jueves, 3 de noviembre de 2011

Por qué a mí? 2








Hola chicos, decidí continuar esta historia, ojalá les guste...

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Capítulo 2


It's done nothing so far but destroy my life
You cause as much sorrow dead
As you did when you were alive
I never said I was tough
That was everyone else

You cause as much sorrow / Sinead O´Connor

Sam POV

Para cuando llegamos a la camioneta de Bella ambos estábamos más serenos. Ambos habíamos dejado de llorar y si bien no estábamos conversando al menos ya no estábamos discutiendo como al principio.

-Estás segura de que estás en condiciones de conducir? –Le pregunté sintiéndome un cretino por no poder acompañarla u ofrecerle consuelo. Pero apenas si la conocía y no había nada que ella quisiera de mí. Se le notaba en su lenguaje corporal.

-S… si –Dijo ella con la voz ronca y sin levantar la mirada.

-Bella mírame –Le pedí tratando de levantar su rostro con la punta de mis dedos. Ella accedió –Mañana vamos a hablar con más calma… pero quiero que sepas que lo que pasó entre nosotros fue hermoso… a pesar de todo fue hermoso, y no quiero que te arrepientas de lo sucedido hasta que hayas escuchado lo que tengo que decir mañana… está bien?

-Ok –Dijo ella suavemente mientras nuevas lágrimas rodaban por sus mejillas. No pude contenerme y las recogí con mis dedos. Un gesto tan íntimo que mis propios ojos ardieron por llorar. Por ella y por mí y por las vidas de aquellos que destruiríamos con esta imprimación.

-Nos vemos Bella, mañana a la salida del colegio? –Le pregunté.

-Si, a las 3 pm –Confirmó.

-Hasta mañana –Le dije besándola en la coronilla.

-Hasta mañana –Respondió ella. Se subió a su camioneta y partió sin mirar atrás. Yo me quedé mirándola hasta que desapareció de mi vista y entonces eché a correr hacia mi casa. Tenía mucho que pensar y tenía que hablar con Billy Black acerca de lo que acababa de ocurrir. Él como el mayor del Concejo de Ancianos podría ayudarme con el asunto de la imprimación, aunque ciertamente no me moría de ganas de revelarle que había imprimado en Bella Swan y que encima la había hecho mía como un animal, revocándonos en el bosque.

Pero las cosas nunca son como uno las planea. En mi casa me estaba esperando no otra que Leah, mi novia, y estaba cabreada.

-Donde demonios estabas Samuel? –Preguntó –Llevo una hora y media esperándote. Jared me dijo que habías tenido una emergencia y me encantaría saber de qué se trata…

-Leah… hola… -Dije entrando a la casa. Demonios!... Tenía que hacerlo inmediatamente, mi imprimación me impediría volver a comportarme como su novio, no la podría volver a besar y mucho menos dormir con ella. La amaba, pero sentía al mismo tiempo una extraña repulsión hacia ella.

-Y entonces…? –Dijo ella en esa pose que a veces adoptan las mujeres exasperadas, con una mano en la cadera y el pié marcando el paso.

-Lo siento –Le dije.

-Lo siento? Eso es todo lo que tienes que decir? –Preguntó cruzándose de brazos.

-Leeh… tenemos que terminar –Dije abruptamente mirándola a los ojos… a esos ojos que hasta esta mañana había amado con toda mi alma.

-Samuel…?

-Leeh… yo… no podemos seguir juntos… hay cosas… cosas que tú no entiendes… -Fue todo lo que pude decirle. Soy un idiota, lo sé.

-Es por lo de ahora? Esto no es nada! Es esto?–Preguntó en un tono algo desesperado.

-No… no eres tú…

-"No eres tú, soy yo"? Esa es tu excusa para terminar con 3 años de relación? Te exijo una explicación… y más te vale que sea buena –Dijo furiosa, aunque pude ver que sus ojos brillaban con lágrimas que no quería derramar. Leah y Bella eran completamente opuestas… Mi Leeh era fuerte y segura, alegre y vibrante. Bella era como una muñequita de porcelana rota, callada y distante. La única vez que la había escuchado expresar su opinión había sido para decirme que me odiaba…

-Leeh… -Comencé.

-No me vuelvas a decir Leeh!

-Leah… no, no tengo una explicación ahora. Sólo te puedo decir que tenemos que terminar.

-Tienes a otra? –Escupió.

