martes, 12 de agosto de 2014

Muertos o Algo Mejor 30


Hola a todas! Nuevo capítulo con todas las respuestas que demandaban! Qué pasó, cómo, cuándo y por qué!
Ah! Y por primera vez incluyo un DEMETRI POV, simplemente porque ya era hora de que él contara las cosas tal como él las ve (ojo, que esta es SU interpretación de los hechos, nadie tiene la verdad absoluta).
Disfruten y no olviden contarme qué les pareció.
Ah! Duendha´Cazadora me hizo un montón de preguntas, y las respondo aquí porque tal vez algunas de ustedes las comparten.
1.- Sí he leído "El Pájaro Canta Hasta Morir" o "El Pájaro Espino", (como se llamaba antes) varias veces. Efectivamente es un muy buen libro, Collen McCullough es una excelente escritora, y te transporta a los lugares que describe. Sí, es largo, y sí, a veces es triste, pero vale la pena.
2.- Sí, he visto todas las películas y leído todos los libros que menciono. Lo mismo pasa con la música, escucho mucho y de todo... Me encantan las películas de cine B, los Zombis, los superhéroes, Tarantino y las Bandas Sonoras. Pero eso no significa que lo sepa todo, cada capítulo requiere a veces horas de investigación para comprobar un hecho o encontrar el atuendo perfecto para alguna ocasión. A veces todo se traduce en una línea, pero para mí es importante que aunque este sea sólo un fic, sea basado en hechos reales y concretos; no les voy a inventar que Italia es el principal exportador de cocos y bananas del mundo sólo porque sea conveniente para mí. Nop, me toca leer historia, arte, geografía y mil cosas más para poder darles un contexto creíble y bien documentado.
3.- Muy perspicaz de tu parte al reconocer el "Trastorno Obsesivo Compulsivo" de Gianna como un síntoma de su necesidad de control para no sentirse tan vulnerable… Lo que ella maneja no la puede dañar… Esas eran pistas que metí desde hace tiempo en la historia, y no sabía si las sabrían interpretar.
4.- De verdad existen esos tragos con nombres sexuales que bebieron en el cumpleaños de Bella (lo sé porque lo corroboré como parte de mi investigación), y existen muchos más. La mayoría son bastante malos, la gracia es el nombre y la presentación, no el sabor.
5.- Ahora veremos si Demetri efectivamente lleva a Bella al hospital para que le den su IPod de "cliente frecuente"…
Disfruten!
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Capítulo 30
Necesito que digas que me quieres,
y así podré ser libre,
ser libre de verdad.
Sé que ya estás muy acostumbrado
a que nadie diga que te quiere,
que te odia, que se va.
Y así veras que estoy cambiando un poco,
y notaras que soy igual que tú.
Y entenderás en mi dulce quimera,
ya que soy la que espera,
yo me transformare.
Cuando yo me transforme / Nicole

FÉLIX POV
Alrededor de las 4:30pm me desocupé por el día de mi trabajo en la Oficina de La Guardia, y tomando mi auto me dirigí al centro comercial. Había poco tráfico a esa hora, así es que llegué temprano, estacioné cerca de la escalera del patio de comidas y subí a esperar a Victoria. Si todo andaba bien esta reunión sería corta y no veríamos a Victoria por un buen tiempo… Y Bella no tendría por qué enterarse. Lo que no sabía no le hacía daño.

Elegí una mesa que nos proveería un cierto grado de privacidad y me senté a esperarla. Sabía que podía demorarse un rato, porque Vick nunca fue muy puntual, pero no me importó, ya que me daba tiempo para pensar, hacer planes y soñar.
Tal vez debí haberle dicho a Bella que vería a Victoria, pero la verdad es que fui un cobarde, no quise arruinar nuestros maravillosos momentos juntos con una noticia que sabía que la molestaría… Y la entendía, Victoria trató de matarla en innumerables ocasiones, y yo sabía que Vick todavía quería obtener su retorcida venganza mal adjudicada a Isabella, pero si ya se estaba yendo no había mal en despedirla y desearle lo mejor. No se trataba de elegir a una por sobre la otra, se trataba de despachar a mi ex y sacarla de mi vida… Al menos eso es lo que me repetí a mí mismo una y otra vez.
Como a las 5:10pm apareció Victoria luciendo particularmente atractiva, vistiendo un atuendo de lo que he aprendido que se llama "casual/chic", lo que me llamó bastante la atención ya que Vick siempre fue más de vestirse como una chica hippie/alternativa, aún décadas antes de que el concepto siquiera existiera.
Llevaba jeans grises ajustados y artísticamente desteñidos (por lo tanto de diseñador), botas grises de media caña, una camiseta blanca ajustada, una chaqueta de punto cruzada gris que abrazaba cada una de sus voluptuosas curvas, una bufanda muy delgada de lana de alpaca blanca y gris, un bolso de cuero gris texturizado y accesorios metálicos de color bronce y de cuero.
Todo lo cual se habría visto serio y monocromático de no ser por la flameante mata de cabello rojo que coronaba su cabeza, desparramándose en lujuriosas ondas por su espalda. Su cabello era definitivamente uno de sus mejores atributos, y por supuesto, ella lo sabía.
Ese no era un atuendo para viajar, era el atuendo para una cita romántica.
Me removí un poco nervioso e incómodo en mi asiento hasta que ella llegó a mi lado y me puse de pié para saludarla.
-Hola Vick, te ves bien – Le dije.
-Hola Félix, muchas gracias, tú no te ves nada de mal – Dijo estudiándome pausadamente, evaluando cada parte de mi cuerpo, como poniéndole nota individual a cada músculo.
Yo no llevaba nada especial, sólo mis viejos jeans Americanino de siempre, (desgastados por el uso, no la moda), y una camiseta del "Vintage US ´83 Festival Glen Helen Regional Park San Bernardino, CA" (Uno de los mejores festivales a los que he asistido, donde pude ver en un solo gran concierto a The Clash, INXS, Divinilys, Van Halen, Scorpions, Judas Priest, Ozzy Osbourne, Motley Crue, David Bowie, Stevie Nicks, Pretenders, U2 y a muchas más grandes leyendas del rock. En fin, era una de mis camisetas favoritas, pero definitivamente no era la gran cosa. Igual Vic me miró como si fuera algo para comer.
-Pedí unos jugos para disimular – Le dije – Cuál quieres? El rojo o el verde? – Pregunté mostrándole los vasos.
-El rojo va conmigo, verdad? – Sonrió tomando el vaso de jugo de frambuesa y lo puso frente a ella.
-Así es que te vas… – Le dije yendo directo al grano.
-Me voy – Repitió – Y ya que estás siendo directo, yo lo voy a hacer también… - Me dijo mirándome a través de sus pestañas - Quiero que te vayas conmigo – Afirmó estudiando mi reacción, totalmente segura de lo que decía.
-Vick… Eeeeh… Yo… No… Lo siento – Tartamudeé – Pero no puedo... Tú sabes que yo no me mando solo, yo pertenezco a los Volturi – Por supuesto esa no era la razón principal, pero era una muy buena razón.
-Por favor Félix, no me engañas, yo sé perfectamente que Aro es tu creador, pero ya le has entregado más de 3 siglos de servicio, y estoy segura de que no te van a obligar a quedarte si lo que quieres es largarte o al menos tomarte unas largas vacaciones, te las mereces – Dijo desafiante, tomando mi mano y acariciando el dorso con su pulgar.
