lunes, 20 de junio de 2011

Regreso a Casa 10






Mil pedazos de mi corazón, volaron por toda la habitación
se quedaron todos rotos por el suelo
uno fue a clavarse en su chaqueta de cuero
los cogí de prisa y me los guarde
por si hacían falta para otra vez
en medio de mi pecho quedo un agujero
porque no se viera puse mi sombrero
mil pedazos de mi corazón volaron por toda la habitación
deje solo un trocito dentro de su bota
para que le duela si se va con otra
1000 pedazos/ Christina y los Subterráneos
Capítulo 10
Cuando Jazz partió a la Universidad no fue fácil para ninguno de los dos. Si bien sabía que la oportunidad de estudiar medicina veterinaria en la Washington State University era exactamente lo que Jazz quería, y que teníamos suerte de que una de las mejores escuelas en el área estuviera a unas pocas horas de Forks, el hecho de no vivir con él, de no sentirlo deslizarse en mi cama cada noche, de no tomar desayuno juntos o de no poder acudir a él cada vez que tenía un problema, me dejó un profundo vacío.
Jasper, tratando de aminorar el impacto de nuestra separación, consiguió apretar su horario de clases de lunes a jueves, de modo que vivía de viernes a domingo en casa con nosotros, aunque gran parte de ese tiempo lo pasaba estudiando o escribiendo sus deberes.
Mi nueva independencia me hizo darme cuenta de lo vacía que era mi vida sin él, de que la única amiga que tenía era Alice, de que no tenía hobbies ni intereses fuera de besar a mi novio secreto y de que ni siquiera tenía planes para el futuro. A los 16 años me di cuenta de que era una cabeza hueca, y decidí hacer lo posible por remediarlo.
Lo primero que hice fue comenzar a tomar clases de pilates, un ejercicio que me llamaba la atención ya que eran pocas las probabilidades de dañar a alguien más en la práctica, me despejaba la mente y me hacía más flexible, moldeando mi cuerpo delicadamente. Hacer pilates fue el primer espacio que tuve sólo para mí.
A continuación conseguí un trabajo part time en la cafetería del pueblo, atendiendo mesas por el sueldo mínimo y propinas. Eso me dio un poco de independencia económica y me permitió ampliar un poco mi reducido círculo social, obligándome a interactuar con todo tipo de personas. Y mientras más interactuaba, mejores propinas recibía.
Y por último, decidí hablar con el consejero del colegio sobre mi futuro académico. Yo quería hacer algo grande, dejar Forks atrás y conocer el mundo. Apenas si había salido de Forks para ir a Seattle, y me sentía inquieta por ver lo que hay más allá de los árboles y la lluvia… California! Sol, playas, vida artística y bohemia… mmmmmmh… me podía imaginar a Jazz y a mi tendidos en una playa, viviendo juntos cerca del mar…
Todos estos cambios sorprendieron a Jazz y Charlie, pero ambos me apoyaron, probablemente pensando que era una fase y que ya se me pasaría. Poco sabían ellos que yo tenía un plan y pensaba llevarlo a cabo. No sería una simple dueña de casa, no sería para siempre una chica de pueblo, y no me dedicaría a simplemente esperar a que llegara mi esposo a casa pariendo un niño cada año como parecían hacer las chicas que se quedaban en Forks. Yo sería famosa: Una escritora.
Me enfoqué en mejorar mis notas, que no eran malas, pero tampoco reflejaban mi mejor esfuerzo, y a escondidas, comencé a escribir cuentos, poesías y relatos cortos. Nunca se los mostré a nadie, eran sólo un ensayo para lo que vendría algún día: mi gran novela.
Los siguientes dos años pasaron casi sin darme cuenta, y un par de semanas después de haber comenzado mi último año de secundaria me vi cumpliendo 18 años. Por fin podría gritar a los 4 vientos mi relación con Jasper, ya nadie podría opinar, por fin era libre de hacer lo que se me antojara!
Por supuesto, cuando le contamos a Charlie sobre nosotros él no estuvo muy contento, pero obviamente era algo que ya sospechaba desde antes, por lo que no hicimos más que confirmar lo que él ya sabía.
