CAPÍTULO 9
Ahora estoy en casa
con la puerta a medio abrir
repitiendo- no te necesito
el ángel que tuvimos
ya no pasa por aquí
este es el final de un día maldito
con la puerta a medio abrir
repitiendo- no te necesito
el ángel que tuvimos
ya no pasa por aquí
este es el final de un día maldito
Todo lo que dije
la serpiente que hay en mi
ahora tiembla sola en la oscuridad
demasiado tarde, los golpes que te di
cada vez me duelen más, oh cada vez me duelen mas.
la serpiente que hay en mi
ahora tiembla sola en la oscuridad
demasiado tarde, los golpes que te di
cada vez me duelen más, oh cada vez me duelen mas.
Porque tú no estás, solo queda la pared
si tú no estás, soy un agujero
si tú no estás, qué demonios voy a hacer
si tú no estás, tiraré mi anillo de oro al mar
antes de tirarme yo detrás.
si tú no estás, soy un agujero
si tú no estás, qué demonios voy a hacer
si tú no estás, tiraré mi anillo de oro al mar
antes de tirarme yo detrás.
(Días de tormenta, Christina Rosenvinge)
BELLA POVEdward se puso de pié en un solo fluido movimiento, sin darme tiempo de reaccionar, quedando desnudo frente a mí, como un David de carne y hueso.
Vi pasar por su rostro un rango de emociones en un segundo, pero en un instante su cara se convirtió en una máscara que no revelaba nada, excepto por sus ojos, que me quemaban con ¿Odio? ¿Repulsión? La intensidad de su mirada me hizo encogerme, súbitamente vulnerable y consciente de mi desnudez, con la mente repentinamente clara y comenzando a dimensionar la magnitud de lo que estaba ocurriendo, de lo que yo estaba haciendo.
Rechazada otra vez. Edward me rechazaba otra vez. Me veía como un artículo de segunda mano y me rechazaba.
Yo conocía sus convicciones, lo anticuado que era, su lucha interna por proteger mi alma. ¿Cómo reaccionaba un hombre de principios del siglo pasado ante la certeza de que su novia no era virgen? "La abandona" dijo una voz en mi cabeza. "La devuelve a su padre para que su familia lidie con ella".
Esas no eran mis convicciones, pero no pude evitar sentirme sucia, culpable y usada.
Pero Jacob no me había usado. Jacob me amaba. Aunque… yo si había usado a Jake al buscar consuelo en el placer de su compañía, de su amor y de su cuerpo.
Mientras Edward me observaba impasible, controlado, yo me seguía encogiendo más y más, consciente de que mi rostro reflejaría la culpa que me embargaba. ¿Cómo defender mis acciones cuando yo misma me estaba condenando?
Estaba teniendo una epifanía, dándome cuenta que tan profundamente había traicionado a Jacob, a Edward y a mi misma
Si aún tenía sentimientos con Edward no debí haber estado con Jacob. Y no debí haberle entregado a él lo que para Edward era el regalo más preciado...
Por supuesto en alguna parte de mi cerebro mi mente se revelaba contra este curso de pensamiento gritándome que todas esas son concepciones machistas pasadas de moda, creadas para controlar la sexualidad de las mujeres, que yo soy una mujer moderna y que Edward es el que debería adaptarse a los tiempos, que tengo derecho a hacer lo que mejor me parezca con mi cuerpo.
Sip, me di todo el discurso feminista, con un desfile y hasta quema de sostenes, pero la verdad es que el asco que me producía mi conducta se mantenía presente.
Porque en definitiva el feminismo es acerca de brindar a las mujeres la libertad de elegir. Y yo había elegido mal. No por dar a Jacob mi cuerpo, si no por hacerlo por los motivos equivocados. Porque lo hice para olvidar a Edward.
Sentí que algo se volvía a fracturar en mi interior al imaginar el dolor que le producía a Edward, a su orgullo, su posesividad, su instinto de protección.
Porque a pesar de saber que podía defenderme aduciendo a su abandono y a mi calidad de mujer moderna del siglo XXI, ninguna excusa borraría el dolor que mis actos causarían a Edward, Jacob y a mí.
Lágrimas comenzaron a rodar libremente por mis mejillas, y me encogí en posición fetal.
-Edward…-Murmuré
-No Isabella- Interrumpió mientras se vestía rápidamente. Se puso los zapatos, abrió la ventana, y sin dar una mirada en mi dirección, desapareció.
Yo solo atiné a cubrirme con la colcha y rompí a llorar.
