sábado, 3 de marzo de 2012

Beautiful Crazy 5







Hola chicos, publico esta historia un día antes. Alguien por ahí me pidió conocer más de Riley y este capítulo lo vemos desde su punto de vista… ojalá les guste.

Abrazos a quienes siguen esta historia y les pido, manifiéstense con un comentario, las reviews van muy bajas en relación a la cantidad de gente leyendo esta historia.

Se les quiere!

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Capítulo 5


I want to hold the hand inside you

I want to take a breath that's true

I look to you and i see nothing

I look to you to see the truth

Fade into you / Mazzy Star

Riley salió de la clínica más confundido que nunca. Qué había significado ese breve abrazo? Estaría ella confiando más en él? Le correspondía en sus sentimientos? El abrazo lo había tomado tan de sorpresa que ni siquiera lo había correspondido, pero aún conservaba en sus sentidos el aroma y el tacto de ella... su pobre chica rota... Isabella.

Trató de recomponerse antes de entrar en el pabellón de los hombres, donde trabajaría toda la tarde, ya que sabía que se debía concentrar en sus pacientes. Ellos no se merecían su atención a medias, sino a un psiquiatra enfocado sólo en ayudarlos.

Entró en su oficina y pidió un café bien cargado, y con azúcar, no endulzante como era su costumbre, ya que necesitaba la recarga de energía y los minutos extra para recobrar el control.

Qué es lo que le fascinaba tanto sobre Isabella? Ella era hermosa, por supuesto, pero Riley había tenido en su vida su buena ración de mujeres hermosas, aunque ninguna lo había impresionado tanto como Bella...

Y no, no era sólo la delicada armonía de sus rasgos ni su piel de porcelana o esa silueta de sílfide perdida... era otra cosa… era esa cualidad etérea que sólo ella tenía, esa alma rota pero hermosa que sólo él podía curar.

Y esa extraña electricidad, esa estática que sentía cada vez que la tocaba.

Mierda! pensando en ella sólo lograría obsesionarse más y que lo echaran de un buen trabajo que amaba... Isabella no estaba en condiciones de ser seducida, y no se merecía que él usara su fragilidad para aprovecharse de ella.

Las horas de terapia de la tarde pasaron rápidamente y sin mayores incidentes... los hombres eran menos melodramáticos que las mujeres en el manejo de sus emociones, pero igualmente complejos, por lo que su mente estuvo debidamente ocupada, cosa que agradeció.

A la salida se subió a su auto y pasó a un local de comida china para comprar algo de comer. Riley no estaba de ánimos de cocinar sólo para él... hacía años que no tenía una compañera, alguien con quién compartir tareas cotidianas como preparar la cena, tal vez nunca la había tenido, y esa noche se sentía particularmente solo.

Compró una porción de arrollados primavera y otra de carne mongoliana, y se imaginó cenando con Bella en aquél restaurant, compartiendo porciones de sus respectivos platos, hablando y riendo...

Que extraño, nunca la había visto reír, pero sabía en su interior que ella era capaz de divertirse y Riley quería que fuera sólo con él. "Soy un egoísta", pensó. El mundo merecía verla feliz y radiante.

Enfiló rumbo a casa con su bolsa de comida caliente y al bajarse de su auto vio una mata de cabellos rojos junto al ascensor... mierda! Victoria lo esperaba nuevamente con a James, su chihuahua, en los brazos.

Riley caminó hacia el ascensor como un hombre camina hacia el patíbulo, con la frente en alto pero cara de tragedia.

-Buenas tardes Riley -Ronroneó ella mirándolo sin tomar en cuenta la cara de pocos amigos de él.

-Hola Victoria, James -Saludó irónicamente al perro, que parecía querer tirársele a la yugular cada vez que lo veía. James era un perro vicioso que no parecía ni querer a su dueña, que lo amaba con pasión y lo vestía con ridículos atuendos. "Tal vez por eso la odia", pensó Riley burlonamente.

-Riley! Que sorpresa! -Mintió ella, descarada. Llevaba media hora paseándose en la recepción del edificio esperándolo, y Laurent, el conserje, la miró divertido, pero no dijo nada. De la discreción dependía su trabajo.

Riley se limitó a sonreír con cortesía y a presionar el botón de llamada del ascensor.

Cuando el ascensor abrió sus puertas Victoria se subió con él y le dijo

-Estaba pensando... tengo una pequeña reunión planeada para unos días, y me encantaría que pudieras asistir -Dijo con voz seductora. A Riley le pareció un poco patético su desplante, pero no quiso ser desagradable con ella.

-La verdad es que estoy bastante ocupado con el trabajo... -Dijo él vagamente, excusándose.