Distinta fue la reacción de mi mejor amiga Alice. Ella sencillamente sufrió un ataque de llanto, llamándome traidora, mala amiga, pervertida e incestuosa, y pasó unos 5 meses sin dirigirme la palabra.
Me dolió, yo había aprendido a querer a Alice a pesar de sus locuras y fantasías, y aunque sabía que ella tenía sentimientos por Jazz, había asumido que comprendería una vez que le explicara la situación. A lo mejor habría resultado… si ella hubiera escuchado mi explicación.
Jasper me consoló diciendo que ya se le pasaría, que él nunca había respondido a las atenciones de Alice ni había alentado sus sentimientos, por lo que cuando se le pasara la rabia vería que nuestra amistad no debería sufrir por una traición que realmente nunca existió.
Sin embargo, durante los meses que le duró el enojo a Alice, yo me quedé más sola que nunca, con Jasper cada vez más ocupado en sus estudios y sin una amiga cercana con quién conversar, me dediqué de lleno a mi trabajo y a mi escritura, y experimenté enviando mis historias a distintos concursos regionales, publicaciones web, sitios de fanfiction y hasta a un par de editoriales.
Cuando llegó el momento de postular a la universidad no dudé en mi aplicación: La Universidad de Stanford, ubicada cerca de San Francisco y con uno de los mejores programas de literatura del país. Les envié una selección de poemas y cuentos y una entusiasta carta de aplicación además de los documentos de postulación requeridos, pensando que no haría daño demostrarles cuánto deseaba entrar en ese programa.
Cuando meses después recibí el sobre de respuesta de Stanford me encontraba sola en casa, y corrí a mi dormitorio a revisar el contenido mientras el corazón amenazaba por arrancarse por mi boca. Con dedos temblorosos abrí el sobre y cayeron a piso un montón de folletos y papeles, y en mis manos quedó sólo una carta. Sólo leí la primera frase, y de esa frase sólo una palabra "…felicitaciones…".
Había sido aceptada! Había sido aceptada en la universidad de mis sueños y no sólo eso, si no que aparentemente alguien del comité había leído mis cuentos y creyó que tenía potencial, por lo que me habían adjudicado una beca por la totalidad de mis gastos durante el primer año de estudios. Si mantenía mi rendimiento la beca sería renovada anualmente, lo que significaba que no tendría que rogar a los bancos por créditos estudiantiles y Charlie no tendría que hipotecar la casa! Oh! Estaba tan feliz que no lo podía creer, orgullosa y excitada con mi futuro y las grandes cosas que lograría… Debía contarle a Jazz y a Charlie! Aunque pensándolo bien…
Jazz… Qué pasaría con nosotros? Jazz tenía 4 años más de estudios por delante, y él estaba feliz con su universidad y su programa de estudios. No había forma de que se trasladara conmigo… Pero tampoco podía dejar pasar una oportunidad como la que se me estaba ofreciendo verdad? Oh… que hacer? Ya era difícil estar separada de Jazz 4 noches a la semana, la separación que significaba mi mudanza a San Francisco sería pura tortura… Y además él creía que yo estudiaría en WSU junto a él… aunque ese programa de literatura apestaba! Aaaagh! Ser una adulta apesta!
Aspirando y exhalando lentamente, logré calmar mis emociones y sentarme en mi cama para revisar con tranquilidad toda la información que Stanford me había enviado. De acuerdo a la carta tenía que enviar mi aceptación a la beca a la brevedad, por lo que decidí aceptar y no decir nada hasta que fuera estrictamente necesario. Para qué armar problemas ahora, en período de exámenes cuando Jazz necesitaba estar tranquilo y concentrado? Ya habría tiempo de discutir la logística de nuestra relación… Y si la relación a distancia no funcionaba, siempre existía la oportunidad de pedir un traslado a WSU y su asqueroso programa de literatura. Jazz era lo primero.
Alice poco a poco comenzó nuevamente a dirigirme la palabra, y aunque las cosas nunca volvieron a ser exactamente iguales entre nosotras, pudimos retomar nuestra amistad siempre que evitáramos el tema de la polémica: cualquier cosa relacionada a Jazz. Era un alivio contar una vez más con mi mejor amiga.