EDWARD POV
Estuve horas en la misma posición, sin notar la lluvia, el frío o el viento. Nada afectaba mi cuerpo de piedra. Nada delataba mi lucha interior… Nada excepto el estrago que había provocado a mi alrededor, destrozando un radio de unos 100mt de bosque, arranqué y reduje a astillas árboles de más de 80 metros de altura. Pero una vez que lidié con mi rabia, había quedado totalmente paralizado por mi dolor. Y lo que más me dolía era saber que el único culpable era yo.
Alice me encontró así a primeras horas de la mañana, sumido en mi agonía, inmóvil y rabioso. Oí sus pensamientos expresando su preocupación pero la ignoré.
-Edward… susurró al llegar a mi lado- Estás bien?-Preguntó mientras interiormente se maldecía por preguntar tamaña estupidez.
-Dímelo tu… -Respondí amargado, leyendo en su mente que ella sabía perfectamente lo sucedido.
-Edward, ella aún te ama…
-Ella ya no es mía.
-Tú la dejaste… ella estaba asustada, insegura y en peligro. Sencillamente buscó apoyo… No la castigues por algo que tú provocaste.
-No tienes que repetírmelo, se perfectamente que soy el culpable- Gruñí.
-Entonces… Que haces aquí? Porque no estás con ella como debes estar?-Preguntó exasperada.
-Porque no puedo Alice… No puedo volver a mirarla a los ojos sabiendo que ese perro ha puesto sus manos sobre ella, que ha reclamado su cuerpo-Me invadió la ira nuevamente ante las imágenes que esas palabras conjuraban, y mi puño atravesó limpiamente el tronco del árbol en el que me encontraba apoyado.- Si la llego a ver con él, no me voy a poder controlar, lo voy a matar, y ella no me lo va a perdonar.
-Oh Edward, tu no harías tal cosa. El perro, nos guste o no, es lo que ha mantenido a Bella con vida hasta ahora. Y además, tú menos que nadie puede culparlo por haberse enamorado de Bella.
-Demonios Alice! Dime algo que no sepa! Pero la rabia que siento es demasiada y no voy a ser capaz de actuar racionalmente, no sé si podré volver a ver a Bella sin pensar él
-Edward Cullen eres un pedazo de troglodita! En qué siglo estás viviendo? Ella te quiere, está dispuesta a perdonarte por haberla abandonado, a lo mejor hasta podría retomar una relación contigo y tú estás preocupado por su himen? Lo importante no es quién es el primero, si no quién será el último. Tu puedes ser el último hombre de su vida… tú mismo eres el que repetía constantemente que querías que ella viviera experiencias humanas, y que más humano que cometer errores? Dices que la amas pero no puedes perdonarla por su reacción cuando tu despareciste de su vida?
-Basta Alice! Es que no lo entiendes? No es a ella a quién debo perdonar, es a mí mismo! Me odio por lo que hice, me odio por ponerla en esta situación y me odio por haber abierto las puertas a Jacob Black.
-Bien, ya seguiremos discutiendo este asunto más adelante-Dijo Alice resignándose a mi humor- Por ahora, vamos a casa, Jasper nos espera.
Me levanté y la seguí en silencio, lo importante ahora era la seguridad de Bella, Jasper y Alice estaban aquí para ayudar y yo debía planear como Acabar con Victoria y volver a ganar el perdón y el amor de Bella.
BELLA POV
Luego de la abrupta salida de Edward, me encontré sola y desnuda, enrollada y llorando sobre la cama hasta que el sueño me venció. Eso parecía ser todo lo que hacía últimamente, dormir y llorar. Y claro, joderme la vida entre medio.
Desperté tiritando, la ventana seguía abierta y la tormenta de lluvia y viendo que azotaba el exterior había salpicado frías gotas de lluvia sobre mi cama.
Me incorporé para cerrar la ventana y la cortina, y me apresuré hacia el baño para darme una ducha caliente para regular mi temperatura corporal. Me vestí con pantalones deportivos y un antiguo suéter de Charlie, grueso y demasiado grande para mí, y baje a la cocina a preparar la cena.
Como de costumbre cuando quería evitar pensar, elegí preparar algo que me diera bastante trabajo, para distraerme de la idea recurrente de salir al bosque gritando el nombre de Edward.
Mientras terminaba de cortar los ñoquis y revolvía la salsa de boloñesa, escuché la patrulla de Charlie estacionarse en la entrada de la casa. Al abrirse la puerta mi corazón pegó un brinco al escuchar la voz de Jacob bromeando con Charlie.
