lunes, 9 de febrero de 2015

Mi Destino 18

Okas, este capítulo es distinto, y puede que no a todas les guste, ya que trae ciertos conflictos poco idílicos que a mi modo de ver, son característicos de toda relación que comienza… Los roces propios de acomodar a otra persona en tu vida.
De todos modos espero que les guste,
cariños.
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Capítulo 18
…Soy inocente de tu lado más culpable
pero el culpable de tu lado más caliente
soy el custodio de tus ráfagas de odio
el comandante de tu parte de adelante…
…Sólo estoy solo y estoy buscando esa alguien que
me está esperando que me entienda y si no me entiende
alguien que me comprende alguna a quien recordar de
memoria cuando estoy de viaje cuando estoy muy lejos si...
soy un vagabundo y camino bastante al rededor del mundo
pero quiero volver a mi casa a alguna casa
para encontrar a esa princesa vampira que respira
que respira y me mira.
La parte de adelante / Andrés Calamaro

BELLA POV
Siento su cuerpo junto al mío y eso me convence de que tal vez si vale la pena despertar.
He dormido en intervalos de una o dos horas, descansando lo justo para reponerme, despertar y volver a hacer el amor.
Una parte de mi embotado cerebro se pregunta si alguna vez seré capaz de volver a caminar… O si caminaré como los vaqueros con las piernas arqueadas como un alicate.
Garr ha sido mucho más gentil las siguientes veces que me hizo el amor, pero igual creo que abusamos… Lo he tenido dentro de mí al menos la mitad del tiempo que hemos pasado juntos, ya que cuando acabamos de hacer el amor su pene  no se pone flácido como he escuchado que lo hace el de un humano, así es que simplemente lo deja ahí. En mi interior.

Tenemos largas conversaciones de los temas más diversos con él penetrándome mansamente, hasta que la calentura gana de nuevo y despacio comienza a moverse, y el ciclo vuelve a empezar.
Estoy segura de que voy a terminar con quemaduras por fricción.
Y dios, cómo va a valer la pena!
-Abre los ojos Isabella, sé que estás despierta – Me dijo al oído.
-No, no lo estoy – Murmuré cubriendo mi cabeza con la almohada.
-Yo creo que si lo estás – Me dijo abrazando mi cintura desde atrás – Vamos a salir.
-Salir? Adónde? – Pregunté sin poder contener mi curiosidad, abriendo un ojo y creando una ranura para poder mirarlo.
Y cada vez que lo miro de pronto me pasa lo mismo…
No sé por qué aún me sorprende lo guapo que es. Lo que sí me sorprende es no haberme dado cuenta de inmediato, a primera vista… Estaba enceguecida por mis sentimientos, ya que alguna vez pensé que Edward era el epítome de la belleza masculina.
Estaba tan equivocada…
Edward es un niño… Un niño hermoso, pero un niño.
Garrett es mucho más que eso… Garr es un hombre.
Amo su barba de tres días y como irrita mis labios cuando lo beso de manera demasiado entusiasta.
Amo su mandíbula cuadrada y firme.
Amo su boca… bien dibujada y talentosa… No importa en qué lugar de mi cuerpo la ponga, es siempre puro placer.
Amo lo alto que es. Parece un gigante a mi lado, y adoro sentirme pequeña, femenina y delicada en comparación.
Amo su contextura definida pero no excesivamente musculosa.
Amo cada una de sus cicatrices, si no por otra razón, simplemente porque no lo mataron antes de que pudiera llegar a mí.
Amo su sonrisa en todas sus variedades, porque rara vez aparece por completo, pero cuando lo hace me provoca dar una fiesta en su honor, porque ilumina y rejuvenece sus facciones.
Pero creo que más que todo amo sus ojos cuando su mirada cae en mí. Siempre parecen suavizarse, y expresan tanto… Tanto amor, tanta ternura, y a veces tanta posesividad. Esa última expresión es reciente, pero ya me estoy haciendo a la idea de que Garr es del tipo celoso.
-Isabella – Dijo dándome una sonora palmada en el trasero desnudo. A esas alturas de nuestro maratón sexual ya no había pudor posible, habíamos recreado la mitad del kamasutra y conocía mi cuerpo al revés y al derecho – Sácate esa almohada de la cabeza y mírame.
-Mmmmmmh… - Me estiré de pies a cabeza soltando la almohada e hice inventario de mi cuerpo. Ok, me dolía todo un poco, y había ciertos lugares específicos que pedían vacaciones a gritos. Si Garr quería salir de la habitación, bien por mí. Probablemente no resistiría una nueva tanda de sexo sin serio desgaste de material.
Además moría de hambre. Eran pasadas las tres de la tarde del domingo y no había comido nada desde la manzana de Brennan.
Garr aprovechó de quitarme mi almohada y enredó los dedos de una de sus manos con los dedos de las dos mías. Me rodó y se posicionó sobre mí, besando mi clavícula de un lado al otro.
-Dónde vamos? – Repetí – Tengo hambre… - Dije con un exagerado puchero.
-Vamos a salir, tú y yo, como una pareja de verdad – Afirmó – Nada de tío y sobrina, tú eres mi mujer. Vamos a comer, vamos al centro comercial a comprar lo que necesites, y vamos a la automotora a comprar otro Jeep.
 -Otro Jeep? – Pregunté distraída por el último punto – Qué le pasó a tu Jeep? Tuvieron un accidente? En qué se vinieron anoche entonces?
-No está en muy buenas condiciones – Dijo sin levantar la mirada, besando mis hombros.
-La última vez que lo vi estaba en perfectas condiciones – Rebatí – Dime qué le pasó. Chocaste?
-Lo rompí – Dijo contra mi piel aún sin mirarme.
-Qué? Lo rompiste? Qué significa eso? Por qué harías algo así? – Pregunté tratando de soltar mis manos para poder levantar su mirada hacia mí.
-Isabella… - Dijo con voz ronca – Recuerdas haber cortado la llamada que me hiciste desde el parque?
-No… Después de vo… de lo del baño Emmett tomó el teléfono, él colgó, verdad? Siento que hayas escuchado todo eso, debe haber sido asqueroso, debiste colgar antes… - Le dije suavemente.
