viernes, 5 de diciembre de 2014

Mi Destino 11


Holas! Antes de lo previsto (por mí) les entrego este nuevo capítulo. Espero lo disfruten…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

“…Una vez que estuve segura de estar sola me apoyé en una pared para recobrar el aliento y soltar las lágrimas que nublaban mi visión.
Me sentía podrida.
Me sentía estúpida.
Me sentía sola.
Extrañaba a mi mamá…
-Bella? Qué estás haciendo aquí? Estás llorando? – Preguntó una voz a mi lado…”

Capítulo 11
I
I was standing
You were there
Two worlds collided
And they could never tear us apart
We could live
For a thousand years
But if I hurt you
I'd make wine from your tears
Never Tear Us Apart / INXS
BELLA POV
-Ho… Hola Char… No te había visto… - Balbuceé.
-Claramente – Dijo ella levantando una ceja, probablemente esperando una explicación.
Ya que no me preguntó nada directamente decidí hacerme la tonta y comencé a caminar hacia nuestra habitación.
-No deberías desaparecer así – Me dijo después de un par de minutos.
-Lo siento – Respondí.
-No me vas a decir por qué estás llorando? – Preguntó.
-No pasa nada, no te preocupes – Le dije.
-Claramente algo te pasa – Dijo ella, frustrada – Pero al menos no estás sangrando ni te rompiste un hueso, así es que te voy a dejar tranquila hasta que quieras hablar.

-Gracias – Dije sin mirarla.
Caminamos por los pasillos hasta llegar a nuestra habitación, pero al tratar de abrir la puerta, nos dimos cuenta de que estaba cerrada con llave.
Automáticamente me llevé la mano al bolsillo de mi pantalón, donde llevaba las llaves colgando del llavero que me regaló Garrett.
Lamentablemente al buscarlo me di cuenta de que mi llavero no estaba por ninguna parte.
-Relájate, yo tengo mis llaves – Dijo Char haciéndome a un lado.
-No me importan mis llaves! – Exclamé - Me importa mi llavero!
-Bueno, déjame abrir y lo buscamos con calma – Dijo ella llevando su llave a la cerradura.
-No está en la habitación! Lo llevaba conmigo – Dije ansiosa palpando mi cuerpo, sabiendo que no había nada que hacer, tendría que retroceder mis pasos hasta encontrarlo.
-Pero qué mierda…?! – Exclamó Char – La llave no le hace a la cerradura!
-Estás segura de que estás usando la llave correcta? – Pregunté.
-Sólo tengo dos llaves en este llavero Bella, no es como si tuviera muchas opciones para confundirme – Dijo fastidiada.
-Qué hacemos? – Pregunté mirándola.
-No escucho ni la respiración ni el palpitar del corazón de Amanda, así es que no nos serviría de nada golpear – Dijo – No es que nos quisiera abrir de todos modos...
Ufff! – Dije – No, no estaría nada contenta de que la molestemos por algo así…
-Me importa un carajo si le molesta o no – Respondió Char luciendo cabreada – Además te apuesto que ella tiene algo que ver con esto – Dijo golpeando la puerta tan fuerte como ésta resistió. Obviamente no hubo respuesta.
-Y entonces… Qué crees que pasó? – Pregunté.
-No lo sé! - Suspiró Char – Vamos a tener que ir a hablar con las monjas a ver si tienen una llave maestra o algo…
-Seguro que la tienen - Dije – Sería irresponsable de su parte si no…
Y partimos al mesón de recepción de los dormitorios. Una monja alta y flaca de unos cuarenta años nos miró de pies a cabeza y nos dijo
-Ya no pueden salir, el toque de queda comenzó hace veinte minutos – Dijo volviendo a su bordado.
-No queremos salir, queremos entrar – Le dije.
-Nos quedamos afuera – Aclaró Char – Nuestra llave parece tener algo malo…
-Ustedes son las chicas nuevas – Afirmó la monja.
-Si… - Dijimos las dos.
-Y no saben usar sus llaves? – Preguntó escéptica.
-Si sabemos, de hecho ambas las habíamos utilizado antes, pero ahora no funcionan! – Exclamó Char exasperada. Ella odiaba (más que nadie que yo conociera) que la trataran de forma condescendiente, como a una niñita idiota, siendo que ella ya había vivido el equivalente a dos vidas humanas o más.
-Vamos – Dijo la monja suspirando teatralmente y poniéndose de pié, como si nos estuviera haciendo un enorme favor y no cumpliendo con su obligación.
-Esa es la llave maestra? – Preguntó Char.
-Sí – Respondió la monja simplemente. La seguimos por los pasillos y hasta nos cruzamos con algunas niñas que se visitaban de una habitación a otra. Todas agachaban la cabeza y aceleraban el paso cuando veían a la monja que iba con nosotras. En mi mente la llamé la "hermana carcelera".
Finalmente llegamos a nuestra habitación y la hermana usó su llave maestra, logrando abrir la puerta de inmediato y sin problemas. Nos miró como si fuéramos retardadas mentales.
-Gracias hermana – Dijimos ambas humildemente.
-Vamos a buscar bien, tal vez nos confundimos de llavero… - Dijo Char sonando extrañamente dócil. Yo sabía que estaba cabreada.
-No nos con…! – Exclamé yo indignada. Sabía que algo había pasado con nuestras llaves. Pero Char me dio un codazo en las costillas y me hizo callar.
-Tengan más cuidado, no siempre va a haber alguien a la mano para que les abra la puerta. Buenas noches! – Dijo la monja dándose media vuelta y desapareciendo por los pasillos.
-Qué fue todo eso? – Pregunté – Por qué me hiciste callar?
-Porque este no es un problema que pueda solucionar una monja! – Respondió Char en un susurro girando la perilla de la puerta de su habitación – Estoy segura de que esta que tengo es la llave correcta…
-Entonces? – Pregunté confundida.
-No estoy segura de que sea la puerta correcta – Dijo sin entrar a su habitación, deteniéndose tan abruptamente que choqué con su espalda.
-Qué? – Pregunté sobándome el brazo.
-La puerta de mi cuarto también está con llave – Dijo – Tu puerta está cerrada?
-Sí… - Dije extrañada. Yo no le había puesto llave – Pero por qué…?
-Amanda! – Susurramos las dos a la vez.
-Es ella, verdad? – Pregunté.
-Es ella – Confirmó Char mirando hacia la habitación de Amanda – Está en su habitación muerta de la risa, conversando con alguien por teléfono.
-Qué dice? – Pregunté. Después de una pausa Char dijo
-Sus amiguitas la ayudaron a intercambiar la chapa de nuestras puertas por la de algunas de ellas, de modo que la llave maestra de las monjas funcionara pero las nuestras no… Nos quiere dejar en ridículo, desacreditarnos de a poco – Dijo Char entrecerrando los ojos, concentrada en lo que se decía del otro lado de la torre.