-Hola Bells!-Exclamó Charlie al verme parada en la cocina con la cuchara de palo en la mano.
-Hey!-Dije con falso entusiasmo- Que tal la cacería?
-Oh, bien, bien- y girándose dijo- Mira a quién me encontré en la reserva- Dijo golpeando la espalda de Jacob, que sonreía, me imagino que feliz de verme.-Jacob quería verte y lo invité a cenar.-Anunció poniendo sobre la mesa una enorme bolsa con pescado frito- Esto lo envía Sue Clearwater- Luego, mirando a Jacob y a mí, y probablemente notando mi incomodidad, añadió- Bien, voy a darme una ducha antes de cenar, los dejo- Y con esto subió la escalera con dirección a su habitación.
Jacob se acercó a mí aún sonriente, me abrazó girándome en el aire y me besó dulcemente. Al notar mi falta de reacción me depositó en el piso y tomó mi barbilla entre sus dedos obligándome a mirarlo a los ojos.
-Que es Bells?
-Mmmmmmmmmh… -traté de pensar en qué y cuánto decir, pero antes de poder articular una frase, un gruñido animal escapó de su pecho y corrió hacia el segundo piso, y lo sentí caminando por mi habitación. Mis piernas se negaron a sostenerme más y colapsé en el suelo sobre mis nalgas, quedándome ahí sentada hasta que Jake volvió a aparecer temblando violentamente y gruñendo, un sonido bajo e intimidante. Sus puños estaban fuertemente apretados a sus costados y su rostro estaba contraído de rabia.
Al verme en el piso simplemente me recogió como si fuera una muñeca de trapo entre sus brazos y se sentó en el sofá conmigo en su regazo. Tomó mi rostro entre sus manos, no tan delicadamente esta vez, forzándome a mirarlo a los ojos. Este no era u n gesto amoroso, era un gesto de dominancia y control.
-Bella, quiero saber por qué tu habitación y tu cama huelen a sanguijuela- dijo lentamente, apenas en control del temblor en su voz. Por primera vez desde que conocía a Jacob temí por mi seguridad, y en un movimiento francamente estúpido, traté de zafarme de su agarre y poner distancia entre nosotros. Obviamente él era más rápido, fuerte y coordinado, y enojar a un hombre lobo nunca es una buena idea.
Antes de alcanzar a dar media vuelta él me tomó por los hombros apretándome fuertemente, y me sacudió varias veces causándome daño, hasta que sentí que la cabeza se me despegaría del cuello.
-HABLA BELLA!-Gritó. Yo sólo pude rezar para que Charlie no escuchara desde la ducha- QUE ESTABA HACIENDO UNA SANGUIJUELA EN TU CAMA? QUIÉN ERA? CONTÉSTAME! HABLA MALDITA SEA!
-Jake por favor… -imploré aterrada. Si le decía la verdad perdería el poco control que le quedaba y me mataría.
-HABLA!-Gritó sacudiéndome una vez más, enterrando sus manos en mis brazos. Seguro me dejaría marcas, ciertamente dolía, pero el miedo era tan abrumador que el dolor apenas se registraba en mi mente.
-Jake, me estás haciendo daño… Charlie está en la casa…-Traté de razonar con él, con un hilo de voz.
-Vamos- Dijo arrastrándome fuera de la casa y tomando las llaves de mi camioneta de la mesa al lado de la puerta. Una vez afuera me forzó dentro en el asiento del pasajero mientras yo lloraba pidiéndole que se calmara. Quién era este hombre y que había hecho con mi Jake?
Jacob subió al asiento del conductor y arrancó, presionando mi pobre cacharro a la máxima velocidad, temblando de rabia y sin dirigirme la mirada ni mediar palabra hasta llegar al límite de la reserva, donde tomamos un camino secundario internándonos en el bosque, y 5 minutos después nos detuvimos.
Él se bajó de la camioneta, se dio la vuelta para abrir mi puerta y me sacó del vehículo sin mayor ceremonia.
-Ven conmigo
-Jake por favor… -Lloré
-Ahora-Gruñó. Me tomó del brazo y me arrastró internándonos en el bosque. Caminamos unos 500 metros conmigo tropezando y llorando todo el camino, hasta que nos detuvimos frente a un árbol caído donde él me permitió sentarme, o más bien colapsar.
-Ahora Isabella me vas a hablar. Aquí no hay nadie que nos pueda interrumpir.
-Jake por favor, cálmate! Si, Edward regresó, pero me volvió a dejar cuando le dije que estaba contigo-Dije tratando de aferrarme a una versión editada de la verdad. Una versión que no acabara conmigo muerta. Él se daría cuenta si trataba de mentir.