Finalmente Jasper terminó con sus exámenes y regresó a Forks por el verano, por lo que pudimos disfrutar de más tiempo juntos cuando yo no estaba ocupada con las últimas tareas y exámenes en el colegio. Fueron días felices llenos de esperanza y planes para el futuro.
Recuerdo sólo vagamente el día de mi graduación… Jazz, Charlie y yo desayunamos en mi cafetería croissants de chocolate y café bien cargado antes de partir a mi ceremonia de graduación. Recuerdo las feas togas amarillas de polyester y la mirada orgullosa de Charlie y Jasper entre el público. Recuerdo a Charlie entregándome tímidamente un sobre y diciéndome "Para que cumplas tus sueños, sean lo que sean". Era una tarjeta de felicitación y un cheque de $3000 dólares… Maldición, Charlie me hizo llorar…
Recuerdo a Jazz entregándome una caja de terciopelo con un colgante ovalado de ónix con un cisne de oro abriendo sus alas en su interior… el significado no pasó desapercibido y me emocionó hasta las lágrimas nuevamente. Al ponerlo en mi cuello susurró dulcemente en mi oído "la próxima vez que te regale joyas será un anillo de diamantes".
Y recuerdo un par de días después mi fiesta de graduación. Había ido a Seattle con Jazz a elegir mi vestido, aunque él me esperó afuera de la tienda para que fuera una sorpresa. Era una ocasión especial ya que sería la primera vez que estaríamos en público como pareja, y yo deseaba que todo saliera perfecto.
Jazz arrendó un auto para la ocasión (ya que su moto era difícilmente apropiada y yo me negué a viajar en la patrulla de Charlie) y una vez que estuve vestida y arreglada bajé las escaleras sintiéndome parte de una de nuestras películas en blanco y negro.
Mi vestido era con mucho la pieza de vestuario más elegante que había usado nunca: Una creación de color verde azulado con el busto en corte recto y un solo tirante que se separaba en 2 en la espalda desnuda, ajustado en la cintura y caderas y con una falda que se ampliaba desde mis muslos hasta el piso. Mi cabello estaba recogido en un sencillo moño despejando mi cuello y usé el pendiente que me regaló Jazz como único adorno.
-Cariño, te ves preciosa –Exclamó Jazz al pié de las escaleras devastadoramente guapo, vestido completamente de negro (excepto por una impecable camisa blanca). Luego se acercó a mí y me dijo al oído –No puedo esperar para subirte ese vestido hasta las caderas y tomarte contra la pared.
-"Señor, usted no es un caballero!" –Exclamé citando "Lo que el viento se llevó" y golpeando juguetonamente su hombro.
-"Y usted señorita, no es una dama" –Respondió él riendo y metiendo su lengua en mi oído y provocando un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.
Una vez que Charlie se hartó de tomarnos fotos pudimos partir a la fiesta. Esta vez sí presté atención a la decoración del gimnasio del colegio, a mis compañeros, a los que probablemente no volvería a ver nunca más, y a cada pequeño detalle que pude grabar en mi mente. Esta noche sería especial, lo podía sentir, y estaba decidida a no olvidarla.
Jazz y yo nos sentamos en la mesa en la que estaba ubicada Alice, y tratamos de actuar con normalidad. Ella había asistido con Paul, un chico alto y guapo de piel oscura y cabello negro al que yo apenas conocía. Nos saludamos cortésmente, pero Alice escapó de la mesa rápidamente hacia la pista de baile, dejándonos a Jazz y a mí a solas.
-Estás contenta cariño? –Preguntó Jazz acariciando mi rodilla por debajo de la mesa.
-Feliz –Sonreí.
-He esperado tanto por este día… cuando por fin vamos a estar juntos y no nos vamos a separar más… -Suspiró contento. Mi estómago se contrajo sabiendo que debía contarle sobre Stanford y la beca…
-Cariño… -Comenzó.
-Jazz… -Dije al mismo tiempo.
-Tu primero –Le dije tratando de ganar tiempo, no quería arruinar nuestra noche juntos.
-Cariño, tú sabes que te amo más que a nada y que quiero pasar mi vida contigo… cariño, quiero que nos casemos este verano antes de que nos vayamos a la universidad. Así va a ser más fácil para Charlie el dejarte ir, y vamos a ser por fin una familia de verdad… yo tengo suficiente dinero con la herencia para que podamos vivir sin preocuparnos por algunos unos años y después puedo comenzar a trabajar… qué me dices?
