miércoles, 15 de noviembre de 2017

Sangre Sucia 21

Hola, espero les guste. Les recuerdo que todas las bandas sonoras de mis fics están en mi Spotify a nombre de “Rosario Poblete Lasserre”. Vale la pena leer escuchando la música que inspiró la trama de la historia.
Abrazos!
A.
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Capítulo 21
Tho' I keep searching for an answer,
I never seem to find what I'm looking for
Oh Lord, I pray
You give me strength to carry on,
'Cause I know what it means
To walk along the lonely street of dreams.
An' here I go again on my own
Goin' down the only road I've ever known,
Like a hobo I was born to walk alone
An' I've made up my mind
I ain't wasting no more time.
Here I go again / Whitesnake

-Harry? – Preguntó Hermione arrastrando las sílabas, sin abrir los ojos.
-Sí, maldita sea, otra pesadilla – Respondió Draco, cortando bruscamente el contacto físico entre ambos.
-Lo siento – Susurró ella, y sentándose lo besó en la mejilla y partió caminando rumbo a la escalera.

-Pantalones! – Exclamó él lanzándole un pantalón de pijama que su bruja sólo usaba cuando debía pasearse frente a Potter.
-Gracias – Dijo ella atrapándolos en el aire con una sonrisa, y se los calzó de inmediato.
Bajó corriendo la escalera y se encontró a su amigo jadeante, cubierto de sudor. Además estaba media cama mojada porque para encontrar sus lentes, Harry había tumbado el jarro con agua que mantenía en la mesita de noche.
-Hola Harry, tranquilo, soy yo. Lumus! – Dijo ella con toda calma, encendiendo la punta de su varita mientas prendía las lámparas de la habitación.
-´Mione… Lo siento – Dijo el mago enrojeciendo – Era la pesadilla otra vez…
-No pasa nada – Dijo ella secando el desastre del agua volcada en la cama – Muévete, hazme lugar – Dijo sentándose en la cama junto a Harry y apoyando la espalda en el respaldo. Harry obedeció y quedaron lado a lado, él bajo las cobijas y ella sobre las mismas.
-Se va a acabar esto algún día? – Preguntó él retóricamente.
-Sí, Harry, vas a estar mejor… - Suspiró Hermione – Además siempre es más difícil las primeras veces que te capturan o te hieren…
-Te han capturado antes? – Preguntó él asombrado – Nunca hablas de eso…
-No hay nada qué decir – Dijo ella sacudiendo la cabeza en pos de borrar esas horribles experiencias de su mente - Ya estás casi completamente recuperado físicamente, así es que lo justo es que te devolvamos a La Orden – Dijo cambiando de tema - Ginny debe estar medio muerta de preocupación, pero estoy segura de que puede recogerte y llevarte a casa…
-Pero aunque regresara a La Madriguera estos sueños persistirían, nunca me dejarán en paz  -Rebatió el mago.
-Ese es un detalle del que no te he hablado… - Dijo ella posando la palma de su mano en el dorso de la mano de Harry - En orden de no poner en riesgo nuestra ubicación y nuestros planes, te vamos a tener que borrar la memoria parcialmente. Se trata de un hechizo muy específico que usa una poción creada por Draco, y hará que olvides dónde has estado y quién te ha ayudado, de modo que no puedas revelarlo ni siquiera a alguien versado en legeremancia. – Dijo Hermione, temiendo un estallido.
-Quieres borrarme la memoria? – Preguntó Harry ofendido, quitando su mano de la mano de la chica – Es que no confías en mí? Y para qué te molestas siquiera en preguntarme? Sólo hazlo, o dile a tu novio si no te atreves a hacerlo tú misma…
-Harry, entiende por favor, Draco y yo somos fugitivos muy buscados, tanto o más que tú ahora que yo soy la Guardiana de los Secretos de La Orden. No queremos que por error o bajo tortura le des información a alguien, y es más fácil para todo el mundo si no recuerdas nada de lo sucedido los últimos días. Además así se acabarán las pesadillas…
-No te entiendo Hermione – Dijo él sacudiendo la cabeza – Por qué no regresas con La Orden que es donde te corresponde estar y te olvidas de esta locura con Malfoy? Y no me malentiendas, le agradezco y acepto que me ha ayudado y al parecer a ti también, pero no por eso debes quedarte a su lado, tu deuda no es tan grande! Y qué hay de Ron? Ya no lo quieres? Ja! Para el caso, qué hay de Víctor?