-Vick los Volturi son mi familia, y yo no soy un esclavo, estoy ahí por que quiero. Claro, está Chelsea manteniéndonos a todos unidos, pero aunque no fuera así, tengo una buena vida, tengo un propósito. Siempre he sido un buen soldado. Lo fui como humano y lo soy como vampiro, y no me imagino vagando por el mundo sin una meta que cumplir… - Le dije.
-Eso es porque nunca has saboreado la verdadera libertad, de ir a donde quieras, de hacer lo que se te dé la gana… Félix, es maravilloso! Pero yo no lo quiero hacer sola, y siempre te recordé con mucho cariño… Podríamos retomar lo que tuvimos, sin vernos obligados a ponerle fecha de vencimiento… y si más adelante quieres volver a los Volturi, supongo que puedo intentar la vida sedentaria, por ti – Dijo entusiasmada y completamente convencida de que le diría que sí. Y la cosa es… Si Bella no hubiera existido, tal vez me habría visto tentado por la idea. Victoria era una mujer innegablemente hermosa, inteligente y talentosa, si bien un poco salvaje e inestable emocionalmente, lo que de alguna manera retorcida la hacía más interesante, porque era impredecible.
Sí, habría sido muy tentador lanzarme a la aventura con ella a mi lado, y estoy seguro de que Aro me habría dado una dispensa al menos por unos años.
Pero no era lo que quería. Bella si estaba en mi vida, y había enterrado sus uñitas humanas bien profundo en mi corazón. Ella era lo que deseaba para mi futuro. Si me largaba por un tiempo sería con ella, si me quedaba por siempre sería a su lado. Con Victoria lo pasé bien por un rato, pero fue sólo eso, diversión y compañerismo, buen sexo y buena onda.
Con Bella… Aun cuando estábamos peleados ella era más que cualquier otra persona. La quería más, la deseaba más, la valoraba más, sacrificaría más…
Pensándolo seriamente, me di cuenta de que aunque repentinamente Bella dejara de estar en mi vida, igual no me podría ir ni con Victoria ni con nadie. Una vez que se ha probado lo que se siente amar y ser amado de verdad, lo demás son sólo débiles sombras que no me harían más que extrañar a Bella con más fuerza.
Estiré mi mano libre para acariciar la mejilla de Victoria, y ella reclinó su rostro ante mi toque.
-No puedo Vick, por muchas razones distintas, mi lugar está aquí. Te deseo lo mejor, pero no voy a ser yo quien te va a acompañar… - Dije mirándola a los ojos. Ella desvió la vista hacia un lado y yo hice lo mismo, estudiando el patrón del diseño del laminado de alta presión de la cubierta de la mesa, y pensando que si Victoria se ponía a llorar yo escaparía a la primera oportunidad.
-Es por ella verdad? – Preguntó con voz súbitamente dura y fría.
Me limité a encogerme de hombros y poner cara de "lo siento".
-Valía la pena intentarlo – Suspiró Vick luciendo resignada y bastante menos apenada de lo que se veía segundos antes – Voy a estar en contacto Félix, si te arrepientes te voy a estar esperando – Dijo poniéndose de pié.
-Necesitas que te lleve a algún lugar? – Pregunté. Era lo menos que podía hacer.
-Oh no, aprovechando que ya debe estar atardeciendo voy a caminar. Además quiero pasar al baño a darme una manito de gato. – Dijo abrazándome y besando mi mejilla. Yo la miré y me extrañó que se quisiera arreglar, cuando la verdad es que se veía perfecta… Pero bueno, se lo atribuí a la vanidad femenina, y tomando los vasos de jugo inmaculados, los fui a botar a la basura y me largué.
Crucé el patio de comidas y bajé por el ascensor hacia el estacionamiento. Caminé con calma, ya que por todos lados había cámaras de seguridad y humanos, y cuál no sería mi sorpresa cuando vi a Demetri acercarse, caminando lo más rápido que le era posible sin llamar la atención y con cara de muy pocos amigos.
Inmediatamente busqué a Bella en los alrededores, a esos dos nunca se les veía separados a menos que hubiera muy buenos motivos… Pero ella no estaba.
Un escalofrío muy poco propio de un vampiro recorrió mi espalda.
-Tú? – Preguntó levantando la cabeza y parando en seco – Viniste a buscar a Bella?
-Bella está aquí? – Pregunté ahogado. Victoria. Victoria estaba suelta y Bella estaba sola.
-Sí, está arriba, fue al baño mientras yo fui a guardar en el auto la tele que le compró Gianna – Respondió – Nos vamos a juntar en la escalera… Qué haces tú aquí?
-Victoria – Dije y eché a correr, como no había corrido jamás. La distancia era corta, pero los segundos se hicieron eternos, sobre todo cuando escuché el grito desgarrador de Bella. De Bella siendo torturada.
Abrí la puerta de la escalera de servicio y la arranqué de cuajo, tirándola tras de mí. Las luces fluorescentes del techo estaban apagadas, pero entre los letreros luminosos indicando las salidas de emergencia y la luz que se filtraba por la puerta, mis ojos fueron perfectamente capaces de discernir lo que estaba ocurriendo.
Bella muerta… Bella muerta… Su pecho estaba hundido, no respiraba y no podía escuchar los preciosos latidos de su corazón. Estaba botada en el frío suelo de cemento, en una posición anatómicamente imposible. Victoria había roto su columna y aparentemente varios huesos más.
Cómo logró hacer tanto daño en tan poco tiempo? Estúpida pregunta, ella era un vampiro y mi pobre Bella sólo una humana.
Junto a Bella estaba Victoria, con una mueca burlona y un pié levantado, lista para enterrar el taco de su bota justo a través del cráneo de Bella.
Perdí el control.
Total y absolutamente.
Me convertí en un animal, perdí la capacidad de hablar, perdí la capacidad de razonar, perdí contacto con la realidad, perdí la capacidad de comprender las consecuencias de mis acciones, y hasta del hecho de que nos encontrábamos en un lugar público, donde cualquiera nos podía sorprender, en una época en la que todo el mundo cargaba cámaras de foto y video en sus bolsillos.
Me lancé a Victoria, mientras Demetri, que venía medio segundo detrás de mí producía un sonido agónico indescifrable y corría hacia Bella, sin ni mirar a Victoria.
Probablemente mi "yo normal" se habría puesto celoso, pero toda la atención de mi bestia estaba puesta en Victoria. En destrozarla, en destruirla, en hacerla sufrir.
Es cierto que Victoria contaba con un útil don que le ayudaba a escapar de las situaciones más peliagudas, pero en esa ocasión no tuvo tiempo ni espacio para reaccionar, ya que nuestra entrada fue tan rápida y mi embestida tan violenta que sencillamente la agarré y no la solté.
Generalmente mis ejecuciones son limpias. No me gusta prolongar el sufrimiento de nadie, pero esto era distinto. Era personal.
Golpeé a Victoria con toda mi fuerza, literalmente haciéndola polvo. Ella trató de defenderse con todas sus fuerzas, eso es cierto. Pero "trató" es la palabra clave. Por algo soy el vampiro más fuerte del mundo.
Esto no se trataba de golpear a una mujer. No se trataba de golpear a mi ex. Era golpear a quien había destrozado al amor de mi vida. A quién la torturó. A quien la asesinó.
Victoria en el Himalaya tuvo a su lado al Félix bueno, al Félix conciliador.
Ahora tenía con ella al Félix hijo de puta. Al Félix que ya no tenía nada que perder.
oooOooo
DEMETRI POV
Isabella… Mi trabajo y mi vida eran seguir a Isabella, la pequeña humana que hacía de mí lo que quisiera con sólo mover su dedo pequeño.
Isabella… Lo único mío que he tenido jamás.
La única que sabe.
La única que entiende.
La que me grita.
La que se burla.
