sábado, 14 de abril de 2012

Beautiful Crazy 10




Hola chicos! este nuevo capítulo fue duro de escribir, ya verán porqué. La próxima actualización será la próxima semana ya que me voy de viaje por la semana santa, así es que espero que comprendan... la vida real a veces interfiere en mi escritura.

No olviden opinar, sé que este capítulo resultará polémico.

Todo mi cariño.

R.

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Tomé mi rosa blanca y mi libro y salimos del departamento. Tomamos el ascensor y llegamos al piso del estacionamiento.


Y entonces escuchamos una voz aniñada y desagradable gritar


-Riley querido!


Capítulo 10

…400 golpes contra la pared


han sido bastantes para aprender


a encajar con gracia y caer de pie


esconderlo dentro y llorar después…


…1,000 pedazos


de mi corazón


volaron por toda la habitación…


Mil pedazos / Christina y los Subterráneos


Bella POV


"Querido"? Me giré inmediatamente para ver de adonde venía esa voz, y me encontré con una hermosa y sofisticada mujer, que a pesar de todo su maquillaje lucía pasados los 30 años y tenía una flameante mata de cabello rojo que asumí debía ser teñido. Su cuerpo era atractivo y estaba vestida con lo que claramente eran ropas de diseñador.

Ella aprovechó nuestro asombro para colgarse del cuello de Riley y besarlo sonoramente en la mejilla, cerca de su boca, donde dejó una marca de su labial.

-Victoria, hola... -Dijo Riley nervioso. Ella no hizo ningún esfuerzo por reconocer que yo estaba entre ellos. Me estaba comenzando a cabrear.

-Riley, lo de anoche fue tan especial, tenemos que repetirlo! -Exclamó ella. Lo de anoche? Qué demonios?

-Victoria, te quiero presentar a Bella, ella es... -Dijo él sin responderle nada a la víbora.

-Tu hermanita? O que dulce de tu parte el pasar tiempo con ella... -Dijo Victoria, venenosa. Me hizo sentir como una insignificante chiquilla, y es justo lo que quería.

-Mi novia -Aclaró él abrazándome, pero de pronto yo no quería ser abrazada, quería irme a mi casa, o al menos a la clínica, donde podría llorar en paz. Maldita sea!

-Oh... veo que tienes gustos... particulares... -Dijo ella levantando una de sus perfectamente depiladas cejas.

-Qué quieres decir con eso Victoria? -Dijo Riley, confrontándola.

-Nada, nada querido, es simplemente que ayer no la mencionaste en toda la noche... es algo joven para ti verdad?

Toda la noche? Toda la puta noche? Quién demonios es Riley Biers y que mierda hago yo con él? Quise llorar, quise romper cosas, pero me tragué el nudo en mi garganta manteniéndome estoica, y me dirigí al auto de Riley.

-Si me disculpan -Les dije -Buenas noches Victoria. Riley te espero.

-Buenas noches querida, que descanses! -Me dijo, y luego lo suficientemente alto como para que yo escuchara... -Ahora te consigues tus conquistas en el psiquiátrico? Me extraña Riley... podrías tener a la mujer que quisieras y la eliges a ella...

-No sé de qué estás hablando -Dijo Riley girándose hacia el auto.

-Hablo de sus vendajes... crees que soy ciega? Esa niña es una suicida -Dijo mirándome con una sonrisa malévola -Las buscas jóvenes y vulnerables...

-Cállate! No te permito que hables así de Isabella -Dijo Riley cabreado.

-Auch! la verdad duele! -Dijo ella sonriendo maquiavélica -En fin, que tengan dulces sueños, queridines...

Y diciendo esto se subió al ascensor.

Yo estaba apoyada contra el auto y mis ojos me ardían por las lágrimas no derramadas. Me sentía como un montón de basura. Era "una chica suicida", y nada más. Además Riley había estado la noche anterior con esa bruja y no me había dicho nada! Me quise morir, me sentí ridícula y estúpida por confiar en él.

-Bella yo... -Dijo él.

-Cállate -Le dije con los dientes apretados -No te quiero escuchar. Llévame al manicomio.

El viaje fue tenso y luché segundo a segundo para no quebrarme, para no llorar... él trató de iniciar la conversación varias veces pero yo no quería hablar con él... me había decepcionado demasiado y no quería volver a verlo.

Finalmente llegamos al supermercado y me bajé dejando la rosa y el libro en el auto. No quería nada de él.