-Colgar? – Dijo levantando la mirada, furioso – Crees que te iba a colgar mientras tú sufrías por mi ausencia? Que me iba a quedar tranquilo pensando que probablemente los demás sabían lo que hacían?
-Garr no te enojes, simplemente digo que no había nada que tú pudieras hacer… - Traté de que entendiera.
-Y qué crees que pasó cada vez que escuché cómo empeorabas mientras yo estaba encerrado en el Jeep? – Preguntó soltando mis manos. Se sentó y no me gustó la distancia que estaba poniendo entre nosotros. Mientras lo tuviera conmigo lo quería pegado a mí como una garrapata.
-Pasó que descargaste tu frustración con tu Jeep… - Dije suavemente, comprendiendo. Él no respondió y siguió mirando hacia un punto inexistente.
Me incorporé y él no se movió, así es que gateé hacia él y como tampoco se movió me senté a horcajadas sobre sus piernas, segura de que no me empujaría, porque de hacerlo yo caería directo sobre mi trasero. No lo hizo.
Tomé sus mejillas en mis manos y las levanté, obligándolo a mirarme (bueno, él obviamente lo permitió), y cuando estuvimos frente a frente me acerqué tanto que su nariz chocó con la mía. Su expresión era triste y derrotada, a Garr no le gustaba la incertidumbre y la sensación de impotencia que le acarreaba nuestra relación, y se angustiaba por no saber hacer las cosas de mejor manera… Aunque yo lo quería tal cual y por supuesto que no lo culpaba de nada.
-Garr – Susurré.
No contestó, sólo me miró con esos ojos profundos como pozos, pero resguardándose de no expresar nada.
-Garr – Le dije moviendo mi nariz de un lado para el otro para darle besitos de esquimal.
Aún no obtuve respuesta.
-Si yo hubiera tenido que escuchar tu agonía con la incertidumbre de no saber qué es exactamente lo que te pasa, te aseguro que no sólo habría maltratado el auto… Probablemente le habría prendido fuego en mitad de la carretera y de paso habría explotado una gasolinera y un minimarket – Le dije besando su mejilla. Su expresión se suavizó un poco – Odio haberte hecho pasar por eso, pero si no te hubiera llamado no estarías aquí, así es que no me arrepiento.
Mira…  - Dije tratando de explicarme - No me gusta mucho que gastes dinero en mí, pero sé que Peter y tu son más ricos que dios, así es que si te cuesta un Jeep cada vez que me vienes a ver, me importa un rábano, cómprate una flota completa. Y si es necesario empiezas una carrera paralela como asaltabancos, o vendemos las joyas Chanel, seguro que esas solas compran un par de autos… - Le dije besando su otra mejilla.
Él sonrió.
Una sonrisa pequeñita, pero ya no estaba triste, y más importante, no estaba encerrado en sí mismo.
-Quieres saber cuánto escuché? – Me preguntó por fin.
-Sólo si quieres decirme… - Respondí con cautela.
-Nadie cortó la llamada, escuchamos hasta que tu batería murió, después de que Emmett se despidió para ir al baile y tú y Charlotte decidieron asistir.
-Oh… - Fue todo lo que pude decir. Había escuchado todo… Llanto, vómito, gemidos, conversaciones… Con razón había destrozado el Jeep.
-Efectivamente – Dijo él frunciendo el ceño – “Oh”.
-Quieres hablar de lo que pasó? – Pregunté deseando fervientemente que no quisiera.
Garr me miró atentamente, suspiró y negó con la cabeza. Eligió no arruinar nuestro escaso tiempo juntos con temas desagradables.
-Vamos, a la ducha – Dijo tomando mi cintura para ponerme de pié.
-No podemos! – Dije caminando hacia la percha de la puerta para tomar mi enorme bata rosa – Si Amanda te ve le va a dar un ataque y me va a acusar para que me expulsen… Y además, si te viera desnudo yo tendría que matarla – Agregué entrecerrando los ojos, furiosa al imaginarla deseando a mi hombre, que es exactamente lo que le ocurriría a cualquiera que lo viera en cueros.
-De verdad la matarías por verme desnudo? – Preguntó divertido, abrazándome por detrás y besando mi cuello.
Lo pensé seriamente.
-No, no la mataría, pero le podría quebrar la nariz como al chico de anoche – Dije casualmente, encogiéndome de hombros.
Garrett se tensó.
Ups…! No le había dicho nada de eso aún…
-Que. Chico. De anoche? – Preguntó girándome súbitamente.
-No es nada… – Dije rápidamente.
-Isabella – Gruñó. No creo que me haya gruñido a mí, sino al concepto de “un chico”.
-A Emily le ha gustado un chico desde siempre, y él nunca le prestó la menor atención. Pero ahora que todos saben que mi hermano está interesado en ella, y ella en él, Archer comenzó a acosarla en la fiesta.
Char tuvo que contener a Emmett para que no lo matara en público, y yo fui a rescatar a Emily. El tipo se puso violento y yo usé una de las llaves de Jasper y le rompí la nariz… - Resumí.
-Te peleaste anoche? – Preguntó desconcertado.
-Eeeeh… si… Puede que te llame la Superiora, había bastante sangre… - Confesé.
-Te golpeó? Te alcanzó a tocar? – Preguntó palpando mi cuerpo, que estaba más maltratado por sus caricias que por cualquier pelea… Pero claro, no le dije eso.
-No, ya te dije que gané. Él estaba borracho y sus reflejos no eran muy buenos. Por eso no protegió su nariz cuando lo estrellé con la pared – Dije gesticulando a pesar de su agarre.
-Peleaste con un borracho – Musitó.
-Y gané – Dije resaltando la parte importante. Así vería que no tenía nada de qué preocuparse.
-Y Emmett y Char te lo permitieron… - Susurró.
-No tenían alternativa, Emm estaba como loco -  Le dije – Además yo te dije que me puedo cuidar sola! Pateé su musculoso trasero!
-Musculoso? – Preguntó nuevamente interesado.
-Sip, es un jugador de futbol, debe medir como un metro ochenta y cinco o noventa y pesar… No sé, como dos Bellas y media Charlotte… - Calculé.
-Isabella… - Dijo con un timbre bajo y una amenazadora vibración en la voz.