-No tengo a nadie –Le dije y en parte era verdad. Yo no tenía a Bella. Pero ella me tenía a mí.

-Eres un cerdo! Tienes a otra! –Me gritó empujándome. Nunca le pude mentir a Leah, ella parecía tener un sexto sentido o algo.

-Leah… por favor… -Le rogué sin saber qué es lo que le estaba pidiendo.

-Por favor qué? –Gritó.

-De verdad lo siento… Lo siento tanto… -Me disculpé otra vez.

-Dime su nombre… -Exigió -… estuviste con ella ahora? –Mi rostro se contrajo por la culpa.

-No puedo… -Le dije, implícitamente reconociendo que había otra mujer. PAF! Sonó la bofetada que Leah me dio en la mejilla izquierda.

-Mierda! –Exclamó sujetándose la mano.

-Leeh déjame ver… -Dije tratando de ver si tenía huesos rotos.

-No me toques! –Gritó.

-Leeh! Por favor…

-Tu, Samuel, estás muerto para mí –Dijo y salió hecha una furia de mi casa.

Y con eso, mi novia, a quién hasta esa mañana había amado con toda mi alma, me mandó merecidamente al infierno.

…oOo…

Mi siguiente parada fue la casa de mi segundo al mando, Jake, a quién también en su momento le rompería el corazón. Afortunadamente Billy estaba solo en la casa, y al abrirme la puerta me hizo la seña para que entrara.

-Sam… -Me dijo –Jacob no está en casa, pero imagino que eso ya lo sabes…

-Lo sé… es contigo con quién necesito hablar…

-Como parte del Concejo? –Preguntó.

-Y como amigo –Respondí. Al no tener un padre Billy había de alguna forma asumido ese rol en mi vida, aconsejándome y guiándome durante mi adolescencia.

-Bien… bien… Siéntate Sam, y dime, en qué te puedo ayudar?

-Billy verás… yo… imprimé hace algunas horas… -Dije de golpe.

-Imprimaste? Entonces las leyendas son ciertas! Felicitaciones muchacho! Es Leah la afortunada?

-No… -Dije sombríamente. El rostro de Billy se contrajo en un gesto de sorpresa.

-Entonces?

-Ella… no es de la tribu… -Le dije.

- Es ella de los Macah? Eso no es tan malo hombre!… nuestras tribus son hermanas, la acogeremos como a una más… -Me consoló.

-Billy ella es blanca… ella es… Billy imprimé en Bella Swan! –Exclamé desesperado.

-Oh mieeerda! –Exclamó Billy. Y habría sido gracioso sino fuera porque la situación era trágica desde mi punto de vista.

-Qué voy a hacer? –Pregunté desesperado.

-Estás seguro de que imprimaste? Completamente seguro?

-Sí Billy, completamente seguro… acabo de terminar con Leah! –Dije agachando la cabeza y cubriendo mi rostro con las manos para que no se vieran las lágrimas que amenazaron con escaparse ante el recuerdo de mi Leeh y el daño que le había hecho.

-Ese es un buen primer paso Sam… ahora bien… cuéntame desde el principio qué es lo que sucedió…

Y ahí vino lo que me temía: El relato de cómo desfloré en el bosque a la hija de su mejor amigo. Más me hubiera valido que Leah en vez de una cachetada me hubiera dado un tiro…


…oOo…

Bella POV

El trayecto a mi casa lo hice casi como en automático. No tengo realmente consciencia de cómo llegué ahí, sólo sé que lo hice.

Afortunadamente Charlie aún no llegaba a casa, por lo que pude subir a mi cuarto a pensar en lo que me había sucedido.

Mi primer impuso debería haber sido darme una ducha, pero por alguna razón, el olor de Sam sobre mi cuerpo me reconfortó de alguna manera…

Qué demonios había pasado? Qué mierda había hecho? Apenas si había cruzado dos palabras con Sam y de pronto me encuentro abriéndole las piernas como una vulgar ramera? Yo estaba segura de que odiaba al tipo, y de pronto, sentí este impulso incontrolable de poseerlo, de que me poseyera, de tocarlo y de que marcara mi cuerpo con el suyo. No había nada romántico en esto, fue un llamado animal… Una sed incontrolable que sólo él podía saciar.

Y entonces me entregué siguiendo ese instinto que ardía en mis entrañas, y sentí las sensaciones más poderosas apoderarse de mí. No quería discutir, no quería hablar, quería que me cogiera… duro.