-Harry, ya te lo expliqué, no seas necio, amo a Draco, soy feliz con él, quiero un futuro a su lado, y si bien Ron es uno de mis dos mejores amigos, no somos más que eso, amigos, casi hermanos. Con Víctor por otro lado, nuestra relación era incluso menos que eso, era sólo una muleta para combatir la soledad, éramos amigos con ventaja y punto. Nunca le prometí más y él me aceptó así – Dijo ella.
-No soporto verte con él Hermione – Dijo Harry usando el nombre de pila de la bruja – Quizás es una buena idea que borres mi memoria, no quiero pensar en ti y en cómo echas tu vida por la borda con ese psicópata con el que compartes la cama…
-No puedo creer lo que estoy escuchando – Dijo Hermione, con lágrimas a punto de resbalar por sus mejillas – Después de todo lo que hemos pasado juntos no eres capaz de alegrarte cuando al fin encuentro un verdadero hogar? No te gusta que al fin alguien me ame lo suficiente como para arriesgar su vida desde las sombras? No te gusta que por primera vez en mi vida sueño con un futuro, una familia, un perro… Draco me ha regalado algo hermoso Harry – Dijo, ya con el rostro húmedo por las lágrimas derramadas – Me dio esperanza…
-Basta ya, Granger! – Dijo Draco bajando las escaleras, completamente vestido. Por supuesto, había escuchado la conversación completa – Basta de explicaciones, ven aquí – Dijo abriendo los brazos, y ella corrió a refugiarse en ellos, escondiendo el rostro en el pecho del mago - Potter, hoy te regresas a donde te reciban, no voy a aceptar que sigas torturando a Granger – Dijo firmemente dirigiéndose al enfermo.
-Draco no… - Dijo ella débilmente.
-Draco sí – Dijo él besando su coronilla – Bien, limpia esas lágrimas y escríbele a la comadreja menor una carta anónima para que fijen un punto de encuentro. El bar “El Quinto Cuerno” ubicado en el callejón mágico de la ciudad de Peterborough es una buena alternativa, es oscuro, está alejado de la zona comercial, y de día siempre está casi completamente vacío. Dile que vaya sola.
-Seguro que ella asistirá a una reunión con desconocidos? Ginny no es tonta, después de todo es una Auror y un miembro de La Orden – Dijo la bruja.
-Si mencionas a Potter estoy seguro de que va a lanzar la precaución por la ventana – Dijo Draco – Es lo que yo haría si se tratara de ti.
Hermione asintió con una pequeña sonrisa, concordando, y fue al mesón de la cocina a escribir una sencilla nota anónima, diciendo el lugar y la hora del encuentro, y dándole las indicaciones del manejo de Harry para su pronta recuperación después de perder la memoria.
-Ven aquí – Dijo Draco abriendo la ventana para dejar entrar a Antares, su ave – Vas a ir a “La Madriguera”, y quiero que le entregues este mensaje exclusivamente a Ginny Weasley. A nadie más.
-Voy a ducharme – Dijo Hermione entrando al baño, deprimida. Necesitaba el agua caliente en su piel.
Abrió la llave y reguló el agua. Una vez que el baño estaba cubierto de vapor se metió a la ducha, y su piel quedó roja al mero contacto con el agua a esa temperatura. No le importó, su pena hacía que estuviera casi impermeable ante los estímulos externos, como el achicharrarse con agua hirviendo.
La puerta del baño se abrió y cerró.
-Mierda Granger, te vas a hacer daño! – Dijo Draco metiéndose a la tina con ropa para quitarla de debajo del doloroso chorro.
Hermione lo miró con ojos enormes y llorosos.
-Nunca nadie va a aceptarnos, verdad? – Preguntó la bruja, con voz quebrada.
-No existe el “nunca” o el “nadie”, menos para gente como nosotros. Es verdad que hay gente que va a tener problemas con lo nuestro, y se pueden ir muy al cuerno, pero hay otra gente que va a estar más abierta a la idea, como esa chica, Luna. Ella no parecía escandalizada ante la idea…
-Luna ve nargles! – Rió Hermione a pesar de sí misma – Ni ella misma se toma en serio!
-Y quién dice que no están ahí? No porque no los veamos quiere decir que no existen… - Dijo él secándola con una toalla - Dame un beso y no quiero verte llorar más por este tema. Al comenzar sabíamos en lo que nos metíamos, sabíamos que sería duro y que seríamos juzgados. Ahora hay que afrontar las consecuencias, porque no hay manera de que me separen de ti, no después de vivir contigo, no después de dormir juntos, y mucho menos después de hacer planes para el futuro. 
-Te amo Draco Malfoy – Dijo ella acariciando el cabello rubio y perfectamente lacio del mago, y empinándose lo besó tiernamente – Te amo hasta el cielo.
-Te amo hasta la luna – Respondió él con una sonrisa ladeada – Yo gano, ahora vístete – Dijo dándole una sonora palmada en el trasero.
