sábado, 25 de febrero de 2012

Beautiful Crazy 4





Hola chicos y chicas! Más locura y drama en este capítulo. Un abrazo a quienes han dado una oportunidad a esta extraña historia, y miles de besos a quienes comentan, ayudándome a escribirla mejor.

Se les quiere, R.

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Capítulo 4


This thing called love I just can't handle it

this thing called love I must get round to it

I ain't ready

Crazy little thing called love

This (This Thing) called love

(Called Love)

It cries (Like a baby)

In a cradle all night

It swings (Woo Woo), It jives (Woo Woo)

It shakes all over like a jelly fish,

I kinda like it

Crazy little thing called love

Crazy little thing called love / Queen

Riley sintió que su mano se llenaba de estática al tocar el cabello de Bella, pero lo que más lo sorprendió fue que ella inclinó levemente la cabeza hacia su mano, descansando en su toque. Ella se limpió el rostro con los pañuelos que él le ofrecía y suspiró cerrando los ojos… Estaban tan cerca... tan cerca, sólo unos centímetros y él podría besarla... ella olía a flores y a menta fresca, su piel era blanca y perfecta, sus mejillas mostraban un leve rubor producto de su llanto… qué pasaría si cometía la locura que estaba pensando? Y si ella lo rechazaba?

Por un par de minutos ambos se quedaron en esa posición sin moverse, hasta que las piernas de Riley se comenzaron a acalambrar y Bella no soportó más con los ojos cerrados. Casi sincronizadamente ambos se movieron, y Bella enderezó la cabeza diciendo

-Gracias...

-Por qué? -Preguntó Riley.

-Por estar aquí... sé que no es su obligación tocarme... ni consolarme.

-Lo hago porque quiero Bella –Respondió él frunciendo el entrecejo -tú no eres una obligación.

-Si lo soy –Dijo ella sintiéndose poca cosa -le pagan para escucharme...

-Tú no eres una simple transacción comercial! -Exclamó él a punto de perder su calma profesional.

-Y qué soy sino? qué soy sino otra patética niña suicida? -Lloró ella – Yo no le importo!

-Bella mi trabajo es ayudarte, y sí, me pagan por estar aquí, pero créeme cuando te digo que tu caso me importa, que es muy importante para mí... -Dijo él a punto de decirle "eres muy importante para mí".

-Qué quiere saber hoy? -Preguntó ella cabreada.

-Quiero saber cómo sigues... sientes que los medicamentos te hacen algún efecto?

-No lo sé... es muy pronto para saberlo... -Respondió ella limpiándose la nariz.

-Pero has dormido mejor... –Aventuró él.

-Ya te dije que sí... –Dijo ella aún a la defensiva.

-Bien... no se puede hacer ningún avance mientras no duermas toda la noche.

-Qué clase de terapia me va a hacer? Me va a hacer algún test? qué tan loca estoy? -Preguntó Bella temiendo la respuesta a sus preguntas.

-Vamos a tratar de buscar el equilibrio en tus medicamentos, por eso nos veremos tan seguido... y por ahora no te voy a hacer ningún test, aunque más adelante te puedo pedir exámenes de sangre para ver cómo están afectando tu hígado los estabilizadores del ánimo... y con respecto a qué tan loca estás... Bella tú no estás loca, estás simplemente pasando por un período difícil en tu vida, nada más.

-Pero no me siento normal! Me quiero morir! –Exclamó ella.

-No te vas a morir! -Exclamó Riley mirándola fijo a los ojos -No si yo lo puedo evitar... Bella tu eres una joven excepcional... tus notas en el colegio son excelentes, lo que significa que eres inteligente, eres joven, simpática (cuando quieres serlo), atractiva...

-No me eche flores, que no las necesito -Dijo ella sonrojándose y desviando la mirada.

-Yo creo que si las necesitas, necesitas aprender a verte a ti misma... -Dijo él más apasionadamente de lo que debía.

-Para qué? Para qué quiero verme a mí misma si no veo el futuro? No veo más allá de uno o dos días en adelantado, no quiero ni puedo planificar nada... soy un desastre! -Exclamó.

-Porque eso es lo que yo te voy a enseñar -Dijo él -Te voy a enseñar a ver hacia el futuro sin miedo... lo que te pasa no es sólo emocional, es físico, tu cerebro sufre de un desequilibrio químico que vamos a reparar...

-Edward abandonándome no es un desequilibrio químico -Escupió ella furiosa.

-No, pero que te tomara más de un año superarlo lo es... -Dijo Riley con forzada calma. Odiaba al dichoso Edward aún sin conocerlo.

-Él me abandonó en el bosque... me perdí... me dio hipotermia! -Gritó ella.