-Jazz… yo… Jazz yo te amo, pero no puedo –Dije comenzando a aterrarme… Dios, yo lo amaba con todo mi corazón, pero no quería casarme a los 18 años, no quería cerrarme al mundo antes de haber vivido, no quería ser la señora Bella y dejar de ser joven… yo quería experimentar, ir a fiestas, viajar, cometer errores… Todo eso lo podía hacer con Jazz, pero no si nos casábamos… la gente casada tenía otras responsabilidades, e hijos… yo me había hecho cargo de Charlie y Jazz toda la vida y ahora que tenía la oportunidad de salir de casa y ser despreocupada y libre… Oh no… nononononono.
-De qué estás hablando? Como que no puedes? –Dijo frunciendo el ceño. Su voz dejó de ser cálida para convertirse en algo frío y distante.
-Jazz yo no me quiero casar ahora… yo… me gané una beca para estudiar literatura en Stanford, es una oportunidad increíble y yo ya la acepté… -Dije bajando la mirada, sintiéndome culpable.
-Y se puede saber cuándo pensabas informarme de que te vas a ir a vivir a California?
-Yo… yo no quería discutir, tú estabas ocupado con tus exámenes, y no pensé… no pensé que tu quisieras… casarte…
-Y hacia dónde creíste que nos dirigíamos Isabella? Hemos sido novios desde siempre, y ahora que finalmente podemos comenzar una vida juntos tú me sales con esto? –Dijo comenzando a subir la voz.
-Pensé que estarías contento por mí! –Dije ofendida y subiendo yo también la voz.
-Contento? –Preguntó –Contento de que hayas tomado una decisión como esa sin tomarme en cuenta? Contento de que todos nuestros planes se vayan a la basura? Contento de que te niegues a ser mi esposa? De que todo este tiempo hayas estado jugando conmigo? Si claro, estoy feliz! –Dijo sarcástico levantándose de la mesa y me dejó sola.
Yo me quedé sentada por un rato, aturdida por lo que había pasado, pero pronto me incorporé y me dirigí al baño, me encerré en un cubículo y me senté a llorar sintiendo pena por mí. Yo realmente había esperado que Jazz se alegrara? Sí, lo había esperado, aunque la forma en que le di las noticias estaba lejos de ser la mejor. Ahora él estaba molesto, creía que yo no lo había tomado en cuenta y encima… encima me negué a ser su esposa sabiendo lo importante que era para él formar una familia… mierda, mierda, mierda!
Lloré un largo rato en el baño, y cuando finalmente me calmé decidí que lo había hecho todo de la manera equivocada. Debí tomar en cuenta a Jazz desde el primer momento, debí haberle dado las noticias en el lugar y momento apropiado, y debí haber tenido claro desde un comienzo el orden de mis prioridades. A lo mejor casarse no era tan malo… o a lo mejor podíamos vivir juntos por un tiempo y casarnos más adelante. Lo que estaba claro era que yo podría vivir sin Stanford, pero no podía vivir sin Jasper.
Aspiré y exhalé varias veces hasta que me calmé lo suficiente, dejé mi cubículo y me limpié la cara lo mejor posible para volver a la fiesta. Al volver al gimnasio traté de buscar a Jazz sin resultados. Podía ser que realmente se hubiera ido sin mí? Aparentemente si…
Decidí buscar al resto de mis amigos pensando en que alguien me podría dar un aventón hasta mi casa, pero no encontré a ninguno de mis amigos más cercanos. Esa noche había una fiesta en casa de Jessica y todos asistirían después de la fiesta en el colegio… aparentemente estuve en el baño más tiempo del que había calculado.
Con un suspiro de resignación saqué mi celular de mi cartera y llamé a un taxi. Al llegar a casa todas las luces estaban apagadas. Jazz no había llegado y Charlie trabajaba como cada noche de graduación. Resignada, me desvestí, me duché, me puse pijama y me acosté a esperar a Jasper… pasé en vela toda la noche y no llegó.