-Pero ni siquiera sabes qué día te estoy invitando! -Exclamó ella sin querer rendirse.

-Victoria... yo... -Dijo él.

-No voy a aceptar un no como respuesta! -Exclamó ella mientras James le gruñía a Riley en amenaza.

"Demonios!", pensó Riley. Su comida se enfriaba en la bolsa y Victoria esperaba una respuesta. Tal vez no le haría mal darle una oportunidad a Victoria... ella era insistente, sí, pero en verdad era una mujer atractiva y obviamente deseosa de él. Tal vez no sería tan malo si…

Sí, él estaba entre la espada y la pared y había llegado el momento de arriesgarse y tomar una decisión.

-Está bien Victoria, cuándo quieres que asista a tu reunión? -Preguntó él derrotado. Ella ignoró su falta de entusiasmo y le dio un apretón involuntario a James, que ladró furioso.

-Es este sábado Riley, querido -Dijo ella con una sonrisa radiante -Te espero en mi departamento a las 7.

-Ok, nos vemos -Dijo él bajándose del ascensor al llegar a su piso.

-Te estaré esperando! -Dijo ella feliz besándolo en la mejilla y dejando la marca de su labial rojo en la piel de Riley.

-Adiós Victoria -Dijo él dándole la espalda. Victoria lo observó alejarse y se relamió los labios. "Pronto", le dijo ella a James, "Muy pronto".

...oOo...

Los días pasaron arrastrándose hasta que nuevamente fue hora de ver a "su" Bella. Riley se había arrepentido sin cesar de haber aceptado ir a casa de Victoria, pero no había nada qué hacer... ya se había comprometido, y a menos que fuera por una emergencia no quería cancelar... De lo contrario sus encuentros con Victoria continuarían con ella insistiendo de manera incesante hasta que él volviera a ceder.

Esa mañana se duchó y dejó correr el agua por su cuerpo largo rato, tratando de ordenar sus pensamientos con respecto a Isabella. No tenía dudas con respecto a su necesidad de ella, por lo que debía enmascarar con especial cuidado sus sentimientos.

Salió de la ducha y se secó y aplicó desodorante y su perfume Hugo Boss; paseó por el departamento con una taza de café sólo usando una toalla amarrada en la cintura… era una rutina suya que le permitía reflexionar en los eventos del día, y luego se vistió lentamente y con especial esmero, cuidando cada detalle. No haría nada inapropiado, se dijo, pero no había nada de malo en verse bien, verdad?

Riley revisó su agenda para asegurarse de que Bella sería su última paciente, no quería tener que apurarse con ella. Y entonces, tomando su aporreado bolso de cuero, regalo de sus padres el día que se graduó de la escuela de medicina, salió de su departamento sin comer nada. De camino a la clínica pasó a un Starbucks donde se compró un café y un muffin de arándanos, y se los acabó en el auto mientras conducía, maldiciendo las migas que cayeron sobre sus pantalones.

Mmmmmh... Tal vez el café no había sido tan buena idea, ahora estaba más nervioso que nunca, y recién empezaba el día.

Riley se estacionó y entró a la clínica saludando a las enfermeras, que lo miraban como si fuera un dios... Él odiaba el cliché enfermera/doctor, pero ¿estaba dispuesto a arriesgarse con el cliché mucho más peligroso, el médico/paciente? Demonios! Por qué tenía que ser todo tan complicado?

Su primera paciente fue Kate. La chica era dulce pero tediosa... una mujer más que enfermó por amor... esa obsesión tan frecuente en las mujeres con predisposición depresiva...

Riley trató de razonar con ella en su terapia, no tenía sentido llenarla de medicamentos si es que ella no era capaz de darse cuenta de sus errores cometidos en el pasado y los que seguía cometiendo en el presente.

Y así pasó su mañana... 1, 2, 3, 4 pacientes... ya se acercaba el momento de que Bella llegara para su consulta... Y cuando finalmente escuchó el familiar golpe en la puerta que delataba su presencia del otro lado se sintió morir de la emoción... "Parezco una chica", pensó

-Adelante -Dijo con voz ronca y neutra, aferrándose al escritorio para no correr a abrirle la puerta a Isabella.

-Permiso -Dijo ella con voz temblorosa. Al verla Riley se sintió morir con emociones encontradas. Por un lado felicidad al estar al fin con ella, y por otro desazón al verla, ya que Bella venía con los ojos hinchados de tanto llorar.

-Bella... qué te sucedió? -Le preguntó acercándose a ella para envolverla en un abrazo. Ella se dejó hacer y sollozó en sus brazos.

-Nada... na...da... -Hipó ella.

