Hola chicos, gracias por la espera, han sido unas semanas bastante duras las que he pasado y mi salud aún no está al 100%. Pero lo importante es que regresé, y que aquí tienen el prometido capítulo de Crimson Moon que estaban esperando.
Gracias a todos por su apoyo, por sus oraciones y sus buenas energías. Son lo que me mantiene en pié.
A partir de ahora voy a comenzar a actualizar menos frecuentemente, mínimo una vez a la semana cada historia, (denle una mirada a Beautiful Crazy), ya que no puedo exigirme más por ahora.
Espero que este cap. les guste… al menos a mí me gustó.
Cariños
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Capítulo 4
…Dile a papá que me voy de la ciudad
dile a los chicos, que no volveré más…
…Quema los rascacielos
quema los postes de la luz
y los camiones de bomberos
quema los tribunales
quema todos los bares
porque no voy a volver….
Voy en un coche / Christina y los Subterráneos
Bella POV
Empacar nuestra ropa, algunos juguetes de Davy y mis libros, nos tomó buena parte de la mañana, no porque nos demoráramos mucho tiempo guardar la ropa, sino porque debíamos elegir cuidadosamente qué llevar… no sabíamos cuándo regresaríamos a nuestra casa.
Preparé un almuerzo temprano en el que cociné el favorito de Davy, puré de papas con huevos fritos y salchichas.
-Mamáaa… no me quiero ir… -Dijo Davy clavando un trozo de salchicha con su tenedor y haciendo un puchero.
-Vamos a conocer a tío Peter y tía Char, cariño –Le dije sin querer admitir que yo tampoco quería irme –Y vamos a ir a un rancho de verdad! Tu tío Peter es un vaquero!
-Como en las películas? –Preguntó Davy.
-Igualito! –Exclamó Emmett –Van a haber caballos, y vacas y vamos a usar sombreros vaqueros de verdad!
-Wooow! –Exclamó entusiasmado Davy –De verdad papá?
-No estoy tan seguro acerca de las vacas y los caballos, pero seguro que te podemos comprar un sombrero vaquero –Respondió Jazz con una sonrisa. Yo los vi conversar mientras bebía mi sangre de alce y soñaba con una vida segura para mí y mi familia.
Ojalá yo pudiera olvidar mis temores y estuviera tan entusiasta como Davy…
…oOo…
-Te gusta el avión Davy? –Preguntó Rose en cuanto despegamos.
-Sisisisisisisi! –Respondió Davy entusiasmado –Quiero ser piloto cuando crezca!
-Pensé que querías ser vaquero… -Dijo Emmett desde su asiento, luciendo decepcionado.
-Quiero ser un piloto-vaquero –Enmendó Davy.
-Jazz… nos van a estar esperando en el aeropuerto? –Pregunté por quinta vez, buscando reafirmación de mi novio.
-Cariño –Dijo tomando mis manos y besando mis nudillos –Peter y Charlotte estarán esperando por nosotros, no temas –Me calmó con su don y sus palabras. Aunque nos habíamos sobrealimentado antes de partir aún me daba miedo estar mucho tiempo entre humanos, y lo mismo corría para Davy, por eso habíamos comprado todos los asientos de primera clase, para no tener que compartir nuestro espacio con más humanos que un par de azafatas.
-Está bien… -Dije acurrucándome a su costado –No sé por qué me estoy comportando así, no sé por qué tengo tanto miedo…
-Está bien tener miedo Bella, es perfectamente normal, pero te pido que confíes en mí, Peter y Char te van a amar a ti y a Davy como a su propia familia, porque eso es lo que son.
-Está bien… supongo que debería tratar de relajarme… -Dije arrepentida de mis exabruptos.
-Quieres que te ayude a dormir? –Preguntó él.
-Sí por favor –Dije cerrando los ojos, y es lo último que recuerdo hasta que aterrizamos y Jazz me despertó con un dulce beso en la mejilla.
…oOo…
Una vez en el aeropuerto tomé a Davy en mis brazos y me concentré en no pensar en los humanos que nos rodeaban.
Rose se quedó a nuestro lado mientras Jazz y Emm retiraban las maletas de la cinta transportadora y una vez que llegaron a nuestro lado con dos carros llenos de maletas, avanzamos al sector donde se suponía que nos estarían esperando nuestros anfitriones.
El lugar estaba plagado de humanos y Davy me hizo sentir su hambre, pero permaneció aferrado a mí y yo a él. Mi niño había obedecido y entendía que comer personas estaba muy mal, por lo que le entregué una barra de chocolate para que calmara sus ansias mientras salíamos del aeropuerto.
De pronto se escuchó un grito de entre la multitud.
-Jay! Demonios, es bueno verte! –Dijo una voz masculina, un rico barítono que me hizo saber que la voz pertenecía a un vampiro.
-Peter! Char, preciosa, que alegría de verlos! –Exclamó Jazz yendo a besar la mejilla de una vampira rubia y pequeñita, pero con el cuerpo de un reloj de arena que parecía tener unos 17 años y luego se dirigió a abrazar a un vampiro alto y con el cabello de color rubio oscuro que aparentaba unos 20 años.