-Dudo que Amanda sepa cambiar una chapa, de hecho dudo que sepa mucho de nada… - Le dije escéptica.
-No la subestimes – Dijo Char – Y no, no sabe cambiar una chapa, pero si sabe manipular a la gente para que hagan lo que ella desea, y da la casualidad que una de las víboras de sus amigas es una ex delincuente juvenil, y forzar o cambiar chapas es cosa de niños para ella.
-Ex delincuente? Y tú cómo sabes? Permiten a chicas como esas en un lugar como este? – Pregunté alarmada. Garrett sabía esto? Me había internado en una correccional juvenil?
-Mientras tú duermes yo debo hacer algo para pasar el tiempo. Por la noche me he metido en la oficina de la Superiora para leer los expedientes de algunas alumnas, tu sabes, trabajo de reconocimiento... Hay cosas muy interesantes escondidas por ahí… - Me aseguró - Y con respecto a la admisión, claro que reciben "ovejas descarriadas", siempre que sean católicas y sus padres tengan cómo pagar – Dijo Char encogiéndose de hombros – Además al ser menores de edad los registros penales no son abiertos, por lo que las monjas no tienen respaldo legal para discriminar a menores de edad a causa de casos cerrados.
-Mierda! No pensé que nos encontraríamos conviviendo con delincuentes! Y yo que pensé que las escuelas públicas eran malas… Pero al menos esas tenían detectores de metales a la entrada… - Comenté.
-Tu creías que las niñas ricas no roban? – Preguntó Char sonriendo, aún sin prestarme demasiada atención.
-Bueno, no es como si lo necesitaran… - Respondí pensando en ello.
-No se trata de necesitarlo, se trata de la adrenalina… Si no mira a Winona Ryder – Dijo Char.
-La actriz? – Pregunté.
-Sip, hace unos años fue arrestada por robar en el Saks de la Quinta Avenida en New York. Esa es una tienda de lujo, pero todo lo que trató de robar lo pudo haber pagado fácilmente con una de las muchas tarjetas de crédito que traía en la cartera. No se trataba de las cosas, se trataba de la experiencia – Me dijo.
-Como Holly Golightly en "Desayuno en Tiffany´s", que robaba para no perder la práctica aunque no lo necesitaba… Por si un día las cosas empeoraban y tenía que volver a robar… Me encanta esa película, aunque sea tan distinta al libro – Le dije.
-Algo así – Respondió Char – Ahora está colgando – Dijo refiriéndose a Amanda – La muy perra está decidida a sacarnos de aquí o a obligarnos a pedir nuestro traslado. No va a hacer un solo gran gesto, son más bien una serie de pequeñas cosas que nos hagan la vida insufrible. La que cambió las chapas es Tracy, esa chica medio gótica de pelo azabache y corte "bob"… No capté exactamente qué nos tienen preparado a continuación, pero parece que nos debemos hacernos la idea de que tendremos que lidiar con al menos una sorpresita de estas al día.
-Pero que pendeja! Y es que no tiene nada mejor que hacer? O sea, todo esto debe consumir mucho tiempo, verdad? – Pregunté.
-Supongo… - Dijo – Pero parece que está dispuesta a hacer el sacrificio…
-Y ahora cómo abrimos estas puertas? – Pregunté descorazonada.
-Tracy no es la única que ha tenido que abrir puertas cerradas en su vida – Dijo Char – Cuando era humana pasé momentos difíciles con mi familia. En más de una ocasión robé para sobrevivir. Estas chapas son más complejas, pero el principio es el mismo – Dijo quitándose dos horquillas del cabello.
En cosa de segundos la puerta de su habitación hizo "click", y se giró para ir a abrir mi puerta.
-Y qué vamos a hacer mañana? Seguimos sin tener las llaves… - Le dije sentándome en mi cama.
-Ya veremos una solución definitiva, por lo pronto te voy a enseñar a abrir una chapa con horquillas sin forzarla – Dijo - No nos vamos a volver a quejar y vamos a actuar como si nada hubiera pasado, ya nos vamos a vengar, pero no podemos dejar que Amanda vea que nos afectó, de lo contrario ella gana.
-Vale – Le dije poniéndome de pié – Muéstrame entonces cómo se hace.
Y en un rato, con la experta tutela de Charlotte, aprendí a abrir puertas sin necesidad de una llave.
oooOooo
Me di una ducha rápida (sabiendo que de todas maneras me volvería a duchar en la mañana) y me puse la camiseta de Gar para meterme a la cama. Lo extrañaba… Tenía tanto que contarle! Quería escuchar su voz firme y serena, sentir su presencia tranquila, y ver su sonrisa y su mirada expresando emociones que eran sólo para mí.
Tomé mi celular y comencé a pasar las fotos que tenía de él. Tenía muchas, realizando distintas actividades, algunas sonriéndome y otras cándidas que tomé en distintos momentos, pero todas mostraban lo mismo: devoción. Cada vez que su mirada caía en mí su expresión se suavizaba… Cómo resistirme a él?
Traté. De verdad traté.
Luché para que la parte lógica de mi cerebro ganara a aquella predominante que simplemente aceptaba lo sobrenatural.
Yo tenía a Edward, mi novio.
Yo a Garrett no lo conocía.
Pero cómo explicar todo lo que había sucedido hasta ahora? Cómo explicar lo que me hacía sentir? El sentimiento crecía, tal vez porque Gar no actuaba como un adolescente, él era todo un hombre, y me hacía sentirme toda una mujer.
Gar, Gar, Gar… Dónde estás?
Lo extrañaba.
Y mi llavero? Dónde estaba? Se me había caído? Y si era así, adónde? Había estado en un montón de lugares desde la última vez que recordaba tenerlo en mis manos, durante la catequesis. Después de eso había estado en el internado, en el comedor, en el baño y en los jardines… Al día siguiente lo buscaría, y le diría a las monjas para que estuvieran atentas y me lo devolvieran, mal que mal contenía las llaves de la habitación (aunque ya no sirvieran de nada).
Con mi teléfono mostrando su foto debajo de la almohada, me acosté a dormir.
Soñé con él.
Gar.
Estábamos viajando con mochilas, acostados en la angosta cama de la habitación de un coche dormitorio de un tren que se dirigía desde Estocolmo a Kiruna. Estábamos recorriendo Europa solos los dos, quedándonos en posadas sencillas y caminando mucho, pero cuando debíamos movernos de una ciudad a otra en viajes largos, lo hacíamos pagando lo mejor… Yo nunca había estado en un coche dormitorio, pero no me imaginaba nada más bonito que dormir junto a una ventana que mostraba un paisaje siempre cambiante.
Y bueno, no sólo dormir…
Hacer el amor junto a la ventana, a pesar de que nadie podría ver nada debido a la velocidad a la que viajan esos trenes, colmaba todas mis fantasías exhibicionistas.
Y sí, dije hacer el amor.
Quería hacerlo.