-Auch! – Saltó ella para evitar otra palmada - Me trajiste una muda de ropa… Gracias… - Agregó.
-Vi que entraste sin traer ni siquiera una toalla y no te iba a dejar pasearte por ahí frente a Potter usando solo una camiseta blanca mojada sin sostén. Mi paciencia tiene un límite! – Dijo emitiendo calor con su varita para secar su propia ropa, que estaba empapada.
-Cuál es el plan? – Preguntó ella mientras se calzaba las bragas. Estas en lugar de lunares tenían corazones, y rápidamente se estaban transformando en las favoritas de Draco.
-Tomamos Poción Multijugos, nos trasladamos con Polvos Flu a la chimenea del bar, ya que Potter no tiene varita, luego nos encontramos con la comadreja menor, y le entregamos el bulto. De ahí en adelante es su problema lo que pase con “El Elegido”.
-Ok, debemos tener cuidado de no exponer nuestras identidades con Ginny, o tendremos que borrar su memoria también – Pensó Hermione en voz alta.
-No hay problema… Estás lista? – Preguntó Draco.
-Lista – Dijo ella tomando su mano estirada hacia él.
-Espalda recta, mentón arriba, hombros atrás, que nadie vea que te importa lo que diga o piense ese imbécil malagradecido. Si quieres llorar, lloras conmigo, pero no vuelvas a demostrar debilidad ante nadie, esa es un arma muy peligrosa – Dijo él levantando su barbilla.
-Comprendido – Dijo ella sonriendo – Te amo…
-Más que a nada… - Dijo él acercándose.
-Más que a nadie… - Dijo ella besándolo en la mejilla, sonriendo abiertamente.
-Siempre – Cerró él – Siempre Granger.
oooOooo
No costó demasiado convencer a Harry de que siguiera el plan de Draco, ya que en el fondo parecía más bien ansioso de olvidarlo todo.
Draco les mostró la ubicación exacta del callejón mágico de Peterborough, y también del bar al que se dirigían, “El Quinto Cuerno”. Una vez que tuvieron claras las “coordenadas” del traslado, se tomaron la poción multijugos, y Draco se transformó en un hombre joven, pequeño y delgado, de cabello negro y la nariz ganchuda, extremadamente pálido. Más que brujo parecía un vampiro.
Hermione se transformó en una mujer rubia y deslavada de unos treinta y cinco años de edad y un evidente sobrepeso; y Harry por su parte, se transformó en un hombrecillo de mediana edad no más alto que un niño de unos diez años, y tan pelirrojo y pecoso que parecía uno más del clan Weasley.
-Desde atrás Potter parece tu hijo – Dijo Draco burlón, con su nueva voz.
-Oh, Draco! Me tenías que hacer tan gorda? – Se quejó Hermione adaptando su túnica a sus nuevas medidas.
-Es para que te vayas acostumbrando al peso que vas a ganar con los embarazos – Dijo él, con risa en los ojos.
-Así es que no te importa que me transforme en una ballena? – Preguntó ella levantando una ceja.
-Nah! Simplemente habría más de ti para amar – Contestó él con toda sinceridad. Después de todo lo vivido, unos kilos de más o de menos para él eran una anécdota, no un tema. (Lo que no significa que no adorara el firme y delgado cuerpo de su bruja tal como era normalmente).
-Tonto! – Rió ella y lo besó, olvidando los desagradables cuerpos que ocupaban ambos.
-Agh! Verlos con sus cuerpos normales es malo, pero esto…! – Dijo Harry tapándose los ojos, con cara de asco.
-Si no te gusta te giras y miras la pared – Dijo Draco secamente.
-Tranquilos! – Dijo Hermione – Ok, repasemos: Vamos a pasar por la chimenea hacia el bar. En cuanto lleguemos Harry va a beber la poción y de acuerdo al encantamiento que le va a aplicar Draco, va a olvidar todo lo ocurrido desde la última vez que vio a Ron, de modo que no recordará su estadía en el bosque. Una vez borrada su memoria nos acercaremos a Ginny y lo dejaremos a su cargo sin dar detalles ni nuestras identidades. Ok?
-De acuerdo – Dijo Harry aun inseguro, sin ni idea de qué pensar, pero sabiendo que eso no sería un problema por mucho tiempo. Simplemente lo olvidaría.
Draco asintió, y se paró frente a la chimenea.
Daisy se acercó con un bowl repleto de algo parecido a arena nacarada, y Draco sin mirar tomó un puñado de lo que resultó ser polvos flu y dijo - “Bar El Quinto Cuerno” – Y lanzó los polvos al fuego, que de inmediato se tornó verde esmeralda; él se paró sobre las brasas sin quemarse y de pronto desapareció.