-Y todas esas son razones para superarlo y no mirar atrás, no para quedarte estancada en el pasado... –Razonó él.

-Usted no sabe nada... –Dijo ella.

-Cuéntame... hazme entender! -Exclamó él apasionadamente.

-Por qué habría de hacerlo? -Preguntó ella desafiante.

-Porque soy tu última oportunidad Bella... estás internada en un psiquiátrico y yo soy quién está a cargo de tu salud. Déjame ayudarte -Le imploró él con voz firme.

-No valgo la pena! sólo soy un problema para todos, sólo mi padre me quiere, y eso porque está obligado a hacerlo... -Sollozó ella.

Riley volvió a romper el protocolo acercándose a ella y esta vez no se detuvo. Acarició su cabello mientras ella escondía su rostro entre sus manos para llorar. El cabello de Bella era largo y suave, y él no pudo evitar imaginárselo abanicado sobre su pecho desnudo...

Bella por su parte sintió un alivio enorme al poder decir todas las cosas horribles que poblaban su mente sin consecuencias negativas. Riley seguía ahí, acariciándola... y se sentía Oh! tan bien...

-Bella, quiero darte una tarea -Dijo Riley susurrando cerca del oído de ella con voz ronca. Ella pudo oler su fresco aliento y el aroma de su perfume, y ambos le gustaron.

-Dígame...

-En primer lugar, creo que nos podemos tutear, verdad? -Dijo él regalándole una sonrisa -Y en segundo lugar, quiero que cada vez que pienses en esos términos de ti misma te detengas a pensar de dónde vienen los insultos... eres tú o tu enfermedad quién te hace odiarte?

-Sólo eso? -Preguntó ella pensando que sería pan comido.

-Eso por ahora... se nos está acabando el tiempo... alguna pregunta?

-Me aburro mucho -Dijo ella -Debe ser porque no fumo... Qué puedo hacer?

-Has probado con pintar mandalas? -Preguntó él con una sonrisa.

-No... -Dijo ella frunciendo el cejo -Qué son?

-Es una forma de meditación activa, es bastante interesante, y se obtienen hermosas figuras -Dijo él sacando algunos dibujos del cajón de su escritorio. Estos los han hecho algunos pacientes...

Eran dibujos como creados con un caleidoscopio, algunos en armonía de color y otros en tonos contrastantes.

-Cada uno pinta de acuerdo a lo que quiere expresar, ya sea positivo o negativo... creo que te pueden ser de gran utilidad.

-Pintar... como los niños pintan a los 3 años? -Preguntó Bella.

-No, como los adultos pintan cuando tienen ganas -Le respondió Riley sonriendo.

-Y dónde puedo conseguir estas "mandalas"? -Preguntó Bella dudando de poder conjurar su poder de introspección a través de pintar dibujitos, por lindos que fueran

-Tu terapeuta ocupacional te puede dar algunas, y tus compañeras te pueden prestar lápices hasta que tu padre te pueda comprar algunos... pruébalo Bella, no lo descartes ahora, es una buena alternativa a fumar.

-Ok, lo voy a intentar... -Dijo ella sonriéndole a Riley, agradecida por su paciencia.

-Bien -Dijo él. Te veo pasado mañana -Dijo acercándose a Bella para darle la mano. Pero ella le ganó en rapidez y le dio un tímido abrazo. Riley se quedó petrificado y Bella quedó mortificada... Qué había hecho? Qué pensaría él de ella ahora?

Bella salió rápidamente de la consulta y corrió a su habitación.

...oOo...

No le fue difícil a Bella conseguir las mandalas... casi todas las chicas las habían probado en alguna etapa de su tratamiento, y le regalaron gustosas algunas para empezar. Kate le prestó sus lápices, y así fue como Bella logró integrarse en el grupo de las chicas que fumaban en el patio. Simplemente salía con sus hojas y lápices y se sentaba a la mesa con un grupo, y mientras ella pintaba en silencio las demás hablaban y fumaban, riendo de la vida y los hombres.

-Juguemos a algo! -Dijo Zafrina, la chica morena. Ella siempre quería "jugar a algo" y era fastidiosa en su entusiasmo.

-A qué? no tenemos con qué jugar... -Respondió alguien... Bella no supo quién, ella sólo prestaba atención a la mandala que pintaba en ese momento en tonos de celestes y púrpuras.

-No sé... no hay un equipo de karaoke? Debe haber discos viejos con los que podamos cantar -Dijo Meggie.

-Karaoke? Pero eso es adentro en el living, no podríamos fumar. Juguemos a algo afuera donde podamos fumar -Dijo Rosalie.

-Desde qué edad fumas tú? -Preguntó Alice.

-Desde los 12 años -Respondió Rosalie.