Es esa la forma en que una chica se comporta al perder su virginidad? Lo dudé. Incluso yo esperaba que fuera en un contexto romántico, con el hombre que yo amaba… con él.

Pero él no me había querido, él me había abandonado, y Sam… sus ojos expresaron un deseo desatado que nadie nunca sintió por mí, y su cuerpo contra el mío se sintió jodidamente bien, se sintió real…

Pero después de que todo pasó, después de que Sam se salió de mí, me sentí vacía… y sucia… no por hacerlo con él, sino porque yo sabía que él tenía una novia, y yo… yo tenía a mi Jacob. Si alguien se merecía lo que fuera que yo tuviera para entregar seguro que ese era Jake.

Lloré y Sam me consoló, y en su abrazo me volví a sentir completa por unos segundos. Y luego, dejó caer la bomba: imprimación, almas gemelas, leyendas ancestrales… en qué mundo me había metido? Vampiros, hombres lobos y almas gemelas, eran todo parte de las leyendas… y mi vida actualmente estaba repleta de ellas.

Sería posible que Sam Uley fuera mi alma gemela? Qué sabía yo de Sam? Casi nada… y lo que sabía no me gustaba.

Decidí que no quería el confort del olor de Sam. Quería limpiarme del cuerpo el día horroroso que había tenido y hacer de cuenta que nada había sucedido.

Al entrar al baño me miré al espejo y pude ver que a pesar de mi llanto me veía… distinta… luminosa… mis labios aún rojos e hinchados por sus besos, mi rostro sonrojado por los recuerdos más placenteros… Me metí a la ducha sin más. No quise verme distinta. Quise que nada de lo ocurrido existiera, meterlo todo en un cajón de mi memoria y no volverlo a sacar.

Mientras me paré bajo el chorro de agua caliente di gracias al cielo que estuviera tomando anticonceptivos desde los 16 años para regular mi ciclo menstrual, o tendría otra razón para preocuparme…

Dejé que el agua escurriera entre mis piernas para lavarme los restos de sangre y semen, y restregué con fuerza mi piel para borrar hasta el último rastro de su olor. Usé además extra cantidad de mi body wash de fresas, que es el olor que asocio conmigo misma (ya que lo uso desde los 13 años) y me lavé el cabello 2 veces.

Una vez que estuve lista salí de la ducha, me sequé rápidamente y me puse pijama y bajé a descongelar una lasaña para la cena de Charlie. Yo no me sentía con ánimos de nada y menos de verle la cara a mi padre, por lo que cuando llegó, le serví su plato y fingí un dolor de estómago para ir a acostarme.

Durante toda la noche me di vueltas pensando en lo ocurrido. A ratos lloré y a ratos soñé despierta con Sam besándome como lo hizo esa tarde, apasionadamente. Eran los besos de un hombre, no los de un niño, y no pude dejar de compararlos a los de él, siempre tan controlados… siempre dulces pero oh! tan insulsos…

Incluso a ratos traté de buscar su olor en mí, no lo encontré. Y debo confesar que la única manera de conciliar el sueño, a las 4:30am, fue abrazándome a mi camiseta, que aún tenía olor a bosque, a lobo y a Sam.

…oOo…

Desperté con una jaqueca terrible y me tragué 2 aspirinas antes de siquiera levantarme. 10 minutos después me levanté y me vestí, me lavé los dientes y bebí un gran vaso de agua y tomé una barra de cereal de la cocina. Con todas mis cosas en orden, me subí a mi camioneta y me dirigí a la escuela.

La mañana fue una tortura, y no sólo por el dolor de cabeza que no amainaba, sino que porque ese fue uno de aquellos días en que Mike decidió regalarme su atención. Pasé toda la mañana evitando sus avances y para la hora de almuerzo decidí esconderme en la biblioteca.

Entonces recordé que faltaban poco más de 2 horas para mi encuentro con Sam, el mentado encuentro que supuestamente lo explicaría todo, y los nervios me atacaron haciéndome sentir nauseas. Caminé lentamente al baño, sin saber si lo que realmente quería hacer era vomitar o una excusa para mirarme al espejo, para arreglarme y verme "bonita" para él, y al llegar a la puerta suspiré y acepté la verdad. Si bien me sentía un poco enferma, eran más que nada mariposas en mi estómago. La verdadera razón de mi ida al baño era para verme lo mejor posible para mi supuesta alma gemela… para mi Sam.


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