-Él regresó…-dijo temblando aún más que antes.-Que quería?
-Quería que lo perdonara por haberme dejado…
-Já!-Resopló sin ni pizca de humor- Tiene alguna idea del daño que te ha hecho? Es tan imbécil de pensar que lo vas a perdonar? Debe pensar que eres una estúpida si cree que lo vas a aceptar después de lo que te hizo sufrir.
Ese comentario me dolió profundamente por varias razones. En primer lugar el miedo que me producía el pensar que Jacob pudiera perder el control y verdaderamente hacerme daño. Nunca había estado tan cerca de perderlo, y yo ya tenía mis brazos y hombros adoloridos por sus zamarreos y apretones. Sería suertuda si escapaba de ésta con solo un par de moretones y no algunos huesos rotos.
Además, si bien yo aún no había perdonado a Edward, el tono hiriente y condescendiente que estaba usando Jacob me hacía querer revelarme ante cualquier cosa que él estuviera sugiriendo, por lo que antes de saber lo que estaba haciendo, le dije- Si no puedo perdonar a quienes me hacen daño entonces no te volvería a hablar nunca más Jacob Black.-Mientras, me sobaba los brazos y hombros en los puntos más delicados.
-Bella… -dijo aparentemente volviendo un poco en sí y dándose cuenta de lo que me había hecho.
-Lo siento!-enfocó sus ojos en mis manos y lentamente dejó de temblar, sus ojos buscaron los míos y su expresión cambió de la ira al shock y arrepentimiento, me imagino que al darse cuenta de lo que había hecho. Trató de acercarse a mí y abrazarme, pero yo di un paso hacia atrás levantando las manos en un gesto defensivo. Su rostro se retorció de dolor y cayó de rodillas.
-Bells, por favor… te amo Bells, por favor perdóname… estaba tan asustado, y tu no querías hablar… me descontrolé, pero pensar en una sanguijuela en tu habitación…lo sientolosientolosiento tanto…
-Jacob no me toques-dije sollozando, ya pasado el miedo a una repercusión física sentí la rabia crecer y me dio fuerza para caminar hacia la camioneta. Jacob trató de tomarme por el codo para ayudarme a no tropezar, pero yo lo retiré de un tirón, golpeando mi mano en el tronco de un árbol, lo que añadió a mi frustración y grité -Jacob Black no vuelvas a tocarme nunca más a menos que yo específicamente te lo pida. Me voy a mi casa y no quiero que me trates de contactar, no quiero saber de ti hasta que yo esté lista para hablar contigo. Y por si te estás preguntando cuándo será eso, te aclaro que no será hasta que se hayan sanado los moretones que me dejaste en los hombros y los brazos. Y por si no he sido lo suficientemente clara, terminamos!
-Bella no! Por favor, tú no quieres hacer esto, lo siento, estaba asustado y furioso, no lo volveré a hacer…- Rogaba con los ojos brillantes de lágrimas. Me habría afectado más si no fuera porque 10 minutos antes estaba pensando en que sería una suerte si él no me mataba.
El sufrimiento de Jake me dolía, pero después de todo lo que había sucedido este fin de semana un tiempo a solas para pensar me haría bien. Ya sería tiempo de confesar mis errores más adelante cuando él estuviera en condiciones de escuchar sin atacarme, pero independiente de lo que yo hubiera hecho, no podía estar al lado de un hombre que me diera miedo de sufrir castigo físico. Renee puede haber sido obtusa, pero si algo me inculcó siempre fue la 0 tolerancia a la violencia en la pareja debido a una mala experiencia con uno de sus novios, y Charlie había acudido a suficientes llamadas de intervención en maltrato familiar como para dejar en claro que sin importar las circunstancias, ninguna persona merecía temer o ser castigada por su pareja. Y yo ahora le temía a Jacob.
Suena irónico considerando que mis elecciones de pareja eran un vampiro y un hombre lobo, pero hasta justo este momento nunca había sufrido daño por parte de ninguno de los 2 (sin contar cuando Edward me lanzó contra la pared durante el ataque de Jasper en mi cumpleaños, pero eso no cuenta, fue un accidente).
Esto no era una discusión acerca de seres mitológicos, era un asunto de trato a las mujeres. Edward prefirió dejarme antes de enfrentarme con rabia y hacerme daño. Jacob me zarandeó, me secuestró y me arrastró a la mitad del bosque donde, y si hubiera perdido el control completamente, nadie me podría salvar. Eso no es un accidente.
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