Me estaba sucediendo lo mismo que a Garrett, la idea de la separación intensificaba y simplificaba mis sentimientos hacia él. Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba.
Y estaba así, dormida, cuando de pronto sonó "Intuition" de Jewel.
El Ringtone de Gar.

"…Sigue tu corazón
Tu intuición
Te guiará en la dirección correcta
Libera tu mente
Tu intuición
Es fácil de encontrar
Sólo sigue tu corazón, nene…"

Me costó salir del estupor de mi hermoso sueño, y creo que no lo hice del todo.
-Estoy soñando contigo – Contesté con la voz un poco pastosa, sabiendo que era él.
-Es un buen sueño? – Preguntó con un tono de voz bajo y delicioso, que serviría maravillosamente para el fono-sexo de Emmett.
-El mejor… - Suspiré acomodándome – Estábamos en un tren…
-Un tren? Y qué más? – Preguntó, supongo que imaginándose exactamente qué más.
-Era un coche dormitorio… Nunca he viajado en uno… Viajábamos por Europa… Me vas a llevar alguna vez? – Pregunté aun decidiendo si valía la pena abrir los ojos o no.
-Te voy a llevar donde quieras, cuando quieras, en cuanto termine todo esto – Respondió.
-Y cómo va la cosa? Algún avance? – Pregunté.
-Hay rumores por ahí, varios de nuestros amigos han escuchado sobre la pelirroja y la muerte de James. Ellos al ser nómades eran conocidos por la mayoría de los clanes de Norteamérica, pero por lo que se sabe, tú estás muerta y fuiste la víctima, por lo que nadie te busca. Eso sí, al parecer Victoria está buscando a los Cullen, ya que cree que ellos son quienes mataron a su compañero – Dijo contándome toda la verdad, como siempre.
-Van a matar a los Cullen por mi culpa? – Chillé sentándome de golpe en la cama, todos los pensamientos sensuales olvidados.
-No Isabella, eso no va a pasar. Los Cullen siguen siendo muy poderosos. Carlisle, a pesar de ser un pacifista es un buen luchador, de otra forma no habría sobrevivido tanto tiempo. Y Alice puede ver cualquier decisión de Victoria antes de que consiga atacarlos – Me dijo con toda calma - Y aún si Victoria pasara ese filtro, Edward puede leer sus pensamientos a un radio de un par de kilómetros de distancia, por lo que podrán estar advertidos en caso de amenaza.
-Gar, no quiero que nadie salga herido por mi culpa – Le dije angustiada. Aunque los Cullen no estuvieran destinados a ser mi familia, no por eso dejaba de apreciarlos... Y aunque no los apreciara, igual no les deseaba ningún mal.
-No te preocupes Isabella, hoy llamé a Carlisle para advertirle que la pelirroja estaba suelta, y me dijo que ya había escuchado los rumores y que habían tomado las medidas del caso yéndose a visitar a un clan amigo para unir fuerzas, así es que ya ves, tal vez sean ellos los que solucionen todo este embrollo. Todo depende de lo que pase primero: si nosotros encontramos a Victoria o Victoria los encuentra a ellos. Pero como sea, me siento optimista – Me dijo.
-Me alegro de que no haya una vendetta declarada en mi contra, o toda mi familia peligraría… Tenías razón en esconderme… Gracias Gar… - Le dije, porque la verdad es que yo nunca le agradecía lo suficiente.
-Gracias por qué? – Preguntó sorprendido.
-Por protegerme – Respondí simplemente.
-Isabella… - Suspiró - Protegerte es el acto más egoísta que he realizado en mi vida – Me dijo sonriendo. Simplemente sentí que sonreía – Protegerte es proteger mi corazón, mi propia vida… Nunca me agradezcas por hacer lo que todos mis instintos demandan. No podría actuar de otra manera.
-Gracias de todos modos – Le dije conmovida por su dulzura – Te extraño.
-Y yo a ti – Dijo un poco triste – No sabes la falta que me haces… Me quieres contar más sobre tu sueño?
-Bueno… Tal vez… - Le dije – Estábamos viajando desde Estocolmo a Kiruna, y tú sabes, ese viaje es largo, dura dieciséis horas, así es que sacamos boletos en una cabina del coche-dormitorio…
-Dieciséis horas… - Ronroneó como saboreando cada palabra - Y cómo pasamos todo ese tiempo? – Preguntó entre excitado y divertido.
-Bueno, tú sabes… - Dije bajando la voz.
-No, no sé – Dijo él disfrutando mi incomodidad. Era divertido como aun habiendo pasado tanto tiempo hablando cochinadas con mis clientes anónimos del fono-sexo, al hablar con Gar me confundía y me ponía nerviosa. Supongo que es porque Gar me importaba de verdad.
-Bueno, yo creo que los trenes europeos no se sacuden ni marcan el paso de los rieles como los trenes antiguos, pero en mi sueño sí, se movía y se escuchaba como un tren normal… - Dije, y recostándome de nuevo comencé a contarle mi sueño. Para el final de la conversación, una hora más tarde, él me había prometido llevarme a Europa y comprarme un vagón entero de ser necesario para cumplir mi sueño a cabalidad.
No tuve corazón para contarle de las pequeñas miserias de mi día, no valía la pena arruinar los escasos momentos que teníamos para conversar hablando sobre Amanda o los demás.
oooOooo
El día siguiente comenzó igual que el anterior.
Char gritando que me levantara.
Ducha.
Vestirme.
Ordenar.
Desayunar con Kristy, Gaby y Emily.
Misa.
Clases.
Almuerzo.
Clases.
Y no supe cómo sentirme al respecto, pero no hubo rastro de Brennan en la misa ni me lo crucé en ningún otro momento en el jardín. Estaría bien? Me correspondía preocuparme? Aún me sentía mal por cómo lo traté, pero por sobre todo, tenía vergüenza de haber huido. Eso a mi modo de ver, era imperdonable.
Por la tarde no tuve catequesis, porque eso tocaba día por medio, lo que me dio tiempo para salir a buscar mi cubo rubik sin Char, que se quedó encerrada porque aún brillaba el sol.
Recorrí cada lugar en el que estuve el día anterior.
Pregunté por todos lados.
Virtualmente peiné el jardín.
Nada. Mi llavero no estaba por ninguna parte.
Regresé a mi habitación cabreada y Char me abrió la puerta antes de llegar, de modo que no tuve que usar mi ganzúa hechiza.
-Encontraste tus llaves? – Preguntó lanzándose en el sofá, control remoto en mano.
-No – Dije haciendo un puchero y tirándome a su lado.
-Bueno, ya no importa, total vaya uno a saber qué puertas abren… - Dijo ella.
-No son las llaves lo que me importa, es el llavero, me lo regaló Garrett ayer – Le expliqué.
-Oh… Oooooh… - Dijo comprendiendo la importancia del asunto.
-Sep – Le dije – Así es que como verás no es tan simple… En fin, qué estamos viendo? – Pregunté apuntando a la tele con mi barbilla.