-Tu turno, Harry – Dijo Hermione.
-Lo siento ´Mione… - Dijo él, compungido – No quise herirte, pero de verdad me cuesta mucho aceptar lo que pasa entre tú y Malfoy…
-Entiendo, ahora anda al bar, nos estás demorando, estás poniendo en peligro el plan – Dijo ella, nerviosa de que Draco se encontrara solo, por mucho que estuviera disfrazado.
-No volveremos a estar a solas, y después lo habré olvidado… – Dijo Harry – Dime que me perdonas y júrame que te vas a cuidar… Y si pasa cualquier cosa, lo que sea, vas a acudir a tus amigos… Todos te queremos y te vamos a recibir con los brazos abiertos…
-Está bien! Te perdono y lo juro, me voy a cuidar y prometo regresar si lo necesito. Ahora por favor métete a la maldita chimenea! – Exclamó ella.
-Te quiero ´Mione, te voy a extrañar…
-Te quiero Harry, y yo también te extrañaré – Dijo abrazándolo, envolviéndolo con su enorme cuerpo.
Cuando se soltaron, Harry la besó en la mejilla, se metió a la chimenea, gritó su destino, y desapareció.
oooOooo
Draco se estaba poniendo nervioso. Qué mierda estaba pasando? Habían tenido un problema? Cuando ya tenía un puñado de polvos flu en la mano  y caminaba decidido hacia la chimenea, listo para regresar a la cabaña, apareció Potter seguido inmediatamente por Hermione.
-Qué mierda les pasó? – Preguntó él en un susurro furioso.
-Nada, ya estamos aquí- Dijo Hermione arreglándose la capucha de la túnica para cubrirse bien. En realidad estaba actuando como lo haría una bruja civil, inexperta, como si temiera ser reconocida, lo que en realidad era imposible al ser este un cuerpo muggle de una persona NN.
-Bebe la poción Potter – Dijo Draco extendiéndosela. Harry la tomó en sus manos, y mientras se la bebía, Draco pronunció un encantamiento muy complicado y detallado, de modo de borrar de su mente sólo lo estrictamente necesario.
Mientras Draco terminaba de borrar la mente de Harry, Hermione buscó con la mirada a Ginny, y la reconoció sentada con la cabeza gacha, en una oscura esquina. A simple vista estaba sola, pero Hermione de inmediato se dio cuenta de que cada uno de los parroquianos del bar, incluido el cantinero, eran miembros de La Orden disfrazados o transfigurados. Por supuesto que ni Molly ni sus hermanos la dejarían acudir a esta cita a solas. Maldición!
-Terminaste? – Susurró con urgencia a Draco.
-Sí, dónde está tu amiga? – Preguntó él, girándose y tensándose de inmediato al darse cuenta de lo mismo que Hermione: Estaban rodeados.
-Harry, quiero que camines en línea recta y muy despacio, con las manos en alto - Dijo ella sacando un papel de su bolsillo que decía “soy Harry Potter, tengo amnesia y bebí poción multijugos, volveré a recuperar mi forma física en una hora más” y se lo prendió a Harry de la solapa con un alfiler. Él se dejó hacer, muy confundido, pero le obedeció.
-Retrocede, ahora! Ven aquí! – Gritó Draco, y Hermione reaccionó justo a tiempo, ya que al estar Harry fuera de la línea de fuego, comenzaron a ser blanco de todo tipo de hechizos aturdidores e invalidantes, los que rebotaron ante la pericia defensiva de Draco – Vuelve a casa! – Ordenó.
-No! No te voy a dejar sólo… - Dijo ella desviando los haces de luz que apuntaban en su dirección.
-No es el momento de contradecirme, maldita sea! – Dijo él entre dientes – Te seguiré de inmediato!
-Mierda! - Dijo ella, y dando un paso hacia la chimenea, lanzó los polvos flu e indicó la cabaña de Draco como destino.
Aterrizó de rodillas junto a la chimenea, aparentemente sin problemas. Solamente se sentía cansada y sucia.
-Y el amo Draco? – Preguntó Daisy, frenética.
-Venía detrás de mí! – Exclamó Hermione poniéndose de pie para regresar a la batalla, y sólo entonces se dio cuenta de que se había torcido el pie severamente, dejándola inhabilitada para luchar.
No le importó, se arrastró hacia la chimenea para ir de todos modos, pero de pronto sintió su cuerpo tensarse, sus extremidades recogerse y la más completa inmovilidad asentarse en sus huesos: Daisy la había petrificado.
Y luego, Daisy desapareció.
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Cha chan!!!







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