La que me ama.
La que tiene mi alma pendiendo de un hilo, porque sé que yo ya no soy si ella no es.
La que me lleva a sus reuniones con Gianna y me obliga a ser civilizado.
La que me ha hecho amarla tanto que estuve dispuesto a compartirla.
Porque yo tenía fe. Por primera vez en mi vida tenía fe, y sentía que en nuestra vida inmortal todo era pasajero, excepto nosotros. Ya llegaría nuestro momento, no me importaba esperar. Después de estar tantos siglos solo, esperar a su lado sería un placer.
oooOooo
Bella y yo fuimos al centro comercial a comprar la tele que le había regalado Gianna. Por supuesto, Bella quería llevar la más simple y barata, pero yo no se lo permitiría. Bella se llevaría el mejor televisor y Gianna pagaría hasta las ganas por su regalo.
Claro que eso yo lo hacía sólo por joder, porque Gianna, como todos, tiene más dinero del que puede soñar con gastar, aun comprando idioteces como sus maletas de kevlar.
Me entregaron el televisor con su caja en un carro plano, y Bella puso la bolsa de la chaqueta que le regalé encima de la caja para quedar con las manos libres para balancearlas y apuntar todo lo que le llamaba la atención, como una niña pequeña.
Me tomaba del brazo, me soltaba, se adelantaba, volvía a mi lado, retrocedía, se iba hacia el otro lado y chocaba con la gente, todo sin dejar de hablar como una cotorra.
Cómo mierda pude vivir sin ella? Tanto tiempo sin ella…
-Fiore, cállate y aprende a caminar en línea recta! – Exclamé para picarla.
-No me jodas o la próxima vez invito a Gianna y le pido que me cuente sobre todos los tests de personalidad de la revista Cosmopólitan que ha hecho – Dijo sacándome la lengua y sin dejar de sacudir los brazos como si tuvieran vida propia. Con razón chocaba con todo…
-Eso es tan tortuoso para ti como para mí – Respondí sonriendo. Últimamente sonreía muchísimo… Siempre con ella.
-Mentira, a mí me encaaaanta la Cosmopólitan – Dijo tratando de mantener su sonrisa a raya – Es muy educat… - De pronto dejó de hablar y me miró a los ojos y se acercó, poniendo sus dedos sobre mis párpados inferiores – Tienes hambre – Susurró – Por qué no comiste ayer? Dem, tienes que cuidarte! Tuviste todo el día de ayer para hacerlo… – Me regañó. Nadie NUNCA me había regañado, y menos por no cuidar de mí mismo.
-Se me olvidó – Dije honestamente encogiéndome de hombros.
-Bueno, llegando a casa me instalas mi tele como sé que quieres hacer, y cuando vaya Gianna a ver la película a mi cuarto, te vas a comer, está bien? – Preguntó tomando mi brazo para seguir caminando.
-Vale – Dije besando su coronilla. Si me hubiera dicho "Y llegando al castillo te cortas las bolas y las hechas a la chimenea", probablemente habría contestado lo mismo.
Llegamos al pequeño ascensor antes que nadie, y me metí primero para maniobrar y acomodar el carro. Pero antes de que Bella entrara para ubicarse a mi lado, ella vio que esperaba tras ella una familia comprendida por un matrimonio y dos bebés (feísimos, debo agregar) y un enorme coche doble. Bella, siendo Bella, los dejo pasar primero, pero para cuando entraron, no había más espacio. Bella no cabía.
Yo estuve a punto de echarlos a patadas de NUESTRO ascensor, o tal vez comerme a los feos bebés y así dejábamos el coche afuera y entraba Bella, pero ella me miró a los ojos sabiendo exactamente lo que yo pretendía hacer.
-No te preocupes, yo tengo que ir al baño, voy al que queda al otro lado del patio de comidas, cerca de la escalera de emergencias – Dijo apuntando a la dirección general - Cuando me desocupe bajo por ahí y tú me encuentras en el camino, vale? – Me preguntó. Como si pudiera decir que no. De cualquier modo en ese momento se cerró la puerta y no pude responder. Maldita sea! Humanos de mierda, imbéciles todos, menos mi Fiore.
Bajé del ascensor, empujé el carro hasta mi auto, y acomodé en el maletero de mi deportivo la enorme caja de la tele. Por supuesto quedó un buen trozo de caja asomado, pero usé cuerda para afirmarla y le puse una señal roja para los otros automovilistas.
Mierda! – Pensé - Debí haber llevado el Land Rover, pero ni se me ocurrió. Bella me distraía y me estaba volviendo medio imbécil. De cualquier modo todo lo hice en un par de minutos, no me gustaba tener a Bella sola en un lugar tan concurrido, ya que ella era capaz de meterse en problemas literalmente en cualquier parte.
Una vez que terminé, caminé a paso humano rápido, murmurando maldiciones.
Antes de verlo, lo olí. Félix.
Levanté la vista y lo vi junto a su auto.
-Tú? – Pregunté parando en seco – Viniste a buscar a Bella? – Fantástico, Isabella me abandonaría y se iría a una cita con el simio de su novio sin ni tomarse la molestia de avisarme.
-Bella está aquí? – Preguntó ahogado, abriendo mucho los ojos. Ok, eso me llamó la atención… Si no iba a ver a Bella qué hacía ahí? Escondía algo?
-Sí, está arriba, fue al baño mientras yo fui a guardar en el auto la tele que le compró Gianna – Respondí – Nos vamos a juntar en la escalera… Qué haces tú aquí?
-Victoria – Dijo en una exhalación aterrada, y echó a correr más rápido de lo que lo vi correr jamás. Mi mente apenas alcanzó a computar el hecho de que Victoria estaba en los alrededores y Bella estaba desprotegida cuando ya estaba lado a lado con Félix, corriendo hacia la escalera de emergencia.
Y segundos antes de que Félix arrancara la pesada puerta metálica de cuajo y la lanzara 8 metros hacia atrás para chocar con una columna de hormigón, escuché un grito terrible.
De Bella.
De Bella en agonía.
De Bella siendo torturada.
Lo demás en realidad está bastante confuso en mi mente, el orden de los acontecimientos es algo que reconstruí después, al pensar en lo sucedido y tratar de explicarlo a Los Maestros, ya que el Maestro Aro simplemente se negó a tocarme, porque mi agonía era tal que él no quiso cargar con ella en su memoria… El maestro Marcus aparentemente había descubierto y compartido la naturaleza de mi inusual lazo con Isabella, no por su poder de ver las relaciones, el que Bella bloqueaba, sino simplemente por nuestro comportamiento y el profundo cambio que observó en mi conducta.
Como sea, lo último que recuerdo con total nitidez es la imagen de Isabella destrozada en el suelo, una poza de sangre que crecía junto a su cabeza y Victoria a punto de aplastarle el cráneo con el taco de su bota… Como si mi Chica Zombi fuera una cucaracha…
Y luego Félix lanzándose hacia ella, atacándola como un animal.
Quise hablar, quise gritar, pero sólo logré emitir un patético gemido al tiempo que me lanzaba hacia el cuerpo de Isabella.
Muerta. Muerta. Muerta…
A raíz de todos los accidentes de Bella y desde que me convertí en su guardián había estudiado algo de anatomía humana y primeros auxilios. Sólo un poco, como por ejemplo cómo realizar resucitación cardiopulmonar por si se caía de cabeza a una piscina, o cómo realizar curaciones simples porque se caía y chocaba con cosas todo el tiempo.
Yo sabía que Félix se molestaría si era yo el que realizaba las curaciones, por lo que generalmente (a menos que ellos estuvieran peleados) él actuaba de enfermero, más por sus celos que por su competencia en el área de la medicina.