-Oh Jay no debes olvidarte de la familia, desde cuándo que no nos visitabas? –Preguntó Charlotte con un marcado acento sureño.
-Más tiempo del que quiero recordar –Dijo Jazz avergonzado –déjenme presentarles a mi Bella y a nuestro Davy! –Exclamó orgulloso
-Hola –Dije con una sonrisa mientras Davy se escondía tras mi cabello como siempre que se sentía tímido.
-Hola preciosa, va a ser un gusto tenerte como nuestra hermanita! –Dijo Charlotte, lo que era gracioso ya que ella se veía más joven que yo.
-Mira nada más, Jay, déjame felicitarte –Exclamó Peter –Sólo tú te podías deshacer de la enana para cambiarla por esta belleza y un pequeño!
-Hola Peter, Char –Dijo Rosalie interponiéndose entre nosotros y enfocando la atención en ella, cosa que agradecí.
-La hermosa Rosalie, cómo estás bombón? –Preguntó Peter guiñándole un ojo y besando su mejilla.
-Bien, gracias –Dijo Rose dándose importancia.
-Hola Char –Dijo Emmett envolviendo a la pequeña en un abrazo de oso.
-Mmmmm! –Se quejó Charlotte, y todos rieron cuando la diminuta Charlotte le dio un golpe en la cabeza a Emmett, quién se lo tomó con humor.
-Bien, basta de bromas –Dijo Jazz –Dónde están estacionados?
-Síganme –Dijo Peter, y eso fue justamente lo que hicimos.
Peter y Charlotte tenían sendas camionetas de doble cabina aparcadas en el estacionamiento del aeropuerto, por lo que todos nos dividimos para quedar instalados cómodamente. Davy, Jazz y yo viajamos con Peter, y Emmett y Rose viajaron con Charlotte.
-Y dime, hermano, cómo va todo en el rancho? –Preguntó Jazz interesado.
-Bien, bien, Char y yo somos todos unos granjeros! –Dijo Peter muriéndose de la risa –Pero cuéntenme más de ustedes, qué tal la vida en familia? Davy va a la escuela?
-La vida en familia es perfecta –Dijo Jazz mirándome a los ojos con una sonrisa enviándonos su amor –Y en cuanto al colegio, no, Davy nunca ha podido asistir, crece demasiado rápido.
-Pero yo quiero ir al colegio! –Dijo Davy despacio, abrazándome más fuerte.
-No puedes, mi amor, los otros niños se darían cuenta de que no eres como ellos… -Dije tratando de que comprendiera.
-Pero mamaaaaá… -Dijo Davy haciendo pucheros y proyectando su pena.
-No Davy, no se puede –Dijo Jazz con firmeza –O no te gusta cómo te enseña tu tía Rose? –Preguntó más dulcemente. Rose había tomado el rol de profesora y lo disfrutaba enormemente.
-Si me gusta, pero quiero conocer a otros niños… -Dijo Davy con lágrimas en los ojos.
-Podemos parar en un Mac Donalds –Ofreció Peter –Huele horrible pero en sus juegos siempre hay niños del tamaño de Davy…
-Mac Donaaaaaaaaalds! –Gritó Davy que nunca había estado en uno en su vida, pero veía sus comerciales en televisión.
-Sip, tu tío Pete te va a llevar al Mac Donalds –Dijo Peter orgulloso de tener algo que ofrecer a Davy.
-Mmmmmmh… sueño con una Big Mac… y Nuggets! –Dije yo más preocupada de la comida.
-Ahí lo tienen! Madre e hijo son iguales… -Dio Jazz. Yo le saqué la lengua.
-Quiero una cajita feliz! –Gritó Davy, olvidada la timidez –Puedo tío Pete?
-Claro que sí Dave, mi amigo! –Respondió Peter.
-Hey! Aquí somos nosotros los que damos los permisos! –Dijo Jazz medio en broma medio en serio.
-Yupiiiiiiiiiiii! –Gritó Davy acallando los reclamos de Jazz. Yo me relajé. Si mi hijo estaba feliz yo también lo estaría.
Llamamos a Charlotte para darle a conocer los nuevos planes y ella accedió sin problemas a hacer una parada en Mac Donalds, por lo que todos nos encontramos en el restaurant con el parque de juegos más grande de la ciudad.
Mientras los demás esperaban en una mesa junto a los juegos, Davy y yo nos dirigimos a la caja e hicimos la línea para comprar nuestra comida. A nuestro alrededor estaba lleno de gente obesa, y agradecí una vez más que nuestras contexturas fueran naturalmente delgadas y en mi caso, inalterable… no quería que Jazz estuviera mirando a otras mujeres porque mi trasero es muy gordo o mi panza muy flácida.
Al llegar a nuestra caja una chica de unos 17 años, con la piel grasa y llena de granos y espinillas nos atendió y nos preguntó qué comeríamos. Yo pedí una Cuarto de libra con todo y papas y gaseosa grandes, más un helado pequeño (no quería abusar) y Davy pidió una Cajita Feliz con nuggets de pollo y hasta lo dejaron elegir su juguete.