-Pero fue bueno, porque por eso es que me vine temprano del baile… Porque me echaron por matona! – Exclamé.
-Por qué no me dijiste nada antes? – Preguntó.
-Porque estábamos ocupados! – Exclamé – Cuando llegué me atrapaste contra la pared y desviaste mi atención hacia cosas más interesantes…
-Isabella – Suspiró abrazándome, resignado – Vamos, a la ducha…
-Y Amanda? – Pregunté – La vas a matar? Porque si es así quiero mirar…
-No se va a poder, no está. Salió temprano con otra chica. Escuché que iban a Silver City por el día, así es que  estamos solos… O crees que te habría dejado gritar y gemir como lo has hecho toda la mañana si alguien pudiera escucharte? – Preguntó agarrando mi trasero a dos manos.
-Hey! Tú eres el que me hizo gritar y gemir! No es como si fuera por iniciativa propia! – Me defendí. No me gustaba que insinuara que era escandalosa… Y si lo era sería su culpa, por ser tan jodidamente bueno en la cama.
-El único que te ha hecho gritar y gemir – Aclaró posesivamente con voz baja y sexi… Amenazante.
-Quisiera poder decir lo mismo – Murmuré picada, sin saber de dónde salía el reproche. Repentinamente estaba pensando en las decenas… No, cientos de mujeres que pasaron por su cama antes que yo.
Agh! Qué asco…
El malestar se asentó en mi estómago como un plomo, y abrí la puerta de mi habitación para dirigirme al baño.
-Isabella… - Me llamó Garrett desde mi habitación. No contesté. Necesitaba unos minutos para recomponerme, para descifrar mis intensos sentimientos – Isabella… - Dio un paso hacia mí, pero yo estaba llegando al baño.
-Necesito… Unos minutos… Privados – Dije con voz ahogada y cerré la puerta tras de mí. Mis ojos ardían y mi voz tembló, pero no perdí el control… Bueno, al menos no completamente… No lloré a gritos ni lanceé cosas a los vidrios y espejos como me habría gustado.
Qué me estaba pasando? Me estaba volviendo loca? Por fin tenía a Garrett a mi lado después de necesitarlo tanto que casi me muero, pero en vez de continuar con nuestra luna de miel estaba encerrada en el baño porque sentía que si lo veía a la cara le daría un puñetazo por promiscuo…
Un ataque de celos… Un ataque de celos en toda regla, eso es lo que tenía. No de las mujeres del presente o del futuro, a esas ya las abofetearía yo misma cuando se quisieran acercar a él… No, lo que de pronto me penaba era su pasado. Nunca habíamos hablado de específicos, pero un vampiro tan viejo y sexi como Garrett tenía que tener un historial del porte de la guía telefónica de Seúl.
Novias, amantes, relaciones pasajeras, revolcones de una noche… A cuántas mujeres me encontraría que habían compartido eso con Garr? Mujeres que habían compartido más de lo que habíamos tenido él y yo hasta ahora... Que lo conocían mejor que yo… Que lo podían satisfacer mejor que yo…
Pero él es tuyo, es tu Pareja”, me decía la parte racional de mi cerebro.
Mierda! Eso ya lo sé! Pero siento esta cosa horrible que no había sufrido nunca, algo como… Como ganas de arrancarme la piel a jirones de pura ansiedad.
Náuseas. Otra oleada de náuseas.
Pero sabía que no vomitaría, ya que mi estómago estaba vacío.
Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas libremente, pero no sollozaba. Me obligué a guardar silencio porque no quería a Garrett entrando como un loco, destrozando la puerta si me oía llorar.
Irracional, estaba siendo irracional y lo sabía… Pero mi falta de experiencia que antes era simplemente una circunstancia más de nuestra relación se transformó en algo de lo que sentirme avergonzada. No sabía nada… Ni un truco, ni una técnica de seducción… Nada. Ni siquiera era buena en el fono-sexo de Emmett a menos que tuviera google abierto para entender lo que los depravados querían… De qué me estaban hablando…
Mierda! Ni siquiera sabía besarlo en la boca adecuadamente.
Edward había sido mi primer beso y yo el suyo, y probablemente juntos éramos como un par de torpes bebés baboseándose mutuamente sin técnica alguna.
Garrett estaba entrampado con una niña tonta e inexperta que más encima tenía un precio por su cabeza.
Mal negocio para él… El destino lo jodió.
“El me ama, él me ama!” Me repetí tratando de razonar conmigo misma...  
Sí, pobrecito, me ama y no tiene cómo evitarlo.
Nauseas.
Lágrimas.
Y la fatídica conversación se creaba en mi cabeza… Yo: “Garrett, cuánto duraste con tu última novia?” Él: “Eh, no mucho, unos treinta y cinco años”...
BANG! Directo al corazón…
Dejé caer mi bata y me metí a la ducha. Abrí la llave del agua caliente y me senté en el suelo de cerámica.
Bella cálmate… Cálmate, no sé lo que pasa, pero esta no eres tú!
Sucia, me sentía sucia.
Las emociones se sucedían con asombrosa intensidad, saltando de una a otra más rápido de lo que las podía procesar.
-Isabella… Estás bien? – Me llamó Garrett.
Asentí con la cabeza.
Negué.
Qué hacía? Estúpida, él no me podía ver.
-Ajá – Dije con la voz más neutra que pude manejar.
-Habla conmigo… - Me rogó.
-No gracias – Dije sin dejar de llorar y enjabonándome frenéticamente hasta enrojecer mi piel, usando cantidades desproporcionadas de body wash. Me estaba arrancando varias capas de epidermis al restregarme tan fuerte.  
-Isabella… Te entiendo, déjame entrar… - Dijo.
-No entiendes… No puedes entender… Yo misma no entiendo – Dije restregándome los ojos porque las lágrimas nublaban completamente mi visión.
Traté de pensar con la cabeza y no con el corazón… Sabía que estaba siendo irracional, pero eso no hacía el dolor menos real.
Garrett con otra… Garrett con otra… Con cientos de otras…
Mierda! No podía controlar el latir de mi corazón…
Junto a la taquicardia comenzó la hiperventilación.
Por qué estoy somatizando de forma tan violenta?
-Isabella, lo siento, pero no me dejas alternativa, voy a entrar – Dijo y abrió la puerta. No se rompió porque yo no me molesté en ponerle seguro. Qué sentido tendría?