-Lost – Respondió ella – Están dando un maratón de los primeros seis capítulos de la segunda temporada.
-Ah, me gusta Lost… - Dije acomodándome – O más bien me gusta Sawyer…
-A mí me gusta Jack – Afirmó – Está como quiere y además es médico.
-Y para qué quieres un médico? Eres vampiro, no te pueden poner ni una vacuna sin quebrar la aguja… - Argumenté.
-Caso hipotético Bella, hipotético. Yo tengo a Peter y no hay nadie más en el mundo para mí – Dijo girando inconscientemente (como siempre que hablaba de Peter) una simple, casi severa argolla de acero inoxidable que sostenía un diamante sujeto a presión. Era un anillo que Peter le había dado hacía unos años, y representaba su amor y compromiso mutuo. No parecía anillo de casados ni era de los materiales tradicionales, así es que no llamaba la atención. Además Char lo usaba en el dedo del medio de la mano izquierda, así es que no había por donde inferir su verdadero significado.
-Pffffff! Ya sé que para ti no hay nada en el mundo que supere al sabelotodo de Peter – Le dije dándole con un cojín en la cara. Ella lo vio venir y me dejó golpearla igual.
-Te equivocas, Bella. Peter está muy lejos de ser perfecto, nuestra relación no es perfecta, pero lo amo con lo bueno lo malo, porque ese es el amor verdadero: Cuando dejas de idealizar a la otra persona y lo aceptas con sus virtudes y defectos. Tú crees que Pete no me vuelve loca a veces? Que no me dan ganas de estrangularlo al menos una vez a la semana? Pero nada de eso importa, porque nuestro amor supera el fastidio. Sabemos que no podemos estar separados, sabemos que somos dos partes de un todo, y al aceptar eso la forma en que vez el mundo cambia por completo. Mi vida como humana fue muy dura, y entré a esta nueva vida llena de miedo e inseguridades, sólo para ser lanzada al campo de batalla, sin advertencia ni entrenamiento… Pero Peter sabía que yo estaría ahí, y me buscó en medio de todo ese desastre, matando a quienes se interpusieran en su camino hacia mí, y al llegar a mí me protegió como un animal salvaje… Me ha cuidado durante todas nuestras décadas juntos, no sólo interponiéndose entre el peligro y yo, sino enseñándome a valerme por mí misma. Ahora sé luchar, y sé que no importa lo que venga, lo enfrentaré con mi Pareja a mi lado, y ya no tengo miedo… – Terminó, con la mirada perdida, rozando su anillo con los labios.
-Qué lindo Char… Qué envidia… Esa certeza… - Susurré tomando su mano.
-Es exactamente lo que tú tienes con Garrett, Bella, ni más ni menos, sólo que tú has ido dándote cuenta más lento porque eres humana y no tienes desarrollados nuestros instintos… - Explicó - Garrett es un buen hombre y te ama como nadie llegará a amarte, porque ustedes fueron creados el uno para el otro – Dijo Char mirándome a los ojos, asegurándose de que entendiera su mensaje – Pero no te aproveches de esa incondicionalidad, porque él está en total desventaja, y tienes el poder de hacerle mucho daño… Tienes que comprender que él lo haría todo por ti, así es que no testees sus límites, porque no los hay.
-Lo sé, comprendo… - Dije – Gar me importa Char, no creas que no… es sólo que no sucedió de forma instantánea como todos esperaban, pero cada día lo quiero más, lo extraño más… El sentimiento se va haciendo más fuerte… Me entiendes, verdad? – Pregunté.
-Claro que te entiendo! – Dijo ella sonriendo cálidamente – Somos amigas, o no?
-Si… - Susurré con un nudo en la garganta, y me lancé a sus brazos. Ella me acunó por unos momentos y me dijo
-Ya, basta de cosas serias, estábamos hablando de Jack. Entonces no te gusta Jack como a mí? No me importa compartir… - Ofreció.
-Naaaa – Sonreí más relajada - Jack es demasiado bueno, llega a ser tonto, en cambio Sawyer es un poco malo y ultra sexi… Sabes? Siempre me pregunté por qué en esa isla paradisíaca con un clima perfecto, llena de gente atractiva, con mucho tiempo libre y toneladas de cocaína, nadie tenía sexo con nadie. Uno pensaría que esos son los ingredientes de una orgía permanente, después de todo qué más podrían hacer para entreteners…? – Estaba diciendo y fui interrumpida por la puerta de la sala al abrirse y las voces de Amanda y de dos de sus amigas, incluida Tracy la ladrona.
-Y ustedes qué hacen aquí? – Chilló Amanda, claramente sorprendida de encontrarnos.
-Y dónde más podríamos estar? Después de todo esta es nuestra habitación – Preguntó Char sin ni darse vuelta para mirarla, subiendo el volumen de la tele.
-Ustedes… No podían entrar… - Balbuceó Amanda.
-Ah… Te equivocas, como ves si podemos entrar y salir perfectamente, por qué no podríamos? Hay algún impedimento del que no nos hemos enterado? – Preguntó Char provocándola con cada palabra. Tracy lucía aún más enojada que Amanda, lo que ya era bastante.
-No – Dijo Amanda enderezando la espalda y recuperando la compostura como una profesional – Debo haber escuchado mal un comentario de pasillo. Tracy, Estela, vamos a mi dormitorio – Le dijo a sus amigas, las que la siguieron mansamente a su habitación.
En cuanto cerraron la puerta, Char prestó atención a lo que ocurría en el dormitorio sin bajar el volumen de la tele para que no sospecharan que las estábamos espiando.
-Qué dicen? – Pregunté después de unos minutos al ver la sonrisa satisfecha de Charlotte.
-Amanda está furiosa, parece que le dio algún tipo de pago a Tracy por su trabajo y ahora lo quiere de vuelta en vista de que no sirvió para nada. Tracy la mandó al demonio y están discutiendo bastante… Si yo fuera Amanda no me enfrentaría a una sociópata como Tracy tan abiertamente. Esa chica es mala de verdad, y no tiene nada que perder – Susurró.
-Debemos preocuparnos? – Pregunté – Crees que querrá hacernos algo a nosotras?
-No – Respondió Char – A Tracy le importamos un rábano, lo que hizo lo hizo por lo que sea que le pagó Amanda, no por intereses personales. De hecho creo que le cae más mal Amanda que nosotras…
-No me extraña, nosotras somos adorables y Amanda es una perra – Dije subiendo mis pies a la mesa de centro.
-Exactamente – Dijo Char haciendo lo mismo.
Un par de minutos más tarde salió Tracy furiosa de la habitación de Amanda dando un portazo que sacudió los cuadros de las paredes. Nos miró exasperada y se largó.
Amanda había perdido una aliada.
oooOooo
-Bella, Bella, Bella! Despierta! No soy un gallo para tener que despertarte todas las mañanas! Pon tu despertador! – Dijo Char golpeando mi puerta.