-Enana viciosa –Le dijo Alice, que era unos 15 cm más baja que “Britney”

-En enfermería tienen un juego de mímica -Dijo Kate - Podría ir a buscarlo...

-Eso sí! -Dijo Alice -Así podemos fumar y jugar a la vez.

-Agh... -Dijo Zafrina -Cuándo me volví tan viciosa? Yo antes fumaba máximo 3 cigarros al día y ahora estoy fumando un paquete diario.

-Yo uno y medio -Dijo Kate -Pero mi psiquiatra dice que cuando salga de aquí voy a dejar de fumar tanto... es la inactividad.

-Sí -Dijo Bella -O de esta clínica te vas a ir directo al especialista broncopulmonar!

-Bueno, no hay nada que hacer, somos todas unas viciosas –Concluyó Zafrina.

-Ok, ok -Dijo Meggie a Kate -Y vas a ir a buscar el dichoso juego de mímica?

-Por qué yo? -Preguntó Kate.

-Porque fue tu idea, tú lo organizas.

-Ok, Ok... -Dijo Kate entregándole su cigarro encendido a Bella -Cuídamelo hasta que regrese.

Bella odió tener el apestoso cigarrillo en sus manos, ya toda su ropa e incluso sus sostenes olían a cenicero, pero no supo decir que no. Sostuvo el cigarro lo más lejos de ella que pudo sin reclamar.

Y así es como comenzaron las tardes de mímica en la clínica psiquiátrica.

...oOo...

Bella esa noche tuvo dificultades para quedarse dormida. Britney roncaba suavemente y Alice se movía de un lado hacia el otro en su sueño. Pero lo peor? No podía apartar su mente de Riley y de su conversación con él esa tarde.

Recordó la forma en que la enfrentó, fuerte y seguro, y cómo la consoló... cómo parecía ser el único que podía ayudarla en el caos que era su vida. El único que entendía...

Y las chicas tenían razón... era tan guapo... y joven... demonios! se estaba enamorando de su psiquiatra? Típico Bella, pensó e inmediatamente reconoció un sentimiento de odio hacia sí misma, tal como Riley le había pedido. Demonios, él sabía lo que hacía...

Pero sin querer desviarse del tema principal, Bella volvió a pensar en Riley, descorazonada. Sabía que una relación amorosa psiquiatra-paciente nunca resultaría, aun cuando él estuviera dispuesto a arriesgar su puesto por ella... Ja! seguro que eso ocurriría, un hombre como él lo va a arriesgar todo por una chica como tú, pensó, y volvió a reconocer esa negatividad que la embargaba.

Por qué se odiaba tanto a sí misma? Odio era una palabra muy fuerte, no se odiaba a sí misma, simplemente se encontraba insignificante... verdad? Edward le había demostrado que nadie la podría llegar a amar como ella necesitaba ser amada.

Que patética soy, no puedo superar que mi primer novio haya terminado conmigo... pensó, y quiso una vez más desaparecer del mundo, enroscándose en posición fetal.

Era una pena Bella que no fuera una persona creyente, así al menos su miedo al infierno la mantendría viva, pero nunca tuvo inquietudes espirituales y sus padres nunca las fomentaron, por lo que para Bella no existía ni cielo ni infierno. La vida era aquí y ahora, no había redención ni segundas oportunidades en el más allá. Por eso para ella morir era como dormir... simplemente un no estar, un no ser que añoraba.

Quiso hundir su nariz en el cuello de Riley, quiso embriagarse en su aroma a Hugo Boss y a hombre. Quiso tomar su cabello castaño claro entre sus manos y acariciarlo, sedarlo como él había hecho con ella... Quiso dormir acurrucada a él... qué se sentiría?

Oh por dios! Esta fantasía no podía llegar más lejos! cómo le contaría sus secretos más íntimos cuando lo único que quería era en besarlo? No te enamores, no te enamores... por qué ahora maldición? Por qué él?

Porque él es el más gentil de los hombres que has conocido, se respondió. E inteligente, guapo y me entiende, se dijo. Él realmente me entiende.

Por primera vez quiso realmente recuperarse, para ser digna de Riley, y eso le hizo pensar en su padre... pobre Charlie… Bella no había sido capaz de hacer un esfuerzo por él, pero en cuanto conocía a un chico que le gustaba, trataba con todas sus ganas? Que injusta estaba siendo...

Y con ese pensamiento y un suspiro los medicamentos finalmente la vencieron y se quedó dormida, abrazando la almohada y soñando con que un chico llamado Riley conocía a una chica llamada Bella...

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Awwww! Ya se están enamorando! Déjenme saber qué les parece y me ayudarán a hacer de esta una mejor historia!

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