-Bella... -Dijo él reprendiéndola levemente mientras aspiraba el aroma de su cabello, y sintiéndose culpable por disfrutarlo tanto.

-Yo... –Dijo ella y se quedó callada otra vez.

-Háblame Bella... por favor... -Suplicó él apretándola contra su pecho.

-Me quiero ir... me quiero ir de aquí! -Exclamó ella abrazándolo desesperada. Su día había sido horrible, y sólo la expectativa de ver a Riley la había mantenido cuerda.

-Tranquila, ven aquí -Dijo él guiándola a un sillón que se usaba para las terapias familiares, ubicado en la esquina de la consulta -Ahora sentémonos y me cuentas... –Dijo sin soltarla.

-No me dejes... por favor no me dejes -Pidió ella cuando Riley muy a su pesar hizo amague de liberar su cuerpo.

-No te voy a dejar... shhhhh... no te voy a dejar -Dijo él sentándola a su lado y abrazándola con un brazo mientras con el otro se estiraba para tomar los pañuelos desechables.

Bella se comenzó a calmar hundiendo su nariz en el hueco que se formaba en la unión del cuello y el hombro de él, aspirando su perfume, y Riley aprovechó para limpiarle las lágrimas que aún corrían por sus mejillas.

-Bella... nena... dime qué sucedió... -Pidió él olvidando su vocabulario y su distancia profesional.

-Este lugar está lleno de locas... yo no estoy loca! Yo… yo me quiero morir! sácame de aquí! -Le rogó otra vez

-Bella este es un hospital psiquiátrico, llegan todo tipo de casos de menor gravedad... alguien te hizo algo? –Preguntó él preocupado. Podía alguien haber atacado a Isabella?

-No pude dormir en toda la noche por culpa de una vieja loca que llegó! Y cuando fui al baño a lavarme los dientes antes de desayunar... estaba lleno de papeles usados por todos lados! -Lloró ella con rabia y asco.

-Cuando dices usados te refieres a... –Dijo él.

-Al número 2! Caca! Por todos lados! Este lugar me da asco, no quiero estar aquí! –Exclamó ella.

-Pero nadie te atacó personalmente...? -Quiso asegurarse él.

-No... pero la loca entró a nuestra habitación cuando estábamos durmiendo y no me dejó dormir! Me da miedo convivir con locas! Estoy cansada y no me dejan dormir! -Sollozó.

-Bella -Dijo Riley sonriendo aliviado -Lamento lo que ocurrió, pero es normal que los pacientes lleguen descompensados, y probablemente esa mujer es una persona muy dulce una vez que la conozcas.

-No la quiero conocer! Ya no soporto estar aquí! Riley ayúdame -Imploró ella mirándolo a los ojos -Ayúdame a salir de aquí.

Él se vio dividido entre sus ansias de rescatarla como un príncipe azul y su instinto profesional que le decía que Bella no estaba ni cerca de estar recuperada lo suficiente como para salir al mundo exterior.

-No -Dijo él con voz firme y mirándola a su vez a los ojos.

-No? -Preguntó ella retirándose de su abrazo como si su piel la quemara.

-No Bella... tú necesitas estar aquí para sanarte... si te dejo salir ahora cometería un error que lamentaría por el resto de mis días -Dijo él firmemente.

-Pero no puedo más! -Dijo ella con voz cansada -Yo no pertenezco a este lugar...

-Demuéstramelo entonces! -Le dijo él separándose un poco para asumir una postura un poco más neutral.

-Cómo te lo demuestro? –Preguntó ella desconfiada.

-Comencemos de nuevo -Dijo Riley suspirando -Hola Bella, cómo te sientes hoy?

-Mal, no he podido dormir bien -Contestó ella cabreada.

-Alguna otra razón que la señora que te molestó anoche? -Preguntó Riley divertido ante la imagen de Bella asustada de una simple descompensación de una esquizofrénica...

Bella se sonrojó.

-Emmh... -Dijo ella.

-Si...? –La impulsó él.

-Me ha costado quedarme dormida... pensando –Confesó ella sonrojándose aún más.

-Pensando en qué? -Preguntó él intrigado.

-Pensando en… cosas... -Dijo ella vagamente.

-Cosas... como qué cosas? Recuerda que debes ser completamente honesta conmigo si quieres que te ayude, Bella.

-No te quiero decir -Dijo ella bajando la mirada.

-Isabella... así no es cómo funciona la terapia... Tú debes ser honesta conmigo para que funcione...

-Está bien! -Dijo ella dándose ánimos -He estado pensando... pensando en ti.

Y a Riley se le hinchó el pecho de felicidad…

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Próximo capítulo Bella POV!

Comenten, bueno o malo todo sirve!

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