Pero como fuera, las lesiones que tenía Bella iban mucho más allá de lo que un curso de primeros auxilios sacado de Wikipedia, un médico o incluso un cirujano podían arreglar.
Cómo arreglarla si estaba muerta? Su pecho estaba hundido, colapsado, probablemente con ambos pulmones perforados y hemorragias internas. Su espina dorsal estaba rota. Pero peor aún, su corazón no latía!
Acerqué mi rostro a su pecho a ver si era capaz de identificar algún sonido que me diera esperanza, ya que una resucitación cardiopulmonar estaba fuera de toda discusión con su caja torácica en esas condiciones. No podía empujar sus costillas rotas más profundo en sus pulmones…
Y pasados un par de segundos lo escuché por sobre los gritos, gruñidos y sonidos de cosas destruyéndose. Un débil y arrítmico latir del corazón. Una esperanza. Una única oportunidad.
La mordí sin pensar, casi sin probar su sangre. Estaba hambriento, tal como ella había dicho, pero su deliciosa sangre debía permanecer dentro de su cuerpo y nunca se me pasó por la cabeza beber de ella. La sellé con veneno y mordí otra vez.
La mordí seis veces.
Y apretando su nariz traté de impulsar por su boca un poco de oxígeno sin llegar a inflar los pulmones por completo. Si no llegaba oxígeno a su sangre terminaría con daño cerebral, pero si los sobre exigía la hemorragia interna sería peor. Sólo podía esperar que durante todo este proceso de "si es que" y "ojalá" su corazón fuera lo suficientemente fuerte como para llevar el veneno a todos los lugares necesarios para repararla.
Con todo el cuidado del mundo la tomé en mis brazos, consciente de que lo aconsejable era dejarla en el suelo… Pero este era un caso especial, ya que Félix seguía lanzando a Victoria de un lado hacia el otro y a cada rato caían trozos de hormigón y metal a nuestro alrededor.
Estaba temblando cuando salí de esa puta escalera con Bella entre mis brazos, pero tuve la presencia de ánimo de realizar una llamada telefónica mientras caminaba lo más rápido posible.
-Demetri – Contestó, seca y al grano como siempre.
-Corín necesito tu ayuda – Le dije con una voz que ni yo pude reconocer. Pura angustia, pura desesperación.
-Mierda! Bella? – Preguntó. Pude escuchar como la actividad de fondo a su lado de la línea se detuvo.
-La atacó Victoria, se está muriendo Corín, se muere… - Sollocé. Yo. Sollocé. Me compuse para que me entendiera y no perder tiempo repitiéndome y dije lo que tenía que decir – Está muy mal herida, la mordí, y ahora me la llevo al castillo, pero hay que hacer un control de daños importante en el centro comercial. Félix aún está peleando con Victoria en las escaleras de emergencia que están cerca del patio de comidas y están destrozando el lugar. Va a haber testigos, seguro. Además creo que Vania va a tener que ir a rescatar los videos de vigilancia, no sé qué tanto muestran, pero posiblemente aparece Félix arrancando una puerta metálica de cuajo y lanzándola lejos, con una sola mano – Expliqué llegando al auto. Abrí la puerta, recliné el asiento y le insuflé más oxígeno a Bella, y sólo entonces volvía a prestar atención.
-Demetri? Demetri contesta! – Gritó Corin.
-Aquí estoy – Dije subiéndome al auto y haciéndolo partir, saliendo a toda velocidad del estacionamiento.
- Estamos mandando a un equipo de control de daños – (Lo que era irónico porque Félix solía encabezar ese equipo) Dijo Corin tratando de sonar calmada y profesional, aunque yo sabía que ella apreciaba bastante a Bella, solo que no le gustaba admitir lo que consideraba una debilidad – Algo más que necesites?
-Que me estén esperando, necesitamos una camilla o algo parecido, la perra de Victoria le rompió la columna – Dije acelerando por todos los atajos que pude recordar. Corin maldijo de forma bastante creativa y me cortó.
En el par de semáforos que nos tocaron traté de darle respiración asistida, rogando que fuera suficiente.
Minutos después estaba en el estacionamiento subterráneo del castillo, donde una multitud se había congregado. Delante de todos Aftón y Santiago sujetaban la cubierta de una enorme mesa de roble de más de 600 años de antigüedad. Al parecer en el castillo no había camillas y decidieron ingeniárselas con lo que había a mano.
Me estacioné y corrí a abrir la puerta del lado de Bella para darle aire una vez más. Luego la saqué con cuidado y afiné el oído tratando de ignorar los murmullos de preocupación, los comentarios furiosos y el llanto desatado de Gianna… Sí, ese suave y errático latido aún se mantenía. Tal vez si lograba que Bella respirara el tiempo suficiente… Quizás sobreviviría.
Deposité a mi Fiore delicadamente sobre la mesa, que pronto estaba empapada en sangre.
-Su mano – Dijo la Reina Sulpicia horrorizada viendo los huesos de su mano en general y de los dedos en particular, todos fuera de lugar.
-Su hombro – Dijo la Reina Athenodora, viendo su brazo dislocado.
-Su pecho – Dijo Alec, y en cualquier otro momento lo habría golpeado en la frente por mirar tan fijamente el pecho de Isabella, pero comprendí que era impresionante ver a la chica que todos amábamos en esas condiciones.
-Su cabeza – Sollozó Gianna – Hay que cerrar esa herida, sangra mucho…
-… Y si sangra mucho le va a bajar la presión sanguínea haciendo más difícil que siga funcionando el corazón – Dije yo – Gianna tienes botiquín con suturas? – Pregunté.
-No, pero Félix tiene, lo puedo ir a buscar – Dijo y corrió hacia el interior del castillo.
-Su majestad… Usted es la que mejor sabe coser, podrá coser la herida de Isabella? – Pregunté a la Reina Athenodora.
-Nunca lo he hecho con piel humana, pero ciertamente puedo intentarlo – Dijo mientras nos dirigíamos en fila hacia la habitación de Bella.
-Siri, cómo suturar heridas? – Preguntó la Reina Sulpicia a su IPhone. Al segundo tenía la respuesta en pantalla, con montones de sitios de internet con fotos paso a paso de todos los tipos de sutura. Jamás se me habría ocurrido ocupar a la jodida Siri, pero por una vez era útil. Y había sido la misma Bella quién había acercado esa tecnología a Las Reinas... – Mira Athenodora, aquí muestran cómo – Dijo mostrándole la pantalla a la otra Reina. La Reina Athenodora miró las fotos sin dejar de caminar, asintió un par de veces y dijo
-Llegando a la habitación Demetri se va a encargar de traspasar a Isabella a la cama en una posición que le permita sanar los huesos correctamente, y de ahí en adelante tratará de que respire. Sulpicia va a presionar la herida para que se corte la hemorragia, porque en este sitio médico dice que no se puede coser una herida sangrante. Mientras, Gianna y yo vamos a preparar las cosas que necesitaré para desinfectar y coser a Isabella. El resto puede esperar afuera o ir a ver si "control de daños" necesita algo – Dijo la Reina Athenodora con un don de mando y capacidad organizacional impresionantes para alguien que se pasó siglos aislada del mundo. Estaba claro que ella no era nada de tonta, y me dio la impresión de que si un día los Maestros llegaban a faltar, ella solita podría hacerse cargo de la organización.
O tal vez era que mi desazón era tal que me aferré a su liderazgo con garras y dientes. Ella estaba a cargo, ella sabía qué hacer. Ella lo arreglaría. Ella me devolvería a Bella.