Yo estaba muerta de sueño porque la noche anterior Gar nuevamente me había llamado muy tarde, y me desvelé.
-Si puse el despertador, pero lo apagué y seguí durmiendo – Balbuceé cubriendo mi cabeza con la almohada.
-Entonces pon la opción de "Repetir" – Dijo Char ya sin golpear.
-La apagué dos veces… - Dije tratando de sentarme en la cama – Anoche hablé mucho con Gar, por eso tengo tanto sueño.
-Ah que bien, yo salí a comer, así es que volví hace un par de horas – Dijo entrando a mi habitación y sentándose a los pies de mi cama. Ya estaba vestida y peinada con dos coletas.
-Pareces una actriz de una película porno para pedófilos – Le dije estirándome.
-Exactamente el look que estaba buscando – Dijo ella guiñando un ojo – Ya Bella, levántate, o no vas a alcanzar a desayunar! – Dijo impaciente.
-Ya voy! – Dije poniéndome de pié – Será muy terrible si no me ducho? Me duché anoche… - Dije tratando de ahorrar tiempo.
-En mis tiempos nos bañábamos una vez al mes. Me impresiona cómo los humanos desperdician agua y después se quejan del calentamiento global, el efecto invernadero, el derretimiento de los polos y el agujero en la capa de ozono – Dijo balanceando las piernas – Son muy inconsecuentes…
-Es cierto, lo somos, pero tienes que reconocer que la gente debe haber olido a zoológico juntando mugre y sudor por un mes entero. Se limpiaban las orejas siquiera? O llegaban al día treinta medio sordos? – Pregunté poniéndome mi falda.
-Hey! Nos lavábamos las orejas cada domingo antes de ir a la iglesia! – Se defendió.
-Puaj! Qué asco! Ya me imagino el aroma en una iglesia llena de granjeros y gente que trabajaba haciendo actividades físicamente demandantes. Los que trataban con animales, los que cosechaban a pleno sol… Uf!
-Cuando creces con esos olores no te parecen ofensivos. Recuerdo que de pequeña el olor de mi papá me gustaba mucho, y debe haber sido pura transpiración, porque en ese tiempo no había desodorantes y no teníamos dinero para comprar perfumes… Es relativamente nueva la obsesión por no oler a nada, y totalmente inútil por lo demás. Las esencias se diluyen, pero no se pierden – Explicó.
-Supongo que hace sentido – Dije terminando de vestirme – Ya, me lavo los dientes, hago pis y nos vamos – Dije y corrí al baño.
-Apúrate, te espero en el pasillo – Dijo y se puso mi mochila al hombro.
El desayuno fue tranquilo, nos sentamos con las chicas y comí un plato de frutas y una tostada con mermelada.
Char simuló comer wafles, pero no le fue tan fácil deshacerse de los pedazos pegajosos por la miel de maple, lo que me causó mucha gracia. Char nuevamente simuló ir al baño para evitar el sol y yo salí sola al jardín con una leve sonrisa, mirando el cielo azul y oliendo la tierra húmeda. El pasto estaba recién regado, por lo que los alumnos de ambos colegios estaban todos de pié o sentados en las bancas. Nuevamente varios ojos se volvieron hacia mí, pero las miradas fueron menos intensas, menos escrutadoras.
Excepto por una.
Sentí sus ojos en mí como algo tangible. No me quise girar, pero intuitivamente sabía exactamente dónde se encontraba, lo que me permitió evitarlo.
Mi sonrisa despreocupada desapareció.
Brennan.
Entré a la iglesia nerviosa y mirando al suelo, y al llegar a mi puesto junto a Char tomé de inmediato el libro de oraciones y comencé a recitar el "Padre Nuestro". El domingo era nuestro bautismo y debía ser capaz de al menos de rezar la más básica de las oraciones (aparte de la del "Ángel de la Guarda", esa era súper fácil, porque rimaba).
-Qué te pasa? – Susurró Char.
-Nada – Dije sin mover mis ojos del libro.
-Mientes – Afirmó – Estabas contenta al salir del comedor y ahora estás nerviosa. Qué pasó? Te dijeron algo? Ese tal Joshua te molestó?
-No! No, ni lo vi… - Dije antes de que Char pudiera concebir ideas para eliminarlo.
-Hummmm – Se cruzó de brazos – Algo me escondes, y me preocupa más el por qué, que lo que sea que no me quieres decir…
-Inteligente de tu parte – Le dije – Pero no hay nada qué decir. Nadie me hizo nada – Afirmé. Y era verdad. No me habían hecho nada, mirarme en el jardín no era un pecado…
-Bella, hay varios chicos mirando en esta dirección… - Comentó.
-Te extraña? Debes ser la chica más linda que han visto en sus vidas, debes ser la nueva fantasía sexual de todo el colegio del frente! – Le dije, porque era verdad.
-No sólo me miran a mí – Me aseguró.
-Deben estar comparándonos y preguntándose dónde están nuestras similitudes genéticas. Deben creer que soy adoptada… - Le dije encogiéndome de hombros.
-Bella… - Su voz cargada de advertencias.
-Qué quieres que te diga? – Pregunté exasperada - Si alguien me mira o no, eso no está bajo mi control! Ignóralos y tal vez se van a cansar.
-Lo dudo, ya viene el "Baile de Primavera" y todos están evaluando a sus candidatas como pareja. Tú y yo somos interesantes porque somos nuevas, así es que debes esperar un montón de invitaciones – Me aseguró.
-De quién? Si no conozco a nadie? – Susurré. No quería que nadie más escuchara lo que decíamos.
-No es necesario que te conozcan para invitarte, la cita sirve para conocerse… Muchos de estos chicos no saben hablar con gente del otro sexo, es el problema con la separación de géneros en estos colegios. Por eso se celebran estos bailes, son una manera que tienen las monjas y los curas de crear instancias de interacción entre chicos y chicas en un ambiente seguro y supervisado.
-Oh, que sexi! Apuesto que no se puede ni bailar pegados – Comenté.
-Por supuesto que no! Las interacciones autorizadas son las que se permitirían en la época victoriana! – Se carcajeó Char – Recuerda que una de las principales metas de este colegio es mantener intacto el himen de todas las alumnas.
-Yo no quiero mi himen intacto! – Susurré/exclamé un poco fuerte y varias chicas se giraron a mirarme – Ups… - Dije enrojeciendo.
-"Ups" – Me imitó – Sí, bueno, por lo que escuché el otro día no creo que tengas himen del que preocuparte por mucho tiempo más.
-Hey! Se supone que tú no deberías estar escuchando lo que hacemos Gar y yo! – Reclamé avergonzada.
-No es como si hubieran sido muy discretos – Sonrió – No sé cómo no despertaron a Amanda.