Nos pusieron nuestra comida en una bandeja y nos fuimos a sentar con nuestra familia.
-Vaya Bella –Exclamó Charlotte mientras yo mordisqueaba una papa –De verdad te vas a comer todo eso? De humana apenas teníamos qué comer, creo que nunca en mi familia comimos tanto de una vez –Comentó.
-Char creció como hija de un obrero del ferrocarril, en 1889 –Dijo Peter –Durante esa época los obreros no ganaban gran cosa y menos uno con 6 bocas que alimentar…
-Oh wow… lo siento, no pretendía ofender a nadie –Dije empujando mi hamburguesa de lado.
-Oh no, no, come por favor, me divierte ver comer a los humanos, tú has de ser mucho más divertida de observar… -Dijo Charlotte con entusiasmo mientras Emm, Rose y Jazz se carcajeaban a costa mía.
-Mi cajita, mi cajita! -Reclamó Davy. Yo le entregué su Cajita Feliz y dispuse su comida sobre la mesa, y Davy se enfocó inmediatamente en el juguete, mostrándoselo a Emmett, que exclamaba emocionado. Luego desenvolví mi hamburguesa y exclamé de placer, bajo la atenta mirada de Charlotte y los demás.
-Mmmmmh… -Murmuré.
-Oh… se ve delicioso para un humano… quisiera haber comido algo así cuando era una niña –Dijo Charlotte nostálgica.
-Más tarde nos podemos venir a comer a alguno de estos gordinflones –Dijo Peter apuntando a los clientes –antes de que las grasas trans y el colesterol los maten… -Charlotte hizo un puchero pero besó a Peter en la mejilla.
-No es lo mismo, pero gracias –Dijo ella.
-Quiero ir a jugar! –Exclamo Davy.
-Cómete uno más de tus nuggets y al menos 5 papas y puedes jugar –Dijo Jazz.
-Buuuuuu –Dijo Davy tragando a toda velocidad. Una vez cumplida su cuota de comida se levantó y fue a jugar con los demás niños. Mientras, yo comí con calma y todos lo observamos tranquilamente. El pobre Davy, siempre tan solo en una casa llena de adultos, disfrutaba mucho de las escasas oportunidades que tenía de jugar con sus "pares".
Después de una hora debimos arrastrar a Davy de los juegos para continuar nuestro viaje al rancho que sería nuestro nuevo hogar. Peter y Jazz charlaban animadamente y Davy se quedó dormido en mis brazos apenas abandonamos la ciudad.
Dos horas después Peter se desvió a un camino de tierra y dijo
-"Bienvenidos a Rancho Whitlock!"
-El maíz se ve espectacular, hermano –Dijo Jazz.
-Este es un buen año –Dijo Peter modestamente –Mira Bella, desde aquí se ve la casa.
Y efectivamente, sobre una suave colina se veía una gran casa de estilo sureño, construida en madera, con un amplio porche y columnas, y pintada de color blanco con los marcos de puertas y ventanas de color azul.
-Es preciosa! –Exclamé imaginándome a Tara de "Lo que el viento se llevó". Era un lugar de ensueño, y confié que nuestra nueva vida sería todo lo que esperábamos.
Al llegar a la entrada de la casa nos estacionamos al tiempo que Charlotte se estacionaba junto a nosotros, y yo desperté suavemente a Davy para que conociera su nuevo hogar.
-Adelante! –Dijo Charlotte –Rose, Emmett, ya conocen su dormitorio; Jazz, tú conoces el tuyo, que compartirás con Bella. A Davy le preparamos uno en el primer piso, lo quieres ver? –Le preguntó Charlotte a Davy directamente.
-Siiiiiiiiiiiiii! –Gritó Davy entusiasmado y proyectando su alegría a los demás.
-David Whitlock! Estás proyectando! –Lo reprendió Jazz.
-Lo siento –Dijo Davy tratando de contenerse y tomó la mano que le extendía Charlotte.
Todos seguimos a Charlotte y a mi hijo, expectantes, y yo admiré en el camino la hermosa casa que se descubría ante nosotros. Todo se veía cómodo y hogareño, y había muchas cosas hechas a mano, como trabajos de manualidades en punto cruz, cortinas, carpetas, etc.
Finalmente llegamos a una habitación enorme pintada de color celeste y llena a rebosar de todo tipo de juguetes y con una pequeña cama en forma de auto deportivo en una esquina.
-Wooooow! -Exclamó Davy lanzándose a "conducir" su cama. Yo me giré hacia Charlotte con lágrimas en los ojos y me acerqué para abrazarla.
-Gracias –Le dije –Has hecho de un desastre algo fantástico para Davy… nos has dado un hogar.
-Somos hermanas, Bella –Dijo con una sonrisa y limpiando mis lágrimas con sus dedos –Ya nos vamos a conocer mejor y te vas a dar cuenta de que es lo mínimo que habría hecho por ustedes.
-No puedo esperar –Le dije. Y era verdad, no podía esperar para comenzar nuestra nueva vida en el rancho.
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Actualización: Próximo sábado… lo siento chicos, pero me estoy tomando las cosas con calma… Aún así,
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