Todo se hizo de acuerdo a sus órdenes. Lo primero y más complicado fue acomodar la columna de Bella. La afirmamos con unos cojines para que se mantuviera en su lugar mientras soldaba. Luego hubo que volver a encajar su hombro e hicimos lo posible con sus costillas hundidas. Finalmente tocó reposicionar los huesos de su mano.
Su pequeña manita totalmente destrozada…
Pero al menos la mano con mi anillo estaba intacta…
Me sentí como un monstruo por siquiera pensar de forma tan egoísta…
Y mientras pensaba no dejé de darle aire, todo el tiempo. Cuando la hemorragia se detuvo le cosieron la cabeza y yo me mantuve ahí, regulando su respiración.
Las Reinas y algunas chicas de su Guardia Personal se quedaron en los sillones junto al fuego.
Gianna se hizo un ovillo en el suelo a los pies de la cama, abrazó sus rodillas y se puso a llorar, rezar y llorar otra vez. La detestaba, me exasperaba su cercanía, pero no podía menos que empatizar con ella. Bella era la única que insistía en quererla, en ser su amiga, en incluirla… Al igual que yo, si Bella se moría Gianna se quedaría sola otra vez.
Y a ratos entraba Chelsea arrastrando y susurrando en el oído a Aftón, que miraba al suelo para no cruzar la mirada con nadie, como esperando que lo echaran. Cuando nadie lo echó a la primera, se arrodilló junto a Bella, tomó su mano sana y comenzó a susurrar en inglés, pero con un fuerte acento escocés. Tan marcado era el acento que me costó unos segundos darme cuenta de que le estaba contando rimas y adivinanzas tradicionales, probablemente las que él escuchó de niño. Trataba de confortarla con lo que lo había confortado a él. Chelsea miraba a Bella y a Aftón con mucha pena, pero ni se acercó a tocarla ni dijo nada. Aftón y Chelsea se quedaron un rato y se fueron, para volver unas horas más tarde y repetir el proceso. A la cuarta visita Aftón se atrevió a mirarme. Yo estaba sobre la cama tal como desde el principio, abrazando protectoramente a Bella, apenas tocándola, simplemente cuidándola. Y nadie me habría podido mover ni aunque lo hubieran intentado. Nadie lo intentó.
-Ya respira – Dijo Aftón muy despacio.
-Sí, le cuesta bastante, pero es capaz de respirar un poco. Igual no es suficiente, hay que ayudarla, pero si supongo que si hay una mejoría significa que es posible que se recupere – Dije más para convencerme a mí mismo que a Aftón.
-Se va a mejorar… Se tiene que mejorar – Dijo fervientemente, como si al decirlo pudiera ordenárselo al universo.
-Qué pasó con "control de daños"? – Pregunté para distraerme.
-Un desastre. Lo más complicado al final resultó ser someter a Félix, que destrozó 8 tramos de escaleras, dos por cada piso. Rompió los pasamanos, los escalones y le hizo un daño enorme a las paredes. Lógicamente los humanos escucharon, y no fueron sólo golpes, también hubo muchos gritos y gruñidos.
Vania se encargó de la sala de vigilancia. Ya no existen videos de nada de lo sucedido en todo el centro comercial, incluido el estacionamiento, y también debieron buscar cámaras de vigilancia instaladas en las tiendas aledañas. Fue un trabajo de joyería, por suerte Lily y Tamara ayudaron… Y Heidi fue a explicar a los locatarios cercanos que los ruidos que se escucharon en la escalera fueron el resultado de un grupo de extremistas anarquista que pusieron una bomba protestando contra el capitalismo y la globalización, y que se resistieron violentamente al arresto. Es una excusa débil, pero es lo que se pudo hacer con tan poco tiempo de reacción. En definitiva se usó lo de siempre, dinero y seducción para mantener las bocas cerradas.
El resto del equipo se encargó de calmar a Félix lo suficiente como para que soltara a Victoria (y dicen que no fue fácil), y limpiaron sacando algunos escombros incriminatorios y retirando toda la evidencia de lo que en realidad ocurrió. A Alec se le ocurrió causar más daño para tapar lo que pasó en realidad, lo que se tradujo en lanzar un par de granadas una vez que el centro comercial cerró, y con eso terminaron de borrar las huellas. Lo más difícil fue limpiar la sangre de Bella, era mucha y no había desagüe para simplemente baldearla… - Dijo volviendo a mirar a cualquier parte menos a mí.
-Dónde están Félix y la perra? – Dije cambiando de tema. No quería pensar en Bella sangrando, a pesar de tener frente a mí su lindo vestido blanco tieso de sangre seca. La habría cambiado de ropa por alguno de sus pijamas favoritos, pero no la podíamos mover hasta que soldara su columna.
-Victoria está encerrada, recuperándose un poco. Creo que la quieren sana antes de castigarla… Que comprenda lo que le va a suceder… Pero se va a demorar unos días, Félix casi la mata, y si no fuera porque quiso hacerla sufrir lo más posible antes de morir, lo habría logrado.
-Y Félix? – Pregunté. Era raro que no hubiera venido ya, habían pasado como 10 horas desde el incidente.
-Encerrado también, pero atrapado con el poder de Alec hasta que se calme un poco y se pueda razonar con él. Si lo dejan suelto en la celda ahora, la destruiría en un par de minutos y correría a matar a Victoria, llevándose a quién se encontrara por delante – Dijo Aftón. Era la conversación más larga que había tenido con el tipo, y resultó ser un hombre agradable si se le daba la oportunidad. Como Bella se la había dado…
-Bien, no lo quiero aquí. Tiene mucho por lo que responder. Qué mierda hacía con Victoria en primer lugar? Y por qué no me dijo a mí o a Bella? Así habríamos sabido que debíamos evitar ese lugar… Mierda, si pudiera dejar el lado de Isabella iría ya mismo a decirle unas cuantas verdades – Dije enredando mi mano en un mechón del cabello de Bella que milagrosamente se encontraba libre del pegoteo de sangre.
-Si quieres yo me quedo con ella – Ofreció en voz muy baja.
-NO! – Dije mucho más alto de lo que pretendía, sobresaltándolos a todos – Lo siento, no… - Dije más suavemente – No la voy a dejar hasta que despierte, además necesito controlar su respiración y su corazón – Dije volviendo a angustiarme. No me iría, no me iría… Ni siquiera para matar a Victoria o golpear a Félix.
-Entiendo – Dijo simplemente.
Y haciéndome una seña de despedida se fue otra vez.
Pasadas 36 horas del incidente la respiración de Bella se había regulado lo suficiente para no necesitar mi asistencia…
Y a partir de ese momento comenzaron a ocurrir los verdaderos milagros.
Pasaron unas horas y su corazón volvió a palpitar de manera rítmica y estable.
Los huesos comenzaron a soldar.
La herida de la cabeza comenzó a cerrar, eliminando los puntos de sutura.
Y lo mejor de todo, Bella abrió los ojos, me miró fijamente por un momento y moduló un silencioso "Dem".
Y claro, entonces se arqueó retorciéndose en agonía. Al repararse su espina dorsal comenzaba a sentir el dolor de la transformación.
No gritó, no realmente, más que nada gimió con los ojos bien cerrados, repitió lo que pareció mi nombre montones de veces, y apretó mi mano.
Casi todos los habitantes del castillo pasaron por la habitación en algún momento, y muchos incluso se quedaron en el pasillo gran parte del tiempo.
Heidi se me acercó a las 52 horas del cambio.
-La vamos a bañar – Afirmó. No me estaba pidiendo permiso.
-Tú y quién más? – Pregunté.
-Chelsea y Gianna – Respondió.