-Yo… - Dije y fui interrumpida por el comienzo del servicio. Hice silencio y me concentré en la ceremonia.
oooOooo
El día pasó como siempre, excepto que una de las chicas de mi clase de Educación Física se cayó mientras corríamos en las graderías y se rompió una pierna, por lo que nuestra profesora debió acompañarla al hospital, lo que nos dejó con un par de horas libres.
Yo decidí ir a la biblioteca a buscar algunos libros que necesitábamos para un trabajo de biología mientras Char buscaba información en internet desde nuestro dormitorio, porque la biblioteca tenía ventanales enormes por todos lados y sería virtualmente imposible esquivar el sol.
La biblioteca era otro de los edificios que compartíamos con los chicos, porque no tenía sentido dividir todos los libros en dos. Por esta razón se le consideraba un centro social no oficial, ya que la hermana bibliotecaria era muy viejita y medio sorda, así es que ni se enteraba de lo que sucedía a su alrededor.
Pero yo sí iba a trabajar, así es que caminé en línea recta y sin mirar a nadie y me dirigí a la parte de atrás, al sector donde había mesas de trabajo individuales y grupales. Elegí una mesa individual junto a la ventana, dejé mis cosas en la silla y me dirigí a la sección de biología celular.
Busqué un rato y saqué varios libros que creí que me podrían servir. Me acerqué a mi mesa haciendo equilibrio con la pila de libros, y suspiré de alivio cuando los deposité en la mesa sin que se me cayera ninguno.
Sólo entonces lo vi.
Perfectamente dispuesto al centro de la mesa.
Y resuelto.
Mi llavero perdido. Mi cubo rubik.
Qué mierda?
Mi primera reacción fue de alivio. Por fin lo tenía de vuelta!
Lo tomé delicadamente, como si al hacer movimientos bruscos pudiera desaparecer, y lo deslicé entre mis dedos. Cada cara del cubo tenía un color sólido, una meta aparentemente inalcanzable.
Y entonces, una vez segura de que mi llavero había sido devuelto, miré ansiosa a mi alrededor para agradecerle a quien hubiera sido que me lo devolvió, pero no había nadie.
Me estaban observando?
Me estaba volviendo paranoica.
Hojeé rápidamente los libros que había sacado y elegí los que me servían para mi trabajo. Devolví los demás a su lugar en los estantes y me dirigí al mesón de atención. La hermana a cargo estaba hablando con un chico acerca de ponerlo en la lista de espera de un texto muy cotizado, y él le rogaba que se lo consiguiera enseguida porque le era muy urgente. Uf! Se demorarían, así es que dejé mis textos en el mesón y me di vuelta y vagué por entre los pasillos de estanterías sin buscar nada en particular, familiarizándome con la distribución de los temas de los libros…
Y entonces escuché la voz chillona de Amanda, deteniéndome en seco.
-Brennan! Ahí estás! – Dijo con la voz más dulce que le hubiera oído - Decidí que voy a usar un vestido Valentino de color coral para el "Baile de Primavera" – Dijo fuerte y claro, para que todos escucharan.
-Oh… Ok – Dijo él. No sonaba particularmente entusiasmado, de hecho sonaba un poco incómodo, pero yo qué sé, no lo estaba mirando y no lo conocía tanto como para determinar sus estados de ánimo sólo por su voz. Tal vez era naturalmente inexpresivo…?
Aunque pensándolo bien, él había sido cualquier cosa menos inexpresivo el otro día en el jardín…
No, Brennan no escondía bien sus emociones. Al menos no lo había intentado conmigo.
-Había pensado que podemos compartir la limo con Joshua y Gaby… - Siguió Amanda ignorando la falta de entusiasmo de su pareja.
-Ah? Compartir la limo? – Preguntó Brennan como despertando, recién brindándole toda su atención. Oí que se cerraba un libro violentamente. Sería el cuaderno de cuero? – De qué estás hablando?
-Bueno, si quieres que estemos solitos le digo a Gaby que se joda, total ni siquiera me cae bien… - Dijo Amanda toda amabilidad.
-Vas a ir en una limosina a un baile que se celebra a cincuenta metros de tu dormitorio? Estás loca? – Le preguntó incrédulo.
-Quieres que paseemos a la luz de la luna? Eres tan romántico… - Le respondió ella ignorando completamente lo que Brennan le estaba diciendo.
-Romántico… - Bufó, susurrando, pero a un volumen muy alto – Amanda, estás alucinando... Yo no pienso ir a ese estúpido baile y si fuera no iría contigo!
-Pero nosotros estamos saliendo! – Exclamó ella como explicándole algo a un niño.
-Tuvimos un desayuno con nuestros padres – Aclaró él – Uno. Y una ida al cine por que ellos insistieron en que nosotros deberíamos pasar tiempo juntos porque ellos son socios comerciales. Ya te lo expliqué antes Amanda, por favor… - Dijo bajando la voz. Yo estaba a un par de metros de ellos, al otro lado del librero, así es que no me moví ni quise respirar fuerte para que no me descubrieran espiando.
-Pero Brennan – Dijo ella sonando un poco desesperada – Nosotros somos perfectos el uno para el otro…
-Perfectos? No tenemos nada en común, y francamente hasta me asustas un poco. Sé que le has dicho a todo el mundo historias de cómo yo te he rogado que seamos novios, y yo no lo he negado para no avergonzarte, pero tú tienes que saber que eso no es cierto… Lo sabes, verdad? – Preguntó más suavemente.
-Pero… Si tú me dijeras lo que quieres, yo puedo tratar de cambiar… - Dijo ella débilmente, sabiéndose derrotada.
-No Amanda, yo no quiero que cambies por mí, aunque lo hicieras igual no nos entenderíamos. Eres muy bonita y cuando quieres hasta puedes ser amable con la gente. Por qué no vas con alguien que realmente se muera de ganas de bailar contigo? De haber un montón de chicos que… – Preguntó él ya más tranquilo.
-Porque me gustas tú… - Susurró ella interrumpiéndolo.
-No es verdad! – Dijo él – Yo solo te gusto en el papel… Te gusta el nombre de mi familia, mis credenciales y el dinero de mi padre. A mí no me conoces, y cuando hablamos ni siquiera me escuchas… Haznos un favor a ambos y deja de inventar una relación que no existe, o me voy a ver obligado a decir la verdad.
-No! Me arruinarías! – Exclamó ella horrorizada.
-No quiero hacerte daño, así es que si tú dejas de hablar de mí y dejas que nuestra relación de mentira se diluya, yo no voy a decir nada – Dijo Brennan – Te parece?
-No, no me parece, pero no tengo alternativa, verdad? - Preguntó ella enojada.
-No realmente – Dijo él.
-Hay otra chica? Es eso? – Insistió Amanda.
-Amanda, no te sigas atormentando, ya basta! Sólo te encaprichas porque no quiero estar contigo! – Exclamó él.
-La hay? – Preguntó de nuevo Amanda, ignorando a Brennan.