Y ahí me encontró… en la posición más patética posible… Bajo el chorro de agua, abrazada a mis rodillas, temblando por el esfuerzo de reprimir todo lo que sentía.
-Isabella… - Murmuró sorprendido.
-Quiero estar sola un rato, por favor – Dije lo más educadamente posible, sin mirarlo, como si no pasara nada.
-Isabella…
-ÁNDATE GARRETT! – Grité cubriendo mi rostro, y perdiendo el control – Te pedí un momento, dame un minuto de privacidad – Dije respirando profundo. “Tranquila… Tranquila…”
-Isabella entiendo que… - Comenzó.
-Tú no entiendes nada – Afirmé llena de rabia. Agh! De adónde salían estos sentimientos tan intensos? No tenía por qué enojarme con él, él no hizo nada mal… “Lo que haya pasado pasó antes de mí…”
Y sin embargo parte de mí lo odiaba un poco.
Eran estos los “sentimientos vampíricos” de los que hablaban?  Sentimientos más intensos y violentos de los que existían en el rango humano… Me sentía como una neófita, totalmente desequilibrada. En qué me estaba convirtiendo?
-Cómo podrías entender? – Le pregunté - Esto es algo que tengo que resolver conmigo misma.
-Nunca más tienes que resolver nada sola – Me dijo suavemente, acercándose.
-Garrett no quiero decirte algo de lo que me voy a arrepentir – Le dije con los dientes apretados y muy lentamente, tratando de reinar sobre mi recién descubierto temperamento – Me está pasando algo y es mejor que no estés aquí cuando suceda…
 -Sabes que no te voy a dejar, dime qué te está pasando exactamente – Me pidió entrando a la ducha. Se había puesto sus jeans para no andar en cueros, y al sentarse a mi lado se empaparon.
“Ojalá tenga otros”, Pensé vagamente.
Garrett trató de abrazarme.
Error.
-No me toques! – Chillé. Él se retrajo de inmediato – No me toques, no me toques… - Repetí más bajo.
Estaba loca… Me estaba volviendo loca… No quería que me tocara con las mismas manos con las que tocó a las otras mujeres, lo que era irracional en tantos niveles… Además sus manos estaban llenas de mí… De mi esencia…
-Isabella… - Dijo suavemente – Háblame…
-Es como si mi síndrome pre-menstrual hubiera consumido esteroides – Susurré – Me estoy volviendo loca…  Siento todo más fuerte… más profundamente… como si emocionalmente fuera una neófita… Si pudiera creo que ya te habría pateado el trasero… Te odio un poco… Y eso no es normal. Sé que no es normal, pero estoy enojada contigo… Te amo, pero no dejaría que me tocaras ni con un palo de diez metros… Me siento sucia… Me siento tonta… Me siento inexperta… Me siento mal…
-Sólo una mujer puede sentir tantas cosas a la vez… - Comentó, creo que consigo mismo – Dime… Por qué te enojaste?
-Dijiste que eres el único que me ha hecho gemir y gritar – Dije mirando a un punto fijo de la cortina de baño.
-Sí… - Me incitó a continuar.
-Pero yo no puedo decir lo mismo, verdad? A cuántas mujeres me voy a encontrar que han tenido el privilegio? Por cuántas has gemido? Cuántas te conocen mejor que yo? Cómo voy a reaccionar? Las voy a destruir o me van a destruir a mí? – Pregunté volteándome y mirándolo a los ojos - Dices que entiendes, pero no es posible que entiendas. Tú te pones posesivo del aire, porque yo no tengo un pasado… Quisiera tenerlo… Quisiera haberme acostado con unos cuantos, así no me sentiría tan estúpida… Así sabría… Cosas… - Dije. La verborrea era como una represa rota, una vez que comenzó no se detendría.
Garrett comenzó a gruñir.
-No me vengas con eso! – Le dije tirándole en la cabeza lo primero que encontré al estirar la mano, una enorme esponja masajeadora anti-celulitis de Amanda – Yo hablo de supuestos, tú en cambio, lo hiciste de verdad!
Además irrumpiste en el baño, irrumpiste en la ducha, me obligaste a hablar así es que ahora te callas y escuchas lo que te estoy diciendo. Si no te gusta déjame tranquila hasta que se me haya pasado lo que sea que es esto - Le dije. Dios! Yo nunca le hablaría a Garrett de esa forma si estuviera en mis cabales!
-Isabella, yo amo tu pureza… - Dijo sonando condescendiente, como explicándole una obviedad a un niño.
Oh por dios, ese comentario es tan masculino que me dieron ganas de castrarlo!
-Claro que la amas, pedazo de cavernícola. La amas como todos los hombres aman llegar donde nadie ha estado, a nadie le gusta un “plato de segunda mesa”… Por eso no puedes entender lo que siento. No tienes con qué lidiar, no ha habido nadie antes de ti y lo sabes… Edward no cuenta – Le dije mirándolo otra vez. Lucía perdido y mojado como un perrito en la lluvia y mi corazón se comenzó a ablandar.
-No sé qué decirte… – Me dijo, dándose cuenta de que lo que me dijera empeoraría las cosas. Yo estaba comportándome de forma totalmente ilógica.
-No digas nada… No hace falta – Le dije cerrando los ojos bien apretados y cubriéndolos con los talones de mis manos – Char me va a conseguir algún estabilizador del ánimo para dejar de comportarme como una perra sicótica… No habrías tenido que escuchar nada de esto si me hubieras dado el espacio que te pedí.
-Es mi deber como tu Pareja escuchar tus problemas y preocupaciones – Dijo él.
-Garrett, creo que mental y emocionalmente me estoy convirtiendo en un vampiro – Le dije muy seria después de respirar profundo un par de veces, tratando de enfocarme en el problema de fondo, la causa de las reacciones extremas a temas que se supone que estaban superados – No sé si es todo el semen que aún tengo adentro o algo simplemente metafísico, pero todo lo siento con una intensidad enorme y es horrible. Ni siquiera cuando me secuestraste te odié, a James cuando me torturó tampoco… Le temía, pero no lo odiaba… En cambio hace un rato creo que de verdad te odié un poco. Me sentí como Otelo con Desdémona… Te mataría amándote y odiándote por la sombra de otra mujer. O de otros cientos de mujeres, lo que sea.
