy súper discreta – Dijo haciendo la mueca de cerrarse los labios con llave.
-Gracias Cordi, confío en ti – Dijo Hermione, comenzando a subir las escaleras.
Caminó por pasillos y corredores sin encontrar a nadie, y cuando llegó a la habitación de Ron entró sin molestarse en golpear.
La habitación estaba en casi completa penumbra, pero se distinguía la figura inconfundible de su primer amor.
El mago dormía, pero aún en descanso se veían los signos de la angustia en su rostro. Pequeñas marcas que permanecerían por siempre.
-Ron, por Circe! Qué te han hecho? – Preguntó acercándose a la cama para tomar su mano.
-Y a mí no me saludas, Granger? – Preguntó una voz inconfundible en su familiaridad.
Inconfundible, porque era la suya.
Se giró empuñando la varita, dispuesta a matar o morir, y a pesar de que de alguna manera lo esperaba, fue impresionante verse frente a sí misma, con una sonrisa de medio lado y los brazos cruzados, apoyada contra la pared y sin intención aparente de atacar.
-Identifícate! – Exclamó tratando de impregnar la orden de autoridad.
-Oh, veleidosa mujer! Aún siento la caricia de tus besos y tú ya me has olvidado…! – Exclamó la otra Hermione, dramáticamente, pero sin dejar de burlarse.
Hermione se quedó de piedra por unos segundos, hasta que su cerebro se convenció de lo que estaba pasando.
-Draco! – Exclamó lanzándose a sus brazos, y tomando su rostro entre sus manos, lo besó.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Ahí tienen, no los tuve separados demasiado tiempo, sufren mucho y yo me aburro.
Espero su feedback, todo mi amor.
A.









1 comentario:

  1. Blackjack in Las Vegas - Dr.MCD
    Blackjack in Las Vegas 춘천 출장안마 is one of the best 강릉 출장마사지 in 밀양 출장마사지 Vegas. 서귀포 출장마사지 It is the most popular casino game in the city with 3,000+ players and is the only 광양 출장샵 live game in Vegas

    ResponderBorrar

No olvides comentar!!!

Calendario