-Tal vez – Admitió él - Pero ese no es asunto tuyo, todo lo que tú debes saber es que no soy tu novio, así es que no sigas esparciendo rumores, o me vas a obligar a hablar.
-Brennan… - Preguntó ella sonando vulnerable otra vez. Hasta me dio lástima – Llevo meses diciéndole a todos que estás enamorado de mí… Por qué te interesa desmentirlo justo ahora?
-Porque ahora si me importa lo que digan de mí – Respondió él.
-No te da miedo que te acuse a mi papá y se dañe la relación comercial entre nuestras familias? – Preguntó ella recobrando su tono de voz altanero. Realmente lo estaba amenazando? Estaba loca.
-En mi familia no creemos en los matrimonios arreglados, así es que estoy bastante seguro de que mi padre preferirá perder un buen negocio que prostituir a su hijo – Dijo él nuevamente molesto.
-Pero mi papá dijo… - Balbuceó ella.
-Qué dijo tu papá? – Preguntó él sonando más enojado, pero reprimiéndolo.
-Que tú y yo… Que nosotros… Algún día todo podría ser tuyo… Unir las empresas… - Dijo esperanzada otra vez. Esta chica era una montaña rusa de emociones!
-Agh! Qué asco de mundo en el que vives! – Exclamó Brennan exasperado - En casa, en Irlanda, todos nos conocían y nos apreciaban por lo que somos y no por lo que tenemos… Nadie nos trataba diferente… No me interesa el dinero Amanda, ni el de tu padre ni el del mío. Mi hermano Caleb se puede quedar con todo, no me importa.
-No hablas en serio! – Exclamó ella shockeada.
-Con todo el dinero que tiene tu familia… Eres feliz? – Preguntó él.
-Por supuesto… Claro que lo soy… - Dijo ella rápidamente.
-No preferirías un estilo de vida más sencillo a cambio de ver a tu papá más de un par de veces al año? – Preguntó Brennan. Un golpe bajo.
-Eres un… Cómo te atreves!... No me vuelvas a dirigir la palabra! – Exclamó Amanda, y se escuchó una silla arrastrándose por el piso y pasos apresurados alejándose.
Brennan suspiró profundamente. Yo me quedé paralizada.
-Disfrutaste el show preciosa? – Preguntó al cabo de unos momentos.
Por un segundo esperando que hubiera otra persona a su lado.
Pero no… Me hablaba a mí.
-Yo… Yo.. – Balbuceé.
-Tú, tú estabas espiando – Afirmó tranquilamente, aun hablando a través del estante – No es muy amable de tu parte.
-Yo no quería… - Atiné a decir – Cómo supiste que era yo?
-Porque te vi acercarte mirando las repisas sin fijarte por donde ibas, y porque puedo sentir tu olor – Respondió.
-No, no puedes – Respondí de inmediato.
-Sí, si puedo – Afirmó – Hueles a flores, es una esencia muy particular, y yo tengo muy buen olfato.
-Ok… bueno, me voy – Dije girándome para huir nuevamente.
-No me vas a preguntar nada sobre lo que escuchaste? – Preguntó.
-No, no es de mi incumbencia – Dije.
-Pero sin embargo te quedaste escuchando hasta el final – Afirmó.
-No fue a propósito! Escuché la voz de Amanda y me paralicé! – Admití.
-Por qué? Qué hay entre tú y Amanda? – Preguntó de inmediato.
-Char y yo somos sus nuevas compañeras de habitación y Amanda está haciendo lo posible por sacarnos de la torre – Le dije – Adiós.
-Hey! Preciosa! – Exclamó – Cuando te vuelvo a ver?
-Supongo que en la próxima catequesis… Más tarde – Le dije encogiéndome de hombros aunque él no me pudiera ver.
-No me refiero a eso… Nos podemos volver a ver en jardín a la hora de la comida? En el mismo lugar? – Preguntó.
-No! – Respondí vehementemente – No! – Repetí - Y además para qué quieres verme? Ni siquiera te caigo bien…
-De adónde sacas la idea de que no me caes bien? – Preguntó él sonando confundido.
-Bueno, el otro día me gritaste… Y cada vez que me miras es con esa cara tan seria… - Le dije.
-Siento haberte gritado, el tema de mi madre es reciente aún y bueno… Perdí los estribos y lo siento. No debí gritarte ni hablar mal del libro o el autor que te gustan… No es su culpa ni la tuya tampoco – Dijo sonando sincero.
-Está bien, entiendo. Y tampoco es como si fueran mi libro o mi autor favorito… Sólo hacia una referencia por tu cigarro… - Le dije.
-Cuál es tu libro y autor favorito? – Preguntó sonando aún más cerca. A través de los libros se vislumbraba su silueta a menos de un metro de mí.
-Me tengo que ir – Le dije retrocediendo.
-No te vayas! Al menos respóndeme eso! – Exclamó ansioso.
-Vas a decir que soy una snob intelectual… - Le dije avergonzada.
-Por qué diría eso? – Preguntó.
-No sé, suena pretencioso, por eso generalmente digo que prefiero los clásicos de las hermanas Brontë o Jane Austen… – Expliqué.
-Ahora sí picaste mi curiosidad, cual es el libro? – Insistió él sonriendo.
-Es… Mmmmmh… - Balbuceé indecisa de si decirlo o no. Al final me dije "Qué demonios? No tiene por qué importarme la opinión de este tipo", y por fin hablé – Mi libro favorito es "La Insoportable Levedad del Ser", de Milan Kundera… - Como él no se burló, continué - Es una novela existencialista que plantea que el hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores. Algunos personajes representan la levedad en su manera de vivir como consecuencia de una actitud existencial amoral… Y por otro lado está el peso, que es la estructura moral impuesta por la sociedad que nos genera culpa… Lo que restringe nuestro actuar… Como ser infeliz en tu matrimonio pero aun así no serle infiel a tu mujer… - Expliqué - Nada te lo impide salvo tu conciencia guiada por estas reglas que te dice que está mal… - Dije y me callé. Qué hacía hablando a través de los estantes con este chico? Y sobre ese libro más encima… - Me tengo que ir – Dije y comencé a caminar.
-Hey! No me dijiste a qué hora nos juntamos más rato! Quiero que me cuentes más de ese libro… – Dijo caminando junto a mí del otro lado del estante.
-No nos juntaremos – Respondí llegando al mesón de atención, donde la hermana estaba afortunadamente sola – Hola, necesito estos libros por tres días, por favor – Dije entregándole mi credencial. Mientras la hermana registraba mis libros, Brennan se paró detrás de mí, como si estuviera en la fila.
-Quiero verte – Dijo cerca de mi cabello.
-No – Respondí.
-Por qué no? Por qué no te gusto? – Preguntó tomándome de los brazos y haciéndome girar para enfrentarlo. Uf! Aún enojado era guapo… Sus ojos eran tan azules…
-Por que no! – Respondí soltándome de su agarre. Era exactamente como lo que decía antes… La levedad y el peso. Brennan era la levedad, y no me podía dejar llevar por ella.