-Isabella, todo eso quedó en el pasado… - Dijo tratando de razonar.
-Por supuesto que quedó en el pasado! Eso ya lo sé – Respondí – Y biológicamente es imposible que me engañes, aunque quisieras… Pero cómo te sentirías si supieras que tuve sexo con Edward? Piénsalo vívida, detalladamente, ponte en mi lugar… Sexo de todas las formas posibles, repasando el kamasutra completito, hasta colgados de las lámparas, arriba del piano y contra los árboles del bosque… Y ahora multiplícalo por mil hombres gozando de mi cuerpo… o más…
Me detuve súbitamente… Los ojos de Garrett estaban negros como dos ónix y su pecho vibraba como una motosierra.
La bestia.
Había provocado a Garrett lo suficiente como para despertar a la bestia.
-Garr? – Pregunté ansiosa – Garr, tú sabes que todo era un supuesto, verdad? – Pregunté reculando - Tú sabes que tú eres mi primer y último amante… - Dije suavemente, tratando de calmarlo. Pero él parecía no entender palabras… O a lo mejor decidió que simplemente no le interesaban.
Estiró sus brazos y sin esfuerzo alguno me levantó por las axilas y me sentó sobre sus piernas. Mi rostro quedó a la altura del suyo, y nuevamente sentí una oleada de ternura hacia él.
Cuando Garr perdía el control yo tendía a recuperar el mío… Era una extraña forma de balancearnos. Sería terrible que los dos estuviéramos como locos al mismo tiempo…
“Tranquila Bella, tranquila… Lo amas, él te ama… El resto son detalles, la carga se arregla en el camino…” Me dije.
Respirar. Lo importante es respirar…
Poco a poco mi mente comenzó a despejarse.
Poco a poco volvía a ser yo
Garrett me amaba… Qué diablos hacía torturándolo y perdiendo minutos preciosos de nuestro tiempo juntos?
Definitivamente necesitaba medicación, mis emociones se estaban engullendo a mi lado racional y no había nada que pudiera hacer para controlarlas por mí misma.
Levanté mis manos lentamente y las llevé al rostro de Garr. Acaricié sus mejillas delicadamente, le quité los mechones de cabello mojado del rostro y comencé a darle besitos desparramados por todas partes. El sonido de su pecho cambió de un gruñido furioso a una especie de ronroneo, y sus manos comenzaron a explorarme con caricias firmes y posesivas.
Oh! Mi cuerpo respondía automáticamente a sus sonidos y manipulaciones. Ya estaba mojándome entre las piernas otra vez…
Racionalmente sabía que no estaba bien provocar a Garrett, pero era tan jodidamente sexi cuando se volvía medio salvaje…
Bajé mis manos por su pecho a su estómago, deslizándola por sus abdominales hasta llegar a la pretina de sus jeans y acaricié su erección por encima de la tela. Duro. Siempre Duro. Qué tan distinto sería hacerlo con un humano? Supongo que nunca lo sabría…
Su boca se prendió de uno de mis pechos y su mano se deslizó hacia mi sexo, acariciándolo en pequeños círculos.
Demonios! Yo quería jugar con él pero era él quién me estaba volviendo loca.
Delicioso… Suaves y lentas caricias diseñadas para matarme de placer. El clímax se acercaba lánguidamente, pero cuando estaba a punto él se retiraba o cambiaba la intensidad, impidiendo mi orgasmo.
Inconscientemente yo había comenzado a rotar mis caderas, y caí en cuenta de que él podía jugar con mi sexo por horas sin aburrirse, así es que en un despliegue admirable de motricidad fina, desabroché sus jeans empapados y liberé su erección.
Lo acaricié un par de veces y Garr cerró los ojos ante la sensación.
Esperé a que abriera los ojos otra vez y pasé el pulgar por la cabeza de su pene recolectando líquido pre-seminal, y mirándolo fijamente me lo llevé a la boca. No se perdió detalle de mi lengua haciendo un gran show de lamer su semilla…
Anticipación… Anticipación construyéndose en mi bajo vientre…
Y sorprendiéndonos a ambos, simplemente me senté en él, empalándome violentamente.
Ok, eso dolió… Por un momento.
Pero luego todo lo que pude pensar fue “Agh! Por fin… Llena… De él…”
Garr instintivamente apretó su agarre. Seguro dejaría impresiones de sus dedos.
Giré mis caderas. Quería encontrar ese punto que me hacía gritar… Garr lo conocía, sabía perfectamente cómo gatillar las reacciones deseadas en mi cuerpo con sus dedos, su sexo y su boca, pero esta vez lo estaba cogiendo yo. Era yo quien mandaba porque yo estaba arriba.
Fijó su mirada intensa en mí y sus manos se aferraron de mi cintura y caderas bien fuerte, pero me dejó hacer. Probar. Guiar.
Mis dedos estaban enredados en el cabello de la parte baja de su nuca y estaba casi hipnotizada, sin poder desviar mi atención. Sus ojos… Sus ojos lo eran todo, lo decían todo.
Agh! Ahí… Ahí estaba el punto… Oh… Oh… Ooooh!
Perdí el ritmo, desconcentrada por el chispazo de placer.
Gemí frustrada… Tenía que encontrarlo de nuevo… Tenía que encontrar el ritmo… Redescubrir el ángulo… El punto exacto…
Había estado tan cerca…
Fruncí el ceño, enojada conmigo misma.
Pero Garrett tomó el control.
Lo único que pude hacer fue aferrarme a él y disfrutar del enorme goce que me brindó.
Él definitivamente conocía mi cuerpo mejor que yo.
“Tal vez debiera comprarme algunos juguetes sexuales para aprender y sorprenderlo…” Fue mi último pensamiento racional.
oooOooo
Garrett me estaba esperando en la oficina de la Superiora luciendo serio y severo.
-Hola – Dije por show, abrazándolo castamente como si no lo hubiera visto en semanas. Él se había adelantado para hablar con la Superiora y pedir autorización para sacarme del internado por unas horas.
-Isabella – Dijo fríamente - La Hermana Superiora me estaba hablando de un incidente ocurrido anoche en el baile, tienes algo qué decir?