Riley se bajó y trató de abrazarme, pero yo lo empujé y le dije que si no me dejaba en paz gritaría.

Él por fin me soltó y me pude ir. Caminé unos cuantos metros y mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, pero no miré hacia atrás y caminé derecha hacia la clínica.

Al llegar solté el llanto que venía reprimiendo y las enfermeras me ingresaron tratando de calmarme, y como no paraba de llorar me trataron de dopar para que les explicara qué me había ocurrido. Yo simplemente dije que me había peleado con mi novio, pero el sentimiento de rabia e impotencia fue creciendo y creciendo hasta transformarse en una vorágine de odio hacia mí misma, de ganas de querer morirme y desaparecer, y no podía dejar de llorar, tanto así que finalmente las enfermeras me pincharon con una inyección SOS (tranquilizante) y me ayudaron a meterme a la cama para dormir hasta el día siguiente.

El lunes desperté con una enorme resaca, sintiéndome pesada y miserable. Me dieron los medicamentos y ni desperté cuando me tomaron la presión. Sólo podía pensar en que Riley me había mentido, que tenía algo con su vecina y que yo era una pobre chica insignificante, de cabello castaño común y corriente, paliducha y flacuchenta, callada y triste... nada en comparación a una mujer de mundo como Victoria.

Al desayuno me negué a comer y volví a acostarme.

No fui a terapia ocupacional.

No quise almorzar.

No hablé con nadie... simplemente me dediqué a dormir y llorar.

No quería ir a terapia y encontrarme con Riley.

Y entonces tomé la decisión.

Tomé uno de mis horquillas para el cabello y la abrí, sacándole la pintura contra la muralla y haciéndola más filuda.

Y me encerré en el baño y sacándome los vendajes que cubrían mis cicatrices, las expuse, y con la horquilla me arranqué los puntos, mordiéndome los labios para aguantar el dolor y no gritar. Esto es lo que yo era... esto era real... el dolor y mi sangre, que se derramaba a gotas gruesas por el piso del baño.

Me abrí las heridas y raspé las cicatrices... no fue difícil... la sangre comenzó a fluir con mayor facilidad y se mescló con mis lágrimas y mi asco por mí misma.

...oOo...

Riley POV

Maldita sea Victoria! Y maldito sea yo por no saber cómo responderle! Era verdad que no le dije nada a Bella por no herirla, después de todo ella estaba bastante insegura sin necesidad de agregar ingredientes como Victoria al mix, pero todo sonó como... como si yo hubiera pasado la noche con Victoria, como si entre nosotros hubiera algo más que una amistad de pasillo, todo sonó como... como si fuéramos amantes.

Bella no quiso hablar conmigo en todo el viaje, pero al menos no estaba llorando, estaba canalizando su rabia a través del enojo, no la autocompasión, y eso era bueno... cómo deseé que me diera una buena bofetada y acabáramos con todo, el día había sido perfecto y no quería que se arruinara por un malentendido.

Finalmente llegamos al supermercado y ella ni siquiera se despidió de mí. Se fue sin mirar atrás y eso me dolió... Yo la amaba, especialmente después del día que habíamos tenido, y no quería que todo se fuera a la mierda gracias a Victoria.

Que imbécil que fui... ir a meterme al nido de esa arpía!

Luego regresé a mi casa pensando que al día siguiente en terapia Bella no tendría manera de escapar de mí. Tendría que escucharme y entonces solucionaríamos todos nuestros problemas.

Fui un iluso... un estúpido y un pésimo juez de carácter.

Al día siguiente me levanté temprano y fui al gimnasio, donde me pasé dos horas sudando, corriendo y golpeando hasta quedar exhausto. Afortunadamente no me encontré a Victoria ni de ida ni de vuelta en el ascensor.

Me duché largamente y aunque sentí la necesidad de masturbarme no lo hice... de alguna manera sentí que le debía esa pequeña penitencia a mi Bella... (aunque ella nunca se enteraría del gesto). Luego salí de la ducha y me sequé dejando la toalla colgando precariamente de mis caderas; entonces me apliqué lo de siempre: desodorante y perfume, y finalmente procedí a afeitarme con cuidado.

Cuando ya estuve listo me vestí con mi ropa de trabajo, unos pantalones Dockers de color tostado, zapatos Rockford de color café, una camisa Polo a cuadros azules y un sweater celeste de la misma marca.