-Saca uno de los pijamas del tercer o cuarto cajón de la cómoda – Indiqué a Gianna, que era la que más cerca se encontraba de la cómoda.
Ella abrió el tercer cajón y comenzó a escarbar, luciendo confundida.
-Esto no es de Bella – Dijo.
-Te puedo asegurar que si es – Dije sin ni mirarla. Que sacara un pijama luego y dejara de joder!
-No, yo no se los compré! Yo jamás compraría… Esto! – Dijo sacando uno de mis favoritos.
-Bella y yo los compramos por internet cuando volvió del hospital después de la apendicitis. Estaba aburrida de usar tus conjuntos de bataclana con satín y encajes, ella quería algo cool – Dije satisfecho por la cara de horror que ponía mientras más pijamas sacaba.
-Qué hay ahí que es tan terrible? – Preguntó Heidi acercándose a mirar. Yo seguí concentrado en mi Fiore.
-Esto! Dijo Gianna mostrándole el pijama de "The Angry Birds". Ese era bonito, de color negro y fucsia, pero a Bella le daba calor, así es que casi nunca lo usaba.
-Emmmmh… Bueno, no es algo que yo usaría, eso está claro, pero Bella… Ella es distinta – Dijo Heidi.
-Está bien, y qué me dices de este de "Batman"? Es un hotpant, una camiseta sin mangas y una capa! Una capa! Bastardo fetichista! – Me dijo con todo el veneno que pudo. Yo creo que estaba celosa, quién sabe por qué le molestaba tanto mi relación con Bella.
-Ese pijama lo eligió Bella – Le dije con toda calma – Ella quería la capa porque el traje de Batman tiene una capa. Yo elegí los otros dos de Batman – Le dije, esperando que encontraran uno que era aún más revelador porque era de lycra y no tenía capa. El otro era más normal, simplemente estampado con la insignia de "Batman" por todos lados.
-No lo puedo creer – Dijo Gianna sacándolos todos – Tiene 2 de "Bob Esponja", son horribles! Para qué necesita 2 de Bob Esponja? – Se quejó estudiándolos.
-Uno para cuando hace frío y el otro para cuando hace calor – Le dije con tono de "Daaah!"
-Y mira este, "I am Groot"… Qué es un Groot? – Preguntó. Dios mío! Esa mujer tenía suerte de estar más o menos buena, porque de bruta no le gana nadie! Ojalá la agarre uno de estos días la sociedad protectora de animales y la esterilice, previniendo que su ADN entre a la piscina genética y estanque la evolución humana… No sea que en un descuido se reproduzca con el futuro desempleado, ese tal Franco que es "tan guapo y amable y tiene un hoyuelo, y es un caballero, y estudia, y trabaja y…blablabla".
No, maldita sea… Bella se enojaría si echaba a la calle al novio de Gianna sólo porque puedo… Odio cuando la voz de Bella suena en mi cabeza prohibiéndome hacer cosas. Y odio aún más el que no vacilo en obedecerle. Aunque ella esté inconsciente. Suspiré.
-Tal como dice la leyenda de abajo y la enorme etiqueta de la camiseta, Groot es un personaje de "Los Guardianes de la Galaxia", un hombre árbol que lo único que sabe decir es "Yo soy Groot"… Lo repite una y otra vez teniendo conversaciones completas con solo esas tres palabras. Bella lo adora y llora cada vez que lo matan en la tira cómica o en la película – Dije, extrañado de que no hubieran hablado de Groot alguna vez. Supongo que no lo mencionan en Cosmopolitan.
-Y qué es esto? - Preguntó mostrándome otro pijama - Crees que Bella es una stripper o algo así? Crees que se va a poner esto para tí? A menos que fueras el novio, y no es el caso – Dijo desafiante.
-Cuidado Gianna, que hace días que no como, y en una de esas con todo el stress tengo un desliz – Le dije amenazante y burlón – Y no me vas a decir honestamente que crees que Bella pasaría la oportunidad de tener un pijama de "Chica Hulk", por sexi que sea – Dije con arrogancia. Y sí era sexi demonios, y claro que la había visto modelarlo tímidamente cuando se probó todos los pijamas en el instante en que llegaron.
-"Ironman" – Dijo sacando otro e ignorándome – Es feo, pero al menos es apropiado – Dijo estudiando la camiseta y el pantalón ¾.
Casi le digo "Fea tu abuela", pero eso hubiera sido infantil y además parece que su abuela está viva y loca, no era buena idea insultar a la pobre mujer.
-"Ironman" es el superhéroe favorito de Bella – Le dije con falsa calma, acariciando la frente de Isabella, quien se movía y se quejaba despacio, como tratando a propósito de contenerse y no hacer ruido – No se te ocurra insultarlo jamás, que a mí me lanzó una lámpara, un libro y un zapato la última vez que discutimos sobre superhéroes.
-Un enterito térmico… Dónde encontraron estas cosas? Quién demonios las fabrica? – Preguntó mirando el pijama de "Pac Man", que era lo menos sexi del planeta, tenía pies y capucha, y cuando Bella se lo ponía parecía un enorme oso de peluche… Auspiciado por Pac Man.
-Ese no es mi culpa, se lo regaló Alec, pero a Bella le encanta, aunque le da calor… Lo usa con la ventana abierta – Dije.
-Por supuesto que le encanta… - Dijo Gianna suspirando - Y claro, no podía faltar el pijama de "Superman"… Versión mujerzuela… Esto es tu culpa, Bella no era así cuando llegó! – Dijo blandiendo las bragas estampadas con el logo de "Superman" que acompañaban al hotpant que conformaba la parte inferior del pijama.
-Te recuerdo que tú le compraste toda esa ropa interior de LaPerla y que ella se moría de vergüenza de usarla, pero no le diste alternativa – Le respondí.
-Dejen de discutir y encuentra algo rápido – Dijo Heidi, exasperada.
-Si quieres cubrirla hay uno de "Thor" de color rosado y otro de "The Punisher" de color negro… Creo que los de "La Mujer Maravilla" también son más o menos normales – Dije muy amablemente. Las dos brujas me miraron como si las hubiera escupido – El de los "X-Men" no le gusta porque dice que el estampado es muy grande y tieso y le molesta, pero el de "Marvel Comics" le queda cómodo.
-No puedo creer que conozcas tan bien su ropa – Dijo Heidi – Estás seguro de que no le revisas sus cajones mientras duerme como un degenerado?
-No conozco bien toda su ropa, sólo la que yo pagué porque la compramos juntos y discutimos cada prenda – Dije cansado de perder el tiempo con ellas. Bella se estaba transformando, todo iba bien por el momento. No me amargarían la vida.
-Estoy confundida – Dijo Gianna suspirando, perdida – Qué pijama crees que le gustaría a Bella para despertar? O le ponemos un vestido? – Preguntó odiando cada sílaba, porque significaba reconocer que yo la conocía más que ella.
-No ropa, ella va a querer pijama – Dije de inmediato – Yo creo que pueden usar el de "Marvel", porque sale "Ironman" junto con "Los Vengadores", o el de "Batman", ese que tiene la camiseta rosada y los pantalones negros, porque ambos marcan su figura lo suficiente para que pueda ver los cambios de su cuerpo pero sin lucir como una mujerzuela, como ustedes parecen creer que sucedería si usa su pijama con capa.
-Ya Gianna, saca el pijama de "Marvel" y bañémosla de una vez, la pobre debe estar incómoda – Indicó Heidi – Chelsea, vienes? – Llamó a Chelsea quién estaba de pié junto a la chimenea acompañando a Las Reinas.