Mierda! Jodida monja soplona! Se suponía que lo hablaríamos el lunes entre las dos!
-Hubo una pelea – Dije.
-Quieres compartir más detalles? – Preguntó él levantando una ceja. Actuaba su papel de tutor a la perfección.
-Nop – Respondí impaciente.
Salgamos de una vez!
-La Hermana dice que peleaste con un chico del otro colegio – Insistió Garr.
-No fue exactamente una pelea. Él estaba ebrio y acosando a otra chica y yo fui a defenderla. Él atacó y yo le hice una llave de defensa personal para desviar su ataque, no para dañarlo. Pero como estaba borracho chocó con la pared con la nariz por delante. Yo no quería pelear, no lo habría hecho si lo hubiera podido evitar – Dije mirando a la Superiora.
-No es propio de una dama ese comportamiento, mucho menos en un evento de gala – Dijo la monja.
-No es de caballeros andar borrachos arrinconando chicas indefensas – Dije sin poner a funcionar el filtro verbal.
-Siempre hay alternativas a la violencia, sobre todo en el caso de una jovencita bien educada – Dijo la monja, cabreada de que le contestara.
-Y cuál sería en este caso? Dejar que ese gorila manoseara a la chica a la fuerza? No involucrarme? O dejar que me empujara o me golpeara en su borrachera? – Pregunté. Garr negó levemente con la cabeza pero mantuvo su expresión.
-La verdad es que a mí me gustaría saber lo mismo – Dijo Garrett volviéndose a la Superiora - Y quisiera saber además cómo es posible que hubiera alumnos borrachos en un baile supuestamente tan elegante y bien supervisado. Pago una cantidad considerable por tener a mis sobrinos en este lugar porque supuestamente es un colegio de excelencia donde no sólo se potencia lo académico sino que también la formación valórica. Usted ha dicho que Isabella no se comportó como una dama… Quisiera decirme usted cómo se habría portado una dama exactamente? Porque si todo lo que hizo ella fue ayudar a una amiga en problemas y desviar el ataque de un rival mucho más alto y pesado que ella, creo que merece felicitaciones, no un castigo.
-Señor McCallister, el castigo de Isabella se evaluará mañana – Dijo ella, incómoda – Yo sólo le informé para que tuviera constancia de esta situación.
-Está probado que el muchacho estaba tomando? – Me preguntó Garrett.
-Sí, cuando quedó noqueado en el suelo un padre del otro colegio le sacó una petaca de la chaqueta… Y además apestaba a vodka… - Respondí.
-En general no pretendo involucrarme en la educación de mis sobrinos – Dijo Garrett incluyendo a Emmett – Por las demandas de mi trabajo no tengo el tiempo para dedicarme plenamente a ellos, y es por eso se los confié a ustedes… Pero en estas circunstancias no me deja alternativa. Un castigo en este contexto sería completamente irregular… Si usted castiga a Isabella por defenderse yo retiro en el acto a mis tres sobrinos del colegio, y ya se puede olvidar de todo el calendario de donativos acordados a futuro.
-Pero señor McCallister! - Exclamó ella horrorizada. Qué demonios le había ofrecido Garrett para que reaccionara así? Laminar con oro las columnas de la iglesia? Pintar un fresco renacentista en el techo? Vitrales góticos para las ventanas? Gárgolas para las torres? Me gustaban las gárgolas, una vez vi una película…
-Ahora nos retiramos – La cortó Garr cortando de paso mis divagaciones – Tenemos mucho que hacer y poco tiempo. Buenas tardes – Dijo y dándole la espalda se dirigió a la puerta. Yo no fui tan valiente como para mirarla, pero estoy bastante segura de que la monja echaba humo por las orejas. Corrí al lado de Garrett y le dije
-Wow! Eres mi héroe! Si no te amara desde antes, me habrías conquistado sólo con decirle a la condenada monja que no le vas a donar lo que sea que le prometiste… - Le dije.
-No podía permitir que te castiguen por hacer lo correcto – Dijo simplemente.
-Adónde vamos? – Pregunté mientras caminábamos por la grava.
-Hay un taxi esperándonos en la entrada – Respondió.
Caminamos en silencio y a ambos lados del camino había chicos y chicas sentados en el pasto, leyendo o conversando, disfrutando de su tarde de domingo.
-Garrett! Garrett! – Gritó Emmett de entre un montón de chicos que pasaban el rato en el pasto, haciéndonos señas como aterrizando un avión. Nos detuvimos. Emmett trotó hacia nosotros con Emily de la mano. Ella usaba una solera azul, su largo cabello rubio tomado en un medio moño y zapatillas de ballet. Se veía pequeña e inocente, como si tuviera doce años, pero preciosa y radiante de felicidad.
Cuando llegaron a nuestro lado tomé su mano libre y la apreté. Ella estaba profundamente sonrojada, pero sonreía contenta.
-Em, este es mi tío Garrett – Dijo Emmett – Garrett, esta es Emily, mi novia – Dijo rebosante de orgullo.
-Aaaaaaah! Felicidades! – Chillé y abracé a ambos y besé sus mejillas – Estoy tan contenta!
-Hola Emily, he oído mucho de ti, es un gusto conocerte – Dijo Garr estrechando su mano una vez que los solté.
-Gracias, igualmente – Murmuró ella enrojeciendo aún más si es posible. Tal vez porque mi hombre es el más guapo y sexi del planeta… O tal vez porque Emily es la chica más tímida del mundo… O las dos.
-Adónde van? - Preguntó Emmett abrazando a Emily, que se veía diminuta a su lado. Ella le sonrió mirándolo con auténtica devoción.
-A comer algo, al centro comercial y a comprar otro Jeep – Dijo Garrett, sorprendiéndome al decir toda la verdad. Supongo que Emily era ya oficialmente de la familia.
-Bella – Susurró Emily tratando de que escuchara sólo yo, un ejercicio inútil en presencia de dos vampiros – Te van a castigar por mi culpa, quiero ir contigo a la reunión con la Superiora…
-No pasa nada, ya hablé con ella y Garrett amenazó con sacarnos a los tres del colegio si me castigan por defenderme de un borracho – Le dije – Pero gracias por la oferta, lo aprecio un montón.