Me vi al espejo y me gustó lo que vi... seguramente a Bella le gustaría también.

Tomé mis cosas y me dirigí a la clínica. Como siempre, Bella era mi última paciente, por lo que atendí a cinco chicas en la mañana, almorcé en el restaurant del frente y atendí a dos chicas más hasta que fue la hora de que Bella asistiera a mi consulta.

Pero cuando la llamaron por los parlantes ella no apareció.

Nadie parecía saber dónde estaba.

Comenzaron a buscar.

Dormitorio a dormitorio.

Baño a baño.

Hasta que las enfermeras la encontraron...

Hecha un ovillo, llorando y sangrando profusamente...

Se había desgarrado los puntos de su corte anterior, haciéndose un enorme daño en ambas muñecas. Estaba histérica y lloraba con hipo.

Me llamaron inmediatamente para atenderla mientras llegaba la ambulancia.

Pero ella no permitió que yo entrara al baño. Gritó y se reveló.

Cada vez que lo intenté ella amenazó con cortarse más si yo entraba a tratarla.

Finalmente llegó la ambulancia y las enfermeras me informaron sobre el estado en el que Bella había llegado de su salida el día anterior.

Las mandé a todas a la mierda. Era su culpa! Si la vieron en tan malas condiciones cómo no le pusieron cuidadora las 24 horas? Cómo no reaccionaron a tiempo?

Tomé mi auto y por teléfono cancelé mis citas de la tarde... no quería nada más que saber que mi Bella, mi dulce niña estaba bien.

Recordé el día anterior como si hubiera ocurrido un millón de años atrás.

Maldita sea! Puta mierda! Bella...

Al llegar al hospital me identifiqué como su psiquiatra y me dejaron pasar al box de urgencias donde ya le habían aplicado un sedante. Ella se debatía entre la somnolencia y el llanto, pero lloraba calladamente, como sin energías. Un gatito luchando con una tormenta.

Me rompió el corazón.

Entré al box y ella al verme comenzó a llorar más profusamente, pero no se movió. Le estaban haciendo las curaciones pertinentes para volver a ponerle los puntos. No sería necesaria una transfusión, no había perdido tanta sangre como para llegar a ese extremo.

-Qué haces aquí? -Preguntó bajito.

-Dónde más podría estar? Pregunté siendo cauteloso de que nuestra conversación no se pudiera interpretar como lo que realmente era: un pleito de pareja.

-No sé ni me importa. Quiero estar sola -Dijo y se le quebró la voz.

-No puedes estar sola... a partir de ahora vas a tener cuidadora las 24 horas del día Isabella.

-No me importa! No me importa... no me importa... Dijo con voz cada vez más débil y se fue quedando dormida.

La enfermera que le estaba haciendo las curaciones, una mujerona de mediana edad me miró con compasión en sus ojos por la pobre niña que yacía inconsciente en la camilla.

-Puedo quedarme con ella después de que haya terminado? -Pregunté más como el novio de Bella que como su psiquiatra.

-Por supuesto doctor -Dijo ella mirándome de reojo -Se nota que usted se preocupa por ella.

-Es una de mis pacientes más nuevas -Respondí -Me siento parcialmente responsable de lo que ocurrió.

-No lo haga doctor... lo que hizo fue todo obra de ella misma y sus fantasmas... pero usted puede ayudar a eliminarlos -Dijo terminando con los últimos vendajes. Luego le dio una cariñosa palmada en el rostro a Bella y se retiró silenciosamente.

Vino entonces otra enfermera y se llevó la camilla a una habitación privada, y yo las seguí y me senté a su lado tomándola de la mano. Ella en su inconsciencia la apretó y rompió un poquito más mi corazón.

Yo me quedé sentado en la misma silla toda la tarde, esperando que mi Bella despertara, y de pronto llegó un hombre de mediana edad que ingresó intempestivamente a la habitación.

-Bella! Oh Bella! -Lloró sin atreverse a tocar la cama.

-Buenas noches -Le dije asumiendo que sería su padre -Mi nombre es Riley Biers y soy el psiquiatra de Bella.

-Charlie Swan -Respondió el hombre con la voz ronca limpiándose las lágrimas -padre de Isabella.

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


Pobre Bella... o no lo es? Qué opinan? Y de cómo se comportó Riley?


Cuéntenme chicos, que esta historia se escribe para ustedes.


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