-Voy – Dijo y excusándose respetuosamente se acercó a nosotros. Cuando llegó a mi lado me susurró para que sólo yo pudiera escuchar
-Eres un bastardo, no podías dejar a la pobre Gianna que le pusiera uno de esos feos y pseudo sexis pijamas estampados de leopardo que compró en Victoria Secret?
-Estás loca? – Pregunté exageradamente – Y perderme su reacción ante el pijama sexi de "Chica Hulk"?
-Eres Bella con un pene, a veces me dan miedo – Dijo moviendo la cabeza. Y yo me sentí bien. Bella y yo lo sabíamos, pero ver que alguien ajeno a la burbuja era capaz de percibirlo era reconfortante. Era una reafirmación necesaria.
-Chelsea tráela de una vez – Dijo Heidi desde el baño, donde llenaba la tina. Gianna preparaba las toallas, y Chelsea me hizo una seña para que soltara a Bella. Me fue físicamente doloroso, sentí la pérdida de inmediato, y Bella también, porque en cuanto Chelsea la apartó de mí comenzó a debatirse y a gritar… Y es que yo era su creador, mi cercanía física funcionaba calmándola y ayudándola a sobrellevar mejor el dolor.
Nuestro lazo ahora sí era verdaderamente irrompible, y era exactamente lo que había soñado pero nunca me atreví a esperar. Y ahora que lo había conseguido me sentía culpable de mi satisfacción, debido a las horribles circunstancias que rodeaban su transformación.
Chelsea se llevó a Bella y yo me senté con la espalda apoyada contra la puerta del baño, sintiendo mi estómago apretado y una extraña sensación de desasosiego. Bella me estaba llamando y yo no podía ir… Necesitaba entrar, ni siquiera para aprovechar de verla desnuda, me bastaría con poder tocar su mano.
Gritos.
Chapoteos.
Mi nombre.
Llanto.
Más ansiedad.
Finalmente Heidi entreabrió la puerta del baño y me dijo
-Háblale Demetri, ella necesita saber que no la has abandonado.
-Hablar… - Dije quedándome súbitamente en blanco. No por no saber qué decirle, siempre teníamos de qué hablar, pero no con toda La Corte presenciando el show.
Cerré los ojos y sacudí la cabeza tratando de pensar en algo que no le recordara el ataque… Necesitábamos las desgracias de otros para darnos cuenta de que no estábamos tan mal. "El pájaro canta hasta morir"…
Estaba sobre el velador y tenía perfectamente marcada la página en la que habíamos quedado. Avanzábamos lento, porque Bella siempre se quedaba dormida antes de terminar un capítulo.
Lo tomé, me acerqué a la puerta entreabierta y comencé a leer…
oooOooo
Me habían devuelto a Bella, limpia y sin rastros del maltrato sufrido. Seguía pasando por la transformación, pero ya se le habían borrado las cicatrices humanas y sus huesos estaban perfectamente soldados. Incluso ya se empezaban a vislumbrar los primeros cambios físicos de la transformación…
Su cabello se había aclarado tomando un tono rojizo, y estaba creciendo.
Su piel lógicamente se estaba aclarando.
Sus pechos habían crecido al menos una talla de sostén y su cintura se había afinado aún más.
Sus caderas se habían redondeado, dándole las suaves curvas que ella anhelaba.
Sus labios se hincharon un poco y se tiñeron de un color rosa más profundo, como si recién la hubieran besado.
No puedo realmente decir que era "más hermosa"… Era simplemente una belleza diferente. Se estaba convirtiendo a otra especie, con nuevas características físicas.
Lo que sí puedo decir con total seguridad es que Bella era mucho más atractiva que cualquiera, eso fue así incluso desde antes del cambio… Sus imperfecciones eran precisamente lo que la hacían perfecta.
oooOooo
A las 68 horas ya había completado su cambio físico.
Para su futura irritación, Bella no había crecido ni medio centímetro de altura, sólo se había moldeado su cuerpo para hacerla más voluptuosa, como sucedía con la mayoría de las vampiras; su cabello se había espesado y ahora le llegaba casi hasta la cintura (seguro se lo querría cortar), y había adoptado esa tonalidad rojiza que antes sólo se adivinaba cuando estaba expuesta al Sol; su piel se había ido endureciendo, aclarado y borrado las imperfecciones humanas, como las cicatrices o las lindas pecas que antes salpicaban su nariz; sus dientes se volvieron más blancos y parejos y su pequeña nariz se respingó aún más haciéndola lucir adorable… Eso tampoco le gustaría, ella querría dar miedo, no despertar el instinto de protección de todos, tal como había sido hasta ese entonces. Mi Fiore era una linda muñequita que quería ser guerrera.
Ojalá su escudo funcionara como los Maestros esperaban, o Bella se desilusionaría muchísimo.
Su lugar entre nosotros no peligraba de ninguna manera, ella había sido invitada a unírsenos oficialmente antes de convertirse, por lo que era una apuesta bastante incierta… Pero a estas alturas ella cumplía tantos roles para tanta gente distinta en el castillo, que a nadie se le pasaría por la cabeza rechazarla si no resultaba ser dotada.
De hecho creo que si Bella se fuera, la mitad de la corte se iría con ella, incluyendo a Las Reinas, Aftón (y por consiguiente Chelsea), Félix, Alec, Santiago y yo. Mierda, tal vez hasta Jane se iría siguiendo a su hermano!
No, la estructura completa de Los Volturi se desmoronaría si los Maestros rechazaran a esa pequeña humana, que en 1.60mt y 53 kilos de peso era capaz de abarcar el mundo.
Y pasaron las horas…
Y su fuerza se incrementó.
Aferrada a mí apretaba mi mano, mi brazo o mi torso cada vez que una oleada de dolor la afectaba, y lo que al principio se sentía como casi una caricia con su fuerza humana, se fue convirtiendo en una tortura. Como neófita Bella era mucho más fuerte que yo, y no controlaba sus movimientos.
Al final opté por sentarme en la cama apoyado en el respaldo, y dejé que Bella apoyara su cuerpo contra mi pecho y estómago. De esa forma podía tocarla sin que me hiciera daño. Incluso podía abrazarla alrededor de sus brazos y restringirla si era necesario.
Ella no reclamó, así es que me felicité por tener tan buenas ideas.
Y para qué negarlo, tocar a Bella siempre fue increíble. Compartíamos una energía que no podría explicar, pero que se traducía en una sensación de bienestar inmediato para ambos… Tal vez más para mí, porque yo lo aceptaba como la bendición que era, en cambio Bella luchaba con sus sentimientos y sensaciones, tratando de racionalizarlo todo, siempre tratando de mantenerme a raya, siempre tratando de marcar límites que ella también se moría por borrar.
No digo que Bella no amara a Félix, sólo que con él era otra cosa. Lo de ellos era una relación normal, con altos y bajos, se querían, blablablá… Pero no contaban con el componente metafísico que tenía la nuestra.
Porque a medida que pasaban las horas y una vez que fui capaz de pensar más claramente, me di cuenta de que esto tenía que ser el destino.
Cómo más explicar nuestra relación? Cómo explicar esa fuerza que me ata a ella? La misma que me hizo cambiar mi vida de un día para otro, la que me hizo amarla sin conocerla, la que me hizo tratar de ser mejor para merecerla… El mismo destino que me obligó a transformarla cuando eso nunca estuvo en los planes de nadie, ni siquiera en los míos. Oficialmente el Maestro Aro lo haría, para tener algún control sobre ella, ya que ni Corin ni Chelsea la afectaban. Extraoficialmente, yo sabía que ella quería que Félix lo hiciera, y más importante, Félix no permitiría que nadie más lo hiciera, él necesitaba la posesión e intimidad que implican ser el creador de alguien.