-Sacarlos del colegio! – Exclamó a un volumen normal y aferró su mano libre al brazo de Emmett.
-No te preocupes Em, hay un montón de donativos de por medio que hacen súper inconveniente para los dos colegios el perdernos como alumnos – Dijo Emmett besando su coronilla.
-Bueno, ha sido un placer conocerte Emily, felicitaciones Emmett. Nosotros nos vamos porque tenemos un taxi esperando – Dijo Garr.
Despedidas de rigor y seguimos nuestro camino. Varios chicos y chicas me saludaron casualmente gracias a mi nueva popularidad ya sea como hermana de Emmett o como campeona de lucha libre, y entonces, pasó lo que me temía.
-Bella! – Gritó desde atrás. Venía corriendo por el sendero.
Brennan.
Mierda!
-Oh! Hola… - Le dije tratando de sonar lo más neutral posible - Garrett este es Brennan el compañero de dormitorio de Emm; Brennan, este es mi tío Garrett – Dije, y las palabras tuvieron un sabor amargo en mi boca. Tío, tío… No es mi jodido tío!
-Hola! Mucho gusto – Dijo Brennan extendiendo su mano sin saber en lo que se estaba metiendo.
-Igualmente – Dijo Garrett fríamente. Pero al menos no le arrancó la cabeza en el acto, algo es algo.
-Bella, quería saber cómo sigues hoy? – Preguntó Brennan sin darse por enterado de que Garrett odiaba sus entrañas.
-Mejor! Mucho mejor – Dije rápidamente.
-Bien… Y lo de la pelea con Archer? Me sentí mal de no llegar a tiempo para ayudarte como con lo de Josh, aunque claramente te puedes defender sola… – Dijo con una sonrisa.
-Josh? – Preguntó Garrett.
-No es nada, un tipo que dice que le gusto – Dije fulminando a Brennan y gritándole “Cállate!” con mi mirada.
-Es más que eso y tu tío debería saber – Dijo Brennan ignorando mis advertencias. Maldito sea!
-Sí Isabella, tu tío debería saber – Dijo Garrett, claramente cabreado, pero ya no tanto con Brennan, sino conmigo – Quién es Josh? – Preguntó nuevamente
Me quedé callada. No sería yo la culpable de la muerte de Joshua.
-Es un chico que está obsesionado con Bella – Dijo Brennan al ver que yo no contestaba – Siempre está hablando de ella y la está tocando o abrazando, y la invitó al baile y ella no quiso, y anoche estaba borracho e insistió en bailar con ella. Bella se negó y él trató de manosearla y llevarla a la pista por la fuerza – Narró. La mandíbula de Garrett estaba tan apretada que esperaba que algo se quebrara en cualquier momento – Bella se le enfrentó pero yo me interpuse entre ellos. De ahí Bella me mandó a bailar con Gaby para tratar de mover todo el grupo a la pista y se fue a patearle el trasero a Archer… - Dijo.
-Esa parte del baile no me la habías contado – Dijo Garrett con forzada calma.
-No es importante – Dije – Josh es inofensivo y Brennan es una vieja chismosa – Dije entrecerrando los ojos hacia Brennan.
-No es la primera vez que Josh te agarra por la fuerza y lo sabes. También ha ocurrido cuando está sobrio – Dijo Brennan frunciendo el ceño – Si no le cuentas a tu hermano, al menos tu tío tiene que saber.
-Por favor, no es como si me fuera a violar! – Exclamé. Ambos oscurecieron sus miradas, furiosos ante el concepto.
-Y eso es lo que hace falta para que te cuides? Que te traten de violar? – Preguntó Brennan – Ayer vi lo enferma que estabas, si alguien quisiera aprovecharse de ti cuando estás en ese estado, no tendría ningún problema, no te podrías resistir.
-Brennan! Cuál es tu problema? Cuál es la idea de acusarme? Pensé que éramos amigos! – Le dije empujándolo. Ni se movió… Yo no tenía mucha fuerza, gasté toda mi energía en el maratón sexual.
-La idea es que tienes que empezar a preocuparte por ti. Sé que hay días que no comes más que el desayuno para poder pasar tiempo con Emmett, y que no te comes las barras de cereal que él te lleva porque no te gustan. Sé que ayer estabas tan enferma que pensé que te vomitarías los pulmones y morirías, pero aquí estás, sin guardar ni un día de cama. Sé que me importas y que no quiero que nada malo te pase! – Me dijo directamente a la cara.
Mierda!
-Estoy bien – Dije furiosa – Ahora que voy a salir, voy a pasar a comprar barras de cereal con chispas de chocolate y listo – Le dije – Y si tenías algo que decir, me lo dices a mí, no tenías por qué acusarme como si fuera una vecina charlatana!
-Me importa más tu salud que si estás enojada conmigo – Dijo encogiéndose de hombros – Si no escuchas a tus amigos tal vez escuches a tu tutor. Mucho gusto – Le dijo a Garrett, se dio media vuelta y se largó con toda dignidad.
-Con que ese es Brennan – Dijo Garr desapasionadamente pasados unos segundos de incómodo silencio.
-Ajá – Respondí. Él se giró y comenzó a caminar hacia la reja de entrada y yo lo seguí.
-Tienen un acento jodido… Suena casi británico – Dijo. Ni traté de responder a eso. Lo que dijera lo arruinaría más - Dijo algunas cosas interesantes – Comentó.
-Mmmmmh – Dije sin saber qué decir.
-Se preocupa por ti – Continuó.
Me encogí de hombros.
-Le gustas – Dijo deteniéndose y descargando toda la intensidad de su mirada en mí al ver que no decía nada.
-Eh… Sí… No sé cuánto, pero sí, lo sé - Dije. No había para qué negarlo.
-Por qué no me dijiste nada de él? O de Josh? – Preguntó.
-No quería preocuparte… -Dije - Y además no tienen importancia… Brennan es mi amigo, y Josh ni siquiera eso…
-Pero te tocó – Afirmó.
-Sólo la cintura y las caderas – Dije de inmediato. A Garrett no le gustó esa respuesta – Además Brennan me ayudó.
-O sea que está bien si uno de tus pretendientes te toquetea porque otro pretendiente te rescató… - Resumió.
-Si estás insinuando que te engañé… - Comencé a enojarme.