-No puedo caerte mal si no me conoces – Trató de razonar. Pero se enfrentaba a mí, la reina de las líneas de pensamientos circulares…
-Ni puedes gustarme si no te conozco – Respondí dándole la espalda.
-Quiero conocerte – Me dijo al oído mientras la hermana empujaba mis libros hacia mí.
-No gracias – Dije saliendo rápidamente de la biblioteca. Él me siguió caminando a mi lado, pero a una más respetable distancia.
-No te pido más que unos minutos… Podemos hablar de lo que quieras… - Trató de negociar.
-No! – Respondí.
-Vamos, prometo no volver a portarme como un cretino… - Me dijo sonriendo, usando todos sus encantos.
-No creo que puedas evitarlo – Dije reprimiendo una sonrisa.
-Por favor… - Dijo cuando ya llegábamos al internado de chicas.
-Por qué quieres hablar conmigo, Brennan? Por qué te intereso yo? Acabas de rechazar a Amanda, que debe ser una de las mujeres más hermosas del planeta, así es que te repito, qué quieres de mí? – Pregunté exasperada.
-Pffff! Amanda! – Dijo con un gesto de fastidio - Por favor, ustedes viven juntas, te puedes contestar tú sola el por qué no me interesa estar con ella… Preciosa, tú sabes quién es mi padre? Cuál es el negocio familiar? – Me preguntó a su vez.
-Sí – Asentí – Fui debidamente informada al llegar a la escuela, todo el mundo sabe quiénes son los Kavanagh - Le dije encogiéndome de hombros.
-Tú lo dijiste, todos saben quiénes somos y cuánto dinero tenemos, basta con ver las páginas de economía de los diarios para saber qué tanto dinero hizo mi padre el día anterior en base al movimiento accionario... Casi todos me tratan distinto, a pesar de que la mayoría de los alumnos de ambos colegios provienen de familias adineradas. Nadie me trata como un chico normal, ni siquiera los profesores… Consigo toda clase de concesiones y tratos especiales que nunca he solicitado, pero tú eres distinta. Tú no me tratas de engatusar, no eres servil ni tratas de atraparme. Siento que puedo hablar contigo porque eres inteligente y tu mente no está enfocada en qué y cuánto puedes conseguir de mí… No te voy a negar que me gustas, preciosa, pero si lo único que me puedes ofrecer es amistad, lo acepto… - Me dijo acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Yo salté hacia atrás como si su contacto me quemara.
-En otras circunstancias, me gustaría ser tu amiga, pero ahora no puedo, lo siento – Le dije negando con la cabeza, lamentándolo de verdad.
-Por qué no? – Preguntó frunciendo el ceño.
-Porque no estaría bien – Respondí retrocediendo.
-Tener amigos no estaría bien? – Preguntó levantando una ceja, escéptico.
-Tú eres la clase de amigo que llamaría la atención, y no quiero tener problemas – Le dije mirando al suelo. Me costaba negarme a una petición tan simple y razonable… Amistad. Me gustaría tener un amigo normal, alguien alejado de la locura de lo sobrenatural… Lástima que Brennan fuera… Bueno, Brennan.
-Problemas con quién? – Preguntó él.
-Con Char, para empezar – Le contesté reticente, mordiéndome la boca.
-Ella es tu prima o tu novia? – Preguntó estudiándome – Es ese el problema? Ustedes son pareja?
Yo solté una carcajada y lo miré llena de incredulidad.
-Me estás diciendo que si una mujer no cae rendida a tus pies debe ser porque es lesbiana? – Pregunté - Tienes grandes problemas de ego, Brennan Kavanagh, deberías hacerte ver por un especialista. Ahora me voy, porque estoy súper ocupada… Nos vemos en catequesis! – Y diciendo esto entré al edificio, donde él no pudo seguirme.
Llegué a la torre corriendo y toqué la puerta suavemente sabiendo que Charlotte me estaba esperando. Ella me abrió de inmediato y me hizo pasar a su dormitorio sin decir palabra.
-Qué pasa? – Pregunté susurrando.
-Amanda – Susurró de vuelta – Llegó hace un rato furiosa y dando portazos. Se encerró en su habitación y escuché como lanzaba cosas contra la pared. Algunas se quebraron, debe haber lanzado hasta un florero… Cuando se cansó se tiró en la cama y se puso a llorar… Todavía está llorando, pero no sé lo que le pasa porque no ha llamado a ninguna de sus amigas ni ha dicho ni media palabra… Como que me dan ganas de ir a consolarla, pero no creo que mi ayuda sea bien recibida.
-No, no lo sería – Respondí sentándome en su cama y tirándome de espaldas sobre los cojines.
-Hay algo que debería saber? – Preguntó. Yo la miré y asentí.
-Estaba vagando en la biblioteca… - Partí y le conté del intercambio de Brennan y Amanda, de las mentiras y el rechazo, pero me quedé ahí. No le dije nada de que Brennan sabía que yo había estado espiando todo el tiempo, o lo que me dijo después. No quería problemas, me alejaría de Brennan, pero no le contaría nada a Charlotte, eso sólo complicaría las cosas.
-Wow, pobre… - Dijo Char – Con razón estaba tan enojada, se le entregó en bandeja a ese chico y él no quiso nada con ella… Y la cita fue concertada por sus padres, que triste… Brennan no la quiso ni con todos sus millones asociados…
-Sí, me dio vergüenza ajena escuchar, pero si me hubiera movido me habrían descubierto, te imaginas? Amanda me mataría si supiera que presencié su humillación. Y no lo digo en sentido figurado… - Dije – Me mataría de verdad.
-Tienes razón, mientras menos sepamos mejor. Con lo enojada que está, la veo capaz de cualquier locura, y no la quiero canalizando su odio en nuestra dirección – Dijo Char – Ahora muéstrame los libros que trajiste, porque yo encontré un montón de información, pero no toda de fuentes bibliográficas confiables…
Y con esto nos pusimos a trabajar.
Más tarde bajamos a catequesis y ubicamos los bancos en filas tradicionales apuntando hacia el frente porque la hermana Clara quería que viéramos un video, por lo que no tuve que cruzar mi mirada con la de Brennan en ningún momento, lo que fue afortunado, porque Char no me sacaba el ojo de encima.
Luego cenamos y subimos a la torre en seguida, donde seguimos trabajando un rato más.
Y nada de paseítos por el jardín, a pesar de que estaba casi segura de que Brennan me estaría esperando en su árbol, con un cigarro en la boca y su cuaderno de cuero en las manos…

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Ahí tienen un poco más de Brennan y sus “oscuras intenciones”. El chico sabe lo que quiere y tiene el ego un poco inflado, pero no es una mala persona, solo tiene poco tacto, no lo odien!

No dejen de contarme qué les parece, cariños!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No olvides comentar!!!

Calendario