Pero fue el mismo Félix quién arruinó su oportunidad teniendo reuniones secretas con esa perra sicópata. Quién sabe cuánto tiempo llevaba viéndola, y para qué.
Sólo esperaba que Bella no los hubiera visto juntos. Era mucho mejor que ella pensara que Victoria nos siguió y la emboscó a enterarse de que en realidad ella interrumpió una cita entre Victoria y Félix.
Mierda, que estúpido cabrón. No se me ocurre ningún motivo que justifique ir a ver a esa mujer a escondidas. Si estaba engañando a Bella, es un imbécil y debía haberse reunido con la perra esa en un hotel, no el jodido centro comercial… Y si no tenía algo con ella, cualquier cosa que tuvieran pendiente se la podrían haber dicho por teléfono.
Félix tenía perfectamente claro lo que le había dolido a Bella el saber que Victoria, (justamente Victoria!), era su ex. Pero el que él siguiera defendiéndola a pesar de saber que Victoria aún insistía en vengarse de la mujer que él supuestamente amaba… No, yo no podía entenderlo. Tal vez porque nunca antes tuve una novia ni estuve enamorado, por lo que no tengo sentimientos residuales o como se llame la mierda que hace que Félix aún sienta lealtad hacia su ex… Porque si cualquiera o todas las mujeres de mi pasado le llegaran a levantar la voz a Isabella, las destrozaría sin pensarlo dos veces.
Y hablando del Rey de Roma…
Félix apareció en la puerta, bastante a mal traer. Su ropa estaba desgarrada, tenía varios cortes y heridas superficiales que ya comenzaban a cicatrizar, y estaba cubierto de veneno de pies a cabeza… Y no era su veneno.
Todas las conversaciones cesaron y el único ruido en la habitación era el corazón acelerado de Bella y sus gemidos de dolor. Se estaba poniendo cada vez más inquieta, lo que no era raro. La puta transformación es tremendamente dolorosa, pero el último tramo es como el gran final de un concierto de música clásica. Va creciendo y creciendo hasta alcanzar un clímax, y luego se acaba violentamente y ya no hay más.
Bella iba de camino a esa cúspide de dolor.
-Y Fiore, ya pasa… Ya pasa, vas a ver que bonita te ves, y no creciste nada! Sigues siendo una muñequita petiza… Y que respingona quedó tu nariz, te ves más joven que nunca, parece que tuvieras como 15 años… No te van a dejar entrar nunca más a un bar, club o discoteca – Le dije al oído.
Si me podía escuchar se encabronaría y no pensaría tanto en el dolor. Además no quería mirar a Félix. El hijo de puta había sido mi amigo, tal vez el único que he tenido, pero no podía dejar de lado la idea de masacrarlo por imbécil (aunque probablemente yo saldría más mal parado en una pelea entre los dos).
-Co… Cómo está? – Preguntó, probablemente a mí, no lo sé porque no lo estaba mirando.
Nadie dijo nada.
-Demetri… Cómo está? – Preguntó otra vez dando un par de pasos hacia el interior de la habitación.
-Casi se murió – Dije tratando de mantener mi voz lo más neutra posible para no molestar a Bella – Pasamos varias horas pensando que se moría. Tenía los dos pulmones colapsados, no respiraba por sí misma, no lo hizo hasta hace poco. No sabemos aún si tendrá secuelas, como daño cerebral – Dije con frases cortas y precisas - Su corazón prácticamente se detuvo también, tanto así que pensamos que tal vez no sería capaz de impulsar el veneno por el torrente sanguíneo; perdió mucha sangre, lo que bajó su presión sanguínea… Pero como ves, al final resistió – Dije mirándola. De tanto retorcerse la camiseta se le había arremangado, mostrando un trozo de su pálido abdomen, y en vez de disfrutar de la vista como habría hecho en otro momento, suavemente bajé la camiseta para cubrirla.
Bella comenzó a llorar más fuerte, y Félix trató de acercarse. No alcanzó a dar dos pasos cuando varios gruñidos amenazantes lo detuvieron. Él miró a su alrededor confundido, y la voz de la Reina Athenodora sonó imponente
-Tal vez este no sea tu lugar, Félix.
-Su Majestad, yo… - Dijo e hizo una pausa. Qué iba a decir? "…Yo fui el facilitador, traje el peligro a Isabella permitiendo que mi ex amante que la quiere asesinar se quedara en la ciudad sin advertirle a nadie".
-Félix anda a asearte, cura tus heridas y por Dios! Cámbiate de ropa! – Interrumpió la Reina Athenodora – Bella va a despertar en un par de horas, puedes esperar en el pasillo. Si ella quiere verte así será, pero después de lo ocurrido no le vamos a imponer tu presencia.
Félix se limitó a asentir y se dio vuelta para irse.
-Félix! – Lo llamé. Él me miró con una expresión llena de dolor… En cualquier otra situación lo habría defendido y habría estado a su lado sin importar si tenía razón o no… Pero no en esta ocasión. Si debía elegir no había elección – Qué pasó con Victoria?
-Aftón y Santiago la están curando – Dijo con disgusto. Claramente lamentaba no haberla acabado cuando tuvo la oportunidad – Creen que en un par de días va a estar en condiciones de presentarse a Los Maestros.
Asentí. No tenía nada que decir.
Una vez que los pasos de Félix se perdieron en el pasillo las conversaciones se retomaron.
Y muchas no eran nada positivas hacia Félix, principalmente porque nadie sabía qué fue lo que realmente pasó, por lo tanto había muchas teorías y especulaciones.
Siguió pasando el tiempo, lentamente, Bella sufriendo cada vez más dolor, y yo conteniéndola en mis brazos casi lo sentía en carne propia. Necesitaba que despertara, necesitaba saber que estaba bien. No me importaban sus mejoras físicas, lo que sí me importaba era saber que su maravillosa mente se mantenía intacta. Esa era su esencia, y eso era lo que quería conservar.
Escuché a Félix regresar e instalarse en el pasillo, tal como le habían ordenado.
Gianna obviamente fue a primera en salir. No podría ver a Bella en un buen tiempo, así es que fue a la cama y con lágrimas en los ojos le dijo lo mucho que la quería y que la estaría esperando para hablar por Skype o por teléfono. En realidad todo me lo estaba diciendo a mí para que yo se lo traspasara a Bella, pero hicimos la charada porque no hablábamos entre nosotros a menos que fuera para insultarnos y eso no le gustaría a Bella.
Y poco a poco la habitación se fue vaciando, las últimas en salir fueron Las Reinas.
-Ahora eres definitiva y oficialmente el llamado a cuidar de nuestra hija – Me dijo la Reina Sulpicia.
-Honestamente me alegro de que tú seas su creador, Demetri – Me dijo la Reina Athenodora – Confío en que tu afecto hacia ella es genuino y sabrás guiarla en su despertar a esta nueva etapa de su vida.
-Haré mi mejor esfuerzo Su Majestad – Le dije emocionado por el voto de confianza y por el hecho de que llamaran a Bella su hija.
Y nos quedamos solos.
Nos quedamos solos y en agonía por 37 minutos y 14 segundos.
Y la abracé fuerte para que sintiera mi presencia.
Y le hablé de todo y nada.
Y entonces su acelerado corazón latió por última vez… Y murió.

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Ooookay, mucho que discutir en este capítulo. Yo sé que muchas van a tener pena de Félix, pero recuerden que nadie sabe realmente qué es lo que pasó. Sólo saben que la mujer que juró asesinar a Bella y fue protegida por Félix casi logró su objetivo.
Próximo capítulo: El despertar.


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