Temprano en la mañana sentí a Charlie llegar y subir a su habitación, y yo me levanté incapaz de seguir intentando dormir. Llamé al celular de Jazz sin obtener respuesta y me fui a la cocina a preparar café. A eso de las 9 de la mañana escuché abrirse la puerta de entrada y los pasos de Jasper entrando a casa.
Él se veía terrible… claramente no había dormido nada, tenía ojeras y los ojos rojos. Se tambaleaba un poco… habría bebido?
-Jazz…?
-Cariño… cariño… lo siento tanto cariño…
-Jazz lo siento… fui tan estúpida, debí haberte dicho lo de la beca desde un principio, pero ahora lo sé, quiero estar contigo, estudiaré en la WSU y viviremos juntos –Dije abrazándolo –Lo siento tanto, prometo no volver a esconderte cosas, te amo y me voy a casar contigo!
-Cariño… -Dijo abrazándome tan fuerte que se hizo doloroso –Lo siento… lo siento…
-Está bien Jazz, fue mi culpa… no tienes nada de qué disculparte…
-Si… si tengo… yo… anoche estaba tan enojado… cometí un error… necesito que me perdones…
-Error… que hiciste Jazz? –Dije sintiendo el terror a lo desconocido… que podía ser tan malo para tenerlo en este estado? Me separé de él un par de metros para poder mirarlo a los ojos.
-Después de que te dejé… me fui al estacionamiento a fumar para despejarme un poco y pasar la rabia… y Alice se acercó a hablar conmigo… yo estaba tan enojado contigo, cariño, tan desilusionado… y ella me escuchó… yo no quería que pasara nada, pero una cosa llevó a la otra y terminamos en su casa tomando unos tragos…
-Jasper… qué hiciste? –Dije aterrada de la respuesta.
-Lo siento cariño… lo siento tanto… -Dijo cubriéndose el rostro con las manos.
-Dímelo –Dije alejándome de él mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.
-No… no puedo… lo siento… no significó nada… yo te amo a ti… -Dijo mirando el suelo.
-Te acostaste con ella? –Pregunté con voz extrañamente calmada y fría.
-Lo siento… -Dijo acercándose a mí, tratando de tomar mis manos entre las suyas.
-Aléjate de mí, no me toques! –Grité. Me di media vuelta y corrí a mi habitación, donde me encerré a llorar.
Pasé todo el día llorando, destruida. Jasper y Charlie trataron de hacerme salir, conversar o comer, pero me negué a responder. Una vez que las lágrimas se acabaron temporalmente, hice planes. No lo quería volver a ver… no podía creer su traición. Un momento se quiere casar conmigo y al siguiente se acuesta con mi mejor amiga? Bastardo!
Me dediqué realizar los trámites y averiguaciones necesarias en internet, armé mi mochila de acampar con la ropa justa y necesaria, tomé mi tarjeta de crédito y el dinero que me había regalado Charlie para la graduación y esperé que la casa estuviera en silencio. Dejé una nota para Charlie en el refrigerador y me marché en la mitad de la noche.
Pasé las siguientes 3 noches en el aeropuerto de Seattle a la espera de mi vuelo. No me importó. Pasé el tiempo llorando y durmiendo, y cuando finalmente llegó el momento de abordar mi avión, me despedí de mi antigua vida, prometiéndome ser la Bella que siempre quise ser.
Pasé ese verano recorriendo la India, viviendo en albergues juveniles y viajando en tren; conocí gente de todo el mundo, probé comidas exóticas, visité palacios y templos, aprendí a meditar y a practicar Yoga, y por primera vez en mi vida estuve sola, independiente y libre. Extrañé a Jasper cada día, pero necesitaba ese tiempo para mí, para calmarme y perdonar.
Entre el dinero que me regaló Charlie y mis ahorros de mi tiempo en la cafetería tuve para vivir cómodamente, e incluso me sobró una buena cantidad. Mis gastos estaban cubiertos para mi primer año en Stanford y sólo regresé a Estados Unidos 3 días antes de comenzar mis clases.
Al examinar mi repleto email (no lo había revisado en casi 3 meses) me encontré con una horrible sorpresa… Charlie me informaba que Alice estaba embarazada y que el hijo era de Jasper.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No olvides comentar!!!

Calendario