-No estoy insinuando que te metiste con otro, estoy diciendo que me ocultaste información… - Aclaró volviendo a caminar.
-Para que no te preocuparas! – Exclamé – Nunca estuve en peligro…
-Una relación se basa en la honestidad – Me dijo.
-Ja! Mira quién habla de honestidad! – Me burlé levantando las manos, frustrada.
-A qué te refieres? – Preguntó muy serio.
-A que no has sido precisamente transparente, Garrett – Le dije enfrentándolo de nuevo - Ya estábamos en la reja – Me ocultaste tu sufrimiento por la separación, y si yo no hubiera acudido a ti en vez de hacer lo mismo que tú y esconderlo, aún nos estaríamos retorciendo en agonía los dos.
-Lo hice por protegerte – Dijo de inmediato.
-Bueno, yo igual – Respondí – Los adolescentes son adolescentes y les gustan los juguetes nuevos. Char y yo somos la novedad, pero como todos temen a Charlotte, sólo quedo yo… De verdad creíste que no me miraría ningún humano? Tanto me subestimas? – Pregunté.
-Por supuesto que no! Tú eres hermosa… - Dijo shockeado.
-Regular, bonita o hermosa estaba claro que algún chico se interesaría en mí… Aunque fuera por romper con la rutina… De la misma forma que sé que hay mujeres interesadas en ti. No necesito que me lo cuenten, no necesito verlo con mis ojos, me basta con verte a ti para saber que siempre va a haber otras que te deseen… - Dije – Yo soy humana y tengo que competir con vampiras experimentadas… Tú en cambio te enfrentas a adolescentes humanos. No hay comparación.
-No – Me dijo deteniéndonos y poniendo sus manos en mis hombros – No la hay. No existe nadie más que tú…
-Ditto – Respondí – La confianza tiene que ir para los dos lados.
Garr suspiró.
-Me muero por besarte… - Dijo mirando mi boca como si fuera la última gota de agua en el desierto.
-Entonces salgamos de aquí de una vez – Le dije suavizando mi tono – Odio pelear contigo, y parece que no hemos hecho más que discutir y tener sexo desde que llegaste.
-Es verdad, pero yo diría que en una relación de dos de tres en favor del sexo – Dijo él recuperando el buen humor.
-De todas maneras no es así como había imaginado nuestra reunión… O sea… La parte del sexo sí, pero no lo demás… - Suspiré.
-Somos una pareja nueva, y a pesar de lo intenso de nuestros sentimientos, aún nos estamos conociendo. A eso agrégale todos los factores que nos están estresando en estos días… – Dijo él – Tenemos que pelearnos Isabella, tenemos que decirnos las cosas, a gritos si es necesario. No temas decirme lo que sea que sientes, nunca me vas a perder.
-Ni tu a mí – Murmuré – Lo que siento no se disuelve Garr, lo que siento es de verdad.
oooOooo
El taxi nos estaba esperando y nos llevó directamente al Centro Comercial. No hablamos nada en el camino, pero nuestras manos se mantuvieron juntas lado a lado en el asiento, con los meñiques entrelazados. Eso bastaba. Tocarlo, aunque fuera un centímetro de su piel, bastaba.
Lo primero que hicimos fue ir al patio de comidas, donde me devoré un enorme sándwich en “Subway” y una dona rellena en “Krispy Kreme”. Garrett me miró comer pacientemente, sin tratar de entablar conversación, probablemente porque si yo tratara de contestarle me podía atorar.
-Para el próximo maratón de sexo deberíamos tener bebidas isotónicas, barras energéticas, y frutos secos, así no necesitaremos salir – Comenté por fin, limpiándome la boca con una servilleta. Él sonrió.
-Vas a beber lo que queda? – Me preguntó mientras constataba que me quedaba la mitad de la gaseosa en el vaso.
-No, ya tuve suficiente – Le dije sintiendo que un sorbo más me haría estallar… O peor, eructar.
-Por qué compraste tanta si sabías que no te la podrías beber? – Preguntó curioso mientras caminábamos al basurero.
-Porque era parte del combo agrandado – Le dije – El combo de sándwich, gaseosa y una galleta valía trece dólares, pero si agrandaba la promoción por un dólar treinta me daban como medio litro de gaseosa extra y un paquete de papas.
-Pero no alcanzaste a comértelo todo. Apenas tocaste las papas y no bebiste la gaseosa extra… - Razonó.
-Lo sé, siempre me pasa, pero es difícil decir que no cuando agrandar el combo es tan barato… - Le dije.
-Con razón hay tantos humanos gordos – Dijo mirando a su alrededor – Y por suerte tú vas a ser vampirizada relativamente pronto, porque si sigues con tus hábitos alimenticios te veo claramente como una de esas mujeres obesas que andan en carritos eléctricos en el supermercado.
-Hey! – Le dije dándole un manotazo pero él soltó una carcajada y me abrazó haciendo equilibrio con la bandeja.
-Tú sabes que te amaría igual. Más gorda o delgada siempre serás perfecta… Incluso me sentaría en el carrito contigo…! – Dijo buscando mi boca. Yo fruncí el ceño y me negué por un segundo, pero la posibilidad de besarlo en público mientras reíamos y bromeábamos era irresistible.
Nos besamos dulcemente en mitad de todo.
No dimos un espectáculo de lenguas o pasión, pero la gente nos miró igual. Tal vez porque se notaba la diferencia de edad, tal vez porque él es increíblemente guapo, no lo sé. Lo que sí sé es que esa fue nuestra declaración al mundo: Sí, estamos juntos!
-Te amo Garr… Hasta la luna – Susurré sin poder despegar mis ojos de los suyos.
-Te amo Isabella… Desde siempre – Respondió.
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Y ahí está. Espero hayan comprendido la necesidad de este capítulo que detalla la complejidad de establecer una relación de pareja. No todo son rosas y corazones, pero las reconciliaciones son maravillosas. Y qué les parece el nuevo rango emocional de Bella? Si siente como un neófito, lo podrá resistir su cuerpo humano?
Y en lo personal, alguna de ustedes ha vivido una lucha épica entre su lado más racional y el emocional? Yo definitivamente sí